• —Morfeo, hasta que comprendas el valor de la armonía, aquí dormirás tú, entre sus sueños. — dijo Hipnos, cerrando las puertas de la prisión con un suspiro que apagó estrellas.

    Los dioses callaron, y el mundo mortal comenzó a soñar menos. Los sueños ya no eran tan vívidos, tan coloridos. Y aunque dormían, muchos despertaban con una extraña nostalgia… como si algo mágico les hubiera sido arrebatado.

    Morfeo duerme aún, atrapado en su propia creación. Y Hipnos, desde la sombra, vela por el sueño del mundo, esperando el día en que su hijo despierte… no para soñar de nuevo, sino para comprender.

    —Morfeo, hasta que comprendas el valor de la armonía, aquí dormirás tú, entre sus sueños. — dijo Hipnos, cerrando las puertas de la prisión con un suspiro que apagó estrellas. Los dioses callaron, y el mundo mortal comenzó a soñar menos. Los sueños ya no eran tan vívidos, tan coloridos. Y aunque dormían, muchos despertaban con una extraña nostalgia… como si algo mágico les hubiera sido arrebatado. Morfeo duerme aún, atrapado en su propia creación. Y Hipnos, desde la sombra, vela por el sueño del mundo, esperando el día en que su hijo despierte… no para soñar de nuevo, sino para comprender.
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  • Huesos. Blancos. Pequeños. Frágiles.

    Relegados al amparo de un bolsillo mágico, dormitando como semillas de mal antiguo.

    Y, aún muertos, vibran.

    Una pulsación tenue, apenas un susurro en la tela encantada delata la carga energética que preservan: no simple magia, sino esencia demoníaca… latente, primitiva, debilitada por el fin, pero jamás extinta.

    Embebidos en corrupción, envueltos en silencio, los huesos respiran poder.

    No el que fue.

    No el que es.

    El que vendrá.

    Prometedores. Como la chispa que antecede a la creación.
    Huesos. Blancos. Pequeños. Frágiles. Relegados al amparo de un bolsillo mágico, dormitando como semillas de mal antiguo. Y, aún muertos, vibran. Una pulsación tenue, apenas un susurro en la tela encantada delata la carga energética que preservan: no simple magia, sino esencia demoníaca… latente, primitiva, debilitada por el fin, pero jamás extinta. Embebidos en corrupción, envueltos en silencio, los huesos respiran poder. No el que fue. No el que es. El que vendrá. Prometedores. Como la chispa que antecede a la creación.
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  • ¡I Demon Ninja!

    En el patio del kinder, mientras sus compañeras corren y jugar, Akane se acomoda debajo de un árbol con su libreta y sus lápices de colores. La pequeña prodigio del dibujo, con la lengua apenas asomando de concentración, empieza a dibujar su yo adulta, una demonio de piel verde, cuernos puntiagudos, cola ondulante y un traje ninja que haría orgullosa a su madre Yuna. "Soy la reina ninja del inframundo."

    Pronto, sus compañeras se acercan curiosas, hasta que ven el dibujo. “¡Qué miedo! ¿Esa eres tú?” dice una de ellas con ojos abiertos como platos. Akane pone su mejor cara seria y responde con voz grave: “Sí... Y si me enojan, me transformo en esto. Así que mejor no me hagan enfadar.” Sus compañeras gritan y salen corriendo en desbandada mientras Akane suelta una carcajada que hace eco por todo el patio.
    Momentos después, la profesora, con el rostro lleno de una mezcla de indignación y confusión, llega junto a Akane.

    Akane, con su pequeño cuerpo tambaleándose por el corredor del kinder, sigue a la profesora mientras observa que la llevan a la oficina del director. Al cruzar la puerta y ver a su madre Sasha Ishtar esperando, Akane frena por un instante, pero no porque tenga miedo, en realidad es mucho más divertida en su mente de niña traviesa.

    “Esto es peor de lo que pensaba,” piensa, tragándose una sonrisa. “Mami Sasha está aquí. Seguro que el director ya está temblando porque somos una familia de demonios. ¡Apuesto a que cree que, si me porto mal, Mami se transforma en un dragón gigante! ¿O será que él cree que yo ya tengo poderes mágicos?”


    la profesora y Akane entran a la oficina, esta no es la primera vez, por lo que Sasha, con los brazos cruzados pero una leve sonrisa que no logra ocultar. “Akane,” dice con voz solemne, “¿qué hiciste ahora?”

    Akane, sin poder contener la risa, responde: “¡Madre, creo que le tienen miedo a mi transformación!” Sasha niega con la cabeza mientras trata de no reírse, sabiendo que su hija había heredado su chispa y travesura. Y mientras la profesora intenta explicar la situación, Sasha le responde con calma: “No se preocupe, ella solo está... explorando su creatividad.”

