• Ayuda, tercera parte
    Fandom OC
    Categoría Slice of Life
    La cabaña del brujo se encuentra en medio de un lago y hay que cruzar un puente para llegar. Han llegado hasta aquí tras andar por alrededor de veinte minutos desde el claro del manantial a través de bosque denso y fértil, avistando tanto criaturas comunes como ciervos, aves y conejos en la lejanía, como algunas otras criaturas mágicas dejándose entrever ocasionalmente.

    Tolek intenta hacer el viaje más ameno contándole a James Benjamin Blackwood las anécdotas que ha vivido en el bosque y la forma en que descubrió la cabaña en medio de este. Le cuenta, por ejemplo, que los primeros pinos fueron plantados a mano, que la cabaña estaba abandonada y que fue restaurada, que el lago no existía hasta que nació de la ira de una demonio a la que no le permitió la entrada a su cabaña, que los primeros kitsune fueron un regalo por parte del demonio gobernante del sexto círculo, que las peculiares artesanías colgando de los árboles eran parte de un enorme entramado que protegía al bosque de las travesuras del caos. Historias no le faltan.

    Tras invitar a James a su hogar, ofrecerle algo de beber y encender la chimenea cuyas lenguas de fuego se muestran negras al reaccionar con la presencia del wendigo, pero acogedoras de todas formas, se dirigió al baño para darse una rápida ducha que no le tomó más de diez minutos. Al salir, viste su usual y limpio abrigo encima de la camisa negra, y un ajustado pantalón de jean del mismo color.

    — No soy muy de usar email —comenta, refiriéndose a lo último que James le ha dicho sobre contactar a Nayla—. Pero tengo mis propios trucos para encontrar a la chiquilla. ¿Quieres que los use?

    Se sacude el cabello mojado y suelto que peina con los dedos con la intención de volver a hacerse la mini trenza que es todo lo que le alcanza, por ahora.

    #ElBrujoCojo James Benjamin Blackwood
    La cabaña del brujo se encuentra en medio de un lago y hay que cruzar un puente para llegar. Han llegado hasta aquí tras andar por alrededor de veinte minutos desde el claro del manantial a través de bosque denso y fértil, avistando tanto criaturas comunes como ciervos, aves y conejos en la lejanía, como algunas otras criaturas mágicas dejándose entrever ocasionalmente. Tolek intenta hacer el viaje más ameno contándole a [wendigo] las anécdotas que ha vivido en el bosque y la forma en que descubrió la cabaña en medio de este. Le cuenta, por ejemplo, que los primeros pinos fueron plantados a mano, que la cabaña estaba abandonada y que fue restaurada, que el lago no existía hasta que nació de la ira de una demonio a la que no le permitió la entrada a su cabaña, que los primeros kitsune fueron un regalo por parte del demonio gobernante del sexto círculo, que las peculiares artesanías colgando de los árboles eran parte de un enorme entramado que protegía al bosque de las travesuras del caos. Historias no le faltan. Tras invitar a James a su hogar, ofrecerle algo de beber y encender la chimenea cuyas lenguas de fuego se muestran negras al reaccionar con la presencia del wendigo, pero acogedoras de todas formas, se dirigió al baño para darse una rápida ducha que no le tomó más de diez minutos. Al salir, viste su usual y limpio abrigo encima de la camisa negra, y un ajustado pantalón de jean del mismo color. — No soy muy de usar email —comenta, refiriéndose a lo último que James le ha dicho sobre contactar a Nayla—. Pero tengo mis propios trucos para encontrar a la chiquilla. ¿Quieres que los use? Se sacude el cabello mojado y suelto que peina con los dedos con la intención de volver a hacerse la mini trenza que es todo lo que le alcanza, por ahora. #ElBrujoCojo [wendigo]
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  • Te siento, Mi amor
    Fandom backrooms
    Categoría Drama
    Ø₦Ɇ₴ⱧØ₮ || ₦₴₣₩

    §iძ𝑬, sentada en una esquina de las Backrooms, donde la luz tenía un tono pálido y sofocante, se dedicaba a peinar con atención la trenza que Tolek le había hecho, con el objetivo de formar el rodete que llevaba habitualmente. ɘloHʞɔɒlꓭ, como de costumbre, vestía su menudo cuerpo dando forma a una sudadera mullida y holgada, y unos leggins del mismo color bien ceñido a sus piernas.

