• La ciudad no cambió. O tal vez sí. Los reflejos en los vidrios son más fríos, los callejones más angostos, y el silencio entre las palabras se volvió rutina en lugar de excepción.

    Silver St. Cloud caminó entre las sombras con la cabeza erguida, como quien sabe que no pertenece al mundo por el que transita... pero decide enfrentarlo igual. Su nombre aún abría puertas —a veces—, aunque ya no se apoyaba en eso. Esta vez no vino a buscar un titular, ni un escándalo, ni una segunda oportunidad.

    Esta vez, vino a ver si alguien —si algo— seguía en pie.

    Su elegancia no era ostentación, sino defensa. Y su sonrisa, esa discreta línea entre la ironía y la esperanza, solo se curvaba cuando realmente valía la pena.

    Gotham tenía cicatrices. Ella también.
    Pero Silver aprendió que hay heridas que solo cicatrizan si alguien las nombra en voz alta.
    Y si hay algo que aún sabe hacer, es mirar a los monstruos a los ojos... y no parpadear primero.
    La ciudad no cambió. O tal vez sí. Los reflejos en los vidrios son más fríos, los callejones más angostos, y el silencio entre las palabras se volvió rutina en lugar de excepción. Silver St. Cloud caminó entre las sombras con la cabeza erguida, como quien sabe que no pertenece al mundo por el que transita... pero decide enfrentarlo igual. Su nombre aún abría puertas —a veces—, aunque ya no se apoyaba en eso. Esta vez no vino a buscar un titular, ni un escándalo, ni una segunda oportunidad. Esta vez, vino a ver si alguien —si algo— seguía en pie. Su elegancia no era ostentación, sino defensa. Y su sonrisa, esa discreta línea entre la ironía y la esperanza, solo se curvaba cuando realmente valía la pena. Gotham tenía cicatrices. Ella también. Pero Silver aprendió que hay heridas que solo cicatrizan si alguien las nombra en voz alta. Y si hay algo que aún sabe hacer, es mirar a los monstruos a los ojos... y no parpadear primero.
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  • 𝑈𝑛 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑜 𝑓𝑙𝑜𝑟𝑒𝑐𝑒𝑟 𝑒𝑠𝑝𝑖𝑟𝑖𝑡𝑢𝑎𝑙
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    Starter para Jhin El Virtuoso

    Los manantiales espirituales de Jonia estaban en su mejor momento del año, un verano perfecto y armonioso.

    Los pequeños movimientos del agua formaban surcos perfectos que se expandían de forma infinita por todos el manantial, las hojas de los cerezos en flor se mecían con la suave brisa, las briznas de hierba acariciaban las rocas, los troncos y aquellos visitantes que decidían visitar los manantiales. Visitantes como Sona que había encontrado un montón de patos que requerían de sus atenciones, y cómo no, la joniana no podía no ofrecerles la ayuda correspondiente.

    Aquel lugar estaba plagado de magia y espiritualidad, aquel lugar era la tierra que vio nacer a Sona, la tierra que le daba su nombre, y su poder.

    Sona tomó en brazos un pato de considerable tamaño y apretándolo contra su pecho caminó hacia la orilla del manantial mientras era perseguida por más de aquellos animales rechonchos y algo torpes.

    A lo lejos podía escuchar la flauta de algún artista, que el viento transportaba las notas tenues y temblorosas hasta aquel manantial lleno de paz, y Sona tuvo el instinto de bailar al compás de aquella música.


