-Ya no me da tiempo ni de darme un baño tranquilo sin recibir avisos. Habrá que prepararse rápido.
Siempre mantenía cerca el teléfono móvil, desechable, que usaba para que los gobernantes del que era su país natal le contactasen. Ello suponía que podían avisarle para una nueva misión en cualquier momento y si le decían que era de máxima urgencia, debía abandonar lo que estuviera haciendo y dar la mayor prioridad a su trabajo.
Justo en ese momento le habían pillado en la habitación de hotel en la que se estaba hospedando, tomando un relajante baño. Le hubiera gustado seguir ahí más tiempo, pero el deber le llamaba y jamás se permitía hacer un trabajo mediocre.
Siempre mantenía cerca el teléfono móvil, desechable, que usaba para que los gobernantes del que era su país natal le contactasen. Ello suponía que podían avisarle para una nueva misión en cualquier momento y si le decían que era de máxima urgencia, debía abandonar lo que estuviera haciendo y dar la mayor prioridad a su trabajo.
Justo en ese momento le habían pillado en la habitación de hotel en la que se estaba hospedando, tomando un relajante baño. Le hubiera gustado seguir ahí más tiempo, pero el deber le llamaba y jamás se permitía hacer un trabajo mediocre.
-Ya no me da tiempo ni de darme un baño tranquilo sin recibir avisos. Habrá que prepararse rápido.
Siempre mantenía cerca el teléfono móvil, desechable, que usaba para que los gobernantes del que era su país natal le contactasen. Ello suponía que podían avisarle para una nueva misión en cualquier momento y si le decían que era de máxima urgencia, debía abandonar lo que estuviera haciendo y dar la mayor prioridad a su trabajo.
Justo en ese momento le habían pillado en la habitación de hotel en la que se estaba hospedando, tomando un relajante baño. Le hubiera gustado seguir ahí más tiempo, pero el deber le llamaba y jamás se permitía hacer un trabajo mediocre.
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