• "Bienvenido a Nueva Orleans"
    Fandom The Vampire Diaries / The Originals / OC
    Categoría Fantasía

    ㅤㅤㅤㅤB𝐢e𝐧v𝐞n𝐢d𝐨 𝐚 𝐍u𝐞v𝐚 𝐎r𝐥e𝐚n𝐬
    ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤ˹ Abel T Kovacs



    Aun no habían dilucidado siquiera la punta completa del iceberg del misterio por el cual Elijah, Hayley, él y… algunas criaturas sobrenaturales más habían regresado de la tumba. Era un hecho sin precedentes y, no malinterpretéis… Lo cierto era que Niklaus Mikaelson era feliz de haber regresado, de poder volver a respirar, de volver a sentir la luz del sol. Pero al mismo tiempo sabía que su regreso a la vida, que la marca en su brazo (y en la de su hermano y madre de su hija) no eran casualidad, no eran un tatuaje cutre que ninguno recordaba después de una borrachera. No. Allí había algo mucho más importante. Algo que no eran capaces de entender siquiera.

    Klaus podía sentirlo, no sabia el qué. Era como un pesar como un zumbido, como una sombra que se cernía sobre su cabeza de forma inevitable. No lo reconocía, no sabía a qué se enfrentaban y, sin embargo, durante un segundo, por una fracción de este, casi podía darle nombre. Eran apenas siquiera flashes, fogonazos…

    Y, después, una terrible jaqueca.

    -Hay un visitante en el St. James Infirmary -escuchó la voz de Freya, pero lo cierto era que su mirada estaba perdida en el infinito-¿Nik? ¿Estás bien?

    Klaus salió de su ensimismamiento y regresó a la realidad desviando su mirada hacia su hermana mayor.

    -Freya, ¿qué decías?

    -Me ha llamado Jannie, la camarera del St. James… Dice que hay un visitante que nadie reconoce. Un hombre adulto… No sabe quien es, pero… -decía Freya.

    Klaus curvó una rápida sonrisa, divertido con la situación.

    -¿Acaso jugueteas con la posibilidad de que, repentinamente, un extraño aparezca en Nueva Orleans con todas las respuestas al misterio que tenemos entre manos? -preguntó el Hibrido- Harto improbable, ¿no crees?


    Freya se encogió de hombros y se apoyó contra el umbral de la puerta.
    -No lo sé… -negó con la cabeza- No tengo ni idea, Nik… Esto es algo a lo que ninguno nos hemos enfrentado antes… -suspiró y negó con la cabeza antes de acercarse al hibrido original- Ni tu ni yo tenemos las respuestas, pero… Ir a echar un vistazo no te matara, ¿no?

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝚂𝚃. 𝙹𝚊𝚖𝚎𝚜 𝙸𝚗𝚏𝚒𝚛𝚖𝚊𝚛𝚢.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 𝙱𝚊𝚛𝚛𝚒𝚘 𝙵𝚛𝚊𝚗𝚌𝚎́𝚜.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝙽𝚞𝚎𝚟𝚊 𝙾𝚛𝚕𝚎𝚊𝚗𝚜.

    Divisó desde la puerta a aquel extraño visitante. En un local donde todo era colorido y todo eran risas y diversión solo un hombre destacaba, sentado a la barra. No es que saltara a simple vista que era distinto o que un pudiera averiguar con solo observarlo qué lo hacía diferente. Simplemente, era una sensación. Si, Nueva Orleans era una ciudad realmente turística, pero solo criaturas sobrenaturales o amigos de estos frecuentaban ese lugar. Como si fuera un secreto y un rumor que corriera a voces al mismo tiempo. Asi que… o ese tipo había dado con aquello por casualidad, o… Había gato encerrado. Fuera como fuera. Valia la pena echar un vistazo.

    Asi que, usando su velocidad vampírica, en un instante el asiento al lado del recién llegado estaba vacío y, un segundo después estaba ocupado por Klaus Mikaelson quien, usando solo dos dedos y una rápida mirada a la camarera, obtuvo un vaso de whisky frente a sí.

    -Bienvenido al Barrio Francés -saludó el Hibrido Original dedicando una tranquila y aparentemente amigable mirada al hombre sentado a su lado.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D

