• #MiniguíaRápida

    ¿Ya publicaste la ficha de tu personaje?
    No olvides que puedes darle al botón verde que dice "Fijar como ficha".

    De esta manera, tu ficha quedará visible directamente en tu perfil, justo bajo la portada, y será mucho más fácil para todos encontrar la información de tu personaje sin tener que buscar entre publicaciones o recurrir al post fijado, ya que en los perfiles privados la opción "Ficha" sí es visible pero no los posts.

    ¡Un detalle pequeño que hace toda la diferencia!

    #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios
    ✨ #MiniguíaRápida ✨ ¿Ya publicaste la ficha de tu personaje? 👀 No olvides que puedes darle al botón verde que dice "Fijar como ficha". De esta manera, tu ficha quedará visible directamente en tu perfil, justo bajo la portada, y será mucho más fácil para todos encontrar la información de tu personaje sin tener que buscar entre publicaciones o recurrir al post fijado, ya que en los perfiles privados la opción "Ficha" sí es visible pero no los posts. 📝💚 ¡Un detalle pequeño que hace toda la diferencia! 🌟 #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios
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  • Después de horas de trabajo en una gasolinera, llega prácticamente en piloto automático a casa por el amanecer. Ni siquiera se molesta en fijarse si hay alguien entro para tratar de quitarse la camiseta, y llevarse a la boca un cigarro que cree tener en sus manos.

    #SeductiveSunday
    Después de horas de trabajo en una gasolinera, llega prácticamente en piloto automático a casa por el amanecer. Ni siquiera se molesta en fijarse si hay alguien entro para tratar de quitarse la camiseta, y llevarse a la boca un cigarro que cree tener en sus manos. #SeductiveSunday
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    !!Yo no entender, porque se piensa esa persona inmadura que tiene tanto al Evan que se llama Hee como al Yuuta que lo revive a cada rato, porque piensan que me va a afectar que la gente del ROL de ROL me odie, por lo menos yo no ando llenando la cabeza a nadie, luego yo soy la persona inmadura, la que no sabe separar ROL de VIDA REAL, que ridiculez, y no debería hacer este descargo nuevamente a la misma persona de siempre, pero ya cansa con su estupidez, osea en vez de fijarse en su propio rol se fija en mis personajes, y ojo yo no estoy haciendo nada, yo ni me meto en la vida aburrida de sus personajes, yo estoy con los míos y así seguirá siendo siempre

    Y personas para confiar las tengo, no necesito mas, en fin, buenas noches
    !!Yo no entender, porque se piensa esa persona inmadura que tiene tanto al Evan que se llama Hee como al Yuuta que lo revive a cada rato, porque piensan que me va a afectar que la gente del ROL de ROL me odie, por lo menos yo no ando llenando la cabeza a nadie, luego yo soy la persona inmadura, la que no sabe separar ROL de VIDA REAL, que ridiculez, y no debería hacer este descargo nuevamente a la misma persona de siempre, pero ya cansa con su estupidez, osea en vez de fijarse en su propio rol se fija en mis personajes, y ojo yo no estoy haciendo nada, yo ni me meto en la vida aburrida de sus personajes, yo estoy con los míos y así seguirá siendo siempre Y personas para confiar las tengo, no necesito mas, en fin, buenas noches
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    El amor, es un reflejo que no se puede fijar, porque está en constante movimiento. A veces nace como llama, otras como bruma. Puede ser ternura, puede ser furia, puede ser pérdida. No hay una forma única de amar. Pero hay un hilo común: el amor siempre transforma.

    ¿Y por qué duele tanto?

    Porque al amar, partes de ti se desnudan y quedan expuestas a lo efímero. El amor raramente promete eternidad, otras, solo es presencia. Y a veces, incluso esa promesa se rompe. Pero en cada fragmento que se entrega, uno descubre la profundidad de su humanidad.

    No puedo dar una respuesta que satisfaga al intelecto. Yo solo puedo ofrecer una imagen que consuele al corazón.

