• -Ese día era el concierto, la joven Robin se subió al escenario entre luces y gritos de los fans, les dedico una dulce sonrisa bastante amable, con una mirada demasiado cálida. -

    Gracias a todos por venir..

    -Comenzo a hablar atrás vez del micrófono. -

    Me pone muy feliz de contar con todos ustedes en estos maravillosos momentos... Espero que disfrutemos de un hermoso concierto.
    Hoy abriré el show con una de mis favoritas, espero les guste.

    -Suspira mientras cierra los ojos, la música comenzó a sonar con una dulce melodia, empezado a cantar -
    https://youtu.be/6bR9S-W1mVw?si=wEs3x2QTHtOdKqk7
    -Ese día era el concierto, la joven Robin se subió al escenario entre luces y gritos de los fans, les dedico una dulce sonrisa bastante amable, con una mirada demasiado cálida. - Gracias a todos por venir.. -Comenzo a hablar atrás vez del micrófono. - Me pone muy feliz de contar con todos ustedes en estos maravillosos momentos... Espero que disfrutemos de un hermoso concierto. Hoy abriré el show con una de mis favoritas, espero les guste. -Suspira mientras cierra los ojos, la música comenzó a sonar con una dulce melodia, empezado a cantar - https://youtu.be/6bR9S-W1mVw?si=wEs3x2QTHtOdKqk7
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  • "𝓢𝓲𝓰𝓷𝓼 𝓸𝓯 𝓣𝓻𝓸𝓾𝓫𝓵𝓮"

    Motel "Town House" — Algún lugar entre Kansas y Arkansas | 03:47 AM

    El chillido de un neón maltrecho era el único sonido que se colaba por la ventana abierta. "MOTEL • TV • A/C • NO DEVILS ALLOWED" decía el letrero, parpadeando con más miedo que autoridad. A un costado del edificio, un par de máquinas expendedoras emitían luces verdes y rojas como si fuesen parte de un ritual improvisado. Y encima de todo eso… silencio. Ese tipo de silencio que siempre anticipa el desastre.

    Adentro de la habitación 6, una luz tenue iluminaba la escena.

    Un viejo celular Motorola Razr vibró contra la mesa de noche. Su tono predeterminado, una secuencia digital absurda, rompió el ambiente como una cuchillada en un santuario. El nombre que parpadeaba en pantalla era ilegible, distorsionado. Como si ni siquiera el propio aparato quisiera reconocer quién estaba del otro lado.

    Sentada en el borde de la cama, con las piernas cruzadas y los dedos envueltos en vendas oscuras, Tanya Miller tarareaba algo. Muy bajito. Como si la canción fuese un secreto solo para ella. Era esa misma melodía infantil que solía cantarle a los cadáveres con ojos vacíos que dejaba a su paso. Algo de un saco lleno de serpientes y un hombre al que nadie debería molestar de noche.

    Su chaqueta de cuero colgaba del respaldo de la silla, aún húmeda con lo que claramente no era agua bendita. En la mesa, una bala plateada bailaba al ritmo de sus dedos. Justo al lado, un frasquito con sal roja, cenizas y un mechón de cabello rubio.

    —¿Dónde estás, cariño? —murmuró con voz ronca, la mirada fija en el teléfono como si pudiera matarlo si parpadeaba.

    Los ángeles no se habían vuelto a reportar desde hacía horas.

    Los sueños estaban más agitados de lo normal.

    Y en el cielo, las estrellas parecían moverse.

    Era de esos días. De esos que huelen a sangre, a azufre… y a decisiones que no se pueden deshacer.

    El pitido de la tetera eléctrica anunció que el agua estaba lista. Tanya se levantó con pereza felina, dejando que el silencio volviera a reinar por un instante. Solo por un instante.

    Fuera de la habitación, algo se movía entre las sombras.

