• "Aun recuerdo sus palabras aquellas que pense nunca recordaria de nuevo."
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  • El cielo se partió sin aviso.

    No hubo señales, ni advertencias, solo un desgarrón brutal en la quietud del firmamento, como si el universo mismo hubiera decidido sangrar. Nival apenas tuvo tiempo de reaccionar. Portales destellaron a su alrededor, escudos improvisados de energía pura para desviar los primeros embates. Pero no era suficiente.

    El caos cayó como un velo sobre el lugar en el que se habían refugiado. Una dimensión discreta, pequeña, un rincón donde pensaron estar a salvo. Qué ingenuo había sido.

    Las sombras de **Sramm** se deslizaron primero, silenciosas, letales, sus cuchillas surcando el aire sin hacer ruido, segando a cualquier criatura que se moviera. Luego, el fuego corrompido de **Ugiknak** devoró todo lo que tocaba, un hambre viva, una rabia antigua que ardía sin razón.

    Nival jadeaba mientras corría, abriendo portales, creando rutas de escape que se cerraban apenas pasaba por ellas. Su capa ondeaba tras de sí, su traje azul marino cubierto de ceniza y sudor. Había gritado el nombre de Kaelis varias veces, sin respuesta.

    "Esto no fue un castigo", pensaba con amargura.
    "Fue un mensaje."

    Una advertencia cruel de los dioses.
    "¿Creen que somos una amenaza? ¿Nos temen tanto como para enviarnos su furia sin provocación?"

    Nival recordaba a su madre. Recordaba la calidez de su abrazo. Recordaba las palabras dulces que alguna vez los cobijaron.

    “Ustedes son muy especiales.”

    Pero esas palabras parecían tan lejanas ahora, tan distantes de esta realidad fragmentada y teñida de destrucción.
    La tierra temblaba bajo sus pies, y aún así, él se negaba a caer.

    "¿Fue un error huir todo este tiempo? ¿Fue un error no enfrentarlos antes? ¿Y si… y si ya no quedan más Eliatropes? ¿Que le hicieron a Kaelis?"

    El aire era espeso, viciado. La energía estaba distorsionada. Algo en él tembló por dentro. Una punzada de miedo, real, crudo, como no había sentido desde niño.

    Se detuvo un momento, sobre una colina destruida, la vista panorámica mostrando un mundo en ruinas. Respiró hondo, con el corazón golpeando en su pecho como si quisiera escapar también.

    Y con la voz quebrada por la angustia, murmuró:

    **—¿Dónde estás, hermano…?**
    El cielo se partió sin aviso. No hubo señales, ni advertencias, solo un desgarrón brutal en la quietud del firmamento, como si el universo mismo hubiera decidido sangrar. Nival apenas tuvo tiempo de reaccionar. Portales destellaron a su alrededor, escudos improvisados de energía pura para desviar los primeros embates. Pero no era suficiente. El caos cayó como un velo sobre el lugar en el que se habían refugiado. Una dimensión discreta, pequeña, un rincón donde pensaron estar a salvo. Qué ingenuo había sido. Las sombras de **Sramm** se deslizaron primero, silenciosas, letales, sus cuchillas surcando el aire sin hacer ruido, segando a cualquier criatura que se moviera. Luego, el fuego corrompido de **Ugiknak** devoró todo lo que tocaba, un hambre viva, una rabia antigua que ardía sin razón. Nival jadeaba mientras corría, abriendo portales, creando rutas de escape que se cerraban apenas pasaba por ellas. Su capa ondeaba tras de sí, su traje azul marino cubierto de ceniza y sudor. Había gritado el nombre de Kaelis varias veces, sin respuesta. "Esto no fue un castigo", pensaba con amargura. "Fue un mensaje." Una advertencia cruel de los dioses. "¿Creen que somos una amenaza? ¿Nos temen tanto como para enviarnos su furia sin provocación?" Nival recordaba a su madre. Recordaba la calidez de su abrazo. Recordaba las palabras dulces que alguna vez los cobijaron. “Ustedes son muy especiales.” Pero esas palabras parecían tan lejanas ahora, tan distantes de esta realidad fragmentada y teñida de destrucción. La tierra temblaba bajo sus pies, y aún así, él se negaba a caer. "¿Fue un error huir todo este tiempo? ¿Fue un error no enfrentarlos antes? ¿Y si… y si ya no quedan más Eliatropes? ¿Que le hicieron a Kaelis?" El aire era espeso, viciado. La energía estaba distorsionada. Algo en él tembló por dentro. Una punzada de miedo, real, crudo, como no había sentido desde niño. Se detuvo un momento, sobre una colina destruida, la vista panorámica mostrando un mundo en ruinas. Respiró hondo, con el corazón golpeando en su pecho como si quisiera escapar también. Y con la voz quebrada por la angustia, murmuró: **—¿Dónde estás, hermano…?**
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  • The Bloody Coffee - The Meeting
    Fandom Jujutsu Kaisen/Original.
    Categoría Slice of Life
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cafetería Nébula, 2:03 a. m.
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Colorado, USA.

