• Lucifer 𝕾𝖆𝖒𝖆𝖊𝖑 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗
    *Preparando mi disfraz de doctor incluso cambiando de aspecto a la de un famoso doctor [Víctor Frankenstein], pero de una dimensión algo peculiar, una vez preparado desaparecí para aparecer donde estaría Lucifer llevando conmigo un maletín médico y dejándolo sobre la mesa*

    - Tío Lu… es hora de que comencemos esos estudios para ayudarte con el parto, tengo que estar totalmente informado para cuando ese bebe esté preparado para venir al mundo, quiero saberlo todo: información que me puedas dar, libros que expliquen cómo traer un ángel bebe, textos antiguos… cualquier cosa que me sirva.

    *Del maletín comencé a sacar artilugios médicos e incluso quirúrgicos, para que él me fuese explicando cuales harían falta y cuales no en alguna ocasión que necesite utilizarlos, por otro lado el maletín parecía no tener fondo ya que saque hasta una motosierra*

    - Ups esto mejor no, no queremos tener un serio accidente en el parto.

    *Volviendo a guardar la motosierra*
    [LuciHe11] *Preparando mi disfraz de doctor incluso cambiando de aspecto a la de un famoso doctor [Víctor Frankenstein], pero de una dimensión algo peculiar, una vez preparado desaparecí para aparecer donde estaría Lucifer llevando conmigo un maletín médico y dejándolo sobre la mesa* - Tío Lu… es hora de que comencemos esos estudios para ayudarte con el parto, tengo que estar totalmente informado para cuando ese bebe esté preparado para venir al mundo, quiero saberlo todo: información que me puedas dar, libros que expliquen cómo traer un ángel bebe, textos antiguos… cualquier cosa que me sirva. *Del maletín comencé a sacar artilugios médicos e incluso quirúrgicos, para que él me fuese explicando cuales harían falta y cuales no en alguna ocasión que necesite utilizarlos, por otro lado el maletín parecía no tener fondo ya que saque hasta una motosierra* - Ups esto mejor no, no queremos tener un serio accidente en el parto. *Volviendo a guardar la motosierra*
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  • El corazón de la Diosa se llenó con tranquilidad al saber que en el Olimpo la paz reina y la calma entre los dioses es notoria. A llegado una época de plenitud donde el miedo desaparece y el silencio entre todos no existe, por un buen tiempo.

    —Aphro
    #mitologiagriega
    El corazón de la Diosa se llenó con tranquilidad al saber que en el Olimpo la paz reina y la calma entre los dioses es notoria. A llegado una época de plenitud donde el miedo desaparece y el silencio entre todos no existe, por un buen tiempo. —Aphro #mitologiagriega
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  • FLASHBACK: “El último regalo de Wade”

    La ciudad huele a metal quemado, a pólvora y decepción. El cielo, cubierto por nubes tan grises como su humor. Reina está sola en una azotea, con los nudillos partidos y el orgullo intacto. Ya no está Wade. Y lo más jodido de todo… es que lo extraña. Pero no lo diría ni aunque le pagaran.

    —Claro que sí, Wade. Abandoname con todo este mierdero encima. Muy en tu estilo. —masculla, mientras escupe sangre al suelo y se acomoda el hombro dislocado como si fuera rutina. Porque ya lo es.

    La pelea fue brutal. No fue contra una amenaza mundial, ni un supervillano de película. Fue contra un grupo de imbéciles con complejo de semidios, traficantes de tecnología Chitauri modificada. Pero para Reina fue más que una misión: fue la primera sin él.

    Y dolía.

    —¿Dónde carajos estás cuando te necesito, idiota? —le grita al vacío. Como si Wade respondiera desde algún rincón del multiverso con un chiste inapropiado.

    No lo hace. Pero en su cabeza, lo escucha:

    —“¿Otra vez te estás metiendo en peleas sin mí, pequeña psicópata? Maldita sea, te crié bien.”

    Eso le arranca una risa. Amarga. Como un trago de whisky barato después de una pelea que no querías ganar. Wade le enseñó muchas cosas: a usar su ira como arma, a reírse mientras sangra, a no pedir permiso. Pero también le enseñó a no confiar demasiado, porque incluso él se fue.

    —“El día que pelees sin mí y no mueras, vas a saber quién carajos eres.” —le había dicho una vez, entre tacos de carnitas y explosiones.

    Y ahora, ahí estaba. Viva. Ensangrentada. Y sola.

