• Puede verlos, ¿no? Buscan consumir y saciar su infinita hambre. ¿Realmente cree que vale la pena no solo poner en riesgo su vida, si no también su alma, con el solo objetivo de lucir bien ante los suyos?

    Utilice su sentido común. Sabe muy bien que no soy el causante de la desgracia que arropa a este mundo. Mientras más pierda el tiempo yendo tras la pista equivocada, solo permitirá que su mundo pierda más valioso tiempo.
    Puede verlos, ¿no? Buscan consumir y saciar su infinita hambre. ¿Realmente cree que vale la pena no solo poner en riesgo su vida, si no también su alma, con el solo objetivo de lucir bien ante los suyos? Utilice su sentido común. Sabe muy bien que no soy el causante de la desgracia que arropa a este mundo. Mientras más pierda el tiempo yendo tras la pista equivocada, solo permitirá que su mundo pierda más valioso tiempo.
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    //La desgracia de que no se que ponerle en la descripción que ni ficha ni nada. :v
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  • —That's it, good girl. Come to daddy, you little slut.

    GiGo, en Akihabara. Sábado, nueve de la mañana. Un momento mágico en el que decirle obscenidades a la edición de colección sujeta por la garra parecía apropiado. Quizás, quién sabe.

    El maldito pedazo de plástico le gusta a los gordos que huelen raro, van a soltar buen billete por ella. Es lo único que importa.

    —Yes, baby, come on... Almost there...

    ¿Por qué algo iba a salirle bien a este desgraciado? La garra soltó el juguete. Obvio.

    —You fucking WHORE!!!
    —That's it, good girl. Come to daddy, you little slut. GiGo, en Akihabara. Sábado, nueve de la mañana. Un momento mágico en el que decirle obscenidades a la edición de colección sujeta por la garra parecía apropiado. Quizás, quién sabe. El maldito pedazo de plástico le gusta a los gordos que huelen raro, van a soltar buen billete por ella. Es lo único que importa. —Yes, baby, come on... Almost there... ¿Por qué algo iba a salirle bien a este desgraciado? La garra soltó el juguete. Obvio. —You fucking WHORE!!!
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  • «POV: Boyka»

    Negocio terminado... Sin éxito. Salí de la bodega con gran decepción, yo en serio quería hacer las cosas por las buenas y sin hacer tanto escándalo. —Bueno, se hizo lo que se pudo y aún así salí ganando... ¿Y la gente? —El bar está muerto; ni siquiera quedaron los bartenders, ni hablemos de la clientela. La policía es aterradora para los ineptos.

    Seguía decepcionado cuando salí del bar, dejando un local maltrecho a mis espaldas. Ahora debería buscar a otro proveedor, o hacerlo yo mismo... y ganarme una cita con los peces gordos de la ciudad. Es un asunto muy delicado, no debería ser tan imprudente.

    La ventisca fría de la noche hizo que, por un instante, olvidara mis asuntos. Hubiese permanecido así de no ser por las melodiosas sirenas de la policía, el grito de la gente y una pronunciada columna de humo que se alzaba hasta el cielo a cuatro cuadras desde donde estoy.

    ...

    «POV: Narrador externo»

    Tráfico abundante, calles saturadas en vehículos, un desfile de bocinas que podrían escucharse a cuadras de distancia. Era de esperarse, después de todo nadie quiere perderse las ofertas navideñas. Tantos autos, tantas familias y tantas historias sin contar. No te molesta si nos centramos en una de ellas, ¿verdad?

    Una Honda Odyssey, el vehículo ideal para las familias. De un brillante color rojizo, destacando fuertemente entre el resto de automóviles que poco variaban entre el azul o el negro. Allí van los Jhonson, una feliz familia de cuatro integrantes; Mark, un hombre trabajador y padre de dos adorables niños; Sarah, una madre amorosa y ama de casa; Emily, una niña brillante que ama las aves; y por último, pero no menos importante, Tobias, un chiquillo hiperactivo que adora los deportes de contacto.

    Todo eran risas, todo era felicidad. Luego de un ajetreado día de compras, ya solo faltaba ir por el árbol de navidad que habían encargado hace un día atrás. Lo único que los interrumpe es el tráfico, pero era una oportunidad perfecta para cantar villancicos navideños... y mantener entretenido a Tobias.

    Mark acomoda el espejo retrovisor, dando un fugaz vistazo al par de bendiciones que juegan en los asientos de atrás. Tal vez llegaban a ser problemáticos, berrinchudos y algo malcriados; pero son sus hijos, no podía evitar mirarlos con amor.

