• Under the Depths - The Sister of the Abyss.
    Fandom Jujutsu Kaisen/Made in Abyss.
    Categoría Drama
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀El Abismo, 12:44 hs
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Primera Capa.

    ⠀⠀El viento de la Primera Capa del legendario Abismo de Orth le golpeó el rostro con una tibieza engañosa. Apenas se adentraban, pasos tranquilos, pastizales elevados, varios Silbatos Rojos acompañaban su sendero, hasta dispersarse entre las ruinas del gran hoyo que marcaba el eje económico del sitio.

    ⠀⠀Tascio respiró hondo, pero el aire le sintió raro. Aquí no, tal vez se dispersaba demasiado, pero sentía esa huella inconfundible de la maldición y el aroma a la peste del averno, imposible que su nariz no lo detecte, estaba bien adaptada a oler maldiciones...
    ⠀⠀...como la muchacha envuelta en un velo de maleficio aquí presente, más baja, caminaba delante de él, siempre con esa apariencia delicada pero elegante, como si fuera a desaparecer en cualquier momento. Sus pasos estaban en completo silencio, era un rasgo que le parecía interesante, recorrió su silueta hasta llegar a sus talones, qué técnica tan extraña, tan sutil que apenas se notaba.

    ⠀⠀Desvió la vista y observó el terreno con detenimiento: irregular, cubierto de una vegetación salvaje que parecía alejarse poco a poco de cualquier libro de botánica conocido. Se detuvo un momento, apreciando esa vorágine de luz que tragaba todo, y no lo dejaba ver hacia abajo.
    ⠀⠀⸻ "Así que este es el tan famoso Abismo." ⸻ Los rastros de la dichosa <maldición del Abismo> comenzaban a flotar. No los veía como tal, sentía el maleficio que emanaban al perturbarse, podía tejer una red mental de la posición del manto, pero era tenue, muy lejos de ser tan precisa como un Narehate. Pero seguía siendo bastante útil.

    ⠀⠀⸻ "Eso es lo que leí en los libros." ⸻ Era tenue, esperable de la primera línea de entrada del sitio.
    ⠀⠀Aunque la propia Nairis insistió que lo máximo que bajarían sería hasta la Segunda Capa, y ni de eso estaba segura. ¿Vinieron aquí solo para presenciar la línea de salida? Admitía que eso le hacía refunfuñar.

    ⠀⠀Había pasado tanto tiempo escuchando hablar del Abismo que casi lo había convertido en una fábula dentro de su cabeza. La Silbato Blanco lo conocía mucho mejor que cualquier cuento para dormir.
    ⠀⠀Repentinamente ella detuvo su paso, un manantial se extendía hacia abajo en la forma de un rio. El rubio permanecía con sus manos en los bolsillos de su gabardina, observando el paisaje.

    ⠀⠀Era muy bonito para ser ese mortal lugar del que tanto pudo escuchar en las anécdotas de ese bar de Delvers.
    ⠀⠀Dio un paso. El barro se hundió un poco bajo su bota, pero estaba bastante indiferente al respecto.

    ⠀⠀Entonces observó a su compañera inmóvil, ya bastante lejos del área recurrente de los silbatos más jóvenes, parece que tenía algo que decirle...

    ⠀⠀Con el Abismo como único testigo.

    Nairis de Tzelmúr
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀El Abismo, 12:44 hs ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Primera Capa. ⠀ ⠀⠀El viento de la Primera Capa del legendario Abismo de Orth le golpeó el rostro con una tibieza engañosa. Apenas se adentraban, pasos tranquilos, pastizales elevados, varios Silbatos Rojos acompañaban su sendero, hasta dispersarse entre las ruinas del gran hoyo que marcaba el eje económico del sitio. ⠀⠀Tascio respiró hondo, pero el aire le sintió raro. Aquí no, tal vez se dispersaba demasiado, pero sentía esa huella inconfundible de la maldición y el aroma a la peste del averno, imposible que su nariz no lo detecte, estaba bien adaptada a oler maldiciones... ⠀⠀...como la muchacha envuelta en un velo de maleficio aquí presente, más baja, caminaba delante de él, siempre con esa apariencia delicada pero elegante, como si fuera a desaparecer en cualquier momento. Sus pasos estaban en completo silencio, era un rasgo que le parecía interesante, recorrió su silueta hasta llegar a sus talones, qué técnica tan extraña, tan sutil que apenas se notaba. ⠀⠀Desvió la vista y observó el terreno con detenimiento: irregular, cubierto de una vegetación salvaje que parecía alejarse poco a poco de cualquier libro de botánica conocido. Se detuvo un momento, apreciando esa vorágine de luz que tragaba todo, y no lo dejaba ver hacia abajo. ⠀⠀⸻ "Así que este es el tan famoso Abismo." ⸻ Los rastros de la dichosa <maldición del Abismo> comenzaban a flotar. No los veía como tal, sentía el maleficio que emanaban al perturbarse, podía tejer una red mental de la posición del manto, pero era tenue, muy lejos de ser tan precisa como un Narehate. Pero seguía siendo bastante útil. ⠀⠀⸻ "Eso es lo que leí en los libros." ⸻ Era tenue, esperable de la primera línea de entrada del sitio. ⠀⠀Aunque la propia Nairis insistió que lo máximo que bajarían sería hasta la Segunda Capa, y ni de eso estaba segura. ¿Vinieron aquí solo para presenciar la línea de salida? Admitía que eso le hacía refunfuñar. ⠀⠀Había pasado tanto tiempo escuchando hablar del Abismo que casi lo había convertido en una fábula dentro de su cabeza. La Silbato Blanco lo conocía mucho mejor que cualquier cuento para dormir. ⠀⠀Repentinamente ella detuvo su paso, un manantial se extendía hacia abajo en la forma de un rio. El rubio permanecía con sus manos en los bolsillos de su gabardina, observando el paisaje. ⠀⠀Era muy bonito para ser ese mortal lugar del que tanto pudo escuchar en las anécdotas de ese bar de Delvers. ⠀⠀Dio un paso. El barro se hundió un poco bajo su bota, pero estaba bastante indiferente al respecto. ⠀⠀Entonces observó a su compañera inmóvil, ya bastante lejos del área recurrente de los silbatos más jóvenes, parece que tenía algo que decirle... ⠀⠀Con el Abismo como único testigo. ⠀ [Nairis_La_Cartografa]
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  • Aidguar y el Fulgor del Juicio
    Categoría Acción
    Aidguar Drakona

    La brisa era densa y a lo lejos, las nubes parecían girar sobre sí mismas anunciando la cercanía de un vórtice elemental. Miyabi se detuvo en seco en lo alto de la colina envuelta en su capa mientras su cabello oscuro ondeaba como seda al viento. En su mano derecha, un pequeño mapa trazado a mano y marcado con tinta roja: "El Fragmento del Juicio".

    Frente a ella, más allá del abismo de piedra y raíces, yacía la Garganta de Aidguar, un valle quebrado y olvidado por el tiempo donde según antiguos escritos un artefacto elemental dormía bajo la vigilancia de una criatura que habian dicho era imposible.

    Miyabi descendió sin titubear, deslizándose entre formaciones rocosas hasta alcanzar la base del valle. El lugar estaba impregnado de una energía cálida y palpitante, como si el suelo respirara. Fue entonces cuando escuchó un zumbido suave, acompañado de una torpe melodía tarareada sin ritmo alguno.