    Y el motel... empezaba a respirar.
    "𝓢𝓲𝓰𝓷𝓼 𝓸𝓯 𝓣𝓻𝓸𝓾𝓫𝓵𝓮" 📍 Motel "Town House" — Algún lugar entre Kansas y Arkansas | 03:47 AM El chillido de un neón maltrecho era el único sonido que se colaba por la ventana abierta. "MOTEL • TV • A/C • NO DEVILS ALLOWED" decía el letrero, parpadeando con más miedo que autoridad. A un costado del edificio, un par de máquinas expendedoras emitían luces verdes y rojas como si fuesen parte de un ritual improvisado. Y encima de todo eso… silencio. Ese tipo de silencio que siempre anticipa el desastre. Adentro de la habitación 6, una luz tenue iluminaba la escena. Un viejo celular Motorola Razr vibró contra la mesa de noche. Su tono predeterminado, una secuencia digital absurda, rompió el ambiente como una cuchillada en un santuario. El nombre que parpadeaba en pantalla era ilegible, distorsionado. Como si ni siquiera el propio aparato quisiera reconocer quién estaba del otro lado. Sentada en el borde de la cama, con las piernas cruzadas y los dedos envueltos en vendas oscuras, Tanya Miller tarareaba algo. Muy bajito. Como si la canción fuese un secreto solo para ella. Era esa misma melodía infantil que solía cantarle a los cadáveres con ojos vacíos que dejaba a su paso. Algo de un saco lleno de serpientes y un hombre al que nadie debería molestar de noche. Su chaqueta de cuero colgaba del respaldo de la silla, aún húmeda con lo que claramente no era agua bendita. En la mesa, una bala plateada bailaba al ritmo de sus dedos. Justo al lado, un frasquito con sal roja, cenizas y un mechón de cabello rubio. —¿Dónde estás, cariño? —murmuró con voz ronca, la mirada fija en el teléfono como si pudiera matarlo si parpadeaba. Los ángeles no se habían vuelto a reportar desde hacía horas. Los sueños estaban más agitados de lo normal. Y en el cielo, las estrellas parecían moverse. Era de esos días. De esos que huelen a sangre, a azufre… y a decisiones que no se pueden deshacer. El pitido de la tetera eléctrica anunció que el agua estaba lista. Tanya se levantó con pereza felina, dejando que el silencio volviera a reinar por un instante. Solo por un instante. Fuera de la habitación, algo se movía entre las sombras. Y el motel... empezaba a respirar.
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  • El maquillaje se había corrido por mi rostro, mezclándose con la sangre que goteaba desde el corte en mi labio inferior. No me moví del camerino abandonado, mi respiración entrecortada creando pequeñas nubes de vapor en el aire frío de la madrugada. Mis ojos, que siempre había mantenido fríos como el hielo de Tver, ahora reflejaban algo que no había sentido en años: una furia que amenazaba con consumirme desde adentro.

    Tres horas antes, estaba sobre el escenario del Teatro Nacional de Praga, ejecutando una presentación perfecta de Giselle mientras esperaba el momento preciso para eliminar al Coronel Viktor Petrov durante el segundo acto. Había planificado cada detalle: el veneno de acción rápida oculto en el anillo de mi tutú, la ruta de escape a través de los túneles subterráneos del teatro, incluso mi coartada perfecta como bailarina invitada.

    Pero cuando las luces se atenuaron y me acerqué al palco VIP, no fue el Coronel quien me esperaba. Eran Mikhail y Alexei, mis propios compañeros, con armas ya desenfundadas y sonrisas que helaron mi sangre más que cualquier invierno ruso que hubiera conocido.
    -Lo siento, malen'kaya balerina-, murmuró Mikhail con falsa lástima.
    -Órdenes de Dimitri. Sabes demasiado, te has vuelto demasiado... independiente.

    Independiente. La palabra resonó en mi cabeza como una bofetada. Yo, que había entregado mi infancia, mi alma, mi humanidad a esta organización. Yo, que había matado sin cuestionar durante años.

    La pelea que siguió fue brutal y desesperada. Mi entrenamiento en ballet se fusionó con años de combate letal: cada pirueta se convirtió en una patada mortal, cada salto esquivó balas por centímetros, toda la gracia que me habían enseñado se transformó en supervivencia pura. Logré eliminar a Mikhail con una daga oculta en mi zapatilla de punta, sintiendo cómo la hoja se hundía entre sus costillas con la misma precisión con que había ejecutado miles de movimientos.

    Pero Alexei... Alexei apuntó directo a mi corazón.
    Entonces ella apareció. Katya, mi hermana en todo excepto en sangre, se lanzó como un ángel vengador entre el cañón de su arma y mi pecho. El sonido del disparo resonó en el teatro vacío. Vi cómo se desplomó con una sonrisa en los labios, como si acabara de completar la actuación de su vida.

    -Vuela, hermana - Susurró con sus últimas palabras, su mano buscando la mía. -Vuela como nunca te dejaron volar.- Y ahí estaba yo, sentada entre los restos de lo que una vez fue mi vida, sosteniendo su medallón manchado de sangre. El dolor comenzó a transformarse en algo más frío, más peligroso. Por primera vez en años, una sonrisa cruel curvó mis labios ensangrentados.

