• "Ssssddhhh... sssddfffhhh... sscchhhffff..."

    Balbuceos, ligeros ruidillos salen de su boca mientras su ojo, concentrado y el unico descubierto a traves de vendas frescas, yace fijo sobre una pagina de orillas chamuscadas y de un libro con caras negras, solo adornado por una cruz plateada en la portada. Entonces, el volumen y la claridad aumentan en la lectura. La cadencia y el timbre de su voz disminuye.

    - El camino del hombre recto esta por todos lados, rodeado por las injusticias de los egoistas y la tirania de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor, que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los debiles del valle de la oscuridad. Porque el es el verdadero guardian de su hermano, y el descubridor de los niños perdidos. Y les aseguro que vendre a castigar con gran venganza y furiosa colera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos. Y tu sabras que mi nombre es Yahve, cuando caiga mi venganza sobre ti... - Y se detiene, mira hacia arriba reflexivo alejando la atencion del texto hasta que cruza la mirada con alguien.
    "Ssssddhhh... sssddfffhhh... sscchhhffff..." Balbuceos, ligeros ruidillos salen de su boca mientras su ojo, concentrado y el unico descubierto a traves de vendas frescas, yace fijo sobre una pagina de orillas chamuscadas y de un libro con caras negras, solo adornado por una cruz plateada en la portada. Entonces, el volumen y la claridad aumentan en la lectura. La cadencia y el timbre de su voz disminuye. - El camino del hombre recto esta por todos lados, rodeado por las injusticias de los egoistas y la tirania de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor, que en nombre de la caridad y de la buena voluntad saque a los debiles del valle de la oscuridad. Porque el es el verdadero guardian de su hermano, y el descubridor de los niños perdidos. Y les aseguro que vendre a castigar con gran venganza y furiosa colera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos. Y tu sabras que mi nombre es Yahve, cuando caiga mi venganza sobre ti... - Y se detiene, mira hacia arriba reflexivo alejando la atencion del texto hasta que cruza la mirada con alguien.
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  • Llevo oscuridad dentro de mi .....


    https://youtu.be/SBcilyuFOYI?si=YG-bZoz5MFdrK9oM
    Llevo oscuridad dentro de mi ..... https://youtu.be/SBcilyuFOYI?si=YG-bZoz5MFdrK9oM
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  • #MonoRol | La ira de una infancia rota

    Habían pasado aproximadamente dos meses desde la muerte de su madre, y la pequeña Illyiv estaba sentada sobre el pasto seco, mirando la calle frente a ella a través de la reja de la puerta del orfanato al que la habían transferido. El aire estaba cargado con el olor a tierra y hojas secas, y el sol del ocaso bañaba su pálida piel creando reflejos cálidos en ella. A través de la reja, el mundo exterior parecía tan cercano, y a su vez, inalcanzable. Mientras observaba a los transeúntes y los vehículos pasar, un pensamiento sombrío cruzó su mente: "Nunca salí de la prisión, la prisión simplemente cambió de lugar."

    El orfanato era un lugar sombrío y frio, las paredes eran grises y los pasillos eran largos y oscuros. Las habitaciones eran pequeñas y desprovistas de decoración, le recordaban a las habitaciones de la casa en la que había vivido, lo que reforzaba la sensación de estar en una prisión. La rutina diaria era estricta, con horarios rígidos para comer, dormir y realizar actividades. Cada día se desarrollaba con una monotonía agotadora, Illyiv se sentía atrapada y sin control sobre su propia vida.

    En los primeros días, trató de mantenerse apartada de los otros niños. Había pasado tanto tiempo encerrada en casa que no estaba acostumbrada a socializar, en tiempos pasados había ansiado poder compartir con otros niños y tener amigos, pero ahora aquellas ganas se habían desvanecido por completo. El vacío que inundaba cada rincón de su ser la hacían sentir como si estuviera muerta; como si ahora fuera solo un espíritu que vaga por el mundo limitándose a ser tan solo una espectadora. Los traumas de su pasado, el asesinato de su madre y sus constante abusos la habían convertido en una niña retraída y silenciosa. Sus ojos oscuros, que reflejaban una tristeza profunda, eran un contraste inquietante con su cabello blanco como la nieve.

    Sin embargo, su actitud reservada solo atrajo más atención negativa. Los otros niños se dieron cuenta rápidamente de su aislamiento y comenzaron a burlarse de ella. En el comedor, durante el recreo, en cualquier oportunidad que tenían, las burlas no cesaban.

    —¡Miren a la rara! —gritaba una niña mientras Illyiv pasaba, señalándola y riéndose junto a otras dos niñas—. ¿Qué te pasó en la espalda, monstruo?

    Las voces de los niños resonaban en la mente de Illyiv, aturdiéndola. Se sentía abrumada, confusa, sin entender por qué era diferente y por qué no podía encajar. Las heridas de quemaduras en su espalda, resultado de los castigos de su madre, eran un recordatorio constante de su doloroso pasado, pero ahora también se habían convertido en motivo de burlas.

