• Lady Céleste La Kryptoniana rubia fue a la Panadería Parisina en Francesa donde la citó su querida hermanita angelical, cuando entró al local fue recibida en un caloroso abrazo por parte de los invitados a su fiesta sorpresa de Cumpleaños. Lo más impresionante fue el exquisito pastel de donas a sabor a fresa que no se esperaba, malteadas, postres y todas las ofrendas que su hermana le ha traído, sonriendo con dulzura ante ese beso en su frente.

    -Hermanita adorada... Gracias por tu lindo gesto para mi Cumpleaños incluso por tus bellísimas palabras que me alegran mucho el corazón. Me harás llorar por todas las cosas lindas que me dices!!... Tú también, eres la mejor hermana del mundo y cómo tú, no hay ninguna más... Te amo, te quiero mucho, te adoro.

    *Responde al dulce abrazo de su hermanita, recibiendo el ramo de flores que le ha regalado. Observó el interior del cofré que le fue obsequiado, su rostro se iluminó por las luces de las diversas joyas en su interior, cuál reina fuese. Los trajes y atuendos dignos de una reina, una princesa. Calzado para cada atuendo... Gemas y piedras preciosas que no puede evitar llorar por la emoción.

    Tras escuchar las bellas palabras de su adorada hermanita, Kara se dedicó a disfrutar de su fiesta de Cumpleaños ya que este es su día donde ella es la estrella principal.

    //Gracias por la imagen, Hermanita. Es demasiado hermosa que me encanto y me hizó demasiado feliz...
    [LadyCeleste2008] La Kryptoniana rubia fue a la Panadería Parisina en Francesa donde la citó su querida hermanita angelical, cuando entró al local fue recibida en un caloroso abrazo por parte de los invitados a su fiesta sorpresa de Cumpleaños. Lo más impresionante fue el exquisito pastel de donas a sabor a fresa que no se esperaba, malteadas, postres y todas las ofrendas que su hermana le ha traído, sonriendo con dulzura ante ese beso en su frente. -Hermanita adorada... Gracias por tu lindo gesto para mi Cumpleaños incluso por tus bellísimas palabras que me alegran mucho el corazón. Me harás llorar por todas las cosas lindas que me dices!!... Tú también, eres la mejor hermana del mundo y cómo tú, no hay ninguna más... Te amo, te quiero mucho, te adoro. *Responde al dulce abrazo de su hermanita, recibiendo el ramo de flores que le ha regalado. Observó el interior del cofré que le fue obsequiado, su rostro se iluminó por las luces de las diversas joyas en su interior, cuál reina fuese. Los trajes y atuendos dignos de una reina, una princesa. Calzado para cada atuendo... Gemas y piedras preciosas que no puede evitar llorar por la emoción. Tras escuchar las bellas palabras de su adorada hermanita, Kara se dedicó a disfrutar de su fiesta de Cumpleaños ya que este es su día donde ella es la estrella principal. //Gracias por la imagen, Hermanita. Es demasiado hermosa que me encanto y me hizó demasiado feliz...
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Hola lindas /os personitas, taihou les desea un maravilloso lunes,unos besos para que tengas un alegre día/tarde o noche
    Hola lindas /os personitas, taihou les desea un maravilloso lunes,unos besos para que tengas un alegre día/tarde o noche
    Me gusta
    Me encocora
    6
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    //Mañana continuaré respondiendo los mensajes privados que debo... Y es el último día que tengo para poder estar en el PC hasta el día sábado... Disculpen las molestias... Me preocupa demasiado mi tardanza cómo he tenido problemillas por eso... Pero bueno, se me cuidan mucho y los quiero, besos...
    //Mañana continuaré respondiendo los mensajes privados que debo... Y es el último día que tengo para poder estar en el PC hasta el día sábado... Disculpen las molestias... Me preocupa demasiado mi tardanza cómo he tenido problemillas por eso... Pero bueno, se me cuidan mucho y los quiero, besos...
    Me encocora
    Me gusta
    4
    0 comentarios 0 compartidos
  • RECUERDO TRÁGICO:

    En plena área de conflicto, Larry fué raptado por los enemigos dónde fué torturado en su base, sin embargo, sus aliados lograron encontrar la base enemiga y rescatar a algunos de ellos. Desafortunadamente, Larry ha sido torturado a niveles atroces, que se encontraba muy débil para seguir, en la base enemiga, le han inyectado un veneno completamente letal, que estaba acabando con la vida del esposo de la Teniente Rihanna Carther, Larry en ese momento le pide a su esposa:

    Larry: Amor... corre, sálvate antes de que te capturen.
    *Comienza a toser producto de la cantidad de pólvora que había en sus pulmones y en el ambiente, además del veneno en su organismo*

    Rihanna: Vamos! Tienes que venir conmigo, no te dejaré aquí!

    Larry: Amor, vete, ya vienen los refuerzos enemigos, te atraparán y te matarán, ya no tengo mucho tiempo, estoy a punto de partir.

    Rihanna: Pero...
    *Comienza a llorar, luego voltea a su espalda, y vé acercarse a las tropas enemigas*

    Larry: Vete... sal de ahí, yo los voy a retener hasta que estés lo suficientemente lejos.
    *Saca su pistola que estaba cerca, y se levanta poco a poco, luego mira a los ojos a su esposa Rihanna y le da un último beso*
    Te amo. Ahora vé, escapa!

    Rihanna: *Recibe el beso, con lágrimas en los ojos, quería aferrarse, estaba dispuesta a morir junto a su esposo, pero decide obedecer y marcharse, aún sintiendo culpa de no haber podido hacer nada por salvar a su esposo*

    En su mente ella decía: "Fuiste un gran hombre, me has hecho felíz durante 4 años, siempre te recordaré como el hombre más valiente del mundo, y por sobre todo, un héroe, te amo y siempre te amaré."
    RECUERDO TRÁGICO: En plena área de conflicto, Larry fué raptado por los enemigos dónde fué torturado en su base, sin embargo, sus aliados lograron encontrar la base enemiga y rescatar a algunos de ellos. Desafortunadamente, Larry ha sido torturado a niveles atroces, que se encontraba muy débil para seguir, en la base enemiga, le han inyectado un veneno completamente letal, que estaba acabando con la vida del esposo de la Teniente Rihanna Carther, Larry en ese momento le pide a su esposa: Larry: Amor... corre, sálvate antes de que te capturen. *Comienza a toser producto de la cantidad de pólvora que había en sus pulmones y en el ambiente, además del veneno en su organismo* Rihanna: Vamos! Tienes que venir conmigo, no te dejaré aquí! Larry: Amor, vete, ya vienen los refuerzos enemigos, te atraparán y te matarán, ya no tengo mucho tiempo, estoy a punto de partir. Rihanna: Pero... *Comienza a llorar, luego voltea a su espalda, y vé acercarse a las tropas enemigas* Larry: Vete... sal de ahí, yo los voy a retener hasta que estés lo suficientemente lejos. *Saca su pistola que estaba cerca, y se levanta poco a poco, luego mira a los ojos a su esposa Rihanna y le da un último beso* Te amo. Ahora vé, escapa! Rihanna: *Recibe el beso, con lágrimas en los ojos, quería aferrarse, estaba dispuesta a morir junto a su esposo, pero decide obedecer y marcharse, aún sintiendo culpa de no haber podido hacer nada por salvar a su esposo* En su mente ella decía: "Fuiste un gran hombre, me has hecho felíz durante 4 años, siempre te recordaré como el hombre más valiente del mundo, y por sobre todo, un héroe, te amo y siempre te amaré."
    Me entristece
    Me shockea
    13
    0 turnos 0 maullidos
  • Nunca pensé que este momento se aferrara a mi cabeza... a mis ideas y a mi piel como una marca permanente, y simplemente no quiero sacarle de mi mente, un momento dónde dos almas se unen en cuerpo y alma por voluntad entregándose sin ningún miedo... Sin ningún arrepentimiento

