• El eco de las voces de aquel auditorio llegaba amortiguado hasta el pasillo detrás del escenario. Jack Tessaro estaba de pie en mitad de aquel reducido espacio, revisando mentalmente los puntos clave de la charla que iba a ofrecer. A su lado, también de pie, Martin Hammond observaba la pantalla de su teléfono con la expresión calmada que lo caracterizaba.

    —La sala está llena —comentó Hammond sin levantar la vista—. Tienes un público atento.

    Jack dejó ir un ligero suspiro y se pasó una mano por el cabello.

    —Ya, bueno... Hasta que les cuente la parte desagradable. Ahí es cuando empiezan a removerse en los asientos.

    Hammond dejó escapar una ligera risa nasal.

    —Bueno, no han venido a escuchar cuentos de hadas. Saben porqué están aquí.

    Jack ladeó la cabeza con una media sonrisa que se tornó demasiado fugaz.

    —No, vinieron a convencerse de que entienden a los monstruos.

    Uno de los profesores de la Universidad se asomó por la puerta del escenario y les hizo una señal. Cinco minutos. Jack asintió y ajustó el reloj en su muñeca.

    Hammond lo estudió por un instante antes de hablar.

    —Tienes esa mirada.

    Jack arqueó una ceja.

    —¿Qué mirada?

    —La de cuando recuerdas demasiado.

    Jack desvió la vista hacia el suelo por un segundo antes de enderezarse.

    —No se trata de mí esta vez.

    Hammond soltó un leve resoplido.

    —No. Pero todo lo que vas a decir ahí fuera está marcado por lo que hemos visto. No finjas que no lo sabes.

    El silencio se hizo palpable entre los dos. Luego, Jack inspiró profundamente y sacudió los hombros, removiéndose la tensión.

    —No he venido a debatir con Freud, Hammond.

    Su compañero esbozó una sonrisa rápida.

    —Entonces haz lo tuyo. Cuéntales lo que necesitan saber.

    Jack echó un último vistazo al escenario antes de avanzar.

    —Siempre lo hago.

    El murmullo del auditorio se volvió mucho más solemne cuando su figura apareció bajo las luces.
    El eco de las voces de aquel auditorio llegaba amortiguado hasta el pasillo detrás del escenario. Jack Tessaro estaba de pie en mitad de aquel reducido espacio, revisando mentalmente los puntos clave de la charla que iba a ofrecer. A su lado, también de pie, Martin Hammond observaba la pantalla de su teléfono con la expresión calmada que lo caracterizaba. —La sala está llena —comentó Hammond sin levantar la vista—. Tienes un público atento. Jack dejó ir un ligero suspiro y se pasó una mano por el cabello. —Ya, bueno... Hasta que les cuente la parte desagradable. Ahí es cuando empiezan a removerse en los asientos. Hammond dejó escapar una ligera risa nasal. —Bueno, no han venido a escuchar cuentos de hadas. Saben porqué están aquí. Jack ladeó la cabeza con una media sonrisa que se tornó demasiado fugaz. —No, vinieron a convencerse de que entienden a los monstruos. Uno de los profesores de la Universidad se asomó por la puerta del escenario y les hizo una señal. Cinco minutos. Jack asintió y ajustó el reloj en su muñeca. Hammond lo estudió por un instante antes de hablar. —Tienes esa mirada. Jack arqueó una ceja. —¿Qué mirada? —La de cuando recuerdas demasiado. Jack desvió la vista hacia el suelo por un segundo antes de enderezarse. —No se trata de mí esta vez. Hammond soltó un leve resoplido. —No. Pero todo lo que vas a decir ahí fuera está marcado por lo que hemos visto. No finjas que no lo sabes. El silencio se hizo palpable entre los dos. Luego, Jack inspiró profundamente y sacudió los hombros, removiéndose la tensión. —No he venido a debatir con Freud, Hammond. Su compañero esbozó una sonrisa rápida. —Entonces haz lo tuyo. Cuéntales lo que necesitan saber. Jack echó un último vistazo al escenario antes de avanzar. —Siempre lo hago. El murmullo del auditorio se volvió mucho más solemne cuando su figura apareció bajo las luces.
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  • Al fin puedo sentir algo de calma de nuevo... Jack ah vuelto
    Al fin puedo sentir algo de calma de nuevo... Jack ah vuelto
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  • ≥Por poco y le agarra panico... Sabe que Jack podria regresar en cualquier momento, no le teme, mas bien se odian mutuamente pero la idea de su llegada... causo que el alado sintiera escalofrios≤
    ≥Por poco y le agarra panico... Sabe que Jack podria regresar en cualquier momento, no le teme, mas bien se odian mutuamente pero la idea de su llegada... causo que el alado sintiera escalofrios≤
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  • ≿Esta bien pero... ¿a que precio? Su hermana Iris le ah informado lo que ah pasado, se echo al suelo luego de escuchar a Iris, comenzando a soltar lagrimas silenciosas, sus orejas estaban caídas y el tono verde de sus ojos había cambiado a un amarillo opaco... La noticia calaba en lo mas hondo, y explicaba porque el abuelo Jack, su padre y sus tíos habían tenido que irse pero... Todos habían muerto, o eso era lo que había escuchado, cerrando los ojos sin dejar aquel llanto en silencio y... soledad, al menos esa noche dejaría salir su dolor, aferrado a un osito de peluche≾

