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    Pienso sinceramente que el cariño y los cuidados deberían estar en el centro de la vida. ~
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  • Oh... Pobre, pobre Alastor Dëmøń ¿Sorprendido? Capullo —rió, agarrándolo por el pelo llevaba horas divirtiendode de lo lindo, torturando a aquella infame criaturita.

    —Te preguntarás ¿Que pasa con el pacto de no agresión que tenía con Lucifer? –comentó, hundiendo los dedos en las cuencas de los ojos del cérvido—.Pues muy sencillo. Ha pasado lo peor que podría haber pasado para asegurar la supervivencia de tu sidoso culo. Me estoy muriendo y eso es malo, aunque peor para tí...—declaró entre risas de buena, mientras sus garras se clavaban en lo más profundo de las cuencas, sintiendo un placentero escalofrío, al notar como los delicados y blandos ojos oculares del demonio de la radio, simplemente estallaban bajo sus garras las cuales, al ya no haber nada que detuviera la infección que padecía Vox, se había visto acelerada y por lo tanto, tenían un aspecto mucho más aberrantes

    —.Por que significa que ya me la suda todo por completo. —concluyó, entrecerrando los dedos para que formasen la forma de un gancho, clavándose en tan blandas carnes y haciendo emanar fuentes de sangre y jugos oculares, a causa de la profanación en el cráneo. Sin dudarlo tiró con fuerza, arrancando lo que ahora era una masa gelatinosa que supuraba pus y de paso, llevándose algunos de los nervios que residían en aquel lugar.

    —Pero no voy a irme solo, tú te vas a venir conmigo, hijo de puta. —el olor de la sangre ajena comenzaba a surtir efecto en su ya por mucho deformado cerebro, haciendo que sintiera un apetito arroz, además de una evidente exitacion, con pupilas completamente dilatadas y respiración agitada no dudó en llevarse los dedos a la boca, relamiendo los aplastados ojos como si fueran el mayor de los manjares jamás probados.

    Entre risas maniacas observaba a su víctima, pensando que era lo siguiente que podía arrebatarle. Ya había castigado su cuerpo con golpes, laceraciones y vejaciones, le quitó los ojos y se los comió ¿Que podía ser lo siguiente? Y se le ocurrió ¿Que clase de amigo sería si no le enviase un bello souvenir a su amigo del alma? Ese que lo había dejado abandonado, al menos desde su punto de vista, mientras el dolor por la perdida de Valentino lo consumía, aquel por el que siempre estuvo, pero cuando le necesitó para tratar de acostumbrarse a la contradicción de amar a Ash Lynx Big V y al mismo tiempo sentir rechazo por él, al verse abrumado. Si, ese mismo que ahora que estaba siendo completamente devorado por las bacterias que le infectaron, olvidó por completo su promesa de tratar de encontrar una cura definitiva.

    No, no podía ser tan mal amigo y olvidar a Lucifer 𝕾𝖆𝖒𝖆𝖊𝖑 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗 el otro culpable de que, fuera a morir. Sin dudarlo, agarró a Alastor por sus astas, sin si quiera preocuparse de no clavarle las garras en la cabeza y comenzó a tirar con todas sus fuerzas, haciendo incluso contra peso con uno de sus pies, que ahora también eran garras, miró a una de las muchas pantallas que estaban retransmitiendo esos miserables momentos, y cuando la piel comenzó a quebrarse, cuando el cabello empezó a ceder y prácticamente se escuchaba el sonido de los huesos partirse exclamó entre risas.

