• •Recuerdos de Haku•

    {Hoy comenzaba otro día de entrenamiento. Las clases con mi nuevo mentor solían ser duras y agotadoras, pero cada jornada me dejaba con la sensación de que mis fuerzas crecían, y también mis ganas.}

    {Por suerte, aquella mañana no encontré al espectro fanfarrón en ninguna parte. No era raro que los espíritus prefirieran vagar a su antojo, apareciendo y desapareciendo sin aviso. Pero cuando era niña para mi desgracia, él no lo hacía. Todas las noches, justo cuándo apagaba la luz y me acurrucaba en mi cama, ahí estaba. De pie, paradote contra el brillo de la ventana, recordándome con su sola presencia que no me dejaría sola. Él podía sentir mi miedo, lo olía como un cuervo puede oler la carne muerta. Y hasta el día de hoy estoy convencida de que fue él quien perturbaba mis sueños, retorciéndolos hasta volverlos pesadillas. Dolorosas, pero cada una me dejaba una enseñanza, un consejo. Él se colaba en mi mente mientras dormía.}

    {Al principio, entre nosotros no hubo palabras. Solo estaba yo, creciendo bajo su presencia, acostumbrándome poco a poco a tenerlo como un espectador silencioso en cada momento de mi vida. Estaba ahí en mis cumpleaños, en navidades, en las fiestas escolares e incluso en los viajes familiares. Siempre, como una sombra.}

    {Con el tiempo me atreví a hablarle. En realidad, era yo quien llenaba las habitaciones y rincones con mi voz, contándole cosas sin parar mientras él escuchaba en un silencio que a veces se volvía insoportable. Solo respondía cuando quería, con esa voz metálica y áspera. Recuerdo un día en especial. Estábamos en el campo, visitando a la mujer más anciana de la familia de mi madre. Me atreví a decirle que su forma humanoide me incomodaba, y que no tenía nada de espiritual. Y claro… lo ofendí. Se irguió frente a mí, con su rostro serio cómo siempre, y me preguntó con un tono desafiante qué forma debería tomar entonces.}

    {Mi mirada se perdió por alguna parte, donde corría libre el caballo más hermoso que yo había visto. El de la abuela. Señalé con una sonrisa brillante.}

    —Un caballo como el de la abuela… es el más hermoso de todo el campo.

    {Y justo en ese momento, un águila voló por los cielos sobre nuestras cabezas, dejando escapar un chillido. Con la emoción de una niña, lo señalé con el dedo.}

    —¡Un águila! ¡Mira, Puff, un águila!

    {El espíritu, en silencio, pareció tomar nota. Y esa misma tarde decidió tomar las formas de las dos criaturas que más me fascinaban. Así nació la forma que aún conserva: mitad caballo, mitad águila. Ya no era una sombra, sino un ser majestuoso que representaba lo que él más amaba en el mundo: La libertad.}