    Mientras los adultos hablan, Akane siente que su imaginación vuela más alto, y para mantener su compostura, juega con sus manos, fingiendo estar pensativa. Pero cuando Sasha gira para mirarla con un ligero levantamiento de ceja, ella suelta una risita apenas audible.

    “Si Mamá supiera que el director cree que somos como los monstruos de las películas…” piensa mientras se muerde el labio para no estallar en carcajadas.




    ¡I Demon Ninja! En el patio del kinder, mientras sus compañeras corren y jugar, Akane se acomoda debajo de un árbol con su libreta y sus lápices de colores. La pequeña prodigio del dibujo, con la lengua apenas asomando de concentración, empieza a dibujar su yo adulta, una demonio de piel verde, cuernos puntiagudos, cola ondulante y un traje ninja que haría orgullosa a su madre Yuna. "Soy la reina ninja del inframundo." Pronto, sus compañeras se acercan curiosas, hasta que ven el dibujo. “¡Qué miedo! ¿Esa eres tú?” dice una de ellas con ojos abiertos como platos. Akane pone su mejor cara seria y responde con voz grave: “Sí... Y si me enojan, me transformo en esto. Así que mejor no me hagan enfadar.” Sus compañeras gritan y salen corriendo en desbandada mientras Akane suelta una carcajada que hace eco por todo el patio. Momentos después, la profesora, con el rostro lleno de una mezcla de indignación y confusión, llega junto a Akane. Akane, con su pequeño cuerpo tambaleándose por el corredor del kinder, sigue a la profesora mientras observa que la llevan a la oficina del director. Al cruzar la puerta y ver a su madre [SashaIshtar] esperando, Akane frena por un instante, pero no porque tenga miedo, en realidad es mucho más divertida en su mente de niña traviesa. “Esto es peor de lo que pensaba,” piensa, tragándose una sonrisa. “Mami Sasha está aquí. Seguro que el director ya está temblando porque somos una familia de demonios. ¡Apuesto a que cree que, si me porto mal, Mami se transforma en un dragón gigante! ¿O será que él cree que yo ya tengo poderes mágicos?” la profesora y Akane entran a la oficina, esta no es la primera vez, por lo que Sasha, con los brazos cruzados pero una leve sonrisa que no logra ocultar. “Akane,” dice con voz solemne, “¿qué hiciste ahora?” Akane, sin poder contener la risa, responde: “¡Madre, creo que le tienen miedo a mi transformación!” Sasha niega con la cabeza mientras trata de no reírse, sabiendo que su hija había heredado su chispa y travesura. Y mientras la profesora intenta explicar la situación, Sasha le responde con calma: “No se preocupe, ella solo está... explorando su creatividad.” Mientras los adultos hablan, Akane siente que su imaginación vuela más alto, y para mantener su compostura, juega con sus manos, fingiendo estar pensativa. Pero cuando Sasha gira para mirarla con un ligero levantamiento de ceja, ella suelta una risita apenas audible. “Si Mamá supiera que el director cree que somos como los monstruos de las películas…” piensa mientras se muerde el labio para no estallar en carcajadas.
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  • El Encanto de lo Inesperado
    Fandom Harry Potter
    Categoría Fantasía
    Starter Balthazar Octavius Blythe


    Cazador de Secretos, guardiana de criaturas.


    “Ella protege lo indomable. Él desentierra lo oculto. Juntos, descubrirán que algunas verdades no quieren ser halladas.”



    >>>>Marcaban las 10:05 en el reloj de pared que colgaba sobre la cabeza de Riley. Era ya el segundo café que se tomaba, y sentía que le había sabido a poco. De nuevo, un bostezo la atacaba sin poder contenerlo.

    – Por Dios, Riley, ¿Saliste anoche? – le preguntó Susie, su compañera de trabajo.

    – Podría decirse que sí… – respondió, sin dar mayores explicaciones y dejando a su compañera, que la miraba por encima de la montura de gafas, con ganas de escuchar alguna de sus fugaces historias amorosas. La verdad era que, definitivamente, el amor se le resistía a esa muchacha.

    En cuánto al tema de salir, aquel podría decirse era un “salí, pero no a lo que crees”. Y es que la joven Riley no podía contarle a su compañera que tenía una vida secreta. No siempre se trataba de chicos o… a no ser que ese chico pudiera definirse por un animal fantástico de morro largo, ancho y achatado, con pelo y cuatro patas como un Niffler.

