• Retorno
    Fandom Crossover
    Categoría Otros
    —Voló, voló muy lejos. Esta vez no a una cueva cercana o al hogar que compartió una vez con Adán y Lute. Alduin sabía cuando alejarse pese a ser un inepto en cuanto a relaciones se refería.

    Y se alejó. Vaya si lo hizo.

    — Wundun lein hofkiin (viajar mundo hogar)— fue el thu’um con el que Alduin abrió un portal a su dimensión, apareciendo en el cielo de Nirn, tan alto que parecía que el dragón estaba justo entre Masser y Secunda, las lunas que rodeaban su mundo, acompañado por las mismas, mientras los ocho planetas, uno por Aedra lo juzgaban por su traición. Miró a la tierra baldía y ahora muerta a sus pies. Ninguno de sus continentes y océanos, se salvó de su hambre cuando decidió romper sus cadenas, y volverse contra su creador. Cuando decidió ser libre.

    Sintió un nudo en el estómago frente a aquel vacío por primera vez, siendo consciente de toda la destrucción y muerte de la que fue portador, esta vez únicamente por complacencia propia, por satisfacer su rabia. Pues podría haber huido sin más en lugar de dejar aquel mundo sin un debido reinicio. Ahora no reconocía aquellas tierras. Y allí permaneció inerte en el aire, pensando en muchas cosas pero sobretodo en Adán en la noche en que le mostró su reino, y donde lo único que el primer hombre pudo ver fueron tierra, nieve, nada de vegetación, aguas putrefactas y los cascarones vacíos de toda la humanidad moviéndose sin alma, cayéndose en pedazos en forma de atormentados draugr.

    Apretó la mandíbula y apartó la mirada, deseando que el aire gélido de Skyrim se llevase su tristeza, esperando a la par una respuesta para saber que hacer. Por más que una parte de su nombre, de su ser fuer sabiduría, lo cierto es que el primer dragón nunca imaginó que llegaría un momento en el que no sabría que hacer. Finalmente un rugido de rabia que resonó como un trueno recorrió el territorio, justo en el momento en que a sus espaldas, el sol comenzó a salir en el horizonte. Alduin se volteó, mirando fijamente a Magnus, el sol. El reflejo de Akatosh, su creador el cual a su vez se reflejó como en un espejo en sus ojos rojos como la sangre. Y arrepentido por tanta destrucción y devastado por la profunda tristeza que sentía, supo lo que tenía que hacer. Otro portal se abrió esta vez hacia Aeterio. El mundo donde residía toda la magia, hogar de los Dioses de Nirn, llamados Aedra o los nueve divinos. Donde el más poderoso de todos ellos, Akatosh le creó. Sobrevoló cada uno de los territorios de aquel lugar donde los Aedra residían y donde las almas de las diferentes criaturas se dividían hacia su lugar de descanso dependiendo de su raza. En todos ellos, recordó el temor que su sombra inspiraba a las almas, pues estas era. Su alimento y ahora… De nuevo se encontró la paz y la frialdad de la nada. Terminó aterrizando en Sovengarde, el lugar en el que acababan los nórdicos que morían con valor y también la zona en la que, efectivamente fue creado. Pues de tener nacionalidad, Alduin sería de Skyrim. El lugar donde vivían los favoritos de Akatosh.

    Por mera costumbre, tomó la forma de angel y caminó en plena soledad llegando al gran palacio, donde las almas de los muertos daban grandes banquetes junto a los grandes héroes a través de los tiempos, recordando cómo Tiberio Séptim y su padre si es que así podía llamarlo, en ocasiones también acudían. Miró una a una las cristaleras que de forma colorida representaban puntos concretos de la historia y en muchos, podía verse a sí mismo.