    Giró la cabeza con cautela, la mano ya rozando la empuñadura de su naginata ceremonial hasta que divisó a Aidguar.

    En su forma reducida no superaba los dos metros de altura pero aún así su presencia ocupaba el claro como si fuese una montaña encarnada. Parecia estar agachado de espaldas intentando colocar cuidadosamente unas flores silvestres alrededor de una roca que resplandecía con un fulgor anaranjado. Miyabi lo observó por un instante. No era lo que esperaba de un guardían ancestral, nada de fuego o escamas relucientes ni rugidos imponentes. Solo una criatura inmensa con ojos blancos y redondos que parecia hablar consigo mismo como un niño regañado por su propia torpeza.

    —Hola . Soy Miyabi y necesito el artefacto ígneo que proteges o que me lo prestes un momento o al menos una parte de él... —dijo finalmente Miyabi, con tono firme aunque sabría que posiblemente no sería tan fácil.
    [shade_titanium_whale_983] La brisa era densa y a lo lejos, las nubes parecían girar sobre sí mismas anunciando la cercanía de un vórtice elemental. Miyabi se detuvo en seco en lo alto de la colina envuelta en su capa mientras su cabello oscuro ondeaba como seda al viento. En su mano derecha, un pequeño mapa trazado a mano y marcado con tinta roja: "El Fragmento del Juicio". Frente a ella, más allá del abismo de piedra y raíces, yacía la Garganta de Aidguar, un valle quebrado y olvidado por el tiempo donde según antiguos escritos un artefacto elemental dormía bajo la vigilancia de una criatura que habian dicho era imposible. Miyabi descendió sin titubear, deslizándose entre formaciones rocosas hasta alcanzar la base del valle. El lugar estaba impregnado de una energía cálida y palpitante, como si el suelo respirara. Fue entonces cuando escuchó un zumbido suave, acompañado de una torpe melodía tarareada sin ritmo alguno. Giró la cabeza con cautela, la mano ya rozando la empuñadura de su naginata ceremonial hasta que divisó a Aidguar. En su forma reducida no superaba los dos metros de altura pero aún así su presencia ocupaba el claro como si fuese una montaña encarnada. Parecia estar agachado de espaldas intentando colocar cuidadosamente unas flores silvestres alrededor de una roca que resplandecía con un fulgor anaranjado. Miyabi lo observó por un instante. No era lo que esperaba de un guardían ancestral, nada de fuego o escamas relucientes ni rugidos imponentes. Solo una criatura inmensa con ojos blancos y redondos que parecia hablar consigo mismo como un niño regañado por su propia torpeza. —Hola . Soy Miyabi y necesito el artefacto ígneo que proteges o que me lo prestes un momento o al menos una parte de él... —dijo finalmente Miyabi, con tono firme aunque sabría que posiblemente no sería tan fácil.
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  • **La Niebla Que Cae Sin Lluvia**

    El valle de piedra estaba silencioso, salvo por el silbido de las hojas movidas por un viento seco. Cuatro Hunters de rango medio, contratados para eliminar a “un miembro menor de la Brigada Fantasma”, se movían entre las formaciones rocosas. Cada uno con ojos fríos y manos curtidas por combates reales. Estaban preparados para asesinos... pero no para lo que estaban por enfrentar.

    El chico con pecas los esperaba solo.

    **Kyu**, de pie sobre una roca plana, ajustaba su chaqueta marrón forrada de lana. El cielo estaba despejado, sin señales de niebla.

    Uno de los Hunters dio un paso al frente.

    —Sabemos quién eres. Nos encargaremos de esto rápido. No hay honor en matar niños… pero si eres uno de ellos, no nos das opción.

    Kyu no respondió.
    Sólo bajó la mirada... y **juntó lentamente las palmas de sus manos frente a su rostro**.

    Sus dedos formaron un cuenco, como si rezara.

    Y entonces, exhaló.

    Un vapor suave escapó de su boca. Primero blanco, luego gris, luego denso como humo aceitoso. El aire empezó a girar.

    —¡Nieblas! ¡Cúbranle el aura! —gritó una de las Hunters, lanzando una ráfaga de En.

    Demasiado tarde.

    **La niebla envolvió el campo de batalla.**

    Y de la espesura... una silueta con máscara agrietada y sonrisa deformada emergió caminando:
    **Mr. Mist**.

    —¿Eso es… un doble? —susurró otro, retrocediendo.

    Mr. Mist no respondió.

    Solo **se desmaterializó en la niebla y reapareció al lado de uno de los Hunters, con una velocidad antinatural.**
    La garra rasgó su pierna.
    El grito se ahogó por el sonido de la bruma.

    Kyu se movía dentro como si respirara el aire. Con una pirueta baja, golpeó con una patada a otro Hunter desde un ángulo ciego. Mientras tanto, Mr. Mist atacaba por la espalda a un segundo con movimientos enloquecidamente precisos.

    —¡Se mueve junto con su maldita criatura! ¡No son dos… son uno! —bramó el tercero, usando su Nen para explotar el suelo.

    Kyu dio un salto hacia atrás.
    Y mientras caía, **juntó sus manos una vez más**, ahora más lento, como un artista concentrado.
    Volvió a exhalar.

    —...灰の深淵 (Hai no Shin’en).
    **Abismo Gris.**

    La niebla se cerró como una prisión alrededor del último oponente que quedaba en pie.
    Las otras tres siluetas yacían ya inconscientes o desangrándose.

    Dentro de la cúpula brumosa, la visibilidad era cero. El sonido no existía. El Hunter restante giraba como loco, con los puños en guardia, intentando detectar a su enemigo.

    Entonces vio dos luces.

    No ojos.

    **La máscara rota de Mr. Mist.**

    Un golpe.
    Luego otro.
    Luego Kyu apareció del suelo como si se hubiera fundido con la niebla, con una rodilla cargada de aura directa al mentón del oponente.

    El cuerpo cayó.
    Kyu respiraba normal.
    La bruma se disipó.

    ---

    Minutos después, entre las piedras, **Chrollo Lucilfer observaba desde la sombra de una roca**, los brazos cruzados.

    —No solo creas belleza en la batalla, Kyu.
    También creas miedo.
    Un arte útil.

    Kyu miró sus manos.

    —a diferencia de ustedes no lo hago por placer. Lo hago por deber.

