Tal vez sus palabras no estaban contestando a nada, pero muy fuera de la casa, una gran oleada de aurora boreal de colores iluminó los cielos. Mientras destellos dorados caen a la tierra, cayendo sobre todos una lluvia de euforia, alegría y vitalidad. Pues la Diosa Hebe, estaba sintiendo su primer gran explosión monumental de colores y luces a raíz de su estado emocional. Al estar con Hikaru.
Tal vez sus palabras no estaban contestando a nada, pero muy fuera de la casa, una gran oleada de aurora boreal de colores iluminó los cielos. Mientras destellos dorados caen a la tierra, cayendo sobre todos una lluvia de euforia, alegría y vitalidad. Pues la Diosa Hebe, estaba sintiendo su primer gran explosión monumental de colores y luces a raíz de su estado emocional. Al estar con Hikaru.
La Diosa Hebe y Hikaru Clock Takami el tigre, estan reunidos para disfrutar de un buen manjar juntos. Habiendo variedad de bocadillos en cantidad para el hambre de un felino como Hikaru, hasta los postres mas deliciosos que la joven albina disfrutaba saborear.
Sin embargo, la cantidad del manjar expuesto sobre el pasto podía ser compartido con el sabio Sun Wukong Rᴇʏ Mᴏɴᴏ que lo cuidaba antes de que ella llegara a su felino amigo, estando no muy lejos de donde se encontraba durmiendo previamente Hikaru, Hebe invitó con una palmada al suelo cerca de los platos abundantes de carne, para que el felino se sentada a su lado.
—¿Por dónde empezamos a comer, Hikaru? ¿El monje también nos acompañara o...? —preguntó con despistadez al no escuchar a quién protegía el sueño del tigre.
La Diosa Hebe y [hikaru_nature_tiger_159] el tigre, estan reunidos para disfrutar de un buen manjar juntos. Habiendo variedad de bocadillos en cantidad para el hambre de un felino como Hikaru, hasta los postres mas deliciosos que la joven albina disfrutaba saborear.
Sin embargo, la cantidad del manjar expuesto sobre el pasto podía ser compartido con el sabio [wuk0ng] que lo cuidaba antes de que ella llegara a su felino amigo, estando no muy lejos de donde se encontraba durmiendo previamente Hikaru, Hebe invitó con una palmada al suelo cerca de los platos abundantes de carne, para que el felino se sentada a su lado.
—¿Por dónde empezamos a comer, Hikaru? ¿El monje también nos acompañara o...? —preguntó con despistadez al no escuchar a quién protegía el sueño del tigre.
—¿Será que si práctico a la puntería con los jarrones de nectar que le di a Hefesto... Se enojará si se rompen por los mismos balines que él creó para mi?—Se preguntó la Diosa Hebe sonriendo con una expresión juguetona mientras apuntaba su Chrysós Dólos* hacia una de las jarras en un banquete organizado por Ate. Con su lengüita fuera, achicó la mirada para poder apuntar a su destino, estiró a más no poder la goma de la honda con la bola de metal, y luego lo soltó.
Esperando pronto escuchar el crugido de la jarra, y esperando que le diera tiempo a huir del horror de Hefesto enojado.
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—¿Será que si práctico a la puntería con los jarrones de nectar que le di a Hefesto... Se enojará si se rompen por los mismos balines que él creó para mi?—Se preguntó la Diosa Hebe sonriendo con una expresión juguetona mientras apuntaba su Chrysós Dólos* hacia una de las jarras en un banquete organizado por Ate. Con su lengüita fuera, achicó la mirada para poder apuntar a su destino, estiró a más no poder la goma de la honda con la bola de metal, y luego lo soltó.
Esperando pronto escuchar el crugido de la jarra, y esperando que le diera tiempo a huir del horror de Hefesto enojado.