──── Bleh ──── Santiago siempre se ha caracterizado por su amor hacía los animales en toda su vida. Entre ellos; esta al cuál considera su hijo : Francesco. Un gato de color negro, travieso y le saca alguna que otras canas al viejito.
Desde que quedó viudo y huérfilo hace varios años quedó atrapado en la profunda depresión ante la perdida y soledad aue conllevaba. Hasta que en ese entonces lo encontró a él; a Francesco allí siendo un pequeño gatito callejero y desnutrido de apenas unos meses de nacido.
Desde ese día, lo adoptó y lo cuida como si fuese su hijo. Al borde del suicidio, encontró esa pequeña luz que podía darle la oportunidad de seguir adelante y con una nueva compañia en su vida. Francesco sabe que a Santiago no le queda mucho tiempo de vida, pero igual ahí anda molestándolo como siempre y rompiendo sus vasos de vidrio favoritos pero de todas formas lo ama y quiere.
Desde que quedó viudo y huérfilo hace varios años quedó atrapado en la profunda depresión ante la perdida y soledad aue conllevaba. Hasta que en ese entonces lo encontró a él; a Francesco allí siendo un pequeño gatito callejero y desnutrido de apenas unos meses de nacido.
Desde ese día, lo adoptó y lo cuida como si fuese su hijo. Al borde del suicidio, encontró esa pequeña luz que podía darle la oportunidad de seguir adelante y con una nueva compañia en su vida. Francesco sabe que a Santiago no le queda mucho tiempo de vida, pero igual ahí anda molestándolo como siempre y rompiendo sus vasos de vidrio favoritos pero de todas formas lo ama y quiere.
──── Bleh ──── Santiago siempre se ha caracterizado por su amor hacía los animales en toda su vida. Entre ellos; esta al cuál considera su hijo : Francesco. Un gato de color negro, travieso y le saca alguna que otras canas al viejito.
Desde que quedó viudo y huérfilo hace varios años quedó atrapado en la profunda depresión ante la perdida y soledad aue conllevaba. Hasta que en ese entonces lo encontró a él; a Francesco allí siendo un pequeño gatito callejero y desnutrido de apenas unos meses de nacido.
Desde ese día, lo adoptó y lo cuida como si fuese su hijo. Al borde del suicidio, encontró esa pequeña luz que podía darle la oportunidad de seguir adelante y con una nueva compañia en su vida. Francesco sabe que a Santiago no le queda mucho tiempo de vida, pero igual ahí anda molestándolo como siempre y rompiendo sus vasos de vidrio favoritos pero de todas formas lo ama y quiere.