    —¡ESTO ES PARA TI, AMIGO MIO!—y arrancó las astas del desafortunado demonio de la radio, salpicando se y acabado Vox teñido de un doloroso color carmín. Alzando su nuevo trofeo victorioso y gritando eufórico, al mismo tiempo que sentía un deseo irrefrenable de clavar sus despiadados dientes, en aquel pequeño y tierno cráneo, apostaba consigo mismo que sonaría como una nuez al partirse —
    Oh... Pobre, pobre [Dem0n] ¿Sorprendido? Capullo —rió, agarrándolo por el pelo llevaba horas divirtiendode de lo lindo, torturando a aquella infame criaturita. —Te preguntarás ¿Que pasa con el pacto de no agresión que tenía con Lucifer? –comentó, hundiendo los dedos en las cuencas de los ojos del cérvido—.Pues muy sencillo. Ha pasado lo peor que podría haber pasado para asegurar la supervivencia de tu sidoso culo. Me estoy muriendo y eso es malo, aunque peor para tí...—declaró entre risas de buena, mientras sus garras se clavaban en lo más profundo de las cuencas, sintiendo un placentero escalofrío, al notar como los delicados y blandos ojos oculares del demonio de la radio, simplemente estallaban bajo sus garras las cuales, al ya no haber nada que detuviera la infección que padecía Vox, se había visto acelerada y por lo tanto, tenían un aspecto mucho más aberrantes —.Por que significa que ya me la suda todo por completo. —concluyó, entrecerrando los dedos para que formasen la forma de un gancho, clavándose en tan blandas carnes y haciendo emanar fuentes de sangre y jugos oculares, a causa de la profanación en el cráneo. Sin dudarlo tiró con fuerza, arrancando lo que ahora era una masa gelatinosa que supuraba pus y de paso, llevándose algunos de los nervios que residían en aquel lugar. —Pero no voy a irme solo, tú te vas a venir conmigo, hijo de puta. —el olor de la sangre ajena comenzaba a surtir efecto en su ya por mucho deformado cerebro, haciendo que sintiera un apetito arroz, además de una evidente exitacion, con pupilas completamente dilatadas y respiración agitada no dudó en llevarse los dedos a la boca, relamiendo los aplastados ojos como si fueran el mayor de los manjares jamás probados. Entre risas maniacas observaba a su víctima, pensando que era lo siguiente que podía arrebatarle. Ya había castigado su cuerpo con golpes, laceraciones y vejaciones, le quitó los ojos y se los comió ¿Que podía ser lo siguiente? Y se le ocurrió ¿Que clase de amigo sería si no le enviase un bello souvenir a su amigo del alma? Ese que lo había dejado abandonado, al menos desde su punto de vista, mientras el dolor por la perdida de Valentino lo consumía, aquel por el que siempre estuvo, pero cuando le necesitó para tratar de acostumbrarse a la contradicción de amar a [Valentino01] y al mismo tiempo sentir rechazo por él, al verse abrumado. Si, ese mismo que ahora que estaba siendo completamente devorado por las bacterias que le infectaron, olvidó por completo su promesa de tratar de encontrar una cura definitiva. No, no podía ser tan mal amigo y olvidar a [LuciHe11] el otro culpable de que, fuera a morir. Sin dudarlo, agarró a Alastor por sus astas, sin si quiera preocuparse de no clavarle las garras en la cabeza y comenzó a tirar con todas sus fuerzas, haciendo incluso contra peso con uno de sus pies, que ahora también eran garras, miró a una de las muchas pantallas que estaban retransmitiendo esos miserables momentos, y cuando la piel comenzó a quebrarse, cuando el cabello empezó a ceder y prácticamente se escuchaba el sonido de los huesos partirse exclamó entre risas. —¡ESTO ES PARA TI, AMIGO MIO!—y arrancó las astas del desafortunado demonio de la radio, salpicando se y acabado Vox teñido de un doloroso color carmín. Alzando su nuevo trofeo victorioso y gritando eufórico, al mismo tiempo que sentía un deseo irrefrenable de clavar sus despiadados dientes, en aquel pequeño y tierno cráneo, apostaba consigo mismo que sonaría como una nuez al partirse —
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  • A primera hora de la mañana La Gran Maestra Interina se encontraba en el campo de la salida secundaria de la ciudad. Tocaba entrenamiento con sus caballeros, si bien no se llevó a todos, si citó a unos 60 a los que entrenaría personalmente.

