• —El purgatorio lo habia tenido cautivo,su locura empezaba a desvanecerse,y empezaba a volver a ser una persona normal,despues de tanto tiempo,empezaba a arrepentirse de sus actos,empezaba a arrepentirse de todo el daño que hizo—
    —El purgatorio lo habia tenido cautivo,su locura empezaba a desvanecerse,y empezaba a volver a ser una persona normal,despues de tanto tiempo,empezaba a arrepentirse de sus actos,empezaba a arrepentirse de todo el daño que hizo—
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  • A otra cosa mariposa como dirían por ahí ¿Qué hice hoy? Cositas, no las que me gustaría, peeero tuve un caso importante que lo resolví con mucho éxito, y ahora estoy en casa, con mi Rainer, tomando un trago sin alcohol porque #Noalosvicios jamás
    A otra cosa mariposa como dirían por ahí ¿Qué hice hoy? Cositas, no las que me gustaría, peeero tuve un caso importante que lo resolví con mucho éxito, y ahora estoy en casa, con mi Rainer, tomando un trago sin alcohol porque #Noalosvicios jamás
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  • Morfeo camina en silencio por los paisajes fragmentados del Sueño, su silueta oscura recortada contra un cielo que cambia de color con cada pensamiento olvidado. El suelo bajo sus pies no es tierra ni piedra, sino recuerdos rotos, dispersos como hojas secas en otoño. A su alrededor, los sueños abandonados flotan sin rumbo: una risa infantil que se desvanece, un abrazo nunca dado, un rostro amado cuya forma ya no se recuerda del todo.

    Sus ojos, como dos pozos infinitos, no reflejan emoción, pero su andar es pesado, como si cada paso arrastrara siglos de soledad. En su mano, lleva un puñado de arena dorada, la misma que solía formar mundos enteros con solo un suspiro. Pero ahora la deja caer lentamente, sin moldearla, dejándola perderse entre los pliegues del olvido.

    Pasa junto a un trono vacío hecho de palabras no pronunciadas y se detiene, mirando hacia un horizonte donde se apagan las estrellas de los soñadores que ya no creen. El silencio lo rodea. Nadie lo llama. Nadie lo espera.

    Y así sigue Morfeo, el señor de los sueños, errante entre los deseos no cumplidos y las esperanzas que se deshicieron al amanecer. Solo en el lugar donde todos duermen, pero nadie lo ve.
    Morfeo camina en silencio por los paisajes fragmentados del Sueño, su silueta oscura recortada contra un cielo que cambia de color con cada pensamiento olvidado. El suelo bajo sus pies no es tierra ni piedra, sino recuerdos rotos, dispersos como hojas secas en otoño. A su alrededor, los sueños abandonados flotan sin rumbo: una risa infantil que se desvanece, un abrazo nunca dado, un rostro amado cuya forma ya no se recuerda del todo. Sus ojos, como dos pozos infinitos, no reflejan emoción, pero su andar es pesado, como si cada paso arrastrara siglos de soledad. En su mano, lleva un puñado de arena dorada, la misma que solía formar mundos enteros con solo un suspiro. Pero ahora la deja caer lentamente, sin moldearla, dejándola perderse entre los pliegues del olvido. Pasa junto a un trono vacío hecho de palabras no pronunciadas y se detiene, mirando hacia un horizonte donde se apagan las estrellas de los soñadores que ya no creen. El silencio lo rodea. Nadie lo llama. Nadie lo espera. Y así sigue Morfeo, el señor de los sueños, errante entre los deseos no cumplidos y las esperanzas que se deshicieron al amanecer. Solo en el lugar donde todos duermen, pero nadie lo ve.
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  • Mientras el cuerpo físico de Ina se mantiene flotando en una burbuja, su mente sigue anclada en el sueño del Halovian, y su sonrisa sigue siendo la de quien no sabe que está soñando. Allí, bajo un sol dorado, dos estudiantes caminan hacia su primera cita.

    La campana del institutó sonó, Ina salió apresurada esquivando a compañeros cuyos rostros empezaban a difuminarse como acuarelas bajo la lluvia. Solo Belial permanecía nítido, con una sonrisa que le hacía cosquillas en un recuerdo de su memoria que parecía no existir.

    —¡Beli-b... —pausa— digo, Belial~ —canturreó, ajustando su mochila, de la cual colgaba un mini peluche de pulpo que no recordaba haber puesto allí.

    Ambos avanzaron por el camino hacia el arcade. Ina caminaba junto a él, sus pasos sincronizados sobre la acera.

    Se detuvieron antes de cruzar la calle, Ina vio el semáforo: rojo-verde-morado... ¿Morado?. Parpadeó. Era amarillo, pero podría jurar que lo había visto morado. Sacudió su cabeza y cuando el semáforo se puso en rojo, avanzó a un lado de él.

    —Belial... ¿A veces no te pasa que...?

    Dudó. Las palabras se le enredaron en la lengua. ¿Qué le iba a decir? ¿Que estaba teniendo alucinaciones?

    —...Nah, ¡olvídalo! —sacudió la cabeza una vez más, riendo demasiado alto.

    Llegaron al local, se detuvieron un instante frente al letrero neón del arcade. Y cuando empujó la puerta de vidrio, por un segundo, creyó ver en el reflejo a Belial con...¿alas?. Pero rápidamente, su atención se desvió hacia las luces de colores, los sonidos, las risas y el ambiente. El arcade la envolvió.

    —Waaah, ¿que deberíamos jugar primero? —sus ojos brillaban como estrellas— ¿Sabías que los arcades son como rituales? Insertas monedas y rezas para que el universo no te humille...

    Suelta una risita que suena como campanitas rotas. Parpadea. Pausa. ¿Un ritual? ¿Que acaba de decir?. Su sonrisa se borra por 0.65 segundos. Da igual. Lo olvida rápidamente. Su sonrisa reaparece. Sigue tropezando con las mismas pistas, pero no las ve. ¿O tal vez es que no las quiere ver?
    Mientras el cuerpo físico de Ina se mantiene flotando en una burbuja, su mente sigue anclada en el sueño del Halovian, y su sonrisa sigue siendo la de quien no sabe que está soñando. Allí, bajo un sol dorado, dos estudiantes caminan hacia su primera cita. La campana del institutó sonó, Ina salió apresurada esquivando a compañeros cuyos rostros empezaban a difuminarse como acuarelas bajo la lluvia. Solo [anagenesis001] permanecía nítido, con una sonrisa que le hacía cosquillas en un recuerdo de su memoria que parecía no existir. —¡Beli-b... —pausa— digo, Belial~ —canturreó, ajustando su mochila, de la cual colgaba un mini peluche de pulpo que no recordaba haber puesto allí. Ambos avanzaron por el camino hacia el arcade. Ina caminaba junto a él, sus pasos sincronizados sobre la acera. Se detuvieron antes de cruzar la calle, Ina vio el semáforo: rojo-verde-morado... ¿Morado?. Parpadeó. Era amarillo, pero podría jurar que lo había visto morado. Sacudió su cabeza y cuando el semáforo se puso en rojo, avanzó a un lado de él. —Belial... ¿A veces no te pasa que...? Dudó. Las palabras se le enredaron en la lengua. ¿Qué le iba a decir? ¿Que estaba teniendo alucinaciones? —...Nah, ¡olvídalo! —sacudió la cabeza una vez más, riendo demasiado alto. Llegaron al local, se detuvieron un instante frente al letrero neón del arcade. Y cuando empujó la puerta de vidrio, por un segundo, creyó ver en el reflejo a Belial con...¿alas?. Pero rápidamente, su atención se desvió hacia las luces de colores, los sonidos, las risas y el ambiente. El arcade la envolvió. —Waaah, ¿que deberíamos jugar primero? —sus ojos brillaban como estrellas— ¿Sabías que los arcades son como rituales? Insertas monedas y rezas para que el universo no te humille... Suelta una risita que suena como campanitas rotas. Parpadea. Pausa. ¿Un ritual? ¿Que acaba de decir?. Su sonrisa se borra por 0.65 segundos. Da igual. Lo olvida rápidamente. Su sonrisa reaparece. Sigue tropezando con las mismas pistas, pero no las ve. ¿O tal vez es que no las quiere ver?
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  • —Oye...¿Te cuento un sueño super raro que tuve anoche? —juega con un hilo suelto de su suéter.

    —¿Otro? —su amigo rie, pero sus ojos no se arrugan como deberían— Ina, podrías vender tus sueños como películas de terror...

    —¡Jajá! Bueno, está vez soñé que el cielo era...violeta~ Y una voz me llamaba...¿sacerdotisa? Waah, que nombre más edgy, ¿no?

    Ina se rasca una mano, y por un segundo, tres líneas de tinta aparecen y se desvanecen.

    —Creo que estás estresada por los exámenes...

    —¡Seguro! Aunque... —mira su reflejo en la botella de agua, su reflejo le guiña. Ella parpadea y lo ignora— Qué imaginación tengo, ¿eh? ¡Hasta soñé que tenía tentáculos! —se rie.

    Es un mundo diferente. Un mundo tranquilo, sin sombras, sin abismos, dónde su vida tiene contornos humanos, dónde su madre la espera en casa con el almuerzo listo y su padre cuenta chistes mientras ella ríe. Y aunque no lo sabe, este mundo es solo un sueño. Mientras tanto, el abismo espera. Porque el abismo nunca se rinde.
    —Oye...¿Te cuento un sueño super raro que tuve anoche? —juega con un hilo suelto de su suéter. —¿Otro? —su amigo rie, pero sus ojos no se arrugan como deberían— Ina, podrías vender tus sueños como películas de terror... —¡Jajá! Bueno, está vez soñé que el cielo era...violeta~ Y una voz me llamaba...¿sacerdotisa? Waah, que nombre más edgy, ¿no? Ina se rasca una mano, y por un segundo, tres líneas de tinta aparecen y se desvanecen. —Creo que estás estresada por los exámenes... —¡Seguro! Aunque... —mira su reflejo en la botella de agua, su reflejo le guiña. Ella parpadea y lo ignora— Qué imaginación tengo, ¿eh? ¡Hasta soñé que tenía tentáculos! —se rie. Es un mundo diferente. Un mundo tranquilo, sin sombras, sin abismos, dónde su vida tiene contornos humanos, dónde su madre la espera en casa con el almuerzo listo y su padre cuenta chistes mientras ella ríe. Y aunque no lo sabe, este mundo es solo un sueño. Mientras tanto, el abismo espera. Porque el abismo nunca se rinde.
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  • —Dicen que cocinar es un arte... Pero para mí, es algo más.

    Levanta la campana con delicadeza, como si desvelara un tesoro.

    —Es la única forma que tengo de decir “te cuido”, sin abrir la boca.
    —Dicen que cocinar es un arte... Pero para mí, es algo más. Levanta la campana con delicadeza, como si desvelara un tesoro. —Es la única forma que tengo de decir “te cuido”, sin abrir la boca.
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  • The Dreamscape
    Fandom OC
    Categoría Original
    https://www.youtube.com/watch?v=D-WYoicHI4s

    Ina’nis Ninomae

    —"Mírate. Incluso ahora a la deriva en tu mundo perfecto. Tu respiración se ha calmado. Tu pulso se ha suavizado. Tu mente, antes esparcida entre cielos infinitos... ahora yace acunada en la quietud"—.

    "The Dreamscape". El mundo de los sueños. Donde no había dolor, donde no había sufrimiento. Donde los anhelos del corazón se volvían realidad. Un mundo "paralelo" a la realidad, dos caras de una misma moneda jamás destinados a cruzarse... De no ser por por la intervención tan ambiciosa del Halovian.

    Su voz hizo eco en lo que parecía una especie de templo atemporal, etéreo, místico. No habían paredes, pues el infinito era el límite. Las estrellas titilaban en todas las direcciones, como si estuviesen sumidos en la inmensidad del universo.

    Las palabras del varón, las palabras de Sunday, iban dirigidas a una figura femenina encapsulada en lo que parecía ser una burbuja de luz. Rodeada de estrellas que giraban en órbita a esta.

    Pequeña niña, viviendo su vida perfecta, desconectada de las voces del abisnmo, desconectada de la triste realidad que significaba, lo que era hasta el momento, "el mundo real". Uno que buscaba rediseñar en un sueño perpetuo para la humanidad.

    —"Alcanzaste otros mundos buscando maravillas... buscando sentido... buscando algo que tu frágil vida jamás podría ofrecerte. Y lo entiendo. Créeme... lo entiendo"—.

    Su mirada llena de melancolía. Llena de compasión, dulce como la de un padre hacia su hija. Abrió sus brazos, contemplándola en la perfección del sueño eterno.

    Del físico de lna'nis parecían, con paciencia y calma, emerger pequeñas esferas lumínicas, que como pequeñas flamas flotaban hacia el cielo infinito, convirtiéndose en estrellas.

    Las miles de almas que había consumido, las miles de vidas que había aterrorizado ahora encontrarían la paz, pues cada una entraba igualmente en el dominio de Sunday, la ilusión de la vida que no pudieron tener. La vida que les fue arrebatada, el descanso que les fue perturbado.

    —"Los sueños son hermosos, ¿No lo crees? Pero los sueños son cosas frágiles. Cuando se dejan abandonados... se quiebran. Cuando se confían a las manos de los mortales... mueren.

    No permitiré ese destino para ti. Tú eres la primera. La primera alma en deslizarse bajo mi Sinfonía del Orden. La primera en dormir sin temor. La primera en despertar... en un mundo sin final."—.

    Sunday terminó por cerrar los ojos en solemnidad.

    —"No serás olvidada. No estarás sola. Y a través de ti... el sueño crecerá. Se extenderá, suave, inquebrantable, infinito, a cada costa, a cada estrella, a cada mundo silencioso que aguarda ser consolado.

    Descansa ya. Has vagado suficiente. Este... es el lugar donde siempre debiste estar"—.

    Y con una sonrisa media vuelta se dio. Sus pasos hacían eco de la sinfonía del Orden que tocaban las estrellas. Esa paz irrevocable que con una desquiciada sonrisa buscaba llevar a la humanidad. Se desvaneció como polvo celestial, avanzando a la próxima etapa de su gran plan.
    https://www.youtube.com/watch?v=D-WYoicHI4s [HugsFromTheVo1d] —"Mírate. Incluso ahora a la deriva en tu mundo perfecto. Tu respiración se ha calmado. Tu pulso se ha suavizado. Tu mente, antes esparcida entre cielos infinitos... ahora yace acunada en la quietud"—. "The Dreamscape". El mundo de los sueños. Donde no había dolor, donde no había sufrimiento. Donde los anhelos del corazón se volvían realidad. Un mundo "paralelo" a la realidad, dos caras de una misma moneda jamás destinados a cruzarse... De no ser por por la intervención tan ambiciosa del Halovian. Su voz hizo eco en lo que parecía una especie de templo atemporal, etéreo, místico. No habían paredes, pues el infinito era el límite. Las estrellas titilaban en todas las direcciones, como si estuviesen sumidos en la inmensidad del universo. Las palabras del varón, las palabras de Sunday, iban dirigidas a una figura femenina encapsulada en lo que parecía ser una burbuja de luz. Rodeada de estrellas que giraban en órbita a esta. Pequeña niña, viviendo su vida perfecta, desconectada de las voces del abisnmo, desconectada de la triste realidad que significaba, lo que era hasta el momento, "el mundo real". Uno que buscaba rediseñar en un sueño perpetuo para la humanidad. —"Alcanzaste otros mundos buscando maravillas... buscando sentido... buscando algo que tu frágil vida jamás podría ofrecerte. Y lo entiendo. Créeme... lo entiendo"—. Su mirada llena de melancolía. Llena de compasión, dulce como la de un padre hacia su hija. Abrió sus brazos, contemplándola en la perfección del sueño eterno. Del físico de lna'nis parecían, con paciencia y calma, emerger pequeñas esferas lumínicas, que como pequeñas flamas flotaban hacia el cielo infinito, convirtiéndose en estrellas. Las miles de almas que había consumido, las miles de vidas que había aterrorizado ahora encontrarían la paz, pues cada una entraba igualmente en el dominio de Sunday, la ilusión de la vida que no pudieron tener. La vida que les fue arrebatada, el descanso que les fue perturbado. —"Los sueños son hermosos, ¿No lo crees? Pero los sueños son cosas frágiles. Cuando se dejan abandonados... se quiebran. Cuando se confían a las manos de los mortales... mueren. No permitiré ese destino para ti. Tú eres la primera. La primera alma en deslizarse bajo mi Sinfonía del Orden. La primera en dormir sin temor. La primera en despertar... en un mundo sin final."—. Sunday terminó por cerrar los ojos en solemnidad. —"No serás olvidada. No estarás sola. Y a través de ti... el sueño crecerá. Se extenderá, suave, inquebrantable, infinito, a cada costa, a cada estrella, a cada mundo silencioso que aguarda ser consolado. Descansa ya. Has vagado suficiente. Este... es el lugar donde siempre debiste estar"—. Y con una sonrisa media vuelta se dio. Sus pasos hacían eco de la sinfonía del Orden que tocaban las estrellas. Esa paz irrevocable que con una desquiciada sonrisa buscaba llevar a la humanidad. Se desvaneció como polvo celestial, avanzando a la próxima etapa de su gran plan.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
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    Estado
    Disponible
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  • '╭❥ -Se fue a descansar por unos días a un nacimiento de aguas termales, donde se había relajado por completo, el dolor de sus hombros se desvaneció por completo, ahora tenía nuevos aires para trabajar, aunque su celular murió por intentarse tomar una selfie en el agua. (?)-
    '╭❥ -Se fue a descansar por unos días a un nacimiento de aguas termales, donde se había relajado por completo, el dolor de sus hombros se desvaneció por completo, ahora tenía nuevos aires para trabajar, aunque su celular murió por intentarse tomar una selfie en el agua. (?)-
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  • [] :
    -Para Aria, el sonido de sus pasos no parecía real. Eran ecos distorsionados que rebotaban por pasillos infinitos, donde las paredes respiraban con un ritmo que no era humano. Era otra pesadilla, de las mismas que la habían estado atormentando todas estas noches sin descanso alguno. Otra vez se veía de pie, descalza, en medio de la academia, o mejor dicho, lo que quedaba de ella. El lugar era el mismo y, al mismo tiempo, no lo era. Todo parecía derretirse en los bordes, como tinta cayendo al agua-

