• -Siento el peso de la antorcha en mi mano, la llama parpadea con fuerza, iluminando la oscuridad que rodea el nido de goblins. Mi pulso late acelerado, el miedo se mezcla con la necesidad de terminar esto. Me acerco al borde del nido, veo los escombros, las huellas de la violencia y el caos que los goblins dejaron atrás. Los supervivientes se arrastran, intentando escapar, pero no hay tiempo. Sé lo que debo hacer.-

    -Con un suspiro que intenta calmar mis nervios, lanzo la antorcha al interior. El fuego se prende rápidamente, y en cuestión de segundos, las llamas comienzan a consumir todo a su paso.-

    (¿Es esto lo que realmente tenemos que hacer? Me pregunto mientras el calor me envuelve, mientras el fuego arde sin piedad. ¿Deberíamos haber intentado otra forma, algo menos... brutal? Mis pensamientos son confusos, pero el rostro de las personas que hemos perdido me asalta, y sé que no hay vuelta atrás. Si dejamos que los goblins sigan... si no ponemos fin a esto ahora, más vidas se perderán. No tengo otra opción. Tengo que hacer esto.)

    -El fuego crece, crepitante, y el sonido de los goblins gimiendo se disuelve en las llamas. Mi corazón se hunde un poco, pero la razón me dice que esto es lo correcto. Es por el bien de todos.-

    -Miro las llamas un momento más, el ardor de la incertidumbre quemando en mi pecho. ¿Lo hice bien? La pregunta me persigue, pero, mientras el nido se consume, solo puedo dar un paso atrás, con la certeza de que, por ahora, hemos ganado.-

    -Siento el peso de la antorcha en mi mano, la llama parpadea con fuerza, iluminando la oscuridad que rodea el nido de goblins. Mi pulso late acelerado, el miedo se mezcla con la necesidad de terminar esto. Me acerco al borde del nido, veo los escombros, las huellas de la violencia y el caos que los goblins dejaron atrás. Los supervivientes se arrastran, intentando escapar, pero no hay tiempo. Sé lo que debo hacer.- -Con un suspiro que intenta calmar mis nervios, lanzo la antorcha al interior. El fuego se prende rápidamente, y en cuestión de segundos, las llamas comienzan a consumir todo a su paso.- (¿Es esto lo que realmente tenemos que hacer? Me pregunto mientras el calor me envuelve, mientras el fuego arde sin piedad. ¿Deberíamos haber intentado otra forma, algo menos... brutal? Mis pensamientos son confusos, pero el rostro de las personas que hemos perdido me asalta, y sé que no hay vuelta atrás. Si dejamos que los goblins sigan... si no ponemos fin a esto ahora, más vidas se perderán. No tengo otra opción. Tengo que hacer esto.) -El fuego crece, crepitante, y el sonido de los goblins gimiendo se disuelve en las llamas. Mi corazón se hunde un poco, pero la razón me dice que esto es lo correcto. Es por el bien de todos.- -Miro las llamas un momento más, el ardor de la incertidumbre quemando en mi pecho. ¿Lo hice bien? La pregunta me persigue, pero, mientras el nido se consume, solo puedo dar un paso atrás, con la certeza de que, por ahora, hemos ganado.-
    0 turnos 0 maullidos 18 vistas
  • —No es personal chicos,solo es por negocios....


    —Habia matado a mucha gente,pero nunca a alguien de su propia sangre,habia cruzado un límite—
    —No es personal chicos,solo es por negocios.... —Habia matado a mucha gente,pero nunca a alguien de su propia sangre,habia cruzado un límite—
    0 turnos 0 maullidos 17 vistas
  • — pensar que cuando te conocí eras un desconocido más para mí, pero nunca creí que cumplirias tu palabra de escribirme todos los días por la mañana y desearme buenas noches cuando estaba por irme a dormir, debo de admitir que me has impresionado, no solo por el echo de quedarte hablando conmigo por horas, de verdad me haces reír con tus pendejadas, y no me abandonaste ni te fuiste de mí lado durante más de un año, más de lo que duraron algunos de los que conozco hasta ahora, espero que esta amistad dure aún más y nos apoyemos mutuamente durante muchos años sin importar que tan pendejos seamos ambos, te quiero Joshua Dreemur
    — pensar que cuando te conocí eras un desconocido más para mí, pero nunca creí que cumplirias tu palabra de escribirme todos los días por la mañana y desearme buenas noches cuando estaba por irme a dormir, debo de admitir que me has impresionado, no solo por el echo de quedarte hablando conmigo por horas, de verdad me haces reír con tus pendejadas, y no me abandonaste ni te fuiste de mí lado durante más de un año, más de lo que duraron algunos de los que conozco hasta ahora, espero que esta amistad dure aún más y nos apoyemos mutuamente durante muchos años sin importar que tan pendejos seamos ambos, te quiero [shade_fuchsia_kangaroo_337] :STK-1:
    Me encocora
    1
    5 turnos 0 maullidos 96 vistas
  • 𝓲𝐧𝐭𝐞𝐫𝐚𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧
    Fandom marvel
    Categoría Otros
    ❛ ¿Y ahora qué? ❜ Ruby pregunta, Se queja al removerse y sentir como sus manos atadas solo la incomodaban más.

