• Estos niños no tardan en nacer, son 3, me tienen prácticamente sin energia, y no me dejan ni siquiera volar mas de media hora, es.. estresante tener que estar descansando tanto tiempo al dia, al menos Jack se encarga de preparar la comida suficiente.
    Estos niños no tardan en nacer, son 3, me tienen prácticamente sin energia, y no me dejan ni siquiera volar mas de media hora, es.. estresante tener que estar descansando tanto tiempo al dia, al menos Jack se encarga de preparar la comida suficiente.
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  • El eco de las voces de aquel auditorio llegaba amortiguado hasta el pasillo detrás del escenario. Jack Tessaro estaba de pie en mitad de aquel reducido espacio, revisando mentalmente los puntos clave de la charla que iba a ofrecer. A su lado, también de pie, Martin Hammond observaba la pantalla de su teléfono con la expresión calmada que lo caracterizaba.

    —La sala está llena —comentó Hammond sin levantar la vista—. Tienes un público atento.

    Jack dejó ir un ligero suspiro y se pasó una mano por el cabello.

    —Ya, bueno... Hasta que les cuente la parte desagradable. Ahí es cuando empiezan a removerse en los asientos.

    Hammond dejó escapar una ligera risa nasal.

    —Bueno, no han venido a escuchar cuentos de hadas. Saben porqué están aquí.

    Jack ladeó la cabeza con una media sonrisa que se tornó demasiado fugaz.

    —No, vinieron a convencerse de que entienden a los monstruos.

    Uno de los profesores de la Universidad se asomó por la puerta del escenario y les hizo una señal. Cinco minutos. Jack asintió y ajustó el reloj en su muñeca.

    Hammond lo estudió por un instante antes de hablar.

    —Tienes esa mirada.

    Jack arqueó una ceja.

    —¿Qué mirada?

    —La de cuando recuerdas demasiado.

    Jack desvió la vista hacia el suelo por un segundo antes de enderezarse.

    —No se trata de mí esta vez.

    Hammond soltó un leve resoplido.

    —No. Pero todo lo que vas a decir ahí fuera está marcado por lo que hemos visto. No finjas que no lo sabes.

    El silencio se hizo palpable entre los dos. Luego, Jack inspiró profundamente y sacudió los hombros, removiéndose la tensión.

    —No he venido a debatir con Freud, Hammond.

    Su compañero esbozó una sonrisa rápida.

    —Entonces haz lo tuyo. Cuéntales lo que necesitan saber.

    Jack echó un último vistazo al escenario antes de avanzar.

    —Siempre lo hago.

    El murmullo del auditorio se volvió mucho más solemne cuando su figura apareció bajo las luces.
    El eco de las voces de aquel auditorio llegaba amortiguado hasta el pasillo detrás del escenario. Jack Tessaro estaba de pie en mitad de aquel reducido espacio, revisando mentalmente los puntos clave de la charla que iba a ofrecer. A su lado, también de pie, Martin Hammond observaba la pantalla de su teléfono con la expresión calmada que lo caracterizaba. —La sala está llena —comentó Hammond sin levantar la vista—. Tienes un público atento. Jack dejó ir un ligero suspiro y se pasó una mano por el cabello. —Ya, bueno... Hasta que les cuente la parte desagradable. Ahí es cuando empiezan a removerse en los asientos. Hammond dejó escapar una ligera risa nasal. —Bueno, no han venido a escuchar cuentos de hadas. Saben porqué están aquí. Jack ladeó la cabeza con una media sonrisa que se tornó demasiado fugaz. —No, vinieron a convencerse de que entienden a los monstruos. Uno de los profesores de la Universidad se asomó por la puerta del escenario y les hizo una señal. Cinco minutos. Jack asintió y ajustó el reloj en su muñeca. Hammond lo estudió por un instante antes de hablar. —Tienes esa mirada. Jack arqueó una ceja. —¿Qué mirada? —La de cuando recuerdas demasiado. Jack desvió la vista hacia el suelo por un segundo antes de enderezarse. —No se trata de mí esta vez. Hammond soltó un leve resoplido. —No. Pero todo lo que vas a decir ahí fuera está marcado por lo que hemos visto. No finjas que no lo sabes. El silencio se hizo palpable entre los dos. Luego, Jack inspiró profundamente y sacudió los hombros, removiéndose la tensión. —No he venido a debatir con Freud, Hammond. Su compañero esbozó una sonrisa rápida. —Entonces haz lo tuyo. Cuéntales lo que necesitan saber. Jack echó un último vistazo al escenario antes de avanzar. —Siempre lo hago. El murmullo del auditorio se volvió mucho más solemne cuando su figura apareció bajo las luces.
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  • Al fin puedo sentir algo de calma de nuevo... Jack ah vuelto
    Al fin puedo sentir algo de calma de nuevo... Jack ah vuelto
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  • Encuentros
    Fandom Mentes Criminales
    Categoría Drama
    "Los reencuentros son la prueba de que las almas que están destinadas a cruzarse, siempre encuentran el camino de regreso"

    -> starter con Jack Tessaro

    Con el paso de las semanas, el aniversario de los padres de Angie se acercó inexorablemente. Dentro de los Brooks se había creado una tradición que seguían todos los años; reunirse familiares y amigos en memoria de ellos. No era una reunión triste, más bien una velada en la que disfrutar de la compañía unos de otros.

