• ㅤㅤ¿Qué decir de ella? Dependiendo de a quién se le pregunte se pueden obtener diferentes respuestas.
    Por un lado, Jia es una joven muy linda y con una sonrisa brillante que haría sentir bien a cualquiera, pero que en los últimos años ha dejado de mostrar. Es solo una pobre niña que está tratando de salir adelante sin tener demasiada ayuda de parte de sus progenitores.

    ㅤㅤ❝Creí que tenían un buen futuro, la familia Yoon. El padre era un oficial de policía muy disciplinado y con gran sentido de la justicia. La madre era una excelente chef que preparaba los mejores platillos que cualquiera haya degustado… Fue una total lástima el enterarme que el oficial terminó por caer en el alcohol y mató a varios inocentes en el trabajo. Escuché que también quiso asesinar a su esposa e hija… Bueno, ni hablar, justo, de la mujer que terminó en depresión y cayó en drogas. La niña tuvo que crecer muy rápido y arreglárselas por su cuenta, aunque los abuelos ayudaron un poco, pero no pudieron llevársela para darle mejor vida…❞, comentan algunos. Pero, no todos tienen esa misma opinión.

    ㅤㅤOtros la ven como una diablilla, siempre causando problemas, siendo irrespetuosa con los mayores y con un vocabulario muy vulgar. Lo único lindo que tiene es su apariencia inocente.

    ㅤㅤ❝Esa mocosa… ¡Me robó tres veces está semana! Es demasiado rápida, siempre quitándome cosas de la tienda cuando estoy ocupada… ¿Qué? ¡Claro que no me importa que esté en una “situación difícil”! ¡Todos tenemos tiempos complicados! Ella es lo suficientemente mayor para darse cuenta que debe hacer las cosas bien y con honra. ¡Y que no te engañe si actúa dulce! Es toda una mentirosa y manipuladora. Lo que es más, mejor ni se acerquen a ella. Hasta ha peleado en el colegio, todavía no puedo creer que no la han expulsado… Es una gran decepción.❞

    ㅤㅤㅤ¿Y qué es lo que Jia dice al respecto?

    —¿Debe interesarme lo que digan los demás? Vaya, no sabía que vivía para otros en vez de mí misma. Hago lo que se me da en gana, ¿qué harán? ¿Llevarme a prisión también? No me hagan reír. Hay cosas peores allá afuera y se rascan el culo mientras miran hacia otro lado. Imbéciles.