    Con una suave vibración, el demonio habló a través del tejido.

    ×͜× : ¿Por qué piensas tanto en el hombre quemado?

    Al sentir la pregunta a través de la ropa que la cubría, §iძ𝑬 se encogió de hombros. Era incapaz de poner en palabras sus emociones, de este modo, sus pensamientos eludían la eterna vigilancia del simbionte.

    ×͜× : Es un ser ordinario.

    En aquel instante, se percató de que las ropas comenzaban a moverse, ajustándose y aflojándose, acariciando su cuerpo con una delicadeza inusitada. Al reconocer la habilidad de ɘloHʞɔɒlꓭ, sonrió y se relajó, dejándose envolver por la atención que le mostraba.

    ⋆୨୧˚ : Es igual a mi. Ordinario y roto. El mundo le olvidó.

    ×͜× : También me gusta.

    §iძ𝑬 sintió una punzada de preocupación.

    ⋆୨୧˚ : ¿Vas a comerlo...?

    ɘloHʞɔɒlꓭ, dando un respiro a través de la sudadera, que estremeció por completo el cuerpo de §iძ𝑬, respondió:

    ×͜× : No. Blackhole no come brujos. La magia pudre la carne. Es veneno.

    §iძ𝑬 se sorprendió y emocionó al descubrir que el hombre quemado era, de hecho, un brujo. Percibiendo su creciente interés, ɘloHʞɔɒlꓭ se prestó a complacerle compartiendo cuanto sabía.

    ×͜× : Puedo sentir la magia que brota de él, pero no sé de donde proviene su poder. No puedo decir qué es capaz de hacer.

    A medida que la ropa seguía acariciando su cuerpo, §iძ𝑬 pudo sentir cómo el espíritu protector de ɘloHʞɔɒlꓭ la envolvía y apretaba posesivamente.

    ×͜× : Side no debe temer. Blackhole cuidará de Side... Siempre.

    §iძ𝑬 cerró los ojos y se dejó llevar por la promesa y el placer provocado por las suaves caricias de ɘloHʞɔɒlꓭ. La sudadera se movía de manera cautelosa y delicada sobre su cuerpo, acariciándola y ajustándose alrededor de sus senos, hombros, y cadera, provocando que se estremeciera con cada movimiento.

    El tacto de ɘloHʞɔɒlꓭ, siempre tan minucioso, lograba crear una sensación de seguridad y de protección, alejándola de los temores y dudas. Sin importar la intensidad del demonio, §iძ𝑬 sabía que estaría bien con él.

    ɘloHʞɔɒlꓭ correspondió a esos sentimientos tornando más íntimo el contacto. La ropa se movió lentamente hacia abajo, acariciando los muslos de la niña. La presión comenzó a aumentar entre sus piernas. ɘloHʞɔɒlꓭ comenzó a penetrar suavemente su cuerpo, invadiendo su intimidad, hundiéndose poco a poco entre sus carnes, acariciando con delicadeza.

    A medida que ɘloHʞɔɒlꓭ se hundía en su intimidad, §iძ𝑬 sintió una mezcla de emoción y sorpresa. Este acto, un gesto de posesión, lo sintió como la demostración de un afecto profundo, la sensación de protección y cuidado que siempre experimentaba con su amado demonio.

    Bajo el gentil ataque, que la hacía sentirse más querida y protegida que nunca, §iძ𝑬 cayó en un delicado estado de éxtasis. Su conciencia, liberada de la tensión del mundo, se concentró en las sensaciones. Las vibraciones que la tela transmitía a través de su cuerpo la llevaron a una confesión espontánea, la más fehaciente verdad de sus emociones, entre pequeños suspiros y jadeos de placer.

    ⋆୨୧˚ : No importa cuan lindo sea el hombre quemado, Blackhole siempre será mi favorito, my love.