    Y los lugares que esa chica frecuentaba para salir, de manera clásica, solían ser restaurantes de clase media, el cine, centros comerciales, picnic al aire libre o cualquier otro plan muggle. Porque había descubierto que pasar por una muggle era mucho más divertido de lo que esperaba, y lejos estaba de echar de menos el mundo mágico. Al menos con su nombre real, y dentro de la sociedad mágica dado que tenía que esconderse de su padre.

    Al final, después de más de 13 años de mantenerse oculta, parecía que su vida actual era mucho más satisfactoria de lo nunca hubiera creído.
    Disfrutaba del día a día, de perderse entre las páginas de los libros, entre las estanterías de libros que tan bien conocía, y sintiendo el firme suelo de mármol bajo sus pies con los techos abovedados sobre su cabeza.
    Si echaba la vista atrás, aquella biblioteca donde trabajaba era lo más parecido al mundo mágico. Tenía cierto aire a la biblioteca de Hogwarts. Tal vez, y no era algo en lo que solía pensar, por lo que tan a gusto se sentía en esa biblioteca. Sentirse cómoda en su trabajo era un hecho que no hubiera esperado.



    Y en cuanto a lo de secreta, Susie, esa mujer de 44 años y dulce expresión tras sus gafas de pasta rosa, que solía vestir con blusa y vestidos dándole un toque rebelde y desenfadado a su estilo con alguna mecha rosada escondida, se caería de culo si supiera que Riley era una bruja que se había escapado de casa con 17 años. Por no hablar del Obscuro que le había robado a su padre. Claro que, si se ponía en esas, tendría que comenzar con que su nombre real era Anna Barrow.
    Partiendo de esos “pequeños” detalles, existía todo un mundo mágico que Susie desconocía. Al que Riley ya apenas pertenecía más que para intentar alimentar con migajas el sueño que una vez tuvo que era estudiar magizoología. Ahora, lo que quedaba de eso era, tirando de un viejo contacto, Sharon, se dedicaba a investigar y parar la compraventa, o el mercado negro, de criaturas mágicas.

    Por suerte para el corazón de Susie, la joven bruja escondida en el mundo muggle, seguiría manteniendo aquel secretito para ella. Y, además, a su compañera solo le interesaba darle cierto toque de emoción a su vida escuchando las idas y venidas de la joven Riley.

    El carraspeo de Susie llamó la atención de Riley que, siendo ya algo habitual en ella, se había perdido entre sus pensamientos. La joven castaña ladeó la cabeza y se encogió de hombros a modo de un “¿Qué?”.

    – ¿Solo vas a decirme eso? – soltó la mujer de mediana edad colocando las gafas correctamente en la nariz mientras revisaba algunos libros devueltos del día anterior para colocarlos en el carrito de la biblioteca.

    – Salí a tomarme algo para no quedarme sola en casa… fue… aburrido – respondió con aburrimiento la joven Riley, quién decidió unirse a su compañera en colocar los libros en el carrito en el orden correcto para llevarlo a la sección que les correspondía.

    – ¿Sola? – soltó Susie, dejando un libro titulado “Guerra y paz” dentro del carrito para su posterior colocación en la estantería que le correspondía .

    – ¡¿Quién leerá esta clase de libros?! – se preguntó a sí misma en voz alta mientras sostenía uno de los libros – ¿Ehm? Sí, sola… Necesitaba salir y despejarme. No siempre tienes que quedar con alguien para tomarte algo, Susie, a veces es necesario una cita con uno mismo… – comentó la joven Riley, quitándole importancia y dándose aires de una chica con un amor propio en pleno crecimiento.

    Riley desvió su mirada hacia Susie, quien había permanecido demasiado callada, encontrando que su compañera tenía la vista fija en dirección a la puerta. La joven miró en la misma dirección que Susie y observó lo que llamaba la atención de Susie. Y cómo para no llamarle la atención. Era esa clase de chico guapo que llamaba la atención con su sola presencia, alto y delgado, de buen vestir y mejor andar.

    – ¡Ay, madre! – soltó Susie, que comenzó a airearse con un pequeño libro.

    – Sí que es guapo… Es nuevo – confirmó Riley. A lo que Susie siguió, y reafirmó – Es nuevo –.

    Y eso significaba que tenían la oportunidad de darle la bienvenida, de forma no descarada, al hombre que acaba de entrar. Ahora todo era cuestión de quién de las dos sería la más rápida.

    En ese momento, un chico joven se acercaba a la recepción para preguntar por un libro, y Riley mostrándose interesada en atender al joven dijo - Sí, claro… mi compañera estará encantada de indicar dónde se encuentra el libro… – dicho eso, recibió un sutil toque de la pierna de Susie contra la propia.