    Papá....
    ≿Esta bien pero... ¿a que precio? Su hermana Iris le ah informado lo que ah pasado, se echo al suelo luego de escuchar a Iris, comenzando a soltar lagrimas silenciosas, sus orejas estaban caídas y el tono verde de sus ojos había cambiado a un amarillo opaco... La noticia calaba en lo mas hondo, y explicaba porque el abuelo Jack, su padre y sus tíos habían tenido que irse pero... Todos habían muerto, o eso era lo que había escuchado, cerrando los ojos sin dejar aquel llanto en silencio y... soledad, al menos esa noche dejaría salir su dolor, aferrado a un osito de peluche≾ Papá....
    Me entristece
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  • Encuentros
    Fandom Mentes Criminales
    Categoría Drama
    "Los reencuentros son la prueba de que las almas que están destinadas a cruzarse, siempre encuentran el camino de regreso"

    -> starter con Jack Tessaro

    Con el paso de las semanas, el aniversario de los padres de Angie se acercó inexorablemente. Dentro de los Brooks se había creado una tradición que seguían todos los años; reunirse familiares y amigos en memoria de ellos. No era una reunión triste, más bien una velada en la que disfrutar de la compañía unos de otros.

    No sería el primer año que Jack era invitado a esa reunión, pero nunca apareció. Y lo cierto era que Angie no estaba por la labor de hacer sentir a su pareja que tenía la obligación de ir. Por lo que Angie solo dejó caer la invitación sin presiones un par de semanas antes, dándole tiempo a Jack de tomarse ese fin de semana junto a ella.

    Obviamente, Angie había presentado una solicitud para librar ese fin de semana por motivos personales. La cual fue aceptada.

    Según se iban acercando los días, el humor de la joven fue variando. Intentaba ser la chica de siempre, y estar de buen humor, pero los recuerdos venían prácticamente cada noche para tirar por el suelo todos sus intentos de estar de buen humor. Terminando por perder la partida en más de una ocasión, y mostrarse irascible, apática, callada o simplemente mostraba sonrisas que escondían la tristeza que sentía.

    Un par de noches antes de la reunión familiar, Angie se despertó a las tantas de la noche a causa de una pesadilla. Como había estado haciendo en las últimas ocasiones, se levantó para prepararse un cacao caliente y así intentar calmar su angustia.

    – No, Willow, quédate con papá durmiendo… –

    Intentó hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Jack cuando cogió un vaso del lavaplatos en el que calentar la leche en la que echaría el cacao en polvo. Una vez que terminó, y con la taza entre sus manos, se sentó en el sofá tras tomar uno de los álbumes familiares.

    Escuchó unos pasos que la sobresaltaron. Se giró para ver a un Jack adormilado, y que se echaba el pelo hacía atrás. Le dedicó una suave media sonrisa de disculpa por si le había despertado.

    – Lo siento… – se disculpó, y levantó dejando su taza sobre la mesa auxiliar del comedor – ¿Quieres una taza de chocolate? – preguntó, y ante la respuesta de Jack, de ir él a prepararse la taza, ella le detuvo con la mano en alto en un simple gesto – No, no,... ya voy yo… Toma el gesto como una disculpa por ser la novia más borde de la faz de la tierra… – dijo, haciendo referencia a sus cortantes respuestas a lo largo del día pasado.

    Le preparó el chocolate a Jack, que ya estaba sentado en el sofá con el álbum que había dejado la joven, y se lo entregó a su chico en cuanto terminó de prepararlo, reuniéndose con él.

