• 𝑾𝙚𝒍𝙘𝒐𝙢𝒆 𝒕𝙤 𝙒𝒊𝙣𝒕𝙚𝒓𝙛𝒆𝙡𝒍
    Fandom Juego de Tronos
    Categoría Drama
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤ"𝐻𝑎𝑏𝑒́𝑖𝑠 𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜. 𝐸𝑠 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎.
    ㅤㅤㅤ𝑃𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑐𝑖𝑒𝑟𝑡𝑜. 𝑈𝑛 𝐿𝑎𝑛𝑛𝑖𝑠𝑡𝑒𝑟
    ㅤㅤㅤ𝑟𝑒𝑎𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑠𝑖́ 𝑝𝑎𝑔𝑎 𝑠𝑢𝑠 𝑑𝑒𝑢𝑑𝑎𝑠"

    ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤ˹ Jaime Lannister
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤSiquiera un buen capitán pensaría que la peor batalla librada había sido la del paso de Altojardin. A pesar de las escasas pérdidas había sido una semi derrota para el bando de la reina Targaryen pues el grueso del oro de Altojardin ya había llegado a Desembarco cuando ellos atacaron. Desde que había pisado Poniente, cada prueba que se le había presentado parecía más complicada que la anterior. Como si Cersei avanzase a pasos agigantados y ella sintiera que se ahogaba, incapaz de ver más allá…

    El único que parecía avanzar en su cometido era Jon Nieve, pues a esas alturas el Rey en el Norte había comenzado con bastante éxito la extracción del vidriagón de la roca. No estaba demasiado contento con los métodos de Daenerys e incluso la reina tuvo la impresión de que guardaba una buena critica a sus métodos cuando regresó de Altojardin.

    Pero puede que la mayor victoria para Daenerys en aquellos dias fuera de ámbito personal. Una visita inesperada había llegado a Rocadragón mientras ella estuvo fuera. Sir Jorah Mormont había regresado. Curado y dispuesto a volver a jurarle su espada. Y Daenerys, quien a pesar de todo, de la traición y del dolor, seguía adorando a ese hombre, volvio a aceptarlo en sus filas.

    Un cuervo llegó poco después para Jon Nieve. Sus hermanos Arya y Bran habían regresado a Invernalia y el menor de los dos traía palabras negras: había visto al Rey de la Noche viajar hacia Guardaoriente del Mar con todas sus huestes con intención de cruzar el Muro. Jon expresó su deseo de regresar a Invernalia para la batalla y tanto él como Daenerys sabían que no tenía suficientes hombres. Y Daenerys no tenía intención de unírsele en ese momento. No con la amenaza de Cersei a sus espaldas a cada paso que daba.

    Pero Tyrion tuvo una idea acertada. Cersei y Poniente entero pensaban que los caminantes blancos eran una leyenda, un cuento para mandar a los niños a la cama. Había que refutarle aquella idea. Traer uno de los muertos hasta la civilización para convencer a Cersei de pelear por el mundo de los vivos. Para ello Sir Davos y Tyrion fueron hasta Desembarco del Rey. Tyrion se reunió con su hermano Jaime Lannister para pedir aquella audiencia. Mientras tanto, Davos tenía su propia tarea uniendo al equipo a Gendry, un herrero de Desembarco que resultó ser el heredero del difunto Robert Baratheon…

    La comitiva formada por Sir Jorah, Jon Nieve y Gendry partió de Rocadragón y en Guardaoriente sumaron a Sandor Clegane, Beric Dondarrion, Thoros de Myr, Tormund y un par de hombres libres a aquella complicada misión. Una misión que se selló con un final trágico. Dos de los hombres de Tormund perecieron en la tormenta, Thoros de Myr lo hizo en el hielo y cuando Gendry Baratheon envio aquel cuervo pidiendo ayuda a Daenerys Targaryen, la reina y sus tres dragones volaron hasta el otro lado del Muro. Y allí, la aspirante al trono de los Siete Reinos vio morir a uno de sus tres hijos cuando El Rey de la Noche le atravesó el pecho con una lanza helada.

    Pero, al menos, habían conseguido capturar a un caminante con “vida”.

    Siquiera Jon Nieve regresó con ellos, más bien llegó a caballo hasta Guardaoriente. Herido, congelado y casi al borde de la muerte. Pero al despertar, convaleciente aun, juró su lealtad y el Norte a la Reina plateada.

    En vista de que Jaime había conseguido convencer a Cersei, se dio lugar la reunión más extraña jamás vista en Pozodragón: Jon Nieve, Tyrion Lannister, Davos Seaworth, Theon Greyjoy, Jorah Mormont, Brienne de Tarth en representación de Sansa Stark, Sandor Clegane, Missandei de Naath, Euron Greyjoy, dothrakis, soldados Lannister, Cersei Lannister, su hermano Jaime y, al final, acompañada de sus dos dragones restantes, Daenerys Targaryen.

    Cersei no pareció demasiado convencida, siquiera al ver a aquel muerto en vida que traían con ellos, no al menos hasta que se reunió en privado con su hermano menor. Nadie supo de qué hablaron la Reina de Poniente y la Mano de Daenerys Targaryen, pero la convenció lo suficiente como para que la hija de Tywin accediera a enviar huestes al Norte mientras se llevaba a cabo una tregua entre ambos bandos. Al menos hasta que la guerra contra los muertos terminase.

    Tras lo que parecieron siglos a caballo -siendo apenas un mes y medio- la comitiva de Daenerys Targaryen, Jon Nieve y sus hombres, llegaron hasta Invernalia con intención de prepararse para la batalla contra los caminantes blancos. La recepción en Invernalia no fue tan bien como la reina Targaryen había imaginado. Pero, honestamente, no esperaba otra cosa. El norte era orgulloso, cerrado y no solían gustar de forasteros. Aun asi no sintió miradas hostiles, lo cual era de agradecer ya que había llegado hasta allí con intención de pelear por esas personas con sus dos dragones y su ejército.

    Aun asi, se había visto en peores circunstancias y había sabido como usar las condiciones en su favor. Solo era cuestión de… tiempo. Y es que el Norte no estaba del todo convencido de la alianza entre Jon Nieve y la Targaryen y aunque Jon sabia surcar aquellas aguas con bastante elegancia, se notaba que el ambiente era tenso.