    Risueña, alegre, despreocupada, un alma libre y hasta rebelde eran algunas de las características por las que se le conocía pero, en el entrenamiento era dura. No llevaba ni dos horas con ellos cuando a más de la mitad de los caballeros ya los tenía abatidos en el suelo, era fuerte, y tenía que serlo puesto que Mondstadt dependía de ella y no pensaba defraudarlos y, a pesar de ser querida y respetada por todos sus caballeros, en los entrenamientos y con el calor del momento más de uno se frustraba y le tocaba lidiar con ello.

    -En este momento estamos entrenando. Es aquí donde pueden equivocarse, donde pueden corregir y mejorar cada una de sus técnicas.

    Decía mientras caminaba entre los soldados blandiendo su espada. Se puso frente a uno de los caballeros que la había insultado frustrado y sin verlo directamente a él dice para todos.

    -En el campo de batalla el enemigo no les va a dar segundas oportunidades. Un cuerpo muerto termina solo siendo un cuerpo muerto. Ustedes eligieron ser caballeros, Caballeros de Favonius, pero cada una de sus vidas están sobre los hombros de sus capitanes y mía. Al final de la batalla, quien cargará con sus muertes seré yo. Tienen esposas, hijos, padres, madres, hermanos, hermanas, amigos, y a mi ¿A caso quieren les entregue la noticia a sus familias de su fallecimiento?. Ninguno de ustedes es solo un número en mi lista a quien pago cada mes, a algunos los conozco desde la academia otros se enlistaron por el Maestro Varka o por mi hay caballeros jóvenes y quienes llevan más tiempo que yo siéndolo, arriesgan sus vidas día a día cuando patrullan fuera de la ciudad, cuando escoltan gente en encargos, cuando hay olas de Hilichurls y otros monstruos.

    Los caballeros se miraban entre ellos, asintiendo, miraron hacia abajo, hacia los lados, murmuraron entre ellos.

    -Mis caballeros no pueden morir hasta haber acabado a 200 enemigos por cuenta propia en una guerra.

    Dijo lo último con una sonrisa y una mirada quebrada, pues, sabía que, aunque no había ninguna guerra próxima, era totalmente verdad que arriesgaban sus vidas día a día. Los caballeros empuñaros sus espadas alzándolas al cielo gritando motivados y hasta disculpándose con ella. El soldado a sus pies se levanta se disculpó e hizo una reverencia a la que Jean le sonrió.