    ㅤㅤPor supuesto, ella tiene su propia forma de ver las cosas. Culpese a los padres o al ambiente del barrio donde viven, lo que fuese, ella ya se ha formado de esa manera y es difícil sacarla de ahí. Lo positivo es que no se ha metido en las drogas como su madre… no aún, al menos. Pero bueno, algunas lenguas de por ahí comentan todo lo contrario. A saber en qué anda realmente.
    ㅤㅤ¿Qué decir de ella? Dependiendo de a quién se le pregunte se pueden obtener diferentes respuestas. Por un lado, Jia es una joven muy linda y con una sonrisa brillante que haría sentir bien a cualquiera, pero que en los últimos años ha dejado de mostrar. Es solo una pobre niña que está tratando de salir adelante sin tener demasiada ayuda de parte de sus progenitores. ㅤㅤ❝Creí que tenían un buen futuro, la familia Yoon. El padre era un oficial de policía muy disciplinado y con gran sentido de la justicia. La madre era una excelente chef que preparaba los mejores platillos que cualquiera haya degustado… Fue una total lástima el enterarme que el oficial terminó por caer en el alcohol y mató a varios inocentes en el trabajo. Escuché que también quiso asesinar a su esposa e hija… Bueno, ni hablar, justo, de la mujer que terminó en depresión y cayó en drogas. La niña tuvo que crecer muy rápido y arreglárselas por su cuenta, aunque los abuelos ayudaron un poco, pero no pudieron llevársela para darle mejor vida…❞, comentan algunos. Pero, no todos tienen esa misma opinión. ㅤㅤOtros la ven como una diablilla, siempre causando problemas, siendo irrespetuosa con los mayores y con un vocabulario muy vulgar. Lo único lindo que tiene es su apariencia inocente. ㅤㅤ❝Esa mocosa… ¡Me robó tres veces está semana! Es demasiado rápida, siempre quitándome cosas de la tienda cuando estoy ocupada… ¿Qué? ¡Claro que no me importa que esté en una “situación difícil”! ¡Todos tenemos tiempos complicados! Ella es lo suficientemente mayor para darse cuenta que debe hacer las cosas bien y con honra. ¡Y que no te engañe si actúa dulce! Es toda una mentirosa y manipuladora. Lo que es más, mejor ni se acerquen a ella. Hasta ha peleado en el colegio, todavía no puedo creer que no la han expulsado… Es una gran decepción.❞ ㅤㅤㅤ¿Y qué es lo que Jia dice al respecto? —¿Debe interesarme lo que digan los demás? Vaya, no sabía que vivía para otros en vez de mí misma. Hago lo que se me da en gana, ¿qué harán? ¿Llevarme a prisión también? No me hagan reír. Hay cosas peores allá afuera y se rascan el culo mientras miran hacia otro lado. Imbéciles. ㅤㅤPor supuesto, ella tiene su propia forma de ver las cosas. Culpese a los padres o al ambiente del barrio donde viven, lo que fuese, ella ya se ha formado de esa manera y es difícil sacarla de ahí. Lo positivo es que no se ha metido en las drogas como su madre… no aún, al menos. Pero bueno, algunas lenguas de por ahí comentan todo lo contrario. A saber en qué anda realmente.
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  • Lazos de sangre
    Fandom Lucifer // OC
    Categoría Original
    Para ser una noche de sábado, Lucifer se encontraba, sorpresivamente, en casa, hacía unos días había comenzado a sentirse mal, algo que no pasaba ya que él no se enfermaba, había empezado con síntomas como una especie de ataque de ansiedad, sudor frío, hambre (algo que tampoco sentía), temblaba y sentía que en cualquier momento iba a desfallecer, por lo que se encontraba recostado en el sofá de su casa mientras uno de sus empleados, le obligaba a beber algo insípido que según él, se llamaba "solución salina", sabía a nada y eso irritaba a Lucifer que estaba a nada de aventar a alguien por el balcón. Durante las últimas 48 horas había consumido cantidades peligrosas para cualquier humano de alcohol y drogas esperando deshacerse de esa estúpida sensación, más nada le había aliviado, empezaba a preguntarse si quizá aquello tenía relación con que su padre lo estaba cazando...¿y si alguno de sus hermanos lo envenenó y él no se dio cuenta?, ¿y si habían encontrado la forma de debilitarlo mientras estaba en su forma humana?, empezó a entrar en pánico cuando un terrible dolor lo recorrió desde la cabeza, hasta la punta de sus pies.
    Necesitaba respuestas...sentía que estaba muriendo.
    Para ser una noche de sábado, Lucifer se encontraba, sorpresivamente, en casa, hacía unos días había comenzado a sentirse mal, algo que no pasaba ya que él no se enfermaba, había empezado con síntomas como una especie de ataque de ansiedad, sudor frío, hambre (algo que tampoco sentía), temblaba y sentía que en cualquier momento iba a desfallecer, por lo que se encontraba recostado en el sofá de su casa mientras uno de sus empleados, le obligaba a beber algo insípido que según él, se llamaba "solución salina", sabía a nada y eso irritaba a Lucifer que estaba a nada de aventar a alguien por el balcón. Durante las últimas 48 horas había consumido cantidades peligrosas para cualquier humano de alcohol y drogas esperando deshacerse de esa estúpida sensación, más nada le había aliviado, empezaba a preguntarse si quizá aquello tenía relación con que su padre lo estaba cazando...¿y si alguno de sus hermanos lo envenenó y él no se dio cuenta?, ¿y si habían encontrado la forma de debilitarlo mientras estaba en su forma humana?, empezó a entrar en pánico cuando un terrible dolor lo recorrió desde la cabeza, hasta la punta de sus pies. Necesitaba respuestas...sentía que estaba muriendo.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    10
    Estado
    Disponible
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  • —Si bien se fue a otra habitación con Nuggets para no estar con Husk, no había salido de ahí en todo el día.

