• —¡Oh no! Algo hice mal...

    Exclamé en cuanto me vi en el espejo y esta forma de semi loba seguía siendo mi aspecto, siendo ya el segundo día. La mirada rojiza parecía ser el reflejo divertido y tintineante de mi loba Astra.

    «Carajo, estoy en aprietos. Si alguien tiene su aroma alfa fuerte, mi instinto no perdonará ni evitará el momento»pienso nerviosa.

    «Tal vez divertirse y ser la compañía de alguien, no te caerá mal. Llevamos tiempo sin salir de la cueva»piensa Astra de una forma divertida y jocosa.

    —¡Oh no! ¡No tenemos que comer a cualquier macho! Hay que ser selectivas y no caer en situaciones molestas —dije levantando el dedo índice, determinada y sabia. Regañando de paso a mi loba.— Debo mirar que ocurrió con la poción para salir mal.

    Volví a mirar los ingredientes que utilicé, ya que había sobrado la mandrágora y la esencia de camaleón, la última no tenía nada malo, pero el primero....

    —Fuck** —gruñí molesta al no haberme dado cuenta antes.

    La Mandrágora no estaba en buen estado, sino que la raíz tenía una humedad excesiva al tacto, ¡DESCOMPUESTO! gritaba todo, hasta pude olfatear el aroma. Igh!

    —Tengo que hacer un antídoto pronto... O expondré en peligro a cualquier lobo. —murmuro para mi misma, mientras muerdo levemente mi dedo pulgar. Tratando de calmar mis nervios.
    —¡Oh no! Algo hice mal... Exclamé en cuanto me vi en el espejo y esta forma de semi loba seguía siendo mi aspecto, siendo ya el segundo día. La mirada rojiza parecía ser el reflejo divertido y tintineante de mi loba Astra. «Carajo, estoy en aprietos. Si alguien tiene su aroma alfa fuerte, mi instinto no perdonará ni evitará el momento»pienso nerviosa. «Tal vez divertirse y ser la compañía de alguien, no te caerá mal. Llevamos tiempo sin salir de la cueva»piensa Astra de una forma divertida y jocosa. —¡Oh no! ¡No tenemos que comer a cualquier macho! Hay que ser selectivas y no caer en situaciones molestas —dije levantando el dedo índice, determinada y sabia. Regañando de paso a mi loba.— Debo mirar que ocurrió con la poción para salir mal. Volví a mirar los ingredientes que utilicé, ya que había sobrado la mandrágora y la esencia de camaleón, la última no tenía nada malo, pero el primero.... —Fuck** —gruñí molesta al no haberme dado cuenta antes. La Mandrágora no estaba en buen estado, sino que la raíz tenía una humedad excesiva al tacto, ¡DESCOMPUESTO! gritaba todo, hasta pude olfatear el aroma. Igh! —Tengo que hacer un antídoto pronto... O expondré en peligro a cualquier lobo. —murmuro para mi misma, mientras muerdo levemente mi dedo pulgar. Tratando de calmar mis nervios.
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  • -pecado de la gula hace su presentación....... Olfatea la mano ya sintió el aroma de manzanas y miel por alguna parte del humano -
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  • -pecado del orgullo despierta contra su voluntad. Aún así que se cuide Rosie porque le va a clavar los cuernos donde vea a la traidora que lo ofreció a Sebastián a cambio de unos dedos ensangrentados .
    Deslizó las pezuñas en el suelo levantando hierba y.... Bajo la cabeza olfateando el dulce aroma de la hierba... Observa a su alrededor y al verse solo se inclinaba pastar un poco -
    -pecado del orgullo despierta contra su voluntad. Aún así que se cuide Rosie porque le va a clavar los cuernos donde vea a la traidora que lo ofreció a Sebastián a cambio de unos dedos ensangrentados . Deslizó las pezuñas en el suelo levantando hierba y.... Bajo la cabeza olfateando el dulce aroma de la hierba... Observa a su alrededor y al verse solo se inclinaba pastar un poco -
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  • "𝓛𝓪 𝓹𝓵𝓾𝓶𝓪" 𝓬𝓸𝓷 Joffie Goldie