    No sería el primer año que Jack era invitado a esa reunión, pero nunca apareció. Y lo cierto era que Angie no estaba por la labor de hacer sentir a su pareja que tenía la obligación de ir. Por lo que Angie solo dejó caer la invitación sin presiones un par de semanas antes, dándole tiempo a Jack de tomarse ese fin de semana junto a ella.

    Obviamente, Angie había presentado una solicitud para librar ese fin de semana por motivos personales. La cual fue aceptada.

    Según se iban acercando los días, el humor de la joven fue variando. Intentaba ser la chica de siempre, y estar de buen humor, pero los recuerdos venían prácticamente cada noche para tirar por el suelo todos sus intentos de estar de buen humor. Terminando por perder la partida en más de una ocasión, y mostrarse irascible, apática, callada o simplemente mostraba sonrisas que escondían la tristeza que sentía.

    Un par de noches antes de la reunión familiar, Angie se despertó a las tantas de la noche a causa de una pesadilla. Como había estado haciendo en las últimas ocasiones, se levantó para prepararse un cacao caliente y así intentar calmar su angustia.

    – No, Willow, quédate con papá durmiendo… –

    Intentó hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Jack cuando cogió un vaso del lavaplatos en el que calentar la leche en la que echaría el cacao en polvo. Una vez que terminó, y con la taza entre sus manos, se sentó en el sofá tras tomar uno de los álbumes familiares.

    Escuchó unos pasos que la sobresaltaron. Se giró para ver a un Jack adormilado, y que se echaba el pelo hacía atrás. Le dedicó una suave media sonrisa de disculpa por si le había despertado.

    – Lo siento… – se disculpó, y levantó dejando su taza sobre la mesa auxiliar del comedor – ¿Quieres una taza de chocolate? – preguntó, y ante la respuesta de Jack, de ir él a prepararse la taza, ella le detuvo con la mano en alto en un simple gesto – No, no,... ya voy yo… Toma el gesto como una disculpa por ser la novia más borde de la faz de la tierra… – dijo, haciendo referencia a sus cortantes respuestas a lo largo del día pasado.

    Le preparó el chocolate a Jack, que ya estaba sentado en el sofá con el álbum que había dejado la joven, y se lo entregó a su chico en cuanto terminó de prepararlo, reuniéndose con él.

    – Toma mi ofrenda de paz… Te prometo que dejaré mis malos humos bien guardados… – prometió, y se sentó junto a él apoyando su cabeza en el hombro de Jack para poder ver juntos las fotos.

    Una de las primeras fotos eran los padres de Angie posando para la fiesta de graduación.

    – Uyyy, qué guapos estaban… Y juraría que esa fue la noche de mi creación… – dijo Angie con una suave risa, comentando la foto.

    La siguiente foto a los padres de Angie, era una grupal en la que también aparecía Jack.

    – Debo de quejarme formalmente por mi generación… Qué guapos estaban todos. Sé sincero, esa noche te ligaste a todas las chicas, y decidiste que ese sería tu look oficial… creando así la duda de si el traje se hizo para Jack, o Jack se hizo para el traje – dijo en broma a medias – vivan los trajes de raya diplomática –

    Siguieron pasando las fotos lentamente, comentando algunos detalles de ellas. Jack añadió historias y datos que Angie desconocía, y la propia Angie le habló de algunos detalles que parecía que Jack tampoco conocía.

    – Y sí, esta es la prueba de que intenté aprender a tocar guitarra. Tenía más posibilidades de aprender a cazar moscas con palillos a lo Jackie Chan que tocar cuatro notas seguidas… – comentó bromeando sobre su falta de talento con respecto a los instrumentos musicales – y como te iba diciendo antes, creo que debería estar por aquí mi foto postureo tocando el piano… – siguió diciendo – sí, aquí está… – dijo extrañada al faltar una foto suya de su primera graduación – vaya… He perdido mi foto de mi primera graduación… –.

    Cuando terminaron de ver las fotos, Angie se levantó para recoger las tazas de los chocolates y llevarlos a la pila. Se giró encontrando a Jack de frente y le dedicó una suave sonrisa, terminando por colocar sus brazos alrededor de los hombros masculinos.