    ⠀⠀Una nevada fina golpeaba los ventanales como dedos impacientes. El vapor de las tazas flotaba en el aire, trazando formas efímeras que a Tascio le resultaban... familiares.

    ⠀⠀Estaba sentado al fondo, donde la luz era más tenue y la soledad, más cómoda. Su abrigo oscuro colgaba como una sombra más de su silueta. Frente a él, un café negro apenas tocado, y un cuaderno lleno de garabatos, sellos, y palabras que no pronunciaba desde hacía semanas. Mucha simbología perdida, incluso en la portada, hasta pequeños garabatos en la mesa, mostrando lo desordenado de sus pensamientos, obsesivo de su objetivo.

    ⠀⠀La ciudad dormía. Pero él no. La noche es joven.

    ⠀⠀Sintió el cambio antes de oírlo: una presión sutil, como si el aire se doblara para no tocar algo.
    ⠀⠀El timbre de la puerta ni siquiera sonó. No se escucharon pasos, solo la tenue luz del local pudo dar la imagen que daba origen a esa atmósfera. Una mujer, de buenas proporciones, ojos cuales rubíes, y esa caballera negra lisa, con los bordados de la luz sobre ella, similar al estrellado cielo.

    ⠀⠀La vio entrar. E inmediatamente supo que lo natural había sido pateado por la puerta, el de ojos malva miró a la mujer, detenidamente. Da igual si se diera cuenta, le fascinaba y de alguna manera, quería que ella lo supiera.

    ⠀⠀El aura que emitía esa mujer era maleficio puro. Abrazaba su figura como un vestido aterciopelado, elegante, distinto a cualquier tela.

    ⠀⠀Sonrió, sin levantar la vista del cuaderno. El cual cerró.

    ⠀⠀Alzó la cabeza, y con el ánimo de alguien que invita a lo prohibido, con un temple indemne se acercó, su figura musculada entonces cortó cualquier distancia e... ¡Invadió su espacio personal!
    ⠀⠀⸻ "¿De dónde eres?¿qué eres?¿cómo te llamas?¿te gustan los wafles?" ⸻ Incluso la sacudió brevemente. Ahora, su expresión parecía la de un fanático obsesivo.

    ⠀⠀Aquella criatura de la noche había despertado algo terrorífico con su mera presencia: el fanatismo de un adicto a la mitología.