    Esa mañana despertó con los primeros rayos de Sol que incidían por la ventana, sintiéndose cálidos y agradables en su rostro. Primero se arropó un poco más con lo que creyó era una manta, olfateándola inconscientemente, sintiéndose relajado y a gusto con el aroma que esa prenda desprendía.
    No tardó en abrir los ojos lentamente, algo desconcertado al percatarse de que se encontraba en el sofá. Sin embargo la mayor sorpresa fue ver que con lo que se estaba tapando, era una chaqueta y una que conocía bien.
    Cierto, al final ambos se durmieron juntos en el sofá esa noche. Ese pensamiento provocó que todo su rostro tomase un color rosado por la vergüenza, pues no dormía abrazado a nadie desde que era un niño, cuando sus padres aún vivían. Miró la prenda de ropa en sus manos por unos segundos y sin poder evitarlo la abrazó suavemente. ¿Jofiel se había ido al alba? ¿Y había dejado ahí su chaqueta? Pasó su mirada hacia la puerta en lo que se levantaba poco a poco. Para su sorpresa, los seguros estaban echados, no parecía que nadie hubiera abierto la puerta. ¿Cómo había salido entonces? ¿Por la ventana? Eso no tenía sentido alguno, se habría herido de gravedad de ser así.
    Iba a dirigirse a la ventana cuando su mirada se posó en algo extraño en el suelo. Se acercó y quedó sorprendido y extrañado. Una pluma... ¿Qué hacía esa pluma junto al sofá del comedor? No hacía más que seguir teniendo dudas y ninguna respuesta desde que se levantó. Tomó la pluma en sus manos con cuidado, pues por alguna razón esta parecía ser afilada, por raro que resultase. Ese aroma... De nuevo podía sentir un reconfortante perfume. ¿Venía de la pluma? La acercó a su rostro e inhaló. Sí... Es el mismo olor que sintió estando junto a Joffie. ¿Por qué? No estaba entendiendo nada.
    Esa mañana no tenía que trabajar, ya iría al club por la noche. Pero algo extraño estaba pasando con él. Empezaba a sentirse febril, con sudores y mareos. El corazón le latía con fuerza y cada vez le costaba más respirar. Primero pensó que tal vez sería un simple resfriado pero no. Nada más lejos de la realidad. El abrumador calor se extendía por su cuerpo mientras las fuerzas empezaban a fallarle. ¿Su celo? ¿Por qué ahora? Iba a dirigirse a su habitación para tumbarse en la cama pero se detuvo, observando la pluma que antes dejó sobre la mesita del comedor. No sabía por qué pero quería llevarla con él y así lo hizo.
    El tiempo pasó y Shinobu estaba tirado en su cama, sufriendo por los síntomas del celo mientras instintivamente olfateaba aquella pluma. Estaba siendo un celo muy intenso, insoportable. Su mente se desvanecía en una intensa neblina, era imposible pensar con claridad.
    Un pensamiento fugaz pasó por su mente, quería ayuda, necesitaba ayuda. Jofiel... Tomó su teléfono como pudo, buscó el contacto del rubio y marcó, esperando a que descolgara la llamada. Cuando la descolgó, solo pudo articular unas pocas palabras.