    – En unas horas vas a estar muerto de sueño por mi culpa… – admitió, seguidamente se elevó sobre los dedos de sus pies para poder llegar a la altura de Jack y dejar un beso en los labios masculinos – y no es demasiado justo… Siento cómo me estoy portando contigo estos días… Y no quiero ser la novia pesada que te obliga a algo que no te apetece, y eres libre de decir que no, pero… quiero que vengas. Todos quieren que vengas… Lo que quiero decir es que eres más que bienvenido… Además, va a estar muy bien. Seréis un grupo de cuarentones recordando viejos tiempos con música de fondo… Cocinará Lana su plato estrella, Luke hará sus habituales bromas, Jeremy nos hará de dj, y yo disfrutaré de ver cómo todavía os creéis jóvenes… después, llegará el momento de Lana y su interrogatorio… - esbozó una amplia y fingida sonrisa antes de concluir - creo que, al final, voy a ser yo la que me baje del barco -.

    – Lo más aburrido será pasar por el cementerio a dejar el ramo de flores… Además, creo que tu mejor amigo se merece una explicación de por qué te llevas a la cama a su hija sin ni siquiera un anillo en el dedo… - bromeó.

    Dos días después, tras pasar prácticamente una semana encerrados en las oficinas del FBI entre papeles, y ayudando a otras comisarías con sus respectivos casos al pasar los miembros el perfil a modo de guía, el fin de semana se dejaba ver.

    – Pues, creo que tengo ya lista la maleta… – le comentó Angie a Jack, terminando por cerrar una pequeña maleta de mano con una muda por si era necesario. – Voy a ponerle agua fresca a mi niña, y una latita… – dijo, acariciando a Willow que se dedicaba a llamar su atención entre ronroneos – sí… de salmón… –.