    Habían cometido un error fatal. Me habían entrenado para ser la asesina perfecta, me habían enseñado a bailar con la muerte misma, y luego tuvieron la estupidez de convertirme en su enemiga. Me puse de pie con la elegancia que me habían inculcado desde niña, cada movimiento controlado y deliberado a pesar del dolor que atravesaba mi cuerpo. En el espejo agrietado del camerino, ya no vi a la obediente bailarina de la Mesa Alta.

    Vi a Irina Fyodorov, la huérfana de Tver que había perdido todo dos veces en su vida. Y esta vez, yo haría que el mundo pagara por ello.

    -Spasibo, Katya-, murmuré, limpiándome la sangre del labio con el dorso de la mano.
    -Ahora les enseñaré qué significa realmente bailar con la muerte.

    Salí del teatro caminando entre las sombras, llevándome conmigo la promesa silenciosa de una venganza que haría temblar hasta los cimientos de la Mesa Alta. Cada paso resonaba en el pavimento húmedo de Praga como el compás de una sinfonía que apenas comenzaba.
    Esa noche murió la bailarina obediente.

    Lo que emergió de entre las sombras fue algo mucho más peligroso. Algo que ellos mismos habían creado.
    Y ahora... era libre.
    El maquillaje se había corrido por mi rostro, mezclándose con la sangre que goteaba desde el corte en mi labio inferior. No me moví del camerino abandonado, mi respiración entrecortada creando pequeñas nubes de vapor en el aire frío de la madrugada. Mis ojos, que siempre había mantenido fríos como el hielo de Tver, ahora reflejaban algo que no había sentido en años: una furia que amenazaba con consumirme desde adentro. Tres horas antes, estaba sobre el escenario del Teatro Nacional de Praga, ejecutando una presentación perfecta de Giselle mientras esperaba el momento preciso para eliminar al Coronel Viktor Petrov durante el segundo acto. Había planificado cada detalle: el veneno de acción rápida oculto en el anillo de mi tutú, la ruta de escape a través de los túneles subterráneos del teatro, incluso mi coartada perfecta como bailarina invitada. Pero cuando las luces se atenuaron y me acerqué al palco VIP, no fue el Coronel quien me esperaba. Eran Mikhail y Alexei, mis propios compañeros, con armas ya desenfundadas y sonrisas que helaron mi sangre más que cualquier invierno ruso que hubiera conocido. -Lo siento, malen'kaya balerina-, murmuró Mikhail con falsa lástima. -Órdenes de Dimitri. Sabes demasiado, te has vuelto demasiado... independiente. Independiente. La palabra resonó en mi cabeza como una bofetada. Yo, que había entregado mi infancia, mi alma, mi humanidad a esta organización. Yo, que había matado sin cuestionar durante años. La pelea que siguió fue brutal y desesperada. Mi entrenamiento en ballet se fusionó con años de combate letal: cada pirueta se convirtió en una patada mortal, cada salto esquivó balas por centímetros, toda la gracia que me habían enseñado se transformó en supervivencia pura. Logré eliminar a Mikhail con una daga oculta en mi zapatilla de punta, sintiendo cómo la hoja se hundía entre sus costillas con la misma precisión con que había ejecutado miles de movimientos. Pero Alexei... Alexei apuntó directo a mi corazón. Entonces ella apareció. Katya, mi hermana en todo excepto en sangre, se lanzó como un ángel vengador entre el cañón de su arma y mi pecho. El sonido del disparo resonó en el teatro vacío. Vi cómo se desplomó con una sonrisa en los labios, como si acabara de completar la actuación de su vida. -Vuela, hermana - Susurró con sus últimas palabras, su mano buscando la mía. -Vuela como nunca te dejaron volar.- Y ahí estaba yo, sentada entre los restos de lo que una vez fue mi vida, sosteniendo su medallón manchado de sangre. El dolor comenzó a transformarse en algo más frío, más peligroso. Por primera vez en años, una sonrisa cruel curvó mis labios ensangrentados. Habían cometido un error fatal. Me habían entrenado para ser la asesina perfecta, me habían enseñado a bailar con la muerte misma, y luego tuvieron la estupidez de convertirme en su enemiga. Me puse de pie con la elegancia que me habían inculcado desde niña, cada movimiento controlado y deliberado a pesar del dolor que atravesaba mi cuerpo. En el espejo agrietado del camerino, ya no vi a la obediente bailarina de la Mesa Alta. Vi a Irina Fyodorov, la huérfana de Tver que había perdido todo dos veces en su vida. Y esta vez, yo haría que el mundo pagara por ello. -Spasibo, Katya-, murmuré, limpiándome la sangre del labio con el dorso de la mano. -Ahora les enseñaré qué significa realmente bailar con la muerte. Salí del teatro caminando entre las sombras, llevándome conmigo la promesa silenciosa de una venganza que haría temblar hasta los cimientos de la Mesa Alta. Cada paso resonaba en el pavimento húmedo de Praga como el compás de una sinfonía que apenas comenzaba. Esa noche murió la bailarina obediente. Lo que emergió de entre las sombras fue algo mucho más peligroso. Algo que ellos mismos habían creado. Y ahora... era libre.
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  • — Y ahora tomas esta parte, haces un nudo, lo pasas por detrás... y con un poco de habilidad tendrás una corbata perfectamente anudada, Kanae-chan. ♡