    Sus ojos giran en otra dirección, encontrando así la dulce mirada de la mujer que dio a luz a esos niños y le permitió ser el hombre más feliz del mundo; su mujer, su querida esposa. Su último deseo fue que ese breve segundo durara para toda la vida, que fuese eterno para nunca tener que abandonar ese bello sentimiento de satisfacción y plenitud.

    Claro que se cumplió. Por supuesto que se volvió real. Las bocinas, los gritos de los conductores quejumbrosos, las emisoras que debían hacer del embotellamiento algo más pasajero, fueron interrumpidos abruptamente por el estruendoso sonido del acero siendo aplastado, arrancado y arañado.

    Vuelan restos escarlatas sobre los parabrisas cercanos, de ambiguo origen; pintura o sangre, era difícil diferenciarlo entre la confusión.

    Su negrura podría perderse fácilmente en la oscuridad de aquella noche sin luna, sin estrellas, repletas de nubes oscuras. Pero la luz de los faros hacían notable su presencia, perceptible a la vista horrorizada del mundo; allí estaba, aplastando una Honda Odyssey bajo sus negras pezuñas, usando gruesas y puntiagudas garras para trocear poco a poco el capó rojizo del vehículo. Era como un niño inquieto tratando de abrir una bolsa de papas fritas.

    En su mirada no parece haber arrepentimiento, ya que carece de ojos que expresen su infinita angustia. Sin embargo, de aquellas cuencas vacías, derrama un líquido tan negro como el petróleo, no para de salir y manchan cada centímetro de ese blanquecino cráneo donde la carne está ausente. Continúa con su violento actuar, desmantelando el vehículo hasta dar con los pasajeros que perecieron por la mano del monstruo.

    El crujir de la carne y el salpicar de la sangre, eso fue más que suficiente para que la gente reaccionara. Huyen como gallinas, despavoridas empujan a quien sea que tengan enfrente con tal de que su destino no sean las frías fauces de la bestia con los cuernos color carbón.

    Su interés parecía dirigido únicamente a los restos de lo que alguna vez fue una bonita historia de amor, ahora mancillada por sus grises y oscuras zarpas.

    ...

    Noche de desastre. Noche de desgracia. Noche de penas. El rugido de las pistolas y su aliento a pólvora hicieron acto de presencia en la avenida, en el escenario donde se lleva a cabo la tragedia, liberando una lluvia de plomo contra aquello que no comprenden, eso que recibe heridas por doquier y ni siquiera así se detiene.

    Salta de un auto a otro, los aplasta con la inmensa fuerza que ejerce para lanzarse y el peso aterrador de su cuerpo que cae sin remordimientos sobre los techos hasta hacer chillar a los pobres amortiguadores. Tan veloz como el viento, tan decidido como un depredador, la bestia termina atravesando una tormenta de disparos hasta abalanzarse sobre uno de los policías; no hace falta decir que no sobrevivió.

    Los oficiales se dispersan, aterrados e impotentes ante la brutalidad de lo desconocido. Ni siquiera la letalidad de su equipo les permite tener una pizca de calma, pues el monstruo que salió de la nada permanece igual de hambriento e igual de feroz. Los persigue, arrastra sus pezuñas con pesados pasos en busca de las alimañas de las que ansía alimentarse.

