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    || Tengo un poco de inspiración, así que reharé mi fichita, le haré cambios considerables. Bye
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    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Account Rules
    ⠀⠀⠀❛⠀⠀Mei Xiang
    ⠀⠀⠀⠀◌⠀⠀⠀⠀⠀ᛝ Leer antes de agregar.


    *⁠・↝Me reservo el derecho de admisión.
    *⁠・↝Tipos de roles que manejo: slice of life, misterio/suspenso, fantasía. Y puede que "terror". NO LEMON
    *⁠・↝ Nada de meta-rol
    *⁠・↝No Over power
    *⁠・↝ Quien agrega inicia la interacción.
    *⁠・↝ MD solo para planear tramas
    *⁠・↝ Me adapto a cualquier universo.
    *⁠・↝ No doy información personal.
    *⁠・↝ El acoso/amenaza/hostilidad o cualquier otro tipo de acto similar amerita el bloqueo inmediato y sin explicación. Salvo que algo de esto ocurra en una trama de rol que haya aceptado.


    𖧧 𓂃 ִֶָ Reglamente sujeto a cambios˖
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  • El reloj colgado sobre la caja registradora avanzaba con una lentitud exasperante. Las agujas parecían burlarse de Carmina mientras ella apoyaba los codos en el mostrador, jugando distraídamente con un mechón de su cabello pelirrojo. La tienda de conveniencia estaba tan vacía como siempre en días festivos, y el suave zumbido del refrigerador de bebidas era el único sonido que le hacía compañía.

    —¿Por qué tenía que aceptar cubrir el turno hoy...? —murmuró, echando un vistazo al teléfono en sus manos.

    Su abuela, Lucia, había salido temprano para aprovechar las ofertas de San Valentín, dejando a Carmina a cargo del negocio. Pero no había entrado un solo cliente en toda la tarde. Se suponía que las tiendas hacían su agosto vendiendo chocolates y flores en este día, ¿no? Claro, excepto la de su familia.

    Con un suspiro, desbloqueó el teléfono y abrió sus redes sociales. Lo primero que vio fue una foto de Bianca, su amiga de la secundaria, sonriendo junto a un enorme ramo de rosas rojas. “Para la mejor novia del mundo”, decía el pie de foto, seguido de un montón de emojis de corazón. Carmina frunció el ceño, deslizando hacia abajo.

    Otra foto, esta vez de Alessia y su novio cenando en un restaurante elegante. Luego, un video de Giovanna abriendo una caja con un oso de peluche tan grande que apenas cabía en el marco. Siguió deslizando, viendo más y más parejas sonrientes, besos robados, manos entrelazadas, regalos brillantes...

    Sintió una punzada en el pecho y dejó escapar un bufido frustrado.

    —¿Qué tienen ellas que yo no...? —soltó en voz alta, su voz rebotando en las paredes silenciosas de la tienda—. ¡Digo, no es como si fuera horrible! ¿Verdad?

    Giró el teléfono hacia la cámara frontal y se observó en la pantalla. Su melena roja caía en suaves ondas alrededor de su rostro, sus ojos verdes eran grandes y brillantes, y sus pecas le daban un toque juvenil. Frunció el ceño y ladeó la cabeza, tratando de ver lo que los demás veían.

    —No soy fea... entonces... ¿cuál es el problema?

    Cruzó los brazos, apoyándose contra el mostrador. Recordó las veces que había salido en citas, todas tan desastrosas que apenas podía contarlas sin que le diera vergüenza. El chico que se pasó toda la cena hablando de su ex. El que “olvidó” su billetera. El que simplemente nunca volvió a llamarla. Y, claro, aquel con quien realmente pensó que había una chispa... solo para descubrir que había vuelto con su novia de siempre.

    —¿Por qué siempre me toca lo peor del lote...? —gruñó, apretando los labios—. ¿Será que no soy lo suficientemente interesante? ¿O demasiado directa?