    •Recuerdos de Haku•📖 {Hoy comenzaba otro día de entrenamiento. Las clases con mi nuevo mentor solían ser duras y agotadoras, pero cada jornada me dejaba con la sensación de que mis fuerzas crecían, y también mis ganas.} {Por suerte, aquella mañana no encontré al espectro fanfarrón en ninguna parte. No era raro que los espíritus prefirieran vagar a su antojo, apareciendo y desapareciendo sin aviso. Pero cuando era niña para mi desgracia, él no lo hacía. Todas las noches, justo cuándo apagaba la luz y me acurrucaba en mi cama, ahí estaba. De pie, paradote contra el brillo de la ventana, recordándome con su sola presencia que no me dejaría sola. Él podía sentir mi miedo, lo olía como un cuervo puede oler la carne muerta. Y hasta el día de hoy estoy convencida de que fue él quien perturbaba mis sueños, retorciéndolos hasta volverlos pesadillas. Dolorosas, pero cada una me dejaba una enseñanza, un consejo. Él se colaba en mi mente mientras dormía.} {Al principio, entre nosotros no hubo palabras. Solo estaba yo, creciendo bajo su presencia, acostumbrándome poco a poco a tenerlo como un espectador silencioso en cada momento de mi vida. Estaba ahí en mis cumpleaños, en navidades, en las fiestas escolares e incluso en los viajes familiares. Siempre, como una sombra.} {Con el tiempo me atreví a hablarle. En realidad, era yo quien llenaba las habitaciones y rincones con mi voz, contándole cosas sin parar mientras él escuchaba en un silencio que a veces se volvía insoportable. Solo respondía cuando quería, con esa voz metálica y áspera. Recuerdo un día en especial. Estábamos en el campo, visitando a la mujer más anciana de la familia de mi madre. Me atreví a decirle que su forma humanoide me incomodaba, y que no tenía nada de espiritual. Y claro… lo ofendí. Se irguió frente a mí, con su rostro serio cómo siempre, y me preguntó con un tono desafiante qué forma debería tomar entonces.} {Mi mirada se perdió por alguna parte, donde corría libre el caballo más hermoso que yo había visto. El de la abuela. Señalé con una sonrisa brillante.} —Un caballo como el de la abuela… es el más hermoso de todo el campo. {Y justo en ese momento, un águila voló por los cielos sobre nuestras cabezas, dejando escapar un chillido. Con la emoción de una niña, lo señalé con el dedo.} —¡Un águila! ¡Mira, Puff, un águila! {El espíritu, en silencio, pareció tomar nota. Y esa misma tarde decidió tomar las formas de las dos criaturas que más me fascinaban. Así nació la forma que aún conserva: mitad caballo, mitad águila. Ya no era una sombra, sino un ser majestuoso que representaba lo que él más amaba en el mundo: La libertad.}
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  • -Ahora venía lo realmente difícil.....Hablarle a gente sin parecer un desgraciado supongo.-
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  • « 𝑰𝒏𝒆𝒗𝒊𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 »
    Fandom OC
    Categoría Original
    —La joven Scuderi se encontraba de lo más estresada aquellos días ya que había estado practicando hechizos sin parar y también porque no paraba de estudiar, ella siempre solía ser así y el tener que lidiar con los comentarios sarcásticos de Alejandro no ayudaba para nada a mejorar su estado de ánimo.

    Por lo que decidió salir de su habitación a recorrer los pasillos hasta poder cruzar los jardines, aquellos hermosos jardines de las afueras de la Academia, lugar en el que Ginny solía relajarse y despejar la mente, sentándose sobre el césped mientras arrancaba flores que estaban repartidas sobre éste cuando de pronto, sintió una presencia que por desgracia, conocía bastante bien y a su vez, se giró de golpe en busca de la persona o criatura que había alterado su paz y su tranquilidad, claramente molesta—

    —La joven Scuderi se encontraba de lo más estresada aquellos días ya que había estado practicando hechizos sin parar y también porque no paraba de estudiar, ella siempre solía ser así y el tener que lidiar con los comentarios sarcásticos de Alejandro no ayudaba para nada a mejorar su estado de ánimo. Por lo que decidió salir de su habitación a recorrer los pasillos hasta poder cruzar los jardines, aquellos hermosos jardines de las afueras de la Academia, lugar en el que Ginny solía relajarse y despejar la mente, sentándose sobre el césped mientras arrancaba flores que estaban repartidas sobre éste cuando de pronto, sintió una presencia que por desgracia, conocía bastante bien y a su vez, se giró de golpe en busca de la persona o criatura que había alterado su paz y su tranquilidad, claramente molesta—
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  • -las manos del castigo, es uno de mis ataques principales- solto unas risitas mientras se paraba sobre la niebla, lamnos ocupadas destrozando los cuerpos de un grupo de hombres a lo lejos -que? quisieron sellar a una de mis hermanas, por desgracia a diferencia de las otras yo dependo de crear un dominio si deseo usar mi magia completa, solo puedo usar pociones fuera de este, al estar hecha de humo y niebla todos ms ataques dependen de esta, ni peor debilidad? dias de viento- solto unas risitas mientras observaba aquella masacre a lo lejos
    -las manos del castigo, es uno de mis ataques principales- solto unas risitas mientras se paraba sobre la niebla, lamnos ocupadas destrozando los cuerpos de un grupo de hombres a lo lejos -que? quisieron sellar a una de mis hermanas, por desgracia a diferencia de las otras yo dependo de crear un dominio si deseo usar mi magia completa, solo puedo usar pociones fuera de este, al estar hecha de humo y niebla todos ms ataques dependen de esta, ni peor debilidad? dias de viento- solto unas risitas mientras observaba aquella masacre a lo lejos
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  • — Esta guerra, madre, es una maldición de los Siete. — Murmuró la más joven de los Verdes — Una maldición porque hemos hecho las cosas mal ¡Tú lo sabes! ¡Todos lo sabemos! Usurpar el Trono de Hierro nos ha traído solo desgracia.