    La niebla se alzó una última vez mientras se alejaba con Mr. Mist siguiéndolo como un espectro.
    🕷️ **La Niebla Que Cae Sin Lluvia** El valle de piedra estaba silencioso, salvo por el silbido de las hojas movidas por un viento seco. Cuatro Hunters de rango medio, contratados para eliminar a “un miembro menor de la Brigada Fantasma”, se movían entre las formaciones rocosas. Cada uno con ojos fríos y manos curtidas por combates reales. Estaban preparados para asesinos... pero no para lo que estaban por enfrentar. El chico con pecas los esperaba solo. **Kyu**, de pie sobre una roca plana, ajustaba su chaqueta marrón forrada de lana. El cielo estaba despejado, sin señales de niebla. Uno de los Hunters dio un paso al frente. —Sabemos quién eres. Nos encargaremos de esto rápido. No hay honor en matar niños… pero si eres uno de ellos, no nos das opción. Kyu no respondió. Sólo bajó la mirada... y **juntó lentamente las palmas de sus manos frente a su rostro**. Sus dedos formaron un cuenco, como si rezara. Y entonces, exhaló. Un vapor suave escapó de su boca. Primero blanco, luego gris, luego denso como humo aceitoso. El aire empezó a girar. —¡Nieblas! ¡Cúbranle el aura! —gritó una de las Hunters, lanzando una ráfaga de En. Demasiado tarde. **La niebla envolvió el campo de batalla.** Y de la espesura... una silueta con máscara agrietada y sonrisa deformada emergió caminando: **Mr. Mist**. —¿Eso es… un doble? —susurró otro, retrocediendo. Mr. Mist no respondió. Solo **se desmaterializó en la niebla y reapareció al lado de uno de los Hunters, con una velocidad antinatural.** La garra rasgó su pierna. El grito se ahogó por el sonido de la bruma. Kyu se movía dentro como si respirara el aire. Con una pirueta baja, golpeó con una patada a otro Hunter desde un ángulo ciego. Mientras tanto, Mr. Mist atacaba por la espalda a un segundo con movimientos enloquecidamente precisos. —¡Se mueve junto con su maldita criatura! ¡No son dos… son uno! —bramó el tercero, usando su Nen para explotar el suelo. Kyu dio un salto hacia atrás. Y mientras caía, **juntó sus manos una vez más**, ahora más lento, como un artista concentrado. Volvió a exhalar. —...灰の深淵 (Hai no Shin’en). **Abismo Gris.** La niebla se cerró como una prisión alrededor del último oponente que quedaba en pie. Las otras tres siluetas yacían ya inconscientes o desangrándose. Dentro de la cúpula brumosa, la visibilidad era cero. El sonido no existía. El Hunter restante giraba como loco, con los puños en guardia, intentando detectar a su enemigo. Entonces vio dos luces. No ojos. **La máscara rota de Mr. Mist.** Un golpe. Luego otro. Luego Kyu apareció del suelo como si se hubiera fundido con la niebla, con una rodilla cargada de aura directa al mentón del oponente. El cuerpo cayó. Kyu respiraba normal. La bruma se disipó. --- Minutos después, entre las piedras, **Chrollo Lucilfer observaba desde la sombra de una roca**, los brazos cruzados. —No solo creas belleza en la batalla, Kyu. También creas miedo. Un arte útil. Kyu miró sus manos. —a diferencia de ustedes no lo hago por placer. Lo hago por deber. La niebla se alzó una última vez mientras se alejaba con Mr. Mist siguiéndolo como un espectro.
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    EPIC BATTLE #01: Sasha Ishtar vs Ibuki Douji

    Título: La Noche del Deseo Carmesí

    Escenario:
    Un reino entre dimensiones, donde el cielo es un abismo estrellado y el suelo está cubierto de runas vivientes. Columnas flotantes giran sobre sí mismas mientras portales demoníacos se abren y cierran. La atmósfera huele a azufre, magia y deseo contenido.

    Sasha Ishtar:
    ☾ Raza: Diosa Súcubo del abismo estelar.

    ✺✺Habilidades✺✺:

    ★ Magia Astral: Proyectiles de energía cósmica que explotan al contacto.

    ★ Dominio de Corrupción: Controla los deseos oscuros de sus enemigos para debilitarlos.

    ★ Invocación de Garras Astrales: Brazos etéreos que desgarran la realidad misma.

    ★ Aura de Ishtar: Seducción hipnótica que desvía la atención del enemigo por breves segundos.


    Ibuki Douji:
    ☯ Raza: Oni ancestral, diosa del caos embriagado.

    ✡✡Habilidades✡✡:

    ♨ Control de Veneno Espiritual: Su aliento y sangre intoxican incluso a los seres inmortales.

    ♨ Fuerza Oni Extrema: Puede destrozar montañas con un solo golpe.

    ♨ Rugido Carmesí: Un grito que quiebra barreras mágicas y mentes débiles.

    ♨ Embriaguez Demoníaca: Mientras más pelea, más poderosa y caótica se vuelve.

    Choque de Poderes:
    Sasha lanza un enjambre de estrellas vivientes que Ibuki destruye de un manotazo cargado de energía carmesí. La oni ríe, girando su lanza hecha de huesos sagrados, y embiste a Sasha con brutalidad. La diosa súcubo se teletransporta justo a tiempo, contraatacando con cadenas astrales que atrapan brevemente a Ibuki.

    Pero Ibuki se libera rugiendo, desatando una onda expansiva de caos. El cielo se parte en dos. Sasha, herida, activa su Forma Estelar Final, envolviéndose en un aura brillante de gemas flotantes.

    Las dos chocan una última vez: puño contra puño, magia contra veneno. La dimensión entera tiembla.

    Resultado:
    EMPATE TÉCNICO — Ambas colapsan de agotamiento, sus cuerpos rodeados por cráteres y runas rotas. Sin embargo, en sus ojos brilla el respeto… y una posible alianza oscura en el futuro.
    🌌 EPIC BATTLE #01: Sasha Ishtar vs Ibuki Douji Título: La Noche del Deseo Carmesí ⚔️ Escenario: Un reino entre dimensiones, donde el cielo es un abismo estrellado y el suelo está cubierto de runas vivientes. Columnas flotantes giran sobre sí mismas mientras portales demoníacos se abren y cierran. La atmósfera huele a azufre, magia y deseo contenido. 💠 Sasha Ishtar: ☾ Raza: Diosa Súcubo del abismo estelar. ✺✺Habilidades✺✺: ★ Magia Astral: Proyectiles de energía cósmica que explotan al contacto. ★ Dominio de Corrupción: Controla los deseos oscuros de sus enemigos para debilitarlos. ★ Invocación de Garras Astrales: Brazos etéreos que desgarran la realidad misma. ★ Aura de Ishtar: Seducción hipnótica que desvía la atención del enemigo por breves segundos. 🔥 Ibuki Douji: ☯ Raza: Oni ancestral, diosa del caos embriagado. ✡✡Habilidades✡✡: ♨ Control de Veneno Espiritual: Su aliento y sangre intoxican incluso a los seres inmortales. ♨ Fuerza Oni Extrema: Puede destrozar montañas con un solo golpe. ♨ Rugido Carmesí: Un grito que quiebra barreras mágicas y mentes débiles. ♨ Embriaguez Demoníaca: Mientras más pelea, más poderosa y caótica se vuelve. 💥 Choque de Poderes: Sasha lanza un enjambre de estrellas vivientes que Ibuki destruye de un manotazo cargado de energía carmesí. La oni ríe, girando su lanza hecha de huesos sagrados, y embiste a Sasha con brutalidad. La diosa súcubo se teletransporta justo a tiempo, contraatacando con cadenas astrales que atrapan brevemente a Ibuki. Pero Ibuki se libera rugiendo, desatando una onda expansiva de caos. El cielo se parte en dos. Sasha, herida, activa su Forma Estelar Final, envolviéndose en un aura brillante de gemas flotantes. Las dos chocan una última vez: puño contra puño, magia contra veneno. La dimensión entera tiembla. 🏁 Resultado: EMPATE TÉCNICO — Ambas colapsan de agotamiento, sus cuerpos rodeados por cráteres y runas rotas. Sin embargo, en sus ojos brilla el respeto… y una posible alianza oscura en el futuro.
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    BATALLA DE LOS ABISMOS: Hades vs Alucard

    Título: "El Trono del Inframundo contra el Monstruo que no Puede Morir"

    Campo de batalla:
    Un valle eterno entre la vida y la muerte. A un lado, el trono del Inframundo de Hades. Al otro, una ciudad desolada teñida de rojo por la sangre, reino del vampiro inmortal. La luna está negra. El tiempo, detenido.

