• Recuerdo de las 25 noches...

    El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo con tonos naranjas y rosados, pero algo en su corazón se sentía gris. Una vez más, la melodía de Angel-Damino sonaba en su mente, como un eco distante, como si las olas también la cantaran en susurros.

    Lia se detuvo, mirando el horizonte. Las palabras de la canción se repetían en su cabeza "Tantas noches, te vi en mis sueños...".
    No podía evitarlo, cada vez que escuchaba esa parte, algo en su pecho se apretaba. La misma sensación de cuando todo parecía tener sentido, pero se rompió por algo que ni ella misma pudo descifrar.
    "Lo intente. De verdad que lo hice..." pensó, mirando el agua moverse en círculos. Había sido un amor que se sintió intenso, pero también fugaz. "Si solo tú hubieras dicho algo…" pensaba mientras un suspiro se escapaba de sus labios.

    La imagen de aquel ser cruzó su mente, tan distante ahora, tan diferente. A veces, Lia se preguntaba si la otra parte realmente lo había intentado o si había tomado el camino más fácil. Sin embargo, algo en ella le decía que tal vez todo había sucedido como debía.

    Y él parecía estar bien, había seguido adelante, sin mostrar rastros de tristeza o arrepentimiento.

    "Tal vez fue lo mejor", se dijo en voz baja, dejando que el sonido de las olas arrastrara sus palabras hacia el mar.

    Lia continuó su caminar por la orilla mojándose la ropa, mientras la canción seguía sonando. Quizás las cosas se habían desmoronado, pero el sol seguía poniéndose, el mar seguía existiendo, y ella también.
    Recuerdo de las 25 noches... El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo con tonos naranjas y rosados, pero algo en su corazón se sentía gris. Una vez más, la melodía de Angel-Damino sonaba en su mente, como un eco distante, como si las olas también la cantaran en susurros. Lia se detuvo, mirando el horizonte. Las palabras de la canción se repetían en su cabeza "Tantas noches, te vi en mis sueños...". No podía evitarlo, cada vez que escuchaba esa parte, algo en su pecho se apretaba. La misma sensación de cuando todo parecía tener sentido, pero se rompió por algo que ni ella misma pudo descifrar. "Lo intente. De verdad que lo hice..." pensó, mirando el agua moverse en círculos. Había sido un amor que se sintió intenso, pero también fugaz. "Si solo tú hubieras dicho algo…" pensaba mientras un suspiro se escapaba de sus labios. La imagen de aquel ser cruzó su mente, tan distante ahora, tan diferente. A veces, Lia se preguntaba si la otra parte realmente lo había intentado o si había tomado el camino más fácil. Sin embargo, algo en ella le decía que tal vez todo había sucedido como debía. Y él parecía estar bien, había seguido adelante, sin mostrar rastros de tristeza o arrepentimiento. "Tal vez fue lo mejor", se dijo en voz baja, dejando que el sonido de las olas arrastrara sus palabras hacia el mar. Lia continuó su caminar por la orilla mojándose la ropa, mientras la canción seguía sonando. Quizás las cosas se habían desmoronado, pero el sol seguía poniéndose, el mar seguía existiendo, y ella también.
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  • — Cada vez que lo recuerdo, dudo ¿Tomé la decisión correcta? ¿Acaso debería haber alzado la voz? No lo sé, pero ya no estás para escucharme. —

    — Me pregunto ¿Qué hubiera pasado si te hubiera contado todo?¿Qué habrían pensado todos?¿Qué habrías pensado tú...? —

    — Un pilar. Un escudo. Un muro... Eso soy ¿No?¿Entonces tú qué eras para el resto?¿Debería haberte dicho lo que eras para mi? —

    — En cada suspiro que no dejo salir, hay un recuerdo tuyo, una marca que a día de hoy, no soy capaz de olvidar. Si en el fondo del inframundo estás, espero que tu mensaje me llegue algún día, bajaré sin dudarlo. —

    — Aunque quizás por eso mismo no tratas de hablarme, porque sabes que bajaría ¿Tiene sentido siquiera arrepentirme ahora de esto? —