    Alicent la miró en silencio durante unos largos segundos, que para Daemyra, parecían ser una eternidad. La mirada de su madre era penosa, adolorida por el sufrimiento de su hija; no solo había perdido a su prometido, sinó, también a su sobrino favorito.

    ☆ Alicent: — Entonces huyamos, mi amor. Hablaré con Rhaenyra, he de ir a jurarle mi lealtad, pero huyamos. — Cuando la Reina Viuda habló, Daemyra negó con la cabeza. — ¿No?

    — No. Hemos comenzado una guerra, y debemos terminarla, aún si eso incluye nuestra muerte. — La Princesa hizo una breve pausa. — Si quieres huir, si quieres traicionar a tus hijos: hazlo. Pero nunca vuelvas a buscar nuestro cariño, ni nuestro cuidado en caso de ganar ésta desgracia.

    — Esta guerra, madre, es una maldición de los Siete. — Murmuró la más joven de los Verdes — Una maldición porque hemos hecho las cosas mal ¡Tú lo sabes! ¡Todos lo sabemos! Usurpar el Trono de Hierro nos ha traído solo desgracia. Alicent la miró en silencio durante unos largos segundos, que para Daemyra, parecían ser una eternidad. La mirada de su madre era penosa, adolorida por el sufrimiento de su hija; no solo había perdido a su prometido, sinó, también a su sobrino favorito. ☆ Alicent: — Entonces huyamos, mi amor. Hablaré con Rhaenyra, he de ir a jurarle mi lealtad, pero huyamos. — Cuando la Reina Viuda habló, Daemyra negó con la cabeza. — ¿No? — No. Hemos comenzado una guerra, y debemos terminarla, aún si eso incluye nuestra muerte. — La Princesa hizo una breve pausa. — Si quieres huir, si quieres traicionar a tus hijos: hazlo. Pero nunca vuelvas a buscar nuestro cariño, ni nuestro cuidado en caso de ganar ésta desgracia.
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  • —Queen… —[tidal_orange_cow_718] sonrió de lado, con la calma de quien ya ha visto reinos nacer y caer bajo sus manos—. Así que mi legado. Muy bien, pequeña niña, escucha con atención una verdad que corre por tu sangre:
    El caos.
    El caos no es ruina, Lili.
    Es el jardín donde la belleza crece sin permiso. Donde lo imperfecto florece… porque nadie lo ordenó. Ese es tu legado.

    Sus palabras quedaron tatuadas en mi memoria, incluso cuando me alejé hacia la ciudad, guiada por la sed oscura del ente que se alimenta de las sombras. Aceché en la penumbra a los que habían perdido todo: desgraciados que malvivían sin ganas de luchar, abandonando sus miedos como carroña para que yo los devorara. Sentí la fuerza crecer en mi interior, un poder que me devoraba tanto como me fortalecía.

    Pero no bastaba. Necesitaba comprender.

    Así que subí al edificio más alto. El viento me recibió como un verdugo que no olvida, azotando cada fibra de mi cuerpo. Me acerqué al borde, el corazón latiendo como un tambor de guerra. Cerré los ojos y recordé: “El caos florece sin que nadie lo ordene”.