    Hades – El Rey del Inframundo
    Se sienta sobre un trono de huesos con su bidente en mano, su presencia es tan pesada que dobla la voluntad de los mortales. No solo es un dios, sino el regente del silencio eterno. Cada uno de sus movimientos está impregnado de gravedad divina. Su técnica, "Desmos", conecta su alma al mundo y a su oponente: si él sufre, tú también. Su bidente no corta carne… corta la existencia.

    Habilidades destacadas:

    🜁 Desmos – El Vínculo Inquebrantable

    🜁 Control sobre las almas muertas

    🜁 Fuerza divina, velocidad sobrenatural y resistencia absoluta

    🜁 Presencia que aplasta el espíritu del enemigo

    Alucard (Vlad III Drăculea) – El No-Muerto Supremo
    La encarnación del terror. Vestido de rojo sangre, con su pistola Jackal en una mano y la sonrisa de la muerte en los labios, Alucard no solo es un vampiro... es un abismo con rostro humano. Puede ser destruido mil veces y siempre vuelve. Cada sombra es su refugio. Cada gota de sangre, su manantial.

    Habilidades destacadas:

    ♣ Regeneración absoluta – ha muerto millones de veces y aún vive

    ♣ Liberación de restricciones: niveles 0 al ∞

    ♣ Invocación de ejército de almas absorbidas (el "Batallón Perdido")

    ♣ Transformación: niebla, sombra, bestia, ojo omnipresente

    El Combate
    Hades se adelanta, su mirada aplasta el alma. Alucard ríe. En un instante, Hades lanza su bidente, rompiendo la carne y el alma de cualquier ser… pero Alucard se deshace en murciélagos. Dispara la Jackal, balas bendecidas por el infierno mismo, que perforan la defensa divina.

    Hades activa Desmos, y por primera vez, Alucard siente que morir podría ser real. Pero entonces libera el Nivel 0: un océano de almas malditas inunda el campo de batalla. Tropas nazis no-muertas, monstruos ancestrales, y miles de versiones de sí mismo rodean al dios.

    Hades se eleva, iluminado por la oscuridad. Clava su vidente en el suelo, invocando a todos los muertos que alguna vez gobernó. El Inframundo entero responde a su llamado.

    Final

    🂡 Si la batalla es de poder y control… Hades lo tiene todo.

    🂡 Pero si es sobre quién se niega a morir… entonces Alucard es el vencedor eterno.

    Una guerra entre la muerte misma y aquello que no puede morir.

    ¿Un dios puede vencer a lo que está más allá de los dioses? ¿O Alucard caerá finalmente bajo el peso de un poder eterno? 🂡
    🩸 BATALLA DE LOS ABISMOS: Hades vs Alucard Título: "El Trono del Inframundo contra el Monstruo que no Puede Morir" 🌑 Campo de batalla: Un valle eterno entre la vida y la muerte. A un lado, el trono del Inframundo de Hades. Al otro, una ciudad desolada teñida de rojo por la sangre, reino del vampiro inmortal. La luna está negra. El tiempo, detenido. 👑 Hades – El Rey del Inframundo Se sienta sobre un trono de huesos con su bidente en mano, su presencia es tan pesada que dobla la voluntad de los mortales. No solo es un dios, sino el regente del silencio eterno. Cada uno de sus movimientos está impregnado de gravedad divina. Su técnica, "Desmos", conecta su alma al mundo y a su oponente: si él sufre, tú también. Su bidente no corta carne… corta la existencia. 🔥 Habilidades destacadas: 🜁 Desmos – El Vínculo Inquebrantable 🜁 Control sobre las almas muertas 🜁 Fuerza divina, velocidad sobrenatural y resistencia absoluta 🜁 Presencia que aplasta el espíritu del enemigo 🦇 Alucard (Vlad III Drăculea) – El No-Muerto Supremo La encarnación del terror. Vestido de rojo sangre, con su pistola Jackal en una mano y la sonrisa de la muerte en los labios, Alucard no solo es un vampiro... es un abismo con rostro humano. Puede ser destruido mil veces y siempre vuelve. Cada sombra es su refugio. Cada gota de sangre, su manantial. 🧛 Habilidades destacadas: ♣ Regeneración absoluta – ha muerto millones de veces y aún vive ♣ Liberación de restricciones: niveles 0 al ∞ ♣ Invocación de ejército de almas absorbidas (el "Batallón Perdido") ♣ Transformación: niebla, sombra, bestia, ojo omnipresente ⚔️ El Combate Hades se adelanta, su mirada aplasta el alma. Alucard ríe. En un instante, Hades lanza su bidente, rompiendo la carne y el alma de cualquier ser… pero Alucard se deshace en murciélagos. Dispara la Jackal, balas bendecidas por el infierno mismo, que perforan la defensa divina. Hades activa Desmos, y por primera vez, Alucard siente que morir podría ser real. Pero entonces libera el Nivel 0: un océano de almas malditas inunda el campo de batalla. Tropas nazis no-muertas, monstruos ancestrales, y miles de versiones de sí mismo rodean al dios. Hades se eleva, iluminado por la oscuridad. Clava su vidente en el suelo, invocando a todos los muertos que alguna vez gobernó. El Inframundo entero responde a su llamado. 👁️‍🗨️ Final 🂡 Si la batalla es de poder y control… Hades lo tiene todo. 🂡 Pero si es sobre quién se niega a morir… entonces Alucard es el vencedor eterno. Una guerra entre la muerte misma y aquello que no puede morir. ⚖️ ¿Un dios puede vencer a lo que está más allá de los dioses? ¿O Alucard caerá finalmente bajo el peso de un poder eterno? 🂡
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    EPIC BATTLE: Kazuto Kirigaya vs Hajime Nagumo

    Título del encuentro: "Luz de Espada vs Furia de Alquimia"

    Campo de batalla:
    Un coliseo colosal suspendido en el vacío, donde la realidad fluctúa entre bits digitales y roca mágica. La atmósfera vibra con tensión mientras ambos guerreros se enfrentan con sus armas desenvainadas.

    Kazuto Kirigaya (Kirito) – El Espadachín Negro
    Maestro de las artes de espada en mundos virtuales, Kirito entra en combate con sus fieles espadas Elucidator y Dark Repulser. Su habilidad con el sistema de combate lo convierte en un guerrero casi invencible cuando alcanza su modo dual-wield.

    Movimientos clave:

    ‣ Starburst Stream – una ráfaga mortal de 16 cortes consecutivos.

    ‣ The Eclipse – ataque de velocidad máxima con precisión letal.

    ‣ Enhanced Reaction Speed – puede leer y reaccionar a velocidades sobrehumanas.