    Ellos intentan escapar, escondiéndose entre las patrullas que poco demoran en salir volando ante el violento agarre de la fiera. Gradualmente la tragedia fue decorada con caos; vehículos maltrechos, algunos incendiados, cuerpos inertes de personas que soñaban con un mañana y el fuego de la gasolina fugada por los ataques fieros e inhumanos.
    «POV: Boyka» Negocio terminado... Sin éxito. Salí de la bodega con gran decepción, yo en serio quería hacer las cosas por las buenas y sin hacer tanto escándalo. —Bueno, se hizo lo que se pudo y aún así salí ganando... ¿Y la gente? —El bar está muerto; ni siquiera quedaron los bartenders, ni hablemos de la clientela. La policía es aterradora para los ineptos. Seguía decepcionado cuando salí del bar, dejando un local maltrecho a mis espaldas. Ahora debería buscar a otro proveedor, o hacerlo yo mismo... y ganarme una cita con los peces gordos de la ciudad. Es un asunto muy delicado, no debería ser tan imprudente. La ventisca fría de la noche hizo que, por un instante, olvidara mis asuntos. Hubiese permanecido así de no ser por las melodiosas sirenas de la policía, el grito de la gente y una pronunciada columna de humo que se alzaba hasta el cielo a cuatro cuadras desde donde estoy. ... «POV: Narrador externo» Tráfico abundante, calles saturadas en vehículos, un desfile de bocinas que podrían escucharse a cuadras de distancia. Era de esperarse, después de todo nadie quiere perderse las ofertas navideñas. Tantos autos, tantas familias y tantas historias sin contar. No te molesta si nos centramos en una de ellas, ¿verdad? Una Honda Odyssey, el vehículo ideal para las familias. De un brillante color rojizo, destacando fuertemente entre el resto de automóviles que poco variaban entre el azul o el negro. Allí van los Jhonson, una feliz familia de cuatro integrantes; Mark, un hombre trabajador y padre de dos adorables niños; Sarah, una madre amorosa y ama de casa; Emily, una niña brillante que ama las aves; y por último, pero no menos importante, Tobias, un chiquillo hiperactivo que adora los deportes de contacto. Todo eran risas, todo era felicidad. Luego de un ajetreado día de compras, ya solo faltaba ir por el árbol de navidad que habían encargado hace un día atrás. Lo único que los interrumpe es el tráfico, pero era una oportunidad perfecta para cantar villancicos navideños... y mantener entretenido a Tobias. Mark acomoda el espejo retrovisor, dando un fugaz vistazo al par de bendiciones que juegan en los asientos de atrás. Tal vez llegaban a ser problemáticos, berrinchudos y algo malcriados; pero son sus hijos, no podía evitar mirarlos con amor. Sus ojos giran en otra dirección, encontrando así la dulce mirada de la mujer que dio a luz a esos niños y le permitió ser el hombre más feliz del mundo; su mujer, su querida esposa. Su último deseo fue que ese breve segundo durara para toda la vida, que fuese eterno para nunca tener que abandonar ese bello sentimiento de satisfacción y plenitud. Claro que se cumplió. Por supuesto que se volvió real. Las bocinas, los gritos de los conductores quejumbrosos, las emisoras que debían hacer del embotellamiento algo más pasajero, fueron interrumpidos abruptamente por el estruendoso sonido del acero siendo aplastado, arrancado y arañado. Vuelan restos escarlatas sobre los parabrisas cercanos, de ambiguo origen; pintura o sangre, era difícil diferenciarlo entre la confusión. Su negrura podría perderse fácilmente en la oscuridad de aquella noche sin luna, sin estrellas, repletas de nubes oscuras. Pero la luz de los faros hacían notable su presencia, perceptible a la vista horrorizada del mundo; allí estaba, aplastando una Honda Odyssey bajo sus negras pezuñas, usando gruesas y puntiagudas garras para trocear poco a poco el capó rojizo del vehículo. Era como un niño inquieto tratando de abrir una bolsa de papas fritas. En su mirada no parece haber arrepentimiento, ya que carece de ojos que expresen su infinita angustia. Sin embargo, de aquellas cuencas vacías, derrama un líquido tan negro como el petróleo, no para de salir y manchan cada centímetro de ese blanquecino cráneo donde la carne está ausente. Continúa con su violento actuar, desmantelando el vehículo hasta dar con los pasajeros que perecieron por la mano del monstruo. El crujir de la carne y el salpicar de la sangre, eso fue más que suficiente para que la gente reaccionara. Huyen como gallinas, despavoridas empujan a quien sea que tengan enfrente con tal de que su destino no sean las frías fauces de la bestia con los cuernos color carbón. Su interés parecía dirigido únicamente a los restos de lo que alguna vez fue una bonita historia de amor, ahora mancillada por sus grises y oscuras zarpas. ... Noche de desastre. Noche de desgracia. Noche de penas. El rugido de las pistolas y su aliento a pólvora hicieron acto de presencia en la avenida, en el escenario donde se lleva a cabo la tragedia, liberando una lluvia de plomo contra aquello que no comprenden, eso que recibe heridas por doquier y ni siquiera así se detiene. Salta de un auto a otro, los aplasta con la inmensa fuerza que ejerce para lanzarse y el peso aterrador de su cuerpo que cae sin remordimientos sobre los techos hasta hacer chillar a los pobres amortiguadores. Tan veloz como el viento, tan decidido como un depredador, la bestia termina atravesando una tormenta de disparos hasta abalanzarse sobre uno de los policías; no hace falta decir que no sobrevivió. Los oficiales se dispersan, aterrados e impotentes ante la brutalidad de lo desconocido. Ni siquiera la letalidad de su equipo les permite tener una pizca de calma, pues el monstruo que salió de la nada permanece igual de hambriento e igual de feroz. Los persigue, arrastra sus pezuñas con pesados pasos en busca de las alimañas de las que ansía alimentarse. Ellos intentan escapar, escondiéndose entre las patrullas que poco demoran en salir volando ante el violento agarre de la fiera. Gradualmente la tragedia fue decorada con caos; vehículos maltrechos, algunos incendiados, cuerpos inertes de personas que soñaban con un mañana y el fuego de la gasolina fugada por los ataques fieros e inhumanos.
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  • ──── ¡Spike! ¡Mierda! Me has asustado. Que costumbre la tuya de despertarme a estás horas y encima en mi día descanso, desgraciado. ──── 𝐓𝐮𝐞𝐬𝐝𝐚𝐲 𝐌𝐨𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠.