    — Un pilar, Ozen. Te llaman inamovible por algo... Y aunque no lo entiendan, ya es tarde para cambiar. —
    — Cada vez que lo recuerdo, dudo ¿Tomé la decisión correcta? ¿Acaso debería haber alzado la voz? No lo sé, pero ya no estás para escucharme. — — Me pregunto ¿Qué hubiera pasado si te hubiera contado todo?¿Qué habrían pensado todos?¿Qué habrías pensado tú...? — — Un pilar. Un escudo. Un muro... Eso soy ¿No?¿Entonces tú qué eras para el resto?¿Debería haberte dicho lo que eras para mi? — — En cada suspiro que no dejo salir, hay un recuerdo tuyo, una marca que a día de hoy, no soy capaz de olvidar. Si en el fondo del inframundo estás, espero que tu mensaje me llegue algún día, bajaré sin dudarlo. — — Aunque quizás por eso mismo no tratas de hablarme, porque sabes que bajaría ¿Tiene sentido siquiera arrepentirme ahora de esto? — — Un pilar, Ozen. Te llaman inamovible por algo... Y aunque no lo entiendan, ya es tarde para cambiar. —
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  • Quizás en otra vida

    Por aburrimiento, se entierra en hojas secas también tierra húmeda de la lluvia., dejando solo la cabeza a la vista suspirando pensando en dormirse.*
    Quizás en otra vida Por aburrimiento, se entierra en hojas secas también tierra húmeda de la lluvia., dejando solo la cabeza a la vista suspirando pensando en dormirse.*
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  • The Witch and The Necromancer
    Fandom Original Characters
    Categoría Fantasía
    Rol con: ǝɐɟ ǝl UɐɓɹoW


    ** Una vez supo que le fue concedida su audiencia, aquel ilustrado y pulcro doctor se hizo presente ante la sala donde seguramente encontraría a quien quizás sea la hechicera más poderosa de todos los tiempos: Morgan Le Fae. Una figura legendaria que es conocida por orquestar la caída de aquel Reino al que muchos llamaban "Perfecto".

    Las puertas se abrieron de par en par, al menos no completamente, tan solo el espacio necesario para poder dejar pasar al delgado hombre ataviado de un elegante traje oscuro, mismo del que sobresalia su larga y rubia cabellera.

    Se aproximó hasta estar ante ella, a una distancia prudente. Manteniendo el debido respeto por la mujer ante él. Dobló su cuerpo en una sutil pero marcada reverencia, extendiendo además sus brazos.

    — ¡Le saludo su Alteza!
    ¡Oh señora que trae justicia con su mano dura y firme! Mi nombre es Dee... Doctor John Dee. Y es un honor poder tener una audiencia con usted. —
    Había requerido de un suave tono, pero claro y audible para ella. Su acento resaltaba con un inconfundible y marcado británico, aunque más contemporáneo.

    — Quisiera solicitar de usted un gran favor y que, si resulta de gran interés, ambos podemos llegar a un mutuo beneficio.—
    Declaró de manera directa, esperando a la respuesta. **
    Rol con: [glow_beryl_bull_179] ** Una vez supo que le fue concedida su audiencia, aquel ilustrado y pulcro doctor se hizo presente ante la sala donde seguramente encontraría a quien quizás sea la hechicera más poderosa de todos los tiempos: Morgan Le Fae. Una figura legendaria que es conocida por orquestar la caída de aquel Reino al que muchos llamaban "Perfecto". Las puertas se abrieron de par en par, al menos no completamente, tan solo el espacio necesario para poder dejar pasar al delgado hombre ataviado de un elegante traje oscuro, mismo del que sobresalia su larga y rubia cabellera. Se aproximó hasta estar ante ella, a una distancia prudente. Manteniendo el debido respeto por la mujer ante él. Dobló su cuerpo en una sutil pero marcada reverencia, extendiendo además sus brazos. — ¡Le saludo su Alteza! ¡Oh señora que trae justicia con su mano dura y firme! Mi nombre es Dee... Doctor John Dee. Y es un honor poder tener una audiencia con usted. — Había requerido de un suave tono, pero claro y audible para ella. Su acento resaltaba con un inconfundible y marcado británico, aunque más contemporáneo. — Quisiera solicitar de usted un gran favor y que, si resulta de gran interés, ambos podemos llegar a un mutuo beneficio.— Declaró de manera directa, esperando a la respuesta. **
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ||• R.