    ⤷ Dinámica de compañero de rol aleatorio
    ㅤ ㅤㅤㅤㅤB𝐢e𝐧v𝐞n𝐢d𝐨 𝐚 𝐍u𝐞v𝐚 𝐎r𝐥e𝐚n𝐬 ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ˹ [orbit_turquoise_ape_723] ㅤ Aun no habían dilucidado siquiera la punta completa del iceberg del misterio por el cual Elijah, Hayley, él y… algunas criaturas sobrenaturales más habían regresado de la tumba. Era un hecho sin precedentes y, no malinterpretéis… Lo cierto era que Niklaus Mikaelson era feliz de haber regresado, de poder volver a respirar, de volver a sentir la luz del sol. Pero al mismo tiempo sabía que su regreso a la vida, que la marca en su brazo (y en la de su hermano y madre de su hija) no eran casualidad, no eran un tatuaje cutre que ninguno recordaba después de una borrachera. No. Allí había algo mucho más importante. Algo que no eran capaces de entender siquiera. Klaus podía sentirlo, no sabia el qué. Era como un pesar como un zumbido, como una sombra que se cernía sobre su cabeza de forma inevitable. No lo reconocía, no sabía a qué se enfrentaban y, sin embargo, durante un segundo, por una fracción de este, casi podía darle nombre. Eran apenas siquiera flashes, fogonazos… Y, después, una terrible jaqueca. -Hay un visitante en el St. James Infirmary -escuchó la voz de Freya, pero lo cierto era que su mirada estaba perdida en el infinito-¿Nik? ¿Estás bien? Klaus salió de su ensimismamiento y regresó a la realidad desviando su mirada hacia su hermana mayor. -Freya, ¿qué decías? -Me ha llamado Jannie, la camarera del St. James… Dice que hay un visitante que nadie reconoce. Un hombre adulto… No sabe quien es, pero… -decía Freya. Klaus curvó una rápida sonrisa, divertido con la situación. -¿Acaso jugueteas con la posibilidad de que, repentinamente, un extraño aparezca en Nueva Orleans con todas las respuestas al misterio que tenemos entre manos? -preguntó el Hibrido- Harto improbable, ¿no crees? Freya se encogió de hombros y se apoyó contra el umbral de la puerta. -No lo sé… -negó con la cabeza- No tengo ni idea, Nik… Esto es algo a lo que ninguno nos hemos enfrentado antes… -suspiró y negó con la cabeza antes de acercarse al hibrido original- Ni tu ni yo tenemos las respuestas, pero… Ir a echar un vistazo no te matara, ¿no? ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝚂𝚃. 𝙹𝚊𝚖𝚎𝚜 𝙸𝚗𝚏𝚒𝚛𝚖𝚊𝚛𝚢. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 𝙱𝚊𝚛𝚛𝚒𝚘 𝙵𝚛𝚊𝚗𝚌𝚎́𝚜. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝙽𝚞𝚎𝚟𝚊 𝙾𝚛𝚕𝚎𝚊𝚗𝚜. Divisó desde la puerta a aquel extraño visitante. En un local donde todo era colorido y todo eran risas y diversión solo un hombre destacaba, sentado a la barra. No es que saltara a simple vista que era distinto o que un pudiera averiguar con solo observarlo qué lo hacía diferente. Simplemente, era una sensación. Si, Nueva Orleans era una ciudad realmente turística, pero solo criaturas sobrenaturales o amigos de estos frecuentaban ese lugar. Como si fuera un secreto y un rumor que corriera a voces al mismo tiempo. Asi que… o ese tipo había dado con aquello por casualidad, o… Había gato encerrado. Fuera como fuera. Valia la pena echar un vistazo. Asi que, usando su velocidad vampírica, en un instante el asiento al lado del recién llegado estaba vacío y, un segundo después estaba ocupado por Klaus Mikaelson quien, usando solo dos dedos y una rápida mirada a la camarera, obtuvo un vaso de whisky frente a sí. -Bienvenido al Barrio Francés -saludó el Hibrido Original dedicando una tranquila y aparentemente amigable mirada al hombre sentado a su lado. #Personajes3D #3D #Comunidad3D ⤷ Dinámica de compañero de rol aleatorio
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  • ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪
    Elizabeth estuvo toda la tarde en el prado, rodeada por el suave murmullo del viento y el susurro de las flores chocando unas con otras. El horizonte se tiñó de un rojo profundo, como si la propia tierra llorara la pérdida de tiempos que ya no volverían.

    La intensa búsqueda de respuestas la había abrumado, como un denso manto de nubes que oprime el cielo. Se sentía atrapada entre sombras y recuerdos, cuestionándose si realmente tenía sentido seguir adelante.

    Sus pensamientos se oscurecían junto con el día, esta era la primera luna de sangre que vivía lejos de sus tierras, un fenómeno que evocaba rituales pasados, danzas mágicas y pactos con el agua salada de mar.

    No podía creer que habían pasado ya diez años desde el último ritual que presenció;Esta vez bajo la luna no había bailes ni derramamiento de sangre que sellara pactos olvidados. Solo estaba ella, inmersa en una profunda tristeza, haciendo memoria de aquellos días de infancia, donde todo parecía posible a pesar del régimen que moldeaba sus sueños para convertirlos en armas. Recordaba la luz dorada que bañaba su hogar, los rostros familiares delineados por la esperanza, aunque la guerra acechara en el horizonte.

    Ahora, esa vitalidad se había desvanecido, y Liz vagaba sin rumbo, sin propósito definido, buscando un sentido en un mundo que parecía despojado de significado. Los ecos de su pasado resonaban como cantos lejanos, llevándola a preguntarse si alguna vez podría encontrar un nuevo hogar en la vasta soledad del presente.
    ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪ Elizabeth estuvo toda la tarde en el prado, rodeada por el suave murmullo del viento y el susurro de las flores chocando unas con otras. El horizonte se tiñó de un rojo profundo, como si la propia tierra llorara la pérdida de tiempos que ya no volverían. La intensa búsqueda de respuestas la había abrumado, como un denso manto de nubes que oprime el cielo. Se sentía atrapada entre sombras y recuerdos, cuestionándose si realmente tenía sentido seguir adelante. Sus pensamientos se oscurecían junto con el día, esta era la primera luna de sangre que vivía lejos de sus tierras, un fenómeno que evocaba rituales pasados, danzas mágicas y pactos con el agua salada de mar. No podía creer que habían pasado ya diez años desde el último ritual que presenció;Esta vez bajo la luna no había bailes ni derramamiento de sangre que sellara pactos olvidados. Solo estaba ella, inmersa en una profunda tristeza, haciendo memoria de aquellos días de infancia, donde todo parecía posible a pesar del régimen que moldeaba sus sueños para convertirlos en armas. Recordaba la luz dorada que bañaba su hogar, los rostros familiares delineados por la esperanza, aunque la guerra acechara en el horizonte. Ahora, esa vitalidad se había desvanecido, y Liz vagaba sin rumbo, sin propósito definido, buscando un sentido en un mundo que parecía despojado de significado. Los ecos de su pasado resonaban como cantos lejanos, llevándola a preguntarse si alguna vez podría encontrar un nuevo hogar en la vasta soledad del presente.
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  • |• 𝓡𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸𝓼 •|


    “𝐀 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐦𝐞 𝐞𝐧𝐜𝐚𝐧𝐭𝐚𝐫𝐢𝐚 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐦𝐞 𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐧𝐞𝐠𝐚𝐧𝐝𝐨”








    Las olas golpeaban la orilla con un ritmo monótono, como un eco distante de algo más grande y ajeno, mientras el cielo gris era cortado por el chillido de gaviotas que parecían burlarse de la quietud. Su mirada, fría y vacía como el acero, permanecía fija en el horizonte. No entendía cómo había llegado ahí, Su brazo ya no estaba envuelto de aquel yeso obtenido por el accidente, el ambiente era tan diferente como recordaba. ¿Esto era un sueño? o ¿Una pesadilla? Todo se sentia tan mal. Pero antes de que pudiera siquiera moverse, los recuerdos lo aplastaron. Recuerdos que había intentado enterrar, pero que ahora se filtraban, desgarrando su mente como espinas en carne viva.

    Fue hace años, cuando era más jóven. Era una noche helada en la ciudad de Najodka, en Rusia. El viento cargaba el olor de la lluvia y las nubes pesadas anunciaban una tormenta inminente. Él, Ryan y Rubí corrían sin aliento, fugitivos que saltaban de un tejado a otro como sombras desesperadas. Pero entonces, Ella tropezó. Su cuerpo tambaleó peligrosamente en el borde del precipicio, él se lanzó para aferrar su mano. La jaló hacia la seguridad del tejado, ella le dedicó una sonrisa agradecida, tímida. Ryan la siguió, revisándola, besando su frente con un amor que no necesitaba palabras, era normal, despues de todo, ambos eran pareja. Kiev desvió la mirada. No soportaba ver aquello era incómodo. Sus ojos se posaron en una fábrica cerca del puerto de aquella ciudad.

    — Tenemos suerte, miren ahí — señaló con su dedo enguantado, intentando ignorar el nudo en su pecho — Podremos escondernos.


    La noche cayó como una cortina negra, y la tormenta estalló. Los truenos ahogaban sus gritos, mientras los relámpagos iluminaban brevemente los tejados mojados. Habían sido emboscados. Su padre los había encontrado, y ellos no tenían ninguna oportunidad. Lucharon, pelearon con cada fibra de su ser, pero no fue suficiente.



    Lo habían tirado al suelo, su cabeza chocando contra la madera húmeda del puerto, el dolor reverberaba por su cuerpo, cada herida era un recordatorio de lo cerca que estaba del final. Sus piernas rotas, sus manos inútiles. Apenas podía respirar, pero aún así sus ojos se aferraban a la imagen de Rubí, tomada frente a ellos, sus ojos dorados lleno de lagrimas con las mejillas manchadas de sangre y un rio de sangre que se resbalaba de sus heridas. Ella, estaba por pagar por sus pecados y los de Ryan.


    Los gritos de ella eran un martillo que quebraba su espíritu, cada golpe, cada hueso roto, cada sollozo, quedaba grabado en su memoria. La desesperación lo carcomía. Quería liberarse, quería salvarla, pero no podía moverse, no podía hacer nada mientras la destruían frente a él y él rubio.

    "Es mi culpa... todo esto es culpa mía."

    Las lágrimas mezcladas con la lluvia se deslizaban por su rostro, mientras miraba impotente cómo sus amigos caían uno a uno. El infierno había llegado, y ellos no habían podido escapar.


    Cuando recobró la consciencia, la oscuridad todavía reinaba, pero el eco de la lluvia aun seguia. Kiev abrió los ojos con esfuerzo, y lo que vio hizo que su corazón se rompiera en mil pedazos. Los cuerpos de Ryan y Rubí estaban tirados cerca de él, inmóviles, despojados de vida. El frío se sentía más intenso, más doloroso.

    — ¿Ry...an?... ¿Ru...bi? — su voz salió entrecortada, apenas un susurro desesperado.

    No hubo respuesta. El silencio fue más brutal que cualquier herida. Kiev rompió en llanto, con el alma hecha pedazos. No podía ser. Ellos no podían estar muertos. Ellos no...

    — пожалуйста… se los suplico…

    Con las pocas fuerzas que le quedaban, intentó arrastrarse hacia ellos. No le importaba el dolor. No le importaba la sangre que dejaba tras de sí. Solo quería un último abrazo, solo quería sentirlos cerca una vez más, aunque fuese la última. Sus uñas se clavaron en la madera vieja del puerto, mientras luchaba por impulsarse hacia ellos, cada movimiento arrancando lágrimas de su pecho.

    Pero su cuerpo ya no pudo más. Se quedó ahí, a medio camino, impotente, gritando sus nombres como si sus voces pudieran regresar de la muerte para responder a su llamado desesperado. La tormenta seguía, las interminables gotas de lluvia se mezclaban con la sangre que manaba de una herida en su cabeza, cubriendo su rostro. Sus ojos, enrojecidos por el llanto, apenas lograban enfocarse.

    Y entonces, la vio.

    Una figura negra, apenas visible bajo la luz tenue de un farol viejo. Kiev parpadeó, tratando de descifrar qué era, pero la desesperación nublaba su juicio. No importaba quién o qué fuera, era su última esperanza. Extendió la mano, temblorosa, hacia aquella sombra en la distancia.

    — ¡СМЕРТЬ! ¡Ayúdame! ¡Я ПРОШУ ВАС! — gritó con todas sus fuerzas, su voz desgarrada por el dolor, por la traición. Su propio padre lo había condenado a morir, y ahora rogaba por salvación, por cualquier forma de ayuda.

    El eco de su súplica se desvaneció en el estruendo de los truenos, y la única respuesta que recibió fue una risa suave, casi inaudible, pero que le erizó la piel. La figura oscura habló, aunque sus palabras se perdían entre el rugido de la tormenta.

    — … Y quiero tu alma. ¿Es un trato?

    Kiev apenas pudo procesar lo que escuchaba. La voz era fría, vacía de compasión, pero en su desesperación, no le importó. Tomó la mano que la figura extendía hacia él, helada como el viento que lo rodeaba, y en ese instante, el contrato se selló. El dolor en su cuerpo comenzó a desvanecerse, y el mundo alrededor de él se volvió borroso.

    Esa misma noche, ella desapareció. Cuando unos pescadores lo encontraron, apenas era consciente de lo que había ocurrido. Pero lo que escuchó lo heló aún más que la tormenta. Cerca de él, el sonido de una tos resonó. Con dificultad, Kiev giró la cabeza, sus ojos vidriosos apenas logrando enfocarse en los cuerpos que habían estado inmóviles momentos antes.

    Ryan y Rubí... ahora estaban vivos. Lo imposible había sucedido. Pero Kiev no pudo celebrar. Algo oscuro se había movido dentro de ellos, y él lo sabía. Porque él también lo sentía.
    |• 𝓡𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸𝓼 •| “𝐀 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐦𝐞 𝐞𝐧𝐜𝐚𝐧𝐭𝐚𝐫𝐢𝐚 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐦𝐞 𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐧𝐞𝐠𝐚𝐧𝐝𝐨” Las olas golpeaban la orilla con un ritmo monótono, como un eco distante de algo más grande y ajeno, mientras el cielo gris era cortado por el chillido de gaviotas que parecían burlarse de la quietud. Su mirada, fría y vacía como el acero, permanecía fija en el horizonte. No entendía cómo había llegado ahí, Su brazo ya no estaba envuelto de aquel yeso obtenido por el accidente, el ambiente era tan diferente como recordaba. ¿Esto era un sueño? o ¿Una pesadilla? Todo se sentia tan mal. Pero antes de que pudiera siquiera moverse, los recuerdos lo aplastaron. Recuerdos que había intentado enterrar, pero que ahora se filtraban, desgarrando su mente como espinas en carne viva. Fue hace años, cuando era más jóven. Era una noche helada en la ciudad de Najodka, en Rusia. El viento cargaba el olor de la lluvia y las nubes pesadas anunciaban una tormenta inminente. Él, Ryan y Rubí corrían sin aliento, fugitivos que saltaban de un tejado a otro como sombras desesperadas. Pero entonces, Ella tropezó. Su cuerpo tambaleó peligrosamente en el borde del precipicio, él se lanzó para aferrar su mano. La jaló hacia la seguridad del tejado, ella le dedicó una sonrisa agradecida, tímida. Ryan la siguió, revisándola, besando su frente con un amor que no necesitaba palabras, era normal, despues de todo, ambos eran pareja. Kiev desvió la mirada. No soportaba ver aquello era incómodo. Sus ojos se posaron en una fábrica cerca del puerto de aquella ciudad. — Tenemos suerte, miren ahí — señaló con su dedo enguantado, intentando ignorar el nudo en su pecho — Podremos escondernos. La noche cayó como una cortina negra, y la tormenta estalló. Los truenos ahogaban sus gritos, mientras los relámpagos iluminaban brevemente los tejados mojados. Habían sido emboscados. Su padre los había encontrado, y ellos no tenían ninguna oportunidad. Lucharon, pelearon con cada fibra de su ser, pero no fue suficiente. Lo habían tirado al suelo, su cabeza chocando contra la madera húmeda del puerto, el dolor reverberaba por su cuerpo, cada herida era un recordatorio de lo cerca que estaba del final. Sus piernas rotas, sus manos inútiles. Apenas podía respirar, pero aún así sus ojos se aferraban a la imagen de Rubí, tomada frente a ellos, sus ojos dorados lleno de lagrimas con las mejillas manchadas de sangre y un rio de sangre que se resbalaba de sus heridas. Ella, estaba por pagar por sus pecados y los de Ryan. Los gritos de ella eran un martillo que quebraba su espíritu, cada golpe, cada hueso roto, cada sollozo, quedaba grabado en su memoria. La desesperación lo carcomía. Quería liberarse, quería salvarla, pero no podía moverse, no podía hacer nada mientras la destruían frente a él y él rubio. "Es mi culpa... todo esto es culpa mía." Las lágrimas mezcladas con la lluvia se deslizaban por su rostro, mientras miraba impotente cómo sus amigos caían uno a uno. El infierno había llegado, y ellos no habían podido escapar. Cuando recobró la consciencia, la oscuridad todavía reinaba, pero el eco de la lluvia aun seguia. Kiev abrió los ojos con esfuerzo, y lo que vio hizo que su corazón se rompiera en mil pedazos. Los cuerpos de Ryan y Rubí estaban tirados cerca de él, inmóviles, despojados de vida. El frío se sentía más intenso, más doloroso. — ¿Ry...an?... ¿Ru...bi? — su voz salió entrecortada, apenas un susurro desesperado. No hubo respuesta. El silencio fue más brutal que cualquier herida. Kiev rompió en llanto, con el alma hecha pedazos. No podía ser. Ellos no podían estar muertos. Ellos no... — пожалуйста… se los suplico… Con las pocas fuerzas que le quedaban, intentó arrastrarse hacia ellos. No le importaba el dolor. No le importaba la sangre que dejaba tras de sí. Solo quería un último abrazo, solo quería sentirlos cerca una vez más, aunque fuese la última. Sus uñas se clavaron en la madera vieja del puerto, mientras luchaba por impulsarse hacia ellos, cada movimiento arrancando lágrimas de su pecho. Pero su cuerpo ya no pudo más. Se quedó ahí, a medio camino, impotente, gritando sus nombres como si sus voces pudieran regresar de la muerte para responder a su llamado desesperado. La tormenta seguía, las interminables gotas de lluvia se mezclaban con la sangre que manaba de una herida en su cabeza, cubriendo su rostro. Sus ojos, enrojecidos por el llanto, apenas lograban enfocarse. Y entonces, la vio. Una figura negra, apenas visible bajo la luz tenue de un farol viejo. Kiev parpadeó, tratando de descifrar qué era, pero la desesperación nublaba su juicio. No importaba quién o qué fuera, era su última esperanza. Extendió la mano, temblorosa, hacia aquella sombra en la distancia. — ¡СМЕРТЬ! ¡Ayúdame! ¡Я ПРОШУ ВАС! — gritó con todas sus fuerzas, su voz desgarrada por el dolor, por la traición. Su propio padre lo había condenado a morir, y ahora rogaba por salvación, por cualquier forma de ayuda. El eco de su súplica se desvaneció en el estruendo de los truenos, y la única respuesta que recibió fue una risa suave, casi inaudible, pero que le erizó la piel. La figura oscura habló, aunque sus palabras se perdían entre el rugido de la tormenta. — … Y quiero tu alma. ¿Es un trato? Kiev apenas pudo procesar lo que escuchaba. La voz era fría, vacía de compasión, pero en su desesperación, no le importó. Tomó la mano que la figura extendía hacia él, helada como el viento que lo rodeaba, y en ese instante, el contrato se selló. El dolor en su cuerpo comenzó a desvanecerse, y el mundo alrededor de él se volvió borroso. Esa misma noche, ella desapareció. Cuando unos pescadores lo encontraron, apenas era consciente de lo que había ocurrido. Pero lo que escuchó lo heló aún más que la tormenta. Cerca de él, el sonido de una tos resonó. Con dificultad, Kiev giró la cabeza, sus ojos vidriosos apenas logrando enfocarse en los cuerpos que habían estado inmóviles momentos antes. Ryan y Rubí... ahora estaban vivos. Lo imposible había sucedido. Pero Kiev no pudo celebrar. Algo oscuro se había movido dentro de ellos, y él lo sabía. Porque él también lo sentía.
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  • —Se encontraba frente al bullicioso tablón de misiones del gremio, observando con una sonrisa ladeada mientras pasaba la mirada por los carteles. Se había quedado sin encargos interesantes últimamente, y la emoción que normalmente acompañaba sus trabajos comenzaba a desvanecerse. Los papeles colgaban desgastados, describiendo trabajos mundanos: rescatar gatos, buscar hierbas medicinales, vigilar almacenes. Nada digno de su atención.—

    "¿De verdad no tienen algo mejor que esto?"

    —Pensó en voz alta, arrancando uno de los avisos que le parecía medianamente aceptable, aunque su expresión indicaba un claro desinterés—

    "Parece que me estoy quedando sin diversión..."

    —Con un suspiro, se cruzó de brazos y dejó que su mirada vagara por el gremio, buscando alguna pista de algo más emocionante. Pero nadie parecía tener una misión de esas que hacían su corazón latir con fuerza.—

    "Esto se está poniendo aburrido"
    —Se encontraba frente al bullicioso tablón de misiones del gremio, observando con una sonrisa ladeada mientras pasaba la mirada por los carteles. Se había quedado sin encargos interesantes últimamente, y la emoción que normalmente acompañaba sus trabajos comenzaba a desvanecerse. Los papeles colgaban desgastados, describiendo trabajos mundanos: rescatar gatos, buscar hierbas medicinales, vigilar almacenes. Nada digno de su atención.— "¿De verdad no tienen algo mejor que esto?" —Pensó en voz alta, arrancando uno de los avisos que le parecía medianamente aceptable, aunque su expresión indicaba un claro desinterés— "Parece que me estoy quedando sin diversión..." —Con un suspiro, se cruzó de brazos y dejó que su mirada vagara por el gremio, buscando alguna pista de algo más emocionante. Pero nadie parecía tener una misión de esas que hacían su corazón latir con fuerza.— "Esto se está poniendo aburrido"
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  • ◤◢◣◥◤◢◣◥◤◢◣◥◤◢◣◥◤◢◣◥

    ꐠ ━─「 ꜱᴜʀᴠɪᴠᴀʟ 」─━∅

    𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈𝐈𝐈

    _ Al llegar al asentamiento de Ribe, Gazú se encontró con un grupo de aldeanos 𝑃𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎𝑑𝑜𝑠

    ─¡No tengo pan para darle a mis hijo! ¡Y mi esposo falleció en la batalla!─ Gritaba una madre viuda con su hijo en brazos.

    ─¡Los Dioses nos han abandonado! ¡Esto no es justo!─ Quejidos de un hombre desaliñado.


    Unos bandidos, al parecer, habían estado atacando las caravanas de suministros, dejando a la ciudad al borde de la escasez.

    Tharok se había despedido de Gazú al llegar cerca del asentamiento por lo que debía investigar por su propia cuenta.

    Gazú avanzaba entre los aldeanos quejosos, envuelto en su abrigo de ciervo, con su lanza enfundada y una bolsa repleta de carne y piedras.

    A simple vista, parecía un ciudadano más, mezclándose con el bullicio del pueblo.

    Sin embargo, los lamentos y quejidos captaron su atención.

    Se acercó a un mendigo y le preguntó qué sucedía.

    —La gente está cansada, joven forastero. Esos malditos han destruido nuestra única fuente de sustento —Respondió el mendigo con voz quebrada.

    ⟁¿Quiénes?𓂀 Preguntó Gazú, con una mirada seria y penetrante.

    —Svarkägg y sus lacayos bárbaros—

    Gazú grabó en su memoria el nombre de aquel que perturbaba la paz y prosperidad del pueblo de De Ribe.

    Pronto se alejó del mendigo, para buscar un refugio. 𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑛𝑜 𝑝𝑜𝑑𝑖𝑎 𝑖𝑔𝑛𝑜𝑟𝑎𝑟 𝑒𝑙 𝑠𝑢𝑓𝑟𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑎𝑙𝑑𝑒𝑎𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝐷𝑒 𝑅𝑖𝑏𝑒.

    Arribo a la plaza central, donde un grupo de aldeanos mendigos se habían reunido alrededor de una hoguera. Sus rostros reflejaban la desesperación,el miedo y el hambre.

    ⟁Disculpen, ¿Puedo quedarme aquí?𓂀

    —¡Ja! Da igual si te quedas aquí como si te quedarás en una cálida posada, las cosas no están bien Pojke— Comento uno de los que allí estaban

    Gazú se dejó caer sobre los adoquines helados, coloco sus pertenencias sobre el suelo. No lograba recordar porque estaba allí, solo una cegadora luz persistía en su memoria.

    El hambre rugía en su estómago, así que sacó la carne de ciervo de su bolsa y la colocó sobre la hoguera. A quienes se acercaban, les ofrecía generosamente.

    Mientras masticaba la carne asada, su mente vagaba hacia la montaña distante, planeando cómo conseguir provisiones y emprender su próximo viaje.

    ⟁Hermanos Hög y Låg... Bosque Maldito y ahora Svarkägg... Interesante𓂀 Decía para sus adentros

    𝑃𝑟𝑜𝑛𝑡𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑖𝑔𝑢𝑖𝑜 𝑢𝑛 𝑟𝑒𝑓𝑢𝑔𝑖𝑜 𝑒𝑛 𝑒𝑠𝑒 𝑙𝑢𝑔𝑎𝑟... 𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑜𝑝𝑜𝑟𝑡𝑢𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑


    〓𝑃𝑟𝑜𝑙𝑜𝑔𝑢𝑒: https://ficrol.com/posts/192709

    〓𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈 :
    https://ficrol.com/posts/192989

    〓𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈𝐈 :
    https://ficrol.com/posts/193426


    #Monorol
    ◢✥𝐆azú✥◣
    ◤◢◣◥◤◢◣◥◤◢◣◥◤◢◣◥◤◢◣◥ ꐠ ━─「 ꜱᴜʀᴠɪᴠᴀʟ 」─━∅ 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈𝐈𝐈 _ Al llegar al asentamiento de Ribe, Gazú se encontró con un grupo de aldeanos 𝑃𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎𝑑𝑜𝑠 ─¡No tengo pan para darle a mis hijo! ¡Y mi esposo falleció en la batalla!─ Gritaba una madre viuda con su hijo en brazos. ─¡Los Dioses nos han abandonado! ¡Esto no es justo!─ Quejidos de un hombre desaliñado. Unos bandidos, al parecer, habían estado atacando las caravanas de suministros, dejando a la ciudad al borde de la escasez. Tharok se había despedido de Gazú al llegar cerca del asentamiento por lo que debía investigar por su propia cuenta. Gazú avanzaba entre los aldeanos quejosos, envuelto en su abrigo de ciervo, con su lanza enfundada y una bolsa repleta de carne y piedras. A simple vista, parecía un ciudadano más, mezclándose con el bullicio del pueblo. Sin embargo, los lamentos y quejidos captaron su atención. Se acercó a un mendigo y le preguntó qué sucedía. —La gente está cansada, joven forastero. Esos malditos han destruido nuestra única fuente de sustento —Respondió el mendigo con voz quebrada. ⟁¿Quiénes?𓂀 Preguntó Gazú, con una mirada seria y penetrante. —Svarkägg y sus lacayos bárbaros— Gazú grabó en su memoria el nombre de aquel que perturbaba la paz y prosperidad del pueblo de De Ribe. Pronto se alejó del mendigo, para buscar un refugio. 𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑛𝑜 𝑝𝑜𝑑𝑖𝑎 𝑖𝑔𝑛𝑜𝑟𝑎𝑟 𝑒𝑙 𝑠𝑢𝑓𝑟𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑎𝑙𝑑𝑒𝑎𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝐷𝑒 𝑅𝑖𝑏𝑒. Arribo a la plaza central, donde un grupo de aldeanos mendigos se habían reunido alrededor de una hoguera. Sus rostros reflejaban la desesperación,el miedo y el hambre. ⟁Disculpen, ¿Puedo quedarme aquí?𓂀 —¡Ja! Da igual si te quedas aquí como si te quedarás en una cálida posada, las cosas no están bien Pojke— Comento uno de los que allí estaban Gazú se dejó caer sobre los adoquines helados, coloco sus pertenencias sobre el suelo. No lograba recordar porque estaba allí, solo una cegadora luz persistía en su memoria. El hambre rugía en su estómago, así que sacó la carne de ciervo de su bolsa y la colocó sobre la hoguera. A quienes se acercaban, les ofrecía generosamente. Mientras masticaba la carne asada, su mente vagaba hacia la montaña distante, planeando cómo conseguir provisiones y emprender su próximo viaje. ⟁Hermanos Hög y Låg... Bosque Maldito y ahora Svarkägg... Interesante𓂀 Decía para sus adentros 𝑃𝑟𝑜𝑛𝑡𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑖𝑔𝑢𝑖𝑜 𝑢𝑛 𝑟𝑒𝑓𝑢𝑔𝑖𝑜 𝑒𝑛 𝑒𝑠𝑒 𝑙𝑢𝑔𝑎𝑟... 𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑜𝑝𝑜𝑟𝑡𝑢𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑 〓𝑃𝑟𝑜𝑙𝑜𝑔𝑢𝑒: https://ficrol.com/posts/192709 〓𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈 : https://ficrol.com/posts/192989 〓𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈𝐈 : https://ficrol.com/posts/193426 #Monorol ◢✥𝐆azú✥◣
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  • Catch the wind - Fight the storm
    Fandom Libre / D&D
    Categoría Fantasía
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    Lethtan llegó a la taberna de aventureros con el primer rayo de sol, con paso decidido, empujó la pesada puerta de madera y se dirigió al tablón de misiones, esperando encontrar nuevas aventuras que lo desafiaran. Sin embargo, su entusiasmo se desvaneció rápidamente al ver el tablón vacío. No había ni una sola misión nueva, algunas de recolectar bayas, hierbas e ingredientes.
    Otras de cazar animales pequeños, prefería dejarle todo eso a los novatos.

    Con un suspiro de decepción, Lethtan se dejó caer en una de las sillas cercanas, tamborileando los dedos sobre la mesa mientras su cola se movía de un lado a otro molesto.

    "¿Y ahora qué?", pensó. Podía sentir la inquietud creciendo en su interior. Había llegado a esta ciudadela con grandes expectativas, pero ahora se encontraba sin rumbo.

    Miró a su alrededor, observando a los pocos aventureros que iban llegando, algunos compartiendo historias, otros simplemente disfrutando de un desayuno temprano. Podía unirse a ellos, pero la idea no le resultaba atractiva.

    Finalmente, se levantó y salió de la taberna, dejando que el aire fresco de la mañana despejara su mente. Tenía dos opciones: pasear por la ciudadela y explorar sus rincones ocultos, o tomar sus cosas y dirigirse al siguiente destino en su lista de viajes.

    La decisión no era fácil, pero Lethtan sabía que, fuera cual fuera su elección, la aventura siempre lo encontraría.
    • [ Rol Libre, se puede responder en esta publicación o crear una etiquetándome o en privado ] Lethtan llegó a la taberna de aventureros con el primer rayo de sol, con paso decidido, empujó la pesada puerta de madera y se dirigió al tablón de misiones, esperando encontrar nuevas aventuras que lo desafiaran. Sin embargo, su entusiasmo se desvaneció rápidamente al ver el tablón vacío. No había ni una sola misión nueva, algunas de recolectar bayas, hierbas e ingredientes. Otras de cazar animales pequeños, prefería dejarle todo eso a los novatos. Con un suspiro de decepción, Lethtan se dejó caer en una de las sillas cercanas, tamborileando los dedos sobre la mesa mientras su cola se movía de un lado a otro molesto. "¿Y ahora qué?", pensó. Podía sentir la inquietud creciendo en su interior. Había llegado a esta ciudadela con grandes expectativas, pero ahora se encontraba sin rumbo. Miró a su alrededor, observando a los pocos aventureros que iban llegando, algunos compartiendo historias, otros simplemente disfrutando de un desayuno temprano. Podía unirse a ellos, pero la idea no le resultaba atractiva. Finalmente, se levantó y salió de la taberna, dejando que el aire fresco de la mañana despejara su mente. Tenía dos opciones: pasear por la ciudadela y explorar sus rincones ocultos, o tomar sus cosas y dirigirse al siguiente destino en su lista de viajes. La decisión no era fácil, pero Lethtan sabía que, fuera cual fuera su elección, la aventura siempre lo encontraría.
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  • Sabías palabras, de mamá .

    https://vm.tiktok.com/ZMh2nSvDY/
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  • —El cielo en el País de las Maravillas estaba teñido de un tono anaranjado irreal, como si fuera la puesta de un sol que nunca existió. En un pequeño claro, cerca de un bosque torcido por la lógica distorsionada del lugar, una rama grande había caído al suelo. Aunque para cualquiera más parecería inofensiva, para Damon Chessire era una oportunidad perfecta para entretenerse.—

    —Transformado en su forma gatuna, una pequeña figura similar a un gato con pelaje púrpura y gris a rayas, Damon se movía con agilidad entre las hojas y la rama caída, sus ojos brillando con diversión. Sus patas delanteras golpeaban la rama juguetonamente, como si fuera un ratón que intentaba escapar de su alcance. De vez en cuando, su cola se desvanecía y aparecía en un lugar completamente diferente, lo que solo hacía más evidente que estaba jugando consigo mismo, como un felino que busca su propia sombra.—

    "Ah, qué simple placer."

    —Le dio un manotazo a la rama, haciendo que rodara un poco más lejos—.

    "Algo tan tonto, pero tan... entretenido. ¿No lo crees?"

    —dijo, aunque no había nadie alrededor.—

    —Rodó de espaldas, con la rama bajo sus patas, moviéndola de un lado a otro como si fuera lo más emocionante del mundo. Se giró de golpe y clavó las garras en la madera, soltando una pequeña risa gatuna mientras su cola se desvanecía y reaparecía entre las hojas del árbol cercano.—

    "¿Por qué la gente siempre se complica con las grandes preguntas cuando todo lo que necesitas para ser feliz es... una rama y un poco de imaginación?"

    —Hizo una pirueta en el aire, flotando brevemente antes de caer con gracia de vuelta sobre la rama.—

    —Por un momento, dejó que solo sus ojos fueran visibles, brillando con un tono violáceo, mientras la rama rodaba de nuevo hacia él como si fuera parte de un juego entre ambos. Sus ojos aparecían y desaparecían a medida que Damon alternaba entre la visibilidad y la invisibilidad.—

    —De pronto, decidió que era hora de llevar las cosas un paso más allá. Con un suave "miau", la rama se alzó en el aire, movida por su manipulación de la realidad. Giraba lentamente, como si estuviera viva, y Damon, aún en su forma de gato, la persiguió con un salto ágil. Su sonrisa apareció flotando mientras el cuerpo seguía en movimiento, una demostración perfecta de su habilidad para jugar tanto con el entorno como con las leyes de la física.—

    "¡Oh, lo mejor de todo es que la rama cree que puede ganar!"

    —exclamó mientras desaparecía por completo y luego reaparecía en la cima de la rama flotante, observando su propia creación—.

    "Pero siempre gano yo. Porque en este juego... ¡las reglas no existen!"

    —Finalmente, hizo que la rama cayera suavemente al suelo, como si se diera por vencida. Damon volvió a su forma humanoide, apoyándose en un árbol cercano, con una sonrisa satisfecha en el rostro.—

    "Bueno, pequeña rama, fue divertido. Pero como siempre, me aburro rápido."

    —Hizo un gesto como si despidiera a un amigo invisible—.

    "Otro día, otro juguete. Tal vez la próxima vez, seas tú quien gane."

    —Con eso, se desvaneció por completo, dejando solo su risa resonando suavemente en el aire, mientras la rama yacía inerte en el claro, como si nunca hubiera sido parte de un juego tan absurdo.—
    —El cielo en el País de las Maravillas estaba teñido de un tono anaranjado irreal, como si fuera la puesta de un sol que nunca existió. En un pequeño claro, cerca de un bosque torcido por la lógica distorsionada del lugar, una rama grande había caído al suelo. Aunque para cualquiera más parecería inofensiva, para Damon Chessire era una oportunidad perfecta para entretenerse.— —Transformado en su forma gatuna, una pequeña figura similar a un gato con pelaje púrpura y gris a rayas, Damon se movía con agilidad entre las hojas y la rama caída, sus ojos brillando con diversión. Sus patas delanteras golpeaban la rama juguetonamente, como si fuera un ratón que intentaba escapar de su alcance. De vez en cuando, su cola se desvanecía y aparecía en un lugar completamente diferente, lo que solo hacía más evidente que estaba jugando consigo mismo, como un felino que busca su propia sombra.— "Ah, qué simple placer." —Le dio un manotazo a la rama, haciendo que rodara un poco más lejos—. "Algo tan tonto, pero tan... entretenido. ¿No lo crees?" —dijo, aunque no había nadie alrededor.— —Rodó de espaldas, con la rama bajo sus patas, moviéndola de un lado a otro como si fuera lo más emocionante del mundo. Se giró de golpe y clavó las garras en la madera, soltando una pequeña risa gatuna mientras su cola se desvanecía y reaparecía entre las hojas del árbol cercano.— "¿Por qué la gente siempre se complica con las grandes preguntas cuando todo lo que necesitas para ser feliz es... una rama y un poco de imaginación?" —Hizo una pirueta en el aire, flotando brevemente antes de caer con gracia de vuelta sobre la rama.— —Por un momento, dejó que solo sus ojos fueran visibles, brillando con un tono violáceo, mientras la rama rodaba de nuevo hacia él como si fuera parte de un juego entre ambos. Sus ojos aparecían y desaparecían a medida que Damon alternaba entre la visibilidad y la invisibilidad.— —De pronto, decidió que era hora de llevar las cosas un paso más allá. Con un suave "miau", la rama se alzó en el aire, movida por su manipulación de la realidad. Giraba lentamente, como si estuviera viva, y Damon, aún en su forma de gato, la persiguió con un salto ágil. Su sonrisa apareció flotando mientras el cuerpo seguía en movimiento, una demostración perfecta de su habilidad para jugar tanto con el entorno como con las leyes de la física.— "¡Oh, lo mejor de todo es que la rama cree que puede ganar!" —exclamó mientras desaparecía por completo y luego reaparecía en la cima de la rama flotante, observando su propia creación—. "Pero siempre gano yo. Porque en este juego... ¡las reglas no existen!" —Finalmente, hizo que la rama cayera suavemente al suelo, como si se diera por vencida. Damon volvió a su forma humanoide, apoyándose en un árbol cercano, con una sonrisa satisfecha en el rostro.— "Bueno, pequeña rama, fue divertido. Pero como siempre, me aburro rápido." —Hizo un gesto como si despidiera a un amigo invisible—. "Otro día, otro juguete. Tal vez la próxima vez, seas tú quien gane." —Con eso, se desvaneció por completo, dejando solo su risa resonando suavemente en el aire, mientras la rama yacía inerte en el claro, como si nunca hubiera sido parte de un juego tan absurdo.—
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  • Todos creen que es un gruñón

    Pero si vieran lo feliz que se pone después de una buena taza de café.
    #nvsv
    Todos creen que es un gruñón Pero si vieran lo feliz que se pone después de una buena taza de café. #nvsv
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  • Tsk... Maldición....

    —Una de las desventajas de la era antigua, sin duda, era el clima.
    Aún cuando había cosas de la era moderna que no comprendía, sí sabía que al menos allí, si hacía calor como esa noche, podían aliviarse con extraños artefactos.

    Pero de donde él venía no era así, y estando ahora en la cabaña de Kaede, con el calor que hacía aún de noche, se vió obligado a desvestirse un poco para refrescarse un poco—






    #SeductiveSunday (mejor tarde que nunca y acá todavía es domingo(?)
    Tsk... Maldición.... —Una de las desventajas de la era antigua, sin duda, era el clima. Aún cuando había cosas de la era moderna que no comprendía, sí sabía que al menos allí, si hacía calor como esa noche, podían aliviarse con extraños artefactos. Pero de donde él venía no era así, y estando ahora en la cabaña de Kaede, con el calor que hacía aún de noche, se vió obligado a desvestirse un poco para refrescarse un poco— #SeductiveSunday (mejor tarde que nunca y acá todavía es domingo(?)
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