    ( https://youtu.be/RnYHcvdMgsg?si=7cYnqHZDLmEXzB8Y )
    ──── ¡Spike! ¡Mierda! Me has asustado. Que costumbre la tuya de despertarme a estás horas y encima en mi día descanso, desgraciado. ──── 𝐓𝐮𝐞𝐬𝐝𝐚𝐲 𝐌𝐨𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠. ( https://youtu.be/RnYHcvdMgsg?si=7cYnqHZDLmEXzB8Y )
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  • https://youtu.be/HlF0EokynRg?si=UBIMSlqo1d6YU78T

    {MonoRol} Parte 1. { La oveja. }

    Monstruo, lamebotas, desalmado, miserable, bastardo, engendro de vileza, sabandija, desgraciado, escoria, perro rastrero, sangano, pez muerto, carroñero, gaznápiro presuntuoso, chambergo sin decoro, víbora de sonrisa pérfida...

    Esos y aún más, los insultos, los calificativos despectivos que Knight ha recibido de los demás por su obligada labor eterna. Por que sí, a pesar de haber cometido los crímenes más atroces contra la humanidad, todos absolutamente todos los culpables deben ser sometidos a juicio y con ello, tener un abogado. Ahí es donde entra Constantine Knight, el abogado de aquellos que nadie desea defender. Aquel que no importa lo cruel de los actos, leerá el informe de principio a fin, revisará minuciosamente fotografías, evidencias y testimonios, todo lo que sea necesario para encontrar una grieta, una oportunidad de tal vez no salvación, pero si una condena menos severa.

    No es por placer, mucho menos morbo; Knight no tiene un alma que le permita conocer ese tipo de inclinaciones con intenciones ocultas. Fue creado específicamente para ese trabajo, siendo él quien despues de los acontecimientos de cierto traidor Bíblico fue creado gracias a la idea colectiva de la gente.

    Y obviamente, lhay ideas son a prueba del tiempo, continentes, genero, edad o religión.

    Pero entonces, vino la particularidad; un caso que llegó a su responsabilidad que marcaría un antes y un después en Knight.

    "Femenina de entre los 25 y 28 años"
    Claro, no sería la primera vez que representa a una mujer.
    "Ella ha confesado el asesinato de más de diez hombres desaparecidos."
    Ahi, la mente de Knight comenzó a maquinar, no era especial, muchos confiezan sus crímenes por motivos específicos.
    "Además, se le declara autora intelectual del envenenamiento de 20 hombres del cuartel general *Delta*, el incendio en el bar de caballeros *Foxxxy* en donde 8 hombres fallecieron y para terminar, la desaparición de un camión de estudiantes de una escuela solo para varones. "

    En este punto, era mas que obvio.
    Eran solo victimas masculinas, de edades entre los 21 y los 40 años de edad.

    No habia mucho que decir, ella ya no deseaba un proceso largo y tedioso solo esperaba poder elegir su "última" comida con sus condiciones predilectas y ya.
    Cada que alguien le preguntaba, ella solo respondia con una serie de nombres femeninos, como si fuese una especie de mantra.


    Aceptó a ver a Knight, por obligación, trámite y cierta formalidad.
    Una mujer de no mas del metro sesenta... tal vez sesenta y cinco, pero no más; facciones algo cuadradas, claramente hija de inmigrantes de otro pais, cabellos con varias tonalidades de rubio, labios partidos y blancos, ojos azules de mirada muy expresiva, podria decirse incluso que sus ojos eran saltones, con severas ojeras y parpados delgados que dejaban ver algunas venas, asi como algunas espinillas producto de estres y cambios hormonales.