    Empezando por su propio “nacimiento” y su reinado sobre otros dragones, recordando con orgullo lo amado que fue entonces y como solía pensar en esos tiempo que, no había en Nirn un ser más querido y poderoso que él. Continuó avanzando por los pasillos viéndose envuelto en grandes acontecimientos históricos en los que, el dragón negro era presente, a veces siendo venerado por humanos y dragones, otras como una entidad terrible a la que el dovahkiin debía derrotar. Recordó sus días de grandeza y cuanto odiaba dejarse ganar en un intento de que, la humanidad comprendiera que, solo el valor y la unión entre ellos podrían evitar la caída del mundo entero. Escena que se repetía en muchas ocasiones e incluso en las representaciones de vidrio se podía ver como Alduin iba paulatinamente amargándose, dejándose tragar por la sombra de tener que ser siempre la bestia y el deseo de, pese a ser consciente de la importancia de su trabajo, volver a ser admirado y respetado. Ya que los ventanales no solo reflejaban su infelicidad, si no como incluso sus propios compañeros le daban la espalda, dejando de verlo como a un ejemplo, un maestro, un líder. Para verlo solo como su rey. Una figura de autoridad a la que obedecer o morir, ya no había admiración, solo temor.

    —Til los ni Dovah ahst fin lein ravel elm ahrk ten zu’u— se lamentó al ver como se repetía una y otra vez, hasta el último ventanal donde se veía la última escena.

    El asesinato de los nueve divinos y cómo absorbió sus almas. Y no se reconoció. Si, era el portador de la destrucción, pero también de la creación, de un nuevo inicio. Y esta vez no llegó sin él, el mundo sencillamente acabó destruido. Golpeó aquel cristal con el puño y finalmente entró en una última sala, en la que quedaban los restos de todos. Absolutamente todos los nueve divinos. Los Aedra, donde orgulloso había probado que la muerte llegaba a todos, incluso a los dioses. Para luego, devorar sus almas y con esto su poder. Cerró los ojos y mientras los rayos de sol se filtraban por los ventanales evocando una gran cantidad de colores en la sala, sintió por última vez la calidez del poder de Akatosh y frente a los restos sin vida de aquellas deidades, Alduin pronunció el conjuro de resurrección. Abrazándose a sí mismo al notar aquella gran cantidad de poder abandonar su ser dolorosamente, quemándole las entrañas y las venas, saliendo por cada uno de los poros de su piel como si de agujas cuyo tamaño era infinito se clavasen, como su propia alma se hacía pedazos a separara aquella gran parte para devolverla a su origen. Agonizó hasta que la corriente de energía finalmente terminó de abandonarlo, haciendo que acabase cayendo de rodillas en el suelo. Sintiéndose tan débil que ni si quiera era capaz de sostener su propio peso. Respiró con dificultad, sintiendo que se se ahogaba, hasta que unos pasos comenzaron a acercarse a ėl. Lentamente alzó la mirada y se encontró con la severa de su creador, quien decepcionado y furioso, cuyas primeras palabras fueron el nombre de quien alguna vez fue su creación mas amada.

    —¿Que has hecho?—fue lo que sentenció Akatosh. Por supuesto que con solo mirarle la deidad del tiempo, pudo ver perfectamente todo lo que pasó desde su asesinato hasta llegar a ese momento, aún si todo sucedió en otro mundo. El falso angel no dijo nada, tan solo apartó la mirada con arrepentimiento, estaba dispuesto a aceptar su castigo. En realidad, no había nada que perder.

