• ~•~•~•~
    Las manos que estoy viendo, las que apenas muevo por su antinatural rigidez, son las mías, a centímetros de mi rostro, las que se supone que son mías. Pero no, no recuerdo que fueran tan negras como el carbón, y mucho menos recuerdo que las puntas de mis dedos sean tan puntiagudas. Sin embargo están ahí, conectadas a mis brazos que son igual de oscuros, respondiendo a mis órdenes, rechinan como si mis tendones y músculos estuvieran oxidados. No me duelen, ni física o mentalmente, solo me desconciertan. Habrán acabado con tantas vidas, mis manos, pero nunca sentí el peso de la culpa, por más ruin que haya sido el acto. Nunca me tomé la molestia de recordar nombres, rostros, ni detalles irrelevantes. Solo debía presionar el gatillo, machacar la carne con mis puños o hacer rodar las cabezas lejos de sus cuellos. Con la mirada recorrí la oscuridad de mi piel, pasando de la palma de mi mano derecha hasta los principios de las mangas de un saco negro y una camisa lisa de color blanco. Jamás había vestido con tanta formalidad. ¿Me habrían sacado de un ataúd, desde lo profundo de la tierra? Era imposible, impensable, porque a los "malparidos" como yo se les quema o abandona a merced de los coyotes. Vuelvo a mis manos, a su negrura, y más allá de ellas distingo una mesa de madera, llena de tanto polvo que seguramente se esconde hasta en lo más profundo de sus sobresalientes astillas.

    Al mirar a mi al rededor noto que cuatro paredes me encierran, me aislan de un exterior desconocido, bajo una luz intensa que no proviene de una vela, sino de una cosa redonda y brillante como el sol. Mirarla fijamente debería cegarme, pero mi ojo parece incapaz de sentir irritación sin importar cuánto tiempo me quedase mirando. Con la mirada puesta en la luz, en medio del silencio del cuarto, fui capaz de entender que ya no podía negar un hecho tan impactante; mi cuerpo no tiene tacto, ni temperatura y desde que desperté tengo los pulmones totalmente vacíos.

    —Estoy muerto...

    Mi último recuerdo fue frente al público, con la soga al cuello y los pies lejos del suelo. El silencio me consumió en la habitación, volviendome parte de él en una existencia bizarra.
    •~•~•~•

    Pequeño fragmento de lo que vendría siendo el lore de Cormac. La verdad es que es algo improvisado, y una prueba para ver que tal se me da con las narraciones en primera persona.
    Esto también puede tomarse como un pseudo starter, no tengo drama si se te antoja continuar lo escrito con una acción de rol.

    ¡Gracias por tomarte las molestias leer! Ojalá sea de tu agrado. Y estoy abierto a recibir críticas, ya sean constructivas o insultos.
    ~•~•~•~ Las manos que estoy viendo, las que apenas muevo por su antinatural rigidez, son las mías, a centímetros de mi rostro, las que se supone que son mías. Pero no, no recuerdo que fueran tan negras como el carbón, y mucho menos recuerdo que las puntas de mis dedos sean tan puntiagudas. Sin embargo están ahí, conectadas a mis brazos que son igual de oscuros, respondiendo a mis órdenes, rechinan como si mis tendones y músculos estuvieran oxidados. No me duelen, ni física o mentalmente, solo me desconciertan. Habrán acabado con tantas vidas, mis manos, pero nunca sentí el peso de la culpa, por más ruin que haya sido el acto. Nunca me tomé la molestia de recordar nombres, rostros, ni detalles irrelevantes. Solo debía presionar el gatillo, machacar la carne con mis puños o hacer rodar las cabezas lejos de sus cuellos. Con la mirada recorrí la oscuridad de mi piel, pasando de la palma de mi mano derecha hasta los principios de las mangas de un saco negro y una camisa lisa de color blanco. Jamás había vestido con tanta formalidad. ¿Me habrían sacado de un ataúd, desde lo profundo de la tierra? Era imposible, impensable, porque a los "malparidos" como yo se les quema o abandona a merced de los coyotes. Vuelvo a mis manos, a su negrura, y más allá de ellas distingo una mesa de madera, llena de tanto polvo que seguramente se esconde hasta en lo más profundo de sus sobresalientes astillas. Al mirar a mi al rededor noto que cuatro paredes me encierran, me aislan de un exterior desconocido, bajo una luz intensa que no proviene de una vela, sino de una cosa redonda y brillante como el sol. Mirarla fijamente debería cegarme, pero mi ojo parece incapaz de sentir irritación sin importar cuánto tiempo me quedase mirando. Con la mirada puesta en la luz, en medio del silencio del cuarto, fui capaz de entender que ya no podía negar un hecho tan impactante; mi cuerpo no tiene tacto, ni temperatura y desde que desperté tengo los pulmones totalmente vacíos. —Estoy muerto... Mi último recuerdo fue frente al público, con la soga al cuello y los pies lejos del suelo. El silencio me consumió en la habitación, volviendome parte de él en una existencia bizarra. •~•~•~• Pequeño fragmento de lo que vendría siendo el lore de Cormac. La verdad es que es algo improvisado, y una prueba para ver que tal se me da con las narraciones en primera persona. Esto también puede tomarse como un pseudo starter, no tengo drama si se te antoja continuar lo escrito con una acción de rol. ¡Gracias por tomarte las molestias leer! Ojalá sea de tu agrado. Y estoy abierto a recibir críticas, ya sean constructivas o insultos.
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  • - La transmisión se hizo dar a escuchar con una melodía de antaño donde los recuerdos. Del ayer eran mejores. Pero mientras sonaba esa música, yo bailaba con el cuerpo desgarrado de mi comida. Mientras la música sonaba, mordisqueaba pedazos de carne de un demonio que atrapé; se le podían ver los tendones, nervios y parte del hueso. Ese cuerpo ya no tenía vida, pero esa canción me ponía de buen humor. -