    – Toma mi ofrenda de paz… Te prometo que dejaré mis malos humos bien guardados… – prometió, y se sentó junto a él apoyando su cabeza en el hombro de Jack para poder ver juntos las fotos.

    Una de las primeras fotos eran los padres de Angie posando para la fiesta de graduación.

    – Uyyy, qué guapos estaban… Y juraría que esa fue la noche de mi creación… – dijo Angie con una suave risa, comentando la foto.

    La siguiente foto a los padres de Angie, era una grupal en la que también aparecía Jack.

    – Debo de quejarme formalmente por mi generación… Qué guapos estaban todos. Sé sincero, esa noche te ligaste a todas las chicas, y decidiste que ese sería tu look oficial… creando así la duda de si el traje se hizo para Jack, o Jack se hizo para el traje – dijo en broma a medias – vivan los trajes de raya diplomática –

    Siguieron pasando las fotos lentamente, comentando algunos detalles de ellas. Jack añadió historias y datos que Angie desconocía, y la propia Angie le habló de algunos detalles que parecía que Jack tampoco conocía.

    – Y sí, esta es la prueba de que intenté aprender a tocar guitarra. Tenía más posibilidades de aprender a cazar moscas con palillos a lo Jackie Chan que tocar cuatro notas seguidas… – comentó bromeando sobre su falta de talento con respecto a los instrumentos musicales – y como te iba diciendo antes, creo que debería estar por aquí mi foto postureo tocando el piano… – siguió diciendo – sí, aquí está… – dijo extrañada al faltar una foto suya de su primera graduación – vaya… He perdido mi foto de mi primera graduación… –.

    Cuando terminaron de ver las fotos, Angie se levantó para recoger las tazas de los chocolates y llevarlos a la pila. Se giró encontrando a Jack de frente y le dedicó una suave sonrisa, terminando por colocar sus brazos alrededor de los hombros masculinos.

    – En unas horas vas a estar muerto de sueño por mi culpa… – admitió, seguidamente se elevó sobre los dedos de sus pies para poder llegar a la altura de Jack y dejar un beso en los labios masculinos – y no es demasiado justo… Siento cómo me estoy portando contigo estos días… Y no quiero ser la novia pesada que te obliga a algo que no te apetece, y eres libre de decir que no, pero… quiero que vengas. Todos quieren que vengas… Lo que quiero decir es que eres más que bienvenido… Además, va a estar muy bien. Seréis un grupo de cuarentones recordando viejos tiempos con música de fondo… Cocinará Lana su plato estrella, Luke hará sus habituales bromas, Jeremy nos hará de dj, y yo disfrutaré de ver cómo todavía os creéis jóvenes… después, llegará el momento de Lana y su interrogatorio… - esbozó una amplia y fingida sonrisa antes de concluir - creo que, al final, voy a ser yo la que me baje del barco -.

    – Lo más aburrido será pasar por el cementerio a dejar el ramo de flores… Además, creo que tu mejor amigo se merece una explicación de por qué te llevas a la cama a su hija sin ni siquiera un anillo en el dedo… - bromeó.

    Dos días después, tras pasar prácticamente una semana encerrados en las oficinas del FBI entre papeles, y ayudando a otras comisarías con sus respectivos casos al pasar los miembros el perfil a modo de guía, el fin de semana se dejaba ver.

    – Pues, creo que tengo ya lista la maleta… – le comentó Angie a Jack, terminando por cerrar una pequeña maleta de mano con una muda por si era necesario. – Voy a ponerle agua fresca a mi niña, y una latita… – dijo, acariciando a Willow que se dedicaba a llamar su atención entre ronroneos – sí… de salmón… –.