    Las manos asperas, las uñas pequeñas y chuecas, los dedos con padrastros y zonas de carne roja, dejando en evidencia habitos de morder uñas y quitarse la piel.

    Cuerpo emcorvado, manos al frente, una peculiar humildad e inocencia que haria a mas de uno dudar que ella ha cometido aquellos crímenes con total conocimiento.

    — No pierda su tiempo en mi, en cuanto pueda, me voy a declarar culpable. Quiero, que me declares culpable, pero también quiero... que expliques quienes fueron ellos, todos los que asesiné y que todos sepan, que no lo hice por orgullo, si no para ayudar. —

    Surreal, apenas si Knight estaba por hacer las formalidades de presentarse, hablar y explicar la situación, cuanso ya habia sido recibido con órdenes.
    ¿Le molestaba? No.
    Era mejor asi.

    ———Entendido.
    Respondió Knight, sacando de su maletín una pequeña maquina de escribir y papel, se preparaba para tomar nota de todo lo que estaba por escuchar.
    Sería una noche larga, en donde incluso el psiquiatra con la mente menos permeable podria sufrir pesadillas.

    Y así, comenzó el relato de la oveja forzada a ser perro.
    https://youtu.be/HlF0EokynRg?si=UBIMSlqo1d6YU78T {MonoRol} Parte 1. { La oveja. } Monstruo, lamebotas, desalmado, miserable, bastardo, engendro de vileza, sabandija, desgraciado, escoria, perro rastrero, sangano, pez muerto, carroñero, gaznápiro presuntuoso, chambergo sin decoro, víbora de sonrisa pérfida... Esos y aún más, los insultos, los calificativos despectivos que Knight ha recibido de los demás por su obligada labor eterna. Por que sí, a pesar de haber cometido los crímenes más atroces contra la humanidad, todos absolutamente todos los culpables deben ser sometidos a juicio y con ello, tener un abogado. Ahí es donde entra Constantine Knight, el abogado de aquellos que nadie desea defender. Aquel que no importa lo cruel de los actos, leerá el informe de principio a fin, revisará minuciosamente fotografías, evidencias y testimonios, todo lo que sea necesario para encontrar una grieta, una oportunidad de tal vez no salvación, pero si una condena menos severa. No es por placer, mucho menos morbo; Knight no tiene un alma que le permita conocer ese tipo de inclinaciones con intenciones ocultas. Fue creado específicamente para ese trabajo, siendo él quien despues de los acontecimientos de cierto traidor Bíblico fue creado gracias a la idea colectiva de la gente. Y obviamente, lhay ideas son a prueba del tiempo, continentes, genero, edad o religión. Pero entonces, vino la particularidad; un caso que llegó a su responsabilidad que marcaría un antes y un después en Knight. "Femenina de entre los 25 y 28 años" Claro, no sería la primera vez que representa a una mujer. "Ella ha confesado el asesinato de más de diez hombres desaparecidos." Ahi, la mente de Knight comenzó a maquinar, no era especial, muchos confiezan sus crímenes por motivos específicos. "Además, se le declara autora intelectual del envenenamiento de 20 hombres del cuartel general *Delta*, el incendio en el bar de caballeros *Foxxxy* en donde 8 hombres fallecieron y para terminar, la desaparición de un camión de estudiantes de una escuela solo para varones. " En este punto, era mas que obvio. Eran solo victimas masculinas, de edades entre los 21 y los 40 años de edad. No habia mucho que decir, ella ya no deseaba un proceso largo y tedioso solo esperaba poder elegir su "última" comida con sus condiciones predilectas y ya. Cada que alguien le preguntaba, ella solo respondia con una serie de nombres femeninos, como si fuese una especie de mantra. Aceptó a ver a Knight, por obligación, trámite y cierta formalidad. Una mujer de no mas del metro sesenta... tal vez sesenta y cinco, pero no más; facciones algo cuadradas, claramente hija de inmigrantes de otro pais, cabellos con varias tonalidades de rubio, labios partidos y blancos, ojos azules de mirada muy expresiva, podria decirse incluso que sus ojos eran saltones, con severas ojeras y parpados delgados que dejaban ver algunas venas, asi como algunas espinillas producto de estres y cambios hormonales. Las manos asperas, las uñas pequeñas y chuecas, los dedos con padrastros y zonas de carne roja, dejando en evidencia habitos de morder uñas y quitarse la piel. Cuerpo emcorvado, manos al frente, una peculiar humildad e inocencia que haria a mas de uno dudar que ella ha cometido aquellos crímenes con total conocimiento. — No pierda su tiempo en mi, en cuanto pueda, me voy a declarar culpable. Quiero, que me declares culpable, pero también quiero... que expliques quienes fueron ellos, todos los que asesiné y que todos sepan, que no lo hice por orgullo, si no para ayudar. — Surreal, apenas si Knight estaba por hacer las formalidades de presentarse, hablar y explicar la situación, cuanso ya habia sido recibido con órdenes. ¿Le molestaba? No. Era mejor asi. ———Entendido. Respondió Knight, sacando de su maletín una pequeña maquina de escribir y papel, se preparaba para tomar nota de todo lo que estaba por escuchar. Sería una noche larga, en donde incluso el psiquiatra con la mente menos permeable podria sufrir pesadillas. Y así, comenzó el relato de la oveja forzada a ser perro.
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  • 〔«No temes mostrar tus sentimientos, el cómo eres. No ocultas tu esencia tras una máscara, eres real. Y por ello, mantendré mi lucha si así, logro que dejes de mirar al pasado y puedes alzar la mirada hacia el presente.»