    https://youtu.be/ViJW5hqoT_s?si=UGQ64viaP6QQekn2
    - La transmisión se hizo dar a escuchar con una melodía de antaño donde los recuerdos. Del ayer eran mejores. Pero mientras sonaba esa música, yo bailaba con el cuerpo desgarrado de mi comida. Mientras la música sonaba, mordisqueaba pedazos de carne de un demonio que atrapé; se le podían ver los tendones, nervios y parte del hueso. Ese cuerpo ya no tenía vida, pero esa canción me ponía de buen humor. - https://youtu.be/ViJW5hqoT_s?si=UGQ64viaP6QQekn2
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  • Ficha – Evangeline
    Información básica

    Nombre completo: Evangeline Evans

    Edad: 24 años

    Cumpleaños: 15 de enero

    Orientación sexual: Bisexual

    Nacionalidad: ¿?

    Ocupación: Exorcista independiente, trabaja para el Vaticano indirectamente, pocas personas saben que trabaja en eso pero para el mundo ella es una abogada.

    Estado civil: Soltera

    Apariencia

    Cabello: Blanco plateado, largo hasta la cintura, ligeramente ondulado.

    Ojos: Azul grisáceo, intensos y fríos.

    Altura: 1.63

    Estilo de ropa: Mezcla entre práctico y rebelde; suele usar negro, botas pesadas, chaquetas grandes.

    Marcas notables: Tiene cicatrices en el torso y espalda por rituales pasados. Siempre lleva un rosario negro y un tatuaje con símbolos protectores en el brazo izquierdo.

    Personalidad

    Carácter general: Evangeline es trabajadora de, le gusta ayudar a los demás, a veces piensa en ella misma pero aún así no deja de ayudar a los demás. Es seductora, carismática, sarcástica y bromista pero la mayor parte del tiempo se le ve seria o eso trata de aparentar al principio


    Historia

    Evangeline Evans parecía una chica normal… hasta que un demonio le arruinó la vida familiar matando a su padre. Gracias a eso, su mamá, que sabía más de lo sobrenatural que cualquier manual de exorcismos, le enseñó desde pequeña a ver espíritus, defenderse y no morir en el intento. Básicamente, Evangeline creció entrenada para convivir con fantasmas mientras los demás niños aprendían a andar en bici.

    Durante su juventud, combinaba la vida “normal” con lo paranormal: estudiaba derecho para no morir de hambre y hacía limpias energéticas y canalizaciones para pagar la universidad. Era un trabajo decente… hasta que dejó de serlo. Una noche, una señora desesperada la buscó y lo que parecía un trabajo rutinario se convirtió en un desastre absoluto: un adolescente con los ojos completamente negros y una sonrisa que decia "De esta no te salvas" estaba poseído, y no había cura rápida ni sacerdote disponible.

    Evangeline, que nunca había hecho un exorcismo real, tuvo que improvisar usando todo lo que su madre le había enseñado y un poquito de pura desesperación. Esa noche salvó al chico y descubrió algo que ya no podía ignorar: tenía un talento especial para enfrentarse a demonios sedientos de sangre. Desde entonces, decidió ser exorcista independiente, mientras al mundo le vende la historia de que es solo una abogada.