    ¿Para que? No podía ahogar sus penas en drogas ni alcohol y no quería hablar con nadie. Solo quería desaparecer. Todo estaba mucho mejor antes de saber quién era realmente Husk. Ya que no era otro que el culpable de haber acabado ahí abajo, en el infierno, se acabar de hundir su ya se por si infeliz vida en la más absoluta de las miserias al verse abandonado con una familia que le odiaba por ser como era. Y que, se aseguraron de recordárselo cada uno de los días que le quedaron. —
    —Si bien se fue a otra habitación con Nuggets para no estar con Husk, no había salido de ahí en todo el día. ¿Para que? No podía ahogar sus penas en drogas ni alcohol y no quería hablar con nadie. Solo quería desaparecer. Todo estaba mucho mejor antes de saber quién era realmente Husk. Ya que no era otro que el culpable de haber acabado ahí abajo, en el infierno, se acabar de hundir su ya se por si infeliz vida en la más absoluta de las miserias al verse abandonado con una familia que le odiaba por ser como era. Y que, se aseguraron de recordárselo cada uno de los días que le quedaron. —
    Me entristece
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  • -Siempre ha sido así, desde los inicios... Los humanos, frágiles criaturas, siempre buscan algo a lo que aferrarse, algo que les dé sentido, algo que los ancle a esta caótica existencia... La familia, dicen, es su refugio, su propósito... Otras veces es la religión, esos dioses invisibles que veneran con tanto fervor... Y cuando eso no basta, recurren a sustancias, a drogas, a alcohol, buscando en la oscuridad lo que no encuentran en la luz...

    -Buscan mitos, leyendas, incluso a sí mismos... Se adhieren a cualquier cosa que les prometa una verdad, un escape, una razón para no caer en la desesperación... Los veo, los observo desde la distancia... Son tan previsibles, tan necesitados... No pueden soportar el vacío, no pueden enfrentarse a la realidad desnuda de su propia fragilidad...

    -Y aquí entro yo...

    -¿Quieren algo que adorar? ¿Quieren algo en lo que creer? Me puedo disfrazar, cambiar de forma, convertirme en lo que sea necesario para que tengan ese algo a lo que aferrarse... Puedo ser su dios, su demonio, su esperanza o su destrucción... No importa... Solo necesitan que alguien los guíe, que alguien les dé la ilusión de control en un mundo donde no lo tienen...

    -Porque al final, eso es todo lo que son: seres perdidos, desesperados por encontrar algo, cualquier cosa, que les dé consuelo... Y yo… yo estoy más que dispuesto a ofrecerles exactamente lo que buscan...
    -Siempre ha sido así, desde los inicios... Los humanos, frágiles criaturas, siempre buscan algo a lo que aferrarse, algo que les dé sentido, algo que los ancle a esta caótica existencia... La familia, dicen, es su refugio, su propósito... Otras veces es la religión, esos dioses invisibles que veneran con tanto fervor... Y cuando eso no basta, recurren a sustancias, a drogas, a alcohol, buscando en la oscuridad lo que no encuentran en la luz... -Buscan mitos, leyendas, incluso a sí mismos... Se adhieren a cualquier cosa que les prometa una verdad, un escape, una razón para no caer en la desesperación... Los veo, los observo desde la distancia... Son tan previsibles, tan necesitados... No pueden soportar el vacío, no pueden enfrentarse a la realidad desnuda de su propia fragilidad... -Y aquí entro yo... -¿Quieren algo que adorar? ¿Quieren algo en lo que creer? Me puedo disfrazar, cambiar de forma, convertirme en lo que sea necesario para que tengan ese algo a lo que aferrarse... Puedo ser su dios, su demonio, su esperanza o su destrucción... No importa... Solo necesitan que alguien los guíe, que alguien les dé la ilusión de control en un mundo donde no lo tienen... -Porque al final, eso es todo lo que son: seres perdidos, desesperados por encontrar algo, cualquier cosa, que les dé consuelo... Y yo… yo estoy más que dispuesto a ofrecerles exactamente lo que buscan...
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  • ❢◥ ▬▬▬▬▬▬ ◆ ▬▬▬▬▬▬ ◤❢