    Oz... —Susurré.—

    Entonces… me dejé caer de espaldas. Sin resistencia. Sin miedo.
    Fluir con el caos.

    Siento mis huesos romperse en mil pedazos... No duele. Una llama arde en mi.

    Primero, nada.
    Después, un rugido ensordecedor.
    Nada otra vez.
    Sirenas de coches. Explosiones.
    Otra vez nada.

    Y cuando abrí los ojos, estaba rodeada de llamas. Un mar de caos ardía a mi alrededor. Helicópteros surcaban el cielo como aves desesperadas. Bomberos gritaban, ahogados entre humo y fuego. La ciudad gritaba.

    —¡Aquí hay una superviviente! —vociferó uno de ellos al verme.

    Me incorporé entre cenizas, el cuerpo débil, pero las manos ardiendo con un calor extraño, como brasas negras latiendo bajo la piel. El fuego no me consumía: me reconocía. El desastre no me rechazaba: me pertenecía.

    Las palabras de Ozma regresaron, retumbando como un presagio:
    "El caos no es ruina. Es el jardín donde la belleza crece sin permiso."

    Y allí, en el corazón ardiente de la destrucción, entendí la duda que me perseguía:
    ¿Soy la flor que brota del caos, o soy la ruina disfrazada de belleza?

    Las llamas danzaban, esperando mi respuesta.
    —Queen… —[tidal_orange_cow_718] sonrió de lado, con la calma de quien ya ha visto reinos nacer y caer bajo sus manos—. Así que mi legado. Muy bien, pequeña niña, escucha con atención una verdad que corre por tu sangre: El caos. El caos no es ruina, Lili. Es el jardín donde la belleza crece sin permiso. Donde lo imperfecto florece… porque nadie lo ordenó. Ese es tu legado. Sus palabras quedaron tatuadas en mi memoria, incluso cuando me alejé hacia la ciudad, guiada por la sed oscura del ente que se alimenta de las sombras. Aceché en la penumbra a los que habían perdido todo: desgraciados que malvivían sin ganas de luchar, abandonando sus miedos como carroña para que yo los devorara. Sentí la fuerza crecer en mi interior, un poder que me devoraba tanto como me fortalecía. Pero no bastaba. Necesitaba comprender. Así que subí al edificio más alto. El viento me recibió como un verdugo que no olvida, azotando cada fibra de mi cuerpo. Me acerqué al borde, el corazón latiendo como un tambor de guerra. Cerré los ojos y recordé: “El caos florece sin que nadie lo ordene”. Oz... —Susurré.— Entonces… me dejé caer de espaldas. Sin resistencia. Sin miedo. Fluir con el caos. Siento mis huesos romperse en mil pedazos... No duele. Una llama arde en mi. Primero, nada. Después, un rugido ensordecedor. Nada otra vez. Sirenas de coches. Explosiones. Otra vez nada. Y cuando abrí los ojos, estaba rodeada de llamas. Un mar de caos ardía a mi alrededor. Helicópteros surcaban el cielo como aves desesperadas. Bomberos gritaban, ahogados entre humo y fuego. La ciudad gritaba. —¡Aquí hay una superviviente! —vociferó uno de ellos al verme. Me incorporé entre cenizas, el cuerpo débil, pero las manos ardiendo con un calor extraño, como brasas negras latiendo bajo la piel. El fuego no me consumía: me reconocía. El desastre no me rechazaba: me pertenecía. Las palabras de Ozma regresaron, retumbando como un presagio: "El caos no es ruina. Es el jardín donde la belleza crece sin permiso." Y allí, en el corazón ardiente de la destrucción, entendí la duda que me perseguía: ¿Soy la flor que brota del caos, o soy la ruina disfrazada de belleza? Las llamas danzaban, esperando mi respuesta.
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  • Nadie nace siendo cool

    *Ray saca de su bolsillo una foto arrugada de Eric, el campeón de quimera, una de las cuatro facciones principales, sacude la foto un par de veces como si fuera algo muy serio*