    Tras dejar todo listo para la gata, regresó a la habitación junto a Jack. Se cambió de ropa poniéndose el pijama esperando a su pareja bajo las sábanas – Estoy agotada… por suerte, esta semana nos hemos librado del jet lag y las chicas quieren quedar la próxima semana para salir, y… ¿Sabes quién se va a emborrachar? – preguntó sin esperar una respuesta realmente - ¡Sí! Yo. – se movió en la cama para apartar las sábanas para Jack cuando fue a meterse – La verdad es que luego, seguramente, sea una buena chica y solo me tome un par de copas… o puede que nos juntemos todos, como la última vez –. se volvió a tumbar en la cama, girándose para Jack. Tener una conversación trivial por la noche, antes de dormir, la ayudaba a mantener a raya sus pensamientos, sus sentimientos, y las pesadillas. Además, era el momento de ambos, de conectar lejos del trabajo. Solo ellos, y conversaciones banales.
    "Los reencuentros son la prueba de que las almas que están destinadas a cruzarse, siempre encuentran el camino de regreso" -> starter con [NotAMindRcader] Con el paso de las semanas, el aniversario de los padres de Angie se acercó inexorablemente. Dentro de los Brooks se había creado una tradición que seguían todos los años; reunirse familiares y amigos en memoria de ellos. No era una reunión triste, más bien una velada en la que disfrutar de la compañía unos de otros. No sería el primer año que Jack era invitado a esa reunión, pero nunca apareció. Y lo cierto era que Angie no estaba por la labor de hacer sentir a su pareja que tenía la obligación de ir. Por lo que Angie solo dejó caer la invitación sin presiones un par de semanas antes, dándole tiempo a Jack de tomarse ese fin de semana junto a ella. Obviamente, Angie había presentado una solicitud para librar ese fin de semana por motivos personales. La cual fue aceptada. Según se iban acercando los días, el humor de la joven fue variando. Intentaba ser la chica de siempre, y estar de buen humor, pero los recuerdos venían prácticamente cada noche para tirar por el suelo todos sus intentos de estar de buen humor. Terminando por perder la partida en más de una ocasión, y mostrarse irascible, apática, callada o simplemente mostraba sonrisas que escondían la tristeza que sentía. Un par de noches antes de la reunión familiar, Angie se despertó a las tantas de la noche a causa de una pesadilla. Como había estado haciendo en las últimas ocasiones, se levantó para prepararse un cacao caliente y así intentar calmar su angustia. – No, Willow, quédate con papá durmiendo… – Intentó hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Jack cuando cogió un vaso del lavaplatos en el que calentar la leche en la que echaría el cacao en polvo. Una vez que terminó, y con la taza entre sus manos, se sentó en el sofá tras tomar uno de los álbumes familiares. Escuchó unos pasos que la sobresaltaron. Se giró para ver a un Jack adormilado, y que se echaba el pelo hacía atrás. Le dedicó una suave media sonrisa de disculpa por si le había despertado. – Lo siento… – se disculpó, y levantó dejando su taza sobre la mesa auxiliar del comedor – ¿Quieres una taza de chocolate? – preguntó, y ante la respuesta de Jack, de ir él a prepararse la taza, ella le detuvo con la mano en alto en un simple gesto – No, no,... ya voy yo… Toma el gesto como una disculpa por ser la novia más borde de la faz de la tierra… – dijo, haciendo referencia a sus cortantes respuestas a lo largo del día pasado. Le preparó el chocolate a Jack, que ya estaba sentado en el sofá con el álbum que había dejado la joven, y se lo entregó a su chico en cuanto terminó de prepararlo, reuniéndose con él. – Toma mi ofrenda de paz… Te prometo que dejaré mis malos humos bien guardados… – prometió, y se sentó junto a él apoyando su cabeza en el hombro de Jack para poder ver juntos las fotos. Una de las primeras fotos eran los padres de Angie posando para la fiesta de graduación. – Uyyy, qué guapos estaban… Y juraría que esa fue la noche de mi creación… – dijo Angie con una suave risa, comentando la foto. La siguiente foto a los padres de Angie, era una grupal en la que también aparecía Jack. – Debo de quejarme formalmente por mi generación… Qué guapos estaban todos. Sé sincero, esa noche te ligaste a todas las chicas, y decidiste que ese sería tu look oficial… creando así la duda de si el traje se hizo para Jack, o Jack se hizo para el traje – dijo en broma a medias – vivan los trajes de raya diplomática – Siguieron pasando las fotos lentamente, comentando algunos detalles de ellas. Jack añadió historias y datos que Angie desconocía, y la propia Angie le habló de algunos detalles que parecía que Jack tampoco conocía. – Y sí, esta es la prueba de que intenté aprender a tocar guitarra. Tenía más posibilidades de aprender a cazar moscas con palillos a lo Jackie Chan que tocar cuatro notas seguidas… – comentó bromeando sobre su falta de talento con respecto a los instrumentos musicales – y como te iba diciendo antes, creo que debería estar por aquí mi foto postureo tocando el piano… – siguió diciendo – sí, aquí está… – dijo extrañada al faltar una foto suya de su primera graduación – vaya… He perdido mi foto de mi primera graduación… –. Cuando terminaron de ver las fotos, Angie se levantó para recoger las tazas de los chocolates y llevarlos a la pila. Se giró encontrando a Jack de frente y le dedicó una suave sonrisa, terminando por colocar sus brazos alrededor de los hombros masculinos. – En unas horas vas a estar muerto de sueño por mi culpa… – admitió, seguidamente se elevó sobre los dedos de sus pies para poder llegar a la altura de Jack y dejar un beso en los labios masculinos – y no es demasiado justo… Siento cómo me estoy portando contigo estos días… Y no quiero ser la novia pesada que te obliga a algo que no te apetece, y eres libre de decir que no, pero… quiero que vengas. Todos quieren que vengas… Lo que quiero decir es que eres más que bienvenido… Además, va a estar muy bien. Seréis un grupo de cuarentones recordando viejos tiempos con música de fondo… Cocinará Lana su plato estrella, Luke hará sus habituales bromas, Jeremy nos hará de dj, y yo disfrutaré de ver cómo todavía os creéis jóvenes… después, llegará el momento de Lana y su interrogatorio… - esbozó una amplia y fingida sonrisa antes de concluir - creo que, al final, voy a ser yo la que me baje del barco -. – Lo más aburrido será pasar por el cementerio a dejar el ramo de flores… Además, creo que tu mejor amigo se merece una explicación de por qué te llevas a la cama a su hija sin ni siquiera un anillo en el dedo… - bromeó. Dos días después, tras pasar prácticamente una semana encerrados en las oficinas del FBI entre papeles, y ayudando a otras comisarías con sus respectivos casos al pasar los miembros el perfil a modo de guía, el fin de semana se dejaba ver. – Pues, creo que tengo ya lista la maleta… – le comentó Angie a Jack, terminando por cerrar una pequeña maleta de mano con una muda por si era necesario. – Voy a ponerle agua fresca a mi niña, y una latita… – dijo, acariciando a Willow que se dedicaba a llamar su atención entre ronroneos – sí… de salmón… –. Tras dejar todo listo para la gata, regresó a la habitación junto a Jack. Se cambió de ropa poniéndose el pijama esperando a su pareja bajo las sábanas – Estoy agotada… por suerte, esta semana nos hemos librado del jet lag y las chicas quieren quedar la próxima semana para salir, y… ¿Sabes quién se va a emborrachar? – preguntó sin esperar una respuesta realmente - ¡Sí! Yo. – se movió en la cama para apartar las sábanas para Jack cuando fue a meterse – La verdad es que luego, seguramente, sea una buena chica y solo me tome un par de copas… o puede que nos juntemos todos, como la última vez –. se volvió a tumbar en la cama, girándose para Jack. Tener una conversación trivial por la noche, antes de dormir, la ayudaba a mantener a raya sus pensamientos, sus sentimientos, y las pesadillas. Además, era el momento de ambos, de conectar lejos del trabajo. Solo ellos, y conversaciones banales.
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    Aquí viendo el Rercod of Ragnarok
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  • Jill Valentine

    Capítulo 1

    "Lo que queda de nosotros"

    Habían pasado un par de meses apenas de que Joel entregó a Ellie a las luciérnagas. Aún no habían noticias de la supuesta cura.