    Lo malo de las reuniones entre personas que no se conocían y que habían luchado unos contra otros es que siempre se encontraban tiranteces y malos deseos a la vuelta de la esquina. Como le ocurrió a la Reina al conocer a Samwell Tarly, amigo de Jon. No fue facil revelarle que había ejecutado a su padre y hermano por negarse a hincar la rodilla. Pero… cosas peores se habían llevado a cabo. A fin de cuentas, Lord Randyll Tarly había combatido junto a los Lannister y Baratheon contra la casa Targaryen. Daenerys sabía que aquella conversacion le traería más de un problema. Pero no podía pensar en eso en aquel momento. Había mucho que preparar, iban a ser semanas muy duras y complicadas en Invernalia. Para todos.

    Y es que Invernalia tuvo un inesperado recién llegado…

    Nada más y nada menos que Sir Jaime Lannister. Quien traía noticias para nada esperanzadoras para la gente del Norte y para la Alianza Ponientí.



    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter #GameOfThrones
    ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ"𝐻𝑎𝑏𝑒́𝑖𝑠 𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜. 𝐸𝑠 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎. ㅤㅤㅤ𝑃𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑐𝑖𝑒𝑟𝑡𝑜. 𝑈𝑛 𝐿𝑎𝑛𝑛𝑖𝑠𝑡𝑒𝑟 ㅤㅤㅤ𝑟𝑒𝑎𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑠𝑖́ 𝑝𝑎𝑔𝑎 𝑠𝑢𝑠 𝑑𝑒𝑢𝑑𝑎𝑠" ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤ˹ [The_Lion] ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤSiquiera un buen capitán pensaría que la peor batalla librada había sido la del paso de Altojardin. A pesar de las escasas pérdidas había sido una semi derrota para el bando de la reina Targaryen pues el grueso del oro de Altojardin ya había llegado a Desembarco cuando ellos atacaron. Desde que había pisado Poniente, cada prueba que se le había presentado parecía más complicada que la anterior. Como si Cersei avanzase a pasos agigantados y ella sintiera que se ahogaba, incapaz de ver más allá… El único que parecía avanzar en su cometido era Jon Nieve, pues a esas alturas el Rey en el Norte había comenzado con bastante éxito la extracción del vidriagón de la roca. No estaba demasiado contento con los métodos de Daenerys e incluso la reina tuvo la impresión de que guardaba una buena critica a sus métodos cuando regresó de Altojardin. Pero puede que la mayor victoria para Daenerys en aquellos dias fuera de ámbito personal. Una visita inesperada había llegado a Rocadragón mientras ella estuvo fuera. Sir Jorah Mormont había regresado. Curado y dispuesto a volver a jurarle su espada. Y Daenerys, quien a pesar de todo, de la traición y del dolor, seguía adorando a ese hombre, volvio a aceptarlo en sus filas. Un cuervo llegó poco después para Jon Nieve. Sus hermanos Arya y Bran habían regresado a Invernalia y el menor de los dos traía palabras negras: había visto al Rey de la Noche viajar hacia Guardaoriente del Mar con todas sus huestes con intención de cruzar el Muro. Jon expresó su deseo de regresar a Invernalia para la batalla y tanto él como Daenerys sabían que no tenía suficientes hombres. Y Daenerys no tenía intención de unírsele en ese momento. No con la amenaza de Cersei a sus espaldas a cada paso que daba. Pero Tyrion tuvo una idea acertada. Cersei y Poniente entero pensaban que los caminantes blancos eran una leyenda, un cuento para mandar a los niños a la cama. Había que refutarle aquella idea. Traer uno de los muertos hasta la civilización para convencer a Cersei de pelear por el mundo de los vivos. Para ello Sir Davos y Tyrion fueron hasta Desembarco del Rey. Tyrion se reunió con su hermano Jaime Lannister para pedir aquella audiencia. Mientras tanto, Davos tenía su propia tarea uniendo al equipo a Gendry, un herrero de Desembarco que resultó ser el heredero del difunto Robert Baratheon… La comitiva formada por Sir Jorah, Jon Nieve y Gendry partió de Rocadragón y en Guardaoriente sumaron a Sandor Clegane, Beric Dondarrion, Thoros de Myr, Tormund y un par de hombres libres a aquella complicada misión. Una misión que se selló con un final trágico. Dos de los hombres de Tormund perecieron en la tormenta, Thoros de Myr lo hizo en el hielo y cuando Gendry Baratheon envio aquel cuervo pidiendo ayuda a Daenerys Targaryen, la reina y sus tres dragones volaron hasta el otro lado del Muro. Y allí, la aspirante al trono de los Siete Reinos vio morir a uno de sus tres hijos cuando El Rey de la Noche le atravesó el pecho con una lanza helada. Pero, al menos, habían conseguido capturar a un caminante con “vida”. Siquiera Jon Nieve regresó con ellos, más bien llegó a caballo hasta Guardaoriente. Herido, congelado y casi al borde de la muerte. Pero al despertar, convaleciente aun, juró su lealtad y el Norte a la Reina plateada. En vista de que Jaime había conseguido convencer a Cersei, se dio lugar la reunión más extraña jamás vista en Pozodragón: Jon Nieve, Tyrion Lannister, Davos Seaworth, Theon Greyjoy, Jorah Mormont, Brienne de Tarth en representación de Sansa Stark, Sandor Clegane, Missandei de Naath, Euron Greyjoy, dothrakis, soldados Lannister, Cersei Lannister, su hermano Jaime y, al final, acompañada de sus dos dragones restantes, Daenerys Targaryen. Cersei no pareció demasiado convencida, siquiera al ver a aquel muerto en vida que traían con ellos, no al menos hasta que se reunió en privado con su hermano menor. Nadie supo de qué hablaron la Reina de Poniente y la Mano de Daenerys Targaryen, pero la convenció lo suficiente como para que la hija de Tywin accediera a enviar huestes al Norte mientras se llevaba a cabo una tregua entre ambos bandos. Al menos hasta que la guerra contra los muertos terminase. Tras lo que parecieron siglos a caballo -siendo apenas un mes y medio- la comitiva de Daenerys Targaryen, Jon Nieve y sus hombres, llegaron hasta Invernalia con intención de prepararse para la batalla contra los caminantes blancos. La recepción en Invernalia no fue tan bien como la reina Targaryen había imaginado. Pero, honestamente, no esperaba otra cosa. El norte era orgulloso, cerrado y no solían gustar de forasteros. Aun asi no sintió miradas hostiles, lo cual era de agradecer ya que había llegado hasta allí con intención de pelear por esas personas con sus dos dragones y su ejército. Aun asi, se había visto en peores circunstancias y había sabido como usar las condiciones en su favor. Solo era cuestión de… tiempo. Y es que el Norte no estaba del todo convencido de la alianza entre Jon Nieve y la Targaryen y aunque Jon sabia surcar aquellas aguas con bastante elegancia, se notaba que el ambiente era tenso. Lo malo de las reuniones entre personas que no se conocían y que habían luchado unos contra otros es que siempre se encontraban tiranteces y malos deseos a la vuelta de la esquina. Como le ocurrió a la Reina al conocer a Samwell Tarly, amigo de Jon. No fue facil revelarle que había ejecutado a su padre y hermano por negarse a hincar la rodilla. Pero… cosas peores se habían llevado a cabo. A fin de cuentas, Lord Randyll Tarly había combatido junto a los Lannister y Baratheon contra la casa Targaryen. Daenerys sabía que aquella conversacion le traería más de un problema. Pero no podía pensar en eso en aquel momento. Había mucho que preparar, iban a ser semanas muy duras y complicadas en Invernalia. Para todos. Y es que Invernalia tuvo un inesperado recién llegado… Nada más y nada menos que Sir Jaime Lannister. Quien traía noticias para nada esperanzadoras para la gente del Norte y para la Alianza Ponientí. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter #GameOfThrones
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  • Se estaba lavando los dientes mientras leía algunos mensajes y artículos en su teléfono cuando, de pronto, un montón de notificaciones empezaron a llegar en masa.