    El Dios del tiempo, tan solo hizo un gesto con la mano, y Alduin fue apresado y encerrado mientras los nueve divinos decidían que hacer con él. —
    —Voló, voló muy lejos. Esta vez no a una cueva cercana o al hogar que compartió una vez con Adán y Lute. Alduin sabía cuando alejarse pese a ser un inepto en cuanto a relaciones se refería. Y se alejó. Vaya si lo hizo. — Wundun lein hofkiin (viajar mundo hogar)— fue el thu’um con el que Alduin abrió un portal a su dimensión, apareciendo en el cielo de Nirn, tan alto que parecía que el dragón estaba justo entre Masser y Secunda, las lunas que rodeaban su mundo, acompañado por las mismas, mientras los ocho planetas, uno por Aedra lo juzgaban por su traición. Miró a la tierra baldía y ahora muerta a sus pies. Ninguno de sus continentes y océanos, se salvó de su hambre cuando decidió romper sus cadenas, y volverse contra su creador. Cuando decidió ser libre. Sintió un nudo en el estómago frente a aquel vacío por primera vez, siendo consciente de toda la destrucción y muerte de la que fue portador, esta vez únicamente por complacencia propia, por satisfacer su rabia. Pues podría haber huido sin más en lugar de dejar aquel mundo sin un debido reinicio. Ahora no reconocía aquellas tierras. Y allí permaneció inerte en el aire, pensando en muchas cosas pero sobretodo en Adán en la noche en que le mostró su reino, y donde lo único que el primer hombre pudo ver fueron tierra, nieve, nada de vegetación, aguas putrefactas y los cascarones vacíos de toda la humanidad moviéndose sin alma, cayéndose en pedazos en forma de atormentados draugr. Apretó la mandíbula y apartó la mirada, deseando que el aire gélido de Skyrim se llevase su tristeza, esperando a la par una respuesta para saber que hacer. Por más que una parte de su nombre, de su ser fuer sabiduría, lo cierto es que el primer dragón nunca imaginó que llegaría un momento en el que no sabría que hacer. Finalmente un rugido de rabia que resonó como un trueno recorrió el territorio, justo en el momento en que a sus espaldas, el sol comenzó a salir en el horizonte. Alduin se volteó, mirando fijamente a Magnus, el sol. El reflejo de Akatosh, su creador el cual a su vez se reflejó como en un espejo en sus ojos rojos como la sangre. Y arrepentido por tanta destrucción y devastado por la profunda tristeza que sentía, supo lo que tenía que hacer. Otro portal se abrió esta vez hacia Aeterio. El mundo donde residía toda la magia, hogar de los Dioses de Nirn, llamados Aedra o los nueve divinos. Donde el más poderoso de todos ellos, Akatosh le creó. Sobrevoló cada uno de los territorios de aquel lugar donde los Aedra residían y donde las almas de las diferentes criaturas se dividían hacia su lugar de descanso dependiendo de su raza. En todos ellos, recordó el temor que su sombra inspiraba a las almas, pues estas era. Su alimento y ahora… De nuevo se encontró la paz y la frialdad de la nada. Terminó aterrizando en Sovengarde, el lugar en el que acababan los nórdicos que morían con valor y también la zona en la que, efectivamente fue creado. Pues de tener nacionalidad, Alduin sería de Skyrim. El lugar donde vivían los favoritos de Akatosh. Por mera costumbre, tomó la forma de angel y caminó en plena soledad llegando al gran palacio, donde las almas de los muertos daban grandes banquetes junto a los grandes héroes a través de los tiempos, recordando cómo Tiberio Séptim y su padre si es que así podía llamarlo, en ocasiones también acudían. Miró una a una las cristaleras que de forma colorida representaban puntos concretos de la historia y en muchos, podía verse a sí mismo. Empezando por su propio “nacimiento” y su reinado sobre otros dragones, recordando con orgullo lo amado que fue entonces