    _____

    Playlist recomendada: https://open.spotify.com/playlist/3oCmL9j3WE0BADpJ8cs4nE?si=fae55dd5921d4be3
    Starter para [blaze_gray_hippo_107] Los manantiales espirituales de Jonia estaban en su mejor momento del año, un verano perfecto y armonioso. Los pequeños movimientos del agua formaban surcos perfectos que se expandían de forma infinita por todos el manantial, las hojas de los cerezos en flor se mecían con la suave brisa, las briznas de hierba acariciaban las rocas, los troncos y aquellos visitantes que decidían visitar los manantiales. Visitantes como Sona que había encontrado un montón de patos que requerían de sus atenciones, y cómo no, la joniana no podía no ofrecerles la ayuda correspondiente. Aquel lugar estaba plagado de magia y espiritualidad, aquel lugar era la tierra que vio nacer a Sona, la tierra que le daba su nombre, y su poder. Sona tomó en brazos un pato de considerable tamaño y apretándolo contra su pecho caminó hacia la orilla del manantial mientras era perseguida por más de aquellos animales rechonchos y algo torpes. A lo lejos podía escuchar la flauta de algún artista, que el viento transportaba las notas tenues y temblorosas hasta aquel manantial lleno de paz, y Sona tuvo el instinto de bailar al compás de aquella música. _____ Playlist recomendada: https://open.spotify.com/playlist/3oCmL9j3WE0BADpJ8cs4nE?si=fae55dd5921d4be3
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  • habias escuchado rumores de una tienda extraña en el centro de la ciudad, decidiste visitarla por curiosidad, al ingresar te encontraste con algo totalmente extraño, aquella botica parecia un bosque entero, con rios y lagunas en miniatura, arboles creciendo en su interior de donde salian los cajones, muñecas sentadas o posando de distintas formas sin embargo todas mirando en tu direccion -un nuevo cliente que deleite, dime que es lo que buscas?- una voz fria y calmada te llamo desde dentro, al mirar el centro de la tienda la viste en el mostrador fumando, observandote y siguiendo cada respiracion que dabas -no tengas miedo de explorar-

    Musica ambiente:
    https://music.youtube.com/watch?v=Voiey-TriJY&si=woJvXXOb29E1D4KM
    habias escuchado rumores de una tienda extraña en el centro de la ciudad, decidiste visitarla por curiosidad, al ingresar te encontraste con algo totalmente extraño, aquella botica parecia un bosque entero, con rios y lagunas en miniatura, arboles creciendo en su interior de donde salian los cajones, muñecas sentadas o posando de distintas formas sin embargo todas mirando en tu direccion -un nuevo cliente que deleite, dime que es lo que buscas?- una voz fria y calmada te llamo desde dentro, al mirar el centro de la tienda la viste en el mostrador fumando, observandote y siguiendo cada respiracion que dabas -no tengas miedo de explorar- Musica ambiente: https://music.youtube.com/watch?v=Voiey-TriJY&si=woJvXXOb29E1D4KM
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  • "Las noches oscuras son tan relajantes.." -decia mientras comensaba a silvar e caminar entre calles y callejones por la ciudad-
    "Las noches oscuras son tan relajantes.." -decia mientras comensaba a silvar e caminar entre calles y callejones por la ciudad-
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  • Las ruedas del coche chirriaron un poco al girar en la entrada de tierra. Uno de los almacenes vacíos de Angela, apartado, con los portones cerrados y dos de sus hombres de confianza montando guardia. No hablaban, solo asintieron con la cabeza cuando nos vieron llegar. Angela bajó primero, me miró en silencio mientras yo abría la puerta del copiloto. No me dijo nada. No tenía que hacerlo.

    Caminamos juntas hasta la entrada. Ella me dio las llaves sin preguntar. Las tomé, sintiendo el metal frío en la palma.

    —Estaré aquí fuera —dijo con calma, pero firme—. Si me necesitas, solo grita mi nombre.

    Asentí y entré sola.

    Dentro, el olor a humedad se mezclaba con algo más metálico. Sangre seca, probablemente. El foco colgando del techo iluminaba solo el centro del espacio. Y allí estaba él. Atado a una silla de hierro oxidado, la cabeza baja, respirando con dificultad. Le habían dado una paliza. Una buena. No me hizo falta preguntar si había sido Angela quien lo había ordenado.

    Cerré la puerta tras de mí. Él levantó la mirada.

    —Así que al final viniste, piccola —su voz era rasposa, como si le costara hasta hablar—. Siempre fuiste valiente… pero también una traidora.

    No respondí. Caminé hacia él. Lenta. Paso a paso.