    -Quiero parejas y entrenen entre ustedes. Ataquen, contraataquen y defiéndanse uno del otro.
    A primera hora de la mañana La Gran Maestra Interina se encontraba en el campo de la salida secundaria de la ciudad. Tocaba entrenamiento con sus caballeros, si bien no se llevó a todos, si citó a unos 60 a los que entrenaría personalmente. Risueña, alegre, despreocupada, un alma libre y hasta rebelde eran algunas de las características por las que se le conocía pero, en el entrenamiento era dura. No llevaba ni dos horas con ellos cuando a más de la mitad de los caballeros ya los tenía abatidos en el suelo, era fuerte, y tenía que serlo puesto que Mondstadt dependía de ella y no pensaba defraudarlos y, a pesar de ser querida y respetada por todos sus caballeros, en los entrenamientos y con el calor del momento más de uno se frustraba y le tocaba lidiar con ello. -En este momento estamos entrenando. Es aquí donde pueden equivocarse, donde pueden corregir y mejorar cada una de sus técnicas. Decía mientras caminaba entre los soldados blandiendo su espada. Se puso frente a uno de los caballeros que la había insultado frustrado y sin verlo directamente a él dice para todos. -En el campo de batalla el enemigo no les va a dar segundas oportunidades. Un cuerpo muerto termina solo siendo un cuerpo muerto. Ustedes eligieron ser caballeros, Caballeros de Favonius, pero cada una de sus vidas están sobre los hombros de sus capitanes y mía. Al final de la batalla, quien cargará con sus muertes seré yo. Tienen esposas, hijos, padres, madres, hermanos, hermanas, amigos, y a mi ¿A caso quieren les entregue la noticia a sus familias de su fallecimiento?. Ninguno de ustedes es solo un número en mi lista a quien pago cada mes, a algunos los conozco desde la academia otros se enlistaron por el Maestro Varka o por mi hay caballeros jóvenes y quienes llevan más tiempo que yo siéndolo, arriesgan sus vidas día a día cuando patrullan fuera de la ciudad, cuando escoltan gente en encargos, cuando hay olas de Hilichurls y otros monstruos. Los caballeros se miraban entre ellos, asintiendo, miraron hacia abajo, hacia los lados, murmuraron entre ellos. -Mis caballeros no pueden morir hasta haber acabado a 200 enemigos por cuenta propia en una guerra. Dijo lo último con una sonrisa y una mirada quebrada, pues, sabía que, aunque no había ninguna guerra próxima, era totalmente verdad que arriesgaban sus vidas día a día. Los caballeros empuñaros sus espadas alzándolas al cielo gritando motivados y hasta disculpándose con ella. El soldado a sus pies se levanta se disculpó e hizo una reverencia a la que Jean le sonrió. -Quiero parejas y entrenen entre ustedes. Ataquen, contraataquen y defiéndanse uno del otro.
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  • #BitchLife #HappyBirthdayToMe

    Nathan sostiene el paquete de hongos mágicos entre sus manos, sus dedos acariciando el envoltorio con curiosidad y una chispa de emoción en sus ojos.

    Una sonrisa traviesa se dibuja en su rostro mientras sus pensamientos toman un giro coqueto guiados por las palabras de Tolek Zientek.

    --- Siempre tan cuidadoso... y tentador. Gracias por el regalo. Prometo usarlos en casa, como sugieres, aunque ahora no sé si me emociona más el efecto de los hongos o la idea de lo que harás cuando me encuentres durmiendo.
    #BitchLife #HappyBirthdayToMe Nathan sostiene el paquete de hongos mágicos entre sus manos, sus dedos acariciando el envoltorio con curiosidad y una chispa de emoción en sus ojos. Una sonrisa traviesa se dibuja en su rostro mientras sus pensamientos toman un giro coqueto guiados por las palabras de [Tolek]. --- Siempre tan cuidadoso... y tentador. Gracias por el regalo. Prometo usarlos en casa, como sugieres, aunque ahora no sé si me emociona más el efecto de los hongos o la idea de lo que harás cuando me encuentres durmiendo.
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  • -se encontró un nido abandonado con unos huevos que parecían fecundados, la curiosidad le ganó por saber que es lo que va a salir de allí . Se acurrucó al lado de los huevos para darles calor -
    -se encontró un nido abandonado con unos huevos que parecían fecundados, la curiosidad le ganó por saber que es lo que va a salir de allí . Se acurrucó al lado de los huevos para darles calor -
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  • ??: La familia es algo bueno. ¿Cómo conseguiste una familia?.
    Anillo: 3 usuarios fueron aprobados. Una mujer, mi portadora con su esposo y nuestro hijo. Ellos necesitan mis cuidados, es por eso, que los puse en el centro de mi clúster emocional.
    ??: La familia es algo bueno. ¿Cómo conseguiste una familia?. Anillo: 3 usuarios fueron aprobados. Una mujer, mi portadora con su esposo y nuestro hijo. Ellos necesitan mis cuidados, es por eso, que los puse en el centro de mi clúster emocional.
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  • Mala influencia
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    Categoría Aventura
    El joven Phantomhive se acercó al androide con porte elegante y tranquilo.

    —Señor Hiro —comenzó.
    —¿Podría acompañarme?