    #creepy #gore #demon #mature #backrooms #oneshot
    ⚠️ Ø₦Ɇ₴ⱧØ₮ || ₦₴₣₩ ⚠️ §iძ𝑬, sentada en una esquina de las Backrooms, donde la luz tenía un tono pálido y sofocante, se dedicaba a peinar con atención la trenza que Tolek le había hecho, con el objetivo de formar el rodete que llevaba habitualmente. ɘloHʞɔɒlꓭ, como de costumbre, vestía su menudo cuerpo dando forma a una sudadera mullida y holgada, y unos leggins del mismo color bien ceñido a sus piernas. Con una suave vibración, el demonio habló a través del tejido. ×͜× : ¿Por qué piensas tanto en el hombre quemado? Al sentir la pregunta a través de la ropa que la cubría, §iძ𝑬 se encogió de hombros. Era incapaz de poner en palabras sus emociones, de este modo, sus pensamientos eludían la eterna vigilancia del simbionte. ×͜× : Es un ser ordinario. En aquel instante, se percató de que las ropas comenzaban a moverse, ajustándose y aflojándose, acariciando su cuerpo con una delicadeza inusitada. Al reconocer la habilidad de ɘloHʞɔɒlꓭ, sonrió y se relajó, dejándose envolver por la atención que le mostraba. ⋆୨୧˚ : Es igual a mi. Ordinario y roto. El mundo le olvidó. ×͜× : También me gusta. §iძ𝑬 sintió una punzada de preocupación. ⋆୨୧˚ : ¿Vas a comerlo...? ɘloHʞɔɒlꓭ, dando un respiro a través de la sudadera, que estremeció por completo el cuerpo de §iძ𝑬, respondió: ×͜× : No. Blackhole no come brujos. La magia pudre la carne. Es veneno. §iძ𝑬 se sorprendió y emocionó al descubrir que el hombre quemado era, de hecho, un brujo. Percibiendo su creciente interés, ɘloHʞɔɒlꓭ se prestó a complacerle compartiendo cuanto sabía. ×͜× : Puedo sentir la magia que brota de él, pero no sé de donde proviene su poder. No puedo decir qué es capaz de hacer. A medida que la ropa seguía acariciando su cuerpo, §iძ𝑬 pudo sentir cómo el espíritu protector de ɘloHʞɔɒlꓭ la envolvía y apretaba posesivamente. ×͜× : Side no debe temer. Blackhole cuidará de Side... Siempre. §iძ𝑬 cerró los ojos y se dejó llevar por la promesa y el placer provocado por las suaves caricias de ɘloHʞɔɒlꓭ. La sudadera se movía de manera cautelosa y delicada sobre su cuerpo, acariciándola y ajustándose alrededor de sus senos, hombros, y cadera, provocando que se estremeciera con cada movimiento. El tacto de ɘloHʞɔɒlꓭ, siempre tan minucioso, lograba crear una sensación de seguridad y de protección, alejándola de los temores y dudas. Sin importar la intensidad del demonio, §iძ𝑬 sabía que estaría bien con él. ɘloHʞɔɒlꓭ correspondió a esos sentimientos tornando más íntimo el contacto. La ropa se movió lentamente hacia abajo, acariciando los muslos de la niña. La presión comenzó a aumentar entre sus piernas. ɘloHʞɔɒlꓭ comenzó a penetrar suavemente su cuerpo, invadiendo su intimidad, hundiéndose poco a poco entre sus carnes, acariciando con delicadeza. A medida que ɘloHʞɔɒlꓭ se hundía en su intimidad, §iძ𝑬 sintió una mezcla de emoción y sorpresa. Este acto, un gesto de posesión, lo sintió como la demostración de un afecto profundo, la sensación de protección y cuidado que siempre experimentaba con su amado demonio. Bajo el gentil ataque, que la hacía sentirse más querida y protegida que nunca, §iძ𝑬 cayó en un delicado estado de éxtasis. Su conciencia, liberada de la tensión del mundo, se concentró en las sensaciones. Las vibraciones que la tela transmitía a través de su cuerpo la llevaron a una confesión espontánea, la más fehaciente verdad de sus emociones, entre pequeños suspiros y jadeos de placer. ⋆୨୧˚ : No importa cuan lindo sea el hombre quemado, Blackhole siempre será mi favorito, my love. #creepy #gore #demon #mature #backrooms #oneshot
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  • Ayuda, segunda parte.
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    Categoría Slice of Life
    El claro del manantial se muestra brumoso y húmedo a causa del derretimiento de la nieve, si bien la temperatura que perdura sigue siendo bastante baja en comparación con las medias primaverales locales.