    Apoyó la frente en el mostrador, dejando escapar un suspiro que sonó más a un gemido. Se sintió tonta al recordar las pocas veces que, de verdad, había sentido algo genuino por alguien. Contadas ocasiones en las que su corazón latió más rápido, en las que pensó que tal vez, solo tal vez, las cosas funcionarían. Pero siempre terminaban de la misma manera: con la otra persona desapareciendo sin dejar rastro, como si ella fuera tan insignificante que ni siquiera merecía una despedida.

    —¿Es mucho pedir un poco de estabilidad...? —murmuró, pateando el mostrador con suavidad—. ¿Alguien que no salga corriendo a la primera de cambios? ¿O que no resulte ser un completo idiota?

    Levantó la vista hacia el reloj, que parecía haberse congelado en el tiempo. San Valentín era una estupidez.

    —¿Por qué tienen que restregármelo en la cara...? —farfulló, lanzando una mirada amarga al teléfono antes de apagar la pantalla y tirarlo sobre el mostrador.

    Se quedó en silencio, escuchando el zumbido del refrigerador y el eco de sus propios pensamientos. Se sentía pequeña, ridícula. Como si fuera la única en todo el mundo atrapada en una tienda vacía, sin chocolates, sin flores, y sin nadie que le dijera que era suficiente tal y como era.

    —A lo mejor... —su voz se suavizó, casi un susurro—. A lo mejor simplemente no estoy hecha para esto...

    Cerró los ojos, abrazándose a sí misma mientras el zumbido del refrigerador seguía llenando el vacío.
    El reloj colgado sobre la caja registradora avanzaba con una lentitud exasperante. Las agujas parecían burlarse de Carmina mientras ella apoyaba los codos en el mostrador, jugando distraídamente con un mechón de su cabello pelirrojo. La tienda de conveniencia estaba tan vacía como siempre en días festivos, y el suave zumbido del refrigerador de bebidas era el único sonido que le hacía compañía. —¿Por qué tenía que aceptar cubrir el turno hoy...? —murmuró, echando un vistazo al teléfono en sus manos. Su abuela, Lucia, había salido temprano para aprovechar las ofertas de San Valentín, dejando a Carmina a cargo del negocio. Pero no había entrado un solo cliente en toda la tarde. Se suponía que las tiendas hacían su agosto vendiendo chocolates y flores en este día, ¿no? Claro, excepto la de su familia. Con un suspiro, desbloqueó el teléfono y abrió sus redes sociales. Lo primero que vio fue una foto de Bianca, su amiga de la secundaria, sonriendo junto a un enorme ramo de rosas rojas. “Para la mejor novia del mundo”, decía el pie de foto, seguido de un montón de emojis de corazón. Carmina frunció el ceño, deslizando hacia abajo. Otra foto, esta vez de Alessia y su novio cenando en un restaurante elegante. Luego, un video de Giovanna abriendo una caja con un oso de peluche tan grande que apenas cabía en el marco. Siguió deslizando, viendo más y más parejas sonrientes, besos robados, manos entrelazadas, regalos brillantes... Sintió una punzada en el pecho y dejó escapar un bufido frustrado. —¿Qué tienen ellas que yo no...? —soltó en voz alta, su voz rebotando en las paredes silenciosas de la tienda—. ¡Digo, no es como si fuera horrible! ¿Verdad? Giró el teléfono hacia la cámara frontal y se observó en la pantalla. Su melena roja caía en suaves ondas alrededor de su rostro, sus ojos verdes eran grandes y brillantes, y sus pecas le daban un toque juvenil. Frunció el ceño y ladeó la cabeza, tratando de ver lo que los demás veían. —No soy fea... entonces... ¿cuál es el problema? Cruzó los brazos, apoyándose contra el mostrador. Recordó las veces que había salido en citas, todas tan desastrosas que apenas podía contarlas sin que le diera vergüenza. El chico que se pasó toda la cena hablando de su ex. El que “olvidó” su billetera. El que simplemente nunca volvió a llamarla. Y, claro, aquel con quien realmente pensó que había una chispa... solo para descubrir que había vuelto con su novia de siempre. —¿Por qué siempre me toca lo peor del lote...? —gruñó, apretando los labios—. ¿Será que no soy lo suficientemente interesante? ¿O demasiado directa? Apoyó la frente en el mostrador, dejando escapar un suspiro que sonó más a un gemido. Se sintió tonta al recordar las pocas veces que, de verdad, había sentido algo genuino por alguien. Contadas ocasiones en las que su corazón latió más rápido, en las que pensó que tal vez, solo tal vez, las cosas funcionarían. Pero siempre terminaban de la misma manera: con la otra persona desapareciendo sin dejar rastro, como si ella fuera tan insignificante que ni siquiera merecía una despedida. —¿Es mucho pedir un poco de estabilidad...? —murmuró, pateando el mostrador con suavidad—. ¿Alguien que no salga corriendo a la primera de cambios? ¿O que no resulte ser un completo idiota? Levantó la vista hacia el reloj, que parecía haberse congelado en el tiempo. San Valentín era una estupidez. —¿Por qué tienen que restregármelo en la cara...? —farfulló, lanzando una mirada amarga al teléfono antes de apagar la pantalla y tirarlo sobre el mostrador. Se quedó en silencio, escuchando el zumbido del refrigerador y el eco de sus propios pensamientos. Se sentía pequeña, ridícula. Como si fuera la única en todo el mundo atrapada en una tienda vacía, sin chocolates, sin flores, y sin nadie que le dijera que era suficiente tal y como era. —A lo mejor... —su voz se suavizó, casi un susurro—. A lo mejor simplemente no estoy hecha para esto... Cerró los ojos, abrazándose a sí misma mientras el zumbido del refrigerador seguía llenando el vacío.
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  • Feliz cumpleaños
    Fandom Varios
    Categoría Fantasía
    —rol privado con: Lucifer 𝕾𝖆𝖒𝖆𝖊𝖑 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗 y Maximilian