    —…

    «Temes el cambio, pero has de confiar. Sin él no podrás abrir los ojos, no podrás ver lo que verdaderamente te rodea, alcanzar lo que deseas. ¿No ansías, pues, elevar tus hojas a las estrellas?»

    —Las luces nocturnas nunca podré rozar… Se encuentran lejos, inalcanzables. Y aquel ojo que siempre me observa se ríe, divertida por la desgracia ajena.

    «La luna no es tu enemiga, pues su luz se encuentra iluminando tu camino. Es el reflejo de tu alma, tu espejo. ¿Por qué crees que su luz sólo ilumina tus hojas?»

    —Entonces… ¿Qué de hacer?

    «Tan solo deja que el viento te lleve a donde te quiera hacer llegar.»〕

    Cerró el libro con un leve clic y lo mantuvo entre sus manos, sus dedos deslizandose con delicadeza sobre la tapa como si acariciara un recuerdo querido. Levantó la mirada hacia él, sus ojos brillando con una mezcla de curiosidad y diversión, mientras una suave sonrisa curvaba sus labios.

    〈 —Relato de una Rosa Azul, by 12 year old me. 〉
    〔«No temes mostrar tus sentimientos, el cómo eres. No ocultas tu esencia tras una máscara, eres real. Y por ello, mantendré mi lucha si así, logro que dejes de mirar al pasado y puedes alzar la mirada hacia el presente.» —… «Temes el cambio, pero has de confiar. Sin él no podrás abrir los ojos, no podrás ver lo que verdaderamente te rodea, alcanzar lo que deseas. ¿No ansías, pues, elevar tus hojas a las estrellas?» —Las luces nocturnas nunca podré rozar… Se encuentran lejos, inalcanzables. Y aquel ojo que siempre me observa se ríe, divertida por la desgracia ajena. «La luna no es tu enemiga, pues su luz se encuentra iluminando tu camino. Es el reflejo de tu alma, tu espejo. ¿Por qué crees que su luz sólo ilumina tus hojas?» —Entonces… ¿Qué de hacer? «Tan solo deja que el viento te lleve a donde te quiera hacer llegar.»〕 Cerró el libro con un leve clic y lo mantuvo entre sus manos, sus dedos deslizandose con delicadeza sobre la tapa como si acariciara un recuerdo querido. Levantó la mirada hacia él, sus ojos brillando con una mezcla de curiosidad y diversión, mientras una suave sonrisa curvaba sus labios. 〈 —Relato de una Rosa Azul, by 12 year old me. 〉
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  • "𝓔𝓵 𝓮𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸 𝓲𝓷𝓮𝓼𝓹𝓮𝓻𝓪𝓭𝓸" con Heinrich Rosenberg

    Siempre era tedioso y agotador lidiar con aquellos estúpidos mafiosos. Aún seguía bajo la atenta mirada de estos pues seguían esperando que Shinobu pagase la gran deuda que su tío dejó.
    Por suerte llegó su hora de "libertad", el momento en el que se iría a casa a ducharse, cenar y descansar. Pero esa noche otros planes vinieron a su mente. Necesitaba algo de aire fresco para desconectar de todo y a altas horas de la noche, en los parques de la zona, no había prácticamente señal de vida humana, era el momento ideal. Empezó a deambular por un bello y gran parque que contaba con una amplia variedad de flores y árboles. Las tenues luces de las farolas iluminaban el lugar lo suficiente como para que se pudiera ver todo con claridad. Claro que tampoco le eran necesarias dichas luces, una de las cualidades de su naturaleza lobuna era una buena visión nocturna.