    -¿Qué cojones...?- Dijo para si mismo tras sacar el cepillo de dientes de su boca.

    Las redes se habían llenado, en cuestión de segundos, de una imagen suya justo de ese instante, lavándose los dientes y con el móvil en la mano.
    A este paso no podría librarse de los paparazzis ni para cagar, pensó.
    ¿Cómo le habían sacado una foto desde la ventana del baño estando en un ático, a gran altura?
    Se estaba lavando los dientes mientras leía algunos mensajes y artículos en su teléfono cuando, de pronto, un montón de notificaciones empezaron a llegar en masa. -¿Qué cojones...?- Dijo para si mismo tras sacar el cepillo de dientes de su boca. Las redes se habían llenado, en cuestión de segundos, de una imagen suya justo de ese instante, lavándose los dientes y con el móvil en la mano. A este paso no podría librarse de los paparazzis ni para cagar, pensó. ¿Cómo le habían sacado una foto desde la ventana del baño estando en un ático, a gran altura?
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  • Lo habían llamado hacía no mucho a un apartamento en el centro de la ciudad, una mujer que sonaba desesperada y destruida, el llanto apenas haciendo sentido a las palabras. Koda pudo sacar información suficiente como para saber a dónde tenía que dirigirse y qué pasó según la mujer.

    —Llegué a casa del... del... trabajo y... lo vi... en-en la silla y... muerto... —habló la mujer del otro lado de la línea telefónica, tratando de calmarse.

    —Está bien, voy a encontrar al culpable, señora, no se preocupe.

    —Gracias, pero tu-... tu... ¿no eres- no eres un niño? Suenas como... niño. —la pregunta le molestó al detective, haciendo que bajara sus orejas hacia atrás y se quedara en silencio por un largo rato.

    —No. —cortó de inmediato, estaba de buen humor como para dejar que alguien más lo arruinara, planeaba mantenerse así.

    -------

    En el apartamento la escena era clara y todavía fresca, aunque la pobre señora de la llamada no estaba ahí. Ni siquiera tuvo que pedir llaves o forzar la entrada porque ya estaba abierta.

    —No está forzada... no entró por aquí. —comentó para sí mismo mientras inspeccionó la puerta, después alzó bien en alto sus orejas para inspeccionar el resto del lugar.

    Lo primero que notaron sus fosas nasales fue un intenso aroma dulzón, un perfume. Por las notas juzgaba que era de mujer. ¿De quién llamó o alguien más? Tomó nota mental de eso para corroborar después.

    Se acercó a donde estaba el cuerpo, en un sofá individual en la sala de estar. La televisión aún estaba encendida con un programa de citas transcurriendo. No le prestó atención a eso, si no al cuerpo. Tenía un orificio en la frente y otro en la parte anterior de la cabeza, por supuesto que la bala atravesó el cráneo y cerebro.

    Olfateó tanto el cadáver como el ambiente. La sangre seguía fresca, el cuerpo más o menos caliente y pudo detectar, entre ese perfume horrible, un muy ligero rastro de pólvora. También había tabaco.

    —Reciente... apenas unas... ¿tres horas? Cuatro, cuanto mucho. —murmuró mientras rascó apenas su barbilla, después se fijó en la mesa al lado del sofá, allí donde se esparció la sangre, el reloj marcaba la hora y la caja de cigarrillos junto con las colillas indicaban que el hombre estuvo fumando. Lo tomaron totalmente desprevenido.

    Caminó alrededor, todavía olfateando, hasta llegar a la cómoda de la sala. Se acercó a uno de los cajones, notando algo...

    —¿Aceite industrial? Huh... De la víctima no es... ¿el culpable? —de su abrigo sacó un pañuelo y abrió el cajón para inspeccionar el interior. Estaba revuelto, algunas cajas y papeles, incluso fotos, pero nada más. Cerró el cajón—. ¿Qué estaba buscando...?

    Siguió la investigación mientras guardó el pañuelo, pasando por la cocina, también algo revuelta entre las alacenas y heladera, pero nada para tomar nota. Así, pasó por el pequeño pasillo que conectaba la sala con el baño y dos habitaciones más, pequeñas. Pero Koda se detuvo en el primer cuarto, el aire cambió.