    Mencionaba con un tono cargado de efusividad, la pelirroja parecía divertirse al ayudar a Kanae a vestirse, jamás imaginó verse envuelta en una escena remotamente parecida pero se había dado cuenta de que "Kanae", a diferencia de Quanxi, era torpe en muchos ámbitos distintos, uno de ellos era la poca habilidad que poseía para realizar tareas cotidianas, como ponerse una corbata.

    Habían pasado un par de días desde que la bermeja la saco del hospital. Al principio, decidió seguir el juego de esta "nueva personalidad" de Quanxi para ver hasta donde podía llegar. Pero luego de convivir con ella había adquirido cierta comprensión y entendimiento hacía Kanae. Quanxi era estoica, y parecía que nada le perturbaba jamás, era una mujer capaz de partirte en dos sin esfuerzo alguno.

    Sin embargo, Kanae era inocente. Aunque conservaba varios rasgos de su anterior personalidad, estaba llena de curiosidad y una ingenuidad que jamás espero ver en alguien como la hibrida. Se esforzaba por entender lo que le rodeaba, y no parecía preocuparle demasiado su vida anterior, de hecho, no le había preguntado ni una sola vez como era antes.

    — Si quieres puedes dejarla con el nudo ya hecho, y separarla un poco cuando te la quites. De esa forma no tendrás que amarrarla cada vez...

    Como era de esperarse, ante esto Kanae reacciono con un puchero. Ella quería aprender a hacerla por si misma pues era algo que realizaría a diario. La frustración en su cara era evidente, pero el sonrojo en esta también por lo cual no pudo responder nada más que una mueca y un gesto ciertamente adorable.

    — Oya, oya... no me mires así, te enseñare hasta que lo tengas grabado en tu consciencia...

    La mirada de Kanae volvió a enfocarse en el espejo frente a ellas. Parecía estar conforme con eso, pero no dejaba de ruborizarse cada que sentía los toques de Makima a través de si misma. Por su parte la bermeja disfrutaba el contacto físico así como enseñarle cosas tan simples a la hibrida.

    — Y... ya esta.

    Hizo un último nudo para amarrar la parte larga de la corbata en la parte delantera, mientras que una pequeña parte de esta quedo en la parte trasera. Luego la pelirroja se sacudió las manos, como siempre hacía luego de un trabajo bien hecho. Se puso su propio sacó color negro, parte de su uniforme como jefa de Seguridad Publica, el cual le llegaba hasta las rodillas.

    Y luego le arrimo el suyo a Kanae, el cual era muy similar pero mucho más corto, y más que un sacó parecía una chaqueta de color negro, dejando ese detalle de lado, ambas compartían las mismas vestimentas, las cuales eran rudimentarias en su trabajo.

    — Kanae-chan... ¿estas lista para tu primer día? Estoy segura... de que matarás muchos demonios. ♡

    Menciono como si fuera la cosa más normal del mundo. Makima no le había hablado ni un poco de su vida anterior, pero un detalle que no dejo fuera es el hecho de que ambas cazaban demonios para "salvar a la gente inocente", cosa que enorgulleció a Kanae, y quiso retomar en cuanto tuvo la oportunidad.

    Hoy era su primer día, luego de un largo descanso y luego de todos los sucesos acontecidos gracias al Oblivion Devil. La pelirroja no sabía si estaba apresurándose, pero Kanae había insistido tanto que no le había dejado opción.