y como solía pensar en esos tiempo que, no había en Nirn un ser más querido y poderoso que él. Continuó avanzando por los pasillos viéndose envuelto en grandes acontecimientos históricos en los que, el dragón negro era presente, a veces siendo venerado por humanos y dragones, otras como una entidad terrible a la que el dovahkiin debía derrotar. Recordó sus días de grandeza y cuanto odiaba dejarse ganar en un intento de que, la humanidad comprendiera que, solo el valor y la unión entre ellos podrían evitar la caída del mundo entero. Escena que se repetía en muchas ocasiones e incluso en las representaciones de vidrio se podía ver como Alduin iba paulatinamente amargándose, dejándose tragar por la sombra de tener que ser siempre la bestia y el deseo de, pese a ser consciente de la importancia de su trabajo, volver a ser admirado y respetado. Ya que los ventanales no solo reflejaban su infelicidad, si no como incluso sus propios compañeros le daban la espalda, dejando de verlo como a un ejemplo, un maestro, un líder. Para verlo solo como su rey. Una figura de autoridad a la que obedecer o morir, ya no había admiración, solo temor. —Til los ni Dovah ahst fin lein ravel elm ahrk ten zu’u— se lamentó al ver como se repetía una y otra vez, hasta el último ventanal donde se veía la última escena. El asesinato de los nueve divinos y cómo absorbió sus almas. Y no se reconoció. Si, era el portador de la destrucción, pero también de la creación, de un nuevo inicio. Y esta vez no llegó sin él, el mundo sencillamente acabó destruido. Golpeó aquel cristal con el puño y finalmente entró en una última sala, en la que quedaban los restos de todos. Absolutamente todos los nueve divinos. Los Aedra, donde orgulloso había probado que la muerte llegaba a todos, incluso a los dioses. Para luego, devorar sus almas y con esto su poder. Cerró los ojos y mientras los rayos de sol se filtraban por los ventanales evocando una gran cantidad de colores en la sala, sintió por última vez la calidez del poder de Akatosh y frente a los restos sin vida de aquellas deidades, Alduin pronunció el conjuro de resurrección. Abrazándose a sí mismo al notar aquella gran cantidad de poder abandonar su ser dolorosamente, quemándole las entrañas y las venas, saliendo por cada uno de los poros de su piel como si de agujas cuyo tamaño era infinito se clavasen, como su propia alma se hacía pedazos a separara aquella gran parte para devolverla a su origen. Agonizó hasta que la corriente de energía finalmente terminó de abandonarlo, haciendo que acabase cayendo de rodillas en el suelo. Sintiéndose tan débil que ni si quiera era capaz de sostener su propio peso. Respiró con dificultad, sintiendo que se se ahogaba, hasta que unos pasos comenzaron a acercarse a ėl. Lentamente alzó la mirada y se encontró con la severa de su creador, quien decepcionado y furioso, cuyas primeras palabras fueron el nombre de quien alguna vez fue su creación mas amada. —¿Que has hecho?—fue lo que sentenció Akatosh. Por supuesto que con solo mirarle la deidad del tiempo, pudo ver perfectamente todo lo que pasó desde su asesinato hasta llegar a ese momento, aún si todo sucedió en otro mundo. El falso angel no dijo nada, tan solo apartó la mirada con arrepentimiento, estaba dispuesto a aceptar su castigo. En realidad, no había nada que perder. El Dios del tiempo, tan solo hizo un gesto con la mano, y Alduin fue apresado y encerrado mientras los nueve divinos decidían que hacer con él. —
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  • El Ojo de Zaar
    Fandom OC
    Categoría Aventura
    Magnus estaba en su escritorio redactando un artículo para el periódico. Quería buscar a candidatos para una expedición a la selva amazónica.