    —Lugar: Alguna zona del reconstruido Edén.


    —Habría sido adecuado decir que llevaban horas, incluso días trabajando de forma incansable en reconstruir el Edén, destruido tras la muerte De Dios. Pero, habría sido mentira y es que al ser Lucifer y Adán los herederos indiscutibles del poder del antaño Padre todo poderoso, hacer las “reparaciones” de aquel jardín, y no solo eso, algunas modificaciones a petición de Adán para convertirlo en un parque de juegos seguro para el montón de niños que iban a acudir a dicha celebración (obviando una vez más que, todos ellos tenían un poder capaz de destruir el mundo de diferentes y pintorescas formas).

    Un evento sin duda muy importante para el padre de la humanidad ¡El primer cumpleaños del pequeño Maxi! desde que lo sacó del laboratorio para darle los cuidados estimados que un niño necesitaba y ya no solo eso. Si no, que iba a cumplir cinco años. La edad en que la versión adulta de su recién hallado hijo, le explicó que sus poderes despertado de un modo virulento y destruyendo todo a su paso. Por fortuna, ahí estaba Adán, quien iba a proponerle al pequeño, quedarse en el cielo ambos un tiempo, para que si el incidente era imposible de evitar, si fuera controlado y que, como padre: pudiera guiarlo, enseñarle y desde luego, mantenerlo a salvo. Todo en un entorno que a su vez, Maxi no pudiera herir por accidente a nadie.

    En cuanto a los cambios en el Edén, pues… realmente había algunas plantas y rocas que ahora hacían de parque natural con sus pequeñas atracciones y lugares decorativos o de juego, incluyendo coloridas zonas vegetales de escalada y aventuras. Además de haber introducido algunos animales que ahora eran capaces de hablar y cuyo objetivo era proporcionar pequeñas misiones, instrucciones y divertidas aventuras con acertijos y puzzles, a la par que se aseguraban de que todos los niños iban a estar bien. Además algunos de ellos, eran también pequeños mayordomos que servirían los manjares que se tomarían en aquella bonita fiesta. Una vez listo todo, Adán fue a buscar a Maxi, impaciente por ver su carita ilusionada cuando viera aquella fiesta de cumpleaños a la que también invitó al resto de niños que liberaron del laboratorio pues sin duda y aún con amorosas familias para cada uno, estos compartían un vínculo muy estrecho entre ellos y eso incluía al propio Maxi.