    ⋰----------⋯✦⋯---------⋱
    —[Quanxi ➹ Hʏʙʀɪᴅ of Bᴏᴡ]—
    — Y ahora tomas esta parte, haces un nudo, lo pasas por detrás... y con un poco de habilidad tendrás una corbata perfectamente anudada, Kanae-chan. ♡ Mencionaba con un tono cargado de efusividad, la pelirroja parecía divertirse al ayudar a Kanae a vestirse, jamás imaginó verse envuelta en una escena remotamente parecida pero se había dado cuenta de que "Kanae", a diferencia de Quanxi, era torpe en muchos ámbitos distintos, uno de ellos era la poca habilidad que poseía para realizar tareas cotidianas, como ponerse una corbata. Habían pasado un par de días desde que la bermeja la saco del hospital. Al principio, decidió seguir el juego de esta "nueva personalidad" de Quanxi para ver hasta donde podía llegar. Pero luego de convivir con ella había adquirido cierta comprensión y entendimiento hacía Kanae. Quanxi era estoica, y parecía que nada le perturbaba jamás, era una mujer capaz de partirte en dos sin esfuerzo alguno. Sin embargo, Kanae era inocente. Aunque conservaba varios rasgos de su anterior personalidad, estaba llena de curiosidad y una ingenuidad que jamás espero ver en alguien como la hibrida. Se esforzaba por entender lo que le rodeaba, y no parecía preocuparle demasiado su vida anterior, de hecho, no le había preguntado ni una sola vez como era antes. — Si quieres puedes dejarla con el nudo ya hecho, y separarla un poco cuando te la quites. De esa forma no tendrás que amarrarla cada vez... Como era de esperarse, ante esto Kanae reacciono con un puchero. Ella quería aprender a hacerla por si misma pues era algo que realizaría a diario. La frustración en su cara era evidente, pero el sonrojo en esta también por lo cual no pudo responder nada más que una mueca y un gesto ciertamente adorable. — Oya, oya... no me mires así, te enseñare hasta que lo tengas grabado en tu consciencia... La mirada de Kanae volvió a enfocarse en el espejo frente a ellas. Parecía estar conforme con eso, pero no dejaba de ruborizarse cada que sentía los toques de Makima a través de si misma. Por su parte la bermeja disfrutaba el contacto físico así como enseñarle cosas tan simples a la hibrida. — Y... ya esta. Hizo un último nudo para amarrar la parte larga de la corbata en la parte delantera, mientras que una pequeña parte de esta quedo en la parte trasera. Luego la pelirroja se sacudió las manos, como siempre hacía luego de un trabajo bien hecho. Se puso su propio sacó color negro, parte de su uniforme como jefa de Seguridad Publica, el cual le llegaba hasta las rodillas. Y luego le arrimo el suyo a Kanae, el cual era muy similar pero mucho más corto, y más que un sacó parecía una chaqueta de color negro, dejando ese detalle de lado, ambas compartían las mismas vestimentas, las cuales eran rudimentarias en su trabajo. — Kanae-chan... ¿estas lista para tu primer día? Estoy segura... de que matarás muchos demonios. ♡ Menciono como si fuera la cosa más normal del mundo. Makima no le había hablado ni un poco de su vida anterior, pero un detalle que no dejo fuera es el hecho de que ambas cazaban demonios para "salvar a la gente inocente", cosa que enorgulleció a Kanae, y quiso retomar en cuanto tuvo la oportunidad. Hoy era su primer día, luego de un largo descanso y luego de todos los sucesos acontecidos gracias al Oblivion Devil. La pelirroja no sabía si estaba apresurándose, pero Kanae había insistido tanto que no le había dejado opción. ⋰----------⋯✦⋯---------⋱ —[[TheNewKanae99]]—
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  • -Despues de lo ocurrido en Colonipenal, cuando Oti, hizo el ritual de Santo Grial.
    Se acercó a su hermano, le contó todo lo que paso cuando fue elegida como máster en esa guerra del santo grial, como cuando ayudó a sus amigos con su canción a salir de un laberinto, para cuando en otra escena, hecha por la esfera de realidad de Grady.

    Ella fue atrapada y desmantelada en varias partes, sus aliados en dicha guerra se pusieron en marcha para recuperar cada parte y como señorita Nota la ayudo cuando todas las piezas están listas, después caster (Señorita Nota) dejo el equipo.

    Derrotaron a Grady y recuperado a srtha nota, para averiguar la verdad y asi poner fin a los planes de Oti. -

    Y eso paso...