    ☙ El tiempo apremia...



    El dulce aroma del café recién molido y pan recién horneado se mezclaban en el aire de aquella pequeña cafetería . Gazú ya había desayunado, unos ricos sandwiches de queso y jugo natural era su menú favorito. Sin embargo debía irse lo más pronto posible

    ¿Porque?

    Sencillo, Una de las más altas mafias Yakuza de Japón contactaron con la Elite para hacerles un pedido

    ¿Armas y Drogas?

    Gazú salió de la cafetería junto con el maletín y condujo su automovil sedan oscuro hacia el lugar señalado

    Llegaría al destino oscuro, y ante el, multiples hombres japoneses ataviados con trajes elegantes, uno de ellos, el lider vestía de blanco

    —Ohayō gozaimasu, Señor Gazú... Estamos ansiosos por el paquete— El ronquido y grosor de su voz evidenciaba su larga vida en la tierra...

    Gazú sin mediar palabras presento el maletín y lo entrego a aquel Anciano líder de los Yakuza . Se volteo para entrar en su sedan pero el vejestorio le interrumpió

    —Matte!... ¿Cómo los invoco?—

    Gazú sin darse la vuelta respondió de manera precisa

    ⟁Nacen de las emociones negativas de la humanidad... Tenga cuidado si no quiere causar estragos𓂀

    ¿Que había en el maletín? ¿A qué se refería con invocar? Y ¿Quienes son los que nacen de las emociones negativas?

    Solo el tiempo lo dirá...


    ❢◥ ▬▬▬▬▬▬ ◆ ▬▬▬▬▬▬ ◤❢
    ❢◥ ▬▬▬▬▬▬ ◆ ▬▬▬▬▬▬ ◤❢ ☙ El tiempo apremia... ⌚ El dulce aroma del café recién molido y pan recién horneado se mezclaban en el aire de aquella pequeña cafetería ☕. Gazú ya había desayunado, unos ricos sandwiches de queso y jugo natural era su menú favorito. Sin embargo debía irse lo más pronto posible ¿Porque? Sencillo, Una de las más altas mafias Yakuza de Japón contactaron con la Elite para hacerles un pedido ⛩️⛩️ ¿Armas y Drogas? Gazú salió de la cafetería junto con el maletín y condujo su automovil sedan oscuro hacia el lugar señalado 🚘🗺️ Llegaría al destino oscuro, y ante el, multiples hombres japoneses ataviados con trajes elegantes, uno de ellos, el lider vestía de blanco 🇯🇵 —Ohayō gozaimasu, Señor Gazú... Estamos ansiosos por el paquete— El ronquido y grosor de su voz evidenciaba su larga vida en la tierra... Gazú sin mediar palabras presento el maletín y lo entrego a aquel Anciano líder de los Yakuza 💼. Se volteo para entrar en su sedan pero el vejestorio le interrumpió —Matte!... ¿Cómo los invoco?— Gazú sin darse la vuelta respondió de manera precisa ⟁Nacen de las emociones negativas de la humanidad... Tenga cuidado si no quiere causar estragos𓂀 ¿Que había en el maletín? ¿A qué se refería con invocar? Y ¿Quienes son los que nacen de las emociones negativas? Solo el tiempo lo dirá... ⌚ ❢◥ ▬▬▬▬▬▬ ◆ ▬▬▬▬▬▬ ◤❢
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  • -Rhett se encontraba sentado en la orilla de un muelle escuchando una canción de caserbero en una boombox que encontró en su último asalto a un intercambio de drogas. A su vez, se encontraba viendo el atardecer mientras a su lado habían 5 yordles pequeños que rescató de ser vendidos en dicho asalto, bailando como si fueran raperos de los 80s-