    *respiraria profundo, mirando el techo de esa recamara vacía, o mas bien donde solo Krono permanecía, recordando cada segundo, cada caricia... cada beso y cada palabra dicha en la intimidad, eso le llegaba a molestar un poco por mas que no sintiera arrepentimiento*

    Los dragones solo nos entregamos una vez... Vaya manera de hacerlo... Como sea ya estoy unido a alguien
    Nunca pensé que este momento se aferrara a mi cabeza... a mis ideas y a mi piel como una marca permanente, y simplemente no quiero sacarle de mi mente, un momento dónde dos almas se unen en cuerpo y alma por voluntad entregándose sin ningún miedo... Sin ningún arrepentimiento *respiraria profundo, mirando el techo de esa recamara vacía, o mas bien donde solo Krono permanecía, recordando cada segundo, cada caricia... cada beso y cada palabra dicha en la intimidad, eso le llegaba a molestar un poco por mas que no sintiera arrepentimiento* Los dragones solo nos entregamos una vez... Vaya manera de hacerlo... Como sea ya estoy unido a alguien
    Me gusta
    Me shockea
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷
    Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin

    La llama que por fin encuentra un hogar

    Pasaron días.
    Días de ruido.
    Días de Veythra susurrándome en Tharésh’Kael como una serpiente enroscada en mi mente.
    Días de Arc regañándome, de mi propia sombra temblando, de mi paciencia erosionándose como roca golpeada por mareas negras.

    La vaina de Shein apenas me daba tregua.
    Mi cuerpo seguía siendo mío…
    mi mente, no tanto.

    Así que, en un impulso que ya era rutina, un impulso que no podía negar aunque lo intentara…
    acudí a Ryu.

    No buscaba sabiduría.
    No buscaba consejos.
    Buscaba… ella.
    Su presencia.
    Su forma de mirarme como si ya supiera lo rota que estoy y aun así me encontrara digna.
    Su forma de existir que, inexplicablemente, siempre calma mis fuegos.

    Ella me recibe sin sorpresa, con ese aire suyo que mezcla burla, ternura y peligro.
    Me observa.
    Una vez más, me desarma sin tocarme.

    Y sin moverse un centímetro, dice:

    Ryu:
    —Si sigues ardiendo así, cachorrita… te convertirás en ceniza.
    Hay que calmar la mente.
    O lo perderás todo.

    Sus palabras me atraviesan como un viento frío.
    Pero no hieren.
    Entran… y apagan un poco del incendio.

    Y por primera vez lo entiendo.
    No habla solo de disciplina, o de Veythra, o del eclipse.
    Habla de mí.
    De no perderme.
    De que… le importo.

    Y al mirarla, algo dentro de mí —ese algo que llevaba semanas rompiéndose— se acomoda.
    Se calma.
    Encuentra un centro.

    No lo pienso.
    No puedo pensarlo.

    Me acerco.
    Despacio.
    Como si temiera que el simple acto de respirar la pudiera romper.

    Y la beso.

    No es un beso impulsivo.
    Ni torpe.
    Ni desesperado.

    Es… una verdad.
    Una verdad que por fin se atreve a salir.

    Y Ryu… me lo devuelve.
    Con suavidad al principio, con esa sonrisa apenas perceptible que siempre es mi ruina.
    Con firmeza después, cuando sus manos me rodean y me traen más cerca.

    Sus labios son el primer silencio real que he sentido en días.
    El primer lugar donde Veythra calla.
    Donde Arc calla.
    Donde hasta la luna parece escuchar.

    Cuando nos separamos apenas un suspiro, me toma por el mentón y me murmura:

    Ryu:
    —¿Y Akane?

    La pregunta no me hiere.
    No me confunde.
    No me detiene.

    La miro directo a los ojos, tan cerca que veo mi propio reflejo vibrar en su dorado.
    Y con esa calma recién encontrada, respondo:

    Lili:
    —Siempre fuiste tú.