    Tolek se encuentra recostado en la hierba mojada, la nieve a su alrededor aun no se ha derretido del todo y forma varios manchones blancos. También tiene algo de nieve en las pestañas, sobre el cabello que asoma por los bordes de la capucha y sobre su ropa. Luce relajado, está profundamente dormido, acompañado por aquella manada de lobos que ha hecho costumbre tomarse un respiro de tanto en tanto para echarse una siesta a su alrededor.

    #ElBrujoCojo James Benjamin Blackwood
    El claro del manantial se muestra brumoso y húmedo a causa del derretimiento de la nieve, si bien la temperatura que perdura sigue siendo bastante baja en comparación con las medias primaverales locales. Tolek se encuentra recostado en la hierba mojada, la nieve a su alrededor aun no se ha derretido del todo y forma varios manchones blancos. También tiene algo de nieve en las pestañas, sobre el cabello que asoma por los bordes de la capucha y sobre su ropa. Luce relajado, está profundamente dormido, acompañado por aquella manada de lobos que ha hecho costumbre tomarse un respiro de tanto en tanto para echarse una siesta a su alrededor. #ElBrujoCojo [wendigo]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    [Bueno, ahora es brujo. Tolek Zientek, cualquier parecido con tu personaje es pura casualidad. (?) JAJAJ.]
    [Bueno, ahora es brujo. [Tolek], cualquier parecido con tu personaje es pura casualidad. (?) JAJAJ.]
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    Confieso que, si bien mi brujo no se especializa en narraciones gore, me da ñañaras cuando tengo que. //
    Confieso que, si bien mi brujo no se especializa en narraciones gore, me da ñañaras cuando tengo que. //
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    Fandom Cazadores de Misterios
    Categoría Slice of Life
    con Tolek Zientek

    Esa misma tarde, James se encuentra nuevamente ante la fachada del bar, un lugar que, aunque nunca le ha parecido completamente cómodo, empieza a sentir familiar. La falta de sueño y descanso en su mirada. Su mente aún enredada en las implicaciones de la muerte del joven influencer.

    Se ciñe el abrigo antes de abrir la puerta, como queriendo ocultarse tras la ropa al entrar.

    Se dirige directamente a la barra, buscando a Tolek con la mirada.

    #wendigo #elBrujoCojo #CazadoresDeMisterios
    con [Tolek] Esa misma tarde, James se encuentra nuevamente ante la fachada del bar, un lugar que, aunque nunca le ha parecido completamente cómodo, empieza a sentir familiar. La falta de sueño y descanso en su mirada. Su mente aún enredada en las implicaciones de la muerte del joven influencer. Se ciñe el abrigo antes de abrir la puerta, como queriendo ocultarse tras la ropa al entrar. Se dirige directamente a la barra, buscando a Tolek con la mirada. #wendigo #elBrujoCojo #CazadoresDeMisterios
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  • "Cincela una lágrima de oro en el mural; permuta el perfume de humor de la bilis de un abejorro evanescente".

    Él delinea sinuoso en la mejilla del imberbe, el tatuaje que regentará a su piel de ébano aun en la esclavitud. La escucha de modo creciente. Persigna un símbolo de paganizada acérrima, solícito en el Amor por el árbol del ahorcado ante el que tendió sus mañanas y principios.

    Escupe sobre las psiquiátricas heridas, las teje como parca aunque sea un macho acabado por resplandecer en el homónimo del heraldo silente que punza en su espalda.

    Oh, sus alas de astadas gamas, arremeten en noticias la compañía de una calmada avecilla de ubre colmada de podredumbre láctea. Como la vía láctea, arroja sus silbidos ante la cadencia de la peste y le permite amamantar a la cría; un puñado de monedas del hierro, que mata a los brujos y ambivalentes dromedarios, reposa en el espejo de sus extremidades.

    Las que arropan el excremento de la alimaña que succiona la amalgama de pechos de la santa que le da de comer. La cría tiene cuatro ojos; él seis. Los que contemplan la hazaña de su fábrica de lágrimas y corazones malheridos, captan el quehacer a los muñecos de carne y huesos que modula y lame con sus treinta lenguas. Esbozan un delineo de preguntas.

