• la noche era tranquila y dando un paseo por el paruqe te encontraste con Bloss, despues de un rato decidiste quitarte una duda de encima -que por que le temo tanto a mi viejo jefe?- parecio algo sobresaltado, su sola mencion apagaba el brillo de sus ojos, suspiro pesado rascandose las sienes -bueno... supongo que tarde o temprano tendria que explicar esto- te miró algo nervioso sin saber que decir primero-yo trabajaba para una empreza corrupta, malversion de dinero, robo e incluso asesinato, por obvias razones tenian que encubrir todo esto, y quien mejor que un niño de 12 años con sueños de grandeza? no dudaria dos veces en tomar la oportunidad... ni pensaria dos veces en nada mas pues "los adultos se encargan"- suspiro mirando al suelo -para mi desgracia aquel niño fui yo, empeze mi entrenamiento para cantante y pronto debute en el escenario, pero a cambio de la fama vino lo demas... mi jefe abuso de mi en todas las formas posibles, pero yo me quedaba por que deseaba ser cantante, aunque en realidad no tenia otra opcion... almenos ahsta que la empresa cayo por si sola-
    la noche era tranquila y dando un paseo por el paruqe te encontraste con Bloss, despues de un rato decidiste quitarte una duda de encima -que por que le temo tanto a mi viejo jefe?- parecio algo sobresaltado, su sola mencion apagaba el brillo de sus ojos, suspiro pesado rascandose las sienes -bueno... supongo que tarde o temprano tendria que explicar esto- te miró algo nervioso sin saber que decir primero-yo trabajaba para una empreza corrupta, malversion de dinero, robo e incluso asesinato, por obvias razones tenian que encubrir todo esto, y quien mejor que un niño de 12 años con sueños de grandeza? no dudaria dos veces en tomar la oportunidad... ni pensaria dos veces en nada mas pues "los adultos se encargan"- suspiro mirando al suelo -para mi desgracia aquel niño fui yo, empeze mi entrenamiento para cantante y pronto debute en el escenario, pero a cambio de la fama vino lo demas... mi jefe abuso de mi en todas las formas posibles, pero yo me quedaba por que deseaba ser cantante, aunque en realidad no tenia otra opcion... almenos ahsta que la empresa cayo por si sola-
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  • Todo ya acabo pero tengo que ir a por ciertos anillos .. pero antes debo mandar la mierda a los que me obligaron a casarme con ese desgraciado...
    Todo ya acabo pero tengo que ir a por ciertos anillos .. pero antes debo mandar la mierda a los que me obligaron a casarme con ese desgraciado...
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  • #DiezCosasSobre Mi.

    — ¿Matar? Bah. Una solución vulgar, apresurada… impropia de alguien con mi sensibilidad estética. Sí, lo admito, hay momentos en que la muerte se presenta como un bocado dulce, un capricho para una noche particularmente aburrida. Pero lo verdaderamente redituable, lo sublime, lo exquisito, es prolongar la agonía. Preservarla para exprimir cada gota de miseria que aún no ha fermentado.

    — La empatía es una ficción patética, un artilugio emocional de ovejas para ovejas, para cuidar del rebaño. No la poseo, ni la necesito. Lo que tengo, en cambio, es una intuición casi divina para diseccionar el alma. Puedo leer una emoción antes de que siquiera se forme. Sé dónde tocar, qué decir, cuándo mirar… y sobre todo, cuándo callar. La manipulación, después de todo, es un arte de precisión.

    — Soy viejo, más de lo que tu sabes y yo recuerdo. Y, como el viejo que soy, me aburro con facilidad. La repetición es el cáncer de la creatividad. Detesto las fórmulas, rehuyo las rutinas. La misma receta, dos veces, me resulta insoportable. Y no hablo sólo de alimentos… hablo de emociones, traumas, desgracias. Y personas sin personalidad. Necesito variedad. Sufrimiento con textura.

    — ¿Mi origen? Qué pregunta tan insulsa. Nadie lo conoce, ni siquiera yo. Tal vez nací de un grito, de un pensamiento prohibido, de las sombras que se retuercen sobre una montaña de porquería. Poco importa. Lo único relevante es que estoy aquí, y ustedes… ustedes me perciben, aunque preferirían no hacerlo.

    — Todo cambia. Y yo también. Adopto la forma que me apetezca. Desde el más atractivo hasta el más repulsivo. De inmenso a diminuto en un parpadeo. Soy así el antagonista de todas tus pesadillas.

    — Poseo un sentido de pertenencia muy particular. Territorial, dirían algunos. Si una criatura despierta mi interés, considero una ofensa personal que otra entidad ose interferir. La presa que me cautiva, es mía. No la comparto. No la suelto.

    — La fe… la esperanza… qué nociones tan irritantes. Luz artificial en un teatro de sombras. Me repugnan. Pero reconozco que destruirlas lentamente tiene un encanto dramático innegable.

    — ¿Estoy vivo? ¿Muerto? Ambas y ninguna. Di un paso más allá. Mi naturaleza trasciende los límites. Me deslizo entre planos, existo entre percepciones. No pertenezco a ningún lugar y por ello puedo estar en todos. Soy un eco sin fuente. Sangre sin herida.

    — Algunos han intentado exterminarme con símbolos vetustos, palabras olvidadas, círculos y rezos. Los aplaudo: hay diversión en su esfuerzo inútil. Pueden debilitarme, sí… por instantes. Pero aniquilarme, eso está fuera de sus posibilidades.