    Algo en ella se quiebra suavemente.
    No por dolor… sino por reconocimiento.

    Entonces el beso vuelve.
    Y esta vez no es una confesión.
    Es una promesa.

    Las caricias llegan… lentas, cuidadosas.
    Como si ambas supiéramos que cualquier brusquedad podría hacerme arder otra vez.
    Nos tumbamos entre risas ahogadas y respiraciones entrecortadas, aligerando la ropa con movimientos suaves, casi ceremoniales, como si cada gesto fuera un voto silencioso.

    No necesito describir el resto.
    Solo esto:

    El amor no es un estallido.
    Ni un incendio.
    Es un calor profundo.
    Un refugio.
    Un lugar donde mi mente deja de ser una tormenta y mi cuerpo deja de ser una obligación.

    En sus brazos, por primera vez en mucho tiempo…
    no escucho a Veythra.
    No escucho al Caos.
    No escucho a Arc.

    Solo escucho a Ryu.
    A su respiración.
    A su risa suave cuando me tiembla la voz.
    A su forma de decir mi nombre como si fuera un hechizo.

    Esa noche no me consumo.
    Esa noche…
    me reconstruyo.

    Siempre Ryu...
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 [Ryu] La llama que por fin encuentra un hogar Pasaron días. Días de ruido. Días de Veythra susurrándome en Tharésh’Kael como una serpiente enroscada en mi mente. Días de Arc regañándome, de mi propia sombra temblando, de mi paciencia erosionándose como roca golpeada por mareas negras. La vaina de Shein apenas me daba tregua. Mi cuerpo seguía siendo mío… mi mente, no tanto. Así que, en un impulso que ya era rutina, un impulso que no podía negar aunque lo intentara… acudí a Ryu. No buscaba sabiduría. No buscaba consejos. Buscaba… ella. Su presencia. Su forma de mirarme como si ya supiera lo rota que estoy y aun así me encontrara digna. Su forma de existir que, inexplicablemente, siempre calma mis fuegos. Ella me recibe sin sorpresa, con ese aire suyo que mezcla burla, ternura y peligro. Me observa. Una vez más, me desarma sin tocarme. Y sin moverse un centímetro, dice: Ryu: —Si sigues ardiendo así, cachorrita… te convertirás en ceniza. Hay que calmar la mente. O lo perderás todo. Sus palabras me atraviesan como un viento frío. Pero no hieren. Entran… y apagan un poco del incendio. Y por primera vez lo entiendo. No habla solo de disciplina, o de Veythra, o del eclipse. Habla de mí. De no perderme. De que… le importo. Y al mirarla, algo dentro de mí —ese algo que llevaba semanas rompiéndose— se acomoda. Se calma. Encuentra un centro. No lo pienso. No puedo pensarlo. Me acerco. Despacio. Como si temiera que el simple acto de respirar la pudiera romper. Y la beso. No es un beso impulsivo. Ni torpe. Ni desesperado. Es… una verdad. Una verdad que por fin se atreve a salir. Y Ryu… me lo devuelve. Con suavidad al principio, con esa sonrisa apenas perceptible que siempre es mi ruina. Con firmeza después, cuando sus manos me rodean y me traen más cerca. Sus labios son el primer silencio real que he sentido en días. El primer lugar donde Veythra calla. Donde Arc calla. Donde hasta la luna parece escuchar. Cuando nos separamos apenas un suspiro, me toma por el mentón y me murmura: Ryu: —¿Y Akane? La pregunta no me hiere. No me confunde. No me detiene. La miro directo a los ojos, tan cerca que veo mi propio reflejo vibrar en su dorado. Y con esa calma recién encontrada, respondo: Lili: —Siempre fuiste tú. Algo en ella se quiebra suavemente. No por dolor… sino por reconocimiento. Entonces el beso vuelve. Y esta vez no es una confesión. Es una promesa. Las caricias llegan… lentas, cuidadosas. Como si ambas supiéramos que cualquier brusquedad podría hacerme arder otra vez. Nos tumbamos entre risas ahogadas y respiraciones entrecortadas, aligerando la ropa con movimientos suaves, casi ceremoniales, como si cada gesto fuera un voto silencioso. No necesito describir el resto. Solo esto: El amor no es un estallido. Ni un incendio. Es un calor profundo. Un refugio. Un lugar donde mi mente deja de ser una tormenta y mi cuerpo deja de ser una obligación. En sus brazos, por primera vez en mucho tiempo… no escucho a Veythra. No escucho al Caos. No escucho a Arc. Solo escucho a Ryu. A su respiración. A su risa suave cuando me tiembla la voz. A su forma de decir mi nombre como si fuera un hechizo. Esa noche no me consumo. Esa noche… me reconstruyo. Siempre Ryu...
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷
    Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin

    La llama que por fin encuentra un hogar

    Pasaron días.
    Días de ruido.
    Días de Veythra susurrándome en Tharésh’Kael como una serpiente enroscada en mi mente.
    Días de Arc regañándome, de mi propia sombra temblando, de mi paciencia erosionándose como roca golpeada por mareas negras.

    La vaina de Shein apenas me daba tregua.
    Mi cuerpo seguía siendo mío…
    mi mente, no tanto.

    Así que, en un impulso que ya era rutina, un impulso que no podía negar aunque lo intentara…
    acudí a Ryu.

    No buscaba sabiduría.
    No buscaba consejos.
    Buscaba… ella.
    Su presencia.
    Su forma de mirarme como si ya supiera lo rota que estoy y aun así me encontrara digna.
    Su forma de existir que, inexplicablemente, siempre calma mis fuegos.

    Ella me recibe sin sorpresa, con ese aire suyo que mezcla burla, ternura y peligro.
    Me observa.
    Una vez más, me desarma sin tocarme.

    Y sin moverse un centímetro, dice:

    Ryu:
    —Si sigues ardiendo así, cachorrita… te convertirás en ceniza.
    Hay que calmar la mente.
    O lo perderás todo.

    Sus palabras me atraviesan como un viento frío.
    Pero no hieren.
    Entran… y apagan un poco del incendio.

    Y por primera vez lo entiendo.
    No habla solo de disciplina, o de Veythra, o del eclipse.
    Habla de mí.
    De no perderme.
    De que… le importo.

    Y al mirarla, algo dentro de mí —ese algo que llevaba semanas rompiéndose— se acomoda.
    Se calma.
    Encuentra un centro.

    No lo pienso.
    No puedo pensarlo.

    Me acerco.
    Despacio.
    Como si temiera que el simple acto de respirar la pudiera romper.

    Y la beso.

    No es un beso impulsivo.
    Ni torpe.
    Ni desesperado.

    Es… una verdad.
    Una verdad que por fin se atreve a salir.

    Y Ryu… me lo devuelve.
    Con suavidad al principio, con esa sonrisa apenas perceptible que siempre es mi ruina.
    Con firmeza después, cuando sus manos me rodean y me traen más cerca.

    Sus labios son el primer silencio real que he sentido en días.
    El primer lugar donde Veythra calla.
    Donde Arc calla.
    Donde hasta la luna parece escuchar.

    Cuando nos separamos apenas un suspiro, me toma por el mentón y me murmura:

    Ryu:
    —¿Y Akane?

    La pregunta no me hiere.
    No me confunde.
    No me detiene.

    La miro directo a los ojos, tan cerca que veo mi propio reflejo vibrar en su dorado.
    Y con esa calma recién encontrada, respondo:

    Lili:
    —Siempre fuiste tú.

    Algo en ella se quiebra suavemente.
    No por dolor… sino por reconocimiento.

    Entonces el beso vuelve.
    Y esta vez no es una confesión.
    Es una promesa.

    Las caricias llegan… lentas, cuidadosas.
    Como si ambas supiéramos que cualquier brusquedad podría hacerme arder otra vez.
    Nos tumbamos entre risas ahogadas y respiraciones entrecortadas, aligerando la ropa con movimientos suaves, casi ceremoniales, como si cada gesto fuera un voto silencioso.