    Riley, siendo clara ganadora, salió de la recepción atusándose su traje semi formal con el carrito para colocar los libros. Era la excusa perfecta. Caminó por entre las mesas de estudio, y pasó por la primera estantería hasta llegar al segundo pasillo donde había visto que había girado el hombre.

    Allí estaba, definitivamente era mucho más guapo que en la primera impresión, y claramente mayor que ella, lo que no supondría ningún problema para Riley. No tenía intención de encontrar en ese hombre al amor de su vida, aquello no era más que un juego con el que darle diversión a su día. Y, si surgía, quién sabía lo que podría pasar; un par de citas, alguna alocada noche, ir al cine… Estaba yendo demasiado rápido, y eso que solo había caminado unos pasos hacía él con una profesional sonrisa fingiendo que el libro que iba a colocar en la estantería debía estar ahí. Obviamente no, ya lo colocaría correctamente, pero ya estaba a solo unos pocos pasos de él. Del nuevo.

    No tenía mucha idea de cómo entrarle ahora al hombre, y sin pensar demasiado, decidió improvisar.

    – Buenos días. Si necesitas algo, aquí estoy –.

    Definitivamente, podía haber sido mejor, pero ya iría tirando de ingenio y simpatía.

    Starter [B0BProphet] Cazador de Secretos, guardiana de criaturas. “Ella protege lo indomable. Él desentierra lo oculto. Juntos, descubrirán que algunas verdades no quieren ser halladas.” >>>>Marcaban las 10:05 en el reloj de pared que colgaba sobre la cabeza de Riley. Era ya el segundo café que se tomaba, y sentía que le había sabido a poco. De nuevo, un bostezo la atacaba sin poder contenerlo. – Por Dios, Riley, ¿Saliste anoche? – le preguntó Susie, su compañera de trabajo. – Podría decirse que sí… – respondió, sin dar mayores explicaciones y dejando a su compañera, que la miraba por encima de la montura de gafas, con ganas de escuchar alguna de sus fugaces historias amorosas. La verdad era que, definitivamente, el amor se le resistía a esa muchacha. En cuánto al tema de salir, aquel podría decirse era un “salí, pero no a lo que crees”. Y es que la joven Riley no podía contarle a su compañera que tenía una vida secreta. No siempre se trataba de chicos o… a no ser que ese chico pudiera definirse por un animal fantástico de morro largo, ancho y achatado, con pelo y cuatro patas como un Niffler. Y los lugares que esa chica frecuentaba para salir, de manera clásica, solían ser restaurantes de clase media, el cine, centros comerciales, picnic al aire libre o cualquier otro plan muggle. Porque había descubierto que pasar por una muggle era mucho más divertido de lo que esperaba, y lejos estaba de echar de menos el mundo mágico. Al menos con su nombre real, y dentro de la sociedad mágica dado que tenía que esconderse de su padre. Al final, después de más de 13 años de mantenerse oculta, parecía que su vida actual era mucho más satisfactoria de lo nunca hubiera creído. Disfrutaba del día a día, de perderse entre las páginas de los libros, entre las estanterías de libros que tan bien conocía, y sintiendo el firme suelo de mármol bajo sus pies con los techos abovedados sobre su cabeza. Si echaba la vista atrás, aquella biblioteca donde trabajaba era lo más parecido al mundo mágico. Tenía cierto aire a la biblioteca de Hogwarts. Tal vez, y no era algo en lo que solía pensar, por lo que tan a gusto se sentía en esa biblioteca. Sentirse cómoda en su trabajo era un hecho que no hubiera esperado. Y en cuanto a lo de secreta, Susie, esa mujer de 44 años y dulce expresión tras sus gafas de pasta rosa, que solía vestir con blusa y vestidos dándole un toque rebelde y desenfadado a su estilo con alguna mecha rosada escondida, se caería de culo si supiera que Riley era una bruja que se había escapado de casa con 17 años. Por no hablar del Obscuro que le había robado a su padre. Claro que, si se ponía en esas, tendría que comenzar con que su nombre real era Anna Barrow. Partiendo de esos “pequeños” detalles, existía todo un mundo mágico que Susie desconocía. Al que Riley ya apenas pertenecía más que para intentar alimentar con migajas el sueño que una vez tuvo que era estudiar magizoología. Ahora, lo que quedaba de eso era, tirando de un viejo contacto, Sharon, se dedicaba a investigar y parar la compraventa, o el mercado negro, de criaturas mágicas. Por suerte para el corazón de Susie, la joven bruja escondida en el mundo muggle, seguiría manteniendo aquel secretito para ella. Y, además, a su compañera solo le interesaba darle cierto toque de emoción a su vida escuchando las idas y venidas de la joven Riley. El carraspeo de Susie llamó la atención de Riley que, siendo ya algo habitual en ella, se había perdido entre sus pensamientos. La joven castaña ladeó la cabeza y se encogió de hombros a modo de un “¿Qué?”. – ¿Solo vas a decirme eso? – soltó la mujer de mediana edad colocando las gafas correctamente en la nariz mientras revisaba algunos libros devueltos del día anterior para colocarlos en el carrito de la biblioteca. – Salí a tomarme algo para no quedarme sola en casa… fue… aburrido – respondió con aburrimiento la joven Riley, quién decidió unirse a su compañera en colocar los libros en el carrito en el orden correcto para llevarlo a la sección que les correspondía. – ¿Sola? – soltó Susie, dejando un libro titulado “Guerra y paz” dentro del carrito para su posterior colocación en la estantería que le correspondía . – ¡¿Quién leerá esta clase de libros?! – se preguntó a sí misma en voz alta mientras sostenía uno de los libros – ¿Ehm? Sí, sola… Necesitaba salir y despejarme. No siempre tienes que quedar con alguien para tomarte algo, Susie, a veces es necesario una cita con uno mismo… – comentó la joven Riley, quitándole importancia y dándose aires de una chica con un amor propio en pleno crecimiento. Riley desvió su mirada hacia Susie, quien había permanecido demasiado callada, encontrando que su compañera tenía la vista fija en dirección a la puerta. La joven miró en la misma dirección que Susie y observó lo que llamaba la atención de Susie. Y cómo para no llamarle la atención. Era esa clase de chico guapo que llamaba la atención con su sola presencia, alto y delgado, de buen vestir y mejor andar. – ¡Ay, madre! – soltó Susie, que comenzó a airearse con un pequeño libro. – Sí que es guapo… Es nuevo – confirmó Riley. A lo que Susie siguió, y reafirmó – Es nuevo –. Y eso significaba que tenían la oportunidad de darle la bienvenida, de forma no descarada, al hombre que acaba de entrar. Ahora todo era cuestión de quién de las dos sería la más rápida. En ese momento, un chico joven se acercaba a la recepción para preguntar por un libro, y Riley mostrándose interesada en atender al joven dijo - Sí, claro… mi compañera estará encantada de indicar dónde se encuentra el libro… – dicho eso, recibió un sutil toque de la pierna de Susie contra la propia. Riley, siendo clara ganadora, salió de la recepción atusándose su traje semi formal con el carrito para colocar los libros. Era la excusa perfecta. Caminó por entre las mesas de estudio, y pasó por la primera estantería hasta llegar al segundo pasillo donde había visto que había girado el hombre. Allí estaba, definitivamente era mucho más guapo que en la primera impresión, y claramente mayor que ella, lo que no supondría ningún problema para Riley. No tenía intención de encontrar en ese hombre al amor de su vida, aquello no era más que un juego con el que darle diversión a su día. Y, si surgía, quién sabía lo que podría pasar; un par de citas, alguna alocada noche, ir al cine… Estaba yendo demasiado rápido, y eso que solo había caminado unos pasos hacía él con una profesional sonrisa fingiendo que el libro que iba a colocar en la estantería debía estar ahí. Obviamente no, ya lo colocaría correctamente, pero ya estaba a solo unos pocos pasos de él. Del nuevo. No tenía mucha idea de cómo entrarle ahora al hombre, y sin pensar demasiado, decidió improvisar. – Buenos días. Si necesitas algo, aquí estoy –. Definitivamente, podía haber sido mejor, pero ya iría tirando de ingenio y simpatía.
    Tipo
    Grupal
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  • "Caminando con los Muertos" (Parte IV)

    Tolek necesita dos cosas, por ahora, para no volver a perder el norte: un punto de referencia y un ojo en el cielo.

    Sin dejar de mirar al frente hacia donde la aparición, el brujo clava su bastón en el piso, destellos mágicos crecen como raíces sobre el lodo y abrazan el suelo a su alrededor tomando la forma de una sencilla telaraña de hilos plateados. Este es su punto de referencia, una baliza helada en medio de la nada.

    Luego, Tolek toma a Lester con una mano y lo lanza al cielo. El ave se apresura a extender las alas, orientarse y dirigirse hacia donde el brujo está mirando, sus ojos de cuervo llevan consigo la misma magia que le permite a su amo ver más allá.

    — Amo, ¡Veo las almas! —Exclama, emocionado—. Están reuniéndose más adelante, no sé por qué...

    De la misma forma que Lester no necesita emitir sonido alguno para comunicarse con su amo, este puede decirle sin hablar palabra alguna.

    — Adelántate, yo te sigo.

    Y la caminata duraría alrededor de quince minutos, si es que el caprichoso tiempo del mundo de los muertos se dejara medir. Quince minutos de silencio por parte del brujo, quien todavía arrastra el resabio del baño de angustia de las almas liberadas, y no quiere hablar. Lester podría querer empezar a hacer preguntas, y aun si escogiera no responderlas, cada pensamiento en la dirección incorrecta podría ser el único necesario para llevarle a perder el control.

    De pronto, una nube como un enjambre de almas perdidas se revela como una madeja enrollada entorno a... ¿Entorno a qué?

    — Amo, son demasiadas. No puedo ver qué las está atrayendo —reporta el ave desde su posición en las alturas, mientras vuela en círculos alrededor como un cazador que ha encontrado a su presa.

    El brujo sabe que sólo hay una forma de averiguar qué es lo que está llamando la atención de las almas y que Veles está interesado en que él encuentre.

    Camina con firmeza, con la prisa de la expectativa. Las almas son tantas que revuelven el ambiente como miles de banderas ondeando en la misma dirección llevadas por un viento salvaje que arrastra en la cercanía. La sensación es abrumadora, pero Tolek persiste e insiste en aproximarse cada vez más, empujando contra la fuerza que le repele.

    Basta que roce la superficie de la esfera para que un grito desolador escape partiendo el aire, como el grito de una banshee, aunque incapaz de congelar a quien ha nacido del hielo. Otras almas le hacen eco, angustiadas y agónicas, reconocen en el brujo una esencia parecida al que les condenó a la eterna miseria del dolor y el sufrimiento. Se retuercen, intentan alejarse de él alterando así la uniformidad de la madeja. El desbalance se acentúa conforme el terror se apodera de ellas hasta que finalmente, la bola colapsa y las almas vuelven a dispersarse como una burbuja que explota, sólo que en lugar de ser de jabón parece ser de aceite hirviendo. Tolek cierra los ojos por mero impulso.

    — ¿Lester?

    El cuervo grita en lo alto y el brujo entiende que él está bien. Luego, el brujo puede devolver su atención al frente, abriendo los ojos lentamente.

    — ¡Un huevo! —Exclama, indignado.

    Tolek levanta el puño al cielo.

    — ¿En serio? ¿Me estás viendo la cara de papá pato? ¡Más vale que no sea de dragón! —Protesta, maldiciendo su mala suerte.

    Una profunda risa gutural resuena no en el cielo, sino debajo en el suelo, como si fuera la tierra misma burlándose del brujo.

    — Sí, tú ríete... —agrega, tensando los labios.

    Veles es, en parte, el dios de las travesuras, después de todo.
    Pero el brujo nota algo que hace a este huevo algo peculiar, pequeños detalles que lo hacen similar a una de esas costosas piezas de joyería que solían presumir los zares en tiempos de antes.

    — Oh, ya veo. Es una de esas cosas... —piensa en voz alta, más relajado.

    El brujo se inclina para coger el objeto con cuidado, como si estuviera cayendo en una trampa de forma tan voluntaria como le caracteriza. El pequeño huevo, que puede rodear perfectamente con los dedos, se siente cálido al tacto y emana un suave aroma a hierba de ruda. Tolek se lo guarda en el bolsillo mágico de su abrigo antes de enderezarse.

    Y al levantar la mirada puede ver que hay detalles nuevos en el paisaje. En el cielo hay auroras brillando con el mismo tono que lo hacía el huevo antes de que lo tomara, pero más importante que ello, puede ver la brecha por la que han entrado las almas.

    — Amo, ya puedes presumir de que le agarraste un huevo a Veles.

    Pero Tolek no puede prestar atención al troleo de su familiar esta vez, su mirada está fija, perdida en la brecha que arde como una herida en el cielo. Puede ver más allá al interior de una diminuta abertura, un fondo de paredes cubiertas de un papel mural amarillento que reconoce.

    #ElBrujoCojo §iძ𝑬
    "Caminando con los Muertos" (Parte IV) Tolek necesita dos cosas, por ahora, para no volver a perder el norte: un punto de referencia y un ojo en el cielo. Sin dejar de mirar al frente hacia donde la aparición, el brujo clava su bastón en el piso, destellos mágicos crecen como raíces sobre el lodo y abrazan el suelo a su alrededor tomando la forma de una sencilla telaraña de hilos plateados. Este es su punto de referencia, una baliza helada en medio de la nada. Luego, Tolek toma a Lester con una mano y lo lanza al cielo. El ave se apresura a extender las alas, orientarse y dirigirse hacia donde el brujo está mirando, sus ojos de cuervo llevan consigo la misma magia que le permite a su amo ver más allá. — Amo, ¡Veo las almas! —Exclama, emocionado—. Están reuniéndose más adelante, no sé por qué... De la misma forma que Lester no necesita emitir sonido alguno para comunicarse con su amo, este puede decirle sin hablar palabra alguna. — Adelántate, yo te sigo. Y la caminata duraría alrededor de quince minutos, si es que el caprichoso tiempo del mundo de los muertos se dejara medir. Quince minutos de silencio por parte del brujo, quien todavía arrastra el resabio del baño de angustia de las almas liberadas, y no quiere hablar. Lester podría querer empezar a hacer preguntas, y aun si escogiera no responderlas, cada pensamiento en la dirección incorrecta podría ser el único necesario para llevarle a perder el control. De pronto, una nube como un enjambre de almas perdidas se revela como una madeja enrollada entorno a... ¿Entorno a qué? — Amo, son demasiadas. No puedo ver qué las está atrayendo —reporta el ave desde su posición en las alturas, mientras vuela en círculos alrededor como un cazador que ha encontrado a su presa. El brujo sabe que sólo hay una forma de averiguar qué es lo que está llamando la atención de las almas y que Veles está interesado en que él encuentre. Camina con firmeza, con la prisa de la expectativa. Las almas son tantas que revuelven el ambiente como miles de banderas ondeando en la misma dirección llevadas por un viento salvaje que arrastra en la cercanía. La sensación es abrumadora, pero Tolek persiste e insiste en aproximarse cada vez más, empujando contra la fuerza que le repele. Basta que roce la superficie de la esfera para que un grito desolador escape partiendo el aire, como el grito de una banshee, aunque incapaz de congelar a quien ha nacido del hielo. Otras almas le hacen eco, angustiadas y agónicas, reconocen en el brujo una esencia parecida al que les condenó a la eterna miseria del dolor y el sufrimiento. Se retuercen, intentan alejarse de él alterando así la uniformidad de la madeja. El desbalance se acentúa conforme el terror se apodera de ellas hasta que finalmente, la bola colapsa y las almas vuelven a dispersarse como una burbuja que explota, sólo que en lugar de ser de jabón parece ser de aceite hirviendo. Tolek cierra los ojos por mero impulso. — ¿Lester? El cuervo grita en lo alto y el brujo entiende que él está bien. Luego, el brujo puede devolver su atención al frente, abriendo los ojos lentamente. — ¡Un huevo! —Exclama, indignado. Tolek levanta el puño al cielo. — ¿En serio? ¿Me estás viendo la cara de papá pato? ¡Más vale que no sea de dragón! —Protesta, maldiciendo su mala suerte. Una profunda risa gutural resuena no en el cielo, sino debajo en el suelo, como si fuera la tierra misma burlándose del brujo. — Sí, tú ríete... —agrega, tensando los labios. Veles es, en parte, el dios de las travesuras, después de todo. Pero el brujo nota algo que hace a este huevo algo peculiar, pequeños detalles que lo hacen similar a una de esas costosas piezas de joyería que solían presumir los zares en tiempos de antes. — Oh, ya veo. Es una de esas cosas... —piensa en voz alta, más relajado. El brujo se inclina para coger el objeto con cuidado, como si estuviera cayendo en una trampa de forma tan voluntaria como le caracteriza. El pequeño huevo, que puede rodear perfectamente con los dedos, se siente cálido al tacto y emana un suave aroma a hierba de ruda. Tolek se lo guarda en el bolsillo mágico de su abrigo antes de enderezarse. Y al levantar la mirada puede ver que hay detalles nuevos en el paisaje. En el cielo hay auroras brillando con el mismo tono que lo hacía el huevo antes de que lo tomara, pero más importante que ello, puede ver la brecha por la que han entrado las almas. — Amo, ya puedes presumir de que le agarraste un huevo a Veles. Pero Tolek no puede prestar atención al troleo de su familiar esta vez, su mirada está fija, perdida en la brecha que arde como una herida en el cielo. Puede ver más allá al interior de una diminuta abertura, un fondo de paredes cubiertas de un papel mural amarillento que reconoce. #ElBrujoCojo [SideBlackHole]
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  • No solía interferir en las celebraciones mortales, pero esa mañana, al sentir el murmullo de miles de niños soñando con huevos de colores, conejos mágicos y risas en jardines soleados, decidió intervenir. Se envolvió en su manto de niebla y descendió suavemente al mundo de los vivos, no como una sombra, sino como una brisa cálida que acaricia los párpados.
    No solía interferir en las celebraciones mortales, pero esa mañana, al sentir el murmullo de miles de niños soñando con huevos de colores, conejos mágicos y risas en jardines soleados, decidió intervenir. Se envolvió en su manto de niebla y descendió suavemente al mundo de los vivos, no como una sombra, sino como una brisa cálida que acaricia los párpados.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Okay... Respira, Caroline, respira... Porque no todos los días te dan LA noticia del año (¿o de la década?). ¡¡¡Nuestros queridos personajes 3D Anna Wallace y Anthork BloodMoon están oficialmente comprometidos!!! 🥹

    Sí, sí, lo sé... "¡¿Cuándo pasó?! ¡¿Cómo no nos enteramos antes?!" Pues porque seguro que fue íntimo, mágico y 100% perfecto. *Insertar suspiro dramático aquí*

    Y es que si alguien merecía este final de cuento de hadas (¡que en realidad es un nuevo comienzo!), son ellos. Después de todo lo vivido, por fin llega el momento.

    Así que desde aquí, como buena fan, RolSage y estupenda Wedding Planner , solo tengo algo que decir:

    ¡QUE VIVAN LOS NOVIOS!
    P.D: ¿Podemos ir preparando las flores, los votos, y una playlist épica? Porque este bodorrio va a ser inolvidable.

    ¡ENHORABUENA, PAREJA!

    #Comprometidos #3DLoveStory #FicRolMagic #UnaBodaParaRecordar #LagrimitaYEmoción
    💍✨ Okay... Respira, Caroline, respira... Porque no todos los días te dan LA noticia del año (¿o de la década?). ¡¡¡Nuestros queridos personajes 3D [glimmer_violet_tiger_639] y [Alpha.Anthork] están oficialmente comprometidos!!! 💖🥹 Sí, sí, lo sé... "¡¿Cuándo pasó?! ¡¿Cómo no nos enteramos antes?!" Pues porque seguro que fue íntimo, mágico y 100% perfecto. *Insertar suspiro dramático aquí* Y es que si alguien merecía este final de cuento de hadas (¡que en realidad es un nuevo comienzo!), son ellos. Después de todo lo vivido, por fin llega el momento. Así que desde aquí, como buena fan, RolSage y estupenda Wedding Planner , solo tengo algo que decir: 🎊 ¡QUE VIVAN LOS NOVIOS! 🎊 P.D: ¿Podemos ir preparando las flores, los votos, y una playlist épica? Porque este bodorrio va a ser inolvidable. ¡ENHORABUENA, PAREJA! 💖💍 #Comprometidos #3DLoveStory #FicRolMagic #UnaBodaParaRecordar #LagrimitaYEmoción 💫👰‍♀️🤵‍♂️
    ¿ESTO.. ESTO ES REAL? QUIERO DECIR, SÍ. QUIERO CASARME CONTIGO, QUIERO SER TAN TUYA DE LO QUE YA SOY COMO TÚ TAN MÍO. ACEPTO CASARME CONTIGO
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  • !Hola! Soy Miky, una elfa del bosque encantado, amante de los misterios, la luna y los tesoros ocultos.
    Con un corazón curioso, recorro mundos entre libros, arte y estrellas.
    Siempre lista para hechizar con estilo y compartir un poco de brillo oscuro y dulce.
    ¡Bienvenidos a mi rincón mágico!☆ ヾ(=`ω´=)ノ”
    !Hola! Soy Miky, una elfa del bosque encantado, amante de los misterios, la luna y los tesoros ocultos. Con un corazón curioso, recorro mundos entre libros, arte y estrellas. Siempre lista para hechizar con estilo y compartir un poco de brillo oscuro y dulce. ¡Bienvenidos a mi rincón mágico!☆ ヾ(=`ω´=)ノ”
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  • Una fría noche de invierno viendo caer los copos de nieve fue cuando mis ojos se cruzaron con los tuyos, fue un instante mágico.
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  • Un mago no debe depender tanto de la magia en el combate.
    aunque suene contradictorio, pues justamente el mago usa el poder mágico para sus actos.

    Pero, ¿que ocurre si tu magia es anulada por completo?¿rendirse es opción?

    No, para eso tambien debe entrenarse en el combate . los puños han salvado la vida cuando la magia no ha podido.
    Un mago no debe depender tanto de la magia en el combate. aunque suene contradictorio, pues justamente el mago usa el poder mágico para sus actos. Pero, ¿que ocurre si tu magia es anulada por completo?¿rendirse es opción? No, para eso tambien debe entrenarse en el combate . los puños han salvado la vida cuando la magia no ha podido.
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