    —Espero que te guste la sorpresa que tío Lucifer y yo hemos preparado para ti. —aseguró muy ilusionado, llevando al pequeño de la mano y abriendo un portal al lugar—
    —rol privado con: [LuciHe11] y [Maxi8] —Lugar: Alguna zona del reconstruido Edén. —Habría sido adecuado decir que llevaban horas, incluso días trabajando de forma incansable en reconstruir el Edén, destruido tras la muerte De Dios. Pero, habría sido mentira y es que al ser Lucifer y Adán los herederos indiscutibles del poder del antaño Padre todo poderoso, hacer las “reparaciones” de aquel jardín, y no solo eso, algunas modificaciones a petición de Adán para convertirlo en un parque de juegos seguro para el montón de niños que iban a acudir a dicha celebración (obviando una vez más que, todos ellos tenían un poder capaz de destruir el mundo de diferentes y pintorescas formas). Un evento sin duda muy importante para el padre de la humanidad ¡El primer cumpleaños del pequeño Maxi! desde que lo sacó del laboratorio para darle los cuidados estimados que un niño necesitaba y ya no solo eso. Si no, que iba a cumplir cinco años. La edad en que la versión adulta de su recién hallado hijo, le explicó que sus poderes despertado de un modo virulento y destruyendo todo a su paso. Por fortuna, ahí estaba Adán, quien iba a proponerle al pequeño, quedarse en el cielo ambos un tiempo, para que si el incidente era imposible de evitar, si fuera controlado y que, como padre: pudiera guiarlo, enseñarle y desde luego, mantenerlo a salvo. Todo en un entorno que a su vez, Maxi no pudiera herir por accidente a nadie. En cuanto a los cambios en el Edén, pues… realmente había algunas plantas y rocas que ahora hacían de parque natural con sus pequeñas atracciones y lugares decorativos o de juego, incluyendo coloridas zonas vegetales de escalada y aventuras. Además de haber introducido algunos animales que ahora eran capaces de hablar y cuyo objetivo era proporcionar pequeñas misiones, instrucciones y divertidas aventuras con acertijos y puzzles, a la par que se aseguraban de que todos los niños iban a estar bien. Además algunos de ellos, eran también pequeños mayordomos que servirían los manjares que se tomarían en aquella bonita fiesta. Una vez listo todo, Adán fue a buscar a Maxi, impaciente por ver su carita ilusionada cuando viera aquella fiesta de cumpleaños a la que también invitó al resto de niños que liberaron del laboratorio pues sin duda y aún con amorosas familias para cada uno, estos compartían un vínculo muy estrecho entre ellos y eso incluía al propio Maxi. —Espero que te guste la sorpresa que tío Lucifer y yo hemos preparado para ti. —aseguró muy ilusionado, llevando al pequeño de la mano y abriendo un portal al lugar—
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    || Voy a hacer unos cambios con mi niños, pero al rato ahora tengo hambre
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  • « Uno de los conceptos más usados en la física es el de caída libre. Es un movimiento en el que se deja caer un objeto desde cierta altura y mientras este cae, no existe ninguna resistencia o elemento que se aparezca en su camino para interrumpirlo.»

    Al calcular la caída libre de un objeto no se tiene en cuenta la resistencia del aire, pero sí hay ciertos puntos que deben considerarse: La altura desde la que se lanzará el objeto, el tiempo que el objeto tardará en caer y golpear el suelo, la aceleración de la gravedad, la posición final y, no menos importante, la velocidad final. Todos esos puntos son necesarios para realizar un cálculo acertado de caída libre, sin embargo, hay que considerar la masa del objeto en cuestión para que el resultado esté más próximo de lo real.

