• @SilverStC | Gotham | #LittleSecrets

    A veces, la verdad no necesita ser dicha en voz alta.

    Hoy, en una sala fría y llena de espejos, vi algo que no estaba en la lista oficial.

    No siempre se gana más apuntando con el dedo. A veces, basta con una sonrisa... y un guiño.

    La justicia es un concepto amplio. La venganza, uno mucho más divertido.

    S.

    𝐿𝑎 𝑐𝑜𝑚𝑖𝑠𝑎𝑟𝜄́𝑎 𝑜𝑙𝜄́𝑎 𝑎 𝑐𝑎𝑓𝑒́ 𝑟𝑒𝑐𝑎𝑙𝑒𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑦 𝑝𝑎𝑝𝑒𝑙𝑒𝑠 𝘩𝑢́𝑚𝑒𝑑𝑜𝑠. 𝑆𝑖𝑙𝑣𝑒𝑟 𝑠𝑒 𝑠𝑒𝑛𝑡𝑜́ 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑎𝑠 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑛𝑎𝑠 𝑐𝑟𝑢𝑧𝑎𝑑𝑎𝑠, 𝑒𝑙 𝑎𝑏𝑟𝑖𝑔𝑜 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑐𝑎𝑑𝑜 𝑠𝑜𝑏𝑟𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝘩𝑜𝑚𝑏𝑟𝑜𝑠, 𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑢𝑛 𝑑𝑒𝑡𝑒𝑐𝑡𝑖𝑣𝑒 𝑒𝑥𝑝𝑙𝑖𝑐𝑎𝑏𝑎 𝑒𝑙 𝑝𝑟𝑜𝑐𝑒𝑑𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑟𝑢𝑒𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑐𝑜𝑛𝑜𝑐𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜.

    𝑇𝑟𝑎𝑠 𝑒𝑙 𝑐𝑟𝑖𝑠𝑡𝑎𝑙, 𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜 𝘩𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒𝑠 𝑎𝑙𝑖𝑛𝑒𝑎𝑑𝑜𝑠. 𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑒𝑙𝑙𝑜𝑠, 𝑢𝑛𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑎 𝑠𝑜𝑛𝑟𝑖𝑠𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑠𝑎𝑏𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑙𝑙𝑎 𝑙𝑜 𝘩𝑎 𝑟𝑒𝑐𝑜𝑛𝑜𝑐𝑖𝑑𝑜. 𝑆𝑖𝑙𝑣𝑒𝑟 𝑛𝑜 𝑝𝑒𝑠𝑡𝑎𝑛̃𝑒𝑜́. 𝐹𝑖𝑛𝑔𝑖𝑜́ 𝑜𝑏𝑠𝑒𝑟𝑣𝑎𝑟 𝑎 𝑡𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛 𝑖𝑔𝑢𝑎𝑙 𝑎𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜́𝑛… 𝘩𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑢𝑠 𝑚𝑖𝑟𝑎𝑑𝑎𝑠 𝑠𝑒 𝑐𝑟𝑢𝑧𝑎𝑟𝑜𝑛. 𝐸𝑛𝑡𝑜𝑛𝑐𝑒𝑠, 𝑎𝑝𝑒𝑛𝑎𝑠, 𝑙𝑒 𝑑𝑒𝑑𝑖𝑐𝑜́ 𝑢𝑛 𝑔𝑢𝑖𝑛̃𝑜 𝑙𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑦 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑟𝑜, 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑠𝑖 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑟𝑡𝑖𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑢𝑛 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑜𝑙𝑖𝑐𝜄́𝑎 𝑗𝑎𝑚𝑎́𝑠 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑛𝑑𝑒𝑟𝜄́𝑎.

    —𝑁𝑜, 𝑜𝑓𝑖𝑐𝑖𝑎𝑙. 𝑁𝑖𝑛𝑔𝑢𝑛𝑜 𝑑𝑒 𝑒𝑙𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑢𝑙𝑡𝑎 𝑓𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎𝑟.
    @SilverStC | Gotham | #LittleSecrets A veces, la verdad no necesita ser dicha en voz alta. Hoy, en una sala fría y llena de espejos, vi algo que no estaba en la lista oficial. No siempre se gana más apuntando con el dedo. A veces, basta con una sonrisa... y un guiño. La justicia es un concepto amplio. La venganza, uno mucho más divertido. —😉 S. 𝐿𝑎 𝑐𝑜𝑚𝑖𝑠𝑎𝑟𝜄́𝑎 𝑜𝑙𝜄́𝑎 𝑎 𝑐𝑎𝑓𝑒́ 𝑟𝑒𝑐𝑎𝑙𝑒𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑦 𝑝𝑎𝑝𝑒𝑙𝑒𝑠 𝘩𝑢́𝑚𝑒𝑑𝑜𝑠. 𝑆𝑖𝑙𝑣𝑒𝑟 𝑠𝑒 𝑠𝑒𝑛𝑡𝑜́ 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑎𝑠 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑛𝑎𝑠 𝑐𝑟𝑢𝑧𝑎𝑑𝑎𝑠, 𝑒𝑙 𝑎𝑏𝑟𝑖𝑔𝑜 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑐𝑎𝑑𝑜 𝑠𝑜𝑏𝑟𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝘩𝑜𝑚𝑏𝑟𝑜𝑠, 𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑢𝑛 𝑑𝑒𝑡𝑒𝑐𝑡𝑖𝑣𝑒 𝑒𝑥𝑝𝑙𝑖𝑐𝑎𝑏𝑎 𝑒𝑙 𝑝𝑟𝑜𝑐𝑒𝑑𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑟𝑢𝑒𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑐𝑜𝑛𝑜𝑐𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜. 𝑇𝑟𝑎𝑠 𝑒𝑙 𝑐𝑟𝑖𝑠𝑡𝑎𝑙, 𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜 𝘩𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒𝑠 𝑎𝑙𝑖𝑛𝑒𝑎𝑑𝑜𝑠. 𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑒𝑙𝑙𝑜𝑠, 𝑢𝑛𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑎 𝑠𝑜𝑛𝑟𝑖𝑠𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑠𝑎𝑏𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑙𝑙𝑎 𝑙𝑜 𝘩𝑎 𝑟𝑒𝑐𝑜𝑛𝑜𝑐𝑖𝑑𝑜. 𝑆𝑖𝑙𝑣𝑒𝑟 𝑛𝑜 𝑝𝑒𝑠𝑡𝑎𝑛̃𝑒𝑜́. 𝐹𝑖𝑛𝑔𝑖𝑜́ 𝑜𝑏𝑠𝑒𝑟𝑣𝑎𝑟 𝑎 𝑡𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛 𝑖𝑔𝑢𝑎𝑙 𝑎𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜́𝑛… 𝘩𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑢𝑠 𝑚𝑖𝑟𝑎𝑑𝑎𝑠 𝑠𝑒 𝑐𝑟𝑢𝑧𝑎𝑟𝑜𝑛. 𝐸𝑛𝑡𝑜𝑛𝑐𝑒𝑠, 𝑎𝑝𝑒𝑛𝑎𝑠, 𝑙𝑒 𝑑𝑒𝑑𝑖𝑐𝑜́ 𝑢𝑛 𝑔𝑢𝑖𝑛̃𝑜 𝑙𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑦 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑟𝑜, 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑠𝑖 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑟𝑡𝑖𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑢𝑛 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑜𝑙𝑖𝑐𝜄́𝑎 𝑗𝑎𝑚𝑎́𝑠 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑛𝑑𝑒𝑟𝜄́𝑎. —𝑁𝑜, 𝑜𝑓𝑖𝑐𝑖𝑎𝑙. 𝑁𝑖𝑛𝑔𝑢𝑛𝑜 𝑑𝑒 𝑒𝑙𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑢𝑙𝑡𝑎 𝑓𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎𝑟.
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    Agencia de Modelaje: Ishtar’s Demonic Dèesse – Infernal Glamour

    — Modelo: Seieki Yokin —

    🏛 Descripción de la Compañía
    Ishtar’s Demonic Dèesse – Infernal Glamour es una prestigiosa y exclusiva agencia de modelaje de alto nivel, especializada en fusionar la estética del glamour demoníaco, el misticismo mitológico y la sofisticación de la alta costura. Sus modelos son embajadoras de un estilo único: belleza imponente, aura de poder, magnetismo sobrenatural y elegancia letal.
    La agencia no solo representa rostros, sino leyendas vivientes que encarnan un personaje y una narrativa única, construyendo un universo visual y conceptual alrededor de cada talento.

    Con un enfoque ultra-premium, Ishtar’s trabaja únicamente con modelos que poseen una imagen distintiva, fuerte presencia escénica y la capacidad de transmitir una historia en cada sesión.

    ۵ El lema de la compañía:
    "Seduce. Domina. Conquista."

    Distinción de Marca:
    ❣ Rostro de Campañas de Alta Joyería y Moda Oscura
    ❣ Desfiles Temáticos de Alta Corte y Glamour Infernal
    ❣ Editoriales de Poder Femenino & Seducción Letal
    ❣ Imagen de Perfumes y Lencería de Lujo

    Perfil Oficial – Seieki Yokin:
    ♱ Nombre Código: "Venus Nocturna"
    ♱ Categoría: Demonic Glamour Muse
    ♱ Altura: 1.76 m
    ♱ Cabello: Castaño oscuro, liso, con brillo sedoso.
    ♱ Ojos: Rojos intensos, con un brillo hipnótico que combina seducción y peligro.
    ♱ Piel: Marfil radiante, impecable.
    ♱ Figura: Curvas voluptuosas y simétricas, presencia magnética.
    ♱ Aura: Autoridad sensual, mezcla de misterio y poder.

    Atributos Glamour:
    ⚜ Seductora Dominante: Capaz de transmitir sensualidad y control absoluto en una sola mirada.
    ⚜ Presencia Escénica: Ideal para campañas de lujo, pasarelas temáticas y editoriales de alto impacto.
    ⚜ Versatilidad Visual: De musa elegante a femme fatale, adaptándose sin perder identidad.
    ⚜ Marca Personal: Un estilo de vestir que combina cuero, entallas precisos y cortes que potencian la figura.

    🏛 Narrativa de Personaje (Lore Oficial Ishtar’s)
    Dentro del universo narrativo de Ishtar’s Demonic Dèesse, Seieki Yokin es una Sacerdotisa Élite de la Alta Corte Ishtar, sirviendo como emisaria entre el plano terrenal y los salones oscuros de la realeza infernal.
    Su leyenda cuenta que fue elegida por la Reina Escarlata Ishtar después de superar las Pruebas de los Ojos Carmesí, un ritual prohibido que exige el sacrificio de todos los temores humanos para vestir la mirada con fuego inmortal.

    Seieki es vista como "La Voz que seduce al silencio", capaz de inclinar voluntades con palabras suaves y miradas intensas. Su papel en las campañas de la agencia es proyectar ese dominio invisible que atrae y somete sin esfuerzo.

    🕯 Cita Oficial de Personaje

    "No conquisto corazones… simplemente les enseño dónde arrodillarse." – Seieki Yokin

    🕯 Contacto de Agencia:
    ✦ Departamento Élite – Corte Ishtar
    ✦ [confidencial para uso narrativo]

    📜 Agencia de Modelaje: Ishtar’s Demonic Dèesse – Infernal Glamour — Modelo: Seieki Yokin — 🏛 Descripción de la Compañía Ishtar’s Demonic Dèesse – Infernal Glamour es una prestigiosa y exclusiva agencia de modelaje de alto nivel, especializada en fusionar la estética del glamour demoníaco, el misticismo mitológico y la sofisticación de la alta costura. Sus modelos son embajadoras de un estilo único: belleza imponente, aura de poder, magnetismo sobrenatural y elegancia letal. La agencia no solo representa rostros, sino leyendas vivientes que encarnan un personaje y una narrativa única, construyendo un universo visual y conceptual alrededor de cada talento. Con un enfoque ultra-premium, Ishtar’s trabaja únicamente con modelos que poseen una imagen distintiva, fuerte presencia escénica y la capacidad de transmitir una historia en cada sesión. ۵ El lema de la compañía: "Seduce. Domina. Conquista." 💎 Distinción de Marca: ❣ Rostro de Campañas de Alta Joyería y Moda Oscura ❣ Desfiles Temáticos de Alta Corte y Glamour Infernal ❣ Editoriales de Poder Femenino & Seducción Letal ❣ Imagen de Perfumes y Lencería de Lujo 🌹 Perfil Oficial – Seieki Yokin: ♱ Nombre Código: "Venus Nocturna" ♱ Categoría: Demonic Glamour Muse ♱ Altura: 1.76 m ♱ Cabello: Castaño oscuro, liso, con brillo sedoso. ♱ Ojos: Rojos intensos, con un brillo hipnótico que combina seducción y peligro. ♱ Piel: Marfil radiante, impecable. ♱ Figura: Curvas voluptuosas y simétricas, presencia magnética. ♱ Aura: Autoridad sensual, mezcla de misterio y poder. ✨ Atributos Glamour: ⚜ Seductora Dominante: Capaz de transmitir sensualidad y control absoluto en una sola mirada. ⚜ Presencia Escénica: Ideal para campañas de lujo, pasarelas temáticas y editoriales de alto impacto. ⚜ Versatilidad Visual: De musa elegante a femme fatale, adaptándose sin perder identidad. ⚜ Marca Personal: Un estilo de vestir que combina cuero, entallas precisos y cortes que potencian la figura. 🏛 Narrativa de Personaje (Lore Oficial Ishtar’s) Dentro del universo narrativo de Ishtar’s Demonic Dèesse, Seieki Yokin es una Sacerdotisa Élite de la Alta Corte Ishtar, sirviendo como emisaria entre el plano terrenal y los salones oscuros de la realeza infernal. Su leyenda cuenta que fue elegida por la Reina Escarlata Ishtar después de superar las Pruebas de los Ojos Carmesí, un ritual prohibido que exige el sacrificio de todos los temores humanos para vestir la mirada con fuego inmortal. Seieki es vista como "La Voz que seduce al silencio", capaz de inclinar voluntades con palabras suaves y miradas intensas. Su papel en las campañas de la agencia es proyectar ese dominio invisible que atrae y somete sin esfuerzo. 🕯 Cita Oficial de Personaje "No conquisto corazones… simplemente les enseño dónde arrodillarse." – Seieki Yokin 🕯 Contacto de Agencia: ✦ Departamento Élite – Corte Ishtar ✦ [confidencial para uso narrativo]
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  • El olor del cuero mezclado con tabaco caro aún impregnaba el aire del camarín. Las luces alrededor del espejo chispeaban como si presintieran algo, ya no era solo un show, sino una tormenta.

    Lia se encontraba sentada en el borde de la silla, el codo apoyado sobre su rodilla, sosteniendo entre los dedos una bala. Era liviana. Demasiado liviana para todo el peso que traía con ella.
    En el costado pulido del metal, sus iniciales estaban grabadas con precisión sobre la supercie.

    L.A.R.B

    Una firma.
    Una advertencia.
    Una promesa.

    La rosa blanca había quedado sobre el tocador, marchita antes de tiempo por el aire caliente del lugar. Ese perfume un aroma sutil a ruina y memoria, seguía anclado en el ambiente como una cuerda atada al pasado.

    No necesitaba preguntar quién la había dejado. Estaba segura que era él.

    Su mente regresó, sin quererlo, a un apartamento en Moscú, a las ventanas cubiertas por cortinas pesadas. Había escapado de él… o eso había creído. Pero los fantasmas que huelen a pólvora y Versace nunca mueren del todo.

    Un golpe seco la sacó del trance.

    —Lia —la voz de su mánager era apenas un susurro desesperado tras la puerta entreabierta— Hay alguien en el balcón de VIP… está armado. Seguridad no puede acercarse. Dicen que es... alguien tuyo.

    Lia se puso de pie, la bala aún en su mano. Su cuerpo reaccionaba con el mismo ritmo de siempre, movimientos agiles, mirada seria, respiración medida. Pero por dentro, el hielo corría por sus venas.

    —No es mío —Corrigió mirando a su mánager— Nunca lo fue.

    Tomó la chaqueta de cuero, la ajustó como una armadura, como si de esa forma se daba el valor necesario. Esa noche, el escenario no era solo para posar. Era un campo minado con luces de neón. Cruzó el pasillo entre bastidores con paso firme. La música al otro lado de la cortina negra se alzaba como una ola a punto de romper. Los flashes la esperaban. Las cámaras, los gritos, los aplausos…todo parecía tan ajeno a todo el tormento de su cabeza.

    Sin más subió al escenario y lo vio. Desde el balcón, rodeado de sombras y escoltas con rostros de piedra, la miraba como si nunca la hubiese dejado ir. Como si no supiera distinguir entre obsesión y amor. Vestía de negro, con un vaso en la mano y una sonrisa torcida que conocía demasiado bien.

    Ella alzó el micrófono. Su voz, serena, casi suave, resonó por todo el club...

    —A veces, el pasado vuelve. A veces, con flores. A veces... con balas- Y entonces, sin romper la mirada con él, dejó caer la bala al suelo. El sonido metálico rebotó contra la tarima.
    Seco. Definitivo.

    Y él ya no sonrió esta vez.

    "¿Qué se supone que debería hacer ahora?. ¿Correr?". Los flashes la segaban un poco, tanto así como cuando volvió su vista al balcón, él ya no estaba...eso solo significaba una cosa. PELIGRO!
    El olor del cuero mezclado con tabaco caro aún impregnaba el aire del camarín. Las luces alrededor del espejo chispeaban como si presintieran algo, ya no era solo un show, sino una tormenta. Lia se encontraba sentada en el borde de la silla, el codo apoyado sobre su rodilla, sosteniendo entre los dedos una bala. Era liviana. Demasiado liviana para todo el peso que traía con ella. En el costado pulido del metal, sus iniciales estaban grabadas con precisión sobre la supercie. L.A.R.B Una firma. Una advertencia. Una promesa. La rosa blanca había quedado sobre el tocador, marchita antes de tiempo por el aire caliente del lugar. Ese perfume un aroma sutil a ruina y memoria, seguía anclado en el ambiente como una cuerda atada al pasado. No necesitaba preguntar quién la había dejado. Estaba segura que era él. Su mente regresó, sin quererlo, a un apartamento en Moscú, a las ventanas cubiertas por cortinas pesadas. Había escapado de él… o eso había creído. Pero los fantasmas que huelen a pólvora y Versace nunca mueren del todo. Un golpe seco la sacó del trance. —Lia —la voz de su mánager era apenas un susurro desesperado tras la puerta entreabierta— Hay alguien en el balcón de VIP… está armado. Seguridad no puede acercarse. Dicen que es... alguien tuyo. Lia se puso de pie, la bala aún en su mano. Su cuerpo reaccionaba con el mismo ritmo de siempre, movimientos agiles, mirada seria, respiración medida. Pero por dentro, el hielo corría por sus venas. —No es mío —Corrigió mirando a su mánager— Nunca lo fue. Tomó la chaqueta de cuero, la ajustó como una armadura, como si de esa forma se daba el valor necesario. Esa noche, el escenario no era solo para posar. Era un campo minado con luces de neón. Cruzó el pasillo entre bastidores con paso firme. La música al otro lado de la cortina negra se alzaba como una ola a punto de romper. Los flashes la esperaban. Las cámaras, los gritos, los aplausos…todo parecía tan ajeno a todo el tormento de su cabeza. Sin más subió al escenario y lo vio. Desde el balcón, rodeado de sombras y escoltas con rostros de piedra, la miraba como si nunca la hubiese dejado ir. Como si no supiera distinguir entre obsesión y amor. Vestía de negro, con un vaso en la mano y una sonrisa torcida que conocía demasiado bien. Ella alzó el micrófono. Su voz, serena, casi suave, resonó por todo el club... —A veces, el pasado vuelve. A veces, con flores. A veces... con balas- Y entonces, sin romper la mirada con él, dejó caer la bala al suelo. El sonido metálico rebotó contra la tarima. Seco. Definitivo. Y él ya no sonrió esta vez. "¿Qué se supone que debería hacer ahora?. ¿Correr?". Los flashes la segaban un poco, tanto así como cuando volvió su vista al balcón, él ya no estaba...eso solo significaba una cosa. PELIGRO!
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  • [𝑼𝒏 𝒑𝒐𝒄𝒐 𝒎á𝒔 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒐, 𝒚 𝒗𝒐𝒚 𝒂 𝒅𝒊𝒔𝒑𝒂𝒓𝒂𝒓 𝒂 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒊𝒆𝒏.── 𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐅𝐈𝐍𝐃 𝐘𝐎𝐔]






    Papeles.
    Montones de papeles.
    Tantos que parecían irreales, casi un mal chiste de oficina. Una tortura lenta disfrazada de burocracia.

    No solo llevaba semanas sin salir de la oficina, sino que además tenía que lidiar con los hijos de puta que el ruso había mandado. Dar un paso en falso significaba desatar una cadena de explosiones que ya no podía contener.
    Y enviarlos a matar... imposible. No eran hombres cualquiera. Eran entrenados por Kiev. No dejaban rastros. No seguían patrones. Y eso, justo eso, lo estaba volviendo loco.

    Malditos rusos.

    La vigilancia sobre sus movimientos se había intensificado. Por un momento temió que aquella carta enviada a Italia hubiera salido a la luz. Pero no... aún no.
    Aún respiraba.

    Y respiraba mal.

    Las reuniones lo drenaban. Como si cada palabra fuera un trago de veneno lento. Lo mantenía en pie solo la idea de que sus domingos eran sagrados. Los pocos días donde el silencio no era enemigo.

    Pero ni eso era suficiente. El cansancio le calaba en los huesos. La presión no solo pesaba en la espalda, sino que le nublaba el sueño.
    Pesadillas, sudor frío, esa voz…
    Esa maldita voz rusa repitiéndosele detrás del cráneo.

    —Un poco más… un poco más y me vuelo los sesos. —murmuró con la voz rasposa, tragándose la rabia que ya le ardía en el pecho.

    Estaba harto.
    Agotado.
    Y dejar todo atrás ya empezaba a parecer una opción razonable.

    Fue entonces cuando los pasos comenzaron.
    Rápidos, desordenados.
    Gritos afuera, su gente alterada. Algunas voces femeninas alzadas.

    Molestia. Otra vez. Otra interrupción. Otro intento, quizás, de clavarle un puñal.

    —¿Ahora quién mierda...? —susurró, los dientes apretados.

    Las puertas se abrieron de golpe. El viento estalló en la oficina y las pilas de papeles volaron por el aire, como si el mundo hubiera estornudado justo en su escritorio.

    Ya no lo pensó.
    Actuó.

    Abrió el cajón.
    Sacó el arma.
    Y disparó.

    Solo que…

    En el instante en que el sonido de la bala aún rebotaba en las paredes, sus ojos la reconocieron.
    Cabello rojo.
    Ojos dorados.
    La furia brillando en su expresión.

    Y entonces sí.
    Todo se detuvo.

    El humo del disparo flotó en el aire como una burla.

    —Merde... —escupió Ryan, sintiendo cómo el estómago se le hundía.

    La había cagado.

    [...3...]
    [𝑼𝒏 𝒑𝒐𝒄𝒐 𝒎á𝒔 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒐, 𝒚 𝒗𝒐𝒚 𝒂 𝒅𝒊𝒔𝒑𝒂𝒓𝒂𝒓 𝒂 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒊𝒆𝒏.── 𝐋𝐄𝐓 𝐌𝐄 𝐅𝐈𝐍𝐃 𝐘𝐎𝐔] Papeles. Montones de papeles. Tantos que parecían irreales, casi un mal chiste de oficina. Una tortura lenta disfrazada de burocracia. No solo llevaba semanas sin salir de la oficina, sino que además tenía que lidiar con los hijos de puta que el ruso había mandado. Dar un paso en falso significaba desatar una cadena de explosiones que ya no podía contener. Y enviarlos a matar... imposible. No eran hombres cualquiera. Eran entrenados por Kiev. No dejaban rastros. No seguían patrones. Y eso, justo eso, lo estaba volviendo loco. Malditos rusos. La vigilancia sobre sus movimientos se había intensificado. Por un momento temió que aquella carta enviada a Italia hubiera salido a la luz. Pero no... aún no. Aún respiraba. Y respiraba mal. Las reuniones lo drenaban. Como si cada palabra fuera un trago de veneno lento. Lo mantenía en pie solo la idea de que sus domingos eran sagrados. Los pocos días donde el silencio no era enemigo. Pero ni eso era suficiente. El cansancio le calaba en los huesos. La presión no solo pesaba en la espalda, sino que le nublaba el sueño. Pesadillas, sudor frío, esa voz… Esa maldita voz rusa repitiéndosele detrás del cráneo. —Un poco más… un poco más y me vuelo los sesos. —murmuró con la voz rasposa, tragándose la rabia que ya le ardía en el pecho. Estaba harto. Agotado. Y dejar todo atrás ya empezaba a parecer una opción razonable. Fue entonces cuando los pasos comenzaron. Rápidos, desordenados. Gritos afuera, su gente alterada. Algunas voces femeninas alzadas. Molestia. Otra vez. Otra interrupción. Otro intento, quizás, de clavarle un puñal. —¿Ahora quién mierda...? —susurró, los dientes apretados. Las puertas se abrieron de golpe. El viento estalló en la oficina y las pilas de papeles volaron por el aire, como si el mundo hubiera estornudado justo en su escritorio. Ya no lo pensó. Actuó. Abrió el cajón. Sacó el arma. Y disparó. Solo que… En el instante en que el sonido de la bala aún rebotaba en las paredes, sus ojos la reconocieron. Cabello rojo. Ojos dorados. La furia brillando en su expresión. Y entonces sí. Todo se detuvo. El humo del disparo flotó en el aire como una burla. —Merde... —escupió Ryan, sintiendo cómo el estómago se le hundía. La había cagado. [...3...]
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  • ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad!

    Denle una cálida bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Lysander Blackwell

    Lysander Blackwell, 18 años. Omega amable, callado y dulce, con aroma a canela, chocolate y manzana. Amante de los animales, la naturaleza y la cocina, estudia artes y música mientras trabaja en un pequeño restaurante para ayudar a su madre. Tímido e inocente, siempre con una sonrisa… aunque le teme a perder lo que ama.

    ㅤㅤㅤㅤㅤ 𝐕𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫 𝐌𝐚𝐱𝐢𝐦𝐨𝐟𝐟

    Vesper Maximoff — hija del rayo, marcada por el caos.
    Scarlet-born witch, hechicera ligada al Darkhold, criada entre hechizos, sombras… y cuencos de mac & cheese.
    Mitad risa, mitad tormenta. Si la magia es un hilo, ella ya lo cortó. Y tejió el suyo propio.

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Choi Yoonah

    Choi Yoonah — abogada penalista en Seúl.
    Coreana, firme defensora de quienes ya no tienen voz.
    "Los abogados son el grito de los que se quedan sin voz."

    ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo.


    Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!


    Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil:


    Normas básicas de la plataforma:
    https://ficrol.com/static/guidelines 


    Guías y miniguías para no perderse:
    https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 


    Grupo exclusivo para Personajes 3D:
    https://ficrol.com/groups/Personajes3D


    Directorios para encontrar rol y fandoms afines
    Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS  
    Fandoms 3D en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL 


    Consejos para mejorar escritura y narración
    https://ficrol.com/pages/RinconEscritor 


    ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción!


    #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad! 🎉 Denle una cálida bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [fire_ivory_zebra_283] Lysander Blackwell, 18 años. Omega amable, callado y dulce, con aroma a canela, chocolate y manzana. Amante de los animales, la naturaleza y la cocina, estudia artes y música mientras trabaja en un pequeño restaurante para ayudar a su madre. Tímido e inocente, siempre con una sonrisa… aunque le teme a perder lo que ama. ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [Vesper_M] Vesper Maximoff — hija del rayo, marcada por el caos. Scarlet-born witch, hechicera ligada al Darkhold, criada entre hechizos, sombras… y cuencos de mac & cheese. Mitad risa, mitad tormenta. Si la magia es un hilo, ella ya lo cortó. Y tejió el suyo propio. 🕸️ ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [nebula_fuchsia_bear_767] Choi Yoonah — abogada penalista en Seúl. Coreana, firme defensora de quienes ya no tienen voz. "Los abogados son el grito de los que se quedan sin voz." ⚖️ 👋 ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil: 📌 Normas básicas de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines  📖 Guías y miniguías para no perderse: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS  🌍 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar rol y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS   🔗 Fandoms 3D en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL  ✍️ Consejos para mejorar escritura y narración 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor  ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción! 🚀🔥 #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
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  • El silencio en mi apartamento era casi insoportable. Ni siquiera había puesto música hoy. Solo estaba yo, sentada en eso terraza con el móvil en la mano, mirando la pantalla encendida sin hacer nada.

    Había pasado todo el día en el cementerio y ahora… simplemente me sentía vacía.

    Desbloqueé el móvil y abrí la lista de contactos. Deslicé el dedo por los nombres una y otra vez, sin escribir nada. Tenía mensajes sin contestar, conversaciones viejas, gente que hacía semanas no veía.

    Apoyé la cabeza en el muro, cerrando los ojos un momento. Me dolía admitirlo, pero hoy… no quería estar sola.

    Abrí una conversación cualquiera, miré el cuadro de texto vacío. Escribí: “¿Estás ocupado?” y lo borré.
    Probé otra vez: “¿Quieres venir?”… borrar.

    Solté el móvil sobre mi regazo y me cubrí la cara con ambas manos. Suspiré. ¿Por qué era tan fácil disparar un arma, pero tan difícil pedir compañía?

    Lo volví a tomar. Miré la hora: 22:47. No era tarde, pero tampoco temprano.
    Pasé el dedo sobre un nombre en particular y me quedé ahí, dudando. Quería enviar algo. Un simple “¿puedes venir?”. O aunque sea un “hola”.

    Nada. Solo me quedé mirando la pantalla iluminada, esperando… algo.

    Bajé el brillo y dejé el móvil a un lado. Tal vez no lo admitiría en voz alta, pero esta noche, más que nunca, necesitaba que alguien tocara la puerta y dijera: “No tienes que estar sola.”
    El silencio en mi apartamento era casi insoportable. Ni siquiera había puesto música hoy. Solo estaba yo, sentada en eso terraza con el móvil en la mano, mirando la pantalla encendida sin hacer nada. Había pasado todo el día en el cementerio y ahora… simplemente me sentía vacía. Desbloqueé el móvil y abrí la lista de contactos. Deslicé el dedo por los nombres una y otra vez, sin escribir nada. Tenía mensajes sin contestar, conversaciones viejas, gente que hacía semanas no veía. Apoyé la cabeza en el muro, cerrando los ojos un momento. Me dolía admitirlo, pero hoy… no quería estar sola. Abrí una conversación cualquiera, miré el cuadro de texto vacío. Escribí: “¿Estás ocupado?” y lo borré. Probé otra vez: “¿Quieres venir?”… borrar. Solté el móvil sobre mi regazo y me cubrí la cara con ambas manos. Suspiré. ¿Por qué era tan fácil disparar un arma, pero tan difícil pedir compañía? Lo volví a tomar. Miré la hora: 22:47. No era tarde, pero tampoco temprano. Pasé el dedo sobre un nombre en particular y me quedé ahí, dudando. Quería enviar algo. Un simple “¿puedes venir?”. O aunque sea un “hola”. Nada. Solo me quedé mirando la pantalla iluminada, esperando… algo. Bajé el brillo y dejé el móvil a un lado. Tal vez no lo admitiría en voz alta, pero esta noche, más que nunca, necesitaba que alguien tocara la puerta y dijera: “No tienes que estar sola.”
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  • La ciudad no cambió. O tal vez sí. Los reflejos en los vidrios son más fríos, los callejones más angostos, y el silencio entre las palabras se volvió rutina en lugar de excepción.

    Silver St. Cloud caminó entre las sombras con la cabeza erguida, como quien sabe que no pertenece al mundo por el que transita... pero decide enfrentarlo igual. Su nombre aún abría puertas —a veces—, aunque ya no se apoyaba en eso. Esta vez no vino a buscar un titular, ni un escándalo, ni una segunda oportunidad.

    Esta vez, vino a ver si alguien —si algo— seguía en pie.

    Su elegancia no era ostentación, sino defensa. Y su sonrisa, esa discreta línea entre la ironía y la esperanza, solo se curvaba cuando realmente valía la pena.

    Gotham tenía cicatrices. Ella también.
    Pero Silver aprendió que hay heridas que solo cicatrizan si alguien las nombra en voz alta.
    Y si hay algo que aún sabe hacer, es mirar a los monstruos a los ojos... y no parpadear primero.
    La ciudad no cambió. O tal vez sí. Los reflejos en los vidrios son más fríos, los callejones más angostos, y el silencio entre las palabras se volvió rutina en lugar de excepción. Silver St. Cloud caminó entre las sombras con la cabeza erguida, como quien sabe que no pertenece al mundo por el que transita... pero decide enfrentarlo igual. Su nombre aún abría puertas —a veces—, aunque ya no se apoyaba en eso. Esta vez no vino a buscar un titular, ni un escándalo, ni una segunda oportunidad. Esta vez, vino a ver si alguien —si algo— seguía en pie. Su elegancia no era ostentación, sino defensa. Y su sonrisa, esa discreta línea entre la ironía y la esperanza, solo se curvaba cuando realmente valía la pena. Gotham tenía cicatrices. Ella también. Pero Silver aprendió que hay heridas que solo cicatrizan si alguien las nombra en voz alta. Y si hay algo que aún sabe hacer, es mirar a los monstruos a los ojos... y no parpadear primero.
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  • Cementerio, aniversario de sus padres.

    El cielo estaba nublado, como casi todos los años en esta fecha. Caminé entre las lápidas con un ramo de flores en la mano, sintiendo el crujido de la grava bajo mis botas. Me detuve frente a sus nombres. Luc Valcourt. Elena Valcourt.

    Dejé las flores sobre la piedra fría y me quedé de pie unos segundos, sin saber qué decir. Siempre me pasaba lo mismo. Todo el año sin derramar una lágrima, y justo aquí… todo se rompía.

    Me agaché lentamente, apoyando la mano sobre la lápida.
    —Hola… —mi voz sonó baja, casi un susurro—. Ya ha pasado otro año.

    Tragué saliva. Me senté en el suelo frente a ellos, dejando que el silencio llenara el aire.

    —He intentado seguir… de verdad. He trabajado, he hecho cosas, he sobrevivido. Pero siento que… que algo no me deja avanzar. —Noté las lágrimas empezar a quemar, deslizándose sin que pudiera detenerlas—. Es como si todavía estuviera ahí… ese día. Como si todo se hubiera quedado congelado.

    Me cubrí la cara con una mano, respirando hondo.
    —Sé que debería haberlo superado. Han pasado años. Pero no puedo. No puedo… porque siento que nunca me despedí de verdad.

    Cerré los ojos y dejé que las lágrimas cayeran libremente.
    —Necesito hablar con vosotros una última vez… necesito deciros que lo siento. Que ojalá hubiera estado ahí. Que ojalá hubiera podido hacer algo.

    El viento sopló suavemente, moviendo las flores. Me quedé allí, llorando en silencio, como solo me permito hacerlo una vez al año.

    —Papá… mamá… no sé cómo seguir adelante. Pero lo intentaré. Os lo prometo. Solo… ayudadme a soltar esto, aunque sea un poco.

    Me quedé quieta, respirando el aire frío, sintiendo el peso en el pecho. Quizá no era suficiente para sanar, pero por unos minutos, al menos, me sentí menos sola.
    Cementerio, aniversario de sus padres. El cielo estaba nublado, como casi todos los años en esta fecha. Caminé entre las lápidas con un ramo de flores en la mano, sintiendo el crujido de la grava bajo mis botas. Me detuve frente a sus nombres. Luc Valcourt. Elena Valcourt. Dejé las flores sobre la piedra fría y me quedé de pie unos segundos, sin saber qué decir. Siempre me pasaba lo mismo. Todo el año sin derramar una lágrima, y justo aquí… todo se rompía. Me agaché lentamente, apoyando la mano sobre la lápida. —Hola… —mi voz sonó baja, casi un susurro—. Ya ha pasado otro año. Tragué saliva. Me senté en el suelo frente a ellos, dejando que el silencio llenara el aire. —He intentado seguir… de verdad. He trabajado, he hecho cosas, he sobrevivido. Pero siento que… que algo no me deja avanzar. —Noté las lágrimas empezar a quemar, deslizándose sin que pudiera detenerlas—. Es como si todavía estuviera ahí… ese día. Como si todo se hubiera quedado congelado. Me cubrí la cara con una mano, respirando hondo. —Sé que debería haberlo superado. Han pasado años. Pero no puedo. No puedo… porque siento que nunca me despedí de verdad. Cerré los ojos y dejé que las lágrimas cayeran libremente. —Necesito hablar con vosotros una última vez… necesito deciros que lo siento. Que ojalá hubiera estado ahí. Que ojalá hubiera podido hacer algo. El viento sopló suavemente, moviendo las flores. Me quedé allí, llorando en silencio, como solo me permito hacerlo una vez al año. —Papá… mamá… no sé cómo seguir adelante. Pero lo intentaré. Os lo prometo. Solo… ayudadme a soltar esto, aunque sea un poco. Me quedé quieta, respirando el aire frío, sintiendo el peso en el pecho. Quizá no era suficiente para sanar, pero por unos minutos, al menos, me sentí menos sola.
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  • "𝓢𝓲𝓰𝓷𝓼 𝓸𝓯 𝓣𝓻𝓸𝓾𝓫𝓵𝓮"

    Motel "Town House" — Algún lugar entre Kansas y Arkansas | 03:47 AM

    El chillido de un neón maltrecho era el único sonido que se colaba por la ventana abierta. "MOTEL • TV • A/C • NO DEVILS ALLOWED" decía el letrero, parpadeando con más miedo que autoridad. A un costado del edificio, un par de máquinas expendedoras emitían luces verdes y rojas como si fuesen parte de un ritual improvisado. Y encima de todo eso… silencio. Ese tipo de silencio que siempre anticipa el desastre.