    El Vaticano por harté de magia se enteró de su acto de "caridad" y sus maravillosos dones, hablaron con ella la trataron de convencer de trabajar en su iglesia rara pero ella no estaba convencida ni tampoco le gustaba el Vaticano, al final quedaron en un acuerdo, ella ayuda gente pero a cambio ellos no la tratan de convertir en parte de su iglesia.
    Ficha – Evangeline Información básica Nombre completo: Evangeline Evans Edad: 24 años Cumpleaños: 15 de enero Orientación sexual: Bisexual Nacionalidad: ¿? Ocupación: Exorcista independiente, trabaja para el Vaticano indirectamente, pocas personas saben que trabaja en eso pero para el mundo ella es una abogada. Estado civil: Soltera Apariencia Cabello: Blanco plateado, largo hasta la cintura, ligeramente ondulado. Ojos: Azul grisáceo, intensos y fríos. Altura: 1.63 Estilo de ropa: Mezcla entre práctico y rebelde; suele usar negro, botas pesadas, chaquetas grandes. Marcas notables: Tiene cicatrices en el torso y espalda por rituales pasados. Siempre lleva un rosario negro y un tatuaje con símbolos protectores en el brazo izquierdo. Personalidad Carácter general: Evangeline es trabajadora de, le gusta ayudar a los demás, a veces piensa en ella misma pero aún así no deja de ayudar a los demás. Es seductora, carismática, sarcástica y bromista pero la mayor parte del tiempo se le ve seria o eso trata de aparentar al principio Historia Evangeline Evans parecía una chica normal… hasta que un demonio le arruinó la vida familiar matando a su padre. Gracias a eso, su mamá, que sabía más de lo sobrenatural que cualquier manual de exorcismos, le enseñó desde pequeña a ver espíritus, defenderse y no morir en el intento. Básicamente, Evangeline creció entrenada para convivir con fantasmas mientras los demás niños aprendían a andar en bici. Durante su juventud, combinaba la vida “normal” con lo paranormal: estudiaba derecho para no morir de hambre y hacía limpias energéticas y canalizaciones para pagar la universidad. Era un trabajo decente… hasta que dejó de serlo. Una noche, una señora desesperada la buscó y lo que parecía un trabajo rutinario se convirtió en un desastre absoluto: un adolescente con los ojos completamente negros y una sonrisa que decia "De esta no te salvas" estaba poseído, y no había cura rápida ni sacerdote disponible. Evangeline, que nunca había hecho un exorcismo real, tuvo que improvisar usando todo lo que su madre le había enseñado y un poquito de pura desesperación. Esa noche salvó al chico y descubrió algo que ya no podía ignorar: tenía un talento especial para enfrentarse a demonios sedientos de sangre. Desde entonces, decidió ser exorcista independiente, mientras al mundo le vende la historia de que es solo una abogada. El Vaticano por harté de magia se enteró de su acto de "caridad" y sus maravillosos dones, hablaron con ella la trataron de convencer de trabajar en su iglesia rara pero ella no estaba convencida ni tampoco le gustaba el Vaticano, al final quedaron en un acuerdo, ella ayuda gente pero a cambio ellos no la tratan de convertir en parte de su iglesia.
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  • Tu recuerdo me atormenta aún cuando estoy despierto... Tal vez deberías solo acabar con este tormento y esperar que en gracias de la diosa me perdones y podamos estar juntos otra vez mi dulce Alexandra
    Tu recuerdo me atormenta aún cuando estoy despierto... Tal vez deberías solo acabar con este tormento y esperar que en gracias de la diosa me perdones y podamos estar juntos otra vez mi dulce Alexandra
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  • —Es como si los hicieran de papel maché estos días. ¿Dónde se consiguen segundones resistentes y que sepan seguir órdenes? Qué desperdicio.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Mil perdones por no estar tan activa pero prometo estarlo, si gustan pueden dejarme su roles
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  • — Desperdician sus dones pero aún desperdician su inmortalidad, no existe en el mundo nada mas contradictorio y carente de sentido, salvo los propios mortales que viven dominados por las supersticiones del pasado.—
    — Desperdician sus dones pero aún desperdician su inmortalidad, no existe en el mundo nada mas contradictorio y carente de sentido, salvo los propios mortales que viven dominados por las supersticiones del pasado.—
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  • ¡Ah! ¿Me buscabas? Yo soy Cocó, el vidente del eco errático, guardián del segundo suspiro, lector de manchas en los calcetines mojados.

    Nací un jueves soleado, bajo la conjunción entre Mercurio retrógrado y un queso brie abandonado. No quedaba leche.

    Mis dones me fueron entregados por una cabra con morro oscuro y acento noruego. Desde entonces, he visto el futuro… pero solo cuando bostezo.

    Leo los signos en el vapor del hervidor, en la danza errática de las pelusas y en el murmullo histérico de los semáforos.

    No pregunto ‘por qué’, solo ‘¿con o sin mayonesa?’ ¡Y que chille!

    Me llaman por muchos nombres, pero solo acepto pago en lágrimas de avestruz, dientes de gominola o cupones de gaseosa sugar free.