    "Soy Magnus Wilson, Historiador y Arqueólogo, tengo varias expediciones en mi haber, entre documentos históricos como reliquias o simples investigación sin recompensa más que el conocimiento. Busco a una persona no demasiado mayor, atlética, bien físicamente y que pueda seguirme el ritmo por lugares angostos bajo, posiblemente, condiciones climáticas adversas. Si cuenta con conocimiento en plantas y/o animales mejor, mi conocimiento no está muy extendido aunque me defiendo. Escriban al siguiente correo si están interesados y concertaremos una entrevista. El pago será acordado en el caso de estar interesado."

    Terminó de redactarlo y se levantó de su butaca para estirar las piernas. Ahora debía esperar la respuesta de algún candidato. Se asomó a la ventana de detrás la cual estaba completamente empañada de vaho y gotas de lluvia. Fuera caía una cortina de agua, el cielo brillaba iluminado de blanco por los relámpagos, era una noche de las que le gustaban. Apagó el portátil y se dirigió a la ducha.

    Cuando salió, apenas después de secarse se acostó. Y puso en la televisión una sería de comedia con el temporizador para que se apagase sola si se dormía. Momentos después quedó inconsciente. Completamente dormido, bañado por el cambiante brillo del televisor que terminó por apagarse cuando el tiempo llegó a 0.
    Magnus estaba en su escritorio redactando un artículo para el periódico. Quería buscar a candidatos para una expedición a la selva amazónica. "Soy Magnus Wilson, Historiador y Arqueólogo, tengo varias expediciones en mi haber, entre documentos históricos como reliquias o simples investigación sin recompensa más que el conocimiento. Busco a una persona no demasiado mayor, atlética, bien físicamente y que pueda seguirme el ritmo por lugares angostos bajo, posiblemente, condiciones climáticas adversas. Si cuenta con conocimiento en plantas y/o animales mejor, mi conocimiento no está muy extendido aunque me defiendo. Escriban al siguiente correo si están interesados y concertaremos una entrevista. El pago será acordado en el caso de estar interesado." Terminó de redactarlo y se levantó de su butaca para estirar las piernas. Ahora debía esperar la respuesta de algún candidato. Se asomó a la ventana de detrás la cual estaba completamente empañada de vaho y gotas de lluvia. Fuera caía una cortina de agua, el cielo brillaba iluminado de blanco por los relámpagos, era una noche de las que le gustaban. Apagó el portátil y se dirigió a la ducha. Cuando salió, apenas después de secarse se acostó. Y puso en la televisión una sería de comedia con el temporizador para que se apagase sola si se dormía. Momentos después quedó inconsciente. Completamente dormido, bañado por el cambiante brillo del televisor que terminó por apagarse cuando el tiempo llegó a 0.
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    //Estoy viendo un vídeo sobre muertes absurdas de personajes históricos y me estoy partiendo de risa. Me está dando la vida.
    //Estoy viendo un vídeo sobre muertes absurdas de personajes históricos y me estoy partiendo de risa. Me está dando la vida. 🤣 🤣 🤣 🤣
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    ||AL FIN HIJOS DE PUTA, AL FIN!!!! Y mi ciervo no está para ver este suceso histórico!!!! -Llora entre felicidad y tristeza-
    FINALMENTEEEEEEEEEEEE, NI MI NOVELA ME EMOCIONA TANTO!!!
    ||AL FIN HIJOS DE PUTA, AL FIN!!!! Y mi ciervo no está para ver este suceso histórico!!!! -Llora entre felicidad y tristeza- FINALMENTEEEEEEEEEEEE, NI MI NOVELA ME EMOCIONA TANTO!!!
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    La soledad lo invadía y su corazón se llenaba de pesar, debido a su monotonía y el cansancio del silencio, decidió tomarse un día para volverse a encontrar, o al menos intentar...

    Se había levantado temprano; Alrededor de las ocho de la mañana, miró a su lado y la cama estaba vacía, su mirada se mantuvo en un inicio inexpresiva, manera en la que este protegía sus sentimientos haciendo un bloqueo emocional al instante. En silencio se removió de las sábanas y se desplazó de la cama al baño y del baño al comedor donde sus sirvientas le dejaron el desayuno servido en la mesa.

    Nuevamente ahí estaba con la misma acción, rebuscando con la mirada un poco de compañía a su alrededor, apretó su mandíbula a modo de reprimir sus emociones otra vez y simplemente decidió beber su taza de té matutina con una cucharada de miel y dos tostadas con mermelada de durazno antes de alistarse para marchar rumbo a la primera ubicación.
    Su secretario y guardia de seguridad les acompañó en el viaje en auto, el transcurso duró casi una hora hasta que lo dejaron frente a un gran edificio, un edificio que no era nada más ni nada menos que un museo de artes.

    Este ya contaba con una entrada previamente comprada y simplemente fue cuestión de mostrarle a los empleados para que le cedieran el ingreso al lugar.
    Eran pasillos, salones enormes y varios pisos, era agradable el silencio y a la vez el eco que se podía generar con el más mínimo ruido, asi que las personas parecían querer amortiguar sus pisadas y así silenciarlas.

    Abismo había iniciado su recorrido en cada sector, y deteniéndose en cada obra de arte que llamaba su atención; por supuesto que el arte abstracto no era su favorito asi que simplemente iba por lo sencillo, paisajes, retratos, autorretratos e incluso pinturas que capturaban momentos históricos en el mundo, amaba los detalles y el método ejecutado por el artista, le gustaba no tener que pensar e inventar cosas absurdas como lo era con el arte abstracto, con formas y figuras que a fin de cuentas no transmitían nada y que solo eran rayones e incluso lienzos en blanco, muchas personas se aprovechaban para denominar su basura como arte abstracto moderno y asi autoproclamarse como artistas, si... Abismo era muy negacionista y crítico a la vez con este tipo de problemáticas que se daban en la actualidad.