    ‣ Modo Dios (Underworld/SAO fusionado) – alcanza niveles de poder que rozan la divinidad.

    Hajime Nagumo – El Alquimista de la Venganza
    Transformado en un guerrero imparable tras caer al abismo, Hajime combina alquimia, armamento moderno y fuerza sobrehumana. Su brazo mecánico, armas demoníacas y conocimiento mágico lo convierten en una fuerza de destrucción total.

    Movimientos clave:

    𝆘 Transmutación instantánea – crea trampas, armas y defensas al instante.

    𝆘 Schlagen – un cañón de mano de poder abrumador que puede borrar montañas.

    𝆘 Cross Bits – drones armados con inteligencia letal.

    𝆘 Berserk Mode – cuando su ira se desata, su poder se multiplica.

    El Combate:
    Kirito ataca primero con una ráfaga de velocidad que corta el aire, pero Hajime bloquea con una muralla de roca transmutada. De inmediato responde con disparos de su cañón Schlagen, haciendo temblar el coliseo. Kirito activa su Dual Wield y lanza un Starburst Stream, pero Hajime se teletransporta con magia de espacio y contraataca con una lluvia de balas mágicas y explosiones.

    Ambos guerreros están heridos, sus armaduras dañadas, pero sus voluntades firmes. En un último choque, Kirito desata The Eclipse mientras Hajime activa su núcleo de energía alquímica para crear un cañón final...

    ¿Quién ganará?

    ⍢ Kirito tiene la velocidad, técnica y el corazón de un héroe que nunca se rinde.

    ⍢ Hajime posee la brutalidad, el ingenio y la rabia de un sobreviviente del abismo.

    "Un duelo de voluntad y poder… donde solo uno puede quedarse de pie."




    ⚔️ EPIC BATTLE: Kazuto Kirigaya vs Hajime Nagumo Título del encuentro: "Luz de Espada vs Furia de Alquimia" Campo de batalla: Un coliseo colosal suspendido en el vacío, donde la realidad fluctúa entre bits digitales y roca mágica. La atmósfera vibra con tensión mientras ambos guerreros se enfrentan con sus armas desenvainadas. 🗡️ Kazuto Kirigaya (Kirito) – El Espadachín Negro Maestro de las artes de espada en mundos virtuales, Kirito entra en combate con sus fieles espadas Elucidator y Dark Repulser. Su habilidad con el sistema de combate lo convierte en un guerrero casi invencible cuando alcanza su modo dual-wield. 💥 Movimientos clave: ‣ Starburst Stream – una ráfaga mortal de 16 cortes consecutivos. ‣ The Eclipse – ataque de velocidad máxima con precisión letal. ‣ Enhanced Reaction Speed – puede leer y reaccionar a velocidades sobrehumanas. ‣ Modo Dios (Underworld/SAO fusionado) – alcanza niveles de poder que rozan la divinidad. 🔩 Hajime Nagumo – El Alquimista de la Venganza Transformado en un guerrero imparable tras caer al abismo, Hajime combina alquimia, armamento moderno y fuerza sobrehumana. Su brazo mecánico, armas demoníacas y conocimiento mágico lo convierten en una fuerza de destrucción total. 🔥 Movimientos clave: 𝆘 Transmutación instantánea – crea trampas, armas y defensas al instante. 𝆘 Schlagen – un cañón de mano de poder abrumador que puede borrar montañas. 𝆘 Cross Bits – drones armados con inteligencia letal. 𝆘 Berserk Mode – cuando su ira se desata, su poder se multiplica. 💥 El Combate: Kirito ataca primero con una ráfaga de velocidad que corta el aire, pero Hajime bloquea con una muralla de roca transmutada. De inmediato responde con disparos de su cañón Schlagen, haciendo temblar el coliseo. Kirito activa su Dual Wield y lanza un Starburst Stream, pero Hajime se teletransporta con magia de espacio y contraataca con una lluvia de balas mágicas y explosiones. Ambos guerreros están heridos, sus armaduras dañadas, pero sus voluntades firmes. En un último choque, Kirito desata The Eclipse mientras Hajime activa su núcleo de energía alquímica para crear un cañón final... 👑 ¿Quién ganará? ⍢ Kirito tiene la velocidad, técnica y el corazón de un héroe que nunca se rinde. ⍢ Hajime posee la brutalidad, el ingenio y la rabia de un sobreviviente del abismo. "Un duelo de voluntad y poder… donde solo uno puede quedarse de pie."
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  • #ConoceTuPersonaje

    ¿Dónde vive?
    Vive en la ciudad de Orth, en una isla sureña, aunque se instaló en la segunda capa del abismo.

    ¿A qué se dedica?
    Es una silbato blanco, el rango más alto entre los cave raiders. Por otra parte, se dedica a atesorar reliquias del abismo.

    ¿Cómo es? (Personalidad)
    Es una persona calmada, pero que disfruta del sarcasmo y de incordiar al resto. Le gusta jugar con los límites de las personas, a menudo haciendo comentarios sobre temas personales y viendo hasta que punto es capaz de tensarse la cuerda.

    ¿Cómo es? (Apariencia)
    Una mujer alta, de complexión delgada, casi cadavérica que no aparenta mucha edad a pesar de tener 70 años. Tiene un rostro pálido con ojos apagados. Es normal verla con una tenue sonrisa que dependiendo de la situación, se puede volver una gran sonrisa siniestra.

    Su pelo tiene un peinado único, que ha hecho para tapar cicatrices y heridas en su cabeza. Su pelo es blanco y negro.

    ¿Cómo se describiría?
    Fuerte, inteligente, imponente pero calmada, única en todos los aspectos.

    ¿Cómo lo describirían los demás?
    Arrogante, misteriosa, entrometida, insensible y depende de la persona, incluso malvada.

    ¿Cuáles son sus virtudes?
    Su fuerza, su inteligencia, su capacidad para adaptarse, su convicción y voluntad. Es una fortaleza en todos los sentidos.

    ¿Y sus defectos?
    Tanta fuerza y tanta "responsabilidad" han hecho que se cierre completamente de manera emocional, cosa la cual la ha hecho sufrir en algunas ocasiones. Tiene un título que mantener.

    ¿Quiénes son sus amigos?
    Las pocas personas que trabajan para ella, su aprendiz Maruuk y probablemente nadie más.

    ¿Cómo reacciona cuando se enfada?
    No tiene término medio, reacciona o con calma y algo de silencio o con golpes.

    ¿Qué ha perdido?
    A la persona más importante que tenía.

    ¿Quién conoce sus secretos?
    Nadie.

    ¿Tiene algún sueño recurrente?
    No.

    ¿A quién ama?
    A si misma.

    ¿Qué le hace reír?
    La gente estúpida. Las situaciones tensas y ver como otros ceden ante sus burlas.

    ¿Y llorar?
    Nada, tiene un corazón curtido por la edad.

    ¿Qué historias le gustan?
    Tétricas pero realistas.