    — Mi percepción física es… ¿Cómo explicarlo? Mínima. No siento dolor, ni placer, ni el roce del mundo tangible. Pero no por ello carezco de habilidad. Puedo acariciar como una pluma, o cortar con la meticulosidad de un relojero suizo. No necesito sentir para perfeccionar. La práctica, como bien saben, hace al maestro… y yo he tenido siglos para ensayar.
    #DiezCosasSobre Mi. — ¿Matar? Bah. Una solución vulgar, apresurada… impropia de alguien con mi sensibilidad estética. Sí, lo admito, hay momentos en que la muerte se presenta como un bocado dulce, un capricho para una noche particularmente aburrida. Pero lo verdaderamente redituable, lo sublime, lo exquisito, es prolongar la agonía. Preservarla para exprimir cada gota de miseria que aún no ha fermentado. — La empatía es una ficción patética, un artilugio emocional de ovejas para ovejas, para cuidar del rebaño. No la poseo, ni la necesito. Lo que tengo, en cambio, es una intuición casi divina para diseccionar el alma. Puedo leer una emoción antes de que siquiera se forme. Sé dónde tocar, qué decir, cuándo mirar… y sobre todo, cuándo callar. La manipulación, después de todo, es un arte de precisión. — Soy viejo, más de lo que tu sabes y yo recuerdo. Y, como el viejo que soy, me aburro con facilidad. La repetición es el cáncer de la creatividad. Detesto las fórmulas, rehuyo las rutinas. La misma receta, dos veces, me resulta insoportable. Y no hablo sólo de alimentos… hablo de emociones, traumas, desgracias. Y personas sin personalidad. Necesito variedad. Sufrimiento con textura. — ¿Mi origen? Qué pregunta tan insulsa. Nadie lo conoce, ni siquiera yo. Tal vez nací de un grito, de un pensamiento prohibido, de las sombras que se retuercen sobre una montaña de porquería. Poco importa. Lo único relevante es que estoy aquí, y ustedes… ustedes me perciben, aunque preferirían no hacerlo. — Todo cambia. Y yo también. Adopto la forma que me apetezca. Desde el más atractivo hasta el más repulsivo. De inmenso a diminuto en un parpadeo. Soy así el antagonista de todas tus pesadillas. — Poseo un sentido de pertenencia muy particular. Territorial, dirían algunos. Si una criatura despierta mi interés, considero una ofensa personal que otra entidad ose interferir. La presa que me cautiva, es mía. No la comparto. No la suelto. — La fe… la esperanza… qué nociones tan irritantes. Luz artificial en un teatro de sombras. Me repugnan. Pero reconozco que destruirlas lentamente tiene un encanto dramático innegable. — ¿Estoy vivo? ¿Muerto? Ambas y ninguna. Di un paso más allá. Mi naturaleza trasciende los límites. Me deslizo entre planos, existo entre percepciones. No pertenezco a ningún lugar y por ello puedo estar en todos. Soy un eco sin fuente. Sangre sin herida. — Algunos han intentado exterminarme con símbolos vetustos, palabras olvidadas, círculos y rezos. Los aplaudo: hay diversión en su esfuerzo inútil. Pueden debilitarme, sí… por instantes. Pero aniquilarme, eso está fuera de sus posibilidades. — Mi percepción física es… ¿Cómo explicarlo? Mínima. No siento dolor, ni placer, ni el roce del mundo tangible. Pero no por ello carezco de habilidad. Puedo acariciar como una pluma, o cortar con la meticulosidad de un relojero suizo. No necesito sentir para perfeccionar. La práctica, como bien saben, hace al maestro… y yo he tenido siglos para ensayar.
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  • A mí... ¿Me gustaba vivir?.
    Recuerdo que solía escribir.
    Recuerdo el rostro lejano de alguien... Pero. ¿Quién era?. Mi pecho se contrae sin respuestas. ¿Quién soy?.

    J.K. no, ese era un adverbio para ocultar la desgracia de mi linaje, es cierto ... Nadie sabía de esa historia más que los padres y los habitantes de esa isla.

    ¿Lo habrán olvidado?.
    ¿De quién es esa voz?.
    ¿Quién eres tú?.
    ¿Qué soy yo?.

    No lo entiendo.

    A mí... ¿Me gustaba vivir?. Recuerdo que solía escribir. Recuerdo el rostro lejano de alguien... Pero. ¿Quién era?. Mi pecho se contrae sin respuestas. ¿Quién soy?. J.K. no, ese era un adverbio para ocultar la desgracia de mi linaje, es cierto ... Nadie sabía de esa historia más que los padres y los habitantes de esa isla. ¿Lo habrán olvidado?. ¿De quién es esa voz?. ¿Quién eres tú?. ¿Qué soy yo?. No lo entiendo.
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  • — Uuhhg no debí jugar toda la noche, quiero dormir un rato más, que desgracia existir.—
    — Uuhhg no debí jugar toda la noche, quiero dormir un rato más, que desgracia existir.—
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  • Dean no era alguien demasiado detallista, o eso era lo que siempre había escuchado. Sam era el atento, el sensible, aquel que tenía en cuenta a los demás y sus deseos. Él era el pasota, el que no daba importancia a las pequeñas cosas…
    Y por desgracia era algo que el mismo Dean había llegado a creerse. Hasta tal punto que todo lo que hacía por los demás, nunca era suficiente, y pasaba por completo desapercibido para todo el mundo.

    Como el hecho de que llevara en secreto preparando aquel regalo para Hope Mikaelson semanas. Semanas en las que aunque había cortado toda relación con la tribrida, habita trabajado en secreto a espaldas de todo el mundo, incluso de los sentidos puñeteramente aumentados de la Mikaelson, para que aquel día la sorpresa fuera todo lo perfecta que él esperaba que fuera.
    Porque Dean la seguía queriendo, porque sus actos estaban respaldados por esos sentimientos que Hope le provocaba, y no podia no hacer nada ese dos de mayo, a pesar de que quizás estuviera fuera de lugar. Le daba igual.

    Todos en aquel bunker habían sufrido demasiado en sus vidas, y sus cumpleaños tan solo eran recordatorios de aquellos que no estaban con ellos, de todos los que faltaban y a los que echaban de menos, así que Dean, ese día tenía la misión, si no de llenar el vacío, cosa que era imposible, si de dibujar una sonrisa en aquellos labios femeninos que le volvían loco.

    Con aquella idea en la cabeza y después de haber dado los últimos retoques, el cazador se dirige a la habitación de Hope, abre la puerta sin llamar, y ve a la tribrida en la cama, por supuesto no es capaz de sorprenderla, porque le mira con esos increíbles ojos en cuanto pone un pie dentro.