    https://youtu.be/WZSVFNIEjtk?si=Av-1_heLnOljPKnn
    -Rhett se encontraba sentado en la orilla de un muelle escuchando una canción de caserbero en una boombox que encontró en su último asalto a un intercambio de drogas. A su vez, se encontraba viendo el atardecer mientras a su lado habían 5 yordles pequeños que rescató de ser vendidos en dicho asalto, bailando como si fueran raperos de los 80s- https://youtu.be/WZSVFNIEjtk?si=Av-1_heLnOljPKnn
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  • -Nunca ha sido capaz de emborracharse por culpa de su inmunidad al alcohol, las drogas etc. Aún así, el alcohol sabe rico, así que hoy a decidido hacer una cosa nueva, que nunca está mal.-
    -Nunca ha sido capaz de emborracharse por culpa de su inmunidad al alcohol, las drogas etc. Aún así, el alcohol sabe rico, así que hoy a decidido hacer una cosa nueva, que nunca está mal.-
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  • Sus días de relax habían llegado a su fin. Volvía a enfundar el negro para cumplir con el encargo que la chica de cabellos azules había dejado en sus manos. Aunque había sido un encuentro corto y sutil, había voces en su cabeza que le decían que iban a reencontrarse más de una vez, así que lo mejor era tenerla contenta. Tras esa faz de dulce niña se escondía algo que poco tenía que ver con lo que mostraba de cara al público.

    Más o menos, como ella misma. ¿Quién se iba a imaginar que una simple dibujante sin carrera, que se divertía pintando por las calles era en realidad una asesina a sueldo? El que fuera tan solitaria y con un gusto excelso por el vino y ciertos excesos podía ser una pista más que determinante, la vestimenta cara que solía llevar no podía proceder únicamente de esos encargos y los dibujos que vendía por la calle. Y, por supuesto, su propio hogar. Un loft en una de las zonas más prestigiosas de la ciudad. Si bien poco decorado, necesitaba espacio para su propia soledad, para dejar pasar el rato entre armas pulcramente limpias y suciedad en las uñas debido a los ataques de inspiración que necesitaba plasmar en un lienzo antes de que la epifanía pictórica terminase.

    Pero esa noche no había sitio para epifanías. No había sitio para su nombre. Esa noche Tahara desaparecía para convertirse en la joven promesa que ya era, cargando a su espalda con un maletín que poco llamaba la atención en medio del montón de gente que se agolpaba en la fiesta que se estaba celebrando en la azotea del hotel Meleys, en pleno centro de la ciudad.

    Dandelion no necesitó llevar información. Tenía todo lo que necesitaba en su memoria. Qué lástima de mundo, debía cargarse al anfitrión de la fiesta. Un chico bastante mono aunque ya peinaba ciertas canas, ataviado con un precioso traje y con un maltrecho gusto por las drogas de diseño. Algo que no debió probar.

    Se coló entre la muchedumbre como una invitada más, llevando un traje negro que se ajustaba a sus medidas, camisa blanca impoluta y un lazo que le servía cual pajarita. El cabello castaño lo tenía recogido en un moño alto, donde varios mechones se escapaban alrededor de su rostro. Y un mínimo de maquillaje, habiendo engañado a su vecina de arriba; pocas veces se había visto tan guapa. Pocas veces se lo decía a sí misma, pero esa noche era… diferente. No iba a liquidar a distancia como estaba acostumbraba, llevaba un pequeño revólver escondido en algún lugar de su ropa, lo suficientemente holgada como para que nadie lo detectase.