    Gracias.

    Y tú… tú tienes vibra de miércoles nublado. Ven, siéntate. El almíbar de las pastas está a punto de revelar tu destino.
    ¡Ah! ¿Me buscabas? Yo soy Cocó, el vidente del eco errático, guardián del segundo suspiro, lector de manchas en los calcetines mojados. Nací un jueves soleado, bajo la conjunción entre Mercurio retrógrado y un queso brie abandonado. No quedaba leche. Mis dones me fueron entregados por una cabra con morro oscuro y acento noruego. Desde entonces, he visto el futuro… pero solo cuando bostezo. Leo los signos en el vapor del hervidor, en la danza errática de las pelusas y en el murmullo histérico de los semáforos. No pregunto ‘por qué’, solo ‘¿con o sin mayonesa?’ ¡Y que chille! Me llaman por muchos nombres, pero solo acepto pago en lágrimas de avestruz, dientes de gominola o cupones de gaseosa sugar free. Gracias. Y tú… tú tienes vibra de miércoles nublado. Ven, siéntate. El almíbar de las pastas está a punto de revelar tu destino.
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  • El cartel de “cerrado” colgaba torcido sobre la puerta de cristal, reflejando la luz cálida del atardecer. Carmina echó la llave con un suspiro largo, ese que solo se suelta cuando el día por fin se rinde. La tienda de conveniencia estaba en silencio, salvo por el zumbido lejano de un refrigerador y el tenue golpeteo del reloj sobre la pared.

    Cruzó el pequeño pasillo trasero y se dejó caer en el sillón desfondado de la trastienda, ese que había heredado con el local y que se negaba a jubilarse. Se quitó los zapatos sin desatarse los cordones y estiró las piernas sobre una caja de refrescos sin abrir. En la mesita baja, junto a un vaso de agua tibia y un cenicero con una sola colilla, descansaba su libro a medio leer. No lo abrió.

    En vez de eso, cerró los ojos un momento y escuchó. El mundo afuera pasaba sin ella por primera vez en todo el día. El canto intermitente de un ave, el rugido suave de un motor distante, y el crujir de las vigas viejas que conocían bien el peso de su rutina.

    Por un instante, no era dueña ni empleada ni nada que tuviera que preocuparse por los inventarios o los clientes que preguntaban por cosas que no vendía. Solo era Carmina, con las mejillas aún tibias por el sol de la tarde, y un minuto de paz que no tenía precio.
    El cartel de “cerrado” colgaba torcido sobre la puerta de cristal, reflejando la luz cálida del atardecer. Carmina echó la llave con un suspiro largo, ese que solo se suelta cuando el día por fin se rinde. La tienda de conveniencia estaba en silencio, salvo por el zumbido lejano de un refrigerador y el tenue golpeteo del reloj sobre la pared. Cruzó el pequeño pasillo trasero y se dejó caer en el sillón desfondado de la trastienda, ese que había heredado con el local y que se negaba a jubilarse. Se quitó los zapatos sin desatarse los cordones y estiró las piernas sobre una caja de refrescos sin abrir. En la mesita baja, junto a un vaso de agua tibia y un cenicero con una sola colilla, descansaba su libro a medio leer. No lo abrió. En vez de eso, cerró los ojos un momento y escuchó. El mundo afuera pasaba sin ella por primera vez en todo el día. El canto intermitente de un ave, el rugido suave de un motor distante, y el crujir de las vigas viejas que conocían bien el peso de su rutina. Por un instante, no era dueña ni empleada ni nada que tuviera que preocuparse por los inventarios o los clientes que preguntaban por cosas que no vendía. Solo era Carmina, con las mejillas aún tibias por el sol de la tarde, y un minuto de paz que no tenía precio.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    NOTA OFF: tengo una gran pena con todos mis compañeros de rol he cometido un error borre las ventanas de conversación ( si culpa mía pensé que mantenían pero aquí veo que no ) les pido encarecidamente que manden de nuevo o solo saluden y empezar la verdad pido mil mil disculpas no era mi intención solo quería mantener los que ya tenia y tener algo de orden pero lo que hice fue que empeore las cosas XD ... porfis renueven sus ventanas así sea para saludar mil perdones
    NOTA OFF: tengo una gran pena con todos mis compañeros de rol he cometido un error borre las ventanas de conversación ( si culpa mía pensé que mantenían pero aquí veo que no ) les pido encarecidamente que manden de nuevo o solo saluden y empezar la verdad pido mil mil disculpas no era mi intención solo quería mantener los que ya tenia y tener algo de orden pero lo que hice fue que empeore las cosas XD ... porfis renueven sus ventanas así sea para saludar mil perdones :STK-12:
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