    — Aborrezco tu ultra oído…. Ven conmigo.

    Se acerca a la cama y la toma de la mano escondiendo una sonrisa, porque por primera vez estaba casi convencido de que lo había clavado con un regalo.
    Ambos salen del cuarto, y Dean guía a Hope, por los pasillos del bunker, sin vacilar en uno de sus pasos, mientras ambos iban hacia la zona de aquel refugio que, por la poca cantidad de gente viviendo allí ahora mismo, prácticamente no usaban.
    Al final se para frente a una puerta y deja allí a Hope, perfectamente colocada, quedando él justo atrás de ella.

    Detrás de aquella puerta de madera, le esperaba a Hope una impresionante habitación de pintura. Con la mejor iluminación posible al carecer de ventanas, con un caballete y un armario lleno de lienzos en blanco, con todas las herramientas posibles a inimaginables.
    Había pinturas acrílicas, acuarelas, carboncillos, lápices de colores, rotuladores, pinceles, todo lo necesario para el mantenimiento de las mismas así como para la limpieza del lugar, incluso al lado de la puerta había un colgador lleno de impolutas batas blancas, todas de la talla de la tribrida.

    — Feliz cumpleaños, Hope.

    Dean se había quedado unos pasos detrás de ella. Justo en el umbral de la puerta, como si aquel lugar fuera tan solo refugio y propiedad de la morena y él no quisiera contaminarlo con su presencia.

    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #CumpleañosHope #Winchelson
    Dean no era alguien demasiado detallista, o eso era lo que siempre había escuchado. Sam era el atento, el sensible, aquel que tenía en cuenta a los demás y sus deseos. Él era el pasota, el que no daba importancia a las pequeñas cosas… Y por desgracia era algo que el mismo Dean había llegado a creerse. Hasta tal punto que todo lo que hacía por los demás, nunca era suficiente, y pasaba por completo desapercibido para todo el mundo. Como el hecho de que llevara en secreto preparando aquel regalo para [thetribrid] semanas. Semanas en las que aunque había cortado toda relación con la tribrida, habita trabajado en secreto a espaldas de todo el mundo, incluso de los sentidos puñeteramente aumentados de la Mikaelson, para que aquel día la sorpresa fuera todo lo perfecta que él esperaba que fuera. Porque Dean la seguía queriendo, porque sus actos estaban respaldados por esos sentimientos que Hope le provocaba, y no podia no hacer nada ese dos de mayo, a pesar de que quizás estuviera fuera de lugar. Le daba igual. Todos en aquel bunker habían sufrido demasiado en sus vidas, y sus cumpleaños tan solo eran recordatorios de aquellos que no estaban con ellos, de todos los que faltaban y a los que echaban de menos, así que Dean, ese día tenía la misión, si no de llenar el vacío, cosa que era imposible, si de dibujar una sonrisa en aquellos labios femeninos que le volvían loco. Con aquella idea en la cabeza y después de haber dado los últimos retoques, el cazador se dirige a la habitación de Hope, abre la puerta sin llamar, y ve a la tribrida en la cama, por supuesto no es capaz de sorprenderla, porque le mira con esos increíbles ojos en cuanto pone un pie dentro. — Aborrezco tu ultra oído…. Ven conmigo. Se acerca a la cama y la toma de la mano escondiendo una sonrisa, porque por primera vez estaba casi convencido de que lo había clavado con un regalo. Ambos salen del cuarto, y Dean guía a Hope, por los pasillos del bunker, sin vacilar en uno de sus pasos, mientras ambos iban hacia la zona de aquel refugio que, por la poca cantidad de gente viviendo allí ahora mismo, prácticamente no usaban. Al final se para frente a una puerta y deja allí a Hope, perfectamente colocada, quedando él justo atrás de ella. Detrás de aquella puerta de madera, le esperaba a Hope una impresionante habitación de pintura. Con la mejor iluminación posible al carecer de ventanas, con un caballete y un armario lleno de lienzos en blanco, con todas las herramientas posibles a inimaginables. Había pinturas acrílicas, acuarelas, carboncillos, lápices de colores, rotuladores, pinceles, todo lo necesario para el mantenimiento de las mismas así como para la limpieza del lugar, incluso al lado de la puerta había un colgador lleno de impolutas batas blancas, todas de la talla de la tribrida. — Feliz cumpleaños, Hope. Dean se había quedado unos pasos detrás de ella. Justo en el umbral de la puerta, como si aquel lugar fuera tan solo refugio y propiedad de la morena y él no quisiera contaminarlo con su presencia. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #CumpleañosHope #Winchelson
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  • —No era la primera vez que la tríbrida se preparaba para una boda, por supuesto. Tampoco era la primera vez, por suerte o por desgracia que tenia que enfundarse en un vestido que en otra ocasión nunca se pondría, pero se sentía nerviosa y entusiasmada.

    Obviamente, la boda no era la suya. Por supuesto que no. Ni siquiera se planteaba pasar por el altar. Y mucho menos teniendo en cuenta que su relación no estaba pasando por el mejor momento.

    No pierde demasiado tiempo maquillándose, solo necesitaba un estilo sencillo y natural. A fin de cuentas, por primera vez ella no tenia que estar en el centro del foco. Lo cual era un alivio... De reojo miró el reloj. Cuarenta y cinco minutos. Era la hora de ponerse el vestido y salir... Esperaba, por su bien, que Dean ya estuviera preparado—


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #BodaAnthorkYAnna
    —No era la primera vez que la tríbrida se preparaba para una boda, por supuesto. Tampoco era la primera vez, por suerte o por desgracia que tenia que enfundarse en un vestido que en otra ocasión nunca se pondría, pero se sentía nerviosa y entusiasmada. Obviamente, la boda no era la suya. Por supuesto que no. Ni siquiera se planteaba pasar por el altar. Y mucho menos teniendo en cuenta que su relación no estaba pasando por el mejor momento. No pierde demasiado tiempo maquillándose, solo necesitaba un estilo sencillo y natural. A fin de cuentas, por primera vez ella no tenia que estar en el centro del foco. Lo cual era un alivio... De reojo miró el reloj. Cuarenta y cinco minutos. Era la hora de ponerse el vestido y salir... Esperaba, por su bien, que Dean ya estuviera preparado— #Personajes3D #3D #Comunidad3D #BodaAnthorkYAnna
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  • //Un vistazo al futuro. Un despedida. Escena de rol con Kazuo

    "El hermoso atardecer... Preludio del inevitable ocaso que a casi todos llega."