    A pesar de todo, Joel no había dejado de pensar en Ellie, en lo que había vivido con esa pequeña y la conciencia le remordía; incluso en noches no podía conciliar el sueño hasta quedar totalmente agotado.

    Llevaba un par de semanas lejos de Jacksonville. Había encontrado una escuela abandonada y limpia de infectados dónde se había quedado todo ese tiempo. Por fortuna, cerca de ese lugar habían algunas ciudades dónde en algunos supermercados quedaban productos enlatados con vigencia en la caducidad. Solo era cuestión de caminar hacia dichos lugares. El problema radicaba en que por la noche, seres que Joel no reconocía vagaban constantemente, solo ahuyentados por las fogatas con las que solía acordonar el lugar.

    Con el conocimiento del terreno, Joel había dibujado un mapa en una de las paredes del comedor del instituto. Por el día vigilaba los alrededores e interiores del edificio en busca de alguna brecha que pudiera dejar pasar aquellas criaturas. No las conocía y por supuesto que no le gustaría estar cerca de ellas para ello.

    Era medio día, cuando Joel se encontraba en los alrededores de la escuela, se había adentrado un kilómetro bosque adentro para ver si podía cazar algún animal que sirviera de alimento.
    [Valentine1] Capítulo 1 "Lo que queda de nosotros" Habían pasado un par de meses apenas de que Joel entregó a Ellie a las luciérnagas. Aún no habían noticias de la supuesta cura. A pesar de todo, Joel no había dejado de pensar en Ellie, en lo que había vivido con esa pequeña y la conciencia le remordía; incluso en noches no podía conciliar el sueño hasta quedar totalmente agotado. Llevaba un par de semanas lejos de Jacksonville. Había encontrado una escuela abandonada y limpia de infectados dónde se había quedado todo ese tiempo. Por fortuna, cerca de ese lugar habían algunas ciudades dónde en algunos supermercados quedaban productos enlatados con vigencia en la caducidad. Solo era cuestión de caminar hacia dichos lugares. El problema radicaba en que por la noche, seres que Joel no reconocía vagaban constantemente, solo ahuyentados por las fogatas con las que solía acordonar el lugar. Con el conocimiento del terreno, Joel había dibujado un mapa en una de las paredes del comedor del instituto. Por el día vigilaba los alrededores e interiores del edificio en busca de alguna brecha que pudiera dejar pasar aquellas criaturas. No las conocía y por supuesto que no le gustaría estar cerca de ellas para ello. Era medio día, cuando Joel se encontraba en los alrededores de la escuela, se había adentrado un kilómetro bosque adentro para ver si podía cazar algún animal que sirviera de alimento.
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  • [mirage_sapphire_dolphin_557]

    Capítulo 1.
    "¿Quién eres?"

    Tras haber salido de Jacksonville, Joel había vagado por las ciudades aledañas sin rumbo fijo. Hacía tiempo que se había apartado de la civilización porque tras haber entregado a Ellie a las luciérnagas, regresar a Jacksonville con Tommy no era una buena opción. ¿Qué haría ahora?, ¿ser un campesino?, ¿vivir en una comunidad con gente que le recordaría todo el tiempo que entregó a la niña... al reemplazo de Sarah... para que le mataran... Qué se jodan, decía para sí mientras se dedicaba a sobrevivir.

    Un día cómo cualquiera se adentró a una ciudad a unos cuantos kilómetros de la comunidad dónde vivía su hermano. Todo parecía estar vacío, la gran mayoría del paisaje era desolado y lleno de vegetación. Por fortuna no se había cruzado con saqueadores o con los malditos infectados.
    Al cruzar una presunta avenida, escuchó pisadas presurosas a un costado, por lo que el hombre rápidamente se movió veloz en la otra dirección y terminó por entrar a un edificio semi-derrumbado, resguardándose detrás del marco de la puerta y alineando su cuerpo para poder visualizar por el rabillo del ojo.
    [mirage_sapphire_dolphin_557] Capítulo 1. "¿Quién eres?" Tras haber salido de Jacksonville, Joel había vagado por las ciudades aledañas sin rumbo fijo. Hacía tiempo que se había apartado de la civilización porque tras haber entregado a Ellie a las luciérnagas, regresar a Jacksonville con Tommy no era una buena opción. ¿Qué haría ahora?, ¿ser un campesino?, ¿vivir en una comunidad con gente que le recordaría todo el tiempo que entregó a la niña... al reemplazo de Sarah... para que le mataran... Qué se jodan, decía para sí mientras se dedicaba a sobrevivir. Un día cómo cualquiera se adentró a una ciudad a unos cuantos kilómetros de la comunidad dónde vivía su hermano. Todo parecía estar vacío, la gran mayoría del paisaje era desolado y lleno de vegetación. Por fortuna no se había cruzado con saqueadores o con los malditos infectados. Al cruzar una presunta avenida, escuchó pisadas presurosas a un costado, por lo que el hombre rápidamente se movió veloz en la otra dirección y terminó por entrar a un edificio semi-derrumbado, resguardándose detrás del marco de la puerta y alineando su cuerpo para poder visualizar por el rabillo del ojo.
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  • "Por y para siempre"
    Fandom The Originals / Legacies
    Categoría Drama