    No necesito describir el resto.
    Solo esto:

    El amor no es un estallido.
    Ni un incendio.
    Es un calor profundo.
    Un refugio.
    Un lugar donde mi mente deja de ser una tormenta y mi cuerpo deja de ser una obligación.

    En sus brazos, por primera vez en mucho tiempo…
    no escucho a Veythra.
    No escucho al Caos.
    No escucho a Arc.

    Solo escucho a Ryu.
    A su respiración.
    A su risa suave cuando me tiembla la voz.
    A su forma de decir mi nombre como si fuera un hechizo.

    Esa noche no me consumo.
    Esa noche…
    me reconstruyo.

    Siempre Ryu...
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 comentarios 0 compartidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷
    Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin

    La llama que por fin encuentra un hogar

    Pasaron días.
    Días de ruido.
    Días de Veythra susurrándome en Tharésh’Kael como una serpiente enroscada en mi mente.
    Días de Arc regañándome, de mi propia sombra temblando, de mi paciencia erosionándose como roca golpeada por mareas negras.

    La vaina de Shein apenas me daba tregua.
    Mi cuerpo seguía siendo mío…
    mi mente, no tanto.

    Así que, en un impulso que ya era rutina, un impulso que no podía negar aunque lo intentara…
    acudí a Ryu.

    No buscaba sabiduría.
    No buscaba consejos.
    Buscaba… ella.
    Su presencia.
    Su forma de mirarme como si ya supiera lo rota que estoy y aun así me encontrara digna.
    Su forma de existir que, inexplicablemente, siempre calma mis fuegos.

    Ella me recibe sin sorpresa, con ese aire suyo que mezcla burla, ternura y peligro.
    Me observa.
    Una vez más, me desarma sin tocarme.

    Y sin moverse un centímetro, dice:

    Ryu:
    —Si sigues ardiendo así, cachorrita… te convertirás en ceniza.
    Hay que calmar la mente.
    O lo perderás todo.

    Sus palabras me atraviesan como un viento frío.
    Pero no hieren.
    Entran… y apagan un poco del incendio.

    Y por primera vez lo entiendo.
    No habla solo de disciplina, o de Veythra, o del eclipse.
    Habla de mí.
    De no perderme.
    De que… le importo.

    Y al mirarla, algo dentro de mí —ese algo que llevaba semanas rompiéndose— se acomoda.
    Se calma.
    Encuentra un centro.

    No lo pienso.
    No puedo pensarlo.

    Me acerco.
    Despacio.
    Como si temiera que el simple acto de respirar la pudiera romper.

    Y la beso.

    No es un beso impulsivo.
    Ni torpe.
    Ni desesperado.

    Es… una verdad.
    Una verdad que por fin se atreve a salir.

    Y Ryu… me lo devuelve.
    Con suavidad al principio, con esa sonrisa apenas perceptible que siempre es mi ruina.
    Con firmeza después, cuando sus manos me rodean y me traen más cerca.

    Sus labios son el primer silencio real que he sentido en días.
    El primer lugar donde Veythra calla.
    Donde Arc calla.
    Donde hasta la luna parece escuchar.

    Cuando nos separamos apenas un suspiro, me toma por el mentón y me murmura:

    Ryu:
    —¿Y Akane?

    La pregunta no me hiere.
    No me confunde.
    No me detiene.

    La miro directo a los ojos, tan cerca que veo mi propio reflejo vibrar en su dorado.
    Y con esa calma recién encontrada, respondo:

    Lili:
    —Siempre fuiste tú.

    Algo en ella se quiebra suavemente.
    No por dolor… sino por reconocimiento.

    Entonces el beso vuelve.
    Y esta vez no es una confesión.
    Es una promesa.