    —A los doce años tuviste los cojones de entregarme. Por eso pasé catorce putos años entre ratas. Pero salí. Y mírate ahora —rió entre dientes, escupiendo sangre—. Sigues siendo la misma niña rota.

    Me quedé delante de él, sacando el arma de mi cinturón. La sostuve en mi mano, pero no la levanté aún.

    —No soy una niña —dije con voz baja—. Y tú ya no me das miedo.

    —Mientes. Temblabas cuando te toqué. Como antes. Como siempre. Tú nunca pudiste con esto.

    Me acerqué, apoyando la pistola contra su frente. Me miró. Sonrió.

    —Hazlo.

    —No —susurré, bajando el arma. Vi cómo se le tensaba la mandíbula, como si no lo esperara. Entonces, saqué el cuchillo pequeño que llevaba en el tobillo.

    Lo miré fijamente.

    —No mereces una bala.

    Y ahí sí tembló. Lo vi en sus ojos. Ya no hablaba.

    Mis movimientos fueron calculados. Nada impulsivo. Solo precisión. El filo pasó por donde debía. Lo justo para que doliera. Para que lo sintiera. Para que entendiera que esta vez no era la niña que se quedaba callada y que al fin tomaba justicia dejando que aquel hombre que se hacía llamar su padre, se desangrara lleno de dolor.

    Cuando terminé, dejé el cuchillo sobre la mesa de metal cercana. Me limpié la sangre de las manos con un trapo sucio. No me importó que me manchara más. Caminé hacia la puerta, abriéndola viendo a Angela Di Trapani, que esperaba afuera.
    Las ruedas del coche chirriaron un poco al girar en la entrada de tierra. Uno de los almacenes vacíos de Angela, apartado, con los portones cerrados y dos de sus hombres de confianza montando guardia. No hablaban, solo asintieron con la cabeza cuando nos vieron llegar. Angela bajó primero, me miró en silencio mientras yo abría la puerta del copiloto. No me dijo nada. No tenía que hacerlo. Caminamos juntas hasta la entrada. Ella me dio las llaves sin preguntar. Las tomé, sintiendo el metal frío en la palma. —Estaré aquí fuera —dijo con calma, pero firme—. Si me necesitas, solo grita mi nombre. Asentí y entré sola. Dentro, el olor a humedad se mezclaba con algo más metálico. Sangre seca, probablemente. El foco colgando del techo iluminaba solo el centro del espacio. Y allí estaba él. Atado a una silla de hierro oxidado, la cabeza baja, respirando con dificultad. Le habían dado una paliza. Una buena. No me hizo falta preguntar si había sido Angela quien lo había ordenado. Cerré la puerta tras de mí. Él levantó la mirada. —Así que al final viniste, piccola —su voz era rasposa, como si le costara hasta hablar—. Siempre fuiste valiente… pero también una traidora. No respondí. Caminé hacia él. Lenta. Paso a paso. —A los doce años tuviste los cojones de entregarme. Por eso pasé catorce putos años entre ratas. Pero salí. Y mírate ahora —rió entre dientes, escupiendo sangre—. Sigues siendo la misma niña rota. Me quedé delante de él, sacando el arma de mi cinturón. La sostuve en mi mano, pero no la levanté aún. —No soy una niña —dije con voz baja—. Y tú ya no me das miedo. —Mientes. Temblabas cuando te toqué. Como antes. Como siempre. Tú nunca pudiste con esto. Me acerqué, apoyando la pistola contra su frente. Me miró. Sonrió. —Hazlo. —No —susurré, bajando el arma. Vi cómo se le tensaba la mandíbula, como si no lo esperara. Entonces, saqué el cuchillo pequeño que llevaba en el tobillo. Lo miré fijamente. —No mereces una bala. Y ahí sí tembló. Lo vi en sus ojos. Ya no hablaba. Mis movimientos fueron calculados. Nada impulsivo. Solo precisión. El filo pasó por donde debía. Lo justo para que doliera. Para que lo sintiera. Para que entendiera que esta vez no era la niña que se quedaba callada y que al fin tomaba justicia dejando que aquel hombre que se hacía llamar su padre, se desangrara lleno de dolor. Cuando terminé, dejé el cuchillo sobre la mesa de metal cercana. Me limpié la sangre de las manos con un trapo sucio. No me importó que me manchara más. Caminé hacia la puerta, abriéndola viendo a [haze_orange_shark_766], que esperaba afuera.
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  • -primer pedido grande de pociones, crecimiento muscular para los soldados de la cidudad.... espero no quedarme sin lengua de matador... Tizna cariño ponte al fuego porfavor- chasqueo los dedos y un caldero empejo a dar botes por el lugar como una rana hasta llegar al fuego -me pregunto si Jean Phantomhive llegara a tiempo, es una buena oportunidad para conseguirle un molche'il...- saco su kiseru y lo agito como una varita, varios cajones de la botica se abrieron y los ingredientes salieron volando hasta el caldero -quizas deba seguir los pasos de la anteior bruja y buscarme mi propio alumno....-
    -primer pedido grande de pociones, crecimiento muscular para los soldados de la cidudad.... espero no quedarme sin lengua de matador... Tizna cariño ponte al fuego porfavor- chasqueo los dedos y un caldero empejo a dar botes por el lugar como una rana hasta llegar al fuego -me pregunto si [littl3gr3y] llegara a tiempo, es una buena oportunidad para conseguirle un molche'il...- saco su kiseru y lo agito como una varita, varios cajones de la botica se abrieron y los ingredientes salieron volando hasta el caldero -quizas deba seguir los pasos de la anteior bruja y buscarme mi propio alumno....-
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    Gankutsuou Opening - We Were Lovers

    https://www.youtube.com/watch?v=oCi5kEmadvs&ab_channel=AsloJones
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  • "La Reina del Ruido Blanco"

    La ciudad aún dormía entre la niebla y los neones rotos. Raven caminaba por los callejones de concreto viejo, el eco de sus pasos amortiguado por el zumbido constante del mundo digital que ella dominaba. Sus ojos, medio cubiertos por su cabello azabache, ocultaban más secretos de los que estaba dispuesta a compartir. Su rostro, marcado por una cicatriz en forma de flor marchita, era un recordatorio de una noche que nadie más sobrevivió.

    Vestida con una camisa blanca, rematada por un arnés y accesorios metálicos, no pasaba desapercibida. Pero eso no le importaba. Ella no existía para agradar, sino para desestabilizar. Su teléfono, cubierto de calcomanías de estética punk, era más que un objeto decorativo: era su portal al caos, su arma silenciosa.

    Esa noche, Raven tenía un plan.

    Un político corrupto, oculto tras mil firewalls, se convertiría en su próxima víctima. Desde una cafetería abandonada, conectó su equipo mientras la luz azul de la pantalla iluminaba sus dedos cubiertos por redes de encaje. Su voz suave rompió el silencio:

    —“Bienvenido al ruido blanco... es hora de que desaparezcas.”

    La red cayó. Las cuentas se borraron. El poder cambió de manos.

    Y con una sonrisa de medio lado, Raven apagó el monitor, se ajustó las orejas de conejo negras que llevaba como una burla al sistema, y desapareció entre la niebla. Como un mito urbano... como un fantasma digital.
    "La Reina del Ruido Blanco" La ciudad aún dormía entre la niebla y los neones rotos. Raven caminaba por los callejones de concreto viejo, el eco de sus pasos amortiguado por el zumbido constante del mundo digital que ella dominaba. Sus ojos, medio cubiertos por su cabello azabache, ocultaban más secretos de los que estaba dispuesta a compartir. Su rostro, marcado por una cicatriz en forma de flor marchita, era un recordatorio de una noche que nadie más sobrevivió. Vestida con una camisa blanca, rematada por un arnés y accesorios metálicos, no pasaba desapercibida. Pero eso no le importaba. Ella no existía para agradar, sino para desestabilizar. Su teléfono, cubierto de calcomanías de estética punk, era más que un objeto decorativo: era su portal al caos, su arma silenciosa. Esa noche, Raven tenía un plan. Un político corrupto, oculto tras mil firewalls, se convertiría en su próxima víctima. Desde una cafetería abandonada, conectó su equipo mientras la luz azul de la pantalla iluminaba sus dedos cubiertos por redes de encaje. Su voz suave rompió el silencio: —“Bienvenido al ruido blanco... es hora de que desaparezcas.” La red cayó. Las cuentas se borraron. El poder cambió de manos. Y con una sonrisa de medio lado, Raven apagó el monitor, se ajustó las orejas de conejo negras que llevaba como una burla al sistema, y desapareció entre la niebla. Como un mito urbano... como un fantasma digital.
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    OOC. Tengo por aquí un starter, por si a alguien le gusta la idea de encontrar a Ahri por Jonia.
    OOC. Tengo por aquí un starter, por si a alguien le gusta la idea de encontrar a Ahri por Jonia.
    𝑱𝒐𝒏𝒊𝒂, 𝒖𝒏 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒅𝒆 𝒑𝒂𝒛 𝒚... ¿𝒛𝒐𝒓𝒓𝒐𝒔.ᐣ
    Fandom League of Legends, Fantasiverse
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    ㅤㅤㅤᅳ⧽ㅤ𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐀𝐁𝐈𝐄𝐑𝐓𝐎.ㅤ━

    Jonia era un lugar de equilibrio, bueno siempre lo había sido, de hecho aquellos que habitaban aquellas tierras luchaban y trabajaban por mantener un equilibrio, naturaleza, magia, vida, muerte... todo parecía estar en paz perpétua.

    Aquella mañana una encapuchada mujer caminaba rumbo a la región de Navori, se notaba que llevaba demasiado tiempo viajando debido al polvo del camino acumulado en su capa blanca y en su andar pesado, arrastraba los pies como si en cualquier momento fuera a caer por el cansancio, pero eso no ocurriría, aquella encapuchada mujer era demasiado cabezota para dejarse caer por "una piedra" en el camino.

    Ahri, el cual era el nombre de aquella encapuchada mujer-zorro, se desvió del camino hasta acercarse a un riachuelo cercano, refrescarse un poco le subiría los ánimos y le daría fuerzas para llegar a su próximo destino ¿Verdad?
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    Jonia era un lugar de equilibrio, bueno siempre lo había sido, de hecho aquellos que habitaban aquellas tierras luchaban y trabajaban por mantener un equilibrio, naturaleza, magia, vida, muerte... todo parecía estar en paz perpétua.

    Aquella mañana una encapuchada mujer caminaba rumbo a la región de Navori, se notaba que llevaba demasiado tiempo viajando debido al polvo del camino acumulado en su capa blanca y en su andar pesado, arrastraba los pies como si en cualquier momento fuera a caer por el cansancio, pero eso no ocurriría, aquella encapuchada mujer era demasiado cabezota para dejarse caer por "una piedra" en el camino.

    Ahri, el cual era el nombre de aquella encapuchada mujer-zorro, se desvió del camino hasta acercarse a un riachuelo cercano, refrescarse un poco le subiría los ánimos y le daría fuerzas para llegar a su próximo destino ¿Verdad?
    ㅤㅤㅤᅳ⧽ㅤ𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐀𝐁𝐈𝐄𝐑𝐓𝐎.ㅤ━ Jonia era un lugar de equilibrio, bueno siempre lo había sido, de hecho aquellos que habitaban aquellas tierras luchaban y trabajaban por mantener un equilibrio, naturaleza, magia, vida, muerte... todo parecía estar en paz perpétua. Aquella mañana una encapuchada mujer caminaba rumbo a la región de Navori, se notaba que llevaba demasiado tiempo viajando debido al polvo del camino acumulado en su capa blanca y en su andar pesado, arrastraba los pies como si en cualquier momento fuera a caer por el cansancio, pero eso no ocurriría, aquella encapuchada mujer era demasiado cabezota para dejarse caer por "una piedra" en el camino. Ahri, el cual era el nombre de aquella encapuchada mujer-zorro, se desvió del camino hasta acercarse a un riachuelo cercano, refrescarse un poco le subiría los ánimos y le daría fuerzas para llegar a su próximo destino ¿Verdad?
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