    ¿Quién recibirá el encargo esta vez?

    "Desconozco el remitente; la carta escrita con sangre azul, verde y amarilla se apropia de mis sueños cada vez que la huelo. Y como si fuera una ilusión olfativa, hiede con espasmos diferentes".

    "¿Cómo si fuese un secreto que retocan en una boca cosida con hilar de putrefactos dedos, de uñas carcomidas por quinientas agujas?".

    Persiste una pausa y, él o ella, contempla a la bruja de ébano y crecidas de luminaria boreal. Sobre sus doce cabezas perdura un objeto de tiempo tan diverso como una acuarela repartida en mil fragmentos sobre cuadros, tejidos, bordados. Es la beldad que le enseñó a pecar de manera original. Con ella rezó y yació en una tienda de ensuciadas pieles de los inmaculados e inmaculadas vírgenes.

    Todos profanados por ella, desde el dintel de sus puertas de piedras preciosas. Visita el templo tantas veces como puede, y alimenta al mismo niño, que no crece porque Amor es lo que falta en el reposo.

    "Dime, eterna redención, ¿perdurarán las lágrimas del infante en tus más macabros planes?".

    Él arropa la mejilla de la cría con un pellizco de su instrumento, y sangra apenas, apenas sangra. Él cercena un dédalo y la cría apenas emite queja; crece, crece, crece la extremidad como si se tratara de un astro recién aparecido.

    Ella lo estudia, canta gorgojos y embelesos de besos a la desgraciada hace mucho tiempo parida por un vientre desdentado. Esa que lubrica de su boca el ácido de una saliva tóxica sólo para mortales.

    "Fábrica lágrimas para él, y yo, delinearé tus labios con pintura en aceite. Te busco y te encuentro en mis sueños; en este portal de tiempo que no avanza eres el único que no me aprecia de mala gana".

    Otro diligente silencio que se asoma entre ellos; ella canta y él prosigue en forjar un cordel de lágrimas. Distinta salinidad, perfume y color. El sentir es diverso, tan arropado en las entrañas de la hembra.

    "¿Cómo lograré alcanzar los cielos si perduramos en este universo terrenal y triste?".