    Las caricias llegan… lentas, cuidadosas.
    Como si ambas supiéramos que cualquier brusquedad podría hacerme arder otra vez.
    Nos tumbamos entre risas ahogadas y respiraciones entrecortadas, aligerando la ropa con movimientos suaves, casi ceremoniales, como si cada gesto fuera un voto silencioso.

    No necesito describir el resto.
    Solo esto:

    El amor no es un estallido.
    Ni un incendio.
    Es un calor profundo.
    Un refugio.
    Un lugar donde mi mente deja de ser una tormenta y mi cuerpo deja de ser una obligación.

    En sus brazos, por primera vez en mucho tiempo…
    no escucho a Veythra.
    No escucho al Caos.
    No escucho a Arc.

    Solo escucho a Ryu.
    A su respiración.
    A su risa suave cuando me tiembla la voz.
    A su forma de decir mi nombre como si fuera un hechizo.

    Esa noche no me consumo.
    Esa noche…
    me reconstruyo.

    Siempre Ryu...
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 [Ryu] La llama que por fin encuentra un hogar Pasaron días. Días de ruido. Días de Veythra susurrándome en Tharésh’Kael como una serpiente enroscada en mi mente. Días de Arc regañándome, de mi propia sombra temblando, de mi paciencia erosionándose como roca golpeada por mareas negras. La vaina de Shein apenas me daba tregua. Mi cuerpo seguía siendo mío… mi mente, no tanto. Así que, en un impulso que ya era rutina, un impulso que no podía negar aunque lo intentara… acudí a Ryu. No buscaba sabiduría. No buscaba consejos. Buscaba… ella. Su presencia. Su forma de mirarme como si ya supiera lo rota que estoy y aun así me encontrara digna. Su forma de existir que, inexplicablemente, siempre calma mis fuegos. Ella me recibe sin sorpresa, con ese aire suyo que mezcla burla, ternura y peligro. Me observa. Una vez más, me desarma sin tocarme. Y sin moverse un centímetro, dice: Ryu: —Si sigues ardiendo así, cachorrita… te convertirás en ceniza. Hay que calmar la mente. O lo perderás todo. Sus palabras me atraviesan como un viento frío. Pero no hieren. Entran… y apagan un poco del incendio. Y por primera vez lo entiendo. No habla solo de disciplina, o de Veythra, o del eclipse. Habla de mí. De no perderme. De que… le importo. Y al mirarla, algo dentro de mí —ese algo que llevaba semanas rompiéndose— se acomoda. Se calma. Encuentra un centro. No lo pienso. No puedo pensarlo. Me acerco. Despacio. Como si temiera que el simple acto de respirar la pudiera romper. Y la beso. No es un beso impulsivo. Ni torpe. Ni desesperado. Es… una verdad. Una verdad que por fin se atreve a salir. Y Ryu… me lo devuelve. Con suavidad al principio, con esa sonrisa apenas perceptible que siempre es mi ruina. Con firmeza después, cuando sus manos me rodean y me traen más cerca. Sus labios son el primer silencio real que he sentido en días. El primer lugar donde Veythra calla. Donde Arc calla. Donde hasta la luna parece escuchar. Cuando nos separamos apenas un suspiro, me toma por el mentón y me murmura: Ryu: —¿Y Akane? La pregunta no me hiere. No me confunde. No me detiene. La miro directo a los ojos, tan cerca que veo mi propio reflejo vibrar en su dorado. Y con esa calma recién encontrada, respondo: Lili: —Siempre fuiste tú. Algo en ella se quiebra suavemente. No por dolor… sino por reconocimiento. Entonces el beso vuelve. Y esta vez no es una confesión. Es una promesa. Las caricias llegan… lentas, cuidadosas. Como si ambas supiéramos que cualquier brusquedad podría hacerme arder otra vez. Nos tumbamos entre risas ahogadas y respiraciones entrecortadas, aligerando la ropa con movimientos suaves, casi ceremoniales, como si cada gesto fuera un voto silencioso. No necesito describir el resto. Solo esto: El amor no es un estallido. Ni un incendio. Es un calor profundo. Un refugio. Un lugar donde mi mente deja de ser una tormenta y mi cuerpo deja de ser una obligación. En sus brazos, por primera vez en mucho tiempo… no escucho a Veythra. No escucho al Caos. No escucho a Arc. Solo escucho a Ryu. A su respiración. A su risa suave cuando me tiembla la voz. A su forma de decir mi nombre como si fuera un hechizo. Esa noche no me consumo. Esa noche… me reconstruyo. Siempre Ryu...
    Me gusta
    Me encocora
    3
    1 comentario 3 compartidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    //Amigos... Podré venir al PC todos los días en la noche hasta el día Lunes pero no quedarme demasiado tarde... Lo significa que no podré avanzar mucho devolviendo sus mensajes privados y comentarios de forma rápido... Lamento mucho las molestias que esto ocasiona, la verdad. Se me cuidan. Besos...
    //Amigos... Podré venir al PC todos los días en la noche hasta el día Lunes pero no quedarme demasiado tarde... Lo significa que no podré avanzar mucho devolviendo sus mensajes privados y comentarios de forma rápido... Lamento mucho las molestias que esto ocasiona, la verdad. Se me cuidan. Besos...
    Me gusta
    Me entristece
    Me encocora
    6
    1 comentario 0 compartidos
  • Hay personas que no soportan, deje claro que me interesa alguien mas y aun asi asumió qué estaba interesada en él, cuando pregunto pregunto él o el gato, dije gato porque a ese no me interesa.