    Aquél omega con el pasar de los minutos se quedaba sumergido en cada pintura, hasta que pisos más arriba tuvo la dicha de encontrar un salón lleno de esculturas, esculturas con significados diferentes, poses y cuerpos variados, aquellas anatomías esculpidas tan detalladamente era como un arte erótico para la vista del azabache, por lo que no pudo evitar morderse el labio inferior y sentirse ligeramente emocionado, pues por alguna razón provocó que su corazón se agitara brevemente.

    Las fotografías no pudieron faltar, siempre las tomaba de recuerdo y a modo de inspiración y referencias, siendo él un amante del arte, le gustaba hacer manualidades, dibujar, pintar, aunque de momento jamás se había animado hacer una escultura, más allá de una vaga creación de una muñeca de porcelana que se propuso hacer en su niñez a modo de aprendizaje pensando que podría llegar a sacarle provecho en un futuro y dedicarse al arte, claro que eso jamás pasó sobre todo porque sus obligaciones terminaron siendo otras...

    Había pasado alrededor de tres horas y media dentro del museo, y para cuando recordó el segundo lugar a donde debía ir, faltaba media hora, asi que se apuró rápidamente para retirarse del establecimiento y se subió de regreso al vehículo donde sus empleados le esperaban para trasladarlo al siguiente lugar; este era otro establecimiento imponente que poseía un arte arquitectónico increíble, con techos sumamente altos, pintados con figuras religiosas, tales como dioses, vírgenes, ángeles y demonios, también contaban con cuadros colgados, esculturas, y pilares.

    Al ingresar al teatro siguió el protocolo; mostró su identificación y su entrada previamente comprada para luego dirigirse al salón correspondiente una vez le cedieron el ingreso, buscó su asiento y simplemente se acomodó esperando a que iniciara el gran show, mientras tanto se escuchaba un gran bullicio de la gente hasta que las luces se apagaron e iluminaron el escenario alumbrando a una gran orquesta que presentaría las mejores canciones de Paganini, mejor conocido como el violinista del diablo, denominado así por sus técnicas y habilidades excepcionales para su época, pues no solo era violinista, si no también compositor, era con todas las letras, un gran
    artista y un gran músico digno de admiración y uno de sus favoritos de el omega.

    Finalmente se hizo presente el silencio, las personas observaban atentamente a los músicos quienes antes de iniciar, se tomaron unos minutos para corroborar el afinamiento de cada instrumento.
    Fue entonces cuando el director de orquesta comenzó con sus firmes movimientos para iniciar la guía en esta presentación, retumbando con una hermosa acústica en el lugar, las primeras notadas impontentes.

    Abismo no pudo evitar estremecerse, las melodías en tonos bajos sacudían su corazón melancólico y adolorido, vibrando en su pecho, era como si aquellas tonadas combinaban con su sentir, mezclándose en uno solo y dejándose fluir, de repente su imaginación volaba y se adentraba en su mundo de fantasías, disociaba como era de costumbre en él, de repente perdía el sentido, era él en un salón vació, oscuro, sentado en el centro mientras la melodía sonaba.

    Todo esto no era algo que lograra apaciguar su soledad y su pesar, pero de alguna manera era un consuelo que esas partituras fueran una caricia al alma rota, como si le dijeran "yo soy tu otro yo quien se hace presente, y comprendo tu sentir, deja que mi melodía te acompañe en esta soledad", un refugio inventado por su otro yo, quizás parte de su doble personalidad, alguien que a pesar de ser parte de si mismo lo hacía sentir menos solo, no le permitía sentirse como un alma incomprendida a pesar de sentirse perdido en medio de la oscuridad, oscuridad que a fin de cuentas se acostumbró a caminar sin titubear, como si el miedo no fuera parte de él.