    Tras dejar todo listo para la gata, regresó a la habitación junto a Jack. Se cambió de ropa poniéndose el pijama esperando a su pareja bajo las sábanas – Estoy agotada… por suerte, esta semana nos hemos librado del jet lag y las chicas quieren quedar la próxima semana para salir, y… ¿Sabes quién se va a emborrachar? – preguntó sin esperar una respuesta realmente - ¡Sí! Yo. – se movió en la cama para apartar las sábanas para Jack cuando fue a meterse – La verdad es que luego, seguramente, sea una buena chica y solo me tome un par de copas… o puede que nos juntemos todos, como la última vez –. se volvió a tumbar en la cama, girándose para Jack. Tener una conversación trivial por la noche, antes de dormir, la ayudaba a mantener a raya sus pensamientos, sus sentimientos, y las pesadillas. Además, era el momento de ambos, de conectar lejos del trabajo. Solo ellos, y conversaciones banales.
    "Los reencuentros son la prueba de que las almas que están destinadas a cruzarse, siempre encuentran el camino de regreso" -> starter con [NotAMindRcader] Con el paso de las semanas, el aniversario de los padres de Angie se acercó inexorablemente. Dentro de los Brooks se había creado una tradición que seguían todos los años; reunirse familiares y amigos en memoria de ellos. No era una reunión triste, más bien una velada en la que disfrutar de la compañía unos de otros. No sería el primer año que Jack era invitado a esa reunión, pero nunca apareció. Y lo cierto era que Angie no estaba por la labor de hacer sentir a su pareja que tenía la obligación de ir. Por lo que Angie solo dejó caer la invitación sin presiones un par de semanas antes, dándole tiempo a Jack de tomarse ese fin de semana junto a ella. Obviamente, Angie había presentado una solicitud para librar ese fin de semana por motivos personales. La cual fue aceptada. Según se iban acercando los días, el humor de la joven fue variando. Intentaba ser la chica de siempre, y estar de buen humor, pero los recuerdos venían prácticamente cada noche para tirar por el suelo todos sus intentos de estar de buen humor. Terminando por perder la partida en más de una ocasión, y mostrarse irascible, apática, callada o simplemente mostraba sonrisas que escondían la tristeza que sentía. Un par de noches antes de la reunión familiar, Angie se despertó a las tantas de la noche a causa de una pesadilla. Como había estado haciendo en las últimas ocasiones, se levantó para prepararse un cacao caliente y así intentar calmar su angustia. – No, Willow, quédate con papá durmiendo… – Intentó hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Jack cuando cogió un vaso del lavaplatos en el que calentar la leche en la que echaría el cacao en polvo. Una vez que terminó, y con la taza entre sus manos, se sentó en el sofá tras tomar uno de los álbumes familiares. Escuchó unos pasos que la sobresaltaron. Se giró para ver a un Jack adormilado, y que se echaba el pelo hacía atrás. Le dedicó una suave media sonrisa de disculpa por si le había despertado. – Lo siento… – se disculpó, y levantó dejando su taza sobre la mesa auxiliar del comedor – ¿Quieres una taza de chocolate? – preguntó, y ante la respuesta de Jack, de ir él a prepararse la taza, ella le detuvo con la mano en alto en un simple gesto – No, no,... ya voy yo… Toma el gesto como una disculpa por ser la novia más borde de la faz de la tierra… – dijo, haciendo referencia a sus cortantes respuestas a lo largo del día pasado. Le preparó el chocolate a Jack, que ya estaba sentado en el sofá con el álbum que había dejado la joven, y se lo entregó a su chico en cuanto terminó de prepararlo, reuniéndose con él. – Toma mi ofrenda de paz… Te prometo que dejaré mis malos humos bien guardados… – prometió, y se sentó junto a él apoyando su cabeza en el hombro de Jack para poder ver juntos las fotos. Una de las primeras fotos eran los padres de Angie posando para la fiesta de graduación. – Uyyy, qué guapos estaban… Y juraría que esa fue la noche de mi creación… – dijo Angie con una suave risa, comentando la foto. La siguiente foto a los padres de Angie, era una grupal en la que también aparecía Jack. – Debo de