    —Bueno, Wade… sobreviví. ¿Ahora qué? —susurra al cielo.

    Una patrulla vuela por el horizonte. Ella baja la mirada. Camina hacia el borde de la azotea. Y justo antes de saltar al siguiente edificio, deja una pequeña bomba de humo con una calcomanía pegada.

    Un unicornio con una espada. La firma de Wade.

    —Pero si vuelves, idiota... más te vale no haberme olvidado. —y desaparece entre el humo.
    FLASHBACK: “El último regalo de Wade” La ciudad huele a metal quemado, a pólvora y decepción. El cielo, cubierto por nubes tan grises como su humor. Reina está sola en una azotea, con los nudillos partidos y el orgullo intacto. Ya no está Wade. Y lo más jodido de todo… es que lo extraña. Pero no lo diría ni aunque le pagaran. —Claro que sí, Wade. Abandoname con todo este mierdero encima. Muy en tu estilo. —masculla, mientras escupe sangre al suelo y se acomoda el hombro dislocado como si fuera rutina. Porque ya lo es. La pelea fue brutal. No fue contra una amenaza mundial, ni un supervillano de película. Fue contra un grupo de imbéciles con complejo de semidios, traficantes de tecnología Chitauri modificada. Pero para Reina fue más que una misión: fue la primera sin él. Y dolía. —¿Dónde carajos estás cuando te necesito, idiota? —le grita al vacío. Como si Wade respondiera desde algún rincón del multiverso con un chiste inapropiado. No lo hace. Pero en su cabeza, lo escucha: —“¿Otra vez te estás metiendo en peleas sin mí, pequeña psicópata? Maldita sea, te crié bien.” Eso le arranca una risa. Amarga. Como un trago de whisky barato después de una pelea que no querías ganar. Wade le enseñó muchas cosas: a usar su ira como arma, a reírse mientras sangra, a no pedir permiso. Pero también le enseñó a no confiar demasiado, porque incluso él se fue. —“El día que pelees sin mí y no mueras, vas a saber quién carajos eres.” —le había dicho una vez, entre tacos de carnitas y explosiones. Y ahora, ahí estaba. Viva. Ensangrentada. Y sola. —Bueno, Wade… sobreviví. ¿Ahora qué? —susurra al cielo. Una patrulla vuela por el horizonte. Ella baja la mirada. Camina hacia el borde de la azotea. Y justo antes de saltar al siguiente edificio, deja una pequeña bomba de humo con una calcomanía pegada. Un unicornio con una espada. La firma de Wade. —Pero si vuelves, idiota... más te vale no haberme olvidado. —y desaparece entre el humo.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ¡Guía sobre las SAGAS disponible!

    ¿Tienes una historia que te gustaría narrar como RoleMaster? ¿Quieres saber cómo funciona la herramienta Sagas en FicRol?

    Ya puedes consultar la guía completa con ejemplos, consejos y todo lo que necesitas para empezar.

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    CONOCIENDO FICROL 11: SAGAS
    Las Sagas son una de esas herramientas de FicRol que quizá muchos han visto pero no han explorado aún a fondo. Si alguna vez te ha llamado la atención crear una historia dirigida, con estructura narrativa y una duración definida, esto te interesa. Aquí te explico todo lo que necesitas saber para lanzarte a crear tu propia Saga.   CONCEPTOS BASICOS SOBRE...
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  • la noche era tranquila y dando un paseo por el paruqe te encontraste con Bloss, despues de un rato decidiste quitarte una duda de encima -que por que le temo tanto a mi viejo jefe?- parecio algo sobresaltado, su sola mencion apagaba el brillo de sus ojos, suspiro pesado rascandose las sienes -bueno... supongo que tarde o temprano tendria que explicar esto- te miró algo nervioso sin saber que decir primero-yo trabajaba para una empreza corrupta, malversion de dinero, robo e incluso asesinato, por obvias razones tenian que encubrir todo esto, y quien mejor que un niño de 12 años con sueños de grandeza? no dudaria dos veces en tomar la oportunidad... ni pensaria dos veces en nada mas pues "los adultos se encargan"- suspiro mirando al suelo -para mi desgracia aquel niño fui yo, empeze mi entrenamiento para cantante y pronto debute en el escenario, pero a cambio de la fama vino lo demas... mi jefe abuso de mi en todas las formas posibles, pero yo me quedaba por que deseaba ser cantante, aunque en realidad no tenia otra opcion... almenos ahsta que la empresa cayo por si sola-
    la noche era tranquila y dando un paseo por el paruqe te encontraste con Bloss, despues de un rato decidiste quitarte una duda de encima -que por que le temo tanto a mi viejo jefe?- parecio algo sobresaltado, su sola mencion apagaba el brillo de sus ojos, suspiro pesado rascandose las sienes -bueno... supongo que tarde o temprano tendria que explicar esto- te miró algo nervioso sin saber que decir primero-yo trabajaba para una empreza corrupta, malversion de dinero, robo e incluso asesinato, por obvias razones tenian que encubrir todo esto, y quien mejor que un niño de 12 años con sueños de grandeza? no dudaria dos veces en tomar la oportunidad... ni pensaria dos veces en nada mas pues "los adultos se encargan"- suspiro mirando al suelo -para mi desgracia aquel niño fui yo, empeze mi entrenamiento para cantante y pronto debute en el escenario, pero a cambio de la fama vino lo demas... mi jefe abuso de mi en todas las formas posibles, pero yo me quedaba por que deseaba ser cantante, aunque en realidad no tenia otra opcion... almenos ahsta que la empresa cayo por si sola-
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  • Cómo saber qué tu usser no tiene ni 1 gb de ideas pa' rol en un minuto? Fácil, comienza a rolear cosas sin sentido, cómo sentirse vampiro y querer tragarse al Uchiha XD