    𝙀𝙢𝙚𝙢 𝙇𝙤𝙪𝙞𝙨
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cafetería Nébula, 2:03 a. m. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Colorado, USA. ⠀⠀Una nevada fina golpeaba los ventanales como dedos impacientes. El vapor de las tazas flotaba en el aire, trazando formas efímeras que a Tascio le resultaban... familiares. ⠀⠀Estaba sentado al fondo, donde la luz era más tenue y la soledad, más cómoda. Su abrigo oscuro colgaba como una sombra más de su silueta. Frente a él, un café negro apenas tocado, y un cuaderno lleno de garabatos, sellos, y palabras que no pronunciaba desde hacía semanas. Mucha simbología perdida, incluso en la portada, hasta pequeños garabatos en la mesa, mostrando lo desordenado de sus pensamientos, obsesivo de su objetivo. ⠀⠀La ciudad dormía. Pero él no. La noche es joven. ⠀⠀Sintió el cambio antes de oírlo: una presión sutil, como si el aire se doblara para no tocar algo. ⠀⠀El timbre de la puerta ni siquiera sonó. No se escucharon pasos, solo la tenue luz del local pudo dar la imagen que daba origen a esa atmósfera. Una mujer, de buenas proporciones, ojos cuales rubíes, y esa caballera negra lisa, con los bordados de la luz sobre ella, similar al estrellado cielo. ⠀⠀La vio entrar. E inmediatamente supo que lo natural había sido pateado por la puerta, el de ojos malva miró a la mujer, detenidamente. Da igual si se diera cuenta, le fascinaba y de alguna manera, quería que ella lo supiera. ⠀⠀El aura que emitía esa mujer era maleficio puro. Abrazaba su figura como un vestido aterciopelado, elegante, distinto a cualquier tela. ⠀⠀Sonrió, sin levantar la vista del cuaderno. El cual cerró. ⠀⠀Alzó la cabeza, y con el ánimo de alguien que invita a lo prohibido, con un temple indemne se acercó, su figura musculada entonces cortó cualquier distancia e... ¡Invadió su espacio personal! ⠀⠀⸻ "¿De dónde eres?¿qué eres?¿cómo te llamas?¿te gustan los wafles?" ⸻ Incluso la sacudió brevemente. Ahora, su expresión parecía la de un fanático obsesivo. ⠀⠀Aquella criatura de la noche había despertado algo terrorífico con su mera presencia: el fanatismo de un adicto a la mitología. ⠀ [EmemL0uis]
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  • —HOLAA!,vengo en busca de un nuevo rol,basado en la fantasía y realeza, vengo en busca de una personita que pueda manejar a un ACTIVO,para mí femenina.

    [Magia][Hetero][Realeza][Amor prohibido][Fantasía][Mu3rt3s]

    𝑪𝑰𝑪𝑳𝑶 𝑫𝑬𝑳 𝑨𝑳𝑴𝑨

    𝑬𝑳 𝑹𝑬𝑰𝑵𝑶 𝑫𝑬 𝑳𝒀𝑻𝑯𝑨𝑹𝑬𝑳

    En un mundo antiguo donde la magia fluye como sangre en las venas del mundo, se alza el reino de Lytharel, un lugar bendecido por los cielos pero corroído por el miedo a la profecía del eclipse. Según los antiguos textos, una princesa de cabello blanco como la luna y ojos como el hielo nacería para cambiar el destino del mundo: o lo salvaría… o lo destruiría.

    Esa princesa es 𝑨𝒌𝒌𝒐, una joven de belleza etérea, marcada por su albinismo y su conexión inusual con la magia. Criada entre muros fríos, rituales y secretos, 𝑨𝒌𝒌𝒐 crece sintiéndose más prisionera que heredera. Su única compañía sincera es su caballero personal, Sir 𝑪𝒂𝒆𝒍𝒂𝒏 𝑽𝒂𝒍𝒕𝒐𝒓, un joven guerrero de origen humilde, valiente, noble y silencioso, cuya espada ha salvado a la princesa 𝐧̃𝐧̃en más de una ocasión… pero cuyo corazón es su mayor vulnerabilidad.

    El amor florece en secreto..En miradas robadas, en caricias fugaces, en sueños compartidos bajo lunas gemelas. Sin embargo, su amor está prohibido: un caballero no puede tocar lo que debe proteger. Y cuando el Rey y la Corte de Magos descubren lo que hay entre ellos, toman una decisión terrible: sacrificar a 𝑨𝒌𝒌𝒐 para purgar la maldición profética.

    𝑪𝒂𝒆𝒍𝒂𝒏, no podia sentirse capaz de enfrentar la muerte pública de la mujer que ama, elige una salida imposible. En un acto desesperado y trágico, la lleva lejos del castillo, la hace prometer que se amarán más allá del tiempo, y la mata con sus propias manos para evitarle un final cruel. Luego, con el corazón roto, se quita la vida en el altar del bosque, susurrando una promesa: "𝐑𝐞𝐧𝐚𝐜𝐞𝐫𝐞́… 𝐲 𝐭𝐞 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚𝐫𝐞́."