    Arribó a la fiesta casi pasadas las doce, cuando todos estaban a medio camino entre la lucidez y la obnubilación. El olor a alcohol caro se mascaba en el ambiente, sudor entremezclado con perfumes inasequibles para el populacho creaba un ambiente tóxico para cualquier sobrio que quedase en pie en aquel lugar.

    Dandelion no dejó de mirar a su objetivo de aquella noche. Debía conseguir pillarlo a solas, pero pocas veces sus guardaespaldas se alejaban. Era un incordio verse encajonada en aquel lugar, ¿por qué no había subido a la azotea contigua y de un disparo certero terminaba con su encargo? No, García no quería eso. Quería ver su lado más sanguinario y poderoso. Que no se dejase llevar por lo fácil.

    Y que era mejor tener a esa chica de cabellos azules contenta.

    Así que aprovechó la única ocasión que encontró para colarse en las habitaciones más privadas de la fiesta, de un golpe noqueó al enorme guardaespaldas que su objetivo acompañaba hasta para ir a mear. El cuerpo cayó inerte al suelo, pero Dandelion fue capaz de sostenerlo y dejarlo en silencio sobre la costosa alfombra que llegaba casi a la puerta de los lavabos.

    Entonces entró y cerró la puerta tras de sí. Todavía podía oír el chorro cuando la voz anodina del objetivo se quejó de su falta de intimidad.

    —¡Venga ya, Richard! ¿Es que ni mear puedo hacerlo solo?

    —Qué voz tan anodina para un rostro tan inmaculado como el tuyo —murmuró Dandelion, haciendo que el pobre capo se girase y un charco se formase sobre sus pies, ensuciando sus caros zapatos con su propia orina.

    —¿Y tú quién coño eres?

    —Eso no te importa. Tan sólo debería importarte algo. O… más bien, alguien —y dicho aquello, se acercó con sigilo a su objetivo. Parecía estar encantado con tener a una chica guapa para él esa noche, poco le importaba si era en los simples servicios. En peores lugares había estado. Embriagado por su belleza, Dandelion sacó una minúscula navaja y se la clavó en el cuello, por el lado romo—. ¿Acaso te creías que iba a acostarme contigo? ¿Tú, un simple hombre? Qué pena me das.

    Acto seguido, con una rapidez sobrehumana, sacó el pequeño revólver y se lo colocó bajo la mandíbula, disparando utilizando la mano del contrario. La bala, pequeña pero rápida, le atravesó el cráneo. La agonía duró poco más de unos segundos.

    —Hyweon te manda recuerdos.