    La mente de Alhaitham, cuando algo se le metía a la cabeza, no descansaba hasta encontrar las respuestas que necesitaba. Aún no podía creer todas las ideas que había tenido solo por mirar el vaso de café que aún sostenía en su mano. Desde el tercer piso de la facultad de ciencias sociales, se preguntaba el impacto que podría tener el objeto si lo dejaba caer desde allí. ¿Era posible golpear con ello a una persona? ¿Qué clase de cálculos debería tener en consideración para que, en el momento que arrojara el vaso, alguien cruzara y recibiera el impacto? En un edificio con tanto movimiento, creía que la cantidad de variables era finita y más fácil de determinar en horarios específicos. En los cambios de clase, siempre habría uno o dos estudiantes que salían al escuchar las alarmas en sus relojes para el cambio de clase, así que esos podían ser sujetos de estudio perfectos. ¿El problema? Que no tenía una justificación real más allá de su curiosidad y la posibilidad de redactar algún ensayo sobre cómo los hombres responden ante las situaciones de estrés ocasionadas por un ente ajeno a su entorno. Era una buena idea, con grandes enfoques y vertientes que se podían tomar para justificarlo como un acto de aprendizaje más que de vandalismo.

    Pero, ¿qué había originado esa idea? La clase de física avanzada del primer bloque sin duda no era la culpable, tampoco lo eran sus compañeros que debatían sobre posibles temas de exposición sobre principios básicos de las matemáticas o el álgebra. Todo se debía a la persona que estaba a su lado, de la facultad de Arquitectura, y que parecía molesto por no prestarle atención a todas sus quejas sinsentido sobre lo difícil que era su carrera, sobre cómo tenía ojeras en las ojeras por hacer maquetas durante semanas o, porque a mitad de la noche, el renderizado de su modelo 3D se había ido a la basura en el momento que el programa se cerró de improvisto. Kaveh siempre era dramático, un poco exagerado quizá, pero siempre se ahogaba en vaso de agua mientras que Alhaitham dejaba la vida correr igual que su playlist de los Arctic Monkeys.

    — El aleteo de una mariposa en un lado del mundo, es capaz de producir una lluvia torrencial en el otro. —Habló para sí mismo mientras que su atención seguía fija en la planta baja, en ese espacio libre donde se escuchaba el bullicio: La diversión, las quejas, las súplicas por unas décimas más, la felicidad de los que habían pasado un examen que creían perdido y el sufrimiento de los que debían esperar otra hora para acabar sus clases.— Crees... ¿Cuáles crees que son las probabilidades de que alguno de ellos sea un profesor? ¿Y cuáles crees que sean las probabilidades de que un vaso de café termine derramándose encima de él? —Sus enigmas, aunque fuesen pronunciados por su boca, no parecían tener a alguien concreto que los recibiera. Solo era una manera de hablar en voz alta para sí mismo para comenzar su estudio científico: El planteamiento de dudas, una hipótesis que refutar o afirmar. Muchas cosas comenzaron a cruzar por su mente y múltiples fórmulas matemáticas se resolvieron, sin dificultad, en la mente de aquel que llamaban "genio" de la facultad de ciencias sociales.

    — Está amargo. —Agregó, luego de quebrar sus cálculos, cuando le dio un sorbo a la bebida. Odiaba no haber comprado en su cafetería de siempre, la marca de siempre y el preparado de siempre. ¿Y si usaba eso como justificación para su experimento? Suspiró. El vaso de café se agitó entre sus dedos, de atrás al frente, mientras que siguió dudando.— Necesito calcular y determinar más variables. Otro día será.