    -A-Ayu...da...me... Ngh... Po-Por favor...
    "𝓛𝓪 𝓹𝓵𝓾𝓶𝓪" 𝓬𝓸𝓷 [zephyr_titanium_raven_238] Esa mañana despertó con los primeros rayos de Sol que incidían por la ventana, sintiéndose cálidos y agradables en su rostro. Primero se arropó un poco más con lo que creyó era una manta, olfateándola inconscientemente, sintiéndose relajado y a gusto con el aroma que esa prenda desprendía. No tardó en abrir los ojos lentamente, algo desconcertado al percatarse de que se encontraba en el sofá. Sin embargo la mayor sorpresa fue ver que con lo que se estaba tapando, era una chaqueta y una que conocía bien. Cierto, al final ambos se durmieron juntos en el sofá esa noche. Ese pensamiento provocó que todo su rostro tomase un color rosado por la vergüenza, pues no dormía abrazado a nadie desde que era un niño, cuando sus padres aún vivían. Miró la prenda de ropa en sus manos por unos segundos y sin poder evitarlo la abrazó suavemente. ¿Jofiel se había ido al alba? ¿Y había dejado ahí su chaqueta? Pasó su mirada hacia la puerta en lo que se levantaba poco a poco. Para su sorpresa, los seguros estaban echados, no parecía que nadie hubiera abierto la puerta. ¿Cómo había salido entonces? ¿Por la ventana? Eso no tenía sentido alguno, se habría herido de gravedad de ser así. Iba a dirigirse a la ventana cuando su mirada se posó en algo extraño en el suelo. Se acercó y quedó sorprendido y extrañado. Una pluma... ¿Qué hacía esa pluma junto al sofá del comedor? No hacía más que seguir teniendo dudas y ninguna respuesta desde que se levantó. Tomó la pluma en sus manos con cuidado, pues por alguna razón esta parecía ser afilada, por raro que resultase. Ese aroma... De nuevo podía sentir un reconfortante perfume. ¿Venía de la pluma? La acercó a su rostro e inhaló. Sí... Es el mismo olor que sintió estando junto a Joffie. ¿Por qué? No estaba entendiendo nada. Esa mañana no tenía que trabajar, ya iría al club por la noche. Pero algo extraño estaba pasando con él. Empezaba a sentirse febril, con sudores y mareos. El corazón le latía con fuerza y cada vez le costaba más respirar. Primero pensó que tal vez sería un simple resfriado pero no. Nada más lejos de la realidad. El abrumador calor se extendía por su cuerpo mientras las fuerzas empezaban a fallarle. ¿Su celo? ¿Por qué ahora? Iba a dirigirse a su habitación para tumbarse en la cama pero se detuvo, observando la pluma que antes dejó sobre la mesita del comedor. No sabía por qué pero quería llevarla con él y así lo hizo. El tiempo pasó y Shinobu estaba tirado en su cama, sufriendo por los síntomas del celo mientras instintivamente olfateaba aquella pluma. Estaba siendo un celo muy intenso, insoportable. Su mente se desvanecía en una intensa neblina, era imposible pensar con claridad. Un pensamiento fugaz pasó por su mente, quería ayuda, necesitaba ayuda. Jofiel... Tomó su teléfono como pudo, buscó el contacto del rubio y marcó, esperando a que descolgara la llamada. Cuando la descolgó, solo pudo articular unas pocas palabras. -A-Ayu...da...me... Ngh... Po-Por favor...
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  • “We were not in thrall to destiny or fate, but merely the weight of our own choices. When we turned toward each other like flowers facing the sun, we were not fulfilling some prophecy or old story. We were writing our own.”
    “We were not in thrall to destiny or fate, but merely the weight of our own choices. When we turned toward each other like flowers facing the sun, we were not fulfilling some prophecy or old story. We were writing our own.”
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  • Fate, my friend, you say the strangest things
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ࣪⚝‧₊˚♡ @𝐀𝐁𝐈𝐒𝐌𝐎ˢⁱᵐʸᵉ0ⁿ;

    ㅤ𝅄︶ ͝ ⏝𝅄︶ ͝ ⏝𝅄︶ ͝ ⏝𝅄︶ ͝ ⏝𝅄⏝ ͝ ︶𝅄⏝ ͝ ︶𝅄
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    ㅤㅤㅤㅤ➥⵿꒷꒦ᤱ᪼␥᩠ᤱ Desde que se dio a la fuga, Abismo decidió tomar la decisión de aislarse y borrarse por completo, inclusive había tomado la medida de no regresar ni siquiera a su antiguo hogar para que nadie pudiera contactarlo; Había dado las firmes indicaciones a sus empleados que, en parte, se quedarían en la mansión para cuidarla, mantenerla y vigilarla, por otra parte, otro número pequeño de personal se encargó de estar con él y acompañarlo en este transcurso tan delicado.

    El omega se había refugiado en una casa de campo a las afueras de la ciudad que mas que casa, por supuesto se trataba de otra mansión, allí contaba con ganado y huerta de la cual sacaba provecho para cultivar sus alimentos, a su vez contaba con un bosque en el que aprovechaba también a recolectar lo que faltaba y muchos metros mas alejados contaban con otras viviendas de campesinos que dedicaban su vida al cultivo y la ganadería y que, incluso en ocasiones cuando este venia de visita le regalaban bastantes alimentos.