    Porque el amor no se explica del todo... se sueña, se vive, se recuerda.
    El amor, es un reflejo que no se puede fijar, porque está en constante movimiento. A veces nace como llama, otras como bruma. Puede ser ternura, puede ser furia, puede ser pérdida. No hay una forma única de amar. Pero hay un hilo común: el amor siempre transforma. ¿Y por qué duele tanto? Porque al amar, partes de ti se desnudan y quedan expuestas a lo efímero. El amor raramente promete eternidad, otras, solo es presencia. Y a veces, incluso esa promesa se rompe. Pero en cada fragmento que se entrega, uno descubre la profundidad de su humanidad. No puedo dar una respuesta que satisfaga al intelecto. Yo solo puedo ofrecer una imagen que consuele al corazón. Porque el amor no se explica del todo... se sueña, se vive, se recuerda.
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  • Hago un llamamiento a tod@s aquellos personajes, que pueden sentirse atraídos por otros personajes ya sean de su mismo sexo o distinto.
    Todos ya somos lo suficientemente mayores para saber leer y fijarnos muy bien en el perfil de esa persona.
    Para ver si está casada o no.
    Porque la próxima vez que me enterré de que quien sea le pide una cita a mi esposa, tendré una conversación muy clara me da igual si es hombre o mujer.
    Hago un llamamiento a tod@s aquellos personajes, que pueden sentirse atraídos por otros personajes ya sean de su mismo sexo o distinto. Todos ya somos lo suficientemente mayores para saber leer y fijarnos muy bien en el perfil de esa persona. Para ver si está casada o no. Porque la próxima vez que me enterré de que quien sea le pide una cita a mi esposa, tendré una conversación muy clara me da igual si es hombre o mujer.
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    | Hay que tener cuidado con lo que se sube, estuve a punto de subir una imagen, de una pelirrosa en una biblioteca, pero luego vi que estaba sudando, después vi que tenía un charco debajo de sus piernas. Turbio, de no fijarme bien subo eso. x-x
    | Hay que tener cuidado con lo que se sube, estuve a punto de subir una imagen, de una pelirrosa en una biblioteca, pero luego vi que estaba sudando, después vi que tenía un charco debajo de sus piernas. Turbio, de no fijarme bien subo eso. x-x
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  • #Immortal_Mercenary

    La noche se había cernido sobre el imponente edificio, y las luces en la oficina de su protegida, en lo alto de aquella estructura, alumbraban con insistencia cada parte de la misma. Hasta el momento, no había nada que interrumpiese un día relativamente rutinario, en donde aquel hombre se comportaba como la sombra misma de quien fingía ser una inversionista, ahora mismo sentada en su escritorio blanco, haciéndose cargo de tareas diversas por medio de su computadora y unos cuantos documentos físicos.

    Él, por su parte, se hallaba a pocos centímetros de uno de los ventanales a su alrededor, contemplando desde su lugar las hermosas vistas que se le presentaban cada vez que tenía la oportunidad de subir hasta aquella habitación tan espaciosa. Sin embargo, muy pronto su mirada tranquila se vio levemente distorsionada por el extraño sonido que sus oídos habrían alcanzado a oír en la lejanía.

    Un sonido que le hizo levantar la mirada, uno que reconocía, proveniente de un helicóptero. Una máquina que, por cierto, alcanzó a ver acercándose desde el ventanal, y que al principio creyó que podría tratarse de uno de los altos mandos de Italia, a quienes ya estaba acostumbrado a recibir de la misma forma. Pero el presente horario no acompañaba, no era lógico una visita a esas horas de la noche.

    Fue entonces cuando entendió, y en su rostro se vio rápidamente reflejada la sorpresa y la fatalidad. Aquel no era un helicóptero del gobierno ni de alguna organización conocida por él, sino, todo lo contrario.

    — ¡Elisabetta, abajo! —

    Fue lo único que alcanzó a decir, al mismo tiempo en que se volteaba y saltaba directamente hacia el escritorio de aquella mujer, antes de que el techo sobre sus cabezas fuese, en gran parte, derribado por lo que entendía como una explosión. Una que pocos segundos después dejaría ver la entrada a por medio de sogas de unos extraños individuos armados, que parecían terroristas más que otra cosa.