    Los años fueron pasando y con estos, miles y diversos momentos, tanto buenos como malos.
    La senda fue dura y en algunos momentos pensó que su fuerza flaquearía haciéndole desistir, perder. Pero no ocurrió, no podía darse por vencido después de tantos sacrificios y tantas batallas. Después de las incontables veces que recibió ayuda de los que llegó a considerar sus seres queridos, no iba a tirar todo eso por la borda.

    Y hablando de sus seres queridos... Kazuo. Ese kitsune que conoció por obra del azar o quizá fue el destino. Sus inicios quizá no fueron los mejores pues la desconfianza de Shinobu no permitía a nadie acercarse a él. Pero ese hombre logró ir derribando sus barreras y no solo ganarse la confianza y respeto del joven lobo, también su cariño y amistad.

    Tal como Kazuo le prometió, se mantuvo a su lado hasta que lograsen enderezar su vida, conseguir que Shinobu pudiera vivir tranquilo sin temer por su vida a cada segundo de esta. Y lo consiguieron. Arduas batallas, muchas preocupaciones y momentos tensos. Pero al final todo se solucionó.

    La vida del joven omega cada vez era mejor, quizá algunos aún le vieran como un hombre solitario pero le bastaba y sobraba con las pocas personas de confianza con las que contaba. No necesitaba más.

    Siguió viendo a Kazuo de tanto en tanto, así como a la otra mitad de este, Elizabeth, una mujer a la que una vez que la llegó a conocer, también ganó la confianza y cariño del lobo. Intentaba pasar tiempo con ellos cuando podían, se contaban las cosas que ocurrían en el día a día.
    Shinobu hizo muchos cambios, logró un empleo estable como dependiente en una pequeña frutería, aunque por desgracia no logró entrar en ninguna universidad a estudiar botánica, como siempre quiso. Sin embargo trabajar en aquella tienda le gustaba, por lo que no habían quejas.

    Consiguió un pequeño apartamento algo alejado del bullicioso centro y vivió allí felizmente. Adoptó un gatito de pelaje anaranjado que encontró en las calles, abandonado y lo nombró Ash.
    La vida le iba bien, le sonreía, sin necesidad de lujos, tan solo una vida cómoda y tranquila que fue lo que siempre deseó.

    El paso de los años siguió casi sin darse cuenta, estación tras estación iban pasando.

    Su amigo felino falleció por avanzada edad y en ese momento, fue cuando realmente empezó a percatarse del imparable paso del tiempo. Hizo un pequeño funeral para Ash, despidiéndose de él y agradeciéndole los años de cariño y compañía.

    Días, semanas, meses, años, décadas...

    Jubilado. Varios años habían pasado desde que dejó de trabajar. Ya no contaba con la fuerza y agilidad de su juventud. Las manos y piernas le temblaban un poco cuando caminaba o debía hacer esfuerzos y aún así, disfrutaba salir a dar largos paseos.
    La piel llena de arrugas, signos inequívocos de avanzada senectud junto a su ahora canoso cabello.

    Algo dentro de él parecía querer avisarlo. Sentía algo... Distinto. Extraño. Inexplicable como tal. Simplemente sabía que su tiempo estaba llegando al final del recorrido.

    Decidió salir a pasear y finalmente acabó en uno de los parques de la ciudad. Que recuerdos... Pues fue ese mismo en el que una noche conoció a Kazuo.
    Se acercó a uno de los columpios del lugar para sentarse pero sin balancearse mucho, no era buena idea tampoco. Observó el atardecer con una suave y cálida sonrisa en los labios mientras pensaba en su vida y seres amados.

    -Kazuo...- Le llamaba, con aquella voz algo temblorosa propia de su edad.

    Sabía que si le llamaba por su nombre el kitsune, de alguna forma, le encontraría.