    De repente una lágrima rodó por su pálida mejilla y delineó una tenue sonrisa reluciendo aquél lunar característico, bajo su labio inferior a un lado de su comisura izquierda.
    Su mirada filosa no eran más que dos orbes apagados.
    A pesar de todo aquel torbellino de sentimientos, no iba a negar que lo disfrutaba, mal que mal, era una manera de pasar tiempo consigo mismo y encontrarse incluso en la oscuridad.

    "Por favor, acaricia mi alma rota una vez más con tu bella melodía armoniosa, alivia mi pesar y que tus tonadas graves y divagantes me acompañen en mi eterna soledad."
    ㅤ ︶ ͝ 𝅄︶ ͝ ⏝𝅄⏝ ͝ ︶𝅄⏝ ͝ ︶𝅄︶ ͝ ⏝𝅄︶ ͝ ⏝𝅄︶ ͝
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Nuevamente ahí estaba con la misma acción, rebuscando con la mirada un poco de compañía a su alrededor, apretó su mandíbula a modo de reprimir sus emociones otra vez y simplemente decidió beber su taza de té matutina con una cucharada de miel y dos tostadas con mermelada de durazno antes de alistarse para marchar rumbo a la primera ubicación. Su secretario y guardia de seguridad les acompañó en el viaje en auto, el transcurso duró casi una hora hasta que lo dejaron frente a un gran edificio, un edificio que no era nada más ni nada menos que un museo de artes. Este ya contaba con una entrada previamente comprada y simplemente fue cuestión de mostrarle a los empleados para que le cedieran el ingreso al lugar. Eran pasillos, salones enormes y varios pisos, era agradable el silencio y a la vez el eco que se podía generar con el más mínimo ruido, asi que las personas parecían querer amortiguar sus pisadas y así silenciarlas. Abismo había iniciado su recorrido en cada sector, y deteniéndose en cada obra de arte que llamaba su atención; por supuesto que el arte abstracto no era su favorito asi que simplemente iba por lo sencillo, paisajes, retratos, autorretratos e incluso pinturas que capturaban momentos históricos en el mundo, amaba los detalles y el método ejecutado por el artista, le gustaba no tener que pensar e inventar cosas absurdas como lo era con el arte abstracto, con formas y figuras que a fin de cuentas no transmitían nada y que solo eran rayones e incluso lienzos en blanco, muchas personas se aprovechaban para denominar su basura como arte abstracto moderno y asi autoproclamarse como artistas, si... Abismo era muy negacionista y crítico a la vez con este tipo de problemáticas que se daban en la actualidad. Aquél omega con el pasar de los minutos se quedaba sumergido en cada pintura, hasta que pisos más arriba tuvo la dicha de encontrar un salón lleno de esculturas, esculturas con significados diferentes, poses y cuerpos variados, aquellas anatomías esculpidas tan detalladamente era como un arte erótico para la vista del azabache, por lo que no pudo evitar morderse el labio inferior y sentirse ligeramente emocionado, pues por alguna razón provocó que su corazón se agitara brevemente. Las fotografías no pudieron faltar, siempre las tomaba de recuerdo y a modo de inspiración y referencias, siendo él un amante del arte, le gustaba hacer manualidades, dibujar, pintar, aunque de momento jamás se había animado hacer una escultura, más allá de una vaga creación de una muñeca de porcelana que se propuso hacer en su niñez a modo de aprendizaje pensando que podría llegar a sacarle provecho en un futuro y dedicarse al arte, claro que eso jamás pasó sobre todo porque sus obligaciones terminaron siendo otras... Había pasado alrededor de tres horas y media dentro del museo, y para cuando recordó el segundo lugar a donde debía ir, faltaba media hora, asi que se apuró rápidamente para retirarse del establecimiento y se subió de regreso al vehículo donde sus empleados le esperaban para trasladarlo al siguiente lugar; este era otro establecimiento imponente que poseía un arte arquitectónico increíble, con techos sumamente altos, pintados con figuras religiosas, tales como dioses, vírgenes, ángeles y demonios, también contaban con cuadros colgados, esculturas, y pilares. Al ingresar al teatro siguió el protocolo; mostró su identificación y su entrada previamente comprada para luego dirigirse al salón correspondiente una vez le cedieron el ingreso, buscó su asiento