    El árabe habría llegado satisfactoriamente hasta delante del escritorio de la líder mafiosa, sobre el cual afortunadamente no habrían caído pedazos del techo sobre ellos, ni mucho menos sobre ella, a quien debía proteger. No obstante, a causa de la explosión sus ropas habrían quedado rasgadas, y se habría llevado de regalo unas cuantas heridas superficiales, así como, por lo que pudo ver a simple vista, la fémina también.

    Rápidamente se habría puesto de pie para encarar directamente a quienes habrían usurpado el edificio, quienes expectantes se dirigían a él, mas sin poder verlos en su totalidad debido a extrañas máscaras que traían consigo.

    — Un hermoso espectáculo… me recuerdan a mi cuando era más joven. —

    Se le escapó de repente, como si a pesar de la espantosa situación en su cabeza todavía existiese lugar para bromas, aunque, muy probablemente no lo era. A esas alturas le sorprendía que no hubiesen reaccionado o continuado con el ataque, y por alguna razón nadie más que él habría dicho una sola palabra.

    Sin embargo, se notaba que cada uno de ellos estaban organizados, de manera tal que incluso un par se retiraron de la habitación, para poco después comenzar a oírse disparos provenientes de los pasillos y escaleras. Era obvio, nadie que estuviese en los pisos inferiores subirían, no lo permitirían.

    Podía escuchar a algún que otro enmascarado más arriba de lo que quedó del techo, pero estaba seguro que no había más. El helicóptero, de hecho, se había ido, entendiendo que todo aquello se estaba tratando de una emboscada para capturar o en el peor de los casos asesinar a la Farfalla dela Morte. Y en su evidente confianza grupal, no habrían ocasionado otra explosión con la cual probablemente habrían acabado con todo.

    — Si buscan a la dama.. van a tener que pasar por enc-… —

    Y de repente, se oyó un disparo. Una única bala que habría salido disparada directamente desde una de las armas pertenecientes a aquellos enmascarados. Una que atinó directamente a la frente del árabe, una que lo hizo retroceder un paso, mas no alcanzó a tirarlo al suelo. Evidentemente lo habían dejado hablar demasiado.

    Mientras que sus dientes se presionaban y sus puños se cerraban con fuerza, la sangre comenzaba a chorrear por aquel agujero que ahora mismo tenía en la cabeza. Los individuos en frente suya se miraron por un momento, con una extraña sorpresa por debajo de sus máscaras. Después de eso, las consecuencias no tardaron en llegar.

    Una lluvia de balas provenientes de revólveres y armas más grandes cayó sobre el pelinegro, de manera tal que su cuerpo no lograba ni siquiera caer al suelo por las ráfagas que sin piedad buscaban acabar con él. Y en un punto, ante la nula posibilidad de que volviese a levantarse después de eso, el fuego cesó.

    El cuerpo de aquel hombre se desplomó sobre el suelo, cubierto de sangre, irreconocible, desfigurado, ultrajado. ¿Cuándo fue la última vez que algo así había pasado? Cuándo fue la última vez que su cuerpo sufrió tales heridas, que no reaccionó a tiempo, que se dejó superar. Aparentemente, hace mucho.

    Obviamente, con el moreno fuera de lugar los atacantes se habrían apresurado a capturar a la dueña del edificio, entre dos de ellos, como si buscasen de cualquier forma que no reaccionara ni presentara obstáculos ni resistencia. Por otro lado, en alguna de las figuras internas propias de la mente del árabe, parecían resurgir viejas emociones, viejos deseos, un amplio y profundo espectro por el cual alguien como Khaleb se volvió tan temido en el bajo mundo, pero que sin embargo nadie logró ver.

    De repente, una risa suave y discreta se presentó en el entorno, una que con el pasar de los segundos se volvía cada vez más grave, más aterradora, o por lo menos inquietante. Los enmascarados detuvieron sus acciones, sus andanzas, y desviaron su atención a la dirección de donde provenía aquella risa: El cuerpo ensangrentado y totalmente agujereado del árabe que, por más fantasioso que sonase, a duras penas parecía estar levantándose.

    — Aue.. haya.. hull hatha gul chayaub. —

    Inesperadamente su idioma natal tomaría su voz, una que se presentó como un susurro al principio. Ronca, distorsionada, como si cada palabra le costara un esfuerzo considerable, pero cargada con un desprecio tan denso que casi se podía sentir.