    Adicional.
    Le apasiona el alcohol, principalmente porque le recuerda a tiempos con la que fue su aprendiz, Lyza.
    #ConoceTuPersonaje ¿Dónde vive? Vive en la ciudad de Orth, en una isla sureña, aunque se instaló en la segunda capa del abismo. ¿A qué se dedica? Es una silbato blanco, el rango más alto entre los cave raiders. Por otra parte, se dedica a atesorar reliquias del abismo. ¿Cómo es? (Personalidad) Es una persona calmada, pero que disfruta del sarcasmo y de incordiar al resto. Le gusta jugar con los límites de las personas, a menudo haciendo comentarios sobre temas personales y viendo hasta que punto es capaz de tensarse la cuerda. ¿Cómo es? (Apariencia) Una mujer alta, de complexión delgada, casi cadavérica que no aparenta mucha edad a pesar de tener 70 años. Tiene un rostro pálido con ojos apagados. Es normal verla con una tenue sonrisa que dependiendo de la situación, se puede volver una gran sonrisa siniestra. Su pelo tiene un peinado único, que ha hecho para tapar cicatrices y heridas en su cabeza. Su pelo es blanco y negro. ¿Cómo se describiría? Fuerte, inteligente, imponente pero calmada, única en todos los aspectos. ¿Cómo lo describirían los demás? Arrogante, misteriosa, entrometida, insensible y depende de la persona, incluso malvada. ¿Cuáles son sus virtudes? Su fuerza, su inteligencia, su capacidad para adaptarse, su convicción y voluntad. Es una fortaleza en todos los sentidos. ¿Y sus defectos? Tanta fuerza y tanta "responsabilidad" han hecho que se cierre completamente de manera emocional, cosa la cual la ha hecho sufrir en algunas ocasiones. Tiene un título que mantener. ¿Quiénes son sus amigos? Las pocas personas que trabajan para ella, su aprendiz Maruuk y probablemente nadie más. ¿Cómo reacciona cuando se enfada? No tiene término medio, reacciona o con calma y algo de silencio o con golpes. ¿Qué ha perdido? A la persona más importante que tenía. ¿Quién conoce sus secretos? Nadie. ¿Tiene algún sueño recurrente? No. ¿A quién ama? A si misma. ¿Qué le hace reír? La gente estúpida. Las situaciones tensas y ver como otros ceden ante sus burlas. ¿Y llorar? Nada, tiene un corazón curtido por la edad. ¿Qué historias le gustan? Tétricas pero realistas. Adicional. Le apasiona el alcohol, principalmente porque le recuerda a tiempos con la que fue su aprendiz, Lyza.
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  • The Abyss Looms over Cups - The Immovable.
    Fandom Jujutsu Kaisen/Made in Abyss.
    Categoría Contemporáneo
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Fueras de Orth, 22:31 hs
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Bar de Carretera.

    ⠀⠀Las puertas del bar chirriaron al abrirse, los pasos confiados de una silueta masculina apartaban el viento y el polvo de la escena con su ímpetu. Pero, con la lentitud de un día de campo, el muchacho se adentraba hacia la barra en búsqueda de la sensaciones que solo podía dar el licor. Olía madera vieja, también bebidas fermentadas, caseras, mirando la selección solo en la barra, podía deducir que eran una producción más rural.

    ⠀⠀El ambiente era cálido, muy acogedor para venir de la ciudad de la que su amiga le había contado estaba el precipicio de la humanidad.

    ⠀⠀Se quitó la gabardina dejándola en uno de los bancos de la barra, asimismo que la tenue luz revelara ese rostro pálido y afilado, de unos exóticos ojos color malva, palpitantes, brillantes incluso entre las luminarias. Su mirada ladeó casi automáticamente, como quien persigue una vela en la oscuridad de un cuarto.

    ⠀⠀Ahí estaba ella.

    ⠀⠀Una presencia densa, carente de ni siquiera el atisbo más rascado de humanidad, era ver una especie de bestia parda sentada en la mesa. Claro que, solo a alguien que puede visualizar el maleficio de su manera, es que es capaz de percibirla así. Para otros, bueno, no era muy diferente, a fin de cuentas era una mujer de más de dos metros con una mirada tétrica y ropa sacada de una película clase B.
    ⠀⠀Pero no dijo nada, solo mantuvo la serenidad mientras pedía su trago. Raro, sí, pero es algo a lo que acostumbraba ver, lo anormal. Y curioso también es que le parecía familiar, pero no recordaba de dónde tampoco.

    ⠀⠀No sabía porqué, pero la cercanía con esa mujer le hacía sentir que estaba al borde de un abismo, y no es que estuviera precisamente a unos pasos de ella.

    Ozen La Inamovible
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Fueras de Orth, 22:31 hs ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Bar de Carretera. ⠀ ⠀⠀Las puertas del bar chirriaron al abrirse, los pasos confiados de una silueta masculina apartaban el viento y el polvo de la escena con su ímpetu. Pero, con la lentitud de un día de campo, el muchacho se adentraba hacia la barra en búsqueda de la sensaciones que solo podía dar el licor. Olía madera vieja, también bebidas fermentadas, caseras, mirando la selección solo en la barra, podía deducir que eran una producción más rural. ⠀⠀El ambiente era cálido, muy acogedor para venir de la ciudad de la que su amiga le había contado estaba el precipicio de la humanidad. ⠀⠀Se quitó la gabardina dejándola en uno de los bancos de la barra, asimismo que la tenue luz revelara ese rostro pálido y afilado, de unos exóticos ojos color malva, palpitantes, brillantes incluso entre las luminarias. Su mirada ladeó casi automáticamente, como quien persigue una vela en la oscuridad de un cuarto. ⠀⠀Ahí estaba ella. ⠀⠀Una presencia densa, carente de ni siquiera el atisbo más rascado de humanidad, era ver una especie de bestia parda sentada en la mesa. Claro que, solo a alguien que puede visualizar el maleficio de su manera, es que es capaz de percibirla así. Para otros, bueno, no era muy diferente, a fin de cuentas era una mujer de más de dos metros con una mirada tétrica y ropa sacada de una película clase B. ⠀⠀Pero no dijo nada, solo mantuvo la serenidad mientras pedía su trago. Raro, sí, pero es algo a lo que acostumbraba ver, lo anormal. Y curioso también es que le parecía familiar, pero no recordaba de dónde tampoco. ⠀⠀No sabía porqué, pero la cercanía con esa mujer le hacía sentir que estaba al borde de un abismo, y no es que estuviera precisamente a unos pasos de ella. ⠀ [Ozen_The_Inmovable]
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  • Incluso las torres más grandes caen.
    Fandom OC
    Categoría Drama
    Rol con: 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐞𝐫

    Era un día tranquilo, como de costumbre.

    La noche llegó, y con ella lo hizo también el silencio. Ozen finalmente volvió a casa, pero no al hogar que tanto echaba de menos en Orth, por mucho que le costara admitirlo, sino a las mismas 4 paredes que la habían tenido encerrada durante todo su viaje.

    Tantas personas nuevas. Tantas sonrisas ajenas... ¿Dónde estaba la sonrisa de Ozen?
    Hundida en su pecho.
    En una tumba en el abismo.
    O puede, solo puede que siguiera por ahí. Carcomiendo el interior de Ozen, como siempre hizo.

    La pérdida. El sentirse vacía se había vuelto algo normal para ella, pero... ¿Por qué?¿Acaso no lo había superado ya?¿Era Ozen realmente tan inamovible como la describían?