quejarme formalmente por mi generación… Qué guapos estaban todos. Sé sincero, esa noche te ligaste a todas las chicas, y decidiste que ese sería tu look oficial… creando así la duda de si el traje se hizo para Jack, o Jack se hizo para el traje – dijo en broma a medias – vivan los trajes de raya diplomática – Siguieron pasando las fotos lentamente, comentando algunos detalles de ellas. Jack añadió historias y datos que Angie desconocía, y la propia Angie le habló de algunos detalles que parecía que Jack tampoco conocía. – Y sí, esta es la prueba de que intenté aprender a tocar guitarra. Tenía más posibilidades de aprender a cazar moscas con palillos a lo Jackie Chan que tocar cuatro notas seguidas… – comentó bromeando sobre su falta de talento con respecto a los instrumentos musicales – y como te iba diciendo antes, creo que debería estar por aquí mi foto postureo tocando el piano… – siguió diciendo – sí, aquí está… – dijo extrañada al faltar una foto suya de su primera graduación – vaya… He perdido mi foto de mi primera graduación… –. Cuando terminaron de ver las fotos, Angie se levantó para recoger las tazas de los chocolates y llevarlos a la pila. Se giró encontrando a Jack de frente y le dedicó una suave sonrisa, terminando por colocar sus brazos alrededor de los hombros masculinos. – En unas horas vas a estar muerto de sueño por mi culpa… – admitió, seguidamente se elevó sobre los dedos de sus pies para poder llegar a la altura de Jack y dejar un beso en los labios masculinos – y no es demasiado justo… Siento cómo me estoy portando contigo estos días… Y no quiero ser la novia pesada que te obliga a algo que no te apetece, y eres libre de decir que no, pero… quiero que vengas. Todos quieren que vengas… Lo que quiero decir es que eres más que bienvenido… Además, va a estar muy bien. Seréis un grupo de cuarentones recordando viejos tiempos con música de fondo… Cocinará Lana su plato estrella, Luke hará sus habituales bromas, Jeremy nos hará de dj, y yo disfrutaré de ver cómo todavía os creéis jóvenes… después, llegará el momento de Lana y su interrogatorio… - esbozó una amplia y fingida sonrisa antes de concluir - creo que, al final, voy a ser yo la que me baje del barco -. – Lo más aburrido será pasar por el cementerio a dejar el ramo de flores… Además, creo que tu mejor amigo se merece una explicación de por qué te llevas a la cama a su hija sin ni siquiera un anillo en el dedo… - bromeó. Dos días después, tras pasar prácticamente una semana encerrados en las oficinas del FBI entre papeles, y ayudando a otras comisarías con sus respectivos casos al pasar los miembros el perfil a modo de guía, el fin de semana se dejaba ver. – Pues, creo que tengo ya lista la maleta… – le comentó Angie a Jack, terminando por cerrar una pequeña maleta de mano con una muda por si era necesario. – Voy a ponerle agua fresca a mi niña, y una latita… – dijo, acariciando a Willow que se dedicaba a llamar su atención entre ronroneos – sí… de salmón… –. Tras dejar todo listo para la gata, regresó a la habitación junto a Jack. Se cambió de ropa poniéndose el pijama esperando a su pareja bajo las sábanas – Estoy agotada… por suerte, esta semana nos hemos librado del jet lag y las chicas quieren quedar la próxima semana para salir, y… ¿Sabes quién se va a emborrachar? – preguntó sin esperar una respuesta realmente - ¡Sí! Yo. – se movió en la cama para apartar las sábanas para Jack cuando fue a meterse – La verdad es que luego, seguramente, sea una buena chica y solo me tome un par de copas… o puede que nos juntemos todos, como la última vez –. se volvió a tumbar en la cama, girándose para Jack. Tener una conversación trivial por la noche, antes de dormir, la ayudaba a mantener a raya sus pensamientos, sus sentimientos, y las pesadillas. Además, era el momento de ambos, de conectar lejos del trabajo. Solo ellos, y conversaciones banales.
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    Grupal
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    Aquí viendo el Rercod of Ragnarok
    Hércules vs Jack el destripador.
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  • Jill Valentine