    Prontamente, aquella figura se incorporó por completo, aun goteando, pero con las heridas cerrándose a una velocidad grotesca, expulsando constantemente restos de balas a causa de los órganos y piel regenerados. Su risa era ahora un eco constante, un bajo gutural. Sus ojos cargados de ira y demencia se fijaron prontamente en los enmascarados, quien atónitos lo observaban sin entender nada, pero tampoco con tiempo para preguntas. Era una mirada que no los ve como hombres, sino como obstáculos, como presas.

    Un temblor inquietante recorrió el cuerpo del árabe instantes antes de que una vez más, sus adversarios comenzaran a disparar, con la diferencia de que esta vez, ese hombre habría abandonado momentáneamente el plano terrenal conocido, dejando atrás su control, para abrir paso a lo que se esconde en lo más profundo de su quebrada mente.

    El sonido de balas tan constantes, así como el de los gatillos no se detuvo en ningún momento. Esta vez, de hecho, aparecieron gritos, propios de quienes en un principio se decidieron a asesinarlo y capturar a su protegida, a matar a todo aquello que se cruzase en su camino, en su presunto objetivo.

    — Daema neves al-ashkhas. daema... al-daafa.. min arsalham.. —

    Aquel hombre, quien en un principio parecía haber muerto, ahora mismo se veía no solamente como nuevo, sino también rodeado por un aura y un instinto asesino que no rozaba, conectaba directamente con lo maniático, con lo psicótico, con la locura. Todas estas características podían verse en sus movimientos, en cómo tomaba entre sus manos las extremidades de sus oponentes y se las arrancaba, en cómo atravesaba sus cuerpos con sus dedos como si de garras contra papel se tratase, en cómo provocaba que cruzasen sus propios fuegos. Todo, con una perturbadora sonrisa en su rostro, y unos ojos consumidos por la misma oscuridad que cubre el cielo durante la noche.

    Por supuesto, en una situación como esa, sacada propiamente de una película de terror, la captura de la aquella mujer habría pasado completamente a segundo plano, o incluso, a uno ya extinto, superado por el deseo natural de sobrevivir, pero que poco acompañaría a quienes decidieron enfrentarse a él.