    Una mente curtida, un corazón viejo. Ozen no estaba vacía, solamente no dejaba verlo. Cargaba heridas invisibles para todos, quizás incluso para ella.

    Porque ella tampoco comprendía su propio dolor.
    Llevaba años negándolo, y los años pasan factura.

    Ozen tenía 70 años, y sin embargo, nadie la conocía. La única persona que alguna vez se molestó en hacerlo, ya no estaba.

    Entró en la habitación con paso lento, con su rostro tan neutro como siempre, tan vacío. Un paso, luego otro. Dejaba caer todo el peso de su cuerpo con cada paso, cosa que causaba un obvio ruido, como quien deja caer algo pesado desde una buena altura.

    Se sentó en la cama, un lujo al que aún no se acostumbraba. Colocó sus manos encima de sus piernas y simplemente miró hacia abajo. Quién sabe que cosas se pasarían por su mente, a fin de cuentas...

    Ozen siempre fue un enigma, y por eso mismo la llamaban "La soberana Inamovible". Porque no hacía referencia solamente a su fuerza bruta, sino a su mente, algo que muchos describen como una fortaleza inexpugnable.

    El aire se tensó ligeramente. Ozen no alzó la mirada, no le hizo falta.
    Rol con: [Monster] Era un día tranquilo, como de costumbre. La noche llegó, y con ella lo hizo también el silencio. Ozen finalmente volvió a casa, pero no al hogar que tanto echaba de menos en Orth, por mucho que le costara admitirlo, sino a las mismas 4 paredes que la habían tenido encerrada durante todo su viaje. Tantas personas nuevas. Tantas sonrisas ajenas... ¿Dónde estaba la sonrisa de Ozen? Hundida en su pecho. En una tumba en el abismo. O puede, solo puede que siguiera por ahí. Carcomiendo el interior de Ozen, como siempre hizo. La pérdida. El sentirse vacía se había vuelto algo normal para ella, pero... ¿Por qué?¿Acaso no lo había superado ya?¿Era Ozen realmente tan inamovible como la describían? Una mente curtida, un corazón viejo. Ozen no estaba vacía, solamente no dejaba verlo. Cargaba heridas invisibles para todos, quizás incluso para ella. Porque ella tampoco comprendía su propio dolor. Llevaba años negándolo, y los años pasan factura. Ozen tenía 70 años, y sin embargo, nadie la conocía. La única persona que alguna vez se molestó en hacerlo, ya no estaba. Entró en la habitación con paso lento, con su rostro tan neutro como siempre, tan vacío. Un paso, luego otro. Dejaba caer todo el peso de su cuerpo con cada paso, cosa que causaba un obvio ruido, como quien deja caer algo pesado desde una buena altura. Se sentó en la cama, un lujo al que aún no se acostumbraba. Colocó sus manos encima de sus piernas y simplemente miró hacia abajo. Quién sabe que cosas se pasarían por su mente, a fin de cuentas... Ozen siempre fue un enigma, y por eso mismo la llamaban "La soberana Inamovible". Porque no hacía referencia solamente a su fuerza bruta, sino a su mente, algo que muchos describen como una fortaleza inexpugnable. El aire se tensó ligeramente. Ozen no alzó la mirada, no le hizo falta.
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  • Recuerdos de un zorro

    Kuragari: La oscuridad creciente (Parte 1)

    //Estas son crónicas del pasado de Kazuo. Ocurrieron alrededor de mil años atrás.//

    “No quiero herir con lo que siento. No quiero herirme con lo que muestro.”



    No siempre hubo luz en aquellos ojos de un azul tan puro y etéreo.
    Hubo un tiempo en el que su brillo fue devorado por su propia alma.

    “Demasiado dolor para una sola alma que calla.
    Araña las paredes de mi mente. Me siento exhausto.”


    No lo vio venir. Su cuerpo se había convertido en un recipiente lleno de odio, amargura, tristeza… y un deseo de venganza insaciable.
    Los hombres le habían causado demasiado dolor. Nada bueno le fue concedido por ellos. Y su madre, su diosa, en aquel entonces parecía mirar hacia otro lado.
    “Una forma retorcida de castigarme por aquello que pienso y callo”, pensó.

    Aquella vorágine de sentimientos comenzó a tomar forma. Era como si su alma se hubiera dividido en dos.
    Por un lado, la bondad y la pureza que luchaban por no ser consumidas.
    Por el otro… Él.

    Lucía como Kazuo, pero al mismo tiempo era algo completamente distinto.
    Su cuerpo era más delgado, con las mejillas hundidas, como si algo le devorase por dentro. Su belleza estaba distorsionada, como una burda copia mal interpretada.
    Su piel, tan blanca, dejaba ver unas venas del color de la noche, que serpenteaban bajo la superficie. Y sus ojos… negros; Tan oscuros que parecía que se habían tragado todo atisbo de luz; unos ojos capaces de arrebatarte lo poco que te quedase de cordura.

    Todo lo malo y oscuro que Kazuo albergaba en su corazón había tomado forma hecha carne.
    Sus miedos.
    Su ira.
    Sus deseos más viscerales.
    Su sed de sangre.

    Kuragari. El anochecer que no se va.

    Le susurraba al oído cada noche, llenando su mente de tanta maldad que habría preferido estar muerto.
    Manipulaba sus pensamientos, convenciéndolo de buscar placer en el dolor ajeno, en el sufrimiento de aquellos que tanto daño le habían hecho.
    Lo seducía con caricias envueltas en un fingido cariño, con promesas de amor y una paz que jamás llegaría.

    Kuragari había tomado su propia forma, construyendo una especie de alma nacida del miedo y el silencio del noble zorro.
    Todo lo que Kazuo había callado y encerrado en lo más profundo de su ser, había despertado con voz propia.

    -Nadie te ama. Solo yo te entiendo, mi Kazuo.Déjame enseñarte lo que es ser amado.- Le decía Kuragari en las noches más frías y solitarias.

    Se pegaba a su espalda, con su pecho desnudo, helado y sin vida.
    Sus manos, huesudas, acariciaban su torso, haciendo estremecer al kitsune, haciéndole creer, aunque fuera por un instante, que podía ser amado.

    Cada palabra era pronunciada en un ronroneo pegado a su oído, provocando un escalofrío que le recorría la columna.
    Su lengua bífida deslizándose por el lateral de su cuello hasta alcanzar el lóbulo de su oreja, que mordía con suavidad, de forma seductora, en un intento desesperado por arrastrarlo a una oscuridad sin fin.

    Kazuo suspiraba, dejándose llevar por breves momentos por aquel placer tan fácil… tan inmediato… que casi lograba convencerlo de rendirse.

    -Déjame…- Decía el zorro de forma entrecortada.

    -No te puedo dejar, al igual que tú no puedes dejarme a mí. Soy parte de tu todo, sin mi solo eres alguien incompleto.- Decía mientras una de sus manos se colaba desde su espalda hasta el vientre del zorro.

    Kuragari pasaba sus dedos por todo el abdomen de Yōkai, dejando que sus largas uñas dejasen un recorrido de marcas rojizas. A Kazuo le costaba respirar, como si su simple toque provocase que el aire escapase de sus pulmones.

    No era amor, ni nada que se le pareciera. Era un deseo vacío, uno que Kuragari intentaba despertar. Su mano descendió aún más, llegando a su bajo vientre, hasta quedar a escasos sentimientos de la virilidad del zorro.

