• Y para que sepan un poco mas de mi pueden visitar mi antiguo perfil https://ficrol.com/ember_titanium_goat_942?ref=qs sigo siendo Freya aunque no uso la otra cuenta porque perdí mi contraseña
    Y para que sepan un poco mas de mi pueden visitar mi antiguo perfil https://ficrol.com/ember_titanium_goat_942?ref=qs sigo siendo Freya aunque no uso la otra cuenta porque perdí mi contraseña
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    Freya Gulbrandsen
    ¿Una dama de la realeza? Así nací, pero el poder nunca me importo ¿O quizas si? Jeje nunca se sabrá, pero eso no me impedirá tener conexiones con las especies verdad? Estaria muy triste si fuera así...-
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  • Escena: “Mortis Cola – Edición Prohibida”
    Luna bajó a la cocina con los ojos aún entrecerrados. Había pasado toda la noche estudiando rituales antiguos y necesitaba un respiro… y cafeína. Pero en el suelo, encontró algo aún más desconcertante que cualquier símbolo arcano:

    Mortis, acostado como una estrella de rock retirada, lucía una etiqueta de Coca-Cola alrededor del cuerpo. Inmóvil. Dramático. Y sí, con cara de que lo había hecho a propósito.

    —¿Qué…? —Luna se frotó los ojos—. ¿Estás bien?

    El gato ni se inmutó.

    —¿Eres…? —continuó ella, reprimiendo una carcajada— ¿una edición coleccionable?

    Mortis giró la cabeza lentamente, como si dijera: Soy más raro y valioso que cualquier objeto en esta dimensión.

    Luna no aguantó más. Le tomó una foto.

    —"Mortis Cola: con sabor a caos y conjuros. Solo por tiempo limitado" —leyó en voz alta, divertida.

    De pronto, las luces parpadearon. El aire se volvió denso.

    —Ups… —susurró ella, viendo cómo el collar de Mortis comenzaba a brillar—. No debí burlarme, ¿verdad?

    El gato se levantó lentamente, dejó caer la etiqueta al suelo con un golpe seco… y caminó hacia la oscuridad del pasillo como si nada.

    Pero antes de desaparecer, se detuvo y soltó un leve:

    —Miau.

    La luz volvió. Luna temblaba.

    Mortis Coca-Cola no era una broma.
    🐾 Escena: “Mortis Cola – Edición Prohibida” Luna bajó a la cocina con los ojos aún entrecerrados. Había pasado toda la noche estudiando rituales antiguos y necesitaba un respiro… y cafeína. Pero en el suelo, encontró algo aún más desconcertante que cualquier símbolo arcano: Mortis, acostado como una estrella de rock retirada, lucía una etiqueta de Coca-Cola alrededor del cuerpo. Inmóvil. Dramático. Y sí, con cara de que lo había hecho a propósito. —¿Qué…? —Luna se frotó los ojos—. ¿Estás bien? El gato ni se inmutó. —¿Eres…? —continuó ella, reprimiendo una carcajada— ¿una edición coleccionable? Mortis giró la cabeza lentamente, como si dijera: Soy más raro y valioso que cualquier objeto en esta dimensión. Luna no aguantó más. Le tomó una foto. —"Mortis Cola: con sabor a caos y conjuros. Solo por tiempo limitado" —leyó en voz alta, divertida. De pronto, las luces parpadearon. El aire se volvió denso. —Ups… —susurró ella, viendo cómo el collar de Mortis comenzaba a brillar—. No debí burlarme, ¿verdad? El gato se levantó lentamente, dejó caer la etiqueta al suelo con un golpe seco… y caminó hacia la oscuridad del pasillo como si nada. Pero antes de desaparecer, se detuvo y soltó un leve: —Miau. La luz volvió. Luna temblaba. Mortis Coca-Cola no era una broma.
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  • DINÁMICA: “La Habitación”

    La Casa ha comenzado a moverse. Las habitaciones, dormidas durante tanto tiempo, despiertan una por una. Como si supieran que alguien ha llegado.

    Afuera, la lluvia resbala por los vitrales, y el crujido de la madera evoca una respiración pausada.