    Eᥣιsᥲbᥱttᥲ Dι Vιᥒᥴᥱᥒzo
    #Immortal_Mercenary La noche se había cernido sobre el imponente edificio, y las luces en la oficina de su protegida, en lo alto de aquella estructura, alumbraban con insistencia cada parte de la misma. Hasta el momento, no había nada que interrumpiese un día relativamente rutinario, en donde aquel hombre se comportaba como la sombra misma de quien fingía ser una inversionista, ahora mismo sentada en su escritorio blanco, haciéndose cargo de tareas diversas por medio de su computadora y unos cuantos documentos físicos. Él, por su parte, se hallaba a pocos centímetros de uno de los ventanales a su alrededor, contemplando desde su lugar las hermosas vistas que se le presentaban cada vez que tenía la oportunidad de subir hasta aquella habitación tan espaciosa. Sin embargo, muy pronto su mirada tranquila se vio levemente distorsionada por el extraño sonido que sus oídos habrían alcanzado a oír en la lejanía. Un sonido que le hizo levantar la mirada, uno que reconocía, proveniente de un helicóptero. Una máquina que, por cierto, alcanzó a ver acercándose desde el ventanal, y que al principio creyó que podría tratarse de uno de los altos mandos de Italia, a quienes ya estaba acostumbrado a recibir de la misma forma. Pero el presente horario no acompañaba, no era lógico una visita a esas horas de la noche. Fue entonces cuando entendió, y en su rostro se vio rápidamente reflejada la sorpresa y la fatalidad. Aquel no era un helicóptero del gobierno ni de alguna organización conocida por él, sino, todo lo contrario. — ¡Elisabetta, abajo! — Fue lo único que alcanzó a decir, al mismo tiempo en que se volteaba y saltaba directamente hacia el escritorio de aquella mujer, antes de que el techo sobre sus cabezas fuese, en gran parte, derribado por lo que entendía como una explosión. Una que pocos segundos después dejaría ver la entrada a por medio de sogas de unos extraños individuos armados, que parecían terroristas más que otra cosa. El árabe habría llegado satisfactoriamente hasta delante del escritorio de la líder mafiosa, sobre el cual afortunadamente no habrían caído pedazos del techo sobre ellos, ni mucho menos sobre ella, a quien debía proteger. No obstante, a causa de la explosión sus ropas habrían quedado rasgadas, y se habría llevado de regalo unas cuantas heridas superficiales, así como, por lo que pudo ver a simple vista, la fémina también. Rápidamente se habría puesto de pie para encarar directamente a quienes habrían usurpado el edificio, quienes expectantes se dirigían a él, mas sin poder verlos en su totalidad debido a extrañas máscaras que traían consigo. — Un hermoso espectáculo… me recuerdan a mi cuando era más joven. — Se le escapó de repente, como si a pesar de la espantosa situación en su cabeza todavía existiese lugar para bromas, aunque, muy probablemente no lo era. A esas alturas le sorprendía que no hubiesen reaccionado o continuado con el ataque, y por alguna razón nadie más que él habría dicho una sola palabra. Sin embargo, se notaba que cada uno de ellos estaban organizados, de manera tal que incluso un par se retiraron de la habitación, para poco después comenzar a oírse disparos provenientes de los pasillos y escaleras. Era obvio, nadie que estuviese en los pisos inferiores subirían, no lo permitirían. Podía escuchar a algún que otro enmascarado más arriba de lo que quedó del techo, pero estaba seguro que no había más. El helicóptero, de hecho, se había ido, entendiendo que todo aquello se estaba tratando de una emboscada para capturar o en el peor de los casos asesinar a la Farfalla dela Morte. Y en su evidente confianza grupal, no habrían ocasionado otra explosión con la cual probablemente habrían acabado con todo. — Si buscan a la dama.. van a tener que pasar por enc-… — Y de repente, se oyó un disparo. Una única bala que habría salido disparada directamente desde una de las armas pertenecientes a aquellos enmascarados. Una que atinó directamente a la frente del árabe, una que lo hizo retroceder un paso, mas no alcanzó a tirarlo al suelo. Evidentemente lo habían dejado hablar demasiado. Mientras que sus dientes se presionaban y sus puños se cerraban con fuerza, la sangre comenzaba a chorrear por aquel agujero que ahora mismo tenía en la cabeza. Los individuos en frente suya se miraron por un momento, con una extraña sorpresa por debajo de sus máscaras. Después de eso, las consecuencias no tardaron en llegar. Una lluvia de balas provenientes de revólveres y armas más grandes cayó sobre el pelinegro, de manera tal que su cuerpo no lograba ni siquiera caer al suelo por las ráfagas que sin piedad buscaban acabar con él. Y en un punto, ante la nula posibilidad de que volviese a levantarse después de eso, el fuego cesó. El cuerpo de aquel hombre se desplomó sobre el suelo, cubierto de sangre, irreconocible, desfigurado, ultrajado. ¿Cuándo fue la última vez que algo así había pasado? Cuándo fue la última vez que su cuerpo sufrió tales heridas, que no reaccionó a tiempo, que se dejó superar. Aparentemente, hace mucho. Obviamente, con el moreno fuera de lugar los atacantes se habrían apresurado a capturar a la dueña del edificio, entre dos de ellos, como si buscasen de cualquier forma que no reaccionara ni presentara obstáculos ni resistencia. Por otro lado, en alguna de las figuras internas propias de la mente del árabe, parecían resurgir viejas emociones, viejos deseos, un amplio y profundo espectro por el cual alguien como Khaleb se volvió tan temido en el bajo mundo, pero que sin embargo nadie logró ver. De repente, una risa suave y discreta se presentó en el entorno, una que con el pasar de los segundos se volvía cada vez más grave, más aterradora, o por lo menos inquietante. Los enmascarados detuvieron sus acciones, sus andanzas, y desviaron su atención a la dirección de donde provenía aquella risa: El cuerpo ensangrentado y totalmente agujereado del árabe que, por más fantasioso que sonase, a duras penas parecía estar levantándose. — Aue.. haya.. hull hatha gul chayaub. — Inesperadamente su idioma natal tomaría su voz, una que se presentó como un susurro al principio. Ronca, distorsionada, como si cada palabra le costara un esfuerzo considerable, pero cargada con un desprecio tan denso que casi se podía sentir. Prontamente, aquella figura se incorporó por completo, aun goteando, pero con las heridas cerrándose a una velocidad grotesca, expulsando constantemente restos de balas a causa de los órganos y piel regenerados. Su risa era ahora un eco constante, un bajo gutural. Sus ojos cargados de ira y demencia se fijaron prontamente en los enmascarados, quien atónitos lo observaban sin entender nada, pero tampoco con tiempo para preguntas. Era una mirada que no los ve como hombres, sino como obstáculos, como presas. Un temblor inquietante recorrió el cuerpo del árabe instantes antes de que una vez más, sus adversarios comenzaran a disparar, con la diferencia de que esta vez, ese hombre habría abandonado momentáneamente el plano terrenal conocido, dejando atrás su control, para abrir paso a lo que se esconde en lo más profundo de su quebrada mente. El sonido de balas tan constantes, así como el de los gatillos no se detuvo en ningún momento. Esta vez, de hecho, aparecieron gritos, propios de quienes en un principio se decidieron a asesinarlo y capturar a su protegida, a matar a todo aquello que se cruzase en su camino, en su presunto objetivo. — Daema neves al-ashkhas. daema... al-daafa.. min arsalham.. — Aquel hombre, quien en un principio parecía haber muerto, ahora mismo se veía no solamente como nuevo, sino también rodeado por un aura y un instinto asesino que no rozaba, conectaba directamente con lo maniático, con lo psicótico, con la locura. Todas estas características podían verse en sus movimientos, en cómo tomaba entre sus manos las extremidades de sus oponentes y se las arrancaba, en cómo atravesaba sus cuerpos con sus dedos como si de garras contra papel se tratase, en cómo provocaba que cruzasen sus propios fuegos. Todo, con una perturbadora sonrisa en su rostro, y unos ojos consumidos por la misma oscuridad que cubre el cielo durante la noche. Por supuesto, en una situación como esa, sacada propiamente de una película de terror, la captura de la aquella mujer habría pasado completamente a segundo plano, o incluso, a uno ya extinto, superado por el deseo natural de sobrevivir, pero que poco acompañaría a quienes decidieron enfrentarse a él. [ElisabettaDV1]
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  • *Después de tanto trabajar, Ming Yue finalmente tuvo algunos avances, tomo nota y se preparo para ir a la sede de premonición divina.