    -Su cuerpo estaba tenso y paralizado. Frente a ella, una sombra huía. No tenía rostro, pero Aria sabía quién era. Lo sentía en lo más profundo de sus entrañas. La traición no necesitaba ojos para herirla. Cada paso que daba esa figura hacia la oscuridad dejaba una marca de tinta negra en el suelo. A su alrededor, siluetas sin rasgos se formaban de la nada. Flotaban. La miraban. Y aunque no tenían ojos, la juzgaban; y aunque no tenían boca, la condenaban-

    -"Tú fuiste la causa" Le decían. "Tú dejaste entrar al lobo". Quería gritar al igual que quería correr. Pero su cuerpo no respondía. Sentía el peso de cada mirada como fuego calcinándole la espalda lentamente. Entonces, todo se volvió más oscuro. Las luces se apagaron una por una, y solo quedó ella, de espaldas al mundo... sola. La figura que huía se desvanecía a lo lejos, llevándose consigo lo poco que quedaba de su antiguo yo. Al despertar, escuchó su propia voz, temblorosa, susurrando-

    Ya no más...

    -Pero ella sabía que esa sombra volvería a acecharla en sueños. Lo hacía cada noche, sin falta-
    [🐺] : -Para Aria, el sonido de sus pasos no parecía real. Eran ecos distorsionados que rebotaban por pasillos infinitos, donde las paredes respiraban con un ritmo que no era humano. Era otra pesadilla, de las mismas que la habían estado atormentando todas estas noches sin descanso alguno. Otra vez se veía de pie, descalza, en medio de la academia, o mejor dicho, lo que quedaba de ella. El lugar era el mismo y, al mismo tiempo, no lo era. Todo parecía derretirse en los bordes, como tinta cayendo al agua- -Su cuerpo estaba tenso y paralizado. Frente a ella, una sombra huía. No tenía rostro, pero Aria sabía quién era. Lo sentía en lo más profundo de sus entrañas. La traición no necesitaba ojos para herirla. Cada paso que daba esa figura hacia la oscuridad dejaba una marca de tinta negra en el suelo. A su alrededor, siluetas sin rasgos se formaban de la nada. Flotaban. La miraban. Y aunque no tenían ojos, la juzgaban; y aunque no tenían boca, la condenaban- -"Tú fuiste la causa" Le decían. "Tú dejaste entrar al lobo". Quería gritar al igual que quería correr. Pero su cuerpo no respondía. Sentía el peso de cada mirada como fuego calcinándole la espalda lentamente. Entonces, todo se volvió más oscuro. Las luces se apagaron una por una, y solo quedó ella, de espaldas al mundo... sola. La figura que huía se desvanecía a lo lejos, llevándose consigo lo poco que quedaba de su antiguo yo. Al despertar, escuchó su propia voz, temblorosa, susurrando- Ya no más... -Pero ella sabía que esa sombra volvería a acecharla en sueños. Lo hacía cada noche, sin falta-
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    -La belleza se desvanece, por eso es bella.
    🦋-La belleza se desvanece, por eso es bella.
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