• ─A veces siento que esto no resultó como esperaba. ¿Pudo ser diferente? Al margen de eso, debo ser un idiota al pensar que cuestionar mis acciones automáticamente me hará mejor persona, y tampoco me devolverá a mi madre.─


    Intentar convencer a civilizaciones enteras de que su imperio es la salvación a todos sus problemas globales y que todos los habitantes decidan revelarse ante ellos sin dudas era la peor parte. El joven soldado era un guerrera desde su nacimiento y fue entrenado para destruir a todos sus enemigos, sin embargo muy en el fondo el deseaba que las razas a conquistar acepten su destino y así no tener que asesinar a nadie. Muchos aceptaban sin problemas, pero en esta ocasión fue la excepción y el se vio obligado a terminar con sus vidas. Se detuvo brevemente para observar como otra civilización terminó muriendo gracias a su estupidez y poco sentido común.


    ─No obstante, debo ser más tonto por dudar sobre mi imperio. El universo nos necesita; podemos finalizar sus guerras, eliminar el hambre y brindarles mejor tecnología. ¿Soy débil por pensar que puedo estar equivocado con todo esto?─


    Dijo el Viltrumita antes de marcharse; dejando atrás un rastro de sangre y destrucción masiva a lo largo y ancho de todo el planeta. Su misión falló, pero eso por supuesto no lo detendría de continuar con su deber. Al final todos verán la luz al final de la oscuridad y aceptarán que sin Viltrum ellos estarán destinados a la extinción.

    ─A veces siento que esto no resultó como esperaba. ¿Pudo ser diferente? Al margen de eso, debo ser un idiota al pensar que cuestionar mis acciones automáticamente me hará mejor persona, y tampoco me devolverá a mi madre.─ Intentar convencer a civilizaciones enteras de que su imperio es la salvación a todos sus problemas globales y que todos los habitantes decidan revelarse ante ellos sin dudas era la peor parte. El joven soldado era un guerrera desde su nacimiento y fue entrenado para destruir a todos sus enemigos, sin embargo muy en el fondo el deseaba que las razas a conquistar acepten su destino y así no tener que asesinar a nadie. Muchos aceptaban sin problemas, pero en esta ocasión fue la excepción y el se vio obligado a terminar con sus vidas. Se detuvo brevemente para observar como otra civilización terminó muriendo gracias a su estupidez y poco sentido común. ─No obstante, debo ser más tonto por dudar sobre mi imperio. El universo nos necesita; podemos finalizar sus guerras, eliminar el hambre y brindarles mejor tecnología. ¿Soy débil por pensar que puedo estar equivocado con todo esto?─ Dijo el Viltrumita antes de marcharse; dejando atrás un rastro de sangre y destrucción masiva a lo largo y ancho de todo el planeta. Su misión falló, pero eso por supuesto no lo detendría de continuar con su deber. Al final todos verán la luz al final de la oscuridad y aceptarán que sin Viltrum ellos estarán destinados a la extinción.
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  • "La destrucción del planeta es solo el primer paso. No importa cuantas vidas estén en juego, lo único que deseo es hacer tu vida miserable. Es un precio razonable a cambio de la conquista de cientos de dimensiones". ─Dijo con serenidad el joven soldado en su mente.

    ¿Realmente debía confiar en aquel viajero en el tiempo? ¿Y si resulta que al final del camino termine traicionándolo? Ya habían pasado 3 días desde la invasión y el numero de victimas era incalculable. Mark, ya un poco más acostumbrado a sembrar el terror entre sus enemigos y conquistar civilizaciones enteras se mantenía aún en los cielos, con el traje de soldado Viltrumita parcialmente manchado con sangre inocente y de algunos héroes que se interpusieron en su misión.