    En Ella se despertó el Amor; en Él la costumbre. En la cría una música ausente venida desde ultramar.
    "Cincela una lágrima de oro en el mural; permuta el perfume de humor de la bilis de un abejorro evanescente". Él delinea sinuoso en la mejilla del imberbe, el tatuaje que regentará a su piel de ébano aun en la esclavitud. La escucha de modo creciente. Persigna un símbolo de paganizada acérrima, solícito en el Amor por el árbol del ahorcado ante el que tendió sus mañanas y principios. Escupe sobre las psiquiátricas heridas, las teje como parca aunque sea un macho acabado por resplandecer en el homónimo del heraldo silente que punza en su espalda. Oh, sus alas de astadas gamas, arremeten en noticias la compañía de una calmada avecilla de ubre colmada de podredumbre láctea. Como la vía láctea, arroja sus silbidos ante la cadencia de la peste y le permite amamantar a la cría; un puñado de monedas del hierro, que mata a los brujos y ambivalentes dromedarios, reposa en el espejo de sus extremidades. Las que arropan el excremento de la alimaña que succiona la amalgama de pechos de la santa que le da de comer. La cría tiene cuatro ojos; él seis. Los que contemplan la hazaña de su fábrica de lágrimas y corazones malheridos, captan el quehacer a los muñecos de carne y huesos que modula y lame con sus treinta lenguas. Esbozan un delineo de preguntas. ¿Quién recibirá el encargo esta vez? "Desconozco el remitente; la carta escrita con sangre azul, verde y amarilla se apropia de mis sueños cada vez que la huelo. Y como si fuera una ilusión olfativa, hiede con espasmos diferentes". "¿Cómo si fuese un secreto que retocan en una boca cosida con hilar de putrefactos dedos, de uñas carcomidas por quinientas agujas?". Persiste una pausa y, él o ella, contempla a la bruja de ébano y crecidas de luminaria boreal. Sobre sus doce cabezas perdura un objeto de tiempo tan diverso como una acuarela repartida en mil fragmentos sobre cuadros, tejidos, bordados. Es la beldad que le enseñó a pecar de manera original. Con ella rezó y yació en una tienda de ensuciadas pieles de los inmaculados e inmaculadas vírgenes. Todos profanados por ella, desde el dintel de sus puertas de piedras preciosas. Visita el templo tantas veces como puede, y alimenta al mismo niño, que no crece porque Amor es lo que falta en el reposo. "Dime, eterna redención, ¿perdurarán las lágrimas del infante en tus más macabros planes?". Él arropa la mejilla de la cría con un pellizco de su instrumento, y sangra apenas, apenas sangra. Él cercena un dédalo y la cría apenas emite queja; crece, crece, crece la extremidad como si se tratara de un astro recién aparecido. Ella lo estudia, canta gorgojos y embelesos de besos a la desgraciada hace mucho tiempo parida por un vientre desdentado. Esa que lubrica de su boca el ácido de una saliva tóxica sólo para mortales. "Fábrica lágrimas para él, y yo, delinearé tus labios con pintura en aceite. Te busco y te encuentro en mis sueños; en este portal de tiempo que no avanza eres el único que no me aprecia de mala gana". Otro diligente silencio que se asoma entre ellos; ella canta y él prosigue en forjar un cordel de lágrimas. Distinta salinidad, perfume y color. El sentir es diverso, tan arropado en las entrañas de la hembra. "¿Cómo lograré alcanzar los cielos si perduramos en este universo terrenal y triste?". En Ella se despertó el Amor; en Él la costumbre. En la cría una música ausente venida desde ultramar.
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  • Mientras la ventisca ha cubierto de un par de metros de nieve el área circundante al claro del manantial donde Tolek yace inconsciente, los animales han comenzando a desplazarse por un par de kilómetros alrededor para evitar las consecuencias del fenómeno helado. Sólo los más fuertes y territoriales se han quedado (además de las criaturas mágicas), como la manada de lobos cuyos integrantes dormitan y descansan echados alrededor del brujo, aprovechando la calma del ojo de la tormenta para recuperar energías.

    En su Siberia natal no había tantos perros callejeros como es usual en otras partes del mundo. La mayoría eran parte de alguno de los pocos hogares capaces de alimentarles y brindarles cobijo, mientras otros eran abandonados y condenados a morir de frío y hambre como consecuencia de la pobreza. Los menos conseguían sobrevivir lo suficiente como para rastrear alguna manada de lobos al interior del bosque, y si eran lo suficientemente aptos, a veces eran aceptados para unirse. Así nacieron los mestizos, que aunque eran más bien escasos, eran más frecuentes de ver rodando por las calles del pueblo como si no acabaran de decidirse si ser parte del bosque o no.

    Tolek se hizo amigo de uno de ellos durante su infancia, un mestizo de pelaje abundante en la zona de la cruz y el cuello, pero corto y denso en el resto del cuerpo, que le daba un aspecto de hiena grisácea de las nieves que solía espantar a la mayoría de la gente. De hecho, este mestizo era reconocido por ser un ladrón descarado y escurridizo capaz de colarse casi sin ser visto en las bodegas de las tiendas para robar comida, en lugar de limitarse a rogar y a gimotear en frente de las fachadas.

    Solían comer y dormir juntos, Tolek siempre le compartía de lo poco que conseguía de comida. El perro-lobo no tenía nombre, Tolek jamás se atrevió a darle uno.