    Sin darle más explicaciones, se dio la vuelta y continuó caminando. Dando por hecho que sería seguido.

    El niño se dirigió hacia uno de los tantos salones que había en la mansión. Al ser esta una edificación tan grande, era normal encontrarse muchas de estas habitaciones formando parte, en general, de habitaciones para invitados.

    Cuando entro, Junior se dirigió hacia una de los ventanales, destrabándola y abriéndola de par en par. El viento ingresó, despeinando un poco su cabello y sus ropajes cuidadosamente colocados.

    Pero, Junior no parecía preocupado, en realidad, portaba una extraña sonrisa en sus labios.

    —Usted es mi protector —habló desde que, lo llamó a seguirlo en primer lugar. —Me seguiría a donde sea que fuese, ¿verdad?
    El joven Phantomhive se acercó al androide con porte elegante y tranquilo. —Señor Hiro —comenzó. —¿Podría acompañarme? Sin darle más explicaciones, se dio la vuelta y continuó caminando. Dando por hecho que sería seguido. El niño se dirigió hacia uno de los tantos salones que había en la mansión. Al ser esta una edificación tan grande, era normal encontrarse muchas de estas habitaciones formando parte, en general, de habitaciones para invitados. Cuando entro, Junior se dirigió hacia una de los ventanales, destrabándola y abriéndola de par en par. El viento ingresó, despeinando un poco su cabello y sus ropajes cuidadosamente colocados. Pero, Junior no parecía preocupado, en realidad, portaba una extraña sonrisa en sus labios. —Usted es mi protector —habló desde que, lo llamó a seguirlo en primer lugar. —Me seguiría a donde sea que fuese, ¿verdad?
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  • Habían pasado un par de días desde aquella fatídica fiesta, donde todo se había torcido y la tensión se había instalado entre nosotros. Los tres terminamos heridos de alguna forma: desde 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆 hasta Kazuo , cuya amistad ahora pendía de un hilo. Fue un golpe más que llevó a dar un paso atrás a Heinrich y que descansara. La penumbra de la habitación me envolvía como un manto protector mientras me acomodaba junto a la ventana, observando la oscuridad exterior mientras la luz de la luna bañaba mi figura con su resplandor frío y plateado. Con una copa de vino en la mano, tomé un sorbo y sentí el vino correr por mi garganta, dejándome un gusto amargo pero familiar.

    —Oh, Heinrich... —suspiré en el silencio—, eres demasiado bondadoso, y eso puede ser tanto un regalo como una condena.

    El eco de mis propias palabras resonó en la penumbra, sin reproches, solo constatación de una verdad. Suspiré, dejando que mis pensamientos volaran.

    —Tu corazón es noble, pero también frágil.

    Acaricié el borde de la copa con el dedo, permitiendo que la frialdad del cristal me devolviera algo de claridad. Sabía que Heinrich escuchaba, en algún rincón profundo de su mente.

    —Debes entender que no puedes salvar a todos, y menos a aquellos que ya han elegido su propio camino. No puedes obligar a alguien a quedarse a tu lado.

    Exhalé lentamente y dejé que la tensión abandonara mis hombros. Aparté la mirada de la ventana y, aunque mi expresión seguía siendo firme, había un atisbo de preocupación que no podía evitar.

    —Heinrich, por tu propio bien… será mejor que no veas a Kazuo por un tiempo. —Mi voz sonaba calmada, pero llevaba un tono protector, como una advertencia suave—. Sé que eso te dolerá, pero necesitas espacio para sanar.

    Dejé que el silencio tomara mi lugar por un momento, dejé que las palabras penetraran. Finalmente, susurré, con un tono de compasión y una ternura que él necesitaría aceptar.

    —Deja que el tiempo haga lo suyo. Aprende a proteger tu corazón antes de que no quede nada de él. A veces, cuidarte significa alejarte de aquello que más deseas... aunque duela.