y simplemente se acomodó esperando a que iniciara el gran show, mientras tanto se escuchaba un gran bullicio de la gente hasta que las luces se apagaron e iluminaron el escenario alumbrando a una gran orquesta que presentaría las mejores canciones de Paganini, mejor conocido como el violinista del diablo, denominado así por sus técnicas y habilidades excepcionales para su época, pues no solo era violinista, si no también compositor, era con todas las letras, un gran artista y un gran músico digno de admiración y uno de sus favoritos de el omega. Finalmente se hizo presente el silencio, las personas observaban atentamente a los músicos quienes antes de iniciar, se tomaron unos minutos para corroborar el afinamiento de cada instrumento. Fue entonces cuando el director de orquesta comenzó con sus firmes movimientos para iniciar la guía en esta presentación, retumbando con una hermosa acústica en el lugar, las primeras notadas impontentes. Abismo no pudo evitar estremecerse, las melodías en tonos bajos sacudían su corazón melancólico y adolorido, vibrando en su pecho, era como si aquellas tonadas combinaban con su sentir, mezclándose en uno solo y dejándose fluir, de repente su imaginación volaba y se adentraba en su mundo de fantasías, disociaba como era de costumbre en él, de repente perdía el sentido, era él en un salón vació, oscuro, sentado en el centro mientras la melodía sonaba. Todo esto no era algo que lograra apaciguar su soledad y su pesar, pero de alguna manera era un consuelo que esas partituras fueran una caricia al alma rota, como si le dijeran "yo soy tu otro yo quien se hace presente, y comprendo tu sentir, deja que mi melodía te acompañe en esta soledad", un refugio inventado por su otro yo, quizás parte de su doble personalidad, alguien que a pesar de ser parte de si mismo lo hacía sentir menos solo, no le permitía sentirse como un alma incomprendida a pesar de sentirse perdido en medio de la oscuridad, oscuridad que a fin de cuentas se acostumbró a caminar sin titubear, como si el miedo no fuera parte de él. De repente una lágrima rodó por su pálida mejilla y delineó una tenue sonrisa reluciendo aquél lunar característico, bajo su labio inferior a un lado de su comisura izquierda. Su mirada filosa no eran más que dos orbes apagados. A pesar de todo aquel torbellino de sentimientos, no iba a negar que lo disfrutaba, mal que mal, era una manera de pasar tiempo consigo mismo y encontrarse incluso en la oscuridad. "Por favor, acaricia mi alma rota una vez más con tu bella melodía armoniosa, alivia mi pesar y que tus tonadas graves y divagantes me acompañen en mi eterna soledad." ㅤ ︶ ͝ 𝅄︶ ͝ ⏝𝅄⏝ ͝ ︶𝅄⏝ ͝ ︶𝅄︶ ͝ ⏝𝅄︶ ͝ ⏝𝅄︶ ͝
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  • Esta noche, tras quince días completos de nevadas de variable intensidad, la tormenta al fin parece darle un respiro a los habitantes de la ciudad. La nieve ya no cae y la luna parece más brillante de lo normal al abrirse paso a través de la capa de nubes que, poco a poco, se va dispersando.

    Ha sido un fenómeno invernal sin precedentes, un suceso histórico que quedará gravado en los registros de la ciudad y en la memoria de sus habitantes.

    Lo más importante ahora no es si volverá a nevar, sino cuándo.

    #ElBrujoCojo
    Esta noche, tras quince días completos de nevadas de variable intensidad, la tormenta al fin parece darle un respiro a los habitantes de la ciudad. La nieve ya no cae y la luna parece más brillante de lo normal al abrirse paso a través de la capa de nubes que, poco a poco, se va dispersando. Ha sido un fenómeno invernal sin precedentes, un suceso histórico que quedará gravado en los registros de la ciudad y en la memoria de sus habitantes. Lo más importante ahora no es si volverá a nevar, sino cuándo. #ElBrujoCojo
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  • || Aquí sí acepto personajes con FC real ya que tengo imágenes realistas (o al menos en 3D) para rolear eventos históricos relacionados con Egipto.
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  • || Friendly reminder que también tengo FC real/3D para poder hacer rol histórico con quien guste.
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