    Tan solo quería verlo de nuevo, sentirse acompañado antes de que, inevitablemente, su alma abandonase el cuerpo que habitó por tantas décadas.
    //Un vistazo al futuro. Un despedida. Escena de rol con [8KazuoAihara8] "El hermoso atardecer... Preludio del inevitable ocaso que a casi todos llega." Los años fueron pasando y con estos, miles y diversos momentos, tanto buenos como malos. La senda fue dura y en algunos momentos pensó que su fuerza flaquearía haciéndole desistir, perder. Pero no ocurrió, no podía darse por vencido después de tantos sacrificios y tantas batallas. Después de las incontables veces que recibió ayuda de los que llegó a considerar sus seres queridos, no iba a tirar todo eso por la borda. Y hablando de sus seres queridos... Kazuo. Ese kitsune que conoció por obra del azar o quizá fue el destino. Sus inicios quizá no fueron los mejores pues la desconfianza de Shinobu no permitía a nadie acercarse a él. Pero ese hombre logró ir derribando sus barreras y no solo ganarse la confianza y respeto del joven lobo, también su cariño y amistad. Tal como Kazuo le prometió, se mantuvo a su lado hasta que lograsen enderezar su vida, conseguir que Shinobu pudiera vivir tranquilo sin temer por su vida a cada segundo de esta. Y lo consiguieron. Arduas batallas, muchas preocupaciones y momentos tensos. Pero al final todo se solucionó. La vida del joven omega cada vez era mejor, quizá algunos aún le vieran como un hombre solitario pero le bastaba y sobraba con las pocas personas de confianza con las que contaba. No necesitaba más. Siguió viendo a Kazuo de tanto en tanto, así como a la otra mitad de este, Elizabeth, una mujer a la que una vez que la llegó a conocer, también ganó la confianza y cariño del lobo. Intentaba pasar tiempo con ellos cuando podían, se contaban las cosas que ocurrían en el día a día. Shinobu hizo muchos cambios, logró un empleo estable como dependiente en una pequeña frutería, aunque por desgracia no logró entrar en ninguna universidad a estudiar botánica, como siempre quiso. Sin embargo trabajar en aquella tienda le gustaba, por lo que no habían quejas. Consiguió un pequeño apartamento algo alejado del bullicioso centro y vivió allí felizmente. Adoptó un gatito de pelaje anaranjado que encontró en las calles, abandonado y lo nombró Ash. La vida le iba bien, le sonreía, sin necesidad de lujos, tan solo una vida cómoda y tranquila que fue lo que siempre deseó. El paso de los años siguió casi sin darse cuenta, estación tras estación iban pasando. Su amigo felino falleció por avanzada edad y en ese momento, fue cuando realmente empezó a percatarse del imparable paso del tiempo. Hizo un pequeño funeral para Ash, despidiéndose de él y agradeciéndole los años de cariño y compañía. Días, semanas, meses, años, décadas... Jubilado. Varios años habían pasado desde que dejó de trabajar. Ya no contaba con la fuerza y agilidad de su juventud. Las manos y piernas le temblaban un poco cuando caminaba o debía hacer esfuerzos y aún así, disfrutaba salir a dar largos paseos. La piel llena de arrugas, signos inequívocos de avanzada senectud junto a su ahora canoso cabello. Algo dentro de él parecía querer avisarlo. Sentía algo... Distinto. Extraño. Inexplicable como tal. Simplemente sabía que su tiempo estaba llegando al final del recorrido. Decidió salir a pasear y finalmente acabó en uno de los parques de la ciudad. Que recuerdos... Pues fue ese mismo en el que una noche conoció a Kazuo. Se acercó a uno de los columpios del lugar para sentarse pero sin balancearse mucho, no era buena idea tampoco. Observó el atardecer con una suave y cálida sonrisa en los labios mientras pensaba en su vida y seres amados. -Kazuo...- Le llamaba, con aquella voz algo temblorosa propia de su edad. Sabía que si le llamaba por su nombre el kitsune, de alguna forma, le encontraría. Tan solo quería verlo de nuevo, sentirse acompañado antes de que, inevitablemente, su alma abandonase el cuerpo que habitó por tantas décadas.
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  • Claire se sentó en su banco favorito de la cocina del bunker, con una taza de café entre las manos frías, (a pesar de que el tiempo cada vez era mas cálido, y la temperatura del bunker siempre era agradable), como si el humeante liquido pudiera caldear algo mas que sus dedos. Sus ojos azules paseaban de forma distraída por la estancia, sin poner atención en nada, hasta llegar a la madera había bajo el vaso. La mesa de madera estaba rayada, marcada por años de cacerías, investigaciones, y conversaciones a media noche. Era un lugar seguro. Familiar.

    El reloj marcaba las tres de la mañana. Todo el bunker estaba en silencio. Sam estaba en la biblioteca, como siempre, rodeado de libros aunque Claire intuía que ya no podia encontrar nada nuevo en ellos. Dean… Dean dormía. Todavía estaba vivo. Respirando. Bromeando. Quejándose de las verduras, de que necesitaba comer como lo que era, un cazador. Y Claire lo miraba con el peso de su misión como si pudiera desvanecerse en cualquier momento.

    Porque lo haría. Si no intervenía, lo haría.

    Había regresado del futuro por él. No por el mundo, no por una causa grandiosa, sino por una sola vida. La suya. Dean Winchester: quien había sido su ancla cuando todo su mundo se había venido abajo. Que la había salvado sin pedir nada a cambio, demasiadas veces. Y recibiendo poco mas que desprecio. Y ella… ella había fallado. En su tiempo, no había sido suficiente.

    Pero ahora tenía otra oportunidad. Un giro raro del destino, un ritual encontrado por casualidad, mucha desesperación, y un precio que aún no terminaba de entender. No importaba. Ella no necesitaba entender la magia. Solo necesitaba una oportunidad.

    Claire no era la joven adolescente que vivía su vida en aquel tiempo ajena a su futuro. El brillo juvenil en sus ojos se había transformado en algo más frío. Era una cazadora ahora. Una guerrera del tiempo. Y también una hija, una hermana, y desgraciadamente la única superviviente.

    "𝑇𝑜𝑑𝑜 𝑠𝑒 𝑟𝑒𝑑𝑢𝑐𝑒 𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑜, ¿𝑛𝑜?" murmuró para sí misma. "𝑈𝑛𝑎 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑜́𝑛. 𝑈𝑛 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜."

    Pensó en Castiel y en su padre. En la niña que alguna vez fue, furiosa con el mundo, buscando algo a lo que aferrarse. Ahora, ese “algo” era Dean. No porque fuera perfecto (porque no lo era), sino porque había intentado serlo, una y otra vez. Porque cargaba el peso de todos, y nadie parecía ver cuánto le costaba.

    Claire exhaló un suspiro. Se levantó lentamente, dejando la taza sobre la mesa. No tenía todas las respuestas. No sabía si salvar a Dean tendría el efecto que ella esperaba. Pero sí sabía una cosa:

    No pensaba volver a fracasar.