    Capítulo 1

    "Lo que queda de nosotros"

    Habían pasado un par de meses apenas de que Joel entregó a Ellie a las luciérnagas. Aún no habían noticias de la supuesta cura.

    A pesar de todo, Joel no había dejado de pensar en Ellie, en lo que había vivido con esa pequeña y la conciencia le remordía; incluso en noches no podía conciliar el sueño hasta quedar totalmente agotado.

    Llevaba un par de semanas lejos de Jacksonville. Había encontrado una escuela abandonada y limpia de infectados dónde se había quedado todo ese tiempo. Por fortuna, cerca de ese lugar habían algunas ciudades dónde en algunos supermercados quedaban productos enlatados con vigencia en la caducidad. Solo era cuestión de caminar hacia dichos lugares. El problema radicaba en que por la noche, seres que Joel no reconocía vagaban constantemente, solo ahuyentados por las fogatas con las que solía acordonar el lugar.

    Con el conocimiento del terreno, Joel había dibujado un mapa en una de las paredes del comedor del instituto. Por el día vigilaba los alrededores e interiores del edificio en busca de alguna brecha que pudiera dejar pasar aquellas criaturas. No las conocía y por supuesto que no le gustaría estar cerca de ellas para ello.

    Era medio día, cuando Joel se encontraba en los alrededores de la escuela, se había adentrado un kilómetro bosque adentro para ver si podía cazar algún animal que sirviera de alimento.
    [Valentine1] Capítulo 1 "Lo que queda de nosotros" Habían pasado un par de meses apenas de que Joel entregó a Ellie a las luciérnagas. Aún no habían noticias de la supuesta cura. A pesar de todo, Joel no había dejado de pensar en Ellie, en lo que había vivido con esa pequeña y la conciencia le remordía; incluso en noches no podía conciliar el sueño hasta quedar totalmente agotado. Llevaba un par de semanas lejos de Jacksonville. Había encontrado una escuela abandonada y limpia de infectados dónde se había quedado todo ese tiempo. Por fortuna, cerca de ese lugar habían algunas ciudades dónde en algunos supermercados quedaban productos enlatados con vigencia en la caducidad. Solo era cuestión de caminar hacia dichos lugares. El problema radicaba en que por la noche, seres que Joel no reconocía vagaban constantemente, solo ahuyentados por las fogatas con las que solía acordonar el lugar. Con el conocimiento del terreno, Joel había dibujado un mapa en una de las paredes del comedor del instituto. Por el día vigilaba los alrededores e interiores del edificio en busca de alguna brecha que pudiera dejar pasar aquellas criaturas. No las conocía y por supuesto que no le gustaría estar cerca de ellas para ello. Era medio día, cuando Joel se encontraba en los alrededores de la escuela, se había adentrado un kilómetro bosque adentro para ver si podía cazar algún animal que sirviera de alimento.
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    Hola mocosos [?]
    #jackpot
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  • Otra noche más donde su ropa era completamente negra, donde mayormente cuero lo cubría, donde su rostro se ocultaba entre la oscuridad antes de dar el golpe certero a su siguiente víctima.

    Aaron no lo disfrutaba, Jack sí.

    O eso era lo que el hombre quería creer. Porque estaba siendo obligado a cometer tales actos, de otra forma no conocería la paz en absoluto y se volvería loco.

    Quizás ya lo estaba.

    No sería sorpresa que alguien le dijera que estaba mal de la cabeza. Después de todo, entre el trabajo que debía hacer para el Destripador ninguno podría salir completamente sano. Algo se retorcía en el interior.

    Đɇm̷a̷s̷ɨa̷đø ŧɨɇm̷ᵽø, Ⱥa̷ɍøn̷. Va̷ s̷ɨɇn̷đø ħøɍa̷ ꝗᵾɇ łø a̷ȼɇᵽŧɇs̷ đɇ ᵾn̷a̷ vɇƶ. Ɇs̷ŧø ŧɇ đa̷ vɨđa̷, n̷ø łø ɨǥn̷øɍɇs̷.

    La voz usualmente era potente y gutural, pero ahora se escuchaba suave, como una leve caricia de terciopelo. Estaba intentando seducirlo para que "abriera los ojos".

    —Te equivocas —ajustó los guantes que cubrían sus manos, desde ese punto pensando en el plan pará atrapar a su objetivo—. No tengo placer alguno. Lo hago para que cierres la puta boca.

    Aunque muy, muy en el fondo, sentía que esas palabras cargaban con cierta mentira.
    Otra noche más donde su ropa era completamente negra, donde mayormente cuero lo cubría, donde su rostro se ocultaba entre la oscuridad antes de dar el golpe certero a su siguiente víctima. Aaron no lo disfrutaba, Jack sí. O eso era lo que el hombre quería creer. Porque estaba siendo obligado a cometer tales actos, de otra forma no conocería la paz en absoluto y se volvería loco. Quizás ya lo estaba. No sería sorpresa que alguien le dijera que estaba mal de la cabeza. Después de todo, entre el trabajo que debía hacer para el Destripador ninguno podría salir completamente sano. Algo se retorcía en el interior. Đɇm̷a̷s̷ɨa̷đø ŧɨɇm̷ᵽø, Ⱥa̷ɍøn̷. Va̷ s̷ɨɇn̷đø ħøɍa̷ ꝗᵾɇ łø a̷ȼɇᵽŧɇs̷ đɇ ᵾn̷a̷ vɇƶ. Ɇs̷ŧø ŧɇ đa̷ vɨđa̷, n̷ø łø ɨǥn̷øɍɇs̷. La voz usualmente era potente y gutural, pero ahora se escuchaba suave, como una leve caricia de terciopelo. Estaba intentando seducirlo para que "abriera los ojos". —Te equivocas —ajustó los guantes que cubrían sus manos, desde ese punto pensando en el plan pará atrapar a su objetivo—. No tengo placer alguno. Lo hago para que cierres la puta boca. Aunque muy, muy en el fondo, sentía que esas palabras cargaban con cierta mentira.
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