    Estás en una habitación que no reconoces… y sin embargo, no te asusta. La sientes familiar. La sientes... Tuya.

    El aire huele a eso que dejaste pendiente. Las paredes están cubiertas con objetos que no son tuyos, pero te causan una nostalgia difícil de explicar.

    La cama bajo tu cuerpo rechina suavemente, como si celebrara que has despertado.

    Sobre una pequeña mesa, un papel doblado lleva tu nombre; “Estás a salvo aquí.”

    Instrucciones:

    Crea una escena de rol en tu perfil con el hashtag #DespertarEnLaCasa

    Describe cómo es la habitación que te tocó. ¿Qué hay en ella? ¿Cómo reacciona tu personaje al despertar ahí? ¿Qué recuerda? ¿Sale a investigar o prefiere esperar?

    Puedes quedarte en la escena en solitario, etiquetar a alguien o sumarte a la escena de otro. No hay apuro. La Casa sabe cuándo mover sus hilos.

    El Murmullo
    Isidro Rubio Villa de Montemar
    Bella Mortem
    🌫️ DINÁMICA: “La Habitación” La Casa ha comenzado a moverse. Las habitaciones, dormidas durante tanto tiempo, despiertan una por una. Como si supieran que alguien ha llegado. Afuera, la lluvia resbala por los vitrales, y el crujido de la madera evoca una respiración pausada. Estás en una habitación que no reconoces… y sin embargo, no te asusta. La sientes familiar. La sientes... Tuya. El aire huele a eso que dejaste pendiente. Las paredes están cubiertas con objetos que no son tuyos, pero te causan una nostalgia difícil de explicar. La cama bajo tu cuerpo rechina suavemente, como si celebrara que has despertado. Sobre una pequeña mesa, un papel doblado lleva tu nombre; “Estás a salvo aquí.” 🕯️ Instrucciones: Crea una escena de rol en tu perfil con el hashtag #DespertarEnLaCasa Describe cómo es la habitación que te tocó. ¿Qué hay en ella? ¿Cómo reacciona tu personaje al despertar ahí? ¿Qué recuerda? ¿Sale a investigar o prefiere esperar? Puedes quedarte en la escena en solitario, etiquetar a alguien o sumarte a la escena de otro. No hay apuro. La Casa sabe cuándo mover sus hilos. [spark_orange_mouse_555] [isimont12] [callefalsa123]
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  • ——————✧◦♚◦✧——————⋆

    El emperador, aquel que parece omnisciente, que todo ve, todo escucha y gobierna cada rincón de su vasto dominio; aquel que se alza por encima de todos los demás como una figura imponente e inquebrantable, ahora se encuentra cautivado, casi subyugado, por una mujer cuya audacia desafía toda lógica. Es increíble cómo desafía sin reservas su autoridad y cómo parece no temer la sombra del poder ni los riesgos que supone acercarse tanto a él.

    Y lo peor —o quizás lo más fascinante— es su actitud. Esa sonrisa despreocupada que desarma cualquier defensa, los pequeños empujones que rompen cualquier formalidad, las mordidas juguetonas que él nunca habría permitido en otro tiempo, y su insaciable curiosidad por cada aspecto de lo que él hace o deja de hacer; toda ella resulta una paradoja que nunca logra descifrar.