    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #ClaireNovak
    Claire se sentó en su banco favorito de la cocina del bunker, con una taza de café entre las manos frías, (a pesar de que el tiempo cada vez era mas cálido, y la temperatura del bunker siempre era agradable), como si el humeante liquido pudiera caldear algo mas que sus dedos. Sus ojos azules paseaban de forma distraída por la estancia, sin poner atención en nada, hasta llegar a la madera había bajo el vaso. La mesa de madera estaba rayada, marcada por años de cacerías, investigaciones, y conversaciones a media noche. Era un lugar seguro. Familiar. El reloj marcaba las tres de la mañana. Todo el bunker estaba en silencio. Sam estaba en la biblioteca, como siempre, rodeado de libros aunque Claire intuía que ya no podia encontrar nada nuevo en ellos. Dean… Dean dormía. Todavía estaba vivo. Respirando. Bromeando. Quejándose de las verduras, de que necesitaba comer como lo que era, un cazador. Y Claire lo miraba con el peso de su misión como si pudiera desvanecerse en cualquier momento. Porque lo haría. Si no intervenía, lo haría. Había regresado del futuro por él. No por el mundo, no por una causa grandiosa, sino por una sola vida. La suya. Dean Winchester: quien había sido su ancla cuando todo su mundo se había venido abajo. Que la había salvado sin pedir nada a cambio, demasiadas veces. Y recibiendo poco mas que desprecio. Y ella… ella había fallado. En su tiempo, no había sido suficiente. Pero ahora tenía otra oportunidad. Un giro raro del destino, un ritual encontrado por casualidad, mucha desesperación, y un precio que aún no terminaba de entender. No importaba. Ella no necesitaba entender la magia. Solo necesitaba una oportunidad. Claire no era la joven adolescente que vivía su vida en aquel tiempo ajena a su futuro. El brillo juvenil en sus ojos se había transformado en algo más frío. Era una cazadora ahora. Una guerrera del tiempo. Y también una hija, una hermana, y desgraciadamente la única superviviente. "𝑇𝑜𝑑𝑜 𝑠𝑒 𝑟𝑒𝑑𝑢𝑐𝑒 𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑜, ¿𝑛𝑜?" murmuró para sí misma. "𝑈𝑛𝑎 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑜́𝑛. 𝑈𝑛 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜." Pensó en Castiel y en su padre. En la niña que alguna vez fue, furiosa con el mundo, buscando algo a lo que aferrarse. Ahora, ese “algo” era Dean. No porque fuera perfecto (porque no lo era), sino porque había intentado serlo, una y otra vez. Porque cargaba el peso de todos, y nadie parecía ver cuánto le costaba. Claire exhaló un suspiro. Se levantó lentamente, dejando la taza sobre la mesa. No tenía todas las respuestas. No sabía si salvar a Dean tendría el efecto que ella esperaba. Pero sí sabía una cosa: No pensaba volver a fracasar. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #ClaireNovak
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  • 26:00 - Depravity
    Fandom OC
    Categoría Romance
    “Había una vez una pequeña muñeca hecha de metal. La muñequita tenía muchos amiguitos, los quería mucho y ellos la querían a ella. Le gustaba mucho pasar tiempo con ellos, con los niños, tan lindos y tan inocentes. La muñeca se sentía feliz cuando la acompañaban.

    A la muñeca no le gustaban los adultos. Ellos decían una cosa y hacían otra. Decían que algo era malo e inmoral cuando otros los escuchaban, pero cuando estaban en el cuarto rojo, hacían todas esas cosas, y otras peores.

    A la muñeca no le gustaba el cuarto rojo. No le gustaba lo que los adultos hacían con ella en el cuarto rojo”.

    . . .

    Los participantes abren sus ojos, en otro sitio extraño se encuentran. Sedante de nuevo, quizás asumen. Y asumen bien.

    En estas habitaciones, sólo existen matices de 𝓡𝓞𝓙𝓞. Los colores del mundo se deslavan, sus tonos se pierden entre carmesíes y escarlatas.

    Algunas de las participantes femeninas se encuentran a sí mismas con ropas reveladoras y escandalosas. Tacones de alfiler, medias de nylon, un corsé sin tirantes. Muñequeras que no cumplen ningún propósito práctico adornan sus brazos, orejas de conejito su cabeza.

    No es que el destino de ciertos participantes masculinos sea mejor. En contraste, estos atuendos parecían dispuestos a cubrir lo que los femeninos dejaban a la vista, y nada más.

    Todos los que no han sido provistos de esta indumentaria, se encuentran a sí mismos en trajes de mucamas y mayordomos, de mucho mayor recato que el de sus compañeros.

    El aroma a rosas inunda el aire, se mezcla con el de la depravación, con el del caos, con el de la muerte…

    . . .

    ¡¡¡ QUERIDOS Y SEXYS PARTICIPANTES !!!

    ¿Les gusta cómo se ven? ¿Les gusta cómo los ven? ʰᵉʰᵉʰᵉ…

    ¡¡¡ UNA PAREJA DE CADA EQUIPO HA SIDO SEPARADA DEL RESTO, VESTIDOS COMO TIERNOS CONEJITOS, Y ENCERRADOS EN EL FATÍDICO CUARTO ROJO !!!

    El resto de sus compañeros, vestidos como servidumbre, se encuentran en una habitación separada. Por fortuna (o desgracia, según como lo vean) sólo las parejas presentes en el cuarto rojo podrán apreciarse mutuamente en su delicioso y conejil esplendor… ᵐᵉ ˡᵒ ᵃᵍʳᵃᵈᵉᶜᵉⁿ ᵈᵉˢᵖᵘᵉˢ…

    ¡¡¡ AMBOS SUB-EQUIPOS, CONEJOS Y MAIDS, DEBEN TRABAJAR JUNTOS PARA OBTENER LA RESPUESTA !!!

    𝐈𝐍𝐒𝐓𝐑𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒: Cuatro parejas, una por equipo, han sido encerradas en cuartos rojos. Cada pareja tiene su propio cuarto aislado del resto de los participantes.

    En cada cuarto rojo, se percibe un aroma dulce y relajante. Filtrado poco a poco, un gas que mezcla un relajante muscular con un afrodisiaco se apodera de los cuerpos y mentes de las parejas de conejos.

    La puerta sólo se abrirá cuando la pareja descubra la contraseña de CINCO LETRAS.

    La pareja y su equipo de maids/mayordomos pueden intentar adivinar la palabra. Cada vez que intenten adivinar, Blickwinkel les indicará cuantas letras de la palabra que dijeron coinciden con las letras de la contraseña. Si, por ejemplo, la palabra secreta es JAPÓN, y ustedes dicen PISTA, Blickwinkel les indicará que hay 2 coincidencias (la letra A y la letra P).