    Una tarde, mientras estaba sentada en el patio, absorta en sus pensamientos, tres niñas se le acercaron. La líder del grupo, una niña robusta de cabello rizado y piel tostada, se paró frente a ella con una expresión burlona.

    —¿Qué haces aquí sentada sola, monstruo? —preguntó con un tono despectivo.

    —... —un breve silencio inundó la escena, Illyiv las miraba con la mirada vacía, y luego añadió—: Podrían simplemente ignorar mi presencia... —su voz débil, vacía, casi un susurró en el viento.

    Las dos niñas que acompañaban a la líder comenzaron a reír, disfrutando de la incomodidad de Illyiv.

    —¡Miren cómo se encoge! ¡Parece una ratita asustada! —exclamó una niña rubia y delgada, que se encontraba a un lado de la líder del grupo, y tras su comentario las tres niñas rieron a carcajadas.

    Illyiv sintió su mente abrumada, como si un torbellino de emociones la envolviera. No entendía por qué la trataban así, no entendía por qué no podía ser como los demás niños. Las palabras de su madre resonaban en su mente: "Qué débil es tu cuerpo." Esas palabras, junto con las burlas, la atormentaban sin descanso.

    —¿Es por eso que mi mamá no quería que me juntara con otros niños? —murmuró Illyiv para sí misma, sintiendo una mezcla de tristeza y rabia.

    La líder del grupo se acercó más, invadiendo el espacio personal de la pequeña peliblanca.

    —¿Que dijiste? ¿Por qué no hablas más fuerte, monstruo? ¿Tienes miedo? —provocó, inclinándose hacia ella.

    Aquellas voces seguían colándose en su mente, las risas se escuchaban de fondo, repitiéndose como ecos que buscaban atormentarla, la pequeña niña de cabello blanco sentía como si su mente pudiera explotar en cualquier momento, su cabeza le dolía. Apretó sus puños, sintiendo como sus propias uñas se clavaban en la suave piel de sus manos, sentía rabia, tristeza, confusión, enojo, irá, frustración, una mezcla de emociones que nisiquiera era capaz de identificar en aquel instante tan breve, su corazón latía como si fuera a salir de su pecho y sentía muchas ganas de llorar, pero en lugar de eso, de repente, en un impulso salvaje y errático, Illyiv se abalanzó sobre la niña. La niña robusta tenía un cuerpo más fuerte, pero Illyiv, fortalecida por los entrenamientos de ballet, se movía con una fuerza inesperada. Ambas cayeron al suelo. Sus pensamientos se nublaron, y solo pudo actuar en base a la ira y frustración acumulada.

    Sus manos, echas puños, comenzaron a estrellarse contra la figura robusta de aquella niña rizada. La niña intentaba defenderse y esquivar sus golpes, pero la pequeña que estaba sobre ella era rápida y tenía una fuerza descomunal, casi como si estuviera poseída, como si una fuerza oscura la impulsara. Las otras dos niñas intentaron quitar a Illyiv de encima de su amiga, pero fue inútil. Illyiv estaba fuera de control, moviéndose con la fuerza de la desesperación. En un momento de furia ciega, arañó la cara de la niña, dejando marcas profundas, sintiendo como aquella capa de piel superficial había quedado atrapada en sus propias uñas.

    La niña rizada, tenía el rostro lleno de lágrimas y su mejilla ensangrentada. Illyiv, con los ojos vidriosos, parecía ajena al caos que había desatado. Los gritos y lloriqueos llenaron el aire, creando una atmósfera de pánico. La niña herida comenzó a llorar, y las otras dos niñas gritaron pidiendo ayuda. Los adultos llegaron corriendo, separando a Illyiv de la niña herida.

    —¡Illyiv, basta! —gritó uno de los cuidadores, sujetándola con fuerza.

    Con la respiración agitada, sus manos temblando, y los ojos llenos de furia, Illyiv fue llevada a una habitación aislada como castigo. Sentada en la oscuridad, sentía una mezcla de emociones: rabia, tristeza, confusión. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, pero no emitió ningún sonido, en cambio, se dejó hundir en un mar de emociones contradictorias. Una vez más, sabía que llorar no cambiaría nada.

    Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que todo fuera diferente, desconociendo por completo que pronto, su vida estaba por cambiar.
    #MonoRol | La ira de una infancia rota Habían pasado aproximadamente dos meses desde la muerte de su madre, y la pequeña Illyiv estaba sentada sobre el pasto seco, mirando la calle frente a ella a través de la reja de la puerta del orfanato al que la habían transferido. El aire estaba cargado con el olor a tierra y hojas secas, y el sol del ocaso bañaba su pálida piel creando reflejos cálidos en ella. A través de la reja, el mundo exterior parecía tan cercano, y a su vez, inalcanzable. Mientras observaba a los transeúntes y los vehículos pasar, un pensamiento sombrío cruzó su mente: "Nunca salí de la prisión, la prisión simplemente cambió de lugar." El orfanato era un lugar sombrío y frio, las paredes eran grises y los pasillos eran largos y oscuros. Las habitaciones eran pequeñas y desprovistas de decoración, le recordaban a las habitaciones de la casa en la que había vivido, lo que reforzaba la sensación de estar en una prisión. La rutina diaria era estricta, con horarios rígidos para comer, dormir y realizar actividades. Cada día se desarrollaba con una monotonía agotadora, Illyiv se sentía atrapada y sin control sobre su propia vida. En los primeros días, trató de mantenerse apartada de los otros niños. Había pasado tanto tiempo encerrada en casa que no estaba acostumbrada a socializar, en tiempos pasados había ansiado poder compartir con otros niños y tener amigos, pero ahora aquellas ganas se habían desvanecido por completo. El vacío que inundaba cada rincón de su ser la hacían sentir como si estuviera muerta; como si ahora fuera solo un espíritu que vaga por el mundo limitándose a ser tan solo una espectadora. Los traumas de su pasado, el asesinato de su madre y sus constante abusos la habían convertido en una niña retraída y silenciosa. Sus ojos oscuros, que reflejaban una tristeza profunda, eran un contraste inquietante con su cabello blanco como la nieve. Sin embargo, su actitud reservada solo atrajo más atención negativa. Los otros niños se dieron cuenta rápidamente de su aislamiento y comenzaron a burlarse de ella. En el comedor, durante el recreo, en cualquier oportunidad que tenían, las burlas no cesaban. —¡Miren a la rara! —gritaba una niña mientras Illyiv pasaba, señalándola y riéndose junto a otras dos niñas—. ¿Qué te pasó en la espalda, monstruo? Las voces de los niños resonaban en la mente de Illyiv, aturdiéndola. Se sentía abrumada, confusa, sin entender por qué era diferente y por qué no podía encajar. Las heridas de quemaduras en su espalda, resultado de los castigos de su madre, eran un recordatorio constante de su doloroso pasado, pero ahora también se habían convertido en motivo de burlas. Una tarde, mientras estaba sentada en el patio, absorta en sus pensamientos, tres niñas se le acercaron. La líder del grupo, una niña robusta de cabello rizado y piel tostada, se paró frente a ella con una expresión burlona. —¿Qué haces aquí sentada sola, monstruo? —preguntó con un tono despectivo. —... —un breve silencio inundó la escena, Illyiv las miraba con la mirada vacía, y luego añadió—: Podrían simplemente ignorar mi presencia... —su voz débil, vacía, casi un susurró en el viento. Las dos niñas que acompañaban a la líder comenzaron a reír, disfrutando de la incomodidad de Illyiv. —¡Miren cómo se encoge! ¡Parece una ratita asustada! —exclamó una niña rubia y delgada, que se encontraba a un lado de la líder del grupo, y tras su comentario las tres niñas rieron a carcajadas. Illyiv sintió su mente abrumada, como si un torbellino de emociones la envolviera. No entendía por qué la trataban así, no entendía por qué no podía ser como los demás niños. Las palabras de su madre resonaban en su mente: "Qué débil es tu cuerpo." Esas palabras, junto con las burlas, la atormentaban sin descanso. —¿Es por eso que mi mamá no quería que me juntara con otros niños? —murmuró Illyiv para sí misma, sintiendo una mezcla de tristeza y rabia. La líder del grupo se acercó más, invadiendo el espacio personal de la pequeña peliblanca. —¿Que dijiste? ¿Por qué no hablas más fuerte, monstruo? ¿Tienes miedo? —provocó, inclinándose hacia ella. Aquellas voces seguían colándose en su mente, las risas se escuchaban de fondo, repitiéndose como ecos que buscaban atormentarla, la pequeña niña de cabello blanco sentía como si su mente pudiera explotar en cualquier momento, su cabeza le dolía. Apretó sus puños, sintiendo como sus propias uñas se clavaban en la suave piel de sus manos, sentía rabia, tristeza, confusión, enojo, irá, frustración, una mezcla de emociones que nisiquiera era capaz de identificar en aquel instante tan breve, su corazón latía como si fuera a salir de su pecho y sentía muchas ganas de llorar, pero en lugar de eso, de repente, en un impulso salvaje y errático, Illyiv se abalanzó sobre la niña. La niña robusta tenía un cuerpo más fuerte, pero Illyiv, fortalecida por los entrenamientos de ballet, se movía con una fuerza inesperada. Ambas cayeron al suelo. Sus pensamientos se nublaron, y solo pudo actuar en base a la ira y frustración acumulada. Sus manos, echas puños, comenzaron a estrellarse contra la figura robusta de aquella niña rizada. La niña intentaba defenderse y esquivar sus golpes, pero la pequeña que estaba sobre ella era rápida y tenía una fuerza descomunal, casi como si estuviera poseída, como si una fuerza oscura la impulsara. Las otras dos niñas intentaron quitar a Illyiv de encima de su amiga, pero fue inútil. Illyiv estaba fuera de control, moviéndose con la fuerza de la desesperación. En un momento de furia ciega, arañó la cara de la niña, dejando marcas profundas, sintiendo como aquella capa de piel superficial había quedado atrapada en sus propias uñas. La niña rizada, tenía el rostro lleno de lágrimas y su mejilla ensangrentada. Illyiv, con los ojos vidriosos, parecía ajena al caos que había desatado. Los gritos y lloriqueos llenaron el aire, creando una atmósfera de pánico. La niña herida comenzó a llorar, y las otras dos niñas gritaron pidiendo ayuda. Los adultos llegaron corriendo, separando a Illyiv de la niña herida. —¡Illyiv, basta! —gritó uno de los cuidadores, sujetándola con fuerza. Con la respiración agitada, sus manos temblando, y los ojos llenos de furia, Illyiv fue llevada a una habitación aislada como castigo. Sentada en la oscuridad, sentía una mezcla de emociones: rabia, tristeza, confusión. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, pero no emitió ningún sonido, en cambio, se dejó hundir en un mar de emociones contradictorias. Una vez más, sabía que llorar no cambiaría nada. Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que todo fuera diferente, desconociendo por completo que pronto, su vida estaba por cambiar.
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  • Te amo mas que a nada, eres mi luz en la oscuridad, aceptado mi caótico ser.
    Jing Yuan
    Te amo mas que a nada, eres mi luz en la oscuridad, aceptado mi caótico ser. [lightning_general]
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  • Parecía que el invierno quedaba lejos de marcharse. Aquella tarde la nevada no cesaba, lo que provocaba cierta oscuridad en el templo, a causa de las nubes y la niebla.