    La culpa era suya, Había visto su propiedad, y cegada por su propio ego no es capaz de detectar una amenaza, Subestimando a la persona. Ruby solo quería divertirse un poco allanando el lugar pero ahora ahí estaba, Atada de brazos en una silla de comedor.
    ❛ ¿Y ahora qué? ❜ Ruby pregunta, Se queja al removerse y sentir como sus manos atadas solo la incomodaban más. La culpa era suya, Había visto su propiedad, y cegada por su propio ego no es capaz de detectar una amenaza, Subestimando a la persona. Ruby solo quería divertirse un poco allanando el lugar pero ahora ahí estaba, Atada de brazos en una silla de comedor.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    5
    Estado
    Disponible
    Me enjaja
    1
    0 turnos 0 maullidos 105 vistas
  • "Sombras de la Noche"

    El sol comenzaba a ponerse sobre la ciudad, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rojos, mientras las luces de la ciudad comenzaban a encenderse, marcando el paso del tiempo. En las calles, la vida cotidiana parecía normal, pero en las sombras, algo diferente se movía, algo que pocos podían ver o comprender. Criaturas de leyenda caminaban entre los humanos, ocultas bajo capas de magia, disfraces o disfraces, pero su presencia era cada vez más palpable. El mundo había cambiado, y el peligro acechaba en cada esquina.

    Irys caminaba entre la multitud, con su flequillo rojo cubriendo parcialmente su rostro. Sus ojos, sin embargo, brillaban con una luz dorada oculta tras unas gafas oscuras, algo que no podía disimular del todo. La joven de apariencia humana, pero de una belleza inquietante, sentía el peso de su secreto sobre los hombros. Niphilim. Una palabra que traía consigo una historia de extinción, de miedo y de persecución. Pero aquí estaba ella, en una ciudad que nunca dejaría de ser un laberinto, rodeada de peligros, tanto humanos como no humanos.

    El sonido de pasos apresurados la hizo detenerse. Un hombre, con rostro nervioso y sudor en la frente, pasaba junto a ella. Irys lo observó por un instante. Él no la había notado, pero él sí estaba siendo perseguido. El aura de una criatura lo rodeaba, algo sin forma, algo oscuro que se deslizaba por las calles con la sigilosa amenaza de un depredador. Irys frunció el ceño, la tensión en su cuerpo fue inmediata.

    ¿Qué clase de criatura será? Pensó, dejando que su instinto la guiara. Nadie podía conocer su verdadera naturaleza, pero su habilidad para sentir la presencia de las criaturas era casi sobrenatural. Y ella, al igual que todos los niphilim, estaba destinada a ser cazadora. Sin embargo, ella no cazaba como los otros, no le gustaba la idea de eliminar criaturas por el simple hecho de su existencia.

    Pero el hombre, él necesitaba ayuda.

    Irys se acercó lentamente, con una calma que solo alguien como ella podría poseer.

    En su interior, la lucha era constante: ayudar a este humano podría ser arriesgado, y aún más arriesgado si descubría lo que realmente era. Pero no podía dejar que algo tan horrible le sucediera a alguien inocente.

    De pronto, la sombra oscura se materializó ante ella, transformándose en una criatura de ojos rojos brillantes, con colmillos largos y garras que parecían capaces de desgarrar a un ser humano con un solo movimiento. Su presencia era aterradora, y su mirada fija en Irys demostraba que había sentido su poder.