    Había contratado servicio de obra para poder remodelar la casa, específicamente una habitación la cual tenia que estar equipada para recibir a la bebé que estaba a semanas o incluso días de nacer, se sabia que en cualquier momento el omega daría a luz, por eso mismo luego decidieron equipar otra habitación más que contara como sala médica equipando todo debidamente, inclusive habían doctores que también estaban viviendo con el resto del personal, cada uno con sus respectivas habitaciones, y un dato importante, era que todo empleado era beta.

    Debido a su embarazo delicado como omega recesivo y su delicada situación física, llevó consigo una prenda bañada de feromonas para poder mantenerse en calma y aliviar los dolores del embarazo cada vez que olfateara, armando un pequeño nido en la habitación para descansar debidamente el resto del tiempo que quedaba.

    Sin duda el arreglo de las habitaciones habían sido magnificas y rápidamente lo equiparon con todo lo necesario, Abismo incluso compro ropa y chupetes nuevos y por supuesto, como un amante de los peluches iba a consentir a su bebé con muchos peluchitos lindos y suavecitos.

    —Pronto estarás en mis brazos, Aome.—

    Susurró mientras con ambas manos acariciaba suavemente su pancita crecida recibiendo como respuesta una suave patada de la pequeña.
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  • —Espera que el perrote tenga suerte olfateando, ya extraña a su amorcito hasta un punto que duele—
    —Espera que el perrote tenga suerte olfateando, ya extraña a su amorcito hasta un punto que duele—
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  • ⸻⸻𝕿𝖍𝖊 𝕷𝖆𝖘𝖙 𝕭𝖑𝖔𝖔𝖉⸻⸻


    ➤𝐶ℎ𝑎𝑝𝑡𝑒𝑟 3


    —Rumanía es preciosa— Pensaba Vicenzo Galilei mientras cotemplaba los bellos montes que se erguian como firmes baluartes naturales —Aqui fue donde conocí a mi bella Grecia... ¡Oh cuánto la extraño!— Lágrimas intentaban asomarse de entre sus ojos pero Gazú poso su mano en el hombro de Vicenzo y con voz firme recito

    ⟁No tenemos tiempo... ¿Donde esta?𓂀

    —Al otro lado de la ciudad— Vicenzo se racasba la cabeza de manera brusca y miraba a su alrededor con ojos perdidos

    ⟁Bien....𓂀 Respondió Gazú de manera precisa y continuo caminando sobre el amplio sendero donde estaban, Vicenzo se adelantó y bruscamente halo el brazo de Gazú

    —Pero antes debes prometerme una cosa—

    ⟁Soy todo oídos𓂀 Respondío Gazú inmovil como una gárgola de piedra

    —Mi Grecia.... La quiero de vuelta... Tus amos son unos perros pero se que tú tienes corazón... — Eso quería pensar Vicenzo —Por favor te llevaré allá y yo mismo fabricare el arma pero solo si me devuelves a mi Grecia— Desesperado, Vicenzo daba saltos y sacudía el brazo de Gazú.

    ⟁Bien𓂀 Gazú se soltó y continuo caminando sin ningúna expresión o palabra alguna que pueda dar por sentado algo, mas bien, Gazú es experto en el arte de la confusión el enigma y la intriga.

    En cambio Vicenzo no sabía si era un si o un no Pero le daba igual, confiaba en Gazú así que sin más ambos caminaron hasta llegar a un enorme cementerio abandonado.

    —...Y cuando ella me miró yo le dije... ¡Que hermosa te ves! Ella me sonrió porque le gustaba el vestido y yo...—

    ⟁¡Callate!𓂀 Gazú estaba harto de escuchar la misma historia de romance, Vicenzo hablaba de manera rápida y poco se le entendia pero molesto era por su cháchara intensa.

    ⟁Dime dónde esta𓂀

    —Dejame recordar— Vicenzo se agachó y bruscamente cogió hojas del suelo y las olfateaba al mismo tiempo que las saboreaba, era algo extraño pero para el tenia sentido. Gazú sabía que esto se iba a llevar un buen tiempo así que se sentó sobre una tumba que rezaba así:

    Q.D.E.P
    AQUI YACE LEGOLAS UN ARQUERO POCO CONOCIDO **

    Vicenzo recorrió todo el cementerio olfateando y besando las hojas hasta que grito saltando

    —¡Aquí! ¡Aquí!—

    Gazú se levantó y se dirigio hacia donde el estaba. Habia en el suelo una lápida común y una tumba común. Sin tiempo que perder Gazú abrió la tumba y dentro había una fosa profunda

    —¡Puack!— Vicenzo salto asqueado por el olor a cadáveres y excrementos

    Gazú enecendio un fuego en su mano y lo lanzo hacia la fosa, este fuego dió aviso de que la fosa no era profunda y no habia nada allí, solo cadáveres y restos de animales muertos.