    Eso ya es suficiente para mí, y eso que solo soy un pj de roleplayer
    Cómo saber qué tu usser no tiene ni 1 gb de ideas pa' rol en un minuto? Fácil, comienza a rolear cosas sin sentido, cómo sentirse vampiro y querer tragarse al Uchiha XD Eso ya es suficiente para mí, y eso que solo soy un pj de roleplayer :STK-5:
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  • La sala negra, que Viper creyó sería una excentricidad motelera con una cama de demasiadas plazas... resultó ser una armería.

    Una muy bien surtida armería.

    Hace dos años, The Animals contaba con un arsenal discreto, pero tremendamente efectivo. Crow parecía saber qué era lo que necesitaría su equipo para cumplir con sus variados caprichos. Ahora, sin embargo, tal quedaba como un quiosco de barrio junto al mercado que era esta sala.

    — Esto... no es lo que esperaba.

    La voz de Viper sonó sorprendida, igual que estaba su mirada -cosa extraña dado su casi permanente estoicismo- mientras, receloso como el que más, echaba un vistazo a la puerta, al marco y al piso, antes de entrar. Comprobaba si habían trampas.

    — ¿Por qué está siendo tan... generoso? ¿Es porque vine contigo?

    Preguntó, queriendo saber la opinión de Wolf ᴬᵁ . Porque era él el experto en ꧁ঔৣ☬✞ 𝕮𝖗𝖔𝖜 ✞☬ঔৣ꧂ .

    — No entiendo por qué me ofrecería algo como esto... a mí.

    Se detuvo frente a un bonito Dragunov que le llamó como miel a una mosca. Esa era una de las armas favoritas de Rourke, una que Viper siempre criticaba.

    — Ojalá tuviera más balas... —susurró.
    La sala negra, que Viper creyó sería una excentricidad motelera con una cama de demasiadas plazas... resultó ser una armería. Una muy bien surtida armería. Hace dos años, The Animals contaba con un arsenal discreto, pero tremendamente efectivo. Crow parecía saber qué era lo que necesitaría su equipo para cumplir con sus variados caprichos. Ahora, sin embargo, tal quedaba como un quiosco de barrio junto al mercado que era esta sala. — Esto... no es lo que esperaba. La voz de Viper sonó sorprendida, igual que estaba su mirada -cosa extraña dado su casi permanente estoicismo- mientras, receloso como el que más, echaba un vistazo a la puerta, al marco y al piso, antes de entrar. Comprobaba si habían trampas. — ¿Por qué está siendo tan... generoso? ¿Es porque vine contigo? Preguntó, queriendo saber la opinión de [Wolfy]. Porque era él el experto en [TheCrow]. — No entiendo por qué me ofrecería algo como esto... a mí. Se detuvo frente a un bonito Dragunov que le llamó como miel a una mosca. Esa era una de las armas favoritas de Rourke, una que Viper siempre criticaba. — Ojalá tuviera más balas... —susurró.
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  • Volvió a su azotea en silencio.
    Allí donde el viento no canta,
    donde los hilos cuelgan como constelaciones rotas, donde solo ella escucha el murmullo del destino.
    Atropos, vieja como el primer suspiro del tiempo,se sentó entre sombras, cansada de cortar.

    Esa noche no buscaba un hilo que tensar.
    Solo miraba.

    Y entonces la vio.

    Una muchacha, de pie en una esquina del mundo, con los ojos encendidos por una esperanza que no la incluía.
    Esperaba un mensaje que no llegaba, una voz que no la elegía, unos brazos que solo la buscaban cuando ya no quedaba nadie más.

    Atropos entendió.

    Ella no era la primera opción.
    Ni para él, ni para nadie.
    Era el salvavidas en medio del naufragio, la llamada de último recurso, el refugio cuando todo lo demás había fallado.

    No la amaban por quién era,
    sino por lo que calmaba.
    No la elegían por deseo, sino por necesidad.
    Y cuando pasaba la tormenta,
    la dejaban atrás, con la dignidad rota y la sonrisa obligada.

    La diosa de los finales supo, por primera vez, qué se siente ser lo secundario.
    Ser la elección de emergencia.
    El consuelo, no el fuego.

    Y aunque sus manos estaban hechas para cortar, esa noche no pudo tocar las tijeras.
    Porque vio en esa chica algo que ni los siglos habían enseñado:
    el dolor de saberse útil, pero no amado.

    Así se quedó Atropos, en su torre sin consuelo, mirando un hilo que no merecía ser cortado todavía, pero tampoco celebrado.
    Y por primera vez en mucho tiempo,
    sintió que el olvido es más cruel que la muerte.
    Volvió a su azotea en silencio. Allí donde el viento no canta, donde los hilos cuelgan como constelaciones rotas, donde solo ella escucha el murmullo del destino. Atropos, vieja como el primer suspiro del tiempo,se sentó entre sombras, cansada de cortar. Esa noche no buscaba un hilo que tensar. Solo miraba. Y entonces la vio. Una muchacha, de pie en una esquina del mundo, con los ojos encendidos por una esperanza que no la incluía. Esperaba un mensaje que no llegaba, una voz que no la elegía, unos brazos que solo la buscaban cuando ya no quedaba nadie más. Atropos entendió. Ella no era la primera opción. Ni para él, ni para nadie. Era el salvavidas en medio del naufragio, la llamada de último recurso, el refugio cuando todo lo demás había fallado. No la amaban por quién era, sino por lo que calmaba. No la elegían por deseo, sino por necesidad. Y cuando pasaba la tormenta, la dejaban atrás, con la dignidad rota y la sonrisa obligada. La diosa de los finales supo, por primera vez, qué se siente ser lo secundario. Ser la elección de emergencia. El consuelo, no el fuego. Y aunque sus manos estaban hechas para cortar, esa noche no pudo tocar las tijeras. Porque vio en esa chica algo que ni los siglos habían enseñado: el dolor de saberse útil, pero no amado. Así se quedó Atropos, en su torre sin consuelo, mirando un hilo que no merecía ser cortado todavía, pero tampoco celebrado. Y por primera vez en mucho tiempo, sintió que el olvido es más cruel que la muerte.
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  • El sol se filtraba entre las copas de los árboles; la luz puramente blanca, bañaba de reflejos el pasto mojado y las flores que apenas comenzaban a desplegar sus blancos y finos pétalos. Los rayos a contraluz transparentaban la tela suelta y suave de su indumentaria. Y delineaba con su brillo su silueta.

    —¿Hacia dónde vas con tal arma? Alguien con la experiencia marcada en su rostro debería saber que el mundo es cruel con quien se aventura en soledad.
    El sol se filtraba entre las copas de los árboles; la luz puramente blanca, bañaba de reflejos el pasto mojado y las flores que apenas comenzaban a desplegar sus blancos y finos pétalos. Los rayos a contraluz transparentaban la tela suelta y suave de su indumentaria. Y delineaba con su brillo su silueta. —¿Hacia dónde vas con tal arma? Alguien con la experiencia marcada en su rostro debería saber que el mundo es cruel con quien se aventura en soledad.
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  • #SeductiveSunday

    "¿Mostrar piel? Por favor... seducir es saber mirar como si ya supieras a qué sabe el alma del otro."
    #SeductiveSunday "¿Mostrar piel? Por favor... seducir es saber mirar como si ya supieras a qué sabe el alma del otro."
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