    Como si eso fuera insuficiente, aquella mujer tuvo incluso el descaro de obligarlo a abandonar la solemnidad de sus tradicionales atuendos para enfundarse en un traje elegante, solo con el objetivo de cumplir su capricho de asistir a una boda insignificante de una amiga. Él debería detestarla por esto, y quizá lo hace, pero hay algo más profundo. Le intriga el hecho de que ella actúe como si pudiera ejercer algún tipo de control sobre él, como si realmente creyera haber conquistado al emperador. Qué absurda ilusión. Qué ingenua.
    ——————✧◦♚◦✧——————⋆ El emperador, aquel que parece omnisciente, que todo ve, todo escucha y gobierna cada rincón de su vasto dominio; aquel que se alza por encima de todos los demás como una figura imponente e inquebrantable, ahora se encuentra cautivado, casi subyugado, por una mujer cuya audacia desafía toda lógica. Es increíble cómo desafía sin reservas su autoridad y cómo parece no temer la sombra del poder ni los riesgos que supone acercarse tanto a él. Y lo peor —o quizás lo más fascinante— es su actitud. Esa sonrisa despreocupada que desarma cualquier defensa, los pequeños empujones que rompen cualquier formalidad, las mordidas juguetonas que él nunca habría permitido en otro tiempo, y su insaciable curiosidad por cada aspecto de lo que él hace o deja de hacer; toda ella resulta una paradoja que nunca logra descifrar. Como si eso fuera insuficiente, aquella mujer tuvo incluso el descaro de obligarlo a abandonar la solemnidad de sus tradicionales atuendos para enfundarse en un traje elegante, solo con el objetivo de cumplir su capricho de asistir a una boda insignificante de una amiga. Él debería detestarla por esto, y quizá lo hace, pero hay algo más profundo. Le intriga el hecho de que ella actúe como si pudiera ejercer algún tipo de control sobre él, como si realmente creyera haber conquistado al emperador. Qué absurda ilusión. Qué ingenua.
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  • Mi hermoso búho volvió, mi bonito amor está aquí, vuelvo a ser feliz ihhhh lo aprovecharé mucho sisisi (Y se volvió a ir peeero soy feliz sabiendo que el está bien aunque esclavizado ;-;)
    Mi hermoso búho volvió, mi bonito amor está aquí, vuelvo a ser feliz ihhhh lo aprovecharé mucho sisisi (Y se volvió a ir peeero soy feliz sabiendo que el está bien aunque esclavizado ;-;)
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  • El conforte que le da saber que su gatito lo espera a pesar de ser consumido por el trabajo como un esclavo, le da la esperanza de volver a casa pronto y estar a su lado, aunque también se siente culpable sabiendo que lo deja tanto tiempo solo.

    —Ese hombre no es capaz de dimensionar cuanto se ha ganado mi corazón...
    Finalmente soy amado y temo no ser suficiente, debo esforzarme más en esta relación.
    El conforte que le da saber que su gatito lo espera a pesar de ser consumido por el trabajo como un esclavo, le da la esperanza de volver a casa pronto y estar a su lado, aunque también se siente culpable sabiendo que lo deja tanto tiempo solo. —Ese hombre no es capaz de dimensionar cuanto se ha ganado mi corazón... Finalmente soy amado y temo no ser suficiente, debo esforzarme más en esta relación.
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  • — Era un día tranquilo Pero lindo, el clima era agradable, el sol estaba algo fuerte, el clima estaba bueno como para salir un momento de casa, Shinano salió de su departamento para pensar en alguna cosas, quería relajar su mente.

    〜-∿-∿-〜 Que lindo clima, aunque el sol está algo fuerte eso no quita lo bueno que es hoy el clima, sin duda será divertido pasear por alrededor de este lugar.
    — Era un día tranquilo Pero lindo, el clima era agradable, el sol estaba algo fuerte, el clima estaba bueno como para salir un momento de casa, Shinano salió de su departamento para pensar en alguna cosas, quería relajar su mente. 〜-∿-∿-〜 Que lindo clima, aunque el sol está algo fuerte eso no quita lo bueno que es hoy el clima, sin duda será divertido pasear por alrededor de este lugar.
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  • Es tan aburrido aquí, pero Robin fue a la batalla del grial y necesitaba alguien que cuide el lugar en su ausencia.
    Cuando la guerra termine, ella volverá.
    Aunque no se si habrá alguien que la espere, bueno yo solo buscaré tesoros.
    Es tan aburrido aquí, pero Robin fue a la batalla del grial y necesitaba alguien que cuide el lugar en su ausencia. Cuando la guerra termine, ella volverá. Aunque no se si habrá alguien que la espere, bueno yo solo buscaré tesoros.
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  • Conoce tu nuevo hogar:

    La Casa de los Susurros no figura en ningún mapa. No tiene dirección postal, ni código, ni nombre registrado. Aparece solo ante quienes la necesitan, cuando la oscuridad interna es más densa que la del mundo exterior.