    Hola, buenas, ha pasado un tiempo. Creo que Asher entrará en hiatus temporal. Tenía muchos planes tipo, quería que tuviera muchos amigos más que todo, muchas personas le agradaron (agradezco la interacción) no sé cómo vaya a ser aquí para cuándo regrese, pero espero que todos encuentren lo que buscan.

    No he tenido ánimos para publicar o rolear por ciertos motivos, en fin, deseo que si en dado caso regresa puedan brindarle su amistad o hablarme al pv para quedar en algo, quizás tome la decisión de activarme o regresaré a borrar la cuenta aunque no deseo hacerlo. Pero por ahora es un estado emocional de user, no quiero que afecte al personaje y por eso lo dejo en hiatus un tiempo. (Lamento si no les he respondido al pv, disculpen.) Gracias por todo y hasta pronto.
    ||• R. Hola, buenas, ha pasado un tiempo. Creo que Asher entrará en hiatus temporal. Tenía muchos planes tipo, quería que tuviera muchos amigos más que todo, muchas personas le agradaron (agradezco la interacción) no sé cómo vaya a ser aquí para cuándo regrese, pero espero que todos encuentren lo que buscan. No he tenido ánimos para publicar o rolear por ciertos motivos, en fin, deseo que si en dado caso regresa puedan brindarle su amistad o hablarme al pv para quedar en algo, quizás tome la decisión de activarme o regresaré a borrar la cuenta aunque no deseo hacerlo. Pero por ahora es un estado emocional de user, no quiero que afecte al personaje y por eso lo dejo en hiatus un tiempo. (Lamento si no les he respondido al pv, disculpen.) Gracias por todo y hasta pronto.
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  • Recordar y olvidar es fácil…


    Pero… olvidar y jamás recordar, es uno como puente en medio de la neblina, en dónde escucharé voces, risas y llantos; en dónde quizás vea tu mano, tu cuerpo tu rostro. Y recordarte quizás sea un alivio momentáneo. …

    Aun así, te abrazaré con tanto amor que tú si sabrás sacarme de este puente, de esta neblina, de este olvidó…
    Solo te pido que mañana no me odies, no me abandones si regreso…
    Recordar y olvidar es fácil… Pero… olvidar y jamás recordar, es uno como puente en medio de la neblina, en dónde escucharé voces, risas y llantos; en dónde quizás vea tu mano, tu cuerpo tu rostro. Y recordarte quizás sea un alivio momentáneo. … Aun así, te abrazaré con tanto amor que tú si sabrás sacarme de este puente, de esta neblina, de este olvidó… Solo te pido que mañana no me odies, no me abandones si regreso…
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  • Pienso, debería presentarlo a mi novio mis hermanos mayores hmmm pero son muy detectives ellos quizás deba preguntarle a mi huróncito
    Pienso, debería presentarlo a mi novio mis hermanos mayores hmmm pero son muy detectives ellos quizás deba preguntarle a mi huróncito
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  • ♦ La noche estaba demasiado fría para la ropa que llevaba, aún así, había decidido caminar... ¿Iba a su casa? O tal vez a casa de sus padres...¿Qué importaba? A dónde fuera que se dirigía no quería llegar.

    "¿Qué estás haciendo con tu vida, Minjae?"

    Jamás pensó que una pregunta tan superficial podría calar tan profundo en su interior. Pensó al caminar, que quizá no era la pregunta, sino de quién venía, pensó también en por qué le importaba tanto, o que quizá, no era la persona, sino la pregunta que fue el detonante de un montón de otras preguntas que se hacía a si mismo y que prefería ignorar... ¿Qué importa?... ¿Qué le importa? ¿Por qué debía preguntarle aquello?

    No sabía, no tenía las respuestas y pensó que no le importaba a él tampoco saberlas.
    Fue solo cuando en el sueldo bajo sus pies vio impactar las lágrimas, que la realidad lo golpeó, lágrimas que caían frías y silenciosas en la inmensa soledad de aquella calle nocturna.
    Entonces se doblegó ante aquel silencio frío, sobre sus lágrimas y se preguntó
    "¿Qué estás haciendo con tu vida, Minjae?..." ♦
    ♦ La noche estaba demasiado fría para la ropa que llevaba, aún así, había decidido caminar... ¿Iba a su casa? O tal vez a casa de sus padres...¿Qué importaba? A dónde fuera que se dirigía no quería llegar. "¿Qué estás haciendo con tu vida, Minjae?" Jamás pensó que una pregunta tan superficial podría calar tan profundo en su interior. Pensó al caminar, que quizá no era la pregunta, sino de quién venía, pensó también en por qué le importaba tanto, o que quizá, no era la persona, sino la pregunta que fue el detonante de un montón de otras preguntas que se hacía a si mismo y que prefería ignorar... ¿Qué importa?... ¿Qué le importa? ¿Por qué debía preguntarle aquello? No sabía, no tenía las respuestas y pensó que no le importaba a él tampoco saberlas. Fue solo cuando en el sueldo bajo sus pies vio impactar las lágrimas, que la realidad lo golpeó, lágrimas que caían frías y silenciosas en la inmensa soledad de aquella calle nocturna. Entonces se doblegó ante aquel silencio frío, sobre sus lágrimas y se preguntó "¿Qué estás haciendo con tu vida, Minjae?..." ♦
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  • Akane frente al espejo
    (2 días después del conflicto)

    La noche era densa, pero Akane no podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos, el ardor en su pecho se intensificaba, como si su propio poder estuviera rebelándose, descontrolado dentro de un recipiente dañado.

    Se acercó al espejo y lo que vio casi no lo reconoció. La mitad de su cabello ahora era plateado. No un cambio gradual, sino una línea clara, como una cicatriz de magia pura que partía su identidad en dos. Y debajo de sus ojos, dos sombras oscuras, no solo de cansancio, sino de algo que la estaba drenando lentamente.

    "Esa mujer me hirió peor de lo que esperaba..." murmuró sin voz, sintiendo una punzada de algo que no era odio, pero tampoco perdón.

    "Mi torrente... ¿se quebró?"

    Sintió un estremecimiento, no por frío, sino por una ausencia: la conexión con algo más grande, ese flujo espiritual que siempre había sentido recorrerla, era ahora errático, quebrado como un río que ha cambiado de cauce.

    Tal vez “esa mujer” no buscaba matarla. Tal vez buscaba algo más profundo. Un castigo. Una advertencia. O una ruptura irreversible.

    El reflejo en el espejo parpadeó. Akane retrocedió un paso, sintiendo que la habitación se volvía más estrecha, sofocante. El mundo a su alrededor se oscureció. De pronto ya no estaba en su casa.

    Estaba de pie otra vez sobre el campo de batalla, envuelta en sombras deformes. Todo era familiar… pero torcido. El cielo estaba teñido de rojo oscuro. La figura delante de ella, esa mujer, no tenía rostro al principio. Solo una silueta alargada, con los ojos encendidos como brasas contenidas.

    La voz llegó distorsionada, como si viniera desde el fondo de un pozo: "Eres una híbrida."

    Pero no sonaba como una acusación, ni siquiera como una advertencia. Sonaba como una sentencia, una condena.

    "No abrazas tu legado… la sangre de los Ishtar fluye por ti como un veneno inútil..."

    La Akane de la visión intentó moverse, gritar, reaccionar… pero no pudo. Sus pies estaban clavados al suelo, su cuerpo se deshacía en hilos de energía blanca y plateada que se desvanecían en el aire.

    "No fue así," pensó con desesperación. "No lo dijo con ese odio. ¿O sí?"

    La silueta de su hermana se acercó, y por un instante, su rostro se definió. Tenía lágrimas en los ojos… o quizás era sangre.

    "Si no te doblegas, te romperás."

    Y entonces su mano atravesó su costado como una espada una vez más, pero esta vez Akane sintió cómo algo dentro de ella estallaba, como un cristal que se parte sin remedio.

    Volvió en sí, jadeando, de rodillas frente al espejo. El pecho ardía como un horno sellado.

    "¿Fue mi mente... o fue ella quien deseó romperme de verdad?". La pregunta quedó suspendida, como ceniza en el aire.
    Akane frente al espejo (2 días después del conflicto) La noche era densa, pero Akane no podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos, el ardor en su pecho se intensificaba, como si su propio poder estuviera rebelándose, descontrolado dentro de un recipiente dañado. Se acercó al espejo y lo que vio casi no lo reconoció. La mitad de su cabello ahora era plateado. No un cambio gradual, sino una línea clara, como una cicatriz de magia pura que partía su identidad en dos. Y debajo de sus ojos, dos sombras oscuras, no solo de cansancio, sino de algo que la estaba drenando lentamente. "Esa mujer me hirió peor de lo que esperaba..." murmuró sin voz, sintiendo una punzada de algo que no era odio, pero tampoco perdón. "Mi torrente... ¿se quebró?" Sintió un estremecimiento, no por frío, sino por una ausencia: la conexión con algo más grande, ese flujo espiritual que siempre había sentido recorrerla, era ahora errático, quebrado como un río que ha cambiado de cauce. Tal vez “esa mujer” no buscaba matarla. Tal vez buscaba algo más profundo. Un castigo. Una advertencia. O una ruptura irreversible. El reflejo en el espejo parpadeó. Akane retrocedió un paso, sintiendo que la habitación se volvía más estrecha, sofocante. El mundo a su alrededor se oscureció. De pronto ya no estaba en su casa. Estaba de pie otra vez sobre el campo de batalla, envuelta en sombras deformes. Todo era familiar… pero torcido. El cielo estaba teñido de rojo oscuro. La figura delante de ella, esa mujer, no tenía rostro al principio. Solo una silueta alargada, con los ojos encendidos como brasas contenidas. La voz llegó distorsionada, como si viniera desde el fondo de un pozo: "Eres una híbrida." Pero no sonaba como una acusación, ni siquiera como una advertencia. Sonaba como una sentencia, una condena. "No abrazas tu legado… la sangre de los Ishtar fluye por ti como un veneno inútil..." La Akane de la visión intentó moverse, gritar, reaccionar… pero no pudo. Sus pies estaban clavados al suelo, su cuerpo se deshacía en hilos de energía blanca y plateada que se desvanecían en el aire. "No fue así," pensó con desesperación. "No lo dijo con ese odio. ¿O sí?" La silueta de su hermana se acercó, y por un instante, su rostro se definió. Tenía lágrimas en los ojos… o quizás era sangre. "Si no te doblegas, te romperás." Y entonces su mano atravesó su costado como una espada una vez más, pero esta vez Akane sintió cómo algo dentro de ella estallaba, como un cristal que se parte sin remedio. Volvió en sí, jadeando, de rodillas frente al espejo. El pecho ardía como un horno sellado. "¿Fue mi mente... o fue ella quien deseó romperme de verdad?". La pregunta quedó suspendida, como ceniza en el aire.
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  • Miraba la chimenea sin mirarla. No pensaba, o quizás sí. Había aprendido a quedarse quieta, a no preguntar, a no responder. Había aprendido que el fuego no es solo calor, sino frontera, y que a veces, lo que se quema no es madera.
    Miraba la chimenea sin mirarla. No pensaba, o quizás sí. Había aprendido a quedarse quieta, a no preguntar, a no responder. Había aprendido que el fuego no es solo calor, sino frontera, y que a veces, lo que se quema no es madera.
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