    -Esos malditos desgraciados... Si tan solo pudiera partirles la cara a todos...- Murmuraba maldiciendo a los yakuza que andaban tras de él.

    Mientras caminaba lentamente, escupiendo maldiciones por momentos, sacó su cajetilla de cigarrillos, tomó uno, lo llevó a sus labios, lo encendió y procedió a dar una gran calada. Exhaló el humo mientras cerraba los ojos. Se le notaba realmente cansado y lo único que quería era alejarse del mundanal ruido del ocio nocturno y de la gente ebria.
    "𝓔𝓵 𝓮𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸 𝓲𝓷𝓮𝓼𝓹𝓮𝓻𝓪𝓭𝓸" con [Heinz_Vamp] Siempre era tedioso y agotador lidiar con aquellos estúpidos mafiosos. Aún seguía bajo la atenta mirada de estos pues seguían esperando que Shinobu pagase la gran deuda que su tío dejó. Por suerte llegó su hora de "libertad", el momento en el que se iría a casa a ducharse, cenar y descansar. Pero esa noche otros planes vinieron a su mente. Necesitaba algo de aire fresco para desconectar de todo y a altas horas de la noche, en los parques de la zona, no había prácticamente señal de vida humana, era el momento ideal. Empezó a deambular por un bello y gran parque que contaba con una amplia variedad de flores y árboles. Las tenues luces de las farolas iluminaban el lugar lo suficiente como para que se pudiera ver todo con claridad. Claro que tampoco le eran necesarias dichas luces, una de las cualidades de su naturaleza lobuna era una buena visión nocturna. -Esos malditos desgraciados... Si tan solo pudiera partirles la cara a todos...- Murmuraba maldiciendo a los yakuza que andaban tras de él. Mientras caminaba lentamente, escupiendo maldiciones por momentos, sacó su cajetilla de cigarrillos, tomó uno, lo llevó a sus labios, lo encendió y procedió a dar una gran calada. Exhaló el humo mientras cerraba los ojos. Se le notaba realmente cansado y lo único que quería era alejarse del mundanal ruido del ocio nocturno y de la gente ebria.
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  • Confieso que soy una desgraciada con personas que me coquetean pero no me interesan.
    Confieso que soy una desgraciada con personas que me coquetean pero no me interesan.
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  • "𝓔𝓵 𝓲𝓷𝓬𝓲𝓭𝓮𝓷𝓽𝓮" con Kazuo

    Desde que descubrió el "incidente" de que alguien le hizo una foto y la utilizó en una galería, provocando que mucha gente le reconociera por las calles e incluso algunos le parasen para pedirle modelar, siempre que iba a la ciudad intentaba por todos los medios pasar desapercibido y que nadie pudiera reconocerle.
    Siempre que salía de los bosques intentaba hacerle saber a su amigo que marcharía quizá por algunas horas, tal vez podría ser unos días, quién sabía. Pero ya hacía mucho tiempo que no pisiba aquel apartamento que muy entrecomilladamente pudo llamar su hogar durante un tiempo. ¿Seguirían allí las pocas cosas que dejó? Esa noche de lluvia emprendió camino y se coló en el aprtamento sin ser visto, obviamente haciendo uso de su agilidad y habilidades sobrehumanas. Estado allí pudo ver que todo seguía tal y como lo dejó, quizá con la excepción de que algunas cosas parecían haber sido revueltas y tiradas por el suelo. Miró entre sus cosas y finalmente encontró el teléfono móvil que los mafiosos le hicieron usar. No tenía batería, lógicamente, por lo que enseguida lo puso a cargar y lo encendió. Solo quería comprobar si había algo de interés.
    No esperaba ni por asomo lo que encontraría... A parte de reiteradas llamadas perdidas por parte de los yakuza, recibió una serie de mensajes bastante recientes de un numero desconocido que... No tardó en adivinar de quién era.