    "¿Qué tenemos aquí?" gruñó la criatura, sus labios curvándose en una sonrisa maliciosa. "¿Una niphilim? No pensaba encontrarme con una de tu especie, pequeña."

    Irys dio un paso hacia adelante, consciente de que su vida como humana estaba a punto de desmoronarse. Pero su identidad era algo que debía proteger a toda costa. Con un suspiro, se preparó para enfrentarse a la criatura, con una mano lista para invocar sus habilidades divinas mientras mantenía la máscara de humanidad que había perfeccionado.

    El hombre, sin darse cuenta, ya había desaparecido en la oscuridad de la calle, mientras la batalla comenzaba.

    Pero dentro de su mente, un pensamiento persistía: ¿Cuánto tiempo más podré esconder quién soy?

    La ciudad, en su quietud aparente, nunca dejaría de ser un campo de batalla. Y con cada día que pasaba, las sombras se alzaban más altas.

    Irys optó por escapar tras el rastro de aquel hombre. Sus pasos cada vez más rápidos siguiéndolo de lejos hacia su escondite mientras le perdía el rastro a aquella criatura maligna sabiendo que aquel no sería el único encuentro entre ellos. Irys ya se habia convertido en la presa de aquella criatura y en uno más de sus juegos.

    Joshua Joestar
    "Sombras de la Noche" El sol comenzaba a ponerse sobre la ciudad, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rojos, mientras las luces de la ciudad comenzaban a encenderse, marcando el paso del tiempo. En las calles, la vida cotidiana parecía normal, pero en las sombras, algo diferente se movía, algo que pocos podían ver o comprender. Criaturas de leyenda caminaban entre los humanos, ocultas bajo capas de magia, disfraces o disfraces, pero su presencia era cada vez más palpable. El mundo había cambiado, y el peligro acechaba en cada esquina. Irys caminaba entre la multitud, con su flequillo rojo cubriendo parcialmente su rostro. Sus ojos, sin embargo, brillaban con una luz dorada oculta tras unas gafas oscuras, algo que no podía disimular del todo. La joven de apariencia humana, pero de una belleza inquietante, sentía el peso de su secreto sobre los hombros. Niphilim. Una palabra que traía consigo una historia de extinción, de miedo y de persecución. Pero aquí estaba ella, en una ciudad que nunca dejaría de ser un laberinto, rodeada de peligros, tanto humanos como no humanos. El sonido de pasos apresurados la hizo detenerse. Un hombre, con rostro nervioso y sudor en la frente, pasaba junto a ella. Irys lo observó por un instante. Él no la había notado, pero él sí estaba siendo perseguido. El aura de una criatura lo rodeaba, algo sin forma, algo oscuro que se deslizaba por las calles con la sigilosa amenaza de un depredador. Irys frunció el ceño, la tensión en su cuerpo fue inmediata. ¿Qué clase de criatura será? Pensó, dejando que su instinto la guiara. Nadie podía conocer su verdadera naturaleza, pero su habilidad para sentir la presencia de las criaturas era casi sobrenatural. Y ella, al igual que todos los niphilim, estaba destinada a ser cazadora. Sin embargo, ella no cazaba como los otros, no le gustaba la idea de eliminar criaturas por el simple hecho de su existencia. Pero el hombre, él necesitaba ayuda. Irys se acercó lentamente, con una calma que solo alguien como ella podría poseer. En su interior, la lucha era constante: ayudar a este humano podría ser arriesgado, y aún más arriesgado si descubría lo que realmente era. Pero no podía dejar que algo tan horrible le sucediera a alguien inocente. De pronto, la sombra oscura se materializó ante ella, transformándose en una criatura de ojos rojos brillantes, con colmillos largos y garras que parecían capaces de desgarrar a un ser humano con un solo movimiento. Su presencia era aterradora, y su mirada fija en Irys demostraba que había sentido su poder. "¿Qué tenemos aquí?" gruñó la criatura, sus labios curvándose en una sonrisa maliciosa. "¿Una niphilim? No pensaba encontrarme con una de tu especie, pequeña." Irys dio un paso hacia adelante, consciente de que su vida como humana estaba a punto de desmoronarse. Pero su identidad era algo que debía proteger a toda costa. Con un suspiro, se preparó para enfrentarse a la criatura, con una mano lista para invocar sus habilidades divinas mientras mantenía la máscara de humanidad que había perfeccionado. El hombre, sin darse cuenta, ya había desaparecido en la oscuridad de la calle, mientras la batalla comenzaba. Pero dentro de su mente, un pensamiento persistía: ¿Cuánto tiempo más podré esconder quién soy? La ciudad, en su quietud aparente, nunca dejaría de ser un campo de batalla. Y con cada día que pasaba, las sombras se alzaban más altas. Irys optó por escapar tras el rastro de aquel hombre. Sus pasos cada vez más rápidos siguiéndolo de lejos hacia su escondite mientras le perdía el rastro a aquella criatura maligna sabiendo que aquel no sería el único encuentro entre ellos. Irys ya se habia convertido en la presa de aquella criatura y en uno más de sus juegos. [Jesus1411]
    Me gusta
    Me encocora
    2
    12 turnos 0 maullidos 287 vistas
  • Creo que por el momento solo , miraré un poco este lugar .
    Creo que por el momento solo , miraré un poco este lugar .
    0 turnos 0 maullidos 102 vistas
  • 𝖨𝗇 𝗍𝖾𝗇𝖾𝖻𝗋𝗂𝗌
    Fandom Shadowhunters (Otros)
    Categoría Fantasía
    En algunas ocasiones, la calma puede ser demasiado asfixiante. Clary siempre pensó que volver a su normalidad no seria posible, con todos los problemas viniendo uno tras otro, el silencio se sentía como algo antinatural.
    Un paseo era una idea impulsiva, ser uno entre millones de personal yendo y viniendo de manera común en un día, la ciudad de Nueva York era así.