    ㅤㅤㅤㅤ𝑁a𝑑a p𝑒r𝑚a𝑛e𝑐e e𝑛t𝑒r𝑟a𝑑o p𝑎r𝑎 𝑠i𝑒m𝑝r𝑒
    ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤ˹ KLAUS MIKAELSON ; Elijah Mikaelson


    ㅤㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤA pesar de ser la primera y única tríbrida y, aunque su capacidad de recuperación era mucho mayor y superior a la de cualquier especie habitante sobre la faz de la tierra, lo cierto era que habia heridas que la tríbrida aun no podía sanar. Su reciente experiencia extracorporal le había demostrado que, a pesar de lo que creyese, era vulnerable. Freya había estado reforzando los hechizos del bunker, siempre contando con la inestimable ayuda de Sam y los archivos de Los Hombres de Letras. Con aquello trataba de asegurarse de que, de nuevo, nadie fuera capaz de vulnerar la seguridad de aquel lugar. Lo cierto era que después de la visita de ángeles, demonios y demás seres sobrenaturales, las protecciones se habían debilitado gradualmente, eso fue lo que dijo Freya.

    Por su parte, Hope, se había encargado personalmente de que el cuerpo de la presa abatida en el motín de la prisión tuviera un entierro digno y, por supuesto, de que los responsables de su muerte pagasen por su crimen. También se había asegurado de que Karina recibiera digna sepultura. Cuando eres vampiro y cuentas con el dinero de la familia Mikaelson hay muy pocas cosas que no puedas hacer…

    Por otro lado, estaba claro que la tribrida no estaba pasando por su mejor momento, emocionalmente hablando. No era ajena a las pérdidas ni las rupturas... No era ajena al dolor. Pero eso no queria decir que no lo sintiera. Lo que debió de haber sido celebrado como un triunfo se convirtió, desde la noche en que regresaron, en un sentimiento amargo aposentado en el estomago de Hope.

    Dean la habia dejado, movido por su deseo de mantenerla a salvo, de no ponerla en peligro o... porque era un idiota testarudo. A saber, cualquiera de esas opciones servía...


    Hacía un par de dias que Freya había abandonado el bunker prometiendo regresar pronto, y para un propósito menos funesto y peliagudo. “Solo palomitas y películas malas”, había prometido la bruja.

    Asi que, tras ver por ultima vez la brillante carrocería oscura del Chevrolet impala de Dean alejarse por el túnel de salida del garaje del bunker, Hope se dio cuenta de que tenía a su disposición las instalaciones del bunker al completo ya que Castiel y Jack también habían salido el día anterior.

    Por supuesto, sus interacciones para con el resto de habitantes del bunker se habia reducido considerablemente. Intentaba evitar a Dean a toda costa y apenas se dejaba ver en los horarios de comidas o cenas. Si pasaba por la biblioteca era para coger algun libro. Pero siempre regresaba a la habitacion que se habia agenciado en el bunker.

    Habia jugueteado con la idea de irse de alli, pero Freya tenia razón: ese bunker era el lugar mas seguro para Hope en esos momentos. No podian protegerla en el Complejo y no podia poner en peligro a los alumnos de la Escuela Salvatore...

    ❧ Pasó gran parte de la tarde entrenando en el gimnasio que Sam había habilitado en una de las habitaciones y, para cuando salió de la ducha secándose el pelo con una toalla escuchó el incesante timbre de su teléfono móvil. El identificador de llamadas marcaba el nombre de Freya. Asi que, para cuando Hope respondió el teléfono, lo hizo con total familiaridad.

    -¿Ya quieres volver? ¿Tanto me echas de menos, tía Freya? -preguntó con una sonrisa en el rostro mientras dejaba la toalla sobre la cama de Dean y se acercaba hasta el armario del cazador con intención de robarle una de sus camisas.

    -Sabes que siempre te echo de menos, preciosa…- respondió Freya, pero algo en su tono de voz provocó que Hope frunciera el ceño.

    -¿Pero…? -se atrevió a aventurar la tríbrida.

    Freya suspiró al otro lado de la linea.

    -Pero… No sé cómo decirte esto, Hope…- la voz de Freya sonaba titubeante, y aquello puso en alerta a la tríbrida, quien dejó su traviesa misión y se dio la vuelta intentando no distraer su atención con ningún estimulo más.