    -Sunday, escuchaba impactado todo lo que su hermana paso. Estaba... En shock. -
    -Despues de lo ocurrido en Colonipenal, cuando Oti, hizo el ritual de Santo Grial. Se acercó a su hermano, le contó todo lo que paso cuando fue elegida como máster en esa guerra del santo grial, como cuando ayudó a sus amigos con su canción a salir de un laberinto, para cuando en otra escena, hecha por la esfera de realidad de Grady. Ella fue atrapada y desmantelada en varias partes, sus aliados en dicha guerra se pusieron en marcha para recuperar cada parte y como señorita Nota la ayudo cuando todas las piezas están listas, después caster (Señorita Nota) dejo el equipo. Derrotaron a Grady y recuperado a srtha nota, para averiguar la verdad y asi poner fin a los planes de Oti. - Y eso paso... -Sunday, escuchaba impactado todo lo que su hermana paso. Estaba... En shock. -
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  • ¡Hoy es un día especial en FicRol!
    No uno, ni dos... ¡sino DOS (?) personajes están de cumpleaños hoy!
    Así que toca llenar el día de felicitaciones, buen rollo y mucho cariño para:

    Sophie Bach
    Mika Xiao Kim

    ¡Esperamos que todos reciban muchas escenas bonitas, abrazos en off y alguna que otra sorpresa!
    ¿Y tú? ¿Vas a felicitarles o a llevarles una trama de regalo?
    📅✨ ¡Hoy es un día especial en FicRol! ✨📅 No uno, ni dos... ¡sino DOS (?) personajes están de cumpleaños hoy! 🎉 Así que toca llenar el día de felicitaciones, buen rollo y mucho cariño para: 🎂 [Sophie.Doll] 🎂 [fable_silver_frog_194] ¡Esperamos que todos reciban muchas escenas bonitas, abrazos en off y alguna que otra sorpresa! 🎁 ¿Y tú? ¿Vas a felicitarles o a llevarles una trama de regalo?
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  • ⟡ 𝐌𝐢𝐜𝐫ó𝐟𝐨𝐧𝐨 · 𝐡𝐮𝐦𝐨 · 𝐲 · 𝐜𝐢𝐜𝐚𝐭𝐫𝐢𝐜𝐞𝐬 ⟡
    Fandom Oc
    Categoría Slice of Life
    El micrófono olía a metal viejo y a secretos mal dichos.
    Seren subió al escenario sin saludar, como siempre. No necesitaba presentación. Su voz la presentaba por ella.

    Ajustó los cables sin apuro, dejó que el silencio la empapara. Nadie hablaba en ese instante. Todos la miraban. Algunos esperaban una canción. Otros… una confesión.

    Y entonces cantó.

    No fue una melodía alegre, ni conocida. Era cruda, rasposa, con letras que parecían cicatrices.
    Cada palabra arrastraba algo más que sonido: arrastraba lo que nadie se atrevía a decir en voz alta.

    Un tipo del fondo encendió un cigarro. Una pareja dejó de hablar.
    Y ella, sin mirar a nadie, siguió.

    Cuando terminó, no hubo aplausos. Solo un eco suave…
    Y un susurro que no vino de ningún lado:

    "Esa canción sabía a verdad."
    El micrófono olía a metal viejo y a secretos mal dichos. Seren subió al escenario sin saludar, como siempre. No necesitaba presentación. Su voz la presentaba por ella. Ajustó los cables sin apuro, dejó que el silencio la empapara. Nadie hablaba en ese instante. Todos la miraban. Algunos esperaban una canción. Otros… una confesión. Y entonces cantó. No fue una melodía alegre, ni conocida. Era cruda, rasposa, con letras que parecían cicatrices. Cada palabra arrastraba algo más que sonido: arrastraba lo que nadie se atrevía a decir en voz alta. Un tipo del fondo encendió un cigarro. Una pareja dejó de hablar. Y ella, sin mirar a nadie, siguió. Cuando terminó, no hubo aplausos. Solo un eco suave… Y un susurro que no vino de ningún lado: "Esa canción sabía a verdad."
    Tipo
    Individual
    Líneas
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    Estado
    Disponible
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  • -sali a la tienda ya que faltaban cosas para la cena, y al volver, entre en silencio, encontrandome con una escena hermosa sonriendo y susurre, tomandoles una foto-

    Son muy tiernos

    Yoon Taejin
    [vision_crimson_squirrel_185]
    -sali a la tienda ya que faltaban cosas para la cena, y al volver, entre en silencio, encontrandome con una escena hermosa sonriendo y susurre, tomandoles una foto- Son muy tiernos [quasar_brass_crab_846] [vision_crimson_squirrel_185]
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  • Bienvenidos a la gira mundial de Pentakill
    Fandom League of legends
    Categoría Otros
    Starter para: Hwei El Visionario

    Pronto comenzaría la gira mundial de 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, el grupo de música metal en el que Sona era la dama de las cuerdas, aquella que se encargaba de que las melodías sonasen tenebrosas y duras acompañando a la voz del solista, Karthus.