    Desde fuera, se alza como una mansión antigua, gótica, de piedra ennegrecida y ventanales oscuros. El jardín está cubierto por una maleza ordenada, como si la misma naturaleza supiera respetar el diseño de los parques y jardines que la rodean.

    El interior es amplio, anticuado pero cuidado, la memoria de lo que alguna vez fue la mantiene viva. Alfombras rojas gastadas recorren los pasillos, las escaleras crujen bajo el peso de recuerdos, y los candelabros emiten una luz cálida, espesa, que proyecta sombras suaves pero persistentes.

    Las habitaciones parecen despertar al tacto del huésped. Cada una es distinta, personalizada como si la Casa leyera las necesidades quienes entran. Cada habitación es distinta. Algunas recuerdan a salones de épocas pasadas, otras son más íntimas, cubiertas de espejos viejos, fotografías sin fecha o relojes detenidos. Los pasillos parecen cambiar de forma según quién los recorra. Hay lugares donde uno jura haber estado antes... aunque no sepa cuándo.

    La Casa de los Susurros te observa. Te escucha.
    Y, si te permite entrar, es porque algo en ti está a punto de revelarse.
    Conoce tu nuevo hogar: La Casa de los Susurros no figura en ningún mapa. No tiene dirección postal, ni código, ni nombre registrado. Aparece solo ante quienes la necesitan, cuando la oscuridad interna es más densa que la del mundo exterior. Desde fuera, se alza como una mansión antigua, gótica, de piedra ennegrecida y ventanales oscuros. El jardín está cubierto por una maleza ordenada, como si la misma naturaleza supiera respetar el diseño de los parques y jardines que la rodean. El interior es amplio, anticuado pero cuidado, la memoria de lo que alguna vez fue la mantiene viva. Alfombras rojas gastadas recorren los pasillos, las escaleras crujen bajo el peso de recuerdos, y los candelabros emiten una luz cálida, espesa, que proyecta sombras suaves pero persistentes. Las habitaciones parecen despertar al tacto del huésped. Cada una es distinta, personalizada como si la Casa leyera las necesidades quienes entran. Cada habitación es distinta. Algunas recuerdan a salones de épocas pasadas, otras son más íntimas, cubiertas de espejos viejos, fotografías sin fecha o relojes detenidos. Los pasillos parecen cambiar de forma según quién los recorra. Hay lugares donde uno jura haber estado antes... aunque no sepa cuándo. La Casa de los Susurros te observa. Te escucha. Y, si te permite entrar, es porque algo en ti está a punto de revelarse.
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  • ⊹ ❛ ᴛʜᴇ ᴍʏᴏsᴏᴛɪs ғʟᴏᴡᴇʀ as 𝓯orget me not , and Lucy Gray as the singing 𝑚𝑜𝑐𝑘𝑖𝑛𝑔𝑗𝑎𝑦. Is the show really over?
    ⤷ ⋆ Penned by Jackie ! [ #writting #canon ]

    Para Lucy Gray, correr no era una experiencia nueva, escapar era una extraña norma que de un momento a otro tomó fuerza, escapar de los peacekeepers… salirse con la suya. Algunos corrían porque querían gobernar el mundo que esperaba a ser conquistado, e inevitablemente veía eso en Coriolanus Snow, su mentor, y a la vez, un guerrero, alguien que podía levantar un pueblo desde el polvo.

    Para peor, o para mejor.

    Y esa misma esperanza, cambiante como el océano, la hizo detenerse en sus pasos, incluso con la fuerza del humo que parece quitarle el humo de los pulmones para salir de su boca después de haberle arrebatado las cuerdas vocales. El Capitolio, esperando quitarle todo, no podía quitarle también a su mentos.

    “¡Por favor!”

    ¿Sería un pecado decir que en aquella voz rota logró reflejarse por primera vez? Ya no eran palabras estiradas, o una voz llena de autoritarismo propio del Capitolio, no, era simplemente un humano, tan roto cómo ella, como aquellos de los distritos.