    -¿Qué sucede, Freya? -preguntó Hope.

    -Es tu padre, Hope… -respondió Freya.

    Por un momento Hope no entendió nada. Su padre estaba muerto. Llevaba muerto casi una década… Ella misma se deshizo de sus cenizas… ¿Qué podría haber pasado ahora con su padre…?

    -Ha vuelto…


    ❧ Me. Cago. En. La. Leche.

    Eso era lo que pensaba Hope al día siguiente de la llamada de su tia. Aquellas cinco palabras eran un mantra que la tríbrida llevaba repitiéndose en su cabeza una y otra vez desde hacia veinticuatro horas. Y, donde Hope veia algunos dias de calma y asueto dentro de aquel bunker y tiempo para investigar sobre Miguel… Ahora solo tenia mil millones de preguntas acerca del regreso de su padre.

    Y no solo de su padre… Si no tambien el de su tio Elijah…

    Los dos querían verla, por cierto. Así que, una vez pasado el shock inicial Freya le había confirmado que los dos llegarían a Lebanon al día siguiente. Asi que Hope los citó en un parque natural cerca de allí porque, aunque quisiera, no podía permitirles el paso al bunker de los hermanos. Ella era vampiro y no podía permitir el acceso a vampiros al interior.

    La cabeza de Hope bullía en preguntas, en sentimientos encontrados, sentía arder las cicatrices de su pasado… Hacía tiempo que había sanado el hecho de que su padre muriera por ella y tambien había terminado por perdonar a Elijah -y a si misma- por la muerte de su madre. Porque era muy sencillo perdonar a un moribundo o a un muerto… El tiempo y la ausencia hacían todo el trabajo. Pero la mera idea de volver a verlos removía los recuerdos de aquel pasado, del sacrificio de dos de los hombres mas importantes de su vida. Su padre había muerto por protegerla y Elijah… Elijah no dejaría morir solo a Klaus. Había pasado mil años cuidando de él y era una certeza que no sabría vivir otros mil años más en su ausencia… Además, Hope conocía bien el sentimiento de culpa que arrastraba su tio Elijah, y sabía que tampoco sería capaz de vivir sin Hayley.

    Por todo aquello… Estaba nerviosa. Infinitamente nerviosa. Tanto que había llegado casi veinte minutos antes a aquel parque. Su agudizado sentido del oído estaba centrado en cualquier sonido familiar, asi que cuando los elegantes zapatos italianos de su tio Elijah pisaron la gravilla del camino, Hope alzó la cabeza desde el banco donde estaba sentada. Estaban cerca. Podía oírlos. A los dos.

    Y podía oír su propio corazón latir desbocado contra su propio pecho.

    “Joder. Joder. Joder.”