    —No me digas que vas a entrar...—

    Gazú salto hacia la fosa y cayó dentro, la oscuridad le envolvia Pero volvió a encender una llamarada en su mano para guiarse.

    ⟁O bajas o yo mismo te bajaré 𓂀

    Vicenzo asqueado tuvo que bajar, así que sin más salto y cayó al suelo de la fosa, no de pie.

    #Monorol
    ◢✥𝐆azú✥◣
    ⸻⸻𝕿𝖍𝖊 𝕷𝖆𝖘𝖙 𝕭𝖑𝖔𝖔𝖉⸻⸻ ➤𝐶ℎ𝑎𝑝𝑡𝑒𝑟 3 —Rumanía es preciosa— Pensaba Vicenzo Galilei mientras cotemplaba los bellos montes que se erguian como firmes baluartes naturales —Aqui fue donde conocí a mi bella Grecia... ¡Oh cuánto la extraño!— Lágrimas intentaban asomarse de entre sus ojos pero Gazú poso su mano en el hombro de Vicenzo y con voz firme recito ⟁No tenemos tiempo... ¿Donde esta?𓂀 —Al otro lado de la ciudad— Vicenzo se racasba la cabeza de manera brusca y miraba a su alrededor con ojos perdidos ⟁Bien....𓂀 Respondió Gazú de manera precisa y continuo caminando sobre el amplio sendero donde estaban, Vicenzo se adelantó y bruscamente halo el brazo de Gazú —Pero antes debes prometerme una cosa— ⟁Soy todo oídos𓂀 Respondío Gazú inmovil como una gárgola de piedra —Mi Grecia.... La quiero de vuelta... Tus amos son unos perros pero se que tú tienes corazón... — Eso quería pensar Vicenzo —Por favor te llevaré allá y yo mismo fabricare el arma pero solo si me devuelves a mi Grecia— Desesperado, Vicenzo daba saltos y sacudía el brazo de Gazú. ⟁Bien𓂀 Gazú se soltó y continuo caminando sin ningúna expresión o palabra alguna que pueda dar por sentado algo, mas bien, Gazú es experto en el arte de la confusión el enigma y la intriga. En cambio Vicenzo no sabía si era un si o un no Pero le daba igual, confiaba en Gazú así que sin más ambos caminaron hasta llegar a un enorme cementerio abandonado. —...Y cuando ella me miró yo le dije... ¡Que hermosa te ves! Ella me sonrió porque le gustaba el vestido y yo...— ⟁¡Callate!𓂀 Gazú estaba harto de escuchar la misma historia de romance, Vicenzo hablaba de manera rápida y poco se le entendia pero molesto era por su cháchara intensa. ⟁Dime dónde esta𓂀 —Dejame recordar— Vicenzo se agachó y bruscamente cogió hojas del suelo y las olfateaba al mismo tiempo que las saboreaba, era algo extraño pero para el tenia sentido. Gazú sabía que esto se iba a llevar un buen tiempo así que se sentó sobre una tumba que rezaba así: Q.D.E.P AQUI YACE LEGOLAS UN ARQUERO POCO CONOCIDO ** Vicenzo recorrió todo el cementerio olfateando y besando las hojas hasta que grito saltando —¡Aquí! ¡Aquí!— Gazú se levantó y se dirigio hacia donde el estaba. Habia en el suelo una lápida común y una tumba común. Sin tiempo que perder Gazú abrió la tumba y dentro había una fosa profunda —¡Puack!— Vicenzo salto asqueado por el olor a cadáveres y excrementos Gazú enecendio un fuego en su mano y lo lanzo hacia la fosa, este fuego dió aviso de que la fosa no era profunda y no habia nada allí, solo cadáveres y restos de animales muertos. —No me digas que vas a entrar...— Gazú salto hacia la fosa y cayó dentro, la oscuridad le envolvia Pero volvió a encender una llamarada en su mano para guiarse. ⟁O bajas o yo mismo te bajaré 𓂀 Vicenzo asqueado tuvo que bajar, así que sin más salto y cayó al suelo de la fosa, no de pie. #Monorol ◢✥𝐆azú✥◣
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  • (Analepsis.)