    #AU
    « Uno de los conceptos más usados en la física es el de caída libre. Es un movimiento en el que se deja caer un objeto desde cierta altura y mientras este cae, no existe ninguna resistencia o elemento que se aparezca en su camino para interrumpirlo.» Al calcular la caída libre de un objeto no se tiene en cuenta la resistencia del aire, pero sí hay ciertos puntos que deben considerarse: La altura desde la que se lanzará el objeto, el tiempo que el objeto tardará en caer y golpear el suelo, la aceleración de la gravedad, la posición final y, no menos importante, la velocidad final. Todos esos puntos son necesarios para realizar un cálculo acertado de caída libre, sin embargo, hay que considerar la masa del objeto en cuestión para que el resultado esté más próximo de lo real. La mente de Alhaitham, cuando algo se le metía a la cabeza, no descansaba hasta encontrar las respuestas que necesitaba. Aún no podía creer todas las ideas que había tenido solo por mirar el vaso de café que aún sostenía en su mano. Desde el tercer piso de la facultad de ciencias sociales, se preguntaba el impacto que podría tener el objeto si lo dejaba caer desde allí. ¿Era posible golpear con ello a una persona? ¿Qué clase de cálculos debería tener en consideración para que, en el momento que arrojara el vaso, alguien cruzara y recibiera el impacto? En un edificio con tanto movimiento, creía que la cantidad de variables era finita y más fácil de determinar en horarios específicos. En los cambios de clase, siempre habría uno o dos estudiantes que salían al escuchar las alarmas en sus relojes para el cambio de clase, así que esos podían ser sujetos de estudio perfectos. ¿El problema? Que no tenía una justificación real más allá de su curiosidad y la posibilidad de redactar algún ensayo sobre cómo los hombres responden ante las situaciones de estrés ocasionadas por un ente ajeno a su entorno. Era una buena idea, con grandes enfoques y vertientes que se podían tomar para justificarlo como un acto de aprendizaje más que de vandalismo. Pero, ¿qué había originado esa idea? La clase de física avanzada del primer bloque sin duda no era la culpable, tampoco lo eran sus compañeros que debatían sobre posibles temas de exposición sobre principios básicos de las matemáticas o el álgebra. Todo se debía a la persona que estaba a su lado, de la facultad de Arquitectura, y que parecía molesto por no prestarle atención a todas sus quejas sinsentido sobre lo difícil que era su carrera, sobre cómo tenía ojeras en las ojeras por hacer maquetas durante semanas o, porque a mitad de la noche, el renderizado de su modelo 3D se había ido a la basura en el momento que el programa se cerró de improvisto. Kaveh siempre era dramático, un poco exagerado quizá, pero siempre se ahogaba en vaso de agua mientras que Alhaitham dejaba la vida correr igual que su playlist de los Arctic Monkeys. — El aleteo de una mariposa en un lado del mundo, es capaz de producir una lluvia torrencial en el otro. —Habló para sí mismo mientras que su atención seguía fija en la planta baja, en ese espacio libre donde se escuchaba el bullicio: La diversión, las quejas, las súplicas por unas décimas más, la felicidad de los que habían pasado un examen que creían perdido y el sufrimiento de los que debían esperar otra hora para acabar sus clases.— Crees... ¿Cuáles crees que son las probabilidades de que alguno de ellos sea un profesor? ¿Y cuáles crees que sean las probabilidades de que un vaso de café termine derramándose encima de él? —Sus enigmas, aunque fuesen pronunciados por su boca, no parecían tener a alguien concreto que los recibiera. Solo era una manera de hablar en voz alta para sí mismo para comenzar su estudio científico: El planteamiento de dudas, una hipótesis que refutar o afirmar. Muchas cosas comenzaron a cruzar por su mente y múltiples fórmulas matemáticas se resolvieron, sin dificultad, en la mente de aquel que llamaban "genio" de la facultad de ciencias sociales. — Está amargo. —Agregó, luego de quebrar sus cálculos, cuando le dio un sorbo a la bebida. Odiaba no haber comprado en su cafetería de siempre, la marca de siempre y el preparado de siempre. ¿Y si usaba eso como justificación para su experimento? Suspiró. El vaso de café se agitó entre sus dedos, de atrás al frente, mientras que siguió dudando.— Necesito calcular y determinar más variables. Otro día será. #AU
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  • En la última semana, Apolo y Ellie han fortalecido su relación durante su viaje a Disneyland París, compartiendo momentos de amor, diversión y descubrimientos inesperados.