    …excepto este desgraciado

    *Guarda la foto en uno de los bolsillos de su chaqueta, agregando*

    La tengo por ...razones
    Nadie nace siendo cool *Ray saca de su bolsillo una foto arrugada de Eric, el campeón de quimera, una de las cuatro facciones principales, sacude la foto un par de veces como si fuera algo muy serio* …excepto este desgraciado *Guarda la foto en uno de los bolsillos de su chaqueta, agregando* La tengo por ...razones
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  • -Tal vez si es tonta o débil, pero para ya no dejarse por nadie y terminar su caída a la desgracia, puso sus mano en su pecho.

    Este mismo brillo de forma intensa, puso mueca de dolor, cayendo de rodillas, su respiración se agita, consiguiendo una gran determinación, aleja su mano de su pecho, seguido por una intensa luz.

    Tan pronto se disipa, en su mano parecer aparecer lo que parecía ser su corazón. -

    Estas demasiado dañado... Por lo cual, lo mejor será ponerte en un lugar seguro.

    -Tan pronto termino de decir aquello, hizo desparecer su corazón, ocultandolo en algún lugar seguro del desolado castillo de la armonía.

    Con eso consiguió sentir su pecho más liviano, no sentía aquel dolor agudo qué siempre la atormentaba, posiblemente es debil o tonta por hacer eso, pero ese dolor es algo que la estaba consumiendo y ahora ya no sentía ese pesar. -
    -Tal vez si es tonta o débil, pero para ya no dejarse por nadie y terminar su caída a la desgracia, puso sus mano en su pecho. Este mismo brillo de forma intensa, puso mueca de dolor, cayendo de rodillas, su respiración se agita, consiguiendo una gran determinación, aleja su mano de su pecho, seguido por una intensa luz. Tan pronto se disipa, en su mano parecer aparecer lo que parecía ser su corazón. - Estas demasiado dañado... Por lo cual, lo mejor será ponerte en un lugar seguro. -Tan pronto termino de decir aquello, hizo desparecer su corazón, ocultandolo en algún lugar seguro del desolado castillo de la armonía. Con eso consiguió sentir su pecho más liviano, no sentía aquel dolor agudo qué siempre la atormentaba, posiblemente es debil o tonta por hacer eso, pero ese dolor es algo que la estaba consumiendo y ahora ya no sentía ese pesar. -
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  • -Desde las penumbras, en la cima de la torre de aquel castillo que fue hogar de la armonía.

    El nuevo ser que nació de un hueco qué nació en ella, nuevamente en la soledad, la cual nuevamente la reclamo. -

    Tal parece que las cosas podrían animarse.

    -El fuerte viento jugaba con sus cabellos, mientras su mirada ahora es reemplazada por un gran frialdad que ahora cubria su corazón, el cual ahora estaba encerrado por una gran coraza de hielo.

    Su mirada ahora ya no es la misma, oscurecida por esa soledad que ahora le acompaña. -

    Ni se como se podrán si me ven caída en desgracia..

    -Se recargo contra las paredes, mientas permanece sentada -
    -Desde las penumbras, en la cima de la torre de aquel castillo que fue hogar de la armonía. El nuevo ser que nació de un hueco qué nació en ella, nuevamente en la soledad, la cual nuevamente la reclamo. - Tal parece que las cosas podrían animarse. -El fuerte viento jugaba con sus cabellos, mientras su mirada ahora es reemplazada por un gran frialdad que ahora cubria su corazón, el cual ahora estaba encerrado por una gran coraza de hielo. Su mirada ahora ya no es la misma, oscurecida por esa soledad que ahora le acompaña. - Ni se como se podrán si me ven caída en desgracia.. -Se recargo contra las paredes, mientas permanece sentada -
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    || Perdónenme la vida, a Telmex viene arregla el cagadero y luego las lluvias vuelven a desconectar el cable, los desgraciado de todo esto… es que se tardan días en venir.. y que no me puedo cambiar de compañía porque no llega otra, hasta aquí mi reporte
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