    ---------------------------
    Linea Narrativa: https://ficrol.com/posts/206337
    Habían pasado un par de días desde aquella fatídica fiesta, donde todo se había torcido y la tensión se había instalado entre nosotros. Los tres terminamos heridos de alguna forma: desde [Liz_bloodFlame] hasta [8KazuoAihara8], cuya amistad ahora pendía de un hilo. Fue un golpe más que llevó a dar un paso atrás a Heinrich y que descansara. La penumbra de la habitación me envolvía como un manto protector mientras me acomodaba junto a la ventana, observando la oscuridad exterior mientras la luz de la luna bañaba mi figura con su resplandor frío y plateado. Con una copa de vino en la mano, tomé un sorbo y sentí el vino correr por mi garganta, dejándome un gusto amargo pero familiar. —Oh, Heinrich... —suspiré en el silencio—, eres demasiado bondadoso, y eso puede ser tanto un regalo como una condena. El eco de mis propias palabras resonó en la penumbra, sin reproches, solo constatación de una verdad. Suspiré, dejando que mis pensamientos volaran. —Tu corazón es noble, pero también frágil. Acaricié el borde de la copa con el dedo, permitiendo que la frialdad del cristal me devolviera algo de claridad. Sabía que Heinrich escuchaba, en algún rincón profundo de su mente. —Debes entender que no puedes salvar a todos, y menos a aquellos que ya han elegido su propio camino. No puedes obligar a alguien a quedarse a tu lado. Exhalé lentamente y dejé que la tensión abandonara mis hombros. Aparté la mirada de la ventana y, aunque mi expresión seguía siendo firme, había un atisbo de preocupación que no podía evitar. —Heinrich, por tu propio bien… será mejor que no veas a Kazuo por un tiempo. —Mi voz sonaba calmada, pero llevaba un tono protector, como una advertencia suave—. Sé que eso te dolerá, pero necesitas espacio para sanar. Dejé que el silencio tomara mi lugar por un momento, dejé que las palabras penetraran. Finalmente, susurré, con un tono de compasión y una ternura que él necesitaría aceptar. —Deja que el tiempo haga lo suyo. Aprende a proteger tu corazón antes de que no quede nada de él. A veces, cuidarte significa alejarte de aquello que más deseas... aunque duela. --------------------------- Linea Narrativa: https://ficrol.com/posts/206337
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    Soñé que tenía que hacer unos mandados pero teniendo otra apariencia que fuese la de finwë, era izaya orihara . Pero la cosa que tenía que esconderme de puma XD que en mi sueño era Lord Sesshomaru aunque mi personaje se escondió igual fue castigado...//
    Soñé que tenía que hacer unos mandados pero teniendo otra apariencia que fuese la de finwë, era izaya orihara . Pero la cosa que tenía que esconderme de puma XD que en mi sueño era [Sesshomaru1234] aunque mi personaje se escondió igual fue castigado...//
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  • V. ¿Fuera del tablero?
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    Categoría Otros
    Las ruedas levantaban algo de polvo, y el motor del coche resonaba en el tranquilo camino.

    A través de la ventana podía verse una monótona extensión de tierra y césped; solo a lo lejos se alzaban árboles de un pequeño bosque circundante, de donde algunos petirrojos intrépidos surgían, curiosos ante el ruidoso vehículo.

    —¿Llegaremos pronto?

    Jean mostraba cierta ansiedad, como si deseara darse la vuelta y regresar. Su chofer, el confiable Finnian, asintió. Y justo en ese momento ambos pudieron ver cómo asomaba una gran mansión, respondiendo así la inquietud del joven Phantomhive, quien solo dejó escapar un suspiro.

    A estas alturas, volver atrás era impensable: ya habían alcanzado su destino.

    Y es que su dilema tenía nombre y apellido: Heinrich Rosenberg.

    ¿Qué debía hacer Jean con él?

    Por alguna razón, le resultaba difícil articular la respuesta evidente. Si se tratase de otra persona, la resolución de Jean habría sido inmediata: solo un medio para un fin.