    -Supongo que no es normal deprimirse tanto cuando hay un poco de tranquilidad.

    Susurro hacia la pintura de aspecto abstracto, quizás tenia una forma clara que en aquel momento no podía percivir. Se había hecho a la idea de que siempre seria parte de algo sobrenatural, algo que para muchos solo eran cuentos, pero una vez dentro todo tomaba una forma diferente a la comun. Clary suspiro de manera pesada preguntándose ¿Es bueno ser tan comun? pero como era claro, su mente solo respondía instintivamente 'Tu no eres normal' cortando asi su propio cuestionamiento.

    -Estar sola tanto tiempo afecta mi rendimiento y mi pensamiento critico.

    Era claro, despues de mas de un mes sin tener contacto con ninguno de sus amigos, familia o seres cercanos, egoistamente escondiendo donde, cuando o en que momento se les ocurriría reportarse con ella y arrancar esa angustia de su pecho antes de ser vilmente aplastados por su ira. Era seguro que estaban bien, no dudaba de que su buen "instinto" le ayudaría a saberlo, aunque también fue un traidor que jugaba de ambos bandos al mostrar cosas vagas sobre algo incierto y dejando una nada absoluta por días sin siquiera mostrar una sombra o sueños comunes, nada.

    El ángel la había abandonado en soledad, con un gran instituto vacío y horas de espera interminables, si tenia que mirar pinturas bellas pero insípidas por horas, lo haría solo para no tener que seguir mirando los rostros pintados en las hojas de su blog, un habito adquirido que no disfrutaba.

    -Que bien, ahora hablo con pinturas y deliro con querer meterme en problemas. -Río con ironía mientras pasaba a la siguiente pintura, nada sorprendente pero igualmente bella.- Es una suerte ser lo que soy, pero me estoy cansando de mi faceta tranquila y paciente.
    En algunas ocasiones, la calma puede ser demasiado asfixiante. Clary siempre pensó que volver a su normalidad no seria posible, con todos los problemas viniendo uno tras otro, el silencio se sentía como algo antinatural. Un paseo era una idea impulsiva, ser uno entre millones de personal yendo y viniendo de manera común en un día, la ciudad de Nueva York era así. -Supongo que no es normal deprimirse tanto cuando hay un poco de tranquilidad. Susurro hacia la pintura de aspecto abstracto, quizás tenia una forma clara que en aquel momento no podía percivir. Se había hecho a la idea de que siempre seria parte de algo sobrenatural, algo que para muchos solo eran cuentos, pero una vez dentro todo tomaba una forma diferente a la comun. Clary suspiro de manera pesada preguntándose ¿Es bueno ser tan comun? pero como era claro, su mente solo respondía instintivamente 'Tu no eres normal' cortando asi su propio cuestionamiento. -Estar sola tanto tiempo afecta mi rendimiento y mi pensamiento critico. Era claro, despues de mas de un mes sin tener contacto con ninguno de sus amigos, familia o seres cercanos, egoistamente escondiendo donde, cuando o en que momento se les ocurriría reportarse con ella y arrancar esa angustia de su pecho antes de ser vilmente aplastados por su ira. Era seguro que estaban bien, no dudaba de que su buen "instinto" le ayudaría a saberlo, aunque también fue un traidor que jugaba de ambos bandos al mostrar cosas vagas sobre algo incierto y dejando una nada absoluta por días sin siquiera mostrar una sombra o sueños comunes, nada. El ángel la había abandonado en soledad, con un gran instituto vacío y horas de espera interminables, si tenia que mirar pinturas bellas pero insípidas por horas, lo haría solo para no tener que seguir mirando los rostros pintados en las hojas de su blog, un habito adquirido que no disfrutaba. -Que bien, ahora hablo con pinturas y deliro con querer meterme en problemas. -Río con ironía mientras pasaba a la siguiente pintura, nada sorprendente pero igualmente bella.- Es una suerte ser lo que soy, pero me estoy cansando de mi faceta tranquila y paciente.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    10
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos 136 vistas
  • El verde impecable del campo de golf se extendía bajo el sol de la mañana. Hyeon, con su polo negro y pantalones de golf, observaba el horizonte con una mirada fría y calculadora. No estaba allí por el deporte, sino por un asunto de negocios. Se reuniría en el club de golf con alguien para cerrar un trato.

    — Siempre jugando al despiste, —murmuró Hyeon, con una sonrisa fría curvando sus labios, mientras esperaba a su socio.

    Su mirada se detuvo en un grupo de hombres que se acercaban al campo, sus risas y conversaciones resonaban en el aire. Hyeon los observó con interés, sin dejar de escanear el campo mientras esperaba a su socio.

    — Interesante —susurró Hyeon-Seok para si mismo— un juego dentro de otro juego.

    De repente, su mirada se detuvo en un hombre que se acercaba al grupo, su rostro familiar y su expresión nerviosa le causaron una sensación de disgusto. No era su socio, al que estaba esperando, era alguien más: un hombre que lo había traicionado y le había costado mucho dinero.

    — Así que aquí estás —susurró Hyeon-Seok, una sonrisa fría curvando sus labios— quizás ha llegado el momento de cobrar mis deudas.

    Hyeon vio como el grupo junto al hombre comenzaban a alejarse. Comenzó a caminar hacia el hombre que lo había traicionado, con paso seguro pero calmado, para no levantar sospechas. El encuentro estaba a punto de comenzar, pero de repente, una persona se atravesó en su camino, ambos chocaron hombros, desviando su atención.

    —¿No ves por dónde caminas? —preguntó Hyeon, en un murmullo helado, con los ojos fijos en presencia ajena y una mirada que promete consecuencias.
    El verde impecable del campo de golf se extendía bajo el sol de la mañana. Hyeon, con su polo negro y pantalones de golf, observaba el horizonte con una mirada fría y calculadora. No estaba allí por el deporte, sino por un asunto de negocios. Se reuniría en el club de golf con alguien para cerrar un trato. — Siempre jugando al despiste, —murmuró Hyeon, con una sonrisa fría curvando sus labios, mientras esperaba a su socio. Su mirada se detuvo en un grupo de hombres que se acercaban al campo, sus risas y conversaciones resonaban en el aire. Hyeon los observó con interés, sin dejar de escanear el campo mientras esperaba a su socio. — Interesante —susurró Hyeon-Seok para si mismo— un juego dentro de otro juego. De repente, su mirada se detuvo en un hombre que se acercaba al grupo, su rostro familiar y su expresión nerviosa le causaron una sensación de disgusto. No era su socio, al que estaba esperando, era alguien más: un hombre que lo había traicionado y le había costado mucho dinero. — Así que aquí estás —susurró Hyeon-Seok, una sonrisa fría curvando sus labios— quizás ha llegado el momento de cobrar mis deudas. Hyeon vio como el grupo junto al hombre comenzaban a alejarse. Comenzó a caminar hacia el hombre que lo había traicionado, con paso seguro pero calmado, para no levantar sospechas. El encuentro estaba a punto de comenzar, pero de repente, una persona se atravesó en su camino, ambos chocaron hombros, desviando su atención. —¿No ves por dónde caminas? —preguntó Hyeon, en un murmullo helado, con los ojos fijos en presencia ajena y una mirada que promete consecuencias.
    Me shockea
    1
    0 turnos 0 maullidos 200 vistas
  • Siempre fuimos inseparables, desde muy jóvenes, mismo pelotón de entrenamiento, convoy militar en las mismas misiones, "B" era el mejor rastreando, parecía un sabueso en el campo, ágil, peligroso y letal con las técnicas de combate, en cada hazaña me impresionaba y al equipo.

    Nunca dudé en su potencial, por lo mismo fue nombrado jefe de nuestro pelotón, le cuidé las espaldas, convirtiéndome en su sombra, siempre en silencio, sin nada a cambio, solo su... su compañía. Aprendí de él lo más que pude, me convertí en el mejor francotirador, en algo que pude ser mejor que todos y que él mismo, ese era y es mi gran talento en la actualidad. 

    Un par de años se uniría a nuestro grupo ese pelirrojo, que parece vivir en la apariencia y en la cama de cualquier chica que se lo permita, la bebida, y los excesos fueron lo suyo, lográbamos soportarlo, hasta que se ponía impertinente o nos metía en problemas, jamás vi a alguien que dominara el arte de defensa personal como ese idiota y dar patadas tan certeras, quebrando de un golpe los huesos, impresionante sin duda, fuimos la sensación por muchos años, los tres hasta que... "B" decidió retirarse, mi mundo se vino abajo, pareciera como si me hubieran arrancado una extremidad. No estaba listo para dejarlo ir, no lo estaba.

    Me faltaban dos años para jubilarme, tuve contacto con él, solo por escritos, por periodos sumamente cortos, sin embargo, no fue lo mismo, por años no supe más, cumplí el tiempo en la milicia, regresando a Francia, donde me haría aún más solitario, perdido en mis pensamientos, recordándolo como el más grande amor en mi vida, un amor que mantendré ahogado aquí, en el pecho. 

    Siempre fuimos inseparables, desde muy jóvenes, mismo pelotón de entrenamiento, convoy militar en las mismas misiones, "B" era el mejor rastreando, parecía un sabueso en el campo, ágil, peligroso y letal con las técnicas de combate, en cada hazaña me impresionaba y al equipo. Nunca dudé en su potencial, por lo mismo fue nombrado jefe de nuestro pelotón, le cuidé las espaldas, convirtiéndome en su sombra, siempre en silencio, sin nada a cambio, solo su... su compañía. Aprendí de él lo más que pude, me convertí en el mejor francotirador, en algo que pude ser mejor que todos y que él mismo, ese era y es mi gran talento en la actualidad.  Un par de años se uniría a nuestro grupo ese pelirrojo, que parece vivir en la apariencia y en la cama de cualquier chica que se lo permita, la bebida, y los excesos fueron lo suyo, lográbamos soportarlo, hasta que se ponía impertinente o nos metía en problemas, jamás vi a alguien que dominara el arte de defensa personal como ese idiota y dar patadas tan certeras, quebrando de un golpe los huesos, impresionante sin duda, fuimos la sensación por muchos años, los tres hasta que... "B" decidió retirarse, mi mundo se vino abajo, pareciera como si me hubieran arrancado una extremidad. No estaba listo para dejarlo ir, no lo estaba. Me faltaban dos años para jubilarme, tuve contacto con él, solo por escritos, por periodos sumamente cortos, sin embargo, no fue lo mismo, por años no supe más, cumplí el tiempo en la milicia, regresando a Francia, donde me haría aún más solitario, perdido en mis pensamientos, recordándolo como el más grande amor en mi vida, un amor que mantendré ahogado aquí, en el pecho. 
    Me gusta
    Me entristece
    2
    0 turnos 0 maullidos 121 vistas
  • Mis amos me han olvidado. Bueno, sabía que iba a pasar, ahora que ya no soy solo una serpiente, supongo que ya no resulto tan mono. Bueno, me comeré a Bambi.
    Mis amos me han olvidado. Bueno, sabía que iba a pasar, ahora que ya no soy solo una serpiente, supongo que ya no resulto tan mono. Bueno, me comeré a Bambi.
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos 120 vistas
Ver más resultados
Patrocinados