Lista de Hope de pros y contras de volver a casa
Pros:
• Extraño el olor del campo después de la lluvia.
• Las ovejas. Dios, cómo extraño a mis ovejas. No hacen preguntas, no esperan sonrisas falsas, no me miran como si soy una total freak.
• Allá, incluso el silencio tiene compañía.
• He aprendido a dormir solo 4 horas. Lo pongo por aquí para balancear la lista.
Contras:
• No tengo un céntimo. Ni para el ferry. Lo último que me quedaba me lo gasté pagando el tinder al tipo que no solo me rompió el celular pero también se comió todo y no dijo nada.
• Acá hay comida que no me disgusta. A veces, incluso me gusta, pero estoy tan cansada. Hasta comer se siente como un esfuerzo.
• La gente no entiende lo que digo. Me está costando fingir hablar como yankee, mi espiritu banshee se niega.
"Regresar sería aceptar que no lo logré aquí. Que este lugar me venció."
Hope suspira, con los ojos clavados en un punto invisible del suelo. El hormigón no le habla como lo hace la tierra blanda de su granja. La indiferencia de la gente le pesa. En la calle, nadie la mira. Nadie pregunta cómo está. Ni siquiera cómo se llama.
En Irlanda, los vecinos no necesitan palabras para entender si algo va mal. Se le aprieta el pecho. No es solo nostalgia: es duelo. Duelo por la vida que se prometió en este lugar, por los días perdidos. Quiere volver. Pero también le asusta.
"¿Y si allá tampoco soy la misma? Bah nadie tiene que saber mis problemas ¿cierto?"
Arruga el papel y lo lanza lejos. Another day another delivery.
Pros:
• Extraño el olor del campo después de la lluvia.
• Las ovejas. Dios, cómo extraño a mis ovejas. No hacen preguntas, no esperan sonrisas falsas, no me miran como si soy una total freak.
• Allá, incluso el silencio tiene compañía.
• He aprendido a dormir solo 4 horas. Lo pongo por aquí para balancear la lista.
Contras:
• No tengo un céntimo. Ni para el ferry. Lo último que me quedaba me lo gasté pagando el tinder al tipo que no solo me rompió el celular pero también se comió todo y no dijo nada.
• Acá hay comida que no me disgusta. A veces, incluso me gusta, pero estoy tan cansada. Hasta comer se siente como un esfuerzo.
• La gente no entiende lo que digo. Me está costando fingir hablar como yankee, mi espiritu banshee se niega.
"Regresar sería aceptar que no lo logré aquí. Que este lugar me venció."
Hope suspira, con los ojos clavados en un punto invisible del suelo. El hormigón no le habla como lo hace la tierra blanda de su granja. La indiferencia de la gente le pesa. En la calle, nadie la mira. Nadie pregunta cómo está. Ni siquiera cómo se llama.
En Irlanda, los vecinos no necesitan palabras para entender si algo va mal. Se le aprieta el pecho. No es solo nostalgia: es duelo. Duelo por la vida que se prometió en este lugar, por los días perdidos. Quiere volver. Pero también le asusta.
"¿Y si allá tampoco soy la misma? Bah nadie tiene que saber mis problemas ¿cierto?"
Arruga el papel y lo lanza lejos. Another day another delivery.
Lista de Hope de pros y contras de volver a casa
Pros:
• Extraño el olor del campo después de la lluvia.
• Las ovejas. Dios, cómo extraño a mis ovejas. No hacen preguntas, no esperan sonrisas falsas, no me miran como si soy una total freak.
• Allá, incluso el silencio tiene compañía.
• He aprendido a dormir solo 4 horas. Lo pongo por aquí para balancear la lista.
Contras:
• No tengo un céntimo. Ni para el ferry. Lo último que me quedaba me lo gasté pagando el tinder al tipo que no solo me rompió el celular pero también se comió todo y no dijo nada.
• Acá hay comida que no me disgusta. A veces, incluso me gusta, pero estoy tan cansada. Hasta comer se siente como un esfuerzo.
• La gente no entiende lo que digo. Me está costando fingir hablar como yankee, mi espiritu banshee se niega.
"Regresar sería aceptar que no lo logré aquí. Que este lugar me venció."
Hope suspira, con los ojos clavados en un punto invisible del suelo. El hormigón no le habla como lo hace la tierra blanda de su granja. La indiferencia de la gente le pesa. En la calle, nadie la mira. Nadie pregunta cómo está. Ni siquiera cómo se llama.
En Irlanda, los vecinos no necesitan palabras para entender si algo va mal. Se le aprieta el pecho. No es solo nostalgia: es duelo. Duelo por la vida que se prometió en este lugar, por los días perdidos. Quiere volver. Pero también le asusta.
"¿Y si allá tampoco soy la misma? Bah nadie tiene que saber mis problemas ¿cierto?"
Arruga el papel y lo lanza lejos. Another day another delivery.


