No tiene miedo al caminar por callejones estrechos, los conoce muy bien, en la vida, desarrolló un sexto sentido, un detector de peligro, y de putas.
Pero no siempre se puede esquivar los problemas, o la lluvia fría. Ambas variantes escapan de su control y no siempre puede estar prevenido.
Y esta vez, ha visto algo que tal vez, no debía. Es difícil de describir, porque si tuviera que relatarlo a una persona común y corriente, seguro no le parecería nada extraño.
Si se lo contaba a un oficial, pareceria incriminatorio y si se lo contaba a un coleguita, la informacion circulando podia ser impredecible.
No sabia que hacer, ni si quiera sabia si lo estaban siguiendo, asi que trata de parecer casual, para nada nervioso. Se pone el barbijo, mete las manos bajo los brazos y camina hasta quedarse bajo el toldo de un negocio que aún está abierto.
Finge que espera, finge que es un cliente encapuchado y observa su móvil pero sus sentidos están atentos a su alrededor.
El miedo quiere invadirlo, él trata de concentrarse en otra cosa y evitar el error de novato: mirar a todas partes como si él fuera el que esconde algo.
Transeúntes de última hora pasan y se detienen también bajo el toldo, esquivando la tenue lluvia que se ha abierto en la noche.
¿Funciona? ¿La distracción funciona?
De repente un recuerdo de lo visto, tan fresco y reinterpretado, lo pone en jaque y le invade el pánico.
¿Y hablar con la policia? No sabe qué decir, no quiere que lo involucren, o peor, que lo vean regresar a ese lugar ¿Y si la policia está involucrada?.
Su corazón palpita rapido y decide cerrar los ojos, para enfocarse en respirar profundamente, y tratar de desactivar ese pico de ansiedad.
//Libre, para quien quiera//
Pero no siempre se puede esquivar los problemas, o la lluvia fría. Ambas variantes escapan de su control y no siempre puede estar prevenido.
Y esta vez, ha visto algo que tal vez, no debía. Es difícil de describir, porque si tuviera que relatarlo a una persona común y corriente, seguro no le parecería nada extraño.
Si se lo contaba a un oficial, pareceria incriminatorio y si se lo contaba a un coleguita, la informacion circulando podia ser impredecible.
No sabia que hacer, ni si quiera sabia si lo estaban siguiendo, asi que trata de parecer casual, para nada nervioso. Se pone el barbijo, mete las manos bajo los brazos y camina hasta quedarse bajo el toldo de un negocio que aún está abierto.
Finge que espera, finge que es un cliente encapuchado y observa su móvil pero sus sentidos están atentos a su alrededor.
El miedo quiere invadirlo, él trata de concentrarse en otra cosa y evitar el error de novato: mirar a todas partes como si él fuera el que esconde algo.
Transeúntes de última hora pasan y se detienen también bajo el toldo, esquivando la tenue lluvia que se ha abierto en la noche.
¿Funciona? ¿La distracción funciona?
De repente un recuerdo de lo visto, tan fresco y reinterpretado, lo pone en jaque y le invade el pánico.
¿Y hablar con la policia? No sabe qué decir, no quiere que lo involucren, o peor, que lo vean regresar a ese lugar ¿Y si la policia está involucrada?.
Su corazón palpita rapido y decide cerrar los ojos, para enfocarse en respirar profundamente, y tratar de desactivar ese pico de ansiedad.
//Libre, para quien quiera//
No tiene miedo al caminar por callejones estrechos, los conoce muy bien, en la vida, desarrolló un sexto sentido, un detector de peligro, y de putas.
Pero no siempre se puede esquivar los problemas, o la lluvia fría. Ambas variantes escapan de su control y no siempre puede estar prevenido.
Y esta vez, ha visto algo que tal vez, no debía. Es difícil de describir, porque si tuviera que relatarlo a una persona común y corriente, seguro no le parecería nada extraño.
Si se lo contaba a un oficial, pareceria incriminatorio y si se lo contaba a un coleguita, la informacion circulando podia ser impredecible.
No sabia que hacer, ni si quiera sabia si lo estaban siguiendo, asi que trata de parecer casual, para nada nervioso. Se pone el barbijo, mete las manos bajo los brazos y camina hasta quedarse bajo el toldo de un negocio que aún está abierto.
Finge que espera, finge que es un cliente encapuchado y observa su móvil pero sus sentidos están atentos a su alrededor.
El miedo quiere invadirlo, él trata de concentrarse en otra cosa y evitar el error de novato: mirar a todas partes como si él fuera el que esconde algo.
Transeúntes de última hora pasan y se detienen también bajo el toldo, esquivando la tenue lluvia que se ha abierto en la noche.
¿Funciona? ¿La distracción funciona?
De repente un recuerdo de lo visto, tan fresco y reinterpretado, lo pone en jaque y le invade el pánico.
¿Y hablar con la policia? No sabe qué decir, no quiere que lo involucren, o peor, que lo vean regresar a ese lugar ¿Y si la policia está involucrada?.
Su corazón palpita rapido y decide cerrar los ojos, para enfocarse en respirar profundamente, y tratar de desactivar ese pico de ansiedad.
//Libre, para quien quiera//