    Mi misión ha terminado por el momento y he sobrevivido. Gloria a Viltrum, y todo aquel que no esté de acuerdo lo aplastaré. ─Apretó su puño con algo de rabia, esto no era lo que esperaba después de todo.
    "La destrucción del planeta es solo el primer paso. No importa cuantas vidas estén en juego, lo único que deseo es hacer tu vida miserable. Es un precio razonable a cambio de la conquista de cientos de dimensiones". ─Dijo con serenidad el joven soldado en su mente. ¿Realmente debía confiar en aquel viajero en el tiempo? ¿Y si resulta que al final del camino termine traicionándolo? Ya habían pasado 3 días desde la invasión y el numero de victimas era incalculable. Mark, ya un poco más acostumbrado a sembrar el terror entre sus enemigos y conquistar civilizaciones enteras se mantenía aún en los cielos, con el traje de soldado Viltrumita parcialmente manchado con sangre inocente y de algunos héroes que se interpusieron en su misión. Mi misión ha terminado por el momento y he sobrevivido. Gloria a Viltrum, y todo aquel que no esté de acuerdo lo aplastaré. ─Apretó su puño con algo de rabia, esto no era lo que esperaba después de todo.
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  • "𝚀𝚞𝚊𝚍𝚊𝚖 𝚍𝚒𝚎 𝚏𝚞𝚒 𝚍𝚘𝚖𝚒𝚗𝚞𝚜 𝚖𝚘𝚛𝚝𝚒𝚜 𝚎𝚝 𝚗𝚞𝚗𝚌 𝚗𝚎 𝚖𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚍𝚎𝚖 𝚟𝚒𝚍𝚎𝚛𝚎 𝚙𝚘𝚝𝚎𝚜𝚝."

    El mundo seguía cambiando y evolucionando con el paso de los siglos y con este, los humanos y sus civilizaciones.

    Nath-Rahel permanecía siendo el mismo día tras día, año tras año, siglo tras siglo, procurando adaptarse al mundo que le rodeaba y que parecía pudrirse y deteriorarse cada vez más rápido. Pero claro... ¿Podía alguien podrido y roto como él realmente quejarse del declive de la humanidad?

    Siglo tras siglo intentaba hallar la forma de recuperar su magnificencia, su inconmensurado poder, aquel que esa odiosa bruja que le maldijo, le arrebató.
    Buscaba en libros, viajaba a variados lugares del mundo en busca de posibles respuestas. Necesitaba volver a ser el poderoso y temido nigromante que un día fue. Y juraba vengarse de todo el linaje existente de aquella bruja una vez lo consiguiera.

    Ya hacía varios años que ejercía la misma profesión, debiendo mudarse a diversas ciudades y países cada ciertos años para no levantar sospechas por su carencia de rasgos de senectud, a pesar de sobrepasar con creces la esperanza de vida humana. Albañil. Ese era el empleo por el que optó y se le daba bastante bien, un lugar donde ejercer cierta fuerza para cansarse un poco, tranquilo, nadie le molestaba.
    Sus compañeros le tenían por alguien sombrío y solitario, pero a pesar de ello le creían muy buen hombre, amable, atento y de grato conversar. Una perfecta ilusión en la caía casi todo aquel que le conociera.

    [...]

    Ese día se encontraba trabajando en una obra relativamente nueva, a penas estaban empezando con los cimientos del edificio.

    Nath era un hombre que a simple vista podía parecer común, del montón, pero de cerca y con detalle tenía ciertas características que le hacían destacar. Alto, con un cuerpo tan bien trabajado que parecía piedra tallada por un cincel divino. Un rostro de facciones varoniles pero no muy abruptas, cabello del más oscuro azabache y sus ojos, aquello que más podía llamar la atención, unos bellos zafiros bordeados por marcadas y oscuras ojeras.

    Por supuesto que más de una vez se aprovechó de su para nada desagradable apariencia para atraer a alguien con quien experimentar e intentar recuperar parte de su poder y conocimientos.

