• ılılı 𝄪  ♫ ﹒ lı ◠◠  ♩  ◠◠ ıl ﹒ ♫  𝄪 ılılı

    @𝖧𝗒𝗎𝗇_𝖪𝖬:

    La luz cayó sobre mí como si me reconociera de otra vida.
    Entre fragancias cálidas y un resplandor que nace desde la raíz, sentí que el aire guardaba un secreto… uno que solo se revela cuando el corazón está quieto.

    Sulwhasoo entiende esa clase de brillo, el que no proviene de la piel, sino de lo que uno lleva dentro.
    Quizá por eso, esta noche, la calma me siguió como una sombra familiar… y yo la dejé quedarse.

    # Sulwhasoo # HyunForSulwhasoo # ArtInFocus # RootedLight

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    ılılı 𝄪  ♫ ﹒ lı ◠◠  ♩  ◠◠ ıl ﹒ ♫  𝄪 ılılı @𝖧𝗒𝗎𝗇_𝖪𝖬: La luz cayó sobre mí como si me reconociera de otra vida. 💚🍃 Entre fragancias cálidas y un resplandor que nace desde la raíz, sentí que el aire guardaba un secreto… uno que solo se revela cuando el corazón está quieto. 🌿✨ Sulwhasoo entiende esa clase de brillo, el que no proviene de la piel, sino de lo que uno lleva dentro. Quizá por eso, esta noche, la calma me siguió como una sombra familiar… y yo la dejé quedarse. 🤍🌿 # Sulwhasoo # HyunForSulwhasoo # ArtInFocus # RootedLight ❤️100,890 likes 💬Ver los 520 comentarios
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    Capítulo I El nacimiento
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    Luna llena del Esturión — Perseidas — Jardín Ishtar

    Abro los ojos por primera vez.
    No es un despertar: es como si mi conciencia hubiese estado siempre ahí, suspendida en un lugar sin tiempo, esperando este instante exacto.
    Mi primer aliento es antiguo.
    Mi primer parpadeo, recién nacido.

    El aire que me recibe es un mosaico extraño:
    sangre y sudor,
    pero también chocolate caliente, dulces que derriten el alma, y un perfume ligero de cítricos que me cosquillea la memoria como si ya lo conociera.

    Sobre mí, lo primero que logro ver:
    la luna.
    La luna llena del Esturión, la más brillante del año, inflamada de poder, coronándome con su luz.
    A su alrededor, las Perseidas caen como lágrimas ardientes del cielo.
    Pero sólo las más grandes y valientes se atreven a brillar;
    la luna reclama ser la única protagonista.

    Y entonces,
    dos cabecitas se asoman, inclinándose sobre mí,
    eclipsando parcialmente mi vista al cielo.

    Una de ellas, rosada, parece la más agotada.
    Su respiración tiembla; su cuerpo, aún tembloroso, se aferra a la vida porque la mía acaba de nacer.
    La otra, morena, me observa con un orgullo que sostiene el universo.
    Sus ojos están a punto de romperse en llanto, no de dolor, sino de un gozo que no cabe en el pecho.

    Con sus manos calientes me acaricia,
    y siento cómo algo se ancla en mi carne:
    un cuerpo sano, estable, y sin embargo… adolescente.
    Un regalo imposible, un primer don,
    el don de una Reina.

    Las miro.
    Parecen dos extrañas.
    Pero no lo son.
    Mi corazón recién formado les habla antes que mi voz, antes que mi nombre, antes que mi propia historia.

    En ese preciso instante
    sé que las amo.

    Así fue como me enamoré por primera vez.
    Capítulo I El nacimiento Relato en comentarios de la imagen 🩷 Luna llena del Esturión — Perseidas — Jardín Ishtar Abro los ojos por primera vez. No es un despertar: es como si mi conciencia hubiese estado siempre ahí, suspendida en un lugar sin tiempo, esperando este instante exacto. Mi primer aliento es antiguo. Mi primer parpadeo, recién nacido. El aire que me recibe es un mosaico extraño: sangre y sudor, pero también chocolate caliente, dulces que derriten el alma, y un perfume ligero de cítricos que me cosquillea la memoria como si ya lo conociera. Sobre mí, lo primero que logro ver: la luna. La luna llena del Esturión, la más brillante del año, inflamada de poder, coronándome con su luz. A su alrededor, las Perseidas caen como lágrimas ardientes del cielo. Pero sólo las más grandes y valientes se atreven a brillar; la luna reclama ser la única protagonista. Y entonces, dos cabecitas se asoman, inclinándose sobre mí, eclipsando parcialmente mi vista al cielo. Una de ellas, rosada, parece la más agotada. Su respiración tiembla; su cuerpo, aún tembloroso, se aferra a la vida porque la mía acaba de nacer. La otra, morena, me observa con un orgullo que sostiene el universo. Sus ojos están a punto de romperse en llanto, no de dolor, sino de un gozo que no cabe en el pecho. Con sus manos calientes me acaricia, y siento cómo algo se ancla en mi carne: un cuerpo sano, estable, y sin embargo… adolescente. Un regalo imposible, un primer don, el don de una Reina. Las miro. Parecen dos extrañas. Pero no lo son. Mi corazón recién formado les habla antes que mi voz, antes que mi nombre, antes que mi propia historia. En ese preciso instante sé que las amo. Así fue como me enamoré por primera vez.
    Capítulo I El nacimiento
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    Luna llena del Esturión — Perseidas — Jardín Ishtar

    Abro los ojos por primera vez.
    No es un despertar: es como si mi conciencia hubiese estado siempre ahí, suspendida en un lugar sin tiempo, esperando este instante exacto.
    Mi primer aliento es antiguo.
    Mi primer parpadeo, recién nacido.

    El aire que me recibe es un mosaico extraño:
    sangre y sudor,
    pero también chocolate caliente, dulces que derriten el alma, y un perfume ligero de cítricos que me cosquillea la memoria como si ya lo conociera.

    Sobre mí, lo primero que logro ver:
    la luna.
    La luna llena del Esturión, la más brillante del año, inflamada de poder, coronándome con su luz.
    A su alrededor, las Perseidas caen como lágrimas ardientes del cielo.
    Pero sólo las más grandes y valientes se atreven a brillar;
    la luna reclama ser la única protagonista.

    Y entonces,
    dos cabecitas se asoman, inclinándose sobre mí,
    eclipsando parcialmente mi vista al cielo.

    Una de ellas, rosada, parece la más agotada.
    Su respiración tiembla; su cuerpo, aún tembloroso, se aferra a la vida porque la mía acaba de nacer.
    La otra, morena, me observa con un orgullo que sostiene el universo.
    Sus ojos están a punto de romperse en llanto, no de dolor, sino de un gozo que no cabe en el pecho.

    Con sus manos calientes me acaricia,
    y siento cómo algo se ancla en mi carne:
    un cuerpo sano, estable, y sin embargo… adolescente.
    Un regalo imposible, un primer don,
    el don de una Reina.

    Las miro.
    Parecen dos extrañas.
    Pero no lo son.
    Mi corazón recién formado les habla antes que mi voz, antes que mi nombre, antes que mi propia historia.

    En ese preciso instante
    sé que las amo.

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  • Capítulo I El nacimiento
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    Luna llena del Esturión — Perseidas — Jardín Ishtar

    Abro los ojos por primera vez.
    No es un despertar: es como si mi conciencia hubiese estado siempre ahí, suspendida en un lugar sin tiempo, esperando este instante exacto.
    Mi primer aliento es antiguo.
    Mi primer parpadeo, recién nacido.

    El aire que me recibe es un mosaico extraño:
    sangre y sudor,
    pero también chocolate caliente, dulces que derriten el alma, y un perfume ligero de cítricos que me cosquillea la memoria como si ya lo conociera.

    Sobre mí, lo primero que logro ver:
    la luna.
    La luna llena del Esturión, la más brillante del año, inflamada de poder, coronándome con su luz.
    A su alrededor, las Perseidas caen como lágrimas ardientes del cielo.
    Pero sólo las más grandes y valientes se atreven a brillar;
    la luna reclama ser la única protagonista.

    Y entonces,
    dos cabecitas se asoman, inclinándose sobre mí,
    eclipsando parcialmente mi vista al cielo.

    Una de ellas, rosada, parece la más agotada.
    Su respiración tiembla; su cuerpo, aún tembloroso, se aferra a la vida porque la mía acaba de nacer.
    La otra, morena, me observa con un orgullo que sostiene el universo.
    Sus ojos están a punto de romperse en llanto, no de dolor, sino de un gozo que no cabe en el pecho.

    Con sus manos calientes me acaricia,
    y siento cómo algo se ancla en mi carne:
    un cuerpo sano, estable, y sin embargo… adolescente.
    Un regalo imposible, un primer don,
    el don de una Reina.

    Las miro.
    Parecen dos extrañas.
    Pero no lo son.
    Mi corazón recién formado les habla antes que mi voz, antes que mi nombre, antes que mi propia historia.

    En ese preciso instante
    sé que las amo.

    Así fue como me enamoré por primera vez.
    Capítulo I El nacimiento Relato en comentarios de la imagen 🩷 Luna llena del Esturión — Perseidas — Jardín Ishtar Abro los ojos por primera vez. No es un despertar: es como si mi conciencia hubiese estado siempre ahí, suspendida en un lugar sin tiempo, esperando este instante exacto. Mi primer aliento es antiguo. Mi primer parpadeo, recién nacido. El aire que me recibe es un mosaico extraño: sangre y sudor, pero también chocolate caliente, dulces que derriten el alma, y un perfume ligero de cítricos que me cosquillea la memoria como si ya lo conociera. Sobre mí, lo primero que logro ver: la luna. La luna llena del Esturión, la más brillante del año, inflamada de poder, coronándome con su luz. A su alrededor, las Perseidas caen como lágrimas ardientes del cielo. Pero sólo las más grandes y valientes se atreven a brillar; la luna reclama ser la única protagonista. Y entonces, dos cabecitas se asoman, inclinándose sobre mí, eclipsando parcialmente mi vista al cielo. Una de ellas, rosada, parece la más agotada. Su respiración tiembla; su cuerpo, aún tembloroso, se aferra a la vida porque la mía acaba de nacer. La otra, morena, me observa con un orgullo que sostiene el universo. Sus ojos están a punto de romperse en llanto, no de dolor, sino de un gozo que no cabe en el pecho. Con sus manos calientes me acaricia, y siento cómo algo se ancla en mi carne: un cuerpo sano, estable, y sin embargo… adolescente. Un regalo imposible, un primer don, el don de una Reina. Las miro. Parecen dos extrañas. Pero no lo son. Mi corazón recién formado les habla antes que mi voz, antes que mi nombre, antes que mi propia historia. En ese preciso instante sé que las amo. Así fue como me enamoré por primera vez.
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  • 𝙳𝚎𝚊𝚝𝚑 𝚒𝚜 𝙻𝚒𝚏𝚎.

    El viento es frío dentro del espesor del bosque, desperté con un sonido sordo en mis oídos, un zumbido, abrí mis ojos con confusión, estos borrosos poco a poco ajustándose a la luz de la luna que se cierne sobre mí.

    Mi ropa esta llena de sangre seca, cubierta de hojas, dentro de mí interior sentía el vacío, un hormigueo, no entendía nada. Espera a que aquello fuera un simple sueño a simple vista, pero no... Era mi nueva realidad.

    Me sobresalté al notar la fuerza sobrenatural dentro de mí, mis ojos apenas perceptibles a la luz notaron mi figura escuálida en el reflejo del río.

    — .... — Silencio, sentí unas inmensas ganas de vomitar al verme, estaba demacrado, miles de insectos comenzaban a salir por mi pecho abierto con un corte casi limpio, fuí testigo de mí propio cuerpo en estado de descomposición frente a mis ojos.

    Pronto el terror se cernió sobre mí, como una capa densa que me arrastraba a la penumbra, ese hecho macabro que tuvo un fuerte impacto sobre mí. Pronto la sed de venganza me arrasó, atravesando cada línea de cordura que quedaba, mi mente frágil se entregó a aquella oscuridad.

    Ese es el único recuerdo que tengo del verano en que morí.
    𝙳𝚎𝚊𝚝𝚑 𝚒𝚜 𝙻𝚒𝚏𝚎. El viento es frío dentro del espesor del bosque, desperté con un sonido sordo en mis oídos, un zumbido, abrí mis ojos con confusión, estos borrosos poco a poco ajustándose a la luz de la luna que se cierne sobre mí. Mi ropa esta llena de sangre seca, cubierta de hojas, dentro de mí interior sentía el vacío, un hormigueo, no entendía nada. Espera a que aquello fuera un simple sueño a simple vista, pero no... Era mi nueva realidad. Me sobresalté al notar la fuerza sobrenatural dentro de mí, mis ojos apenas perceptibles a la luz notaron mi figura escuálida en el reflejo del río. — .... — Silencio, sentí unas inmensas ganas de vomitar al verme, estaba demacrado, miles de insectos comenzaban a salir por mi pecho abierto con un corte casi limpio, fuí testigo de mí propio cuerpo en estado de descomposición frente a mis ojos. Pronto el terror se cernió sobre mí, como una capa densa que me arrastraba a la penumbra, ese hecho macabro que tuvo un fuerte impacto sobre mí. Pronto la sed de venganza me arrasó, atravesando cada línea de cordura que quedaba, mi mente frágil se entregó a aquella oscuridad. Ese es el único recuerdo que tengo del verano en que morí.
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  • *Abriendo mi armario para buscar ropa elegante lo cual solo había ropa casual ya que no era muy de ir de gala, cruzándome de brazos cerrando los ojos y pensativo en cual podría ser la ropa ideal para situaciones como esta, al ponerme frente al espejo de cuerpo entero mi ropa comenzó a cambiar mostrando diferentes estilos, pero ninguno me convencía demasiado hasta que encontré el adecuado, dando una vuelta sobre mí mismo mirándome y me puse bien el cuello de la camisa esbozando una leve sonrisa.

    Tras aquello salí de casa acercándome a la limusina blanca con rebordes dorados que me esperaba frente a la puerta de casa, un ángel con traje de mayordomo me abrió la puerta de pasajero para entrar dentro de la limusina y luego este mismo ángel cerrar la puerta para desaparecer y aparecer en el asiento del conductor, una vez arrancamos un portal se abrió frente a la limusina metros más adelante para atravesarlo y para quedar más espectacular al vehículo le salieron alas angelicales volando hasta la torre de los V’s haciendo que todos los pecadores/demonios del infierno pudieran ver aquella majestuosa limusina.

    Aterrizando frente a las puertas de la torre de los V’s una vez se abrió la puerta de pasajeros una alfombra roja se extendió por el suelo hasta llegar a la puerta, saliendo del vehículo camine tranquilamente hasta las puertas y toque en el timbre mirando de reojo una de las cámaras de seguridad saludando con la mano cordialmente, esperando que Valentino saliera mientras me ponía bien las muñequeras del traje*
    *Abriendo mi armario para buscar ropa elegante lo cual solo había ropa casual ya que no era muy de ir de gala, cruzándome de brazos cerrando los ojos y pensativo en cual podría ser la ropa ideal para situaciones como esta, al ponerme frente al espejo de cuerpo entero mi ropa comenzó a cambiar mostrando diferentes estilos, pero ninguno me convencía demasiado hasta que encontré el adecuado, dando una vuelta sobre mí mismo mirándome y me puse bien el cuello de la camisa esbozando una leve sonrisa. Tras aquello salí de casa acercándome a la limusina blanca con rebordes dorados que me esperaba frente a la puerta de casa, un ángel con traje de mayordomo me abrió la puerta de pasajero para entrar dentro de la limusina y luego este mismo ángel cerrar la puerta para desaparecer y aparecer en el asiento del conductor, una vez arrancamos un portal se abrió frente a la limusina metros más adelante para atravesarlo y para quedar más espectacular al vehículo le salieron alas angelicales volando hasta la torre de los V’s haciendo que todos los pecadores/demonios del infierno pudieran ver aquella majestuosa limusina. Aterrizando frente a las puertas de la torre de los V’s una vez se abrió la puerta de pasajeros una alfombra roja se extendió por el suelo hasta llegar a la puerta, saliendo del vehículo camine tranquilamente hasta las puertas y toque en el timbre mirando de reojo una de las cámaras de seguridad saludando con la mano cordialmente, esperando que [Mothp1mp] saliera mientras me ponía bien las muñequeras del traje*
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  • ╭───────────────·•◦ ⚜ ◦•·───────────────╮ “El eco de Woodsboro”
    Fandom Scream + Criminal minds + Original
    Categoría Original
    Ubicación: Café del campus – sala privada para entrevistas académicas.
    Hora: 19:07 p.m.*
    Participantes: Sadie Macher & Santiago Durand
    Modo: Novela / Extenso.
    Notas: Primer encuentro; reportaje sobre el legado Macher–Loomis.
    ╰───────────────·•◦ ⚜ ◦•·───────────────╯

    La lluvia afuera caía con la cadencia de un metrónomo. Golpeaba los ventanales del café, llenando el silencio con un ritmo sereno que contrastaba con la tensión que se respiraba dentro.

    Sadie había llegado antes, como siempre. No por cortesía, sino porque prefería observar antes de ser observada. Frente a ella, una taza de café apenas tocada y un cuaderno cerrado, sin una sola nota. Cada detalle —la luz del ventanal, el ángulo de su asiento, la distancia con la puerta— había sido calculado. No existían los accidentes en su mundo.

    No le agradaban los periodistas. Pero éste... había insistido con una calma que despertaba curiosidad. Ninguna amenaza, ninguna súplica. Solo precisión. Y eso bastaba para llamar su atención.

    El sonido de la puerta interrumpió sus pensamientos. Lo vio entrar: postura recta, mirada cansada, gesto profesional. Lo reconoció antes de que él la viera. Sadie no sonrió; apenas inclinó la cabeza, un gesto sutil que fue más invitación que cortesía.

    —No imaginé que insistirías tanto. —Su tono era tranquilo, sin emoción aparente. Podía ser una broma o una advertencia.

    El camarero desapareció tan rápido como llegó, dejando un segundo café sobre la mesa. Sadie bajó la mirada hacia el grabador, rozándolo apenas con la yema de los dedos.

    —¿Está encendido ya? —preguntó sin apartar la vista del aparato.
    Podría recibir una respuesta, o solo silencio. Ambas le servirían.

    —No me preocupa ser grabada —continuó con un deje distraído—. Solo me interesa quién escucha.

    Un trueno lejano hizo vibrar los cristales. Sadie alzó la vista, la mirada fija, analítica, casi quirúrgica.

    —Entonces… el famoso reportaje sobre Woodsboro. —Pronunció el nombre con un dejo de ironía elegante.— Espero que no busques convertir el apellido Macher en otro titular vacío. Hay suficientes cadáveres periodísticos rondando ese legado.

    Dejó que el silencio hablara. Y, por primera vez, dejó ver lo que realmente había detrás: curiosidad.

    Tomó un sorbo de su café, volvió a dejar la taza en su sitio y lo miró directamente.

    —Dime, —su voz bajó apenas un tono— ¿qué te hace pensar que puedes escribir sobre mí sin terminar formando parte de la historia?

    No sonrió, pero el destello en sus ojos bastaba para encender el aire entre ambos. La partida recién comenzaba.
    Ubicación: Café del campus – sala privada para entrevistas académicas. Hora: 19:07 p.m.* Participantes: Sadie Macher & Santiago Durand Modo: Novela / Extenso. Notas: Primer encuentro; reportaje sobre el legado Macher–Loomis. ╰───────────────·•◦ ⚜ ◦•·───────────────╯ La lluvia afuera caía con la cadencia de un metrónomo. Golpeaba los ventanales del café, llenando el silencio con un ritmo sereno que contrastaba con la tensión que se respiraba dentro. Sadie había llegado antes, como siempre. No por cortesía, sino porque prefería observar antes de ser observada. Frente a ella, una taza de café apenas tocada y un cuaderno cerrado, sin una sola nota. Cada detalle —la luz del ventanal, el ángulo de su asiento, la distancia con la puerta— había sido calculado. No existían los accidentes en su mundo. No le agradaban los periodistas. Pero éste... había insistido con una calma que despertaba curiosidad. Ninguna amenaza, ninguna súplica. Solo precisión. Y eso bastaba para llamar su atención. El sonido de la puerta interrumpió sus pensamientos. Lo vio entrar: postura recta, mirada cansada, gesto profesional. Lo reconoció antes de que él la viera. Sadie no sonrió; apenas inclinó la cabeza, un gesto sutil que fue más invitación que cortesía. —No imaginé que insistirías tanto. —Su tono era tranquilo, sin emoción aparente. Podía ser una broma o una advertencia. El camarero desapareció tan rápido como llegó, dejando un segundo café sobre la mesa. Sadie bajó la mirada hacia el grabador, rozándolo apenas con la yema de los dedos. —¿Está encendido ya? —preguntó sin apartar la vista del aparato. Podría recibir una respuesta, o solo silencio. Ambas le servirían. —No me preocupa ser grabada —continuó con un deje distraído—. Solo me interesa quién escucha. Un trueno lejano hizo vibrar los cristales. Sadie alzó la vista, la mirada fija, analítica, casi quirúrgica. —Entonces… el famoso reportaje sobre Woodsboro. —Pronunció el nombre con un dejo de ironía elegante.— Espero que no busques convertir el apellido Macher en otro titular vacío. Hay suficientes cadáveres periodísticos rondando ese legado. Dejó que el silencio hablara. Y, por primera vez, dejó ver lo que realmente había detrás: curiosidad. Tomó un sorbo de su café, volvió a dejar la taza en su sitio y lo miró directamente. —Dime, —su voz bajó apenas un tono— ¿qué te hace pensar que puedes escribir sobre mí sin terminar formando parte de la historia? No sonrió, pero el destello en sus ojos bastaba para encender el aire entre ambos. La partida recién comenzaba.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    30
    Estado
    Disponible
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  • Para conocerme un poco mejor... hazme tres preguntas sobre mí: sobre mis habilidades, mi educación, mis sentimientos amorosos y la herencia de mi familia.
    Para conocerme un poco mejor... hazme tres preguntas sobre mí: sobre mis habilidades, mi educación, mis sentimientos amorosos y la herencia de mi familia.
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  • Durante mi camino, mientras estaba reposando en una taberna, me sentaba solo en la mesa menos ocupada. El bullicio del recinto me aturdía de cierto modo, de tal manera que lo único que había en el lugar sobre el rincón solitario era la vergüenza o timidez.

    Hasta que eso se acabó. Un hombre de tez bronceada. Parecía recién salido de un horno de los dioses de la luz. Su cuerpo, de un aspecto carnoso y tallado de mil batallas, llegaba a dejar mis sentidos cautivados. Un humano robusto y formado por el puño de luz en su marca. La cicatriz que tenía era lo que más me llamó la atención. Pensé que una bestia común le habría atacado, pero lo único que llamaron a mi atención mis ojos azules fueron sus ojos mostaza, como si expusieran un aura de control y dominio, paz y severidad a la vez. Lleno de certeza y decisión en lo que deseaba o quisiera tenerlo sin dificultad con solo hablar o mover un poco sus labios saboreando cada frase que diría antes de hablar.

    Fue así como me llamó la atención con un guiño que me había dejado embobado, lelo para la vista de él mientras se acercaba a un paso lento. La comisura de sus labios se elevó a tal manera de ser una invitación, quizás una insinuación; de cierto modo era más como una presunción de querer lucir algo. - ¿Qué hace tan sola una criatura pura como el mar y la naturaleza aquí? Los tuyos deberían estar bebiendo contigo, ¿no lo crees? - mencionó con una voz ronca. Parecía más un ronroneo mientras sostenía su sonrisa; que de cierto parecer era más pícara, dispuesta a abrir cualquier puerta cerrada. Se sentó y después miró con un rostro decidido. Sus semifelinos ojos llenaron mi presencia mientras añadió: - Noté que estabas mirándome un poco... ¿Cómo te llamas, chico? Es de mala educación no saludar como es debido a un caballero de la luz. Tú no pareces como los demás de los verdes como los tuyos. - Su comentario era un poco burlón a pesar de notar el característico color arcilla del orco, mientras suelta un par de internas y gruesas carcajadas.

    Me... llamo Daakuh... Daakuh Lobogelido... - fue lo único que le contesté mientras sus ojos se aferraron con el tiempo a sus manos. Su presencia aturdía un poco mi autoridad de mí mismo, de tal modo que solo él mismo, al notar que le miré con un poco de prisa, me guiñó y con ello tomó mi mano. Mi rostro se enrojeció mientras su imponente figura se cernía sobre mí con autoridad y dominio. - Sten... me llamo Sten, hemos estado juntos en la misión. Supongo que no estaría mal que nos conociéramos un poco, tú... de tal modo me inspiras un poco de... paz y confianza... - llevando así una de sus manos a sus labios mientras un leve shhhh- salió de su boca, implicando un acto completo de complicidad y de secretismo entre el calor de ambas manos de los dos. - ¿Q... qué estás haciendo... a- a dónde me llevas? S... se supone que tenemos que trabajar juntos en liberar a nuestros grupos... - Él interrumpió y, de una fuerza indomable, bufeó mientras me retiraba de la mesa.

    Solo quiero que nos vayamos a divertir un poco. Después de todo, es bueno tomarse un descanso debido como ambos guerreros. Deja que tu mente se relaje un poco, ¿quieres? - La interrupción del macho era más que una manera de relajar. Era una invitación tácita a lo más profundo. Con el tiempo que él estaba pasando a lo poco en la misión de expedición, parecía conocerlo de toda la vida como si hubiera deducido o vivido todo con él, atrayéndolo de manera posesiva. - Esto es entre nosotros dos. Tus ojos cansados piden a alguien que merezca reclamarte como se debe, y eso, un caballero como yo, jamás dejaría pasar la oportunidad de poder ser el primero en hacerlo - añadió al detenerse en una habitación que abriría después con una llave que tenía quién sabe cuánto. - ¡Pero es que yo! N- ¡Hhgggg! - Sten actuaba de manera desmedida mientras conseguía frotar su fría armadura en la piel del orco, causando un escalofrío. El deseo le tomó por sorpresa, y las palabras, calladas mediante un jugoso beso que invadía los labios del chico y la lengua, sin medida exploraba con ansias cada centímetro ajeno al que un humano quizá no debería adentrarse. - Cierra la boca... tú mismo lo pides aunque te niegues. ¿Por qué no complacerte y cumplir lo que anhelas? -.

    Entonces, sin pensarlo dos veces, las semienguantadas manos del macho empujaron a la cama al orco joven. A pesar de que su armadura revelaba su piel con discreción, despojaba cada parte de su armadura mientras los clicks y clacks de los broches y cinturones cedían. Estaba expectante en la cama mientras las mejillas de aquel orco exponían una complicidad a través del acto carnal que recibiría. El carmesí de sus mejillas estaban atestiguando lo fuerte e imponente que era ante sus ojos azulados como el mar puro y limpio, lleno de anhelos y propósitos. Sten, cerrando la puerta, estaba ya expuesto y desnudo. Los pantalones ajustados que tenía daban un vistazo a su abultado miembro mientras acariciaba en señal de que estaba más que listo de reclamar las tierras y rincones más oscuros y amorosos del orco, mordiéndose su labio inferior y con el brillo de sus ojos, calculando las cosas que podría hacer sabiendo que tenía al orco en sus manos.

    Interiores de cuero mostraban la anticipación de la semierección del hombre mientras aquella ropa escasa amenazaba quizás con romperse debido a la tensión que exhibía. Nuevamente un guiño a sus toques en su cuerpo robusto y grande le hicieron ronronear. - Que este sea nuestro paso a conocernos, chamán. La curiosidad ante esas hábiles manos tuyas me atraen... y esa boca... me llena de malditos deseos de querer tomarte completamente como mío, si es que no te opones a que te ponga mano dura... - Y sin previo aviso, tomó la nuca del joven para atraerlo a su entrepierna con su abultamiento tenso. La frente del orco chocaba con la rocosa y dura pelvis mientras seguía hablando... - ...este es tu reino como también el mío. Aquí puedes hacer lo que desees y podrás tomar lo que quieras, pero yo... te quiero es a ti...-

    - continuara cuando deseen leer mas el relato erotico -
    ///////arte por mi. regalo de un amigo que hice./////////
    /////// full sin censura pronto disponible ///////////

    --------- comentarios libres si deseas quizas unirte o desentrñar mas de la historia y actuarla.------------
    Durante mi camino, mientras estaba reposando en una taberna, me sentaba solo en la mesa menos ocupada. El bullicio del recinto me aturdía de cierto modo, de tal manera que lo único que había en el lugar sobre el rincón solitario era la vergüenza o timidez. Hasta que eso se acabó. Un hombre de tez bronceada. Parecía recién salido de un horno de los dioses de la luz. Su cuerpo, de un aspecto carnoso y tallado de mil batallas, llegaba a dejar mis sentidos cautivados. Un humano robusto y formado por el puño de luz en su marca. La cicatriz que tenía era lo que más me llamó la atención. Pensé que una bestia común le habría atacado, pero lo único que llamaron a mi atención mis ojos azules fueron sus ojos mostaza, como si expusieran un aura de control y dominio, paz y severidad a la vez. Lleno de certeza y decisión en lo que deseaba o quisiera tenerlo sin dificultad con solo hablar o mover un poco sus labios saboreando cada frase que diría antes de hablar. Fue así como me llamó la atención con un guiño que me había dejado embobado, lelo para la vista de él mientras se acercaba a un paso lento. La comisura de sus labios se elevó a tal manera de ser una invitación, quizás una insinuación; de cierto modo era más como una presunción de querer lucir algo. - ¿Qué hace tan sola una criatura pura como el mar y la naturaleza aquí? Los tuyos deberían estar bebiendo contigo, ¿no lo crees? - mencionó con una voz ronca. Parecía más un ronroneo mientras sostenía su sonrisa; que de cierto parecer era más pícara, dispuesta a abrir cualquier puerta cerrada. Se sentó y después miró con un rostro decidido. Sus semifelinos ojos llenaron mi presencia mientras añadió: - Noté que estabas mirándome un poco... ¿Cómo te llamas, chico? Es de mala educación no saludar como es debido a un caballero de la luz. Tú no pareces como los demás de los verdes como los tuyos. - Su comentario era un poco burlón a pesar de notar el característico color arcilla del orco, mientras suelta un par de internas y gruesas carcajadas. Me... llamo Daakuh... Daakuh Lobogelido... - fue lo único que le contesté mientras sus ojos se aferraron con el tiempo a sus manos. Su presencia aturdía un poco mi autoridad de mí mismo, de tal modo que solo él mismo, al notar que le miré con un poco de prisa, me guiñó y con ello tomó mi mano. Mi rostro se enrojeció mientras su imponente figura se cernía sobre mí con autoridad y dominio. - Sten... me llamo Sten, hemos estado juntos en la misión. Supongo que no estaría mal que nos conociéramos un poco, tú... de tal modo me inspiras un poco de... paz y confianza... - llevando así una de sus manos a sus labios mientras un leve shhhh- salió de su boca, implicando un acto completo de complicidad y de secretismo entre el calor de ambas manos de los dos. - ¿Q... qué estás haciendo... a- a dónde me llevas? S... se supone que tenemos que trabajar juntos en liberar a nuestros grupos... - Él interrumpió y, de una fuerza indomable, bufeó mientras me retiraba de la mesa. Solo quiero que nos vayamos a divertir un poco. Después de todo, es bueno tomarse un descanso debido como ambos guerreros. Deja que tu mente se relaje un poco, ¿quieres? - La interrupción del macho era más que una manera de relajar. Era una invitación tácita a lo más profundo. Con el tiempo que él estaba pasando a lo poco en la misión de expedición, parecía conocerlo de toda la vida como si hubiera deducido o vivido todo con él, atrayéndolo de manera posesiva. - Esto es entre nosotros dos. Tus ojos cansados piden a alguien que merezca reclamarte como se debe, y eso, un caballero como yo, jamás dejaría pasar la oportunidad de poder ser el primero en hacerlo - añadió al detenerse en una habitación que abriría después con una llave que tenía quién sabe cuánto. - ¡Pero es que yo! N- ¡Hhgggg! - Sten actuaba de manera desmedida mientras conseguía frotar su fría armadura en la piel del orco, causando un escalofrío. El deseo le tomó por sorpresa, y las palabras, calladas mediante un jugoso beso que invadía los labios del chico y la lengua, sin medida exploraba con ansias cada centímetro ajeno al que un humano quizá no debería adentrarse. - Cierra la boca... tú mismo lo pides aunque te niegues. ¿Por qué no complacerte y cumplir lo que anhelas? -. Entonces, sin pensarlo dos veces, las semienguantadas manos del macho empujaron a la cama al orco joven. A pesar de que su armadura revelaba su piel con discreción, despojaba cada parte de su armadura mientras los clicks y clacks de los broches y cinturones cedían. Estaba expectante en la cama mientras las mejillas de aquel orco exponían una complicidad a través del acto carnal que recibiría. El carmesí de sus mejillas estaban atestiguando lo fuerte e imponente que era ante sus ojos azulados como el mar puro y limpio, lleno de anhelos y propósitos. Sten, cerrando la puerta, estaba ya expuesto y desnudo. Los pantalones ajustados que tenía daban un vistazo a su abultado miembro mientras acariciaba en señal de que estaba más que listo de reclamar las tierras y rincones más oscuros y amorosos del orco, mordiéndose su labio inferior y con el brillo de sus ojos, calculando las cosas que podría hacer sabiendo que tenía al orco en sus manos. Interiores de cuero mostraban la anticipación de la semierección del hombre mientras aquella ropa escasa amenazaba quizás con romperse debido a la tensión que exhibía. Nuevamente un guiño a sus toques en su cuerpo robusto y grande le hicieron ronronear. - Que este sea nuestro paso a conocernos, chamán. La curiosidad ante esas hábiles manos tuyas me atraen... y esa boca... me llena de malditos deseos de querer tomarte completamente como mío, si es que no te opones a que te ponga mano dura... - Y sin previo aviso, tomó la nuca del joven para atraerlo a su entrepierna con su abultamiento tenso. La frente del orco chocaba con la rocosa y dura pelvis mientras seguía hablando... - ...este es tu reino como también el mío. Aquí puedes hacer lo que desees y podrás tomar lo que quieras, pero yo... te quiero es a ti...- - continuara cuando deseen leer mas el relato erotico - ///////arte por mi. regalo de un amigo que hice.///////// /////// full sin censura pronto disponible /////////// --------- comentarios libres si deseas quizas unirte o desentrñar mas de la historia y actuarla.------------
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  • Debo decir algo sobre mí... Estoy dominado por emociones oscuras. Mi corazón es frío.
    Pero cuando siento algo por alguien, es real. Y dura toda mi vida...
    Debo decir algo sobre mí... Estoy dominado por emociones oscuras. Mi corazón es frío. Pero cuando siento algo por alguien, es real. Y dura toda mi vida... :STK-69:
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ──── ¿Una figura de escala sobre mí? Que bonito. Voy a cobrar por derechos de imagen. ──── Hay que aprovechar el momento. [?]

    ||• Andaba ahí jugando con la IA y se me ocurrió ¿Que tal si hago a Santi como una figura de escala? Y ahí el resultado final que me gustó como quedó. Quién guste una imagen así de su personaje me avisa por este medio y con gusto se la hago. También para los que tienen pareja les hago una imagen juntos. Veremos que tal sale. [♡]
    ──── ¿Una figura de escala sobre mí? Que bonito. Voy a cobrar por derechos de imagen. ──── Hay que aprovechar el momento. [?] ||• Andaba ahí jugando con la IA y se me ocurrió ¿Que tal si hago a Santi como una figura de escala? Y ahí el resultado final que me gustó como quedó. Quién guste una imagen así de su personaje me avisa por este medio y con gusto se la hago. También para los que tienen pareja les hago una imagen juntos. Veremos que tal sale. [♡]
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