    Kazuo había decidido encender los faroles de aceite, por si llegaban fieles a dar sus plegarias y que estos pudiesen encontrar el camino con la luz que estas emanaban.

    Entonces se encontró a su paso un pequeño zorro blanco. No era raro encontrar uno, más en el monte Inari. Era posible que este se convirtiera en un futuro lejano en un mensajero.

    - Oye... Hace demasiado frío para que te eches una siesta aquí...- Dijo Kazuo con una voz suave y calmada.

    Colocó su paraguas sobre el pequeño ser, para evitar que callera más nieve sobre este. El pequeño zorro abrió lentamente sus ojitos ambarinos, observando a Kazuo sin temor alguno, pues sabía de cierta forma que sen encontraba frente a un igual.
    Parecía que el invierno quedaba lejos de marcharse. Aquella tarde la nevada no cesaba, lo que provocaba cierta oscuridad en el templo, a causa de las nubes y la niebla. Kazuo había decidido encender los faroles de aceite, por si llegaban fieles a dar sus plegarias y que estos pudiesen encontrar el camino con la luz que estas emanaban. Entonces se encontró a su paso un pequeño zorro blanco. No era raro encontrar uno, más en el monte Inari. Era posible que este se convirtiera en un futuro lejano en un mensajero. - Oye... Hace demasiado frío para que te eches una siesta aquí...- Dijo Kazuo con una voz suave y calmada. Colocó su paraguas sobre el pequeño ser, para evitar que callera más nieve sobre este. El pequeño zorro abrió lentamente sus ojitos ambarinos, observando a Kazuo sin temor alguno, pues sabía de cierta forma que sen encontraba frente a un igual.
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  • ༒☬ Давным-давно... ☬༒

    𝐔𝐧 𝐝í𝐚 𝐝𝐞𝐥𝐞𝐢𝐭𝐚𝐬 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐝𝐚𝐫 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐦𝐢𝐞𝐥𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐫𝐚í𝐬𝐨; 𝐚𝐥 𝐬𝐢𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞, 𝐩𝐫𝐮𝐞𝐛𝐚𝐬 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐚𝐫𝐠𝐨 𝐲 á𝐜𝐢𝐝𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐨𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐟𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨.





    𝙰𝚕𝚎𝚔𝚜𝚎𝚒 𝙺𝚒𝚎𝚟 𝙽𝚘𝚟𝚊𝚔𝚘𝚟 𝚁𝚘𝚖𝚊𝚕𝚜𝚔𝚘 - 𝟸𝟶𝟷𝟽

    Fue hace mucho tiempo. Había un hombre fuerte, de piel blanca y mirada oscura, que parecía tragarse el abismo más profundo. Un hombre conocido, respetado, admirado y querido.

    Su nombre pasaba de boca en boca en las iglesias que visitaba. Sus donaciones exorbitantes eran como un gran milagro para la ayuda de la Iglesia Católica. Aquellos que tuvieron la suerte de mantener una conversación con él juraban que hablaban con un santo. A pesar de poseer empresas de armas, era una figura pública amada.

    Incluso llegaba a reservar iglesias para oraciones dedicadas a todo su personal. ¿Cómo podrían odiar a ese hombre? Incluso cuando el gobierno les daba la espalda, él tendía la mano a quienes le ofrecían lealtad, sin que ellos supieran que aquel hombre no era más que el mismo diablo con la máscara de un mesías.
    Aquellas reservas no eran más que reuniones para controlar a su gente. El agua bendita caía sobre sus armas, y la religión no era más que una herramienta para engañar a la gente incauta. Sus palabras eran tan dulces como el korovka, mientras que sus amenazas eran tan amargas como el nastoyka.

    Estaba más que involucrado en asuntos de Estado, siendo los políticos su baraja de cartas favorita. Gobernó la tierra helada de Rusia desde las sombras, reemplazando al “Zar”. Utilizaba a los presidentes como títeres de carne y hueso, solo para mantenerlos gobernados y, muy pronto, tomar todo el poder político.

    “𝘏𝘢𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦𝘴𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘦 é𝘭”.

    Los enemigos no estaban contentos con su dominio sobre gran parte de Rusia. Su influencia no solo creaba alianzas, sino que también los arrinconaba, obligándolos a comer las sobras que él dejaba.
    Cada noche no era más que un intento de matarlo: veneno, francotiradores y bombas. Sin embargo, este hombre se reía junto con la muerte, como si fuera su amiga de toda la vida, y terminaba con la existencia de aquellos que intentaban asesinarlo.

    Debían tener cuidado, incluso si las reuniones eran secretas. Él siempre se presentaba, y una vez más, cabezas rodaban. A sus enemigos no les agradaba cómo terminaba todo esto. Los rivales se sumaban, y solo entonces surgió una idea:

    “𝘋𝘦𝘣𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘱𝘰𝘯𝘦𝘳 𝘢𝘭 𝘡𝘢𝘳 𝘦𝘯 𝘴𝘶 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢”.

    La idea era tan descabellada. Todos en Rusia sabían que él era su hijo más querido, el primogénito de la misma madre rusa.
    Pero, ¿Quién iba a imaginar que solo bastarían la cabeza de una mujer y tres niños para dejarlo completamente débil y loco, hasta el punto en que su padre lo considerara un peligro?

    Los rumores marcaron su sentencia, y un abogado se encargó de sellar su destino por completo.


    A̶l̶e̶k̶s̶e̶i̶ 𝙺𝚒𝚎𝚟 N̶o̶v̶a̶k̶o̶v̶ 𝚁𝚘𝚖𝚊𝚕𝚜𝚔𝚘 - 𝟸𝟶𝟸𝟻


    Lo tenían aprisionado peor que a un animal. El sonido de las cadenas resonaba en el aire mientras sus muñecas, sujetas por gruesos eslabones, lo mantenían suspendido. Entre sus dientes apretaba una barra de metal que le impedía articular palabra alguna. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? No podía saberlo con certeza; no había ni una sola gota de luz que rompiera la oscuridad opresiva de su calvario.

    Las quemaduras recientes en su cuerpo comenzaban a cerrarse lentamente, mientras el olor a carne chamuscada se desvanecía con el pasar de los segundos. Las profundas heridas, de las que aún brotaba sangre, teñían el suelo bajo él. Poco a poco, estas también empezaban a sellarse. Pero el ardor del líquido que le inyectaban en las venas seguía consumiéndolo por dentro, un tormento desesperante que lo llevaba al borde de la locura. Esta vez, las dosis habían aumentado considerablemente, dejando su mente en blanco, inmóvil, incapaz de resistirse a las torturas.

    Las voces eran lo único que lo acompañaban, un eco persistente que lo mantenía aferrado a un frágil hilo de “cordura”. Eran suaves, pero extrañamente irreconocibles, y su cerebro, enredado en el dolor y la confusión. Una mansión incendiada, una mujer extraña que simplemente provocaba el dolor más profundo en su pecho, y personas sin rostro que pasaban fugazmente por su memoria. Nombres, había nombres que no había dejado de repetir en su mente desde que tenía uso de razón, pero que a poco a poco se iban perdiendo con el viento. Si tan solo… si tan solo pudiera recordar quien era en realidad seria mas fácil para él o sin tan solo pudiera morir.
    ༒☬ Давным-давно... ☬༒ 𝐔𝐧 𝐝í𝐚 𝐝𝐞𝐥𝐞𝐢𝐭𝐚𝐬 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐝𝐚𝐫 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐦𝐢𝐞𝐥𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐫𝐚í𝐬𝐨; 𝐚𝐥 𝐬𝐢𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞, 𝐩𝐫𝐮𝐞𝐛𝐚𝐬 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐚𝐫𝐠𝐨 𝐲 á𝐜𝐢𝐝𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐨𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐟𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨. 𝙰𝚕𝚎𝚔𝚜𝚎𝚒 𝙺𝚒𝚎𝚟 𝙽𝚘𝚟𝚊𝚔𝚘𝚟 𝚁𝚘𝚖𝚊𝚕𝚜𝚔𝚘 - 𝟸𝟶𝟷𝟽 Fue hace mucho tiempo. Había un hombre fuerte, de piel blanca y mirada oscura, que parecía tragarse el abismo más profundo. Un hombre conocido, respetado, admirado y querido. Su nombre pasaba de boca en boca en las iglesias que visitaba. Sus donaciones exorbitantes eran como un gran milagro para la ayuda de la Iglesia Católica. Aquellos que tuvieron la suerte de mantener una conversación con él juraban que hablaban con un santo. A pesar de poseer empresas de armas, era una figura pública amada. Incluso llegaba a reservar iglesias para oraciones dedicadas a todo su personal. ¿Cómo podrían odiar a ese hombre? Incluso cuando el gobierno les daba la espalda, él tendía la mano a quienes le ofrecían lealtad, sin que ellos supieran que aquel hombre no era más que el mismo diablo con la máscara de un mesías. Aquellas reservas no eran más que reuniones para controlar a su gente. El agua bendita caía sobre sus armas, y la religión no era más que una herramienta para engañar a la gente incauta. Sus palabras eran tan dulces como el korovka, mientras que sus amenazas eran tan amargas como el nastoyka. Estaba más que involucrado en asuntos de Estado, siendo los políticos su baraja de cartas favorita. Gobernó la tierra helada de Rusia desde las sombras, reemplazando al “Zar”. Utilizaba a los presidentes como títeres de carne y hueso, solo para mantenerlos gobernados y, muy pronto, tomar todo el poder político. “𝘏𝘢𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦𝘴𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘦 é𝘭”. Los enemigos no estaban contentos con su dominio sobre gran parte de Rusia. Su influencia no solo creaba alianzas, sino que también los arrinconaba, obligándolos a comer las sobras que él dejaba. Cada noche no era más que un intento de matarlo: veneno, francotiradores y bombas. Sin embargo, este hombre se reía junto con la muerte, como si fuera su amiga de toda la vida, y terminaba con la existencia de aquellos que intentaban asesinarlo. Debían tener cuidado, incluso si las reuniones eran secretas. Él siempre se presentaba, y una vez más, cabezas rodaban. A sus enemigos no les agradaba cómo terminaba todo esto. Los rivales se sumaban, y solo entonces surgió una idea: “𝘋𝘦𝘣𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘱𝘰𝘯𝘦𝘳 𝘢𝘭 𝘡𝘢𝘳 𝘦𝘯 𝘴𝘶 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢”. La idea era tan descabellada. Todos en Rusia sabían que él era su hijo más querido, el primogénito de la misma madre rusa. Pero, ¿Quién iba a imaginar que solo bastarían la cabeza de una mujer y tres niños para dejarlo completamente débil y loco, hasta el punto en que su padre lo considerara un peligro? Los rumores marcaron su sentencia, y un abogado se encargó de sellar su destino por completo. A̶l̶e̶k̶s̶e̶i̶ 𝙺𝚒𝚎𝚟 N̶o̶v̶a̶k̶o̶v̶ 𝚁𝚘𝚖𝚊𝚕𝚜𝚔𝚘 - 𝟸𝟶𝟸𝟻 Lo tenían aprisionado peor que a un animal. El sonido de las cadenas resonaba en el aire mientras sus muñecas, sujetas por gruesos eslabones, lo mantenían suspendido. Entre sus dientes apretaba una barra de metal que le impedía articular palabra alguna. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? No podía saberlo con certeza; no había ni una sola gota de luz que rompiera la oscuridad opresiva de su calvario. Las quemaduras recientes en su cuerpo comenzaban a cerrarse lentamente, mientras el olor a carne chamuscada se desvanecía con el pasar de los segundos. Las profundas heridas, de las que aún brotaba sangre, teñían el suelo bajo él. Poco a poco, estas también empezaban a sellarse. Pero el ardor del líquido que le inyectaban en las venas seguía consumiéndolo por dentro, un tormento desesperante que lo llevaba al borde de la locura. Esta vez, las dosis habían aumentado considerablemente, dejando su mente en blanco, inmóvil, incapaz de resistirse a las torturas. Las voces eran lo único que lo acompañaban, un eco persistente que lo mantenía aferrado a un frágil hilo de “cordura”. Eran suaves, pero extrañamente irreconocibles, y su cerebro, enredado en el dolor y la confusión. Una mansión incendiada, una mujer extraña que simplemente provocaba el dolor más profundo en su pecho, y personas sin rostro que pasaban fugazmente por su memoria. Nombres, había nombres que no había dejado de repetir en su mente desde que tenía uso de razón, pero que a poco a poco se iban perdiendo con el viento. Si tan solo… si tan solo pudiera recordar quien era en realidad seria mas fácil para él o sin tan solo pudiera morir.
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  • Algo horrendo se acerca,
    y mientras me preparo a enfrentar la oscuridad, la incertidumbre me consume como un veneno.

    ¿Debería abrazarlo, dejar que su maldad me devore, o huir, solo para arrastrar a otros a su abismo?

    ¿Qué es lo que realmente me impulsa?

    ¿Es el odio puro que se alimenta de mi alma?

    ¿O la fascinación por el caos disfrazado de amor?

    ¿Qué es más perturbador: que yo desee la grandeza,
    ¿o que mi madre deseara haber engendrado un hombre o un monstruo?

    Y aunque no sea el elegido,
    quizás mi propósito sea otro: ser el arquitecto de su ascenso,
    preparar el terreno para su reinado de terror.
    Hasta el día en que él llegue,
    mi nombre será recordado en las sombras,
    como el que, con una sonrisa retorcida, restauró el mal en el pueblo,
    y devolvió la corrupción a Roma, haciendo de ella su juguete.
    Algo horrendo se acerca, y mientras me preparo a enfrentar la oscuridad, la incertidumbre me consume como un veneno. ¿Debería abrazarlo, dejar que su maldad me devore, o huir, solo para arrastrar a otros a su abismo? ¿Qué es lo que realmente me impulsa? ¿Es el odio puro que se alimenta de mi alma? ¿O la fascinación por el caos disfrazado de amor? ¿Qué es más perturbador: que yo desee la grandeza, ¿o que mi madre deseara haber engendrado un hombre o un monstruo? Y aunque no sea el elegido, quizás mi propósito sea otro: ser el arquitecto de su ascenso, preparar el terreno para su reinado de terror. Hasta el día en que él llegue, mi nombre será recordado en las sombras, como el que, con una sonrisa retorcida, restauró el mal en el pueblo, y devolvió la corrupción a Roma, haciendo de ella su juguete.
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  • 𝕷os días, de algún modo, se han vuelto más hermosos de lo habitual. 𝕴ncluso la oscuridad, esa presencia que solía caer como un manto frío e impenetrable, ahora comienza a sentirse cálida, casi acogedora. 𝕰ncontrando belleza en aquello que, por su naturaleza, parecía no poseerla.
    𝕷os días, de algún modo, se han vuelto más hermosos de lo habitual. 𝕴ncluso la oscuridad, esa presencia que solía caer como un manto frío e impenetrable, ahora comienza a sentirse cálida, casi acogedora. 𝕰ncontrando belleza en aquello que, por su naturaleza, parecía no poseerla.
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  • Hay que mantenerse en forma para mantener a raya los seres que caminan en la oscuridad. #SeductiveSunday
    Hay que mantenerse en forma para mantener a raya los seres que caminan en la oscuridad. #SeductiveSunday
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  • ~{Los Hilos Del Destino}~

    En el mundo moderno, Apolo, conocido como Alex Delos, sigue su labor como visionario y guía, equilibrando tecnología y arte en su empresa llamada Helios Innovations. Sin embargo, el destino tiene otros planes para él. Las Moiras, las diosas del destino, han comenzado a intervenir en los hilos de su vida, tejiendo una trama que pondrá a prueba su poder y su voluntad.


    El Encuentro Inesperado

    Todo comienza cuando Apolo empieza a tener visiones fragmentadas de un futuro incierto. En sus sueños, ve a las Moiras—Cloto, Láquesis y Átropos—sentadas en torno a un telar cósmico. Cada noche, las visiones se vuelven más claras: las Moiras están manipulando los hilos de su destino, intentando alterar su camino.

    Una noche, mientras medita en el Templo de la Luz en Delos, Apolo siente una presencia poderosa. Las sombras se alargan y las tres diosas aparecen ante él.

    Cloto: “Apolo, tus acciones en el mundo de los mortales han perturbado el equilibrio del destino.”

    Láquesis: “Has desafiado los designios escritos, alterando el curso de la humanidad con tu luz y tu conocimiento.”

    Átropos: “Ahora, debemos intervenir para asegurarnos de que el equilibrio sea restaurado.”

    El Dilema del Destino

    Apolo, desafiante, les responde que su misión siempre ha sido iluminar a la humanidad, no dictar su destino. Sin embargo, las Moiras advierten que sus intervenciones están alterando el tejido del tiempo, creando posibilidades que no deberían existir. Le ofrecen un ultimátum: renunciar a su influencia en el mundo mortal o enfrentar las consecuencias de un destino impredecible.

    Apolo, determinado a proteger a la humanidad y su legado, decide enfrentarse a las Moiras. Sabe que no puede cambiar el destino directamente, pero sí puede influir en cómo se desarrolla.

    La Búsqueda de los Hilos Perdidos

    Para desafiar a las Moiras, Apolo debe encontrar tres hilos dorados ocultos en diferentes rincones del mundo, cada uno representando una parte esencial de su ser: su pasado, su presente, y su futuro. Con la ayuda de sus aliados en Helios Innovations, comienza una búsqueda que lo llevará a lugares antiguos, llenos de secretos olvidados.

    Cada hilo está protegido por pruebas que desafían sus convicciones:
    • El Hilo del Pasado: En el santuario de Delfos, Apolo enfrenta visiones de sus errores y pérdidas, incluidas las sombras de sus amores pasados. Debe aceptarlos para recuperar el hilo.
    • El Hilo del Presente: En la ciudad de Atenas, debe resolver un enigma que involucra la conexión entre la tecnología y la naturaleza, demostrando que puede equilibrar ambos mundos sin destruir el destino.
    • El Hilo del Futuro: En una cueva oculta en Creta, Apolo confronta una visión de un mundo sin su luz, donde la oscuridad domina. Para reclamar el hilo, debe reafirmar su propósito y su fe en la humanidad.

    El Confrontación Final

    Con los tres hilos dorados en su poder, Apolo regresa a Delos para enfrentar a las Moiras. Las diosas están impresionadas por su determinación, pero no convencidas. Le ofrecen una última prueba: entrelazar los hilos en el telar cósmico sin romper el equilibrio del destino.

    Apolo, guiado por su sabiduría y su amor por los mortales, teje cuidadosamente los hilos, creando un patrón que permite tanto la libertad como la inevitabilidad del destino. Al finalizar, las Moiras lo observan en silencio, antes de otorgarle su bendición.

    Cloto: “Has demostrado que incluso el destino puede ser moldeado sin romperse.”

    Láquesis: “Tu luz puede coexistir con los designios escritos.”

    Átropos: “Continúa tu camino, Apolo, pero recuerda siempre que el destino es un lienzo frágil.”

    El Nuevo Amanecer

    Con la aprobación de las Moiras, Apolo retoma su vida en la Tierra, más consciente de la delicada danza entre el destino y la libre voluntad. Helios Innovations florece como un faro de inspiración, y Apolo, como Alex Delos, sigue guiando a la humanidad con su luz, sabiendo que su lugar en el telar del destino está seguro, al menos por ahora.

    ~{Los Hilos Del Destino}~ En el mundo moderno, Apolo, conocido como Alex Delos, sigue su labor como visionario y guía, equilibrando tecnología y arte en su empresa llamada Helios Innovations. Sin embargo, el destino tiene otros planes para él. Las Moiras, las diosas del destino, han comenzado a intervenir en los hilos de su vida, tejiendo una trama que pondrá a prueba su poder y su voluntad. El Encuentro Inesperado Todo comienza cuando Apolo empieza a tener visiones fragmentadas de un futuro incierto. En sus sueños, ve a las Moiras—Cloto, Láquesis y Átropos—sentadas en torno a un telar cósmico. Cada noche, las visiones se vuelven más claras: las Moiras están manipulando los hilos de su destino, intentando alterar su camino. Una noche, mientras medita en el Templo de la Luz en Delos, Apolo siente una presencia poderosa. Las sombras se alargan y las tres diosas aparecen ante él. Cloto: “Apolo, tus acciones en el mundo de los mortales han perturbado el equilibrio del destino.” Láquesis: “Has desafiado los designios escritos, alterando el curso de la humanidad con tu luz y tu conocimiento.” Átropos: “Ahora, debemos intervenir para asegurarnos de que el equilibrio sea restaurado.” El Dilema del Destino Apolo, desafiante, les responde que su misión siempre ha sido iluminar a la humanidad, no dictar su destino. Sin embargo, las Moiras advierten que sus intervenciones están alterando el tejido del tiempo, creando posibilidades que no deberían existir. Le ofrecen un ultimátum: renunciar a su influencia en el mundo mortal o enfrentar las consecuencias de un destino impredecible. Apolo, determinado a proteger a la humanidad y su legado, decide enfrentarse a las Moiras. Sabe que no puede cambiar el destino directamente, pero sí puede influir en cómo se desarrolla. La Búsqueda de los Hilos Perdidos Para desafiar a las Moiras, Apolo debe encontrar tres hilos dorados ocultos en diferentes rincones del mundo, cada uno representando una parte esencial de su ser: su pasado, su presente, y su futuro. Con la ayuda de sus aliados en Helios Innovations, comienza una búsqueda que lo llevará a lugares antiguos, llenos de secretos olvidados. Cada hilo está protegido por pruebas que desafían sus convicciones: • El Hilo del Pasado: En el santuario de Delfos, Apolo enfrenta visiones de sus errores y pérdidas, incluidas las sombras de sus amores pasados. Debe aceptarlos para recuperar el hilo. • El Hilo del Presente: En la ciudad de Atenas, debe resolver un enigma que involucra la conexión entre la tecnología y la naturaleza, demostrando que puede equilibrar ambos mundos sin destruir el destino. • El Hilo del Futuro: En una cueva oculta en Creta, Apolo confronta una visión de un mundo sin su luz, donde la oscuridad domina. Para reclamar el hilo, debe reafirmar su propósito y su fe en la humanidad. El Confrontación Final Con los tres hilos dorados en su poder, Apolo regresa a Delos para enfrentar a las Moiras. Las diosas están impresionadas por su determinación, pero no convencidas. Le ofrecen una última prueba: entrelazar los hilos en el telar cósmico sin romper el equilibrio del destino. Apolo, guiado por su sabiduría y su amor por los mortales, teje cuidadosamente los hilos, creando un patrón que permite tanto la libertad como la inevitabilidad del destino. Al finalizar, las Moiras lo observan en silencio, antes de otorgarle su bendición. Cloto: “Has demostrado que incluso el destino puede ser moldeado sin romperse.” Láquesis: “Tu luz puede coexistir con los designios escritos.” Átropos: “Continúa tu camino, Apolo, pero recuerda siempre que el destino es un lienzo frágil.” El Nuevo Amanecer Con la aprobación de las Moiras, Apolo retoma su vida en la Tierra, más consciente de la delicada danza entre el destino y la libre voluntad. Helios Innovations florece como un faro de inspiración, y Apolo, como Alex Delos, sigue guiando a la humanidad con su luz, sabiendo que su lugar en el telar del destino está seguro, al menos por ahora.
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