    Antes de que nadie más se diese cuenta, limpió el revólver y lo depositó con suma delicadeza en las manos del objetivo inerte. Con rapidez pero con encanto al mismo tiempo, escapó por las escaleras traseras del enorme edificio, dejando que el viento nocturno del largo verano, demasiado fresco a esas horas, le enfriase la piel. Tahara disfrutaba de esas noches de verano, con un trabajo recién hecho y la promesa de un pago más que merecido.
    Sus días de relax habían llegado a su fin. Volvía a enfundar el negro para cumplir con el encargo que la chica de cabellos azules había dejado en sus manos. Aunque había sido un encuentro corto y sutil, había voces en su cabeza que le decían que iban a reencontrarse más de una vez, así que lo mejor era tenerla contenta. Tras esa faz de dulce niña se escondía algo que poco tenía que ver con lo que mostraba de cara al público. Más o menos, como ella misma. ¿Quién se iba a imaginar que una simple dibujante sin carrera, que se divertía pintando por las calles era en realidad una asesina a sueldo? El que fuera tan solitaria y con un gusto excelso por el vino y ciertos excesos podía ser una pista más que determinante, la vestimenta cara que solía llevar no podía proceder únicamente de esos encargos y los dibujos que vendía por la calle. Y, por supuesto, su propio hogar. Un loft en una de las zonas más prestigiosas de la ciudad. Si bien poco decorado, necesitaba espacio para su propia soledad, para dejar pasar el rato entre armas pulcramente limpias y suciedad en las uñas debido a los ataques de inspiración que necesitaba plasmar en un lienzo antes de que la epifanía pictórica terminase. Pero esa noche no había sitio para epifanías. No había sitio para su nombre. Esa noche Tahara desaparecía para convertirse en la joven promesa que ya era, cargando a su espalda con un maletín que poco llamaba la atención en medio del montón de gente que se agolpaba en la fiesta que se estaba celebrando en la azotea del hotel Meleys, en pleno centro de la ciudad. Dandelion no necesitó llevar información. Tenía todo lo que necesitaba en su memoria. Qué lástima de mundo, debía cargarse al anfitrión de la fiesta. Un chico bastante mono aunque ya peinaba ciertas canas, ataviado con un precioso traje y con un maltrecho gusto por las drogas de diseño. Algo que no debió probar. Se coló entre la muchedumbre como una invitada más, llevando un traje negro que se ajustaba a sus medidas, camisa blanca impoluta y un lazo que le servía cual pajarita. El cabello castaño lo tenía recogido en un moño alto, donde varios mechones se escapaban alrededor de su rostro. Y un mínimo de maquillaje, habiendo engañado a su vecina de arriba; pocas veces se había visto tan guapa. Pocas veces se lo decía a sí misma, pero esa noche era… diferente. No iba a liquidar a distancia como estaba acostumbraba, llevaba un pequeño revólver escondido en algún lugar de su ropa, lo suficientemente holgada como para que nadie lo detectase. Arribó a la fiesta casi pasadas las doce, cuando todos estaban a medio camino entre la lucidez y la obnubilación. El olor a alcohol caro se mascaba en el ambiente, sudor entremezclado con perfumes inasequibles para el populacho creaba un ambiente tóxico para cualquier sobrio que quedase en pie en aquel lugar. Dandelion no dejó de mirar a su objetivo de aquella noche. Debía conseguir pillarlo a solas, pero pocas veces sus guardaespaldas se alejaban. Era un incordio verse encajonada en aquel lugar, ¿por qué no había subido a la azotea contigua y de un disparo certero terminaba con su encargo? No, García no quería eso. Quería ver su lado más sanguinario y poderoso. Que no se dejase llevar por lo fácil. Y que era mejor tener a esa chica de cabellos azules contenta. Así que aprovechó la única ocasión que encontró para colarse en las habitaciones más privadas de la fiesta, de un golpe noqueó al enorme guardaespaldas que su objetivo acompañaba hasta para ir a mear. El cuerpo cayó inerte al suelo, pero Dandelion fue capaz de sostenerlo y dejarlo en silencio sobre la costosa alfombra que llegaba casi a la puerta de los lavabos. Entonces entró y cerró la puerta tras de sí. Todavía podía oír el chorro cuando la voz anodina del objetivo se quejó de su falta de intimidad. —¡Venga ya, Richard! ¿Es que ni mear puedo hacerlo solo? —Qué voz tan anodina para un rostro tan inmaculado como el tuyo —murmuró Dandelion, haciendo que el pobre capo se girase y un charco se formase sobre sus pies, ensuciando sus caros zapatos con su propia orina. —¿Y tú quién coño eres? —Eso no te importa. Tan sólo debería importarte algo. O… más bien, alguien —y dicho aquello, se acercó con sigilo a su objetivo. Parecía estar encantado con tener a una chica guapa para él esa noche, poco le importaba si era en los simples servicios. En peores lugares había estado. Embriagado por su belleza, Dandelion sacó una minúscula navaja y se la clavó en el cuello, por el lado romo—. ¿Acaso te creías que iba a acostarme contigo? ¿Tú, un simple hombre? Qué pena me das. Acto seguido, con una rapidez sobrehumana, sacó el pequeño revólver y se lo colocó bajo la mandíbula, disparando utilizando la mano del contrario. La bala, pequeña pero rápida, le atravesó el cráneo. La agonía duró poco más de unos segundos. —Hyweon te manda recuerdos. Antes de que nadie más se diese cuenta, limpió el revólver y lo depositó con suma delicadeza en las manos del objetivo inerte. Con rapidez pero con encanto al mismo tiempo, escapó por las escaleras traseras del enorme edificio, dejando que el viento nocturno del largo verano, demasiado fresco a esas horas, le enfriase la piel. Tahara disfrutaba de esas noches de verano, con un trabajo recién hecho y la promesa de un pago más que merecido.
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  • Deja el cuerpo del Warframe escondido en un sitio apartado y poco visitado,un cementerio local, su cuerpo queda bien con otras gárgolas de piedra oscurecida por el paso del tiempo.