    #ElBrujoCojo
    Mientras la ventisca ha cubierto de un par de metros de nieve el área circundante al claro del manantial donde Tolek yace inconsciente, los animales han comenzando a desplazarse por un par de kilómetros alrededor para evitar las consecuencias del fenómeno helado. Sólo los más fuertes y territoriales se han quedado (además de las criaturas mágicas), como la manada de lobos cuyos integrantes dormitan y descansan echados alrededor del brujo, aprovechando la calma del ojo de la tormenta para recuperar energías. En su Siberia natal no había tantos perros callejeros como es usual en otras partes del mundo. La mayoría eran parte de alguno de los pocos hogares capaces de alimentarles y brindarles cobijo, mientras otros eran abandonados y condenados a morir de frío y hambre como consecuencia de la pobreza. Los menos conseguían sobrevivir lo suficiente como para rastrear alguna manada de lobos al interior del bosque, y si eran lo suficientemente aptos, a veces eran aceptados para unirse. Así nacieron los mestizos, que aunque eran más bien escasos, eran más frecuentes de ver rodando por las calles del pueblo como si no acabaran de decidirse si ser parte del bosque o no. Tolek se hizo amigo de uno de ellos durante su infancia, un mestizo de pelaje abundante en la zona de la cruz y el cuello, pero corto y denso en el resto del cuerpo, que le daba un aspecto de hiena grisácea de las nieves que solía espantar a la mayoría de la gente. De hecho, este mestizo era reconocido por ser un ladrón descarado y escurridizo capaz de colarse casi sin ser visto en las bodegas de las tiendas para robar comida, en lugar de limitarse a rogar y a gimotear en frente de las fachadas. Solían comer y dormir juntos, Tolek siempre le compartía de lo poco que conseguía de comida. El perro-lobo no tenía nombre, Tolek jamás se atrevió a darle uno. #ElBrujoCojo
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  • La tensión que tenía en ese momento no se reflejaba en su rostro, siempre manteniendo los ojos en bajo por mera costumbre; el embrujo en el que se había visto envuelto ya no le aquejaba más, pero los años manteniéndolo le habían hecho tener la misma cautela de esos tiempos.

    El lugar parecía vacío, lo cual le hizo dudar un poco acerca de la información que le habían entregado... ¿realmente sería él, quien estaba en ese lugar tan aislado? Dio un suave suspiro, y se acercó, tratando de mantener la cabeza en alto a pesar de que sus ojos estuvieran centrados en el camino que tenía delante de sus pies; estaba tenso por la temperatura baja y la cota de mallas que escondía bajo sus prendas de tela. No pretendía tener un combate, pero tenía la sensación de que debía protegerse.

    ︻╦̵̵͇̿̿̿̿ Sir Lancelot Of The Lake ˢᵃᵇᵉʳ ᵇᵉʳˢᵉʳᵏᵉʳ ╤───
    La tensión que tenía en ese momento no se reflejaba en su rostro, siempre manteniendo los ojos en bajo por mera costumbre; el embrujo en el que se había visto envuelto ya no le aquejaba más, pero los años manteniéndolo le habían hecho tener la misma cautela de esos tiempos. El lugar parecía vacío, lo cual le hizo dudar un poco acerca de la información que le habían entregado... ¿realmente sería él, quien estaba en ese lugar tan aislado? Dio un suave suspiro, y se acercó, tratando de mantener la cabeza en alto a pesar de que sus ojos estuvieran centrados en el camino que tenía delante de sus pies; estaba tenso por la temperatura baja y la cota de mallas que escondía bajo sus prendas de tela. No pretendía tener un combate, pero tenía la sensación de que debía protegerse. [Mad_dog]
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  • Fue por la mañana de ese mismo día que recibió una noticia que le dejó otro hueco en el corazón.

    Al regresar a casa, arrastrando los pasos de la pierna lisiada y encima herida, dejó sobre la mesa una pequeña bolsa de papel con un par de bollos que, seguramente, no comería. Y le costó despegársela de la mano derecha, pues se encontró con que se había congelado ahí por donde la tomaba.

    Levantó la mirada para echar un vistazo a través de la ventana y pudo ver como los rayos del sol de primavera habían desaparecido para dar paso al comienzo de una característica e intensa nevada.

    La nostalg de su Siberia natal le cayó con fuerza sobre sus hombros.

    Dejando huellas de escarcha a cada paso que daba, se encaminó hacia afuera para echarse a andar, cabizbajo y haciendo caso omiso del punzante dolor, hacia lo profundo del bosque y bajo la cortina de nieve que ya había cubierto la hierba, en dirección hacia el claro del manantial.

    Conforme se alejaba del pueblo primero, de la cabaña después, sintió como si el tiempo se detuviera y, de pronto, echara marcha atrás hasta el día que decidió refugiarse en Jericho creyendo que así estaría a salvo de su destino, de caer bajo la maldición de su clan, pero se equivocó. Y no sólo en eso, también se equivocó al pensar que estaría a salvo de Thomas. Antes de darse cuenta, se permitió confiar en que tendría la oportunidad de vivir una vida normal y se abrió no sólo a tener amigos, a tener amantes, a tener un compañero de vida... también a soñar.

    Olvidó que no es más que un desperdicio de la sociedad y que no hay un sitio para él, pero la vida se encargaría de recordárselo.
    Cuando ella se fue, vaciló. Cuando Thomas se fue, cayó. Cuando Khan se fue, se rindió.

    Media hora de camino más tarde llegaba al manantial de la eterna primavera, donde la ventisca no le alcanzaría. Las criaturas mágicas de siempre le recibieron con miradas de familiaridad, ninguna huyó... pero tampoco ninguna se le acercó. Podían oler que algo no iba bien.

    Dejándose caer con dificultad sobre la hierba lleva la mirada al cielo donde el ojo de la tormenta mantiene la vista despejada de nubes. Su mirada se nubla por el peso de un repentino sueño arrollador. El último letargo de los que mueren de frío. Los párpados le pesan más de lo que puede soportar, su respiración se siente lenta y superficial, su corazón late cada vez con menor fuerza. Sus ojos se cierran sellados por un algunas lágrimas congeladas.

    Conforme su consciencia se apaga procura recordar esa última navidad juntos cuando parecía que eran una familia, esa que nunca antes tuvo y que nunca volverá a tener. Y se recuerda que jamás volverá a ceder, jamás, jamás, jamás...

    #ElBrujoCojo
    Fue por la mañana de ese mismo día que recibió una noticia que le dejó otro hueco en el corazón. Al regresar a casa, arrastrando los pasos de la pierna lisiada y encima herida, dejó sobre la mesa una pequeña bolsa de papel con un par de bollos que, seguramente, no comería. Y le costó despegársela de la mano derecha, pues se encontró con que se había congelado ahí por donde la tomaba. Levantó la mirada para echar un vistazo a través de la ventana y pudo ver como los rayos del sol de primavera habían desaparecido para dar paso al comienzo de una característica e intensa nevada. La nostalg de su Siberia natal le cayó con fuerza sobre sus hombros. Dejando huellas de escarcha a cada paso que daba, se encaminó hacia afuera para echarse a andar, cabizbajo y haciendo caso omiso del punzante dolor, hacia lo profundo del bosque y bajo la cortina de nieve que ya había cubierto la hierba, en dirección hacia el claro del manantial. Conforme se alejaba del pueblo primero, de la cabaña después, sintió como si el tiempo se detuviera y, de pronto, echara marcha atrás hasta el día que decidió refugiarse en Jericho creyendo que así estaría a salvo de su destino, de caer bajo la maldición de su clan, pero se equivocó. Y no sólo en eso, también se equivocó al pensar que estaría a salvo de Thomas. Antes de darse cuenta, se permitió confiar en que tendría la oportunidad de vivir una vida normal y se abrió no sólo a tener amigos, a tener amantes, a tener un compañero de vida... también a soñar. Olvidó que no es más que un desperdicio de la sociedad y que no hay un sitio para él, pero la vida se encargaría de recordárselo. Cuando ella se fue, vaciló. Cuando Thomas se fue, cayó. Cuando Khan se fue, se rindió. Media hora de camino más tarde llegaba al manantial de la eterna primavera, donde la ventisca no le alcanzaría. Las criaturas mágicas de siempre le recibieron con miradas de familiaridad, ninguna huyó... pero tampoco ninguna se le acercó. Podían oler que algo no iba bien. Dejándose caer con dificultad sobre la hierba lleva la mirada al cielo donde el ojo de la tormenta mantiene la vista despejada de nubes. Su mirada se nubla por el peso de un repentino sueño arrollador. El último letargo de los que mueren de frío. Los párpados le pesan más de lo que puede soportar, su respiración se siente lenta y superficial, su corazón late cada vez con menor fuerza. Sus ojos se cierran sellados por un algunas lágrimas congeladas. Conforme su consciencia se apaga procura recordar esa última navidad juntos cuando parecía que eran una familia, esa que nunca antes tuvo y que nunca volverá a tener. Y se recuerda que jamás volverá a ceder, jamás, jamás, jamás... #ElBrujoCojo
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