    La luna sangra esa noche. Y el reino cae tiempo después en una guerra que cumple lo que tanto temieron. Tras su muerte fueron reconocidos como los 𝐇𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐄𝐜𝐥𝐢𝐩𝐬𝐞.

    ꨄ︎ 𝐄𝐋 𝐌𝐔𝐍𝐃𝐎 𝐌𝐎𝐃𝐄𝐑𝐍𝐎ꨄ︎

    Año actual...Ciudad de Seraphim. 𝐀𝐤𝐢𝐤𝐨 𝐒𝐨𝐫𝐚 es una joven pelirroja de clase media, de mirada intensa y espíritu inquieto. Trabaja como mesera en una cafetería mientras estudia arte. Tiene una extraña sensibilidad a la luna llena, y sueños recurrentes de una princesa, un caballero… y una traición.

    Desde niña ha sentido que no pertenece del todo a este mundo. Su alma parece más vieja de lo que debería. Y su corazón guarda un hueco inexplicable.

    𝐂𝐚𝐞𝐥 𝐃𝐨𝐫𝐢𝐚𝐧...Un empresario joven, millonario, carismático pero atormentado. Dueño de una cadena tecnológica, es famoso por su brillantez… y por su incapacidad de conectar con nadie emocionalmente. Hasta que la ve a ella.

    El encuentro es casual, casi ridículo ella tropieza, él la ayudo para que no se lastimara. Sus manos se tocaron. Y los recuerdos empiezan a regresar. Vagos al principio, sueños que se entrelazan, sensaciones de haber estado ya en los brazos del otro, palabras que se escapan como si fueran ecos de otra vida.

    Pero el amor no es fácil. 𝐀𝐤𝐢𝐤𝐨 desconfía de 𝐂𝐚𝐞𝐥 al principio, se resiste a la atracción que la consume. Él lucha entre el deseo de protegerla… y el miedo de repetir su error. Ambos sienten que algo más los observa. Una presencia, una sombra del pasado que no quiere que se reencuentren.

    Desde que empezaron a estar más tiempo juntos,hubo algo que los cambio para siempre;un embarazo,uno que no lograron en su primera vida.

    ౨ৎ˚₊ ‧₊˚ ⋅ ~

    Esta historia obtendrá tantos conflictos, personajes secundarios que tratarán de separar a la pareja,abandono en el altar,desconfianza tanto como secuestros.

    BUSCO Y OFREZCO.
    —el rol puede ser tanto en WhatsApp como en Messenger.
    —Realmente me gustaría que el rol las respuestas sean largas,mínimo de 5 líneas maximamente hasta donde de tu inspiración.
    —Aportaciones para que el rol sea de la comodidad de ambos
    —no pido ortografía muy buena,pero al menos que sea entendible.
    —para mi la edad no importa pero me gustaría que sean de 14 años para arriba.
    —Avisar si en algún momento llegamos a ausentarnos al responder.
    —cuando estoy más conectada mayormente es por la mañana y la noche.
    —HOLAA!,vengo en busca de un nuevo rol,basado en la fantasía y realeza, vengo en busca de una personita que pueda manejar a un ACTIVO,para mí femenina. [Magia][Hetero][Realeza][Amor prohibido][Fantasía][Mu3rt3s] 𝑪𝑰𝑪𝑳𝑶 𝑫𝑬𝑳 𝑨𝑳𝑴𝑨 𝑬𝑳 𝑹𝑬𝑰𝑵𝑶 𝑫𝑬 𝑳𝒀𝑻𝑯𝑨𝑹𝑬𝑳 En un mundo antiguo donde la magia fluye como sangre en las venas del mundo, se alza el reino de Lytharel, un lugar bendecido por los cielos pero corroído por el miedo a la profecía del eclipse. Según los antiguos textos, una princesa de cabello blanco como la luna y ojos como el hielo nacería para cambiar el destino del mundo: o lo salvaría… o lo destruiría. Esa princesa es 𝑨𝒌𝒌𝒐, una joven de belleza etérea, marcada por su albinismo y su conexión inusual con la magia. Criada entre muros fríos, rituales y secretos, 𝑨𝒌𝒌𝒐 crece sintiéndose más prisionera que heredera. Su única compañía sincera es su caballero personal, Sir 𝑪𝒂𝒆𝒍𝒂𝒏 𝑽𝒂𝒍𝒕𝒐𝒓, un joven guerrero de origen humilde, valiente, noble y silencioso, cuya espada ha salvado a la princesa 𝐧̃𝐧̃en más de una ocasión… pero cuyo corazón es su mayor vulnerabilidad. El amor florece en secreto..En miradas robadas, en caricias fugaces, en sueños compartidos bajo lunas gemelas. Sin embargo, su amor está prohibido: un caballero no puede tocar lo que debe proteger. Y cuando el Rey y la Corte de Magos descubren lo que hay entre ellos, toman una decisión terrible: sacrificar a 𝑨𝒌𝒌𝒐 para purgar la maldición profética. 𝑪𝒂𝒆𝒍𝒂𝒏, no podia sentirse capaz de enfrentar la muerte pública de la mujer que ama, elige una salida imposible. En un acto desesperado y trágico, la lleva lejos del castillo, la hace prometer que se amarán más allá del tiempo, y la mata con sus propias manos para evitarle un final cruel. Luego, con el corazón roto, se quita la vida en el altar del bosque, susurrando una promesa: "𝐑𝐞𝐧𝐚𝐜𝐞𝐫𝐞́… 𝐲 𝐭𝐞 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚𝐫𝐞́." La luna sangra esa noche. Y el reino cae tiempo después en una guerra que cumple lo que tanto temieron. Tras su muerte fueron reconocidos como los 𝐇𝐢𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐄𝐜𝐥𝐢𝐩𝐬𝐞. ꨄ︎ 𝐄𝐋 𝐌𝐔𝐍𝐃𝐎 𝐌𝐎𝐃𝐄𝐑𝐍𝐎ꨄ︎ Año actual...Ciudad de Seraphim. 𝐀𝐤𝐢𝐤𝐨 𝐒𝐨𝐫𝐚 es una joven pelirroja de clase media, de mirada intensa y espíritu inquieto. Trabaja como mesera en una cafetería mientras estudia arte. Tiene una extraña sensibilidad a la luna llena, y sueños recurrentes de una princesa, un caballero… y una traición. Desde niña ha sentido que no pertenece del todo a este mundo. Su alma parece más vieja de lo que debería. Y su corazón guarda un hueco inexplicable. 𝐂𝐚𝐞𝐥 𝐃𝐨𝐫𝐢𝐚𝐧...Un empresario joven, millonario, carismático pero atormentado. Dueño de una cadena tecnológica, es famoso por su brillantez… y por su incapacidad de conectar con nadie emocionalmente. Hasta que la ve a ella. El encuentro es casual, casi ridículo ella tropieza, él la ayudo para que no se lastimara. Sus manos se tocaron. Y los recuerdos empiezan a regresar. Vagos al principio, sueños que se entrelazan, sensaciones de haber estado ya en los brazos del otro, palabras que se escapan como si fueran ecos de otra vida. Pero el amor no es fácil. 𝐀𝐤𝐢𝐤𝐨 desconfía de 𝐂𝐚𝐞𝐥 al principio, se resiste a la atracción que la consume. Él lucha entre el deseo de protegerla… y el miedo de repetir su error. Ambos sienten que algo más los observa. Una presencia, una sombra del pasado que no quiere que se reencuentren. Desde que empezaron a estar más tiempo juntos,hubo algo que los cambio para siempre;un embarazo,uno que no lograron en su primera vida. ౨ৎ˚₊ ‧₊˚ 🍓 ⋅ ~ Esta historia obtendrá tantos conflictos, personajes secundarios que tratarán de separar a la pareja,abandono en el altar,desconfianza tanto como secuestros. BUSCO Y OFREZCO. —el rol puede ser tanto en WhatsApp como en Messenger. —Realmente me gustaría que el rol las respuestas sean largas,mínimo de 5 líneas maximamente hasta donde de tu inspiración. —Aportaciones para que el rol sea de la comodidad de ambos —no pido ortografía muy buena,pero al menos que sea entendible. —para mi la edad no importa pero me gustaría que sean de 14 años para arriba. —Avisar si en algún momento llegamos a ausentarnos al responder. —cuando estoy más conectada mayormente es por la mañana y la noche.
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  • Caminó por calles donde los rostros no miraban hacia el cielo, sino hacia las pantallas. Donde los silencios pesaban más que las palabras. Donde los corazones latían por costumbre.

    Entonces lo vio.

    Un edificio entre ruinas y edificios de cristal: El Teatro de Humanis. No era lujoso ni antiguo. Era vivo. En su fachada no había títulos, solo una frase escrita con tiza blanca:

    "Aquí se representan los humanos tal como son, sin disfraces, sin ensayos."

    No había actores. Solo una tarima desnuda y butacas llenas. El público no aplaudía, no murmuraba. Solo observaba. En el escenario, una mujer lloraba en silencio mientras se maquillaba frente a un espejo roto. Luego, un niño buscaba a su padre entre sombras. Después, un hombre gritaba en la oscuridad palabras que nadie entendía. Una anciana bailaba con la sombra de su juventud. Un adolescente leía en voz alta su lista de miedos.

    Nadie fingía. Nadie actuaba. Eran reales.

    Morfeo comprendió: no era teatro actuado, sino revelado. Cada noche, el escenario elegía a un humano entre el público y mostraba su interior, sin filtros. El alma desnuda. La emoción cruda.

    Y nadie se burlaba. Nadie huía.

    Porque en el Teatro de Humanis, todos sabían que mañana podría ser su turno.

    Morfeo se sentó entre ellos, invisible. Por primera vez en eones, no trajo sueños, sino que se llevó uno. Uno real. Uno humano.
    Caminó por calles donde los rostros no miraban hacia el cielo, sino hacia las pantallas. Donde los silencios pesaban más que las palabras. Donde los corazones latían por costumbre. Entonces lo vio. Un edificio entre ruinas y edificios de cristal: El Teatro de Humanis. No era lujoso ni antiguo. Era vivo. En su fachada no había títulos, solo una frase escrita con tiza blanca: "Aquí se representan los humanos tal como son, sin disfraces, sin ensayos." No había actores. Solo una tarima desnuda y butacas llenas. El público no aplaudía, no murmuraba. Solo observaba. En el escenario, una mujer lloraba en silencio mientras se maquillaba frente a un espejo roto. Luego, un niño buscaba a su padre entre sombras. Después, un hombre gritaba en la oscuridad palabras que nadie entendía. Una anciana bailaba con la sombra de su juventud. Un adolescente leía en voz alta su lista de miedos. Nadie fingía. Nadie actuaba. Eran reales. Morfeo comprendió: no era teatro actuado, sino revelado. Cada noche, el escenario elegía a un humano entre el público y mostraba su interior, sin filtros. El alma desnuda. La emoción cruda. Y nadie se burlaba. Nadie huía. Porque en el Teatro de Humanis, todos sabían que mañana podría ser su turno. Morfeo se sentó entre ellos, invisible. Por primera vez en eones, no trajo sueños, sino que se llevó uno. Uno real. Uno humano.
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  • El amor... Es tan bueno cuando está... Es tan doloroso y destructivo cuando se va... Yo lo amaba... Lo amaba tanto que las palabras no serían suficientes para expresar lo que sentía... Pensé en un futuro con el... Pero ahora se fue... ¿Como puedo seguir? Si siento un dolor en el corazón que me desgarra la vida, que me mata y me destruye... ¿Como puedo siquiera pensar en el futuro si todo mi futuro estaba con el?... Yo no merezco esto...
    El amor... Es tan bueno cuando está... Es tan doloroso y destructivo cuando se va... Yo lo amaba... Lo amaba tanto que las palabras no serían suficientes para expresar lo que sentía... Pensé en un futuro con el... Pero ahora se fue... ¿Como puedo seguir? Si siento un dolor en el corazón que me desgarra la vida, que me mata y me destruye... ¿Como puedo siquiera pensar en el futuro si todo mi futuro estaba con el?... Yo no merezco esto...
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  • Humanos...

    Tan ruidosos en su dolor, tan silenciosos cuando destruyen.
    Los he visto amar como quien colecciona flores marchitas,
    tomando lo bello solo para ver cómo se pudre entre sus dedos.

    Dicen buscar algo eterno…
    y sin embargo, cambian de afecto como de abrigo en invierno.
    El amor, la lealtad, la pasión—
    palabras grandes para almas que no duran ni una estación.

    Mienten, incluso cuando creen ser sinceros.
    Juran con labios temblorosos, sin saber que el eco de sus promesas
    muere antes que el aire que las transporta.

    Y aún así, tiemblan cuando sienten el acero de mis tijeras cerca,
    como si no supieran que fueron ellos mismos quienes cortaron
    una y otra vez, los lazos que suplicaban conservar.

    Efímeros.
    Rotos.
    Predecibles.

    No hay arte en sus despedidas,
    solo abandono vestido de justificación.
    Solo vacío con perfume de “no era el momento”.

    Qué patético es buscar algo solo para soltarlo.
    Qué inútil es querer solo a medias,
    cuando el fin siempre llega… y a veces, lleva mi nombre.
    Humanos... Tan ruidosos en su dolor, tan silenciosos cuando destruyen. Los he visto amar como quien colecciona flores marchitas, tomando lo bello solo para ver cómo se pudre entre sus dedos. Dicen buscar algo eterno… y sin embargo, cambian de afecto como de abrigo en invierno. El amor, la lealtad, la pasión— palabras grandes para almas que no duran ni una estación. Mienten, incluso cuando creen ser sinceros. Juran con labios temblorosos, sin saber que el eco de sus promesas muere antes que el aire que las transporta. Y aún así, tiemblan cuando sienten el acero de mis tijeras cerca, como si no supieran que fueron ellos mismos quienes cortaron una y otra vez, los lazos que suplicaban conservar. Efímeros. Rotos. Predecibles. No hay arte en sus despedidas, solo abandono vestido de justificación. Solo vacío con perfume de “no era el momento”. Qué patético es buscar algo solo para soltarlo. Qué inútil es querer solo a medias, cuando el fin siempre llega… y a veces, lleva mi nombre.
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  • — Algo que estoy dispuesto a enseñarle a mi pequeña, es a crear su propia esencia y no cambiarla por nadie, que brille con su propio fuego, aunque los demás jamás entiendan cómo funciona. Que se vale mirar a tras y reflexionar en cómo pudo hacer las cosas diferentes, eso se que la hará mucho mejor persona de lo que soy yo. Ya que aunque tarde he aprendido mi lección, no fiarme de nadie, ni siquiera por las palabras más bellas, las palabras se las lleva el viento, las acciones bueno esas permanecerán siempre.—
    — Algo que estoy dispuesto a enseñarle a mi pequeña, es a crear su propia esencia y no cambiarla por nadie, que brille con su propio fuego, aunque los demás jamás entiendan cómo funciona. Que se vale mirar a tras y reflexionar en cómo pudo hacer las cosas diferentes, eso se que la hará mucho mejor persona de lo que soy yo. Ya que aunque tarde he aprendido mi lección, no fiarme de nadie, ni siquiera por las palabras más bellas, las palabras se las lleva el viento, las acciones bueno esas permanecerán siempre.—
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  • La noche era serena en aquel pequeño planeta olvidado, cubierto de hierba plateada que brillaba bajo la luz de dos lunas tenues. Kaelis, sentado en una colina solitaria, contemplaba el cielo sin hablar. Sus alas estaban plegadas, la cola reposaba sobre el suelo y sus ojos morados, normalmente tranquilos, hoy parecían ligeramente húmedos, perdidos en una imagen que sólo él podía ver.

    Recordó el calor de un nido improvisado entre raíces y musgo, bajo la protección de una cúpula tejida por los Sadidas. Él y Nival, apenas eclosionados, eran dos pequeñas figuras envueltas en mantas gruesas. Nival dormía profundamente, su gorro ladeado cubriéndole media cara, una pequeña sonrisa en los labios. Kaelis, más pequeño (sorprendentemente), lo trataba de rodear con un ala instintivamente, como si incluso entonces ya supiera que debía protegerlo.

    En aquel recuerdo, Nival murmuraba en sueños cosas sin sentido, palabras dulces y risueñas que provocaban que Kaelis sonriera, aún con los ojos cerrados. Era una calma imposible de replicar, un momento en el que el universo parecía detenido. Ningún dios, ningún peligro, solo ellos dos… hermanos, nacidos del mismo error, del mismo milagro.

    Kaelis cerró los ojos, dejando que el viento de la colina le acariciara el rostro. Y por un instante, el silencio de la noche le trajo de vuelta el murmullo de ese sueño lejano, y el calor de su hermano junto a él.

    —A veces, quisiera volver a ese momento… —susurró, apenas audible, antes de alzar la mirada al firmamento estrellado, donde aún buscaba respuestas que tal vez nunca llegarían.
    La noche era serena en aquel pequeño planeta olvidado, cubierto de hierba plateada que brillaba bajo la luz de dos lunas tenues. Kaelis, sentado en una colina solitaria, contemplaba el cielo sin hablar. Sus alas estaban plegadas, la cola reposaba sobre el suelo y sus ojos morados, normalmente tranquilos, hoy parecían ligeramente húmedos, perdidos en una imagen que sólo él podía ver. Recordó el calor de un nido improvisado entre raíces y musgo, bajo la protección de una cúpula tejida por los Sadidas. Él y Nival, apenas eclosionados, eran dos pequeñas figuras envueltas en mantas gruesas. Nival dormía profundamente, su gorro ladeado cubriéndole media cara, una pequeña sonrisa en los labios. Kaelis, más pequeño (sorprendentemente), lo trataba de rodear con un ala instintivamente, como si incluso entonces ya supiera que debía protegerlo. En aquel recuerdo, Nival murmuraba en sueños cosas sin sentido, palabras dulces y risueñas que provocaban que Kaelis sonriera, aún con los ojos cerrados. Era una calma imposible de replicar, un momento en el que el universo parecía detenido. Ningún dios, ningún peligro, solo ellos dos… hermanos, nacidos del mismo error, del mismo milagro. Kaelis cerró los ojos, dejando que el viento de la colina le acariciara el rostro. Y por un instante, el silencio de la noche le trajo de vuelta el murmullo de ese sueño lejano, y el calor de su hermano junto a él. —A veces, quisiera volver a ese momento… —susurró, apenas audible, antes de alzar la mirada al firmamento estrellado, donde aún buscaba respuestas que tal vez nunca llegarían.
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  • Flotando en el lago, Mair estaba completamente desnudo, abrazado solo por algunas plantas marinas.

    —No quiero volver a desnudarme, no por el cuerpo, sino por el alma.
    No quiero abrirme otra vez como lo hice contigo, porque me dejaste con más dudas que abrazos.

    Mientras los peces lo rodeaban, actuando como los únicos testigos de sus palabras.

    —Y sí, cuesta olvidarte, pero es más por lo malo que por lo bueno.
    Sé que todavía sigues mis pisadas, como si esperaras encontrar algo de lo que perdiste, pero ya no voy a detenerme.

    Pero sus ojos se iluminarían, porque quien decide es él, nadie más, y ya está cansado de correr.

    —Voy hacia algo mejor, y aunque tenga que ser vulnerable otra vez, prefiero arriesgarme a amar de verdad que quedarme temiendo un pasado que ya no me define.
    Flotando en el lago, Mair estaba completamente desnudo, abrazado solo por algunas plantas marinas. —No quiero volver a desnudarme, no por el cuerpo, sino por el alma. No quiero abrirme otra vez como lo hice contigo, porque me dejaste con más dudas que abrazos. Mientras los peces lo rodeaban, actuando como los únicos testigos de sus palabras. —Y sí, cuesta olvidarte, pero es más por lo malo que por lo bueno. Sé que todavía sigues mis pisadas, como si esperaras encontrar algo de lo que perdiste, pero ya no voy a detenerme. Pero sus ojos se iluminarían, porque quien decide es él, nadie más, y ya está cansado de correr. —Voy hacia algo mejor, y aunque tenga que ser vulnerable otra vez, prefiero arriesgarme a amar de verdad que quedarme temiendo un pasado que ya no me define.
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