    Empujó la puerta lo suficiente para entrar y vio, al igual que antes, todo revuelto. Lo que llamó más su atención fue la ventana del cuarto abierta. Posible entrada del culpable.

    Se acercó a olfatear y, sí, más rastro de aceite. Además, la escalera de incendios estaba cerca de ahí.

    —Pudo subir por las escaleras y entrar sin ser detectado, mh... —cruzó los brazos, pensativo, pero esto no duró mucho cuando oyó pasos. Sus orejas enseguida se voltearon en la dirección de donde provenían.

    El zorro se movió rápido hacia la entrada del apartamento.

    —¡Esto es la escena de un crimen, no puedes estar aquí! ¡No, no! ¡Nada te incumbe así que lárgate! ¡Vas a terminar contaminando la escena! —su voz se alzó en volumen contra aquella persona, pero sonaba algo cómico por el hecho que tenía una voz juvenil. Incluso eso cambió además de su apariencia. Una desdicha—. Anda, vete ya, no me obligues a sacarte.

    A nadie intimidaba con la baja estatura.


    [Cualquiera puede responder si gusta.]
    Lo habían llamado hacía no mucho a un apartamento en el centro de la ciudad, una mujer que sonaba desesperada y destruida, el llanto apenas haciendo sentido a las palabras. Koda pudo sacar información suficiente como para saber a dónde tenía que dirigirse y qué pasó según la mujer. —Llegué a casa del... del... trabajo y... lo vi... en-en la silla y... muerto... —habló la mujer del otro lado de la línea telefónica, tratando de calmarse. —Está bien, voy a encontrar al culpable, señora, no se preocupe. —Gracias, pero tu-... tu... ¿no eres- no eres un niño? Suenas como... niño. —la pregunta le molestó al detective, haciendo que bajara sus orejas hacia atrás y se quedara en silencio por un largo rato. —No. —cortó de inmediato, estaba de buen humor como para dejar que alguien más lo arruinara, planeaba mantenerse así. ------- En el apartamento la escena era clara y todavía fresca, aunque la pobre señora de la llamada no estaba ahí. Ni siquiera tuvo que pedir llaves o forzar la entrada porque ya estaba abierta. —No está forzada... no entró por aquí. —comentó para sí mismo mientras inspeccionó la puerta, después alzó bien en alto sus orejas para inspeccionar el resto del lugar. Lo primero que notaron sus fosas nasales fue un intenso aroma dulzón, un perfume. Por las notas juzgaba que era de mujer. ¿De quién llamó o alguien más? Tomó nota mental de eso para corroborar después. Se acercó a donde estaba el cuerpo, en un sofá individual en la sala de estar. La televisión aún estaba encendida con un programa de citas transcurriendo. No le prestó atención a eso, si no al cuerpo. Tenía un orificio en la frente y otro en la parte anterior de la cabeza, por supuesto que la bala atravesó el cráneo y cerebro. Olfateó tanto el cadáver como el ambiente. La sangre seguía fresca, el cuerpo más o menos caliente y pudo detectar, entre ese perfume horrible, un muy ligero rastro de pólvora. También había tabaco. —Reciente... apenas unas... ¿tres horas? Cuatro, cuanto mucho. —murmuró mientras rascó apenas su barbilla, después se fijó en la mesa al lado del sofá, allí donde se esparció la sangre, el reloj marcaba la hora y la caja de cigarrillos junto con las colillas indicaban que el hombre estuvo fumando. Lo tomaron totalmente desprevenido. Caminó alrededor, todavía olfateando, hasta llegar a la cómoda de la sala. Se acercó a uno de los cajones, notando algo... —¿Aceite industrial? Huh... De la víctima no es... ¿el culpable? —de su abrigo sacó un pañuelo y abrió el cajón para inspeccionar el interior. Estaba revuelto, algunas cajas y papeles, incluso fotos, pero nada más. Cerró el cajón—. ¿Qué estaba buscando...? Siguió la investigación mientras guardó el pañuelo, pasando por la cocina, también algo revuelta entre las alacenas y heladera, pero nada para tomar nota. Así, pasó por el pequeño pasillo que conectaba la sala con el baño y dos habitaciones más, pequeñas. Pero Koda se detuvo en el primer cuarto, el aire cambió. Empujó la puerta lo suficiente para entrar y vio, al igual que antes, todo revuelto. Lo que llamó más su atención fue la ventana del cuarto abierta. Posible entrada del culpable. Se acercó a olfatear y, sí, más rastro de aceite. Además, la escalera de incendios estaba cerca de ahí. —Pudo subir por las escaleras y entrar sin ser detectado, mh... —cruzó los brazos, pensativo, pero esto no duró mucho cuando oyó pasos. Sus orejas enseguida se voltearon en la dirección de donde provenían. El zorro se movió rápido hacia la entrada del apartamento. —¡Esto es la escena de un crimen, no puedes estar aquí! ¡No, no! ¡Nada te incumbe así que lárgate! ¡Vas a terminar contaminando la escena! —su voz se alzó en volumen contra aquella persona, pero sonaba algo cómico por el hecho que tenía una voz juvenil. Incluso eso cambió además de su apariencia. Una desdicha—. Anda, vete ya, no me obligues a sacarte. A nadie intimidaba con la baja estatura. [Cualquiera puede responder si gusta.]
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  • Por favor, dime que no me vaya,
    que hemos estado aquí desde mucho antes.
    Vivo bajo tus párpados,
    y siempre seré tuya.

    Me tenderé en tu azotea, incluso en el frío más hondo, y miraré el atardecer envuelta en tu ropa.
    Puedo sentirte conmigo, igual que antes,
    como cuando te canté aquella canción de amor de Norah Jones.
    Por favor, dime que no me vaya, que hemos estado aquí desde mucho antes. Vivo bajo tus párpados, y siempre seré tuya. Me tenderé en tu azotea, incluso en el frío más hondo, y miraré el atardecer envuelta en tu ropa. Puedo sentirte conmigo, igual que antes, como cuando te canté aquella canción de amor de Norah Jones.
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    // ¿NO SERÍA GENIAL UNA TRAMA GRUPAL EN LA QUE RESCATEMOS A EDDIE DEL UPSIDE DOWN TRAS SABER QUE NO MURIÓ Y LLEVA UN AÑO SOBREVIVIENDO ALLÍ?

    Perooooo para ello nos hacen falta los demás personajes de la pandilla: Dustin, Lucas, Will, Nancy, Robin, Jonathan...

    *invocando personajes*
    // ¿NO SERÍA GENIAL UNA TRAMA GRUPAL EN LA QUE RESCATEMOS A EDDIE DEL UPSIDE DOWN TRAS SABER QUE NO MURIÓ Y LLEVA UN AÑO SOBREVIVIENDO ALLÍ? Perooooo para ello nos hacen falta los demás personajes de la pandilla: Dustin, Lucas, Will, Nancy, Robin, Jonathan... *invocando personajes*
    1 a 200 líneas por Semana
    Fandom
    Stranger Things
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    HAWKINS BUSCA A SUS HEROES y SUS CIUDADANOS

    Hawkins siempre ha sido un pueblo pequeño de Indiana, de esos donde todos se conocen… o al menos eso es lo que creíamos.
    Porque desde hace ya un tiempo, sabemos que algo se oculta bajo la superficie. Algo que abre portales donde no debería, que convierte las luces en códigos y amenaza la quietud de la ciudad. Y por muy fuerte que sea la pandilla que tenemos ahora —con Steve, Eleven y Billy ya metidos en pleno desastre— sabemos que no es suficiente.

    El Upside Down se está moviendo.
    Vecna y el Mindflyer no descansan.
    Y hay muchas historias por contar

    Por eso abrimos este clasificado, para encontrar a nuestros héroes y ciudadanos:

    Nuestros héroes más jovenes: Max, Dustin, Will y Lucas
    Los héroes que los protegen: Robin o Jonathan
    Karen, Murray o Erica
    Forasteros que llegaron sin saber que aquí “lo raro” es lo habitual.
    OCs con historias propias que encajen entre la década, el misterio y la oscuridad.
    Y cualquier personaje canon con ganas de mezclarse, crear vínculos y pensar tramas


    PERSONAJES OCUPADOS:

    —Steve Harrington
    —Billy Hargrove
    —Jane Hopper (Eleven)
    —Mike Wheeler
    —Nancy Wheeler
    —Jim Hopper
    —Joyce Byers
    —Eddie Munson
    —Vicky Munson (OC, hermana de Eddie)

    Podeis traer a los mismos, pero en la variedad está lo divertido.

    Buscamos gente con ganas de escribir, de crear conexiones, de dejarse arrastrar por el ambiente ochentero y pensar historias no contadas del pueblo.

    Aquí no buscamos llenar un listado; buscamos vida.
    Buscamos presencia.
    Buscamos historias que merezcan contarse.

    ¡Postúlate! O trae directamente a tu personaje ^^
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    Hawkins siempre ha sido un pueblo pequeño de Indiana, de esos donde todos se conocen… o al menos eso es lo que creíamos.
    Porque desde hace ya un tiempo, sabemos que algo se oculta bajo la superficie. Algo que abre portales donde no debería, que convierte las luces en códigos y amenaza la quietud de la ciudad. Y por muy fuerte que sea la pandilla que tenemos ahora —con Steve, Eleven y Billy ya metidos en pleno desastre— sabemos que no es suficiente.

    El Upside Down se está moviendo.
    Vecna y el Mindflyer no descansan.
    Y hay muchas historias por contar

    Por eso abrimos este clasificado, para encontrar a nuestros héroes y ciudadanos:

    Nuestros héroes más jovenes: Max, Dustin, Will y Lucas
    Los héroes que los protegen: Robin o Jonathan
    Karen, Murray o Erica
    Forasteros que llegaron sin saber que aquí “lo raro” es lo habitual.
    OCs con historias propias que encajen entre la década, el misterio y la oscuridad.
    Y cualquier personaje canon con ganas de mezclarse, crear vínculos y pensar tramas


    PERSONAJES OCUPADOS:

    —Steve Harrington
    —Billy Hargrove
    —Jane Hopper (Eleven)
    —Mike Wheeler
    —Nancy Wheeler
    —Jim Hopper
    —Joyce Byers
    —Eddie Munson
    —Vicky Munson (OC, hermana de Eddie)

    Podeis traer a los mismos, pero en la variedad está lo divertido.

    Buscamos gente con ganas de escribir, de crear conexiones, de dejarse arrastrar por el ambiente ochentero y pensar historias no contadas del pueblo.

    Aquí no buscamos llenar un listado; buscamos vida.
    Buscamos presencia.
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    🎇 HAWKINS BUSCA A SUS HEROES y SUS CIUDADANOS🎇 Hawkins siempre ha sido un pueblo pequeño de Indiana, de esos donde todos se conocen… o al menos eso es lo que creíamos. Porque desde hace ya un tiempo, sabemos que algo se oculta bajo la superficie. Algo que abre portales donde no debería, que convierte las luces en códigos y amenaza la quietud de la ciudad. Y por muy fuerte que sea la pandilla que tenemos ahora —con Steve, Eleven y Billy ya metidos en pleno desastre— sabemos que no es suficiente. El Upside Down se está moviendo. Vecna y el Mindflyer no descansan. Y hay muchas historias por contar Por eso abrimos este clasificado, para encontrar a nuestros héroes y ciudadanos: ✨ Nuestros héroes más jovenes: Max, Dustin, Will y Lucas ✨ Los héroes que los protegen: Robin o Jonathan ✨ Karen, Murray o Erica ✨ Forasteros que llegaron sin saber que aquí “lo raro” es lo habitual. ✨ OCs con historias propias que encajen entre la década, el misterio y la oscuridad. ✨ Y cualquier personaje canon con ganas de mezclarse, crear vínculos y pensar tramas PERSONAJES OCUPADOS: —Steve Harrington —Billy Hargrove —Jane Hopper (Eleven) —Mike Wheeler —Nancy Wheeler —Jim Hopper —Joyce Byers —Eddie Munson —Vicky Munson (OC, hermana de Eddie) Podeis traer a los mismos, pero en la variedad está lo divertido. Buscamos gente con ganas de escribir, de crear conexiones, de dejarse arrastrar por el ambiente ochentero y pensar historias no contadas del pueblo. Aquí no buscamos llenar un listado; buscamos vida. Buscamos presencia. Buscamos historias que merezcan contarse. ¡Postúlate! O trae directamente a tu personaje ^^
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    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷

    Primer día de la Sombra — “El edificio que gritaba”

    La mañana amanece demasiado tranquila.
    Yo… no siento nada.
    Solo un hueco extraño dentro del pecho, como si me hubieran arrancado un pensamiento que no consigo recordar.

    Desayuno con Ayane.
    Sonrío.
    Finjo normalidad.

    Pero en cuanto salgo de casa, pierdo el control.

    Y entonces ella despierta.

    La Sombra.


    ---

    La posesión silenciosa

    No me desmayo.
    No caigo al suelo.
    No grito.

    Simplemente… cedo.
    Mi cuerpo se detiene un instante.
    Mi mirada se nubla.

    Y la Sombra camina.

    Su andar no se parece al mío.
    Es más suave, más afilado, casi elegante.
    Como un depredador que todavía no ha decidido a quién devorar.

    Yo observo desde algún rincón oscuro de mi propia mente, atrapada dentro de mí misma.

    No puedo hacer nada.


    ---

    La ciudad

    La Sombra me lleva por callejones que nunca había pisado.
    No sé qué busca, hasta que se detiene frente a un edificio apretado entre otros, de esos que parecen sostenerse por milagro.

    Huele a polvo viejo, a aceite, a vidas cansadas.

    A Caos.

    La Sombra sonríe.
    Yo siento un nudo en el estómago.

    Entra sin vacilar, sube escaleras, abre puertas sin pedir permiso.
    Y entonces lo encuentra:

    Un mechero.

    Una chispa.

    Una idea.

    El fuego sube como una criatura liberada.
    Muerde paredes, traga muebles, se arrastra por el techo como si tuviera hambre de cielo.

    Y ahí, en medio de un pasillo en llamas…

    yo despierto.


    ---

    El instante

    Es solo un segundo, pero lo recuerdo nítido.

    Soy yo.
    SOY yo.

    Me digo:

    —¿Dónde…? ¿Qué…? No… no…

    El calor me corta la respiración.
    El humo me hace arder los ojos.
    Quiero huir, correr, saltar por una ventana.

    Pero no puedo.

    Porque ella vuelve.

    La Sombra me arrastra hacia atrás, como si me tomara del cabello y me tirara al vacío.

    Y el mundo en llamas desaparece.


    ---

    El Jardín de Sombras

    Caigo de rodillas.

    Otra vez aquí.

    El Jardín es igual de aterrador que la primera vez:
    la tierra es negra y húmeda como sangre vieja,
    las flores respiran,
    las ramas se mueven sin viento.

    No estoy sola.
    Las otras sombras me rodean, quietas, expectantes.
    No hablan, pero siento su hambre: no quieren mi cuerpo, ni mi alma.

    Quieren mi miedo.

    Y yo… estoy llena de él.

    Empiezo a llorar.
    Mis manos tiemblan.
    Me abrazo a mí misma.

    —¿Por qué…? ¿Por qué otra vez…? ¿Por qué no puedo despertar…?

    Pero nadie responde.

    Solo un murmullo que vibra en el aire, como una risa escondida:

    “Hoy no eres tú la que camina.”


    ---

    Mientras tanto…

    Siento todo, incluso cuando no lo veo.

    Siento a los bomberos acercarse al edificio.
    Siento su miedo antes de que la Sombra los toque.
    Siento cómo sus almas se apagan.

    La Sombra se alimenta.
    Ella vive.
    Yo… observo impotente.

    El miedo de los demás la fortalece.
    Mi llanto no le importa.
    Mis gritos tampoco.

    Y cuando termina…

    ella vuelve a caminar.

    Yo me quedo encerrada en el Jardín, sola, temblando, sabiendo que mañana será peor.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 Primer día de la Sombra — “El edificio que gritaba” La mañana amanece demasiado tranquila. Yo… no siento nada. Solo un hueco extraño dentro del pecho, como si me hubieran arrancado un pensamiento que no consigo recordar. Desayuno con Ayane. Sonrío. Finjo normalidad. Pero en cuanto salgo de casa, pierdo el control. Y entonces ella despierta. La Sombra. --- La posesión silenciosa No me desmayo. No caigo al suelo. No grito. Simplemente… cedo. Mi cuerpo se detiene un instante. Mi mirada se nubla. Y la Sombra camina. Su andar no se parece al mío. Es más suave, más afilado, casi elegante. Como un depredador que todavía no ha decidido a quién devorar. Yo observo desde algún rincón oscuro de mi propia mente, atrapada dentro de mí misma. No puedo hacer nada. --- La ciudad La Sombra me lleva por callejones que nunca había pisado. No sé qué busca, hasta que se detiene frente a un edificio apretado entre otros, de esos que parecen sostenerse por milagro. Huele a polvo viejo, a aceite, a vidas cansadas. A Caos. La Sombra sonríe. Yo siento un nudo en el estómago. Entra sin vacilar, sube escaleras, abre puertas sin pedir permiso. Y entonces lo encuentra: Un mechero. Una chispa. Una idea. El fuego sube como una criatura liberada. Muerde paredes, traga muebles, se arrastra por el techo como si tuviera hambre de cielo. Y ahí, en medio de un pasillo en llamas… yo despierto. --- El instante Es solo un segundo, pero lo recuerdo nítido. Soy yo. SOY yo. Me digo: —¿Dónde…? ¿Qué…? No… no… El calor me corta la respiración. El humo me hace arder los ojos. Quiero huir, correr, saltar por una ventana. Pero no puedo. Porque ella vuelve. La Sombra me arrastra hacia atrás, como si me tomara del cabello y me tirara al vacío. Y el mundo en llamas desaparece. --- El Jardín de Sombras Caigo de rodillas. Otra vez aquí. El Jardín es igual de aterrador que la primera vez: la tierra es negra y húmeda como sangre vieja, las flores respiran, las ramas se mueven sin viento. No estoy sola. Las otras sombras me rodean, quietas, expectantes. No hablan, pero siento su hambre: no quieren mi cuerpo, ni mi alma. Quieren mi miedo. Y yo… estoy llena de él. Empiezo a llorar. Mis manos tiemblan. Me abrazo a mí misma. —¿Por qué…? ¿Por qué otra vez…? ¿Por qué no puedo despertar…? Pero nadie responde. Solo un murmullo que vibra en el aire, como una risa escondida: “Hoy no eres tú la que camina.” --- Mientras tanto… Siento todo, incluso cuando no lo veo. Siento a los bomberos acercarse al edificio. Siento su miedo antes de que la Sombra los toque. Siento cómo sus almas se apagan. La Sombra se alimenta. Ella vive. Yo… observo impotente. El miedo de los demás la fortalece. Mi llanto no le importa. Mis gritos tampoco. Y cuando termina… ella vuelve a caminar. Yo me quedo encerrada en el Jardín, sola, temblando, sabiendo que mañana será peor.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷

    Primer día de la Sombra — “El edificio que gritaba”

    La mañana amanece demasiado tranquila.
    Yo… no siento nada.
    Solo un hueco extraño dentro del pecho, como si me hubieran arrancado un pensamiento que no consigo recordar.

    Desayuno con Ayane.
    Sonrío.
    Finjo normalidad.

    Pero en cuanto salgo de casa, pierdo el control.

    Y entonces ella despierta.

    La Sombra.


    ---

    La posesión silenciosa

    No me desmayo.
    No caigo al suelo.
    No grito.

    Simplemente… cedo.
    Mi cuerpo se detiene un instante.
    Mi mirada se nubla.

    Y la Sombra camina.

    Su andar no se parece al mío.
    Es más suave, más afilado, casi elegante.
    Como un depredador que todavía no ha decidido a quién devorar.

    Yo observo desde algún rincón oscuro de mi propia mente, atrapada dentro de mí misma.

    No puedo hacer nada.


    ---

    La ciudad

    La Sombra me lleva por callejones que nunca había pisado.
    No sé qué busca, hasta que se detiene frente a un edificio apretado entre otros, de esos que parecen sostenerse por milagro.

    Huele a polvo viejo, a aceite, a vidas cansadas.

    A Caos.

    La Sombra sonríe.
    Yo siento un nudo en el estómago.

    Entra sin vacilar, sube escaleras, abre puertas sin pedir permiso.
    Y entonces lo encuentra:

    Un mechero.

    Una chispa.

    Una idea.

    El fuego sube como una criatura liberada.
    Muerde paredes, traga muebles, se arrastra por el techo como si tuviera hambre de cielo.

    Y ahí, en medio de un pasillo en llamas…

    yo despierto.


    ---

    El instante

    Es solo un segundo, pero lo recuerdo nítido.

    Soy yo.
    SOY yo.

    Me digo:

    —¿Dónde…? ¿Qué…? No… no…

    El calor me corta la respiración.
    El humo me hace arder los ojos.
    Quiero huir, correr, saltar por una ventana.

    Pero no puedo.

    Porque ella vuelve.

    La Sombra me arrastra hacia atrás, como si me tomara del cabello y me tirara al vacío.

    Y el mundo en llamas desaparece.


    ---

    El Jardín de Sombras

    Caigo de rodillas.

    Otra vez aquí.

    El Jardín es igual de aterrador que la primera vez:
    la tierra es negra y húmeda como sangre vieja,
    las flores respiran,
    las ramas se mueven sin viento.

    No estoy sola.
    Las otras sombras me rodean, quietas, expectantes.
    No hablan, pero siento su hambre: no quieren mi cuerpo, ni mi alma.

    Quieren mi miedo.

    Y yo… estoy llena de él.

    Empiezo a llorar.
    Mis manos tiemblan.
    Me abrazo a mí misma.

    —¿Por qué…? ¿Por qué otra vez…? ¿Por qué no puedo despertar…?

    Pero nadie responde.

    Solo un murmullo que vibra en el aire, como una risa escondida:

    “Hoy no eres tú la que camina.”


    ---

    Mientras tanto…

    Siento todo, incluso cuando no lo veo.

    Siento a los bomberos acercarse al edificio.
    Siento su miedo antes de que la Sombra los toque.
    Siento cómo sus almas se apagan.

    La Sombra se alimenta.
    Ella vive.
    Yo… observo impotente.

    El miedo de los demás la fortalece.
    Mi llanto no le importa.
    Mis gritos tampoco.

    Y cuando termina…

    ella vuelve a caminar.

    Yo me quedo encerrada en el Jardín, sola, temblando, sabiendo que mañana será peor.
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    Primer día de la Sombra — “El edificio que gritaba”

    La mañana amanece demasiado tranquila.
    Yo… no siento nada.
    Solo un hueco extraño dentro del pecho, como si me hubieran arrancado un pensamiento que no consigo recordar.

    Desayuno con Ayane.
    Sonrío.
    Finjo normalidad.

    Pero en cuanto salgo de casa, pierdo el control.

    Y entonces ella despierta.

    La Sombra.


    ---

    La posesión silenciosa

    No me desmayo.
    No caigo al suelo.
    No grito.

    Simplemente… cedo.
    Mi cuerpo se detiene un instante.
    Mi mirada se nubla.

    Y la Sombra camina.

    Su andar no se parece al mío.
    Es más suave, más afilado, casi elegante.
    Como un depredador que todavía no ha decidido a quién devorar.

    Yo observo desde algún rincón oscuro de mi propia mente, atrapada dentro de mí misma.

    No puedo hacer nada.


    ---

    La ciudad

    La Sombra me lleva por callejones que nunca había pisado.
    No sé qué busca, hasta que se detiene frente a un edificio apretado entre otros, de esos que parecen sostenerse por milagro.

    Huele a polvo viejo, a aceite, a vidas cansadas.

    A Caos.

    La Sombra sonríe.
    Yo siento un nudo en el estómago.

    Entra sin vacilar, sube escaleras, abre puertas sin pedir permiso.
    Y entonces lo encuentra:

    Un mechero.

    Una chispa.

    Una idea.

    El fuego sube como una criatura liberada.
    Muerde paredes, traga muebles, se arrastra por el techo como si tuviera hambre de cielo.

    Y ahí, en medio de un pasillo en llamas…

    yo despierto.


    ---

    El instante

    Es solo un segundo, pero lo recuerdo nítido.

    Soy yo.
    SOY yo.

    Me digo:

    —¿Dónde…? ¿Qué…? No… no…

    El calor me corta la respiración.
    El humo me hace arder los ojos.
    Quiero huir, correr, saltar por una ventana.

    Pero no puedo.

    Porque ella vuelve.

    La Sombra me arrastra hacia atrás, como si me tomara del cabello y me tirara al vacío.

    Y el mundo en llamas desaparece.


    ---

    El Jardín de Sombras

    Caigo de rodillas.

    Otra vez aquí.

    El Jardín es igual de aterrador que la primera vez:
    la tierra es negra y húmeda como sangre vieja,
    las flores respiran,
    las ramas se mueven sin viento.

    No estoy sola.
    Las otras sombras me rodean, quietas, expectantes.
    No hablan, pero siento su hambre: no quieren mi cuerpo, ni mi alma.

    Quieren mi miedo.

    Y yo… estoy llena de él.

    Empiezo a llorar.
    Mis manos tiemblan.
    Me abrazo a mí misma.

    —¿Por qué…? ¿Por qué otra vez…? ¿Por qué no puedo despertar…?

    Pero nadie responde.

    Solo un murmullo que vibra en el aire, como una risa escondida:

    “Hoy no eres tú la que camina.”


    ---

    Mientras tanto…

    Siento todo, incluso cuando no lo veo.

    Siento a los bomberos acercarse al edificio.
    Siento su miedo antes de que la Sombra los toque.
    Siento cómo sus almas se apagan.

    La Sombra se alimenta.
    Ella vive.
    Yo… observo impotente.

    El miedo de los demás la fortalece.
    Mi llanto no le importa.
    Mis gritos tampoco.

    Y cuando termina…

    ella vuelve a caminar.

    Yo me quedo encerrada en el Jardín, sola, temblando, sabiendo que mañana será peor.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 Primer día de la Sombra — “El edificio que gritaba” La mañana amanece demasiado tranquila. Yo… no siento nada. Solo un hueco extraño dentro del pecho, como si me hubieran arrancado un pensamiento que no consigo recordar. Desayuno con Ayane. Sonrío. Finjo normalidad. Pero en cuanto salgo de casa, pierdo el control. Y entonces ella despierta. La Sombra. --- La posesión silenciosa No me desmayo. No caigo al suelo. No grito. Simplemente… cedo. Mi cuerpo se detiene un instante. Mi mirada se nubla. Y la Sombra camina. Su andar no se parece al mío. Es más suave, más afilado, casi elegante. Como un depredador que todavía no ha decidido a quién devorar. Yo observo desde algún rincón oscuro de mi propia mente, atrapada dentro de mí misma. No puedo hacer nada. --- La ciudad La Sombra me lleva por callejones que nunca había pisado. No sé qué busca, hasta que se detiene frente a un edificio apretado entre otros, de esos que parecen sostenerse por milagro. Huele a polvo viejo, a aceite, a vidas cansadas. A Caos. La Sombra sonríe. Yo siento un nudo en el estómago. Entra sin vacilar, sube escaleras, abre puertas sin pedir permiso. Y entonces lo encuentra: Un mechero. Una chispa. Una idea. El fuego sube como una criatura liberada. Muerde paredes, traga muebles, se arrastra por el techo como si tuviera hambre de cielo. Y ahí, en medio de un pasillo en llamas… yo despierto. --- El instante Es solo un segundo, pero lo recuerdo nítido. Soy yo. SOY yo. Me digo: —¿Dónde…? ¿Qué…? No… no… El calor me corta la respiración. El humo me hace arder los ojos. Quiero huir, correr, saltar por una ventana. Pero no puedo. Porque ella vuelve. La Sombra me arrastra hacia atrás, como si me tomara del cabello y me tirara al vacío. Y el mundo en llamas desaparece. --- El Jardín de Sombras Caigo de rodillas. Otra vez aquí. El Jardín es igual de aterrador que la primera vez: la tierra es negra y húmeda como sangre vieja, las flores respiran, las ramas se mueven sin viento. No estoy sola. Las otras sombras me rodean, quietas, expectantes. No hablan, pero siento su hambre: no quieren mi cuerpo, ni mi alma. Quieren mi miedo. Y yo… estoy llena de él. Empiezo a llorar. Mis manos tiemblan. Me abrazo a mí misma. —¿Por qué…? ¿Por qué otra vez…? ¿Por qué no puedo despertar…? Pero nadie responde. Solo un murmullo que vibra en el aire, como una risa escondida: “Hoy no eres tú la que camina.” --- Mientras tanto… Siento todo, incluso cuando no lo veo. Siento a los bomberos acercarse al edificio. Siento su miedo antes de que la Sombra los toque. Siento cómo sus almas se apagan. La Sombra se alimenta. Ella vive. Yo… observo impotente. El miedo de los demás la fortalece. Mi llanto no le importa. Mis gritos tampoco. Y cuando termina… ella vuelve a caminar. Yo me quedo encerrada en el Jardín, sola, temblando, sabiendo que mañana será peor.
    Me entristece
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  • *11:30 de la noche, Kendo se despertó aunque no estaba en su habitacion en el templo principal del culto, deecho se desperto en un callejon muy solitario y rodeado de ratas; sin tomarle mucha importancia se sento con la mayor pereza del mundo y estando completamente desaliñado*

    —¿Que mierda?... ¿Donde estoy y que hora es...?—
    *11:30 de la noche, Kendo se despertó aunque no estaba en su habitacion en el templo principal del culto, deecho se desperto en un callejon muy solitario y rodeado de ratas; sin tomarle mucha importancia se sento con la mayor pereza del mundo y estando completamente desaliñado* —¿Que mierda?... ¿Donde estoy y que hora es...?—
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