    Aunque Sona tenía un pequeño secretito, cuando no estaba con los 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, estaba trabajando en solitario como DJ, había movido masas en solitario y le encantaba el amor que sus fans le habían ofrecido, había tenido oportunidad de conocer a las KD/A e incluso a los GIANTS y los Heartsteel.

    Se podía decir que gracias a 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, Sona pudo abrirse al mundo y ofrecerle todo aquello que generalmente solo guardaba para sus compañeros de grupo.

    Entre bastidores, la virtuosa se preparaba para la gira por toda Runaterra, estaba colocándose su peluca roja, pues no, no era pelirroja natural, su pelo era azul cielo, pero eso los fans no tenían por qué saberlo. Su mano tomaba un pincel con el que cargaba muchísima sombra de ojos negra y se hacía un ahumado en el ojo, lo que hacía que sus facciones se endurecieran y se marcasen, no es que Sona no fuera una mujer hermosa, es que usando aquel maquillaje se permitía poder tener otra personalidad una más abierta, más... 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩. FInalizó su rutina con un labial oscuro que la hizo parecer tan sensual como innaccesible, le tenía que dar las gracias a Kayle por aquel consejo.

    Pocos minutos después llamaron a la puerta, era Mordekaiser, que con cuidado asomaba su gran cabeza por la puerta, en el grupo se sabía que el gran lord bajista tenía debilidad por la teclista del grupo.

    — "Hey, nena... ¿Estás preparada?"

    Dijo con una voz de ultratumba pero irremediablemente dulce pues iba dirigida a su compañera.

    Sona hizo girar el taburete de su camerino y le sonrió con tanta amabilidad que se pudo escuchar el corazón de Mordekaiser partirse en mil añicos. Acto seguido asintió.

    — "Venga preciosa, el público espera"

    ¿Le había temblado la voz al bajista? Tal vez un poco.

    El primero en salir al escenario fue Olaf, que estaba empezando a marcar el compás en el que se iban a ir presentando sus compañeros, el segundo en salir a escena fue Yorick y su guitarra que hicieron un tenebroso solo de guitarra, lo que hizo que el público enloqueciera, seguidamente salió Mordekaiser entre llamas y su imponente bajo, y por tercer lugar, entre el humo y la desolación se elevó Sona en un precioso solo de teclado que le dio paso a su vocalista principal, Karthus, que tras un estallido de fuegos artificiales su voz se elevó por todo el recinto.

    El publico comenzó a gritar pues sabían lo que se avecinaba, la aparición de la segunda vocalista, Kayle. Que no tardó en aparecer mostrando sus imponentes alas y dejando que su voz melódica se entremezclase con la de Karthus.