    Porque su corazón se estrujó, y antes de darse cuenta, ya estaba volviendo en sus pasos, con más esfuerzo del que se necesitaba, no solo por la explosión, sino también por el hambre, y por las cadenas que querían retrasarla.

    Tose, tose, buscando alivianar el ardor en su torso que quema desde dentro, la mezcla del humo con el polvo quiere derrumbarla. Sus ojos oscuros buscan con la mirada a Coriolanus, quien se aferra con fuerza a su vestido achicharrado, o bueno, lo que queda del vestido que alguna vez fue de su madre.

    Porque el rostro de su madre es borroso, se ha perdido entre tantas nuevas memorias, porque Lucy se había prometido recordar algo más importante que el rostro, había dejado morir ese capitulo de su vida antes de que transformara todo lo demás a fuego y cenizas. Mira a Coriolanus, y entonces, las fuerzas parecen renovadas, cómo si repentinamente todos los pecados hubiesen sido perdonados, y ahora tuviera una fuerza para luchar.

    Si no murió antes, quizá moriría ahora, pero la adrenalina, las cenizas, el humo, los cadáveres, la hacían no detenerse a pesar del flaqueo: cómo un fénix recién nacido, Lucy Gray se preguntaba: “¿Qué harás ahora? ¿Cuánto estás dispuesta a perder?”

    Cómo un fénix, tenía el deber de alzarse, no por ella, sino por aquel chico que la había hecho sentir escuchada, vista. No era jugar dios, sino más bien, no olvidar aquella humanidad que las aves parecían recoger de las sobras humanas, encontradas en el aterrizaje después de un largo vuelo.

    --¡Coriolanus!—Lucy le grita, entre el propio pitido de sus oídos, entre la neblina que amenaza consumir todo, el mismo lugar donde la muerte se está escondiendo, llevándose la cuota que Lucy Gray conoce tan bien, tan de cerca, pero hay seguridad en sus pasos, entonces, el canto para evitar que Coriolanus sucumba al sueño eterno, comienza, una voz rasposa y gastada, pero con un esfuerzo sincero:

    ...Porque el ave en algún momento de la muerte se enamoró, siempre quería su compañía, pero las manos huesudas siempre le huían, el ave siempre le decía:
    “Querida mía, tu mano he de tomar, juntos eternamente vamos a cantar.”
    La guadaña siempre se reía, y entre risas le respondía.
    “¡Ni lo pienses, ave querida! Tienes amor aquí en la vida, que te cura las heridas, quizá en la lapida desvanecida volveremos a encontrarnos. Hasta entonces, camina precavida.”

    Lucy Gray observa al chico reírse con esfuerzo, siendo que está más cerca de la inconsciencia que otra cosa, como si quisiese darse por vencido, pero a pesar de todo, estuviese luchando por no caer.

    “Querida mía, tu melodía en vez de lastimar, me causa añoranza y felicidad. Entre el vuelo, estaré esperando el estrello, que, en tus manos, estoy segura que será lleno de bondad.”

    Los paramédicos entran con rapidez hacia el gran estadio, ella sabe lo que se aproxima. Sin embargo, al darle la ultima mirada a su mentor, no se arrepiente de la decisión tomada. A pesar de todo, sigue siendo humana, incluso si eso la hizo quedar tumbada en el suelo con el cuerpo lastimado, y un cañón frío en el cuello.

    Incluso si significó terminar aprisionada otra vez, como un ave sin alas, mientras la nieve seguía cayendo en la cima, en una postura excelente.

