• Show and tell
    Fandom Epic the musical
    Categoría Acción
    Rol privado con: ᴛᴇʟᴇᴍᴀᴄʜᴜꜱ 𝔓𝔯𝔦𝔫𝔠𝔢 𝔬𝔣 ℑ𝔱𝔥𝔞𝔠𝔞


    Antínoo, aún refunfuñando había seguido su camino sin más, aunque aun era capaz de escuchar en la lejanía la irritante voz del hijo de Odiseo. También sentía su olor; dulzón, empalagoso e irritante, era como meter la nariz en un frasco de perfume. Obvio, también la del sucio chucho que lo acompañaba.

    Teniendo claro que lo primero que haría cuando fuera rey, sería mandarlos a él y su detestable madre bien lejos con un pretexto de "viaje diplomático" en el que tal vez, pasaría algún desafortunado accidente por el que, desgraciadamente enviudaría.

    A fin de cuentas, quien se había pasado la vida defendiendo aquel estúpido reino, aquel ridículo palacio era él. Con el inútil del rey lejos, ese lugar le pertenecia a él, no a una viuda en estado de negación ni a un niño caprichoso. A él, quien de verdad se había pasado todos esos años peleando por ellos. Cansado de sentirse como una mascota, se moría de ganas de hacerles pagar a todos por lo que le hicieron, por la infancia arrebatada.

    Se detuvo unos instantes, respiró hondo para calmarse, mientras sus orejas echadas hacia atrás y su cola azotando de un lado a otro indicaban lo contrariado que se sentía en ese preciso instante.

    Fue entonces cuando estás mismas se alzaron tensas, lo escuchó. Unos asaltantes, el olor de la misma sangre que había saboreado del hombro del mocoso. Unos asaltantes.

    Sonrió.

    —Bueno, uno menos. Con suerte—concluyó en un susurro para si. Tras esto dio un par de pasos no era asunto suyo, el príncipe le importaba tan poco como su madre o su desaparecido padre. Sin embargo algo le pasó por la cabeza.

    ¿Y si salvaba a ese mocoso insoportable y se lo mostraba a su vieja madre? Ganaría puntos frente a todos los infelices que pretendían SU puesto, SU trono. El hijo maldito del león de Nemea, siempre fuerte, siempre leal, ahora había salvado al príncipe pese a los constantes desplantes públicos a los que este le sometía ¿Quien mejor para protegerlos a todos?

    Su sonrisa se ensanchó. Y corrió siguiendo su olfato, no por qué quisiera salvar al muchacho si no por codicia.
    Rol privado con: [Litt1ewo1f] Antínoo, aún refunfuñando había seguido su camino sin más, aunque aun era capaz de escuchar en la lejanía la irritante voz del hijo de Odiseo. También sentía su olor; dulzón, empalagoso e irritante, era como meter la nariz en un frasco de perfume. Obvio, también la del sucio chucho que lo acompañaba. Teniendo claro que lo primero que haría cuando fuera rey, sería mandarlos a él y su detestable madre bien lejos con un pretexto de "viaje diplomático" en el que tal vez, pasaría algún desafortunado accidente por el que, desgraciadamente enviudaría. A fin de cuentas, quien se había pasado la vida defendiendo aquel estúpido reino, aquel ridículo palacio era él. Con el inútil del rey lejos, ese lugar le pertenecia a él, no a una viuda en estado de negación ni a un niño caprichoso. A él, quien de verdad se había pasado todos esos años peleando por ellos. Cansado de sentirse como una mascota, se moría de ganas de hacerles pagar a todos por lo que le hicieron, por la infancia arrebatada. Se detuvo unos instantes, respiró hondo para calmarse, mientras sus orejas echadas hacia atrás y su cola azotando de un lado a otro indicaban lo contrariado que se sentía en ese preciso instante. Fue entonces cuando estás mismas se alzaron tensas, lo escuchó. Unos asaltantes, el olor de la misma sangre que había saboreado del hombro del mocoso. Unos asaltantes. Sonrió. —Bueno, uno menos. Con suerte—concluyó en un susurro para si. Tras esto dio un par de pasos no era asunto suyo, el príncipe le importaba tan poco como su madre o su desaparecido padre. Sin embargo algo le pasó por la cabeza. ¿Y si salvaba a ese mocoso insoportable y se lo mostraba a su vieja madre? Ganaría puntos frente a todos los infelices que pretendían SU puesto, SU trono. El hijo maldito del león de Nemea, siempre fuerte, siempre leal, ahora había salvado al príncipe pese a los constantes desplantes públicos a los que este le sometía ¿Quien mejor para protegerlos a todos? Su sonrisa se ensanchó. Y corrió siguiendo su olfato, no por qué quisiera salvar al muchacho si no por codicia.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ✧○ꊞ○ꊞ○ꊞ○ꊞ○✧𝕆𝕗𝕗 ℝ𝕠𝕝✧○ꊞ○ꊞ○ꊞ○ꊞ○✧

    Pequeña aclaración de personaje.
    Si bien Telemachus es originario de La odisea, esta versión es una mezcla entre el musical EPIC y no canónico.
    La ficha será trabajada y publicada luego~
    Sumado a ello, no se seguirá como tal la historia que propone la obra original, tendrá sus pequeñas modificaciones, en este caso, considerando que Odiseo no llega a tiempo para salvar a su familia, pero no termina como se esperaría.

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  • El amor siempre habita entre la tentación,
    y el deseo que enreda su frágil corazón.

    Pasiones que surgen en un torbellino,
    confunden con amores que solo lastiman,
    dejando cicatrices en su dulce camino.

    El amor ansía amar sin caer,
    sin sucumbir a miradas que dicen querer.
    Mas su belleza lo hace vulnerable,
    tentador, radiante, siempre deseable.

    Quiere un refugio, su nido soñado,
    junto a su pajarito, sin ser quebrantado.
    Ser amado, honrado, eterno y sincero,
    sin el filo punzante del falso deseo.

    Pero el amor, como Odiseo en su viaje,
    queda atrapado en mares sin fin,
    rodeado de rosas que susurran su suerte:
    ser amor mismo, su dulce desdicha.

    #rol
    El amor siempre habita entre la tentación, y el deseo que enreda su frágil corazón. Pasiones que surgen en un torbellino, confunden con amores que solo lastiman, dejando cicatrices en su dulce camino. El amor ansía amar sin caer, sin sucumbir a miradas que dicen querer. Mas su belleza lo hace vulnerable, tentador, radiante, siempre deseable. Quiere un refugio, su nido soñado, junto a su pajarito, sin ser quebrantado. Ser amado, honrado, eterno y sincero, sin el filo punzante del falso deseo. Pero el amor, como Odiseo en su viaje, queda atrapado en mares sin fin, rodeado de rosas que susurran su suerte: ser amor mismo, su dulce desdicha. #rol
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  • «Observar a aquellos humanos como: Penélope y Odiseo, darse ese amor tan pasional, pícaro, protector e incondicional es uno de mis pequeños deleites momentáneos... Aunque sean mortales, saben disfrutar del amor.
    Ojalá Afrodita velara por su amor.»pensó suspirando desde lo alto del Olimpo, con un trapo en la cabeza, por la fiebre alta que la achacaba de nuevo. [A veces los Dioses pecan de querer sentirse enfermos como los humanos que desean proteger de forma incondicional, pues bien pueden curarse con ambrosía. Asclepio ya no estaba para regañarla y su ausencia se sentía <\3]
    «Observar a aquellos humanos como: Penélope y Odiseo, darse ese amor tan pasional, pícaro, protector e incondicional es uno de mis pequeños deleites momentáneos... Aunque sean mortales, saben disfrutar del amor. Ojalá Afrodita velara por su amor.»pensó suspirando desde lo alto del Olimpo, con un trapo en la cabeza, por la fiebre alta que la achacaba de nuevo. [A veces los Dioses pecan de querer sentirse enfermos como los humanos que desean proteger de forma incondicional, pues bien pueden curarse con ambrosía. Asclepio ya no estaba para regañarla y su ausencia se sentía <\3]
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