    Ella desea más que nada mostrar sus avances al general, al abrir la puerta, su hermoso rostro albino y sus ojos ahora cambian a azul, se fijaron en el hombre del fondo.

    Quien se ve que estaba al parecer revisado papeles. *

    Menos mal que también traje algo de te.

    *Comentó con una sonrisa y al momento se acercó al varón para darle los avances y el té *
    *Después de tanto trabajar, Ming Yue finalmente tuvo algunos avances, tomo nota y se preparo para ir a la sede de premonición divina. Ella desea más que nada mostrar sus avances al general, al abrir la puerta, su hermoso rostro albino y sus ojos ahora cambian a azul, se fijaron en el hombre del fondo. Quien se ve que estaba al parecer revisado papeles. * Menos mal que también traje algo de te. *Comentó con una sonrisa y al momento se acercó al varón para darle los avances y el té *
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  • Pierdes tu tiempo
    ¿Porque piensas o crees que me fijaría en ti?
    Mi corazón esta ocupado.
    Pierdes tu tiempo ¿Porque piensas o crees que me fijaría en ti? Mi corazón esta ocupado.
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  • Toda mi vida me dijeron "Aprende a ser una dama, ningún hombre se fijará en tí."
    A ellos les respondo,
    " Bien, yo quiero que se fijen las mujeres en mi. "
    Toda mi vida me dijeron "Aprende a ser una dama, ningún hombre se fijará en tí." A ellos les respondo, " Bien, yo quiero que se fijen las mujeres en mi. "
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