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Miakelsons #TheOriginals #AlwaysAndForever
    ㅤ ㅤㅤㅤㅤ𝑁a𝑑a p𝑒r𝑚a𝑛e𝑐e e𝑛t𝑒r𝑟a𝑑o p𝑎r𝑎 𝑠i𝑒m𝑝r𝑒 ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ˹ [Thebigbadwolf] ; [Nbl3Stag] ㅤ ㅤ ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤA pesar de ser la primera y única tríbrida y, aunque su capacidad de recuperación era mucho mayor y superior a la de cualquier especie habitante sobre la faz de la tierra, lo cierto era que habia heridas que la tríbrida aun no podía sanar. Su reciente experiencia extracorporal le había demostrado que, a pesar de lo que creyese, era vulnerable. Freya había estado reforzando los hechizos del bunker, siempre contando con la inestimable ayuda de Sam y los archivos de Los Hombres de Letras. Con aquello trataba de asegurarse de que, de nuevo, nadie fuera capaz de vulnerar la seguridad de aquel lugar. Lo cierto era que después de la visita de ángeles, demonios y demás seres sobrenaturales, las protecciones se habían debilitado gradualmente, eso fue lo que dijo Freya. Por su parte, Hope, se había encargado personalmente de que el cuerpo de la presa abatida en el motín de la prisión tuviera un entierro digno y, por supuesto, de que los responsables de su muerte pagasen por su crimen. También se había asegurado de que Karina recibiera digna sepultura. Cuando eres vampiro y cuentas con el dinero de la familia Mikaelson hay muy pocas cosas que no puedas hacer… Por otro lado, estaba claro que la tribrida no estaba pasando por su mejor momento, emocionalmente hablando. No era ajena a las pérdidas ni las rupturas... No era ajena al dolor. Pero eso no queria decir que no lo sintiera. Lo que debió de haber sido celebrado como un triunfo se convirtió, desde la noche en que regresaron, en un sentimiento amargo aposentado en el estomago de Hope. Dean la habia dejado, movido por su deseo de mantenerla a salvo, de no ponerla en peligro o... porque era un idiota testarudo. A saber, cualquiera de esas opciones servía... Hacía un par de dias que Freya había abandonado el bunker prometiendo regresar pronto, y para un propósito menos funesto y peliagudo. “Solo palomitas y películas malas”, había prometido la bruja. Asi que, tras ver por ultima vez la brillante carrocería oscura del Chevrolet impala de Dean alejarse por el túnel de salida del garaje del bunker, Hope se dio cuenta de que tenía a su disposición las instalaciones del bunker al completo ya que Castiel y Jack también habían salido el día anterior. Por supuesto, sus interacciones para con el resto de habitantes del bunker se habia reducido considerablemente. Intentaba evitar a Dean a toda costa y apenas se dejaba ver en los horarios de comidas o cenas. Si pasaba por la biblioteca era para coger algun libro. Pero siempre regresaba a la habitacion que se habia agenciado en el bunker. Habia jugueteado con la idea de irse de alli, pero Freya tenia razón: ese bunker era el lugar mas seguro para Hope en esos momentos. No podian protegerla en el Complejo y no podia poner en peligro a los alumnos de la Escuela Salvatore... ❧ Pasó gran parte de la tarde entrenando en el gimnasio que Sam había habilitado en una de las habitaciones y, para cuando salió de la ducha secándose el pelo con una toalla escuchó el incesante timbre de su teléfono móvil. El identificador de llamadas marcaba el nombre de Freya. Asi que, para cuando Hope respondió el teléfono, lo hizo con total familiaridad. -¿Ya quieres volver? ¿Tanto me echas de menos, tía Freya? -preguntó con una sonrisa en el rostro mientras dejaba la toalla sobre la cama de Dean y se acercaba hasta el armario del cazador con intención de robarle una de sus camisas. -Sabes que siempre te echo de menos, preciosa…- respondió Freya, pero algo en su tono de voz provocó que Hope frunciera el ceño. -¿Pero…? -se atrevió a aventurar la tríbrida. Freya suspiró al otro lado de la linea. -Pero… No sé cómo decirte esto, Hope…- la voz de Freya sonaba titubeante, y aquello puso en alerta a la tríbrida, quien dejó su traviesa misión y se dio la vuelta intentando no distraer su atención con ningún estimulo más. -¿Qué sucede, Freya? -preguntó Hope. -Es tu padre, Hope… -respondió Freya. Por un momento Hope no entendió nada. Su padre estaba muerto. Llevaba muerto casi una década… Ella misma se deshizo de sus cenizas… ¿Qué podría haber pasado ahora con su padre…? -Ha vuelto… ❧ Me. Cago. En. La. Leche. Eso era lo que pensaba Hope al día siguiente de la llamada de su tia. Aquellas cinco palabras eran un mantra que la tríbrida llevaba repitiéndose en su cabeza una y otra vez desde hacia veinticuatro horas. Y, donde Hope veia algunos dias de calma y asueto dentro de aquel bunker y tiempo para investigar sobre Miguel… Ahora solo tenia mil millones de preguntas acerca del regreso de su padre. Y no solo de su padre… Si no tambien el de su tio Elijah… Los dos querían verla, por cierto. Así que, una vez pasado el shock inicial Freya le había confirmado que los dos llegarían a Lebanon al día siguiente. Asi que Hope los citó en un parque natural cerca de allí porque, aunque quisiera, no podía permitirles el paso al bunker de los hermanos. Ella era vampiro y no podía permitir el acceso a vampiros al interior. La cabeza de Hope bullía en preguntas, en sentimientos encontrados, sentía arder las cicatrices de su pasado… Hacía tiempo que había sanado el hecho de que su padre muriera por ella y tambien había terminado por perdonar a Elijah -y a si misma- por la muerte de su madre. Porque era muy sencillo perdonar a un moribundo o a un muerto… El tiempo y la ausencia hacían todo el trabajo. Pero la mera idea de volver a verlos removía los recuerdos de aquel pasado, del sacrificio de dos de los hombres mas importantes de su vida. Su padre había muerto por protegerla y Elijah… Elijah no dejaría morir solo a Klaus. Había pasado mil años cuidando de él y era una certeza que no sabría vivir otros mil años más en su ausencia… Además, Hope conocía bien el sentimiento de culpa que arrastraba su tio Elijah, y sabía que tampoco sería capaz de vivir sin Hayley. Por todo aquello… Estaba nerviosa. Infinitamente nerviosa. Tanto que había llegado casi veinte minutos antes a aquel parque. Su agudizado sentido del oído estaba centrado en cualquier sonido familiar, asi que cuando los elegantes zapatos italianos de su tio Elijah pisaron la gravilla del camino, Hope alzó la cabeza desde el banco donde estaba sentada. Estaban cerca. Podía oírlos. A los dos. Y podía oír su propio corazón latir desbocado contra su propio pecho. “Joder. Joder. Joder.” #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Miakelsons #TheOriginals #AlwaysAndForever
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