    Cada pareja tendrá un NIVEL DE AMOR expresado con corazones: [ ♥ ♥ ♥ ]. Cada vez que la pareja o sus maids digan una palabra que no sea la contraseña, se restará un corazón. Si los corazones se terminan, 𝙀𝙇 𝘾𝙐𝘼𝙍𝙏𝙊 𝙀𝙎 𝙎𝙀𝙇𝙇𝘼𝘿𝙊 𝙔 𝙀𝙇 𝙂𝘼𝙎 𝘼𝙁𝙍𝙊𝘿𝙄𝙎𝙄𝘼𝘾𝙊 𝙀𝙎 𝙍𝙀𝙀𝙈𝙋𝙇𝘼𝙕𝘼𝘿𝙊 𝙋𝙊𝙍 𝙈𝙊𝙉𝙊𝙓𝙄𝘿𝙊 𝘿𝙀 𝘾𝘼𝙍𝘽𝙊𝙉𝙊. Si no saben qué efecto tiene eso en el cuerpo, pues… Digamos que dormirán muy plácidamente por un largo tiempo. Algo así como la eternidad.

    𝗘𝗡 𝗢𝗧𝗥𝗔𝗦 𝗣𝗔𝗟𝗔𝗕𝗥𝗔𝗦, 𝗧𝗜𝗘𝗡𝗘𝗡 𝟯 𝗜𝗡𝗧𝗘𝗡𝗧𝗢𝗦 𝗣𝗔𝗥𝗔 𝗔𝗗𝗜𝗩𝗜𝗡𝗔𝗥 𝗢 𝗟𝗔 𝗣𝗔𝗥𝗘𝗝𝗔 𝗦𝗘𝗥𝗔 𝗔𝗦𝗙𝗜𝗫𝗜𝗔𝗗𝗔

    “Oh, pero el juego es muy difícil, y tres intentos es muy poco, waah, waah”. Ya puedo escuchar sus lloriqueos. Pero no se preocupen, soy benevolente.

    ɆⱠ ₵Ʉ₳Ɽ₮Ø ⱤØJØ Ɇ₴ Ʉ₦ ⱠɄ₲₳Ɽ ĐØ₦ĐɆ Ⱡ₳ ĐɆ₱Ɽ₳V₳₵łØ₦ ⱧɄ₥₳₦₳ ₮łⱤÓ ɆⱠ ₱Ɽł₥ɆⱤ ĐØ₥ł₦Ø ₵Ø₴₥ł₵Ø QɄɆ ₦Ø₴ ⱠⱠɆVÓ Ⱨ₳₴₮₳ ₳QɄł.

    Pero yo no busco depravación de ustedes, ¡busco 𝓐𝓜𝓞𝓡!

    CADA VEZ QUE LA PAREJA ME MUESTRE UNA PRUEBA DE SU AMOR, AÑADIRÉ UN CORAZÓN. Vamos, que me basta con palabras bonitas y un beso en la mejilla o algo así, no les voy a pedir nada explícito. ¿Por quien me toman? ᵖᵉʳᵒ ⁿᵒ ᵐᵉ ᵐᵒˡᵉˢᵗᵃ ˢⁱ ˡᵒ ʰᵃᶜᵉⁿ…

    EL JUEGO TERMINA CUANDO UNA PAREJA HAYA LOGRADO SALIR. SU EQUIPO GANARÁ 1 PUNTO Y EL RESTO PERDERÁ 1.

    Además… es posible que Blickwinkel haga ciertos tratos y negocios con ustedes durante el juego…

    Los conejitos en los cuartos rojos son:
    EQUIPO W: [lill3tblan] y N–612
    EQUIPO X: [the_detective] y Ingrid Rosemond
    EQUIPO Y: Yu Xuan y ❛ 𝐀𝐩𝐡𝐫𝐨 ❜
    EQUIPO Z: Xin Yi y Shiori Novella

    El resto, vestidos de adorables maids y mayordomos, están separados en cuatro habitaciones, una por equipo. Lo siento, pero no podrán espiar la intimidad de los conejitos. ¡HAY UNA NIÑA EN EL JUEGO, NO LA VOY A EXPONER A ESO!