    Después me pidió beso, lo rechace y al momento corto comunicación conmigo (bloqueo)

    Pese que yo nunca le mostré interés, por eso si una chica les acepta, puede que acepte amistad pero no algo íntimo, respeten.
    Hay personas que no soportan, deje claro que me interesa alguien mas y aun asi asumió qué estaba interesada en él, cuando pregunto pregunto él o el gato, dije gato porque a ese no me interesa. Después me pidió beso, lo rechace y al momento corto comunicación conmigo (bloqueo) Pese que yo nunca le mostré interés, por eso si una chica les acepta, puede que acepte amistad pero no algo íntimo, respeten.
    Me encocora
    Me gusta
    Me enjaja
    7
    1 turno 0 maullidos
  • Tres meses contigo, James y todavía me sigues viendo como si fuera algún milagro que te cayó del cielo.

    Eve apoyó la frente contra su pecho, sonriendo con esa mezcla de burla cariñosa y ternura que solo él conocía.

    No sé cómo lo hiciste, pero te convertiste en mi lugar seguro, mi ruido favorito y mi caos preferido… todo al mismo tiempo.

    Alzó la mirada, agarrándole de la camisa como siempre hacía cuando quería besarlo o pelearle por algo.

    Gracias por aguantarme, por cuidarme, por hacerme reír y por amarme como lo haces… tan fuerte, tan suave, tan tú.

    Se inclinó y le dio un beso lento, de esos que prometen futuro.

    Feliz tres meses, mi amor.
    Y prepárate… porque no pienso soltarte nunca. Te amo.

    𝙅𝘼𝘔𝘌𝙎 𝘽𝘼𝙍𝙉𝙀𝘚
    Tres meses contigo, James y todavía me sigues viendo como si fuera algún milagro que te cayó del cielo. Eve apoyó la frente contra su pecho, sonriendo con esa mezcla de burla cariñosa y ternura que solo él conocía. No sé cómo lo hiciste, pero te convertiste en mi lugar seguro, mi ruido favorito y mi caos preferido… todo al mismo tiempo. Alzó la mirada, agarrándole de la camisa como siempre hacía cuando quería besarlo o pelearle por algo. Gracias por aguantarme, por cuidarme, por hacerme reír y por amarme como lo haces… tan fuerte, tan suave, tan tú. Se inclinó y le dio un beso lento, de esos que prometen futuro. Feliz tres meses, mi amor. Y prepárate… porque no pienso soltarte nunca. Te amo. [JamesBarnes]
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados