• Lᴀ ɴᴏᴄʜᴇ ᴅᴇ ʟᴀs ʀᴇɪɴᴀs
    Fandom ZYXS
    Categoría Slice of Life
    Había llegado puntual por ella, lo cual por sí mismo ya era extraño. Dejar de lado que además de su primo y Zaphiro, sería la primera persona que invitaba por cuenta propia a entrar a su casa, ya ni hablar de la idea que alguien conviviera con sus gatas o con la anciana a la que Masthian decía cuidar.

    Estacionó la vieja Chevy frente a la casa de Thalya, teniendo una mezcla extraña de emociones. No eran nervios, pero sí, quizás algo de emoción. Parecía un experimento extraño aquello, con todo y su experiencia en citas, aquella era por mucho en la que más se había esforzado.

    La camisa negra arremangada por encima del codo, dejando a la vista el patrón de tatuajes que tenía en el antebrazo y los anillos brillando en sus dedos. Mientras esperaba que abriera la puerta después de tocar el timbre, se aseguró por el reflejo del espejo que su cabello estuviera en orden. Solo un mero acto reflejo, por que sabía que de todos modos se vería bien.

    — Hey, bonita — Saludó una vez que la mujer abrió, sonriéndole abiertamente. — ¿Lista para llenarte de pelos y chistes agrios?

    Tras guiarla al asiento del copiloto en la vieja camioneta y ayudarla a acomodarse, se dirigió a su propio asiento, poniéndose en marcha. No era un trayecto demasiado largo y Masthian lo aprovechó para tener una plática casual, le actualizó el estatus de algunas cosas que por fin se concretaron de su trabajo y un par de halagos entre risas.

    Al estacionarse, se adelantó para poder abrirle la puerta y ayudarla a bajar, marcándole el camino para entrar a su casa. Su casa era un ejemplo perfecto de equilibrio entre un estilo clásico, de esos que parecen salidos de algún cuento y la modernidad de una ciudad. Tenía una fachada adorable, con varias flores que su abuela se encargaba de cuidar y varios adornos que le daban el toque hogareño.

    — ¡Abue! Ya llegamos —Anunció al abrir la puerta, dejando que Thalya pasara primero. El lugar estaba impregnado del aroma de la cena, hierbas de olor, varios condimentos. La decoración era obviamente producto de la señora que ahí vivía, papel tapiz en las paredes, varios cuadros donde se mostraban diferentes momentos de su familia. Y una hilera de fotografías que pertenecían a Masthian, mostrando el crecimiento del muchacho, desde un niño pequeño haciendo mala cara, pasando por su adolescencia, la pubertad y la última, que fue en su graduación, con todos sus amigos posando para la fotografía. Una voz temblorosa y alegre le respondió desde la cocina, invitándolos a pasar. Masthian solo le sonrió a Thalya, estrechando su mano para guiarla donde la anciana.


    Había llegado puntual por ella, lo cual por sí mismo ya era extraño. Dejar de lado que además de su primo y Zaphiro, sería la primera persona que invitaba por cuenta propia a entrar a su casa, ya ni hablar de la idea que alguien conviviera con sus gatas o con la anciana a la que Masthian decía cuidar. Estacionó la vieja Chevy frente a la casa de Thalya, teniendo una mezcla extraña de emociones. No eran nervios, pero sí, quizás algo de emoción. Parecía un experimento extraño aquello, con todo y su experiencia en citas, aquella era por mucho en la que más se había esforzado. La camisa negra arremangada por encima del codo, dejando a la vista el patrón de tatuajes que tenía en el antebrazo y los anillos brillando en sus dedos. Mientras esperaba que abriera la puerta después de tocar el timbre, se aseguró por el reflejo del espejo que su cabello estuviera en orden. Solo un mero acto reflejo, por que sabía que de todos modos se vería bien. — Hey, bonita — Saludó una vez que la mujer abrió, sonriéndole abiertamente. — ¿Lista para llenarte de pelos y chistes agrios? Tras guiarla al asiento del copiloto en la vieja camioneta y ayudarla a acomodarse, se dirigió a su propio asiento, poniéndose en marcha. No era un trayecto demasiado largo y Masthian lo aprovechó para tener una plática casual, le actualizó el estatus de algunas cosas que por fin se concretaron de su trabajo y un par de halagos entre risas. Al estacionarse, se adelantó para poder abrirle la puerta y ayudarla a bajar, marcándole el camino para entrar a su casa. Su casa era un ejemplo perfecto de equilibrio entre un estilo clásico, de esos que parecen salidos de algún cuento y la modernidad de una ciudad. Tenía una fachada adorable, con varias flores que su abuela se encargaba de cuidar y varios adornos que le daban el toque hogareño. — ¡Abue! Ya llegamos —Anunció al abrir la puerta, dejando que Thalya pasara primero. El lugar estaba impregnado del aroma de la cena, hierbas de olor, varios condimentos. La decoración era obviamente producto de la señora que ahí vivía, papel tapiz en las paredes, varios cuadros donde se mostraban diferentes momentos de su familia. Y una hilera de fotografías que pertenecían a Masthian, mostrando el crecimiento del muchacho, desde un niño pequeño haciendo mala cara, pasando por su adolescencia, la pubertad y la última, que fue en su graduación, con todos sus amigos posando para la fotografía. Una voz temblorosa y alegre le respondió desde la cocina, invitándolos a pasar. Masthian solo le sonrió a Thalya, estrechando su mano para guiarla donde la anciana.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    12
    Estado
    Disponible
    7 turnos 0 maullidos
  • *La delicada música se derramaba como buen licor sobre el vestíbulo. Era un jazz pausado, y muy delicado.... Los presentes allí, vestidos con la noche, en trajes oscuros y perfumes intensos, saboreaban los tragos y degustaban las conversaciones.

    Algunos habían llegado tomados del brazo de sus amantes, buscando en la noche un momento íntimo. Otros, sin embargo, se envolvían en la melancolía de sus recuerdos, dejando que el alcohol les ofreciera ese manto de paz.

    En un rincón, estaba el Oso Ivanova.

    Frente a él, un vaso de Jack Daniels. Y sus ojos recorrían el lugar, escaneando rostros, gestos y palabras. A cada lado, sus hombres.*

    ¿Qué puede salir mal?
    *La delicada música se derramaba como buen licor sobre el vestíbulo. Era un jazz pausado, y muy delicado.... Los presentes allí, vestidos con la noche, en trajes oscuros y perfumes intensos, saboreaban los tragos y degustaban las conversaciones. Algunos habían llegado tomados del brazo de sus amantes, buscando en la noche un momento íntimo. Otros, sin embargo, se envolvían en la melancolía de sus recuerdos, dejando que el alcohol les ofreciera ese manto de paz. En un rincón, estaba el Oso Ivanova. Frente a él, un vaso de Jack Daniels. Y sus ojos recorrían el lugar, escaneando rostros, gestos y palabras. A cada lado, sus hombres.* ¿Qué puede salir mal? 🥃🎷
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  • Adorada tarde
    Fandom Los Bridgerton
    Categoría Original
    Estoy tomando una taza de té sentado en el sofá que hay en nuestra habitación, mi esposa Penélope Bridgerton se encuentra eligiendo las joyas que desea ponerse hoy.
    Su doncella personal todavía no ha llegado por lo que estamos a solas.
    Estoy tomando una taza de té sentado en el sofá que hay en nuestra habitación, mi esposa [Pluma_CX] se encuentra eligiendo las joyas que desea ponerse hoy. Su doncella personal todavía no ha llegado por lo que estamos a solas.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
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  • Mika había llegado a casa esa tarde, bastante después de su horario de trabajo. Hee Kim Park y él habían estado distanciados hace unos días por lo que pasó en el hospital y no parecían encontrar el tiempo para solucionarlo o Mika creía que Hee necesitaba ese tiempo.
    Al llegar dejó las cosas en el perchero de la entrada y se acercó a dejar un beso en la mejilla de su novio como todos los días, pero no hacia más que eso. Se podía notar que se había peleado, sus nudillos estaban rojos y tenía un par de marcas en el rostro y en los brazos, pero no dijo nada, solo se acercó a la mesa a acomodar algunas cosas para la cena.
    Mika había llegado a casa esa tarde, bastante después de su horario de trabajo. [flash_gold_lizard_133] y él habían estado distanciados hace unos días por lo que pasó en el hospital y no parecían encontrar el tiempo para solucionarlo o Mika creía que Hee necesitaba ese tiempo. Al llegar dejó las cosas en el perchero de la entrada y se acercó a dejar un beso en la mejilla de su novio como todos los días, pero no hacia más que eso. Se podía notar que se había peleado, sus nudillos estaban rojos y tenía un par de marcas en el rostro y en los brazos, pero no dijo nada, solo se acercó a la mesa a acomodar algunas cosas para la cena.
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  • Su celo finalmente había llegado, sintiendo el escalofrío por toda la columna vertebral antes del calor subiendo poco a poco, causando un cosquilleo en su vientre, gruñendo suave.

    —Ha llegado...
    Su celo finalmente había llegado, sintiendo el escalofrío por toda la columna vertebral antes del calor subiendo poco a poco, causando un cosquilleo en su vientre, gruñendo suave. —Ha llegado...
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  • *Elios estaba en la cafetería donde trabajaba.*

    [Ya no tiene sentido lamentarse por mi tardanza... Mejor que me apresure y recupere el tiempo perdido...]

    *Tras recomponerse, luego de recuperar los ánimos Elios había llegado a esa conclusión, así que se había puesto a trabajar, enfocado en gastar el menor tiempo posible para hacer bien las cosas.*

    -Es una linda tarde. Digame, ¿Puedo tomar su orden?
    *Elios estaba en la cafetería donde trabajaba.* [Ya no tiene sentido lamentarse por mi tardanza... Mejor que me apresure y recupere el tiempo perdido...] *Tras recomponerse, luego de recuperar los ánimos Elios había llegado a esa conclusión, así que se había puesto a trabajar, enfocado en gastar el menor tiempo posible para hacer bien las cosas.* -Es una linda tarde. Digame, ¿Puedo tomar su orden? 😁
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  • Ha llegado el momento una vez más. Si no puede haber paz, haré que todo llegue a su fin. Recuerda Lan Wangji ya no hay marcha atrás
    Ha llegado el momento una vez más. Si no puede haber paz, haré que todo llegue a su fin. Recuerda [LanWangji] ya no hay marcha atrás
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  • Parque de Diversiones | Tarde Cálida y Alborotada

    El sol brillaba con una intensidad casi burlona, como si quisiera competir con la energía de los fuegos artificiales que más tarde decorarían el cielo. El parque de diversiones estaba en su punto máximo de bullicio; risas infantiles, música colorida, y el chasquido intermitente de los juegos mecánicos llenaban el ambiente.

    Entre toda la multitud, una chica rubia de ojos vivos y chispeantes se movía con paso ágil, sujetando un algodón de azúcar entre los dedos. Llevaba el cabello atado en una media coleta que bailaba con cada paso, y unos lentes oscuros grandes que le cubrían media cara. Era imposible no notarla. No por su estilo, sino por la calidez que irradiaba. Literalmente. Cada persona que pasaba cerca sentía como si el aire subiera unos cuantos grados.

    —Hey, hey, tranquilo… —dijo con suavidad, hincándose frente a un pequeño niño de unos cinco años que lloraba desconsolado junto a un puesto de helados. El algodón quedó a un lado, olvidado mientras ella le ofrecía una sonrisa cálida—. ¿Te perdiste, pequeño sol?

    Intentó calmarlo sin invadir su espacio, extendiendo una mano con cuidado. Su temperatura era anormal, pero los niños, a veces, percibían eso como algo tranquilizador. Como una mamá gallina con su pollito.

    Entonces, alguien más se acercó.

    Un chico joven, cabello alborotado, mirada curiosa, pero con ese tipo de energía que vibra como una batería bien cargada. Aliona giró la cabeza y lo miró. Su ceja se alzó suavemente, como evaluando al recién llegado con ese descaro elegante que se heredaba sin querer de cierta celebridad humana antorcha.

    —¿Tú también viniste al rescate? —preguntó con una sonrisa de lado, divertida—. Parece que al menos alguien más notó el caos.

    Mientras juntos trataban de calmar al niño, apareció una pareja desesperada entre la multitud. Aliona se levantó al verlos y alzó la mano, llamando su atención. El reencuentro fue rápido, lleno de agradecimientos y lágrimas de alivio.

    Y cuando los padres se alejaron con el pequeño, la chica rubia se quedó en el mismo lugar, ahora con su algodón derretido en la mano y una expresión de ligera derrota.

    —Genial… ahora tengo jarabe rosa en toda la mano —resopló, sacudiéndose los dedos—. Aunque al menos valió la pena.

    Miró al chico otra vez, con un dejo de interés genuino.

    —¿Cómo te llamas, héroe de parque de diversiones?


    Thomas Maximoff
    Parque de Diversiones | Tarde Cálida y Alborotada El sol brillaba con una intensidad casi burlona, como si quisiera competir con la energía de los fuegos artificiales que más tarde decorarían el cielo. El parque de diversiones estaba en su punto máximo de bullicio; risas infantiles, música colorida, y el chasquido intermitente de los juegos mecánicos llenaban el ambiente. Entre toda la multitud, una chica rubia de ojos vivos y chispeantes se movía con paso ágil, sujetando un algodón de azúcar entre los dedos. Llevaba el cabello atado en una media coleta que bailaba con cada paso, y unos lentes oscuros grandes que le cubrían media cara. Era imposible no notarla. No por su estilo, sino por la calidez que irradiaba. Literalmente. Cada persona que pasaba cerca sentía como si el aire subiera unos cuantos grados. —Hey, hey, tranquilo… —dijo con suavidad, hincándose frente a un pequeño niño de unos cinco años que lloraba desconsolado junto a un puesto de helados. El algodón quedó a un lado, olvidado mientras ella le ofrecía una sonrisa cálida—. ¿Te perdiste, pequeño sol? Intentó calmarlo sin invadir su espacio, extendiendo una mano con cuidado. Su temperatura era anormal, pero los niños, a veces, percibían eso como algo tranquilizador. Como una mamá gallina con su pollito. Entonces, alguien más se acercó. Un chico joven, cabello alborotado, mirada curiosa, pero con ese tipo de energía que vibra como una batería bien cargada. Aliona giró la cabeza y lo miró. Su ceja se alzó suavemente, como evaluando al recién llegado con ese descaro elegante que se heredaba sin querer de cierta celebridad humana antorcha. —¿Tú también viniste al rescate? —preguntó con una sonrisa de lado, divertida—. Parece que al menos alguien más notó el caos. Mientras juntos trataban de calmar al niño, apareció una pareja desesperada entre la multitud. Aliona se levantó al verlos y alzó la mano, llamando su atención. El reencuentro fue rápido, lleno de agradecimientos y lágrimas de alivio. Y cuando los padres se alejaron con el pequeño, la chica rubia se quedó en el mismo lugar, ahora con su algodón derretido en la mano y una expresión de ligera derrota. —Genial… ahora tengo jarabe rosa en toda la mano —resopló, sacudiéndose los dedos—. Aunque al menos valió la pena. Miró al chico otra vez, con un dejo de interés genuino. —¿Cómo te llamas, héroe de parque de diversiones? [T0MMY]
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  • El suave crepitar de su fuego llenaba la barra de un calor acogedor. Barman estaba frente al espejo detrás del mostrador, frunciendo el ceño mientras ajustaba su moño amarillo. Tiraba de un extremo, luego del otro, lo aflojaba, lo apretaba… y volvía a empezar. Sus llamas parpadeaban con un leve tono rosado, señal de su paciencia agotándose.

    —Tsk… nunca queda como debe —murmuró para sí, dándose un último tirón al nudo—. Si voy a servirle un trago a alguien, que sea con estilo.

    Al oír la puerta abrirse, levantó la mirada y, en un segundo, su expresión se suavizó. Con el moño por fin en su sitio, tomó un vaso limpio y una botella, recibiendo al recién llegado con su habitual sonrisa cálida.

    —Bienvenido…
    El suave crepitar de su fuego llenaba la barra de un calor acogedor. Barman estaba frente al espejo detrás del mostrador, frunciendo el ceño mientras ajustaba su moño amarillo. Tiraba de un extremo, luego del otro, lo aflojaba, lo apretaba… y volvía a empezar. Sus llamas parpadeaban con un leve tono rosado, señal de su paciencia agotándose. —Tsk… nunca queda como debe —murmuró para sí, dándose un último tirón al nudo—. Si voy a servirle un trago a alguien, que sea con estilo. Al oír la puerta abrirse, levantó la mirada y, en un segundo, su expresión se suavizó. Con el moño por fin en su sitio, tomó un vaso limpio y una botella, recibiendo al recién llegado con su habitual sonrisa cálida. —Bienvenido…
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  • https://youtu.be/pytZGFQyPVU?si=3ap_8TJJFQmk8oXP

    Este es mi legado...
    Estoy listo para mk.boda de mañana
    https://youtu.be/pytZGFQyPVU?si=3ap_8TJJFQmk8oXP Este es mi legado... Estoy listo para mk.boda de mañana
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