    Adentro de la habitación 6, una luz tenue iluminaba la escena.

    Un viejo celular Motorola Razr vibró contra la mesa de noche. Su tono predeterminado, una secuencia digital absurda, rompió el ambiente como una cuchillada en un santuario. El nombre que parpadeaba en pantalla era ilegible, distorsionado. Como si ni siquiera el propio aparato quisiera reconocer quién estaba del otro lado.

    Sentada en el borde de la cama, con las piernas cruzadas y los dedos envueltos en vendas oscuras, Tanya Miller tarareaba algo. Muy bajito. Como si la canción fuese un secreto solo para ella. Era esa misma melodía infantil que solía cantarle a los cadáveres con ojos vacíos que dejaba a su paso. Algo de un saco lleno de serpientes y un hombre al que nadie debería molestar de noche.

    Su chaqueta de cuero colgaba del respaldo de la silla, aún húmeda con lo que claramente no era agua bendita. En la mesa, una bala plateada bailaba al ritmo de sus dedos. Justo al lado, un frasquito con sal roja, cenizas y un mechón de cabello rubio.

    —¿Dónde estás, cariño? —murmuró con voz ronca, la mirada fija en el teléfono como si pudiera matarlo si parpadeaba.

    Los ángeles no se habían vuelto a reportar desde hacía horas.

    Los sueños estaban más agitados de lo normal.

    Y en el cielo, las estrellas parecían moverse.

    Era de esos días. De esos que huelen a sangre, a azufre… y a decisiones que no se pueden deshacer.

    El pitido de la tetera eléctrica anunció que el agua estaba lista. Tanya se levantó con pereza felina, dejando que el silencio volviera a reinar por un instante. Solo por un instante.

    Fuera de la habitación, algo se movía entre las sombras.

    Y el motel... empezaba a respirar.
    "𝓢𝓲𝓰𝓷𝓼 𝓸𝓯 𝓣𝓻𝓸𝓾𝓫𝓵𝓮" 📍 Motel "Town House" — Algún lugar entre Kansas y Arkansas | 03:47 AM El chillido de un neón maltrecho era el único sonido que se colaba por la ventana abierta. "MOTEL • TV • A/C • NO DEVILS ALLOWED" decía el letrero, parpadeando con más miedo que autoridad. A un costado del edificio, un par de máquinas expendedoras emitían luces verdes y rojas como si fuesen parte de un ritual improvisado. Y encima de todo eso… silencio. Ese tipo de silencio que siempre anticipa el desastre. Adentro de la habitación 6, una luz tenue iluminaba la escena. Un viejo celular Motorola Razr vibró contra la mesa de noche. Su tono predeterminado, una secuencia digital absurda, rompió el ambiente como una cuchillada en un santuario. El nombre que parpadeaba en pantalla era ilegible, distorsionado. Como si ni siquiera el propio aparato quisiera reconocer quién estaba del otro lado. Sentada en el borde de la cama, con las piernas cruzadas y los dedos envueltos en vendas oscuras, Tanya Miller tarareaba algo. Muy bajito. Como si la canción fuese un secreto solo para ella. Era esa misma melodía infantil que solía cantarle a los cadáveres con ojos vacíos que dejaba a su paso. Algo de un saco lleno de serpientes y un hombre al que nadie debería molestar de noche. Su chaqueta de cuero colgaba del respaldo de la silla, aún húmeda con lo que claramente no era agua bendita. En la mesa, una bala plateada bailaba al ritmo de sus dedos. Justo al lado, un frasquito con sal roja, cenizas y un mechón de cabello rubio. —¿Dónde estás, cariño? —murmuró con voz ronca, la mirada fija en el teléfono como si pudiera matarlo si parpadeaba. Los ángeles no se habían vuelto a reportar desde hacía horas. Los sueños estaban más agitados de lo normal. Y en el cielo, las estrellas parecían moverse. Era de esos días. De esos que huelen a sangre, a azufre… y a decisiones que no se pueden deshacer. El pitido de la tetera eléctrica anunció que el agua estaba lista. Tanya se levantó con pereza felina, dejando que el silencio volviera a reinar por un instante. Solo por un instante. Fuera de la habitación, algo se movía entre las sombras. Y el motel... empezaba a respirar.
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  • Uhmm... ¿Verdad que he sido una buena chica?
    Solo dilo... “Buena chica"
    *Ronronea mientras espera ansiosa que esa voz masculina y varonil le responda.
    Su cuerpo por instintos primitivos, le reclamaba una sola cosa...*
    Uhmm... ¿Verdad que he sido una buena chica? Solo dilo... “Buena chica" *Ronronea mientras espera ansiosa que esa voz masculina y varonil le responda. Su cuerpo por instintos primitivos, le reclamaba una sola cosa...*
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