    ⊹ ❛ ᴛʜᴇ ᴍʏᴏsᴏᴛɪs ғʟᴏᴡᴇʀ as 𝓯orget me not , and Lucy Gray as the singing 𝑚𝑜𝑐𝑘𝑖𝑛𝑔𝑗𝑎𝑦. Is the show really over? ⤷ ⋆ Penned by Jackie ! [ #writting #canon ] Para Lucy Gray, correr no era una experiencia nueva, escapar era una extraña norma que de un momento a otro tomó fuerza, escapar de los peacekeepers… salirse con la suya. Algunos corrían porque querían gobernar el mundo que esperaba a ser conquistado, e inevitablemente veía eso en Coriolanus Snow, su mentor, y a la vez, un guerrero, alguien que podía levantar un pueblo desde el polvo. Para peor, o para mejor. Y esa misma esperanza, cambiante como el océano, la hizo detenerse en sus pasos, incluso con la fuerza del humo que parece quitarle el humo de los pulmones para salir de su boca después de haberle arrebatado las cuerdas vocales. El Capitolio, esperando quitarle todo, no podía quitarle también a su mentos. “¡Por favor!” ¿Sería un pecado decir que en aquella voz rota logró reflejarse por primera vez? Ya no eran palabras estiradas, o una voz llena de autoritarismo propio del Capitolio, no, era simplemente un humano, tan roto cómo ella, como aquellos de los distritos. Porque su corazón se estrujó, y antes de darse cuenta, ya estaba volviendo en sus pasos, con más esfuerzo del que se necesitaba, no solo por la explosión, sino también por el hambre, y por las cadenas que querían retrasarla. Tose, tose, buscando alivianar el ardor en su torso que quema desde dentro, la mezcla del humo con el polvo quiere derrumbarla. Sus ojos oscuros buscan con la mirada a Coriolanus, quien se aferra con fuerza a su vestido achicharrado, o bueno, lo que queda del vestido que alguna vez fue de su madre. Porque el rostro de su madre es borroso, se ha perdido entre tantas nuevas memorias, porque Lucy se había prometido recordar algo más importante que el rostro, había dejado morir ese capitulo de su vida antes de que transformara todo lo demás a fuego y cenizas. Mira a Coriolanus, y entonces, las fuerzas parecen renovadas, cómo si repentinamente todos los pecados hubiesen sido perdonados, y ahora tuviera una fuerza para luchar. Si no murió antes, quizá moriría ahora, pero la adrenalina, las cenizas, el humo, los cadáveres, la hacían no detenerse a pesar del flaqueo: cómo un fénix recién nacido, Lucy Gray se preguntaba: “¿Qué harás ahora? ¿Cuánto estás dispuesta a perder?” Cómo un fénix, tenía el deber de alzarse, no por ella, sino por aquel chico que la había hecho sentir escuchada, vista. No era jugar dios, sino más bien, no olvidar aquella humanidad que las aves parecían recoger de las sobras humanas, encontradas en el aterrizaje después de un largo vuelo. --¡Coriolanus!—Lucy le grita, entre el propio pitido de sus oídos, entre la neblina que amenaza consumir todo, el mismo lugar donde la muerte se está escondiendo, llevándose la cuota que Lucy Gray conoce tan bien, tan de cerca, pero hay seguridad en sus pasos, entonces, el canto para evitar que Coriolanus sucumba al sueño eterno, comienza, una voz rasposa y gastada, pero con un esfuerzo sincero: ...Porque el ave en algún momento de la muerte se enamoró, siempre quería su compañía, pero las manos huesudas siempre le huían, el ave siempre le decía: “Querida mía, tu mano he de tomar, juntos eternamente vamos a cantar.” La guadaña siempre se reía, y entre risas le respondía. “¡Ni lo pienses, ave querida! Tienes amor aquí en la vida, que te cura las heridas, quizá en la lapida desvanecida volveremos a encontrarnos. Hasta entonces, camina precavida.” Lucy Gray observa al chico reírse con esfuerzo, siendo que está más cerca de la inconsciencia que otra cosa, como si quisiese darse por vencido, pero a pesar de todo, estuviese luchando por no caer. “Querida mía, tu melodía en vez de lastimar, me causa añoranza y felicidad. Entre el vuelo, estaré esperando el estrello, que, en tus manos, estoy segura que será lleno de bondad.” Los paramédicos entran con rapidez hacia el gran estadio, ella sabe lo que se aproxima. Sin embargo, al darle la ultima mirada a su mentor, no se arrepiente de la decisión tomada. A pesar de todo, sigue siendo humana, incluso si eso la hizo quedar tumbada en el suelo con el cuerpo lastimado, y un cañón frío en el cuello. Incluso si significó terminar aprisionada otra vez, como un ave sin alas, mientras la nieve seguía cayendo en la cima, en una postura excelente.
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