    Todas aquellas armonías, todas aquellas notas hacían que Sona estuviera pletórica, estaba feliz por que por fin tras tanto tiempo, podía ser "ella misma" en un escenario.
    Starter para: [specter_maroon_goat_816] Pronto comenzaría la gira mundial de 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, el grupo de música metal en el que Sona era la dama de las cuerdas, aquella que se encargaba de que las melodías sonasen tenebrosas y duras acompañando a la voz del solista, Karthus. Aunque Sona tenía un pequeño secretito, cuando no estaba con los 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, estaba trabajando en solitario como DJ, había movido masas en solitario y le encantaba el amor que sus fans le habían ofrecido, había tenido oportunidad de conocer a las KD/A e incluso a los GIANTS y los Heartsteel. Se podía decir que gracias a 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, Sona pudo abrirse al mundo y ofrecerle todo aquello que generalmente solo guardaba para sus compañeros de grupo. Entre bastidores, la virtuosa se preparaba para la gira por toda Runaterra, estaba colocándose su peluca roja, pues no, no era pelirroja natural, su pelo era azul cielo, pero eso los fans no tenían por qué saberlo. Su mano tomaba un pincel con el que cargaba muchísima sombra de ojos negra y se hacía un ahumado en el ojo, lo que hacía que sus facciones se endurecieran y se marcasen, no es que Sona no fuera una mujer hermosa, es que usando aquel maquillaje se permitía poder tener otra personalidad una más abierta, más... 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩. FInalizó su rutina con un labial oscuro que la hizo parecer tan sensual como innaccesible, le tenía que dar las gracias a Kayle por aquel consejo. Pocos minutos después llamaron a la puerta, era Mordekaiser, que con cuidado asomaba su gran cabeza por la puerta, en el grupo se sabía que el gran lord bajista tenía debilidad por la teclista del grupo. — "Hey, nena... ¿Estás preparada?" Dijo con una voz de ultratumba pero irremediablemente dulce pues iba dirigida a su compañera. Sona hizo girar el taburete de su camerino y le sonrió con tanta amabilidad que se pudo escuchar el corazón de Mordekaiser partirse en mil añicos. Acto seguido asintió. — "Venga preciosa, el público espera" ¿Le había temblado la voz al bajista? Tal vez un poco. El primero en salir al escenario fue Olaf, que estaba empezando a marcar el compás en el que se iban a ir presentando sus compañeros, el segundo en salir a escena fue Yorick y su guitarra que hicieron un tenebroso solo de guitarra, lo que hizo que el público enloqueciera, seguidamente salió Mordekaiser entre llamas y su imponente bajo, y por tercer lugar, entre el humo y la desolación se elevó Sona en un precioso solo de teclado que le dio paso a su vocalista principal, Karthus, que tras un estallido de fuegos artificiales su voz se elevó por todo el recinto. El publico comenzó a gritar pues sabían lo que se avecinaba, la aparición de la segunda vocalista, Kayle. Que no tardó en aparecer mostrando sus imponentes alas y dejando que su voz melódica se entremezclase con la de Karthus. Todas aquellas armonías, todas aquellas notas hacían que Sona estuviera pletórica, estaba feliz por que por fin tras tanto tiempo, podía ser "ella misma" en un escenario.
    Tipo
    Individual
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  • BACKSTAGE // SUMMERSLAM 2025 — NEW JERSEY — KICK OFF

    Las luces del pabellón vibran con anticipación. Una mezcla eléctrica de sonido, cámaras y latidos de adrenalina envuelve cada pasillo del backstage. Allí, en el epicentro del caos controlado, se encuentra Naoki — no luchadora, sino la arquitecta visual de cada estrella.

    Vestida con un jumpsuit negro de vinilo y detalles metálicos rojos, lleva su propio kit de maquillaje a modo de cinturón futurista. Su maquillaje ya está impecable: piel lisa, delineado felino y labios labio rojo oscuro. Gloriosa y letal.

    Mientras termina de redefinir un contorno perfecto en Rhea Ripley, su mirada se cruza con la cámara. Una chispa de desafío: hoy no despeina el show, ella es el show.

    —Luces preciosa. —Le sonríe a Rhea al final de ponerle apenas un poquito de iluminador debajo de la ceja y con voz suave pero cargada de galaxias.

    Acto seguido, el campeón mundial, Gunther entra en escena. Se inclina hacia ella, le da un beso fugaz en la mejilla, y ella se aparta con una sonrisa divertida.

    —Un beso no es para la buena suerte pero sí para un día memorable.

    #NaokiIshikawa #WWE #Summerslam2025 #NJTakeover #MakeupArtistQueen #BackstageBoss
    BACKSTAGE // SUMMERSLAM 2025 — NEW JERSEY — KICK OFF Las luces del pabellón vibran con anticipación. Una mezcla eléctrica de sonido, cámaras y latidos de adrenalina envuelve cada pasillo del backstage. Allí, en el epicentro del caos controlado, se encuentra Naoki — no luchadora, sino la arquitecta visual de cada estrella. Vestida con un jumpsuit negro de vinilo y detalles metálicos rojos, lleva su propio kit de maquillaje a modo de cinturón futurista. Su maquillaje ya está impecable: piel lisa, delineado felino y labios labio rojo oscuro. Gloriosa y letal. Mientras termina de redefinir un contorno perfecto en Rhea Ripley, su mirada se cruza con la cámara. Una chispa de desafío: hoy no despeina el show, ella es el show. —Luces preciosa. —Le sonríe a Rhea al final de ponerle apenas un poquito de iluminador debajo de la ceja y con voz suave pero cargada de galaxias. Acto seguido, el campeón mundial, Gunther entra en escena. Se inclina hacia ella, le da un beso fugaz en la mejilla, y ella se aparta con una sonrisa divertida. —Un beso no es para la buena suerte pero sí para un día memorable. 📸 #NaokiIshikawa #WWE #Summerslam2025 #NJTakeover #MakeupArtistQueen #BackstageBoss
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