    "𝑽𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂" _ 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 1

    Se había vengado. ¿Por qué entonces se sentía tan vacío?

    Aquella mañana había salido a recolectar madera, tal como su madre le había pedido; era necesaria para calentar el hogar por las noches y para preparar la comida. Su vida era sencilla; no necesitaba más. Tenía una familia que lo amaba, y para él, eso era suficiente. Lo querían como si fuera de su propia sangre. Al haberse convertido en el mayor de los cuatro hermanos, asumió la responsabilidad de cuidarlos y protegerlos de cualquier amenaza.

    Se agachaba para coger otra rama cuando lo olió. Ese olor pesado que dejaba un regusto metálico en la boca: sangre. Se incorporó y dejó caer la carga de madera que había recogido, desperdigando todo su esfuerzo por el suelo. Corrió. Corrió hasta que sus pulmones ardieron por el esfuerzo. Recordó esa misma sensación que había experimentado años atrás, cuando siendo un zorro, había huido de las llamas. El olor se hacía cada vez más intenso.

    —No, no, no... —murmuraba sin dejar de correr, sintiendo cómo su mandíbula se tensaba con cada segundo.

    Llegó al claro donde se encontraba su pequeña casa, respirando de forma irregular, con una mano en el pecho, luchando contra las náuseas. La lluvia comenzó a caer tímidamente, como si presagiara la tragedia, intensificándose a medida que pasaban los minutos.

    Caminaba apresuradamente hacia la casa, tropezando varias veces en el trayecto, mientras su mente iba más rápido de lo que su cuerpo podía seguir. Cuando llegó, la puerta estaba abierta, y el hedor de la sangre le impacto como una bofetada en la cara, haciéndole sentir que iba a devolver lo que había desayunado esa mañana. Se acercó y asomó la cabeza, encontrando una escena grotesca.

    Su respiración, agitada, se cortó de golpe, como si el filo de un cuchillo hubiese cortado el conducto que llevaba de aire sus pulmones. Su padre yacía boca abajo en el suelo, inmóvil, en un charco de sangre. En su mano sostenía una hoz impecable, lo que indicaba que ni siquiera había tenido la oportunidad de defenderse. Al fondo su madre, aferrada sobre los cuerpos de sus tres hermanos, como si hubiera intentado protegerlos a toda costa, sin éxito. Al igual que su padre, todos tenían múltiples heridas, incompatibles con la vida. Kazuo cayó de rodillas, impotente ante la escena. Un grito contenido salió de su garganta, desgarrador, sintiendo cómo su voz arañaba su traquea por dentro.

    Estaban muertos. Su amada familia estaba muerta. "¿Por qué?, ¿Por qué ellos?, ¿Qué habían hecho?". Las preguntas se agolpaban en la mente del zorro, entrando en un bucle inconexo mientras intentaba comprender lo sucedido. La tristeza se entrelazaba con una furia creciente, una furia que hacía brotar llamas azules a su alrededor mientras este se ponía en pie. Las llamas emitían un calor abrasador y voraz. La madera bajo sus pies crepitaba, y pronto la casa que había sido su hogar ardió engullida por las llamas. Kazuo caminó fuera lentamente, con el rostro empapado por la lluvia y sus lágrimas. Por primera vez, sus ojos habían perdido ese brillo característico, esa luz que los hacía tan especiales. Su cuerpo comenzó a transformarse. Las llamas danzaban por su piel, dejando una estela de pelaje color de luna, blanco y brillante. Su tamaño aumentó hasta que una criatura celestial emergió de las llamas: un gigantesco zorro blanco con dos colas oscilantes. Después tantos años su instinto lo había devuelto a su forma más primitiva, y también más poderosa.