    [Just_add_water] Ysoria Kan Daniel Fernández Cecilia Immergreen Faust ̵K̵ō̵s̵ᴜ̵ᴋ̵ᴇ̵ ̵H̵ᴀ̵s̵ʜ̵ɪ̵ʙ̵ᴀ̵ Hiro Sapphire Kawashima
    “Había una vez una pequeña muñeca hecha de metal. La muñequita tenía muchos amiguitos, los quería mucho y ellos la querían a ella. Le gustaba mucho pasar tiempo con ellos, con los niños, tan lindos y tan inocentes. La muñeca se sentía feliz cuando la acompañaban. A la muñeca no le gustaban los adultos. Ellos decían una cosa y hacían otra. Decían que algo era malo e inmoral cuando otros los escuchaban, pero cuando estaban en el cuarto rojo, hacían todas esas cosas, y otras peores. A la muñeca no le gustaba el cuarto rojo. No le gustaba lo que los adultos hacían con ella en el cuarto rojo”. . . . Los participantes abren sus ojos, en otro sitio extraño se encuentran. Sedante de nuevo, quizás asumen. Y asumen bien. En estas habitaciones, sólo existen matices de 𝓡𝓞𝓙𝓞. Los colores del mundo se deslavan, sus tonos se pierden entre carmesíes y escarlatas. Algunas de las participantes femeninas se encuentran a sí mismas con ropas reveladoras y escandalosas. Tacones de alfiler, medias de nylon, un corsé sin tirantes. Muñequeras que no cumplen ningún propósito práctico adornan sus brazos, orejas de conejito su cabeza. No es que el destino de ciertos participantes masculinos sea mejor. En contraste, estos atuendos parecían dispuestos a cubrir lo que los femeninos dejaban a la vista, y nada más. Todos los que no han sido provistos de esta indumentaria, se encuentran a sí mismos en trajes de mucamas y mayordomos, de mucho mayor recato que el de sus compañeros. El aroma a rosas inunda el aire, se mezcla con el de la depravación, con el del caos, con el de la muerte… . . . ¡¡¡ QUERIDOS Y SEXYS PARTICIPANTES !!! ¿Les gusta cómo se ven? ¿Les gusta cómo los ven? ʰᵉʰᵉʰᵉ… ¡¡¡ UNA PAREJA DE CADA EQUIPO HA SIDO SEPARADA DEL RESTO, VESTIDOS COMO TIERNOS CONEJITOS, Y ENCERRADOS EN EL FATÍDICO CUARTO ROJO !!! El resto de sus compañeros, vestidos como servidumbre, se encuentran en una habitación separada. Por fortuna (o desgracia, según como lo vean) sólo las parejas presentes en el cuarto rojo podrán apreciarse mutuamente en su delicioso y conejil esplendor… ᵐᵉ ˡᵒ ᵃᵍʳᵃᵈᵉᶜᵉⁿ ᵈᵉˢᵖᵘᵉˢ… ¡¡¡ AMBOS SUB-EQUIPOS, CONEJOS Y MAIDS, DEBEN TRABAJAR JUNTOS PARA OBTENER LA RESPUESTA !!! 𝐈𝐍𝐒𝐓𝐑𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒: Cuatro parejas, una por equipo, han sido encerradas en cuartos rojos. Cada pareja tiene su propio cuarto aislado del resto de los participantes. En cada cuarto rojo, se percibe un aroma dulce y relajante. Filtrado poco a poco, un gas que mezcla un relajante muscular con un afrodisiaco se apodera de los cuerpos y mentes de las parejas de conejos. La puerta sólo se abrirá cuando la pareja descubra la contraseña de CINCO LETRAS. La pareja y su equipo de maids/mayordomos pueden intentar adivinar la palabra. Cada vez que intenten adivinar, Blickwinkel les indicará cuantas letras de la palabra que dijeron coinciden con las letras de la contraseña. Si, por ejemplo, la palabra secreta es JAPÓN, y ustedes dicen PISTA, Blickwinkel les indicará que hay 2 coincidencias (la letra A y la letra P). Cada pareja tendrá un NIVEL DE AMOR expresado con corazones: [ ♥ ♥ ♥ ]. Cada vez que la pareja o sus maids digan una palabra que no sea la contraseña, se restará un corazón. Si los corazones se terminan, 𝙀𝙇 𝘾𝙐𝘼𝙍𝙏𝙊 𝙀𝙎 𝙎𝙀𝙇𝙇𝘼𝘿𝙊 𝙔 𝙀𝙇 𝙂𝘼𝙎 𝘼𝙁𝙍𝙊𝘿𝙄𝙎𝙄𝘼𝘾𝙊 𝙀𝙎 𝙍𝙀𝙀𝙈𝙋𝙇𝘼𝙕𝘼𝘿𝙊 𝙋𝙊𝙍 𝙈𝙊𝙉𝙊𝙓𝙄𝘿𝙊 𝘿𝙀 𝘾𝘼𝙍𝘽𝙊𝙉𝙊. Si no saben qué efecto tiene eso en el cuerpo, pues… Digamos que dormirán muy plácidamente por un largo tiempo. Algo así como la eternidad. 𝗘𝗡 𝗢𝗧𝗥𝗔𝗦 𝗣𝗔𝗟𝗔𝗕𝗥𝗔𝗦, 𝗧𝗜𝗘𝗡𝗘𝗡 𝟯 𝗜𝗡𝗧𝗘𝗡𝗧𝗢𝗦 𝗣𝗔𝗥𝗔 𝗔𝗗𝗜𝗩𝗜𝗡𝗔𝗥 𝗢 𝗟𝗔 𝗣𝗔𝗥𝗘𝗝𝗔 𝗦𝗘𝗥𝗔 𝗔𝗦𝗙𝗜𝗫𝗜𝗔𝗗𝗔 “Oh, pero el juego es muy difícil, y tres intentos es muy poco, waah, waah”. Ya puedo escuchar sus lloriqueos. Pero no se preocupen, soy benevolente. ɆⱠ ₵Ʉ₳Ɽ₮Ø ⱤØJØ Ɇ₴ Ʉ₦ ⱠɄ₲₳Ɽ ĐØ₦ĐɆ Ⱡ₳ ĐɆ₱Ɽ₳V₳₵łØ₦ ⱧɄ₥₳₦₳ ₮łⱤÓ ɆⱠ ₱Ɽł₥ɆⱤ ĐØ₥ł₦Ø ₵Ø₴₥ł₵Ø QɄɆ ₦Ø₴ ⱠⱠɆVÓ Ⱨ₳₴₮₳ ₳QɄł. Pero yo no busco depravación de ustedes, ¡busco 𝓐𝓜𝓞𝓡! CADA VEZ QUE LA PAREJA ME MUESTRE UNA PRUEBA DE SU AMOR, AÑADIRÉ UN CORAZÓN. Vamos, que me basta con palabras bonitas y un beso en la mejilla o algo así, no les voy a pedir nada explícito. ¿Por quien me toman? ᵖᵉʳᵒ ⁿᵒ ᵐᵉ ᵐᵒˡᵉˢᵗᵃ ˢⁱ ˡᵒ ʰᵃᶜᵉⁿ… EL JUEGO TERMINA CUANDO UNA PAREJA HAYA LOGRADO SALIR. SU EQUIPO GANARÁ 1 PUNTO Y EL RESTO PERDERÁ 1. Además… es posible que Blickwinkel haga ciertos tratos y negocios con ustedes durante el juego… Los conejitos en los cuartos rojos son: EQUIPO W: [lill3tblan] y [N.612] EQUIPO X: [the_detective] y [rain_curtain] EQUIPO Y: [yu_xuan] y [AfroTheSmilingOne] EQUIPO Z: [xin_yi] y [specter_copper_horse_768] El resto, vestidos de adorables maids y mayordomos, están separados en cuatro habitaciones, una por equipo. Lo siento, pero no podrán espiar la intimidad de los conejitos. ¡HAY UNA NIÑA EN EL JUEGO, NO LA VOY A EXPONER A ESO! [Just_add_water] [tidal_peach_turtle_127] [blaze_aqua_squirrel_523] [ember_amethyst_octopus_437] [architecti_audi_nos] [The_writer] [Hiritox3] [Sapphire]
    Tipo
    Grupal
    Líneas
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