    "Vaya, vaya. Parece que te has convertido en todo un modelo, ¿no? Cada vez que paso por esa galería y veo tu foto, recuerdo ese rostro hecho un desastre y empapado en lágrimas. Sería una lástima que todo el mundo pudiera ver las fotos y vídeos que saqué ese día, ¿no crees, mi lindo Shinobu? Te paso un par de ellas para que puedas recordar la maravillosa noche que pasamos juntos... No permitiré que la olvides nunca. Bien, si no quieres convertirte en la próxima estrella p*rno será mejor que vengas a esta dirección, te doy como mucho 5 días. Oh y por supuesto, no traigas a ese desgraciado amigo tuyo."

    Al ver ese mensaje y el par de fotos que, obviamente su tío, le mandó, le recorrió una sensación de ansiedad y asco abrumantes. Su rostro empapado en lágrimas, cuerpo desnudo, lleno de marcas y heridas por todos lados, completamente chorreando el... Fluidos varios. Era horrible. Lo peor de todo es que el día siguiente a esa noche se cumplirían los 5 días desde el mensaje. ¿Qué haría? Debía ir, pero... ¿Cómo avisaría a Kazuo de ello? ¿Debía hacerlo? Mierda...
    Dejó el móvil allí cargando, encendido y se decidió por dejar su aroma lobuno en todo el lugar y no solo eso, sino dejar un rastro casi permanente de su aroma mientras se ponía en marcha. Quizá si pasaba algo el zorro saldría a buscarle y con su aroma podría localizar el teléfono y comprender la situación.
    "𝓔𝓵 𝓲𝓷𝓬𝓲𝓭𝓮𝓷𝓽𝓮" con [8KazuoAihara8] Desde que descubrió el "incidente" de que alguien le hizo una foto y la utilizó en una galería, provocando que mucha gente le reconociera por las calles e incluso algunos le parasen para pedirle modelar, siempre que iba a la ciudad intentaba por todos los medios pasar desapercibido y que nadie pudiera reconocerle. Siempre que salía de los bosques intentaba hacerle saber a su amigo que marcharía quizá por algunas horas, tal vez podría ser unos días, quién sabía. Pero ya hacía mucho tiempo que no pisiba aquel apartamento que muy entrecomilladamente pudo llamar su hogar durante un tiempo. ¿Seguirían allí las pocas cosas que dejó? Esa noche de lluvia emprendió camino y se coló en el aprtamento sin ser visto, obviamente haciendo uso de su agilidad y habilidades sobrehumanas. Estado allí pudo ver que todo seguía tal y como lo dejó, quizá con la excepción de que algunas cosas parecían haber sido revueltas y tiradas por el suelo. Miró entre sus cosas y finalmente encontró el teléfono móvil que los mafiosos le hicieron usar. No tenía batería, lógicamente, por lo que enseguida lo puso a cargar y lo encendió. Solo quería comprobar si había algo de interés. No esperaba ni por asomo lo que encontraría... A parte de reiteradas llamadas perdidas por parte de los yakuza, recibió una serie de mensajes bastante recientes de un numero desconocido que... No tardó en adivinar de quién era. "Vaya, vaya. Parece que te has convertido en todo un modelo, ¿no? Cada vez que paso por esa galería y veo tu foto, recuerdo ese rostro hecho un desastre y empapado en lágrimas. Sería una lástima que todo el mundo pudiera ver las fotos y vídeos que saqué ese día, ¿no crees, mi lindo Shinobu? Te paso un par de ellas para que puedas recordar la maravillosa noche que pasamos juntos... No permitiré que la olvides nunca. Bien, si no quieres convertirte en la próxima estrella p*rno será mejor que vengas a esta dirección, te doy como mucho 5 días. Oh y por supuesto, no traigas a ese desgraciado amigo tuyo." Al ver ese mensaje y el par de fotos que, obviamente su tío, le mandó, le recorrió una sensación de ansiedad y asco abrumantes. Su rostro empapado en lágrimas, cuerpo desnudo, lleno de marcas y heridas por todos lados, completamente chorreando el... Fluidos varios. Era horrible. Lo peor de todo es que el día siguiente a esa noche se cumplirían los 5 días desde el mensaje. ¿Qué haría? Debía ir, pero... ¿Cómo avisaría a Kazuo de ello? ¿Debía hacerlo? Mierda... Dejó el móvil allí cargando, encendido y se decidió por dejar su aroma lobuno en todo el lugar y no solo eso, sino dejar un rastro casi permanente de su aroma mientras se ponía en marcha. Quizá si pasaba algo el zorro saldría a buscarle y con su aroma podría localizar el teléfono y comprender la situación.
    Me shockea
    Me endiabla
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