• El amor siempre habita entre la tentación,
    y el deseo que enreda su frágil corazón.

    Pasiones que surgen en un torbellino,
    confunden con amores que solo lastiman,
    dejando cicatrices en su dulce camino.

    El amor ansía amar sin caer,
    sin sucumbir a miradas que dicen querer.
    Mas su belleza lo hace vulnerable,
    tentador, radiante, siempre deseable.

    Quiere un refugio, su nido soñado,
    junto a su pajarito, sin ser quebrantado.
    Ser amado, honrado, eterno y sincero,
    sin el filo punzante del falso deseo.

    Pero el amor, como Odiseo en su viaje,
    queda atrapado en mares sin fin,
    rodeado de rosas que susurran su suerte:
    ser amor mismo, su dulce desdicha.

    #rol
    El amor siempre habita entre la tentación, y el deseo que enreda su frágil corazón. Pasiones que surgen en un torbellino, confunden con amores que solo lastiman, dejando cicatrices en su dulce camino. El amor ansía amar sin caer, sin sucumbir a miradas que dicen querer. Mas su belleza lo hace vulnerable, tentador, radiante, siempre deseable. Quiere un refugio, su nido soñado, junto a su pajarito, sin ser quebrantado. Ser amado, honrado, eterno y sincero, sin el filo punzante del falso deseo. Pero el amor, como Odiseo en su viaje, queda atrapado en mares sin fin, rodeado de rosas que susurran su suerte: ser amor mismo, su dulce desdicha. #rol
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  • «Observar a aquellos humanos como: Penélope y Odiseo, darse ese amor tan pasional, pícaro, protector e incondicional es uno de mis pequeños deleites momentáneos... Aunque sean mortales, saben disfrutar del amor.
    Ojalá Afrodita velara por su amor.»pensó suspirando desde lo alto del Olimpo, con un trapo en la cabeza, por la fiebre alta que la achacaba de nuevo. [A veces los Dioses pecan de querer sentirse enfermos como los humanos que desean proteger de forma incondicional, pues bien pueden curarse con ambrosía. Asclepio ya no estaba para regañarla y su ausencia se sentía <\3]
    «Observar a aquellos humanos como: Penélope y Odiseo, darse ese amor tan pasional, pícaro, protector e incondicional es uno de mis pequeños deleites momentáneos... Aunque sean mortales, saben disfrutar del amor. Ojalá Afrodita velara por su amor.»pensó suspirando desde lo alto del Olimpo, con un trapo en la cabeza, por la fiebre alta que la achacaba de nuevo. [A veces los Dioses pecan de querer sentirse enfermos como los humanos que desean proteger de forma incondicional, pues bien pueden curarse con ambrosía. Asclepio ya no estaba para regañarla y su ausencia se sentía <\3]
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