Medio día, Orion caminaba por el frondoso bosque observando los alrededores, como guardabosque, su atención a su amigo verdoso siempre fue alto, habiendo aprendido de su padre todo lo necesario cada día era una rutina y a la vez un nuevo día para él, nunca llegaba a aburrirse, pues siempre tenía oportunidad de descubrir novedades en sus rutas de vigilancia.
En ese momento pudo escuchar la voz del bosque, entre hojas y el viente un susurro "extraño", "nuevo", el bosque siempre le habló cada vez que algo aparecía u ocurría, con una sonrisa se movía hacia la locación donde había aparecido aquel nuevo visitante, esperando no fuese alguien con intenciones nocivas o maliciosas hacia su amigo.
— Tranquilo amigo mío, veamos de quien se trata.
Su voz profunda y con matices amables, era el vestigio de un hombre paciente, habiendo aparecido detrás de un árbol cercano, observaba con curiosidad a la figura que había entrado al bosque.
Medio día, Orion caminaba por el frondoso bosque observando los alrededores, como guardabosque, su atención a su amigo verdoso siempre fue alto, habiendo aprendido de su padre todo lo necesario cada día era una rutina y a la vez un nuevo día para él, nunca llegaba a aburrirse, pues siempre tenía oportunidad de descubrir novedades en sus rutas de vigilancia.
En ese momento pudo escuchar la voz del bosque, entre hojas y el viente un susurro "extraño", "nuevo", el bosque siempre le habló cada vez que algo aparecía u ocurría, con una sonrisa se movía hacia la locación donde había aparecido aquel nuevo visitante, esperando no fuese alguien con intenciones nocivas o maliciosas hacia su amigo.
— Tranquilo amigo mío, veamos de quien se trata.
Su voz profunda y con matices amables, era el vestigio de un hombre paciente, habiendo aparecido detrás de un árbol cercano, observaba con curiosidad a la figura que había entrado al bosque.