    Olfateó el aire, y de inmediato su rostro se dirigió hacia una dirección concreta. Un gruñido gutural resonó en el bosque, proveniente de su pecho. Tras eso emprende una frenética carrera en esa dirección, donde había detectado el rastro de los culpables de tal agravio. Flanqueado por sus llamas color zafiro, este corría a través del bosque de una forma rápida y salvaje. Su juicio, nublado por la rabia, solo podía pensar en una cosa: "venganza".
    (Analepsis.) "𝑽𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂" _ 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 1 Se había vengado. ¿Por qué entonces se sentía tan vacío? Aquella mañana había salido a recolectar madera, tal como su madre le había pedido; era necesaria para calentar el hogar por las noches y para preparar la comida. Su vida era sencilla; no necesitaba más. Tenía una familia que lo amaba, y para él, eso era suficiente. Lo querían como si fuera de su propia sangre. Al haberse convertido en el mayor de los cuatro hermanos, asumió la responsabilidad de cuidarlos y protegerlos de cualquier amenaza. Se agachaba para coger otra rama cuando lo olió. Ese olor pesado que dejaba un regusto metálico en la boca: sangre. Se incorporó y dejó caer la carga de madera que había recogido, desperdigando todo su esfuerzo por el suelo. Corrió. Corrió hasta que sus pulmones ardieron por el esfuerzo. Recordó esa misma sensación que había experimentado años atrás, cuando siendo un zorro, había huido de las llamas. El olor se hacía cada vez más intenso. —No, no, no... —murmuraba sin dejar de correr, sintiendo cómo su mandíbula se tensaba con cada segundo. Llegó al claro donde se encontraba su pequeña casa, respirando de forma irregular, con una mano en el pecho, luchando contra las náuseas. La lluvia comenzó a caer tímidamente, como si presagiara la tragedia, intensificándose a medida que pasaban los minutos. Caminaba apresuradamente hacia la casa, tropezando varias veces en el trayecto, mientras su mente iba más rápido de lo que su cuerpo podía seguir. Cuando llegó, la puerta estaba abierta, y el hedor de la sangre le impacto como una bofetada en la cara, haciéndole sentir que iba a devolver lo que había desayunado esa mañana. Se acercó y asomó la cabeza, encontrando una escena grotesca. Su respiración, agitada, se cortó de golpe, como si el filo de un cuchillo hubiese cortado el conducto que llevaba de aire sus pulmones. Su padre yacía boca abajo en el suelo, inmóvil, en un charco de sangre. En su mano sostenía una hoz impecable, lo que indicaba que ni siquiera había tenido la oportunidad de defenderse. Al fondo su madre, aferrada sobre los cuerpos de sus tres hermanos, como si hubiera intentado protegerlos a toda costa, sin éxito. Al igual que su padre, todos tenían múltiples heridas, incompatibles con la vida. Kazuo cayó de rodillas, impotente ante la escena. Un grito contenido salió de su garganta, desgarrador, sintiendo cómo su voz arañaba su traquea por dentro. Estaban muertos. Su amada familia estaba muerta. "¿Por qué?, ¿Por qué ellos?, ¿Qué habían hecho?". Las preguntas se agolpaban en la mente del zorro, entrando en un bucle inconexo mientras intentaba comprender lo sucedido. La tristeza se entrelazaba con una furia creciente, una furia que hacía brotar llamas azules a su alrededor mientras este se ponía en pie. Las llamas emitían un calor abrasador y voraz. La madera bajo sus pies crepitaba, y pronto la casa que había sido su hogar ardió engullida por las llamas. Kazuo caminó fuera lentamente, con el rostro empapado por la lluvia y sus lágrimas. Por primera vez, sus ojos habían perdido ese brillo característico, esa luz que los hacía tan especiales. Su cuerpo comenzó a transformarse. Las llamas danzaban por su piel, dejando una estela de pelaje color de luna, blanco y brillante. Su tamaño aumentó hasta que una criatura celestial emergió de las llamas: un gigantesco zorro blanco con dos colas oscilantes. Después tantos años su instinto lo había devuelto a su forma más primitiva, y también más poderosa. Olfateó el aire, y de inmediato su rostro se dirigió hacia una dirección concreta. Un gruñido gutural resonó en el bosque, proveniente de su pecho. Tras eso emprende una frenética carrera en esa dirección, donde había detectado el rastro de los culpables de tal agravio. Flanqueado por sus llamas color zafiro, este corría a través del bosque de una forma rápida y salvaje. Su juicio, nublado por la rabia, solo podía pensar en una cosa: "venganza".
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