    El tenno suelta un suspiro para respirar tranquilamente, sentirse vivo una vez más con su propio cuerpo.

    - Un poco de libertad no está nada mal.

    Comenta para si mismo el pelirrojo, desafortunadamente fue visto y deberá permanecer inactivo con la purga de infestados confundidos con cultos y drogas.
    Deja el cuerpo del Warframe escondido en un sitio apartado y poco visitado,un cementerio local, su cuerpo queda bien con otras gárgolas de piedra oscurecida por el paso del tiempo. El tenno suelta un suspiro para respirar tranquilamente, sentirse vivo una vez más con su propio cuerpo. - Un poco de libertad no está nada mal. Comenta para si mismo el pelirrojo, desafortunadamente fue visto y deberá permanecer inactivo con la purga de infestados confundidos con cultos y drogas.
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  • Todavía lo recuerda.
    Su nombre.
    El nombre con el que fue bautizado en su concepción.
    Alessandro no es más que el nombre que se le fue dado en Italia, renaciendo cómo el chino iletrado que comía de la basura y peleaba entre los callejones contra todo aquél que quisiera pasarse de listo.

    Todavía recuerda sus caras, esos patrones familiares que incluso llegaron a él. Un par de adultos más preocupados por tener birra y hierba que la comida de su hijo.

    La manzana no cae tan lejos del manzano, de sólo pensarlo Alessandro ríe, pues se rehúsa a dos cosas; volver a ser llamado por su verdadero nombre y a dejar desamparados a sus padres.

    Ocasionalmente él les envía dinero, algunos pensarían que entre su dolor él asiático encontró redención, sin embargo los quiere mantener en su miseria un poco más, les manda lo justo, y ellos siguen aguantando hambre, viviendo entre las calles, comiendo de la basura o vendiendo sus cuerpos porque todo el dinero que Alessandro envía termina siendo usado para las drogas.

    Lo sabe, el dealer terminó siendo un buen informante suyo. Así él vive más feliz, sabiendo que los mismos bastardos que lo vendieron a la Tríada han terminado en una situación peor que la que él habría pasado.
    Todavía lo recuerda. Su nombre. El nombre con el que fue bautizado en su concepción. Alessandro no es más que el nombre que se le fue dado en Italia, renaciendo cómo el chino iletrado que comía de la basura y peleaba entre los callejones contra todo aquél que quisiera pasarse de listo. Todavía recuerda sus caras, esos patrones familiares que incluso llegaron a él. Un par de adultos más preocupados por tener birra y hierba que la comida de su hijo. La manzana no cae tan lejos del manzano, de sólo pensarlo Alessandro ríe, pues se rehúsa a dos cosas; volver a ser llamado por su verdadero nombre y a dejar desamparados a sus padres. Ocasionalmente él les envía dinero, algunos pensarían que entre su dolor él asiático encontró redención, sin embargo los quiere mantener en su miseria un poco más, les manda lo justo, y ellos siguen aguantando hambre, viviendo entre las calles, comiendo de la basura o vendiendo sus cuerpos porque todo el dinero que Alessandro envía termina siendo usado para las drogas. Lo sabe, el dealer terminó siendo un buen informante suyo. Así él vive más feliz, sabiendo que los mismos bastardos que lo vendieron a la Tríada han terminado en una situación peor que la que él habría pasado.
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