    Comenzaron explorando el parque, disfrutando de atracciones y espectáculos, con Ellie emocionada por encontrar a sus princesas favoritas, especialmente Rapunzel y Ariel. A lo largo del viaje, su conexión se volvió más profunda, culminando en una noche de pasión donde Apolo, en un arrebato de amor, la marcó como suya con una mordida. Sin embargo, este acto resultó ser mucho más que un simple gesto de posesión: al parecer, la marca divina tenía implicaciones que ninguno de los dos esperaba.

    Ellie comenzó a experimentar cambios sutiles en su cuerpo, lo que les llevó a darse cuenta de que la mordida de Apolo podría estar transformándola en algo más… posiblemente inmortal. A pesar de su amor por él, la revelación la asustó, y aunque no rechazó la conexión, pidió tiempo para procesarlo. Apolo, siempre paciente y protector, le aseguró que no la presionaría y que enfrentarían cualquier cambio juntos.

    Tras esta revelación, la pareja decidió no dejar que el miedo arruinara su viaje y continuaron disfrutando de su tiempo juntos. Entre juegos, bromas y muestras de cariño, Ellie insistió en buscar a Rapunzel y Ariel, mientras Apolo, rendido a sus encantos, se comprometió a hacer de su día en el parque una aventura inolvidable, incluyendo montañas rusas y paseos en trenecitos.

    Ahora, con el misterio de la marca aún latente, pero con su amor más fuerte que nunca, Apolo y Ellie siguen disfrutando de su viaje, sabiendo que, sin importar lo que venga, lo enfrentarán juntos.
    En la última semana, Apolo y [GIRL0FSADNESS] han fortalecido su relación durante su viaje a Disneyland París, compartiendo momentos de amor, diversión y descubrimientos inesperados. Comenzaron explorando el parque, disfrutando de atracciones y espectáculos, con Ellie emocionada por encontrar a sus princesas favoritas, especialmente Rapunzel y Ariel. A lo largo del viaje, su conexión se volvió más profunda, culminando en una noche de pasión donde Apolo, en un arrebato de amor, la marcó como suya con una mordida. Sin embargo, este acto resultó ser mucho más que un simple gesto de posesión: al parecer, la marca divina tenía implicaciones que ninguno de los dos esperaba. Ellie comenzó a experimentar cambios sutiles en su cuerpo, lo que les llevó a darse cuenta de que la mordida de Apolo podría estar transformándola en algo más… posiblemente inmortal. A pesar de su amor por él, la revelación la asustó, y aunque no rechazó la conexión, pidió tiempo para procesarlo. Apolo, siempre paciente y protector, le aseguró que no la presionaría y que enfrentarían cualquier cambio juntos. Tras esta revelación, la pareja decidió no dejar que el miedo arruinara su viaje y continuaron disfrutando de su tiempo juntos. Entre juegos, bromas y muestras de cariño, Ellie insistió en buscar a Rapunzel y Ariel, mientras Apolo, rendido a sus encantos, se comprometió a hacer de su día en el parque una aventura inolvidable, incluyendo montañas rusas y paseos en trenecitos. Ahora, con el misterio de la marca aún latente, pero con su amor más fuerte que nunca, Apolo y Ellie siguen disfrutando de su viaje, sabiendo que, sin importar lo que venga, lo enfrentarán juntos.
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    ¡Los cambios siempre son buenos! ¡Atrévete a explorar!
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    ;; Se me ha ocurrido un cambio para la trama de esta muchacha, tengo que pensar en cómo añadirlo hmm
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    ૮ ྀི ◞ ◟ ა Hard day of work !

    "Los días donde tocan sesiones de fotos siempre son taaan pesados; el cambio del vestuario, los cambios de maquillaje. Todo es agotador y si además el rodaje es bajo la luz natural del sol todo el ajetreo es aún peor, pues no podemos desperdiciar la luz del día cuando se trata de sesiones al aire libre; por eso Hana cuida mucho su piel con productos especiales de la marca Secret Bunny y se va a dormir temprano como una buena niña."

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    || voy a hacer un gif donde esté Yaken con pelo blanco y lue con pelo negro. Así me ahorro los cambios...
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