    El señor Heinrich no era un peón especialmente valioso, pero todos los peones tenían su utilidad, y ganarse su favor podría ser beneficioso dado su evidente carisma. Sin embargo, su habitual cinismo parecía tambalearse ante él, generando un inesperado sentimiento de culpa. Tal vez porque, en el fondo, se sentía en deuda por la ayuda que le brindó en el pasado, o porque el encanto de Heinrich había logrado alcanzarlo, haciéndolo sentir incómodo al usar a alguien tan bondadoso y crédulo.

    Fuera cual fuese la causa, este dilema estaba comenzando a ser una distracción.

    Jean se propuso visitarlo, cumplir con su "promesa" y esperar que eso fuese suficiente para disipar aquel incómodo remordimiento hacia el señor Heinrich. Y si no resultaba, entonces tendría que olvidarse de tenerlo como un peón; pero, Jean se negaba a admitir la derrota, incluso en algo así, por lo que, se hallaba en un punto muerto.

    Pronto, el vehículo se estacionó cerca de la imponente entrada de la mansión. Cuando Finnian le abrió la puerta, Jean cerró los ojos un instante, y al abrirlos, la expresión conflictuada había desaparecido. Solo quedaba un joven de semblante tranquilo, casi abierto, con una sutil sonrisa en los labios: la imagen misma de la cortesía.

    Portaba un bastón de madera oscura lacada y una levita a juego, en un conjunto elegantemente sobrio.

    Las ruedas levantaban algo de polvo, y el motor del coche resonaba en el tranquilo camino. A través de la ventana podía verse una monótona extensión de tierra y césped; solo a lo lejos se alzaban árboles de un pequeño bosque circundante, de donde algunos petirrojos intrépidos surgían, curiosos ante el ruidoso vehículo. —¿Llegaremos pronto? Jean mostraba cierta ansiedad, como si deseara darse la vuelta y regresar. Su chofer, el confiable Finnian, asintió. Y justo en ese momento ambos pudieron ver cómo asomaba una gran mansión, respondiendo así la inquietud del joven Phantomhive, quien solo dejó escapar un suspiro. A estas alturas, volver atrás era impensable: ya habían alcanzado su destino. Y es que su dilema tenía nombre y apellido: Heinrich Rosenberg. ¿Qué debía hacer Jean con él? Por alguna razón, le resultaba difícil articular la respuesta evidente. Si se tratase de otra persona, la resolución de Jean habría sido inmediata: solo un medio para un fin. El señor Heinrich no era un peón especialmente valioso, pero todos los peones tenían su utilidad, y ganarse su favor podría ser beneficioso dado su evidente carisma. Sin embargo, su habitual cinismo parecía tambalearse ante él, generando un inesperado sentimiento de culpa. Tal vez porque, en el fondo, se sentía en deuda por la ayuda que le brindó en el pasado, o porque el encanto de Heinrich había logrado alcanzarlo, haciéndolo sentir incómodo al usar a alguien tan bondadoso y crédulo. Fuera cual fuese la causa, este dilema estaba comenzando a ser una distracción. Jean se propuso visitarlo, cumplir con su "promesa" y esperar que eso fuese suficiente para disipar aquel incómodo remordimiento hacia el señor Heinrich. Y si no resultaba, entonces tendría que olvidarse de tenerlo como un peón; pero, Jean se negaba a admitir la derrota, incluso en algo así, por lo que, se hallaba en un punto muerto. Pronto, el vehículo se estacionó cerca de la imponente entrada de la mansión. Cuando Finnian le abrió la puerta, Jean cerró los ojos un instante, y al abrirlos, la expresión conflictuada había desaparecido. Solo quedaba un joven de semblante tranquilo, casi abierto, con una sutil sonrisa en los labios: la imagen misma de la cortesía. Portaba un bastón de madera oscura lacada y una levita a juego, en un conjunto elegantemente sobrio.
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