    Fue entonces que Kazuo reaccionó. Se volteó, llevando su mano en puño hacia atrás, creando un arco para asestar un golpe certero. En ese momento Kuragari se volvió humo, desapareciendo, dejando una risa maliciosa suspendida en el aire.

    Los rayos del sol comenzaron a filtrarse a través de la ventana de una choza abandonada, que estaba usando como refugio provisional. Estos anunciaban el fin de la oscuridad. Al menos, hasta que la noche volviera a caer, Kuragari se mantendría lejos.

    En aquel entonces, Kazuo era aún joven.
    Apenas había cumplido los doscientos años.
    Un yōkai inexperto.
    Un zorro marcado por un siglo de amargura inconsolable.

    La muerte de quienes había considerado su familia lo dejó anclado en un ciclo perpetuo de tristeza y deseo de venganza.

    Y así nació Kuragari:

    Un ente vengativo y lleno de dolor.
    Una sombra con voz, intentando arrastrar a su creador al mismo abismo del que surgió.

    Pero Kazuo fue más fuerte;
    Recordó la bondad de sus padres, la inocencia de sus hermanos, y el amor verdadero.Un amor que Kuragari no podía ofrecer de forma genuina.

    Entonces comprendió que ese ser nacido de su sufrimiento debía ser detenido.Pero destruirlo no era una opción.Compartían alma.Y si Kuragari era destruido, parte del alma de Kazuo moriría con él, dejándolo incompleto. Una criatura fragmentada vagando por la tierra.

    Lo único que podía hacer con el poder que tenía entonces fue sellarlo.

    “Para siempre.”

    O al menos… eso pensó.






    Recuerdos de un zorro Kuragari: La oscuridad creciente (Parte 1) //Estas son crónicas del pasado de Kazuo. Ocurrieron alrededor de mil años atrás.// “No quiero herir con lo que siento. No quiero herirme con lo que muestro.” No siempre hubo luz en aquellos ojos de un azul tan puro y etéreo. Hubo un tiempo en el que su brillo fue devorado por su propia alma. “Demasiado dolor para una sola alma que calla. Araña las paredes de mi mente. Me siento exhausto.” No lo vio venir. Su cuerpo se había convertido en un recipiente lleno de odio, amargura, tristeza… y un deseo de venganza insaciable. Los hombres le habían causado demasiado dolor. Nada bueno le fue concedido por ellos. Y su madre, su diosa, en aquel entonces parecía mirar hacia otro lado. “Una forma retorcida de castigarme por aquello que pienso y callo”, pensó. Aquella vorágine de sentimientos comenzó a tomar forma. Era como si su alma se hubiera dividido en dos. Por un lado, la bondad y la pureza que luchaban por no ser consumidas. Por el otro… Él. Lucía como Kazuo, pero al mismo tiempo era algo completamente distinto. Su cuerpo era más delgado, con las mejillas hundidas, como si algo le devorase por dentro. Su belleza estaba distorsionada, como una burda copia mal interpretada. Su piel, tan blanca, dejaba ver unas venas del color de la noche, que serpenteaban bajo la superficie. Y sus ojos… negros; Tan oscuros que parecía que se habían tragado todo atisbo de luz; unos ojos capaces de arrebatarte lo poco que te quedase de cordura. Todo lo malo y oscuro que Kazuo albergaba en su corazón había tomado forma hecha carne. Sus miedos. Su ira. Sus deseos más viscerales. Su sed de sangre. Kuragari. El anochecer que no se va. Le susurraba al oído cada noche, llenando su mente de tanta maldad que habría preferido estar muerto. Manipulaba sus pensamientos, convenciéndolo de buscar placer en el dolor ajeno, en el sufrimiento de aquellos que tanto daño le habían hecho. Lo seducía con caricias envueltas en un fingido cariño, con promesas de amor y una paz que jamás llegaría. Kuragari había tomado su propia forma, construyendo una especie de alma nacida del miedo y el silencio del noble zorro. Todo lo que Kazuo había callado y encerrado en lo más profundo de su ser, había despertado con voz propia. -Nadie te ama. Solo yo te entiendo, mi Kazuo.Déjame enseñarte lo que es ser amado.- Le decía Kuragari en las noches más frías y solitarias. Se pegaba a su espalda, con su pecho desnudo, helado y sin vida. Sus manos, huesudas, acariciaban su torso, haciendo estremecer al kitsune, haciéndole creer, aunque fuera por un instante, que podía ser amado. Cada palabra era pronunciada en un ronroneo pegado a su oído, provocando un escalofrío que le recorría la columna. Su lengua bífida deslizándose por el lateral de su cuello hasta alcanzar el lóbulo de su oreja, que mordía con suavidad, de forma seductora, en un intento desesperado por arrastrarlo a una oscuridad sin fin. Kazuo suspiraba, dejándose llevar por breves momentos por aquel placer tan fácil… tan inmediato… que casi lograba convencerlo de rendirse. -Déjame…- Decía el zorro de forma entrecortada. -No te puedo dejar, al igual que tú no puedes dejarme a mí. Soy parte de tu todo, sin mi solo eres alguien incompleto.- Decía mientras una de sus manos se colaba desde su espalda hasta el vientre del zorro. Kuragari pasaba sus dedos por todo el abdomen de Yōkai, dejando que sus largas uñas dejasen un recorrido de marcas rojizas. A Kazuo le costaba respirar, como si su simple toque provocase que el aire escapase de sus pulmones. No era amor, ni nada que se le pareciera. Era un deseo vacío, uno que Kuragari intentaba despertar. Su mano descendió aún más, llegando a su bajo vientre, hasta quedar a escasos sentimientos de la virilidad del zorro. Fue entonces que Kazuo reaccionó. Se volteó, llevando su mano en puño hacia atrás, creando un arco para asestar un golpe certero. En ese momento Kuragari se volvió humo, desapareciendo, dejando una risa maliciosa suspendida en el aire. Los rayos del sol comenzaron a filtrarse a través de la ventana de una choza abandonada, que estaba usando como refugio provisional. Estos anunciaban el fin de la oscuridad. Al menos, hasta que la noche volviera a caer, Kuragari se mantendría lejos. En aquel entonces, Kazuo era aún joven. Apenas había cumplido los doscientos años. Un yōkai inexperto. Un zorro marcado por un siglo de amargura inconsolable. La muerte de quienes había considerado su familia lo dejó anclado en un ciclo perpetuo de tristeza y deseo de venganza. Y así nació Kuragari: Un ente vengativo y lleno de dolor. Una sombra con voz, intentando arrastrar a su creador al mismo abismo del que surgió. Pero Kazuo fue más fuerte; Recordó la bondad de sus padres, la inocencia de sus hermanos, y el amor verdadero.Un amor que Kuragari no podía ofrecer de forma genuina. Entonces comprendió que ese ser nacido de su sufrimiento debía ser detenido.Pero destruirlo no era una opción.Compartían alma.Y si Kuragari era destruido, parte del alma de Kazuo moriría con él, dejándolo incompleto. Una criatura fragmentada vagando por la tierra. Lo único que podía hacer con el poder que tenía entonces fue sellarlo. “Para siempre.” O al menos… eso pensó.
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