En lo profundo del bosque, en una noche iluminada solo por el fulgor de la luna llena, el aire parecía retenido por los árboles. El dosel era tan espeso que dejaba pasar apenas un puñado de hilos plateados, y esos destellos, en lugar de aliviar la oscuridad, la hacían parecer más densa, más expectante.
En un pequeño claro, se encontraba Elías. La luz lunar se reflejaba débilmente en la superficie lisa de su cráneo, dándole un brillo ominoso. A su alrededor, las zarzas serpenteaban despacio, como sombras palpando el suelo.
La verdadera forma de Elías se manifestó al fin. Parecía una bestia surgida de una pesadilla mal recordada, un animal inclinado sobre lo que ya no era más que una masa informe de carne. Tiempo atrás, ese cuerpo había sido un hombre; ahora solo quedaba el recuerdo de su mala fortuna al cruzarse con un demonio hambriento.
El pelaje de Elías, tan negro que parecía devorar la luz, ocultaba una figura delgada, casi cadavérica, que no hacía sino intensificar la impresión de que la oscuridad lo había moldeado a su antojo. Sus garras afiladas se hundían en la carne tibia, arrancando fragmentos que consumía con avidez. Era un hambre antigua, insondable, insaciable.
Cuando la sangre empapó el suelo hasta formar un charco espeso, algo dentro de él despertó. La consciencia regresó como un suspiro helado.
—Ah… ha vuelto a ocurrir —murmuró, su voz grave pero extrañamente calmada, tan fría como la noche que lo rodeaba.
Llevaba un collar del que colgaban plumas negras unidas por una cadena que parecía hecha de hueso pulido. Sobre su espalda descansaba una capa corta, ennegrecida y desgarrada, como si hubiera sobrevivido a demasiadas noches como esta.
Cualquiera que lo viera pensaría que había salido de un cuento mal contado o de una fábula retorcida que nunca debió relatarse. ¿Quizás una burla nacida de las emociones humanas? ¿O un recordatorio trágico de lo que alguna vez fue?
Elías se tensó de pronto. Sintió una presencia, una interrupción en el murmullo del bosque. Giró lentamente la cabeza. Sus ojos rojos, iluminados con intensidad, se fijaron en la densidad de la oscuridad.
Miró… y esperó.
Esperó a que aquello que lo observaba hiciera el primer movimiento.
ROL ABIERTO A CUALQUIERA.
En lo profundo del bosque, en una noche iluminada solo por el fulgor de la luna llena, el aire parecía retenido por los árboles. El dosel era tan espeso que dejaba pasar apenas un puñado de hilos plateados, y esos destellos, en lugar de aliviar la oscuridad, la hacían parecer más densa, más expectante.
En un pequeño claro, se encontraba Elías. La luz lunar se reflejaba débilmente en la superficie lisa de su cráneo, dándole un brillo ominoso. A su alrededor, las zarzas serpenteaban despacio, como sombras palpando el suelo.
La verdadera forma de Elías se manifestó al fin. Parecía una bestia surgida de una pesadilla mal recordada, un animal inclinado sobre lo que ya no era más que una masa informe de carne. Tiempo atrás, ese cuerpo había sido un hombre; ahora solo quedaba el recuerdo de su mala fortuna al cruzarse con un demonio hambriento.
El pelaje de Elías, tan negro que parecía devorar la luz, ocultaba una figura delgada, casi cadavérica, que no hacía sino intensificar la impresión de que la oscuridad lo había moldeado a su antojo. Sus garras afiladas se hundían en la carne tibia, arrancando fragmentos que consumía con avidez. Era un hambre antigua, insondable, insaciable.
Cuando la sangre empapó el suelo hasta formar un charco espeso, algo dentro de él despertó. La consciencia regresó como un suspiro helado.
—Ah… ha vuelto a ocurrir —murmuró, su voz grave pero extrañamente calmada, tan fría como la noche que lo rodeaba.
Llevaba un collar del que colgaban plumas negras unidas por una cadena que parecía hecha de hueso pulido. Sobre su espalda descansaba una capa corta, ennegrecida y desgarrada, como si hubiera sobrevivido a demasiadas noches como esta.
Cualquiera que lo viera pensaría que había salido de un cuento mal contado o de una fábula retorcida que nunca debió relatarse. ¿Quizás una burla nacida de las emociones humanas? ¿O un recordatorio trágico de lo que alguna vez fue?
Elías se tensó de pronto. Sintió una presencia, una interrupción en el murmullo del bosque. Giró lentamente la cabeza. Sus ojos rojos, iluminados con intensidad, se fijaron en la densidad de la oscuridad.
Miró… y esperó.
Esperó a que aquello que lo observaba hiciera el primer movimiento.
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Grupal
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Cualquier línea
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;; Chequen la nueva versión de su albina cubica favorita. Quizás les agrade o no porque prácticamente es como una dictadora en el mundo de minecraft xdddddddd
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VERSIONES ALTERNAS DE KIYO.
UNIVERSOS
JUJUTSU KAIZEN
En el universo de Jujutsu Kaizen, Kiyo (Kiyomi Kikuchi Gojo) de 16 años es una hija b4st4rd4 de un miembro del clan Gojo que se convirtió en una hechicera de segundo grado, en el Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Kioto.
NARUTO
En el universo de Naruto, Kiyo (Kiyomi Kukichi) es una chunin de 16...
A veces pienso en algo que me inquieta de una forma difícil de explicar:
la idea de que quizá el “yo” no sea algo real y fijo, sino solo una historia que mi mente se cuenta para no sentirse perdida. Como si cada versión de mí existiera solo por unos segundos antes de ser reemplazada por otra, que carga con los mismos recuerdos y por eso cree ser la misma persona.
Me aterra pensar que, en realidad, estoy muriendo y renaciendo constantemente sin darme cuenta, aferrándome a la ilusión de continuidad solo para no enfrentar el vacío de no tener una identidad permanente.
A veces pienso en algo que me inquieta de una forma difícil de explicar:
la idea de que quizá el “yo” no sea algo real y fijo, sino solo una historia que mi mente se cuenta para no sentirse perdida. Como si cada versión de mí existiera solo por unos segundos antes de ser reemplazada por otra, que carga con los mismos recuerdos y por eso cree ser la misma persona.
Me aterra pensar que, en realidad, estoy muriendo y renaciendo constantemente sin darme cuenta, aferrándome a la ilusión de continuidad solo para no enfrentar el vacío de no tener una identidad permanente.
El silencio se hacía cada día más presente en su mente.
Como quien se va apagando poco a poco.
Pero hoy... Su mente se inundó de pensamientos, quizás dándose cuenta de lo retorcido que puede ser el paso del tiempo.
Es cruel... O al menos, debería serlo.
No lo sabía, no lo entendía, pero algo en él sabía que era injusto.
¿Cuándo empezó a olvidar? Ni siquiera se dio cuenta hasta el momento en que trató de recordarla...
Esa sonrisa que lo alimentaba a diario.
Los orbes esmeralda en los que se reflejaba todas las mañanas.
La suave voz que llamaba su nombre... La única voz...
Es cruel... ¿Por qué no podía recordarla con claridad?
¿Por qué esa sonrisa parecía torcida cuando trataba de verla?
¿Por qué recordaba esos ojos tan... Vacíos?
¿Por qué el silencio se había adueñado de su voz?
Pero lo más doloroso era...
¿En qué momento dejó de importarle...?
Es cruel.
Una experiencia tan especial, tan única, reemplazada por la monotonía de la rutina que siempre había tenido.
Como quien se cambia de ropa de un día para otro...
Claro que es cruel, pero el paso del tiempo siempre lo fue... ¿No...?
El silencio se hacía cada día más presente en su mente.
Como quien se va apagando poco a poco.
Pero hoy... Su mente se inundó de pensamientos, quizás dándose cuenta de lo retorcido que puede ser el paso del tiempo.
Es cruel... O al menos, debería serlo.
No lo sabía, no lo entendía, pero algo en él sabía que era injusto.
¿Cuándo empezó a olvidar? Ni siquiera se dio cuenta hasta el momento en que trató de recordarla...
Esa sonrisa que lo alimentaba a diario.
Los orbes esmeralda en los que se reflejaba todas las mañanas.
La suave voz que llamaba su nombre... La única voz...
Es cruel... ¿Por qué no podía recordarla con claridad?
¿Por qué esa sonrisa parecía torcida cuando trataba de verla?
¿Por qué recordaba esos ojos tan... Vacíos?
¿Por qué el silencio se había adueñado de su voz?
Pero lo más doloroso era...
¿En qué momento dejó de importarle...?
Es cruel.
Una experiencia tan especial, tan única, reemplazada por la monotonía de la rutina que siempre había tenido.
Como quien se cambia de ropa de un día para otro...
Claro que es cruel, pero el paso del tiempo siempre lo fue... ¿No...?
No te has puesto a pensar que quizás somos una extraña coincidencia?... Digo, no es como que estuviéramos planeando encontrarnos, me entiendes? Sólo pasó por azar del destino... Tuve suerte...
No te has puesto a pensar que quizás somos una extraña coincidencia?... Digo, no es como que estuviéramos planeando encontrarnos, me entiendes? Sólo pasó por azar del destino... Tuve suerte...
//Quizá alguien... Le haya quitado toda la ropa que tenía en el armario y le haya dejado solo un traje de maid. No yo, por supuesto que no, yo no haría algo así. Jamás... Cofcofestámonísimocofcof
-Voy a matarte... Juro que voy a matarte...- Está cabreado y avergonzado a partes iguales.
//Quizá alguien... Le haya quitado toda la ropa que tenía en el armario y le haya dejado solo un traje de maid. No yo, por supuesto que no, yo no haría algo así. Jamás... Cofcofestámonísimocofcof
-Voy a matarte... Juro que voy a matarte...- Está cabreado y avergonzado a partes iguales.
Parece que en está epoca actual es anticuado respetar y proteger a la persona que estimas... que quieres... Ni siquiera me puedo concentrar con la música o el móvil ... Quizás, me equivoqué... Quizás, actue mal... Quizás, toda compañia y cariño es algo fugaz... Sólo queda la soledad y la añoranza. Tal vez, el destino lo quisó así...
Parece que en está epoca actual es anticuado respetar y proteger a la persona que estimas... que quieres... Ni siquiera me puedo concentrar con la música o el móvil ... Quizás, me equivoqué... Quizás, actue mal... Quizás, toda compañia y cariño es algo fugaz... Sólo queda la soledad y la añoranza. Tal vez, el destino lo quisó así...
Extraño a un amigo al cual.. siento que a veces llamo con el alma.
Y comprendo el cansancio que a de sentir y el como pudo rendirse ante quizá una cierta desilusión.
Lo siento como una pequeña tragedia, porque me recuerda a todos a los que se han ido.
Al final de cuentas todos están de paso, y nadie está para quedarse mucho tiempo o toda la vida... Y lo extraño demaciado.
Una persona realmente increíble, su forma de ser tan libre que me hacía reír y estar cómoda.
Pero su estancia conmigo termino y decidió no volver más, a pesar de haber tenido ideas juntos que no se pudieron llevar a cabo.
Realmente llevo un año o más aquí, y el echo de esas ausencias de tan maravillosas personas, me hacen sentir melancólica... Y extrañar todo de ellas.
No pido que me lleve Diosito verdad? Jaja pero... Suelo disfrutar de quienes están sin que se den cuenta, de lo tanto que me gusta su compañía.
Y aunque posiblemente no sea la más divertida todo el tiempo, disfruto de ello como disfrutar de un buen pan con relleno cremoso y suave por dentro, a la par de un chocolate caliente.
Disfruten del presente, como yo muchas veces disfruto de sus presencias.
Extraño a un amigo al cual.. siento que a veces llamo con el alma.
Y comprendo el cansancio que a de sentir y el como pudo rendirse ante quizá una cierta desilusión.
Lo siento como una pequeña tragedia, porque me recuerda a todos a los que se han ido.
Al final de cuentas todos están de paso, y nadie está para quedarse mucho tiempo o toda la vida... Y lo extraño demaciado.
Una persona realmente increíble, su forma de ser tan libre que me hacía reír y estar cómoda.
Pero su estancia conmigo termino y decidió no volver más, a pesar de haber tenido ideas juntos que no se pudieron llevar a cabo.
Realmente llevo un año o más aquí, y el echo de esas ausencias de tan maravillosas personas, me hacen sentir melancólica... Y extrañar todo de ellas.
No pido que me lleve Diosito verdad? Jaja pero... Suelo disfrutar de quienes están sin que se den cuenta, de lo tanto que me gusta su compañía.
Y aunque posiblemente no sea la más divertida todo el tiempo, disfruto de ello como disfrutar de un buen pan con relleno cremoso y suave por dentro, a la par de un chocolate caliente.
Disfruten del presente, como yo muchas veces disfruto de sus presencias.