    Ya había perdido la cuenta de cuántos cadáveres tuvo que deshacerse a lo largo de los últimos años.
    "𝚀𝚞𝚊𝚍𝚊𝚖 𝚍𝚒𝚎 𝚏𝚞𝚒 𝚍𝚘𝚖𝚒𝚗𝚞𝚜 𝚖𝚘𝚛𝚝𝚒𝚜 𝚎𝚝 𝚗𝚞𝚗𝚌 𝚗𝚎 𝚖𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚍𝚎𝚖 𝚟𝚒𝚍𝚎𝚛𝚎 𝚙𝚘𝚝𝚎𝚜𝚝." El mundo seguía cambiando y evolucionando con el paso de los siglos y con este, los humanos y sus civilizaciones. Nath-Rahel permanecía siendo el mismo día tras día, año tras año, siglo tras siglo, procurando adaptarse al mundo que le rodeaba y que parecía pudrirse y deteriorarse cada vez más rápido. Pero claro... ¿Podía alguien podrido y roto como él realmente quejarse del declive de la humanidad? Siglo tras siglo intentaba hallar la forma de recuperar su magnificencia, su inconmensurado poder, aquel que esa odiosa bruja que le maldijo, le arrebató. Buscaba en libros, viajaba a variados lugares del mundo en busca de posibles respuestas. Necesitaba volver a ser el poderoso y temido nigromante que un día fue. Y juraba vengarse de todo el linaje existente de aquella bruja una vez lo consiguiera. Ya hacía varios años que ejercía la misma profesión, debiendo mudarse a diversas ciudades y países cada ciertos años para no levantar sospechas por su carencia de rasgos de senectud, a pesar de sobrepasar con creces la esperanza de vida humana. Albañil. Ese era el empleo por el que optó y se le daba bastante bien, un lugar donde ejercer cierta fuerza para cansarse un poco, tranquilo, nadie le molestaba. Sus compañeros le tenían por alguien sombrío y solitario, pero a pesar de ello le creían muy buen hombre, amable, atento y de grato conversar. Una perfecta ilusión en la caía casi todo aquel que le conociera. [...] Ese día se encontraba trabajando en una obra relativamente nueva, a penas estaban empezando con los cimientos del edificio. Nath era un hombre que a simple vista podía parecer común, del montón, pero de cerca y con detalle tenía ciertas características que le hacían destacar. Alto, con un cuerpo tan bien trabajado que parecía piedra tallada por un cincel divino. Un rostro de facciones varoniles pero no muy abruptas, cabello del más oscuro azabache y sus ojos, aquello que más podía llamar la atención, unos bellos zafiros bordeados por marcadas y oscuras ojeras. Por supuesto que más de una vez se aprovechó de su para nada desagradable apariencia para atraer a alguien con quien experimentar e intentar recuperar parte de su poder y conocimientos. Ya había perdido la cuenta de cuántos cadáveres tuvo que deshacerse a lo largo de los últimos años.
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  • ★ "¡Vaya, vaya! Alguien pisó tu corazón como si fuera un bicho en la acera, ¿eh? Bueno, al menos no fue un camión... Aunque, pensándolo bien, un camión te hubiera mandado al hospital con comida gratis y flores de desconocidos. ¡Eso sí es una compensación!"

    ★ "Escucha, sé que duele. Lo sé porque he visto civilizaciones enteras desmoronarse por amor. Algunos quemaron imperios, otros escribieron poesía terrible. Tú, en cambio, solo pareces tener ganas de hacerte bolita y cuestionar tu existencia. Un avance, supongo."

    ★ "Pero, oye, míralo por el lado bueno. Ahora tienes tiempo libre. Puedes aprender a tocar la guitarra, hacer un negocio de repostería o unirte a una secta... aunque eso último no lo recomiendo. Siempre terminan en cosas raras."

    ★ "¿Sabes qué? Te voy a decir un secreto cósmico... Nadie sobrevive al amor ileso. Todos llevamos cicatrices, algunas visibles, otras en el alma. Pero las cicatrices no significan que estés roto. Significan que viviste, que sentiste, que apostaste todo por algo real. Y eso, amigo mío, es más valioso que cualquier cuento con final feliz."

    ★ "Así que llora si tienes que llorar, grita si hace falta... pero después, sigue adelante. Porque el universo no se detiene por un corazón roto, y tú tampoco deberías hacerlo."
    ★ "¡Vaya, vaya! Alguien pisó tu corazón como si fuera un bicho en la acera, ¿eh? Bueno, al menos no fue un camión... Aunque, pensándolo bien, un camión te hubiera mandado al hospital con comida gratis y flores de desconocidos. ¡Eso sí es una compensación!" ★ "Escucha, sé que duele. Lo sé porque he visto civilizaciones enteras desmoronarse por amor. Algunos quemaron imperios, otros escribieron poesía terrible. Tú, en cambio, solo pareces tener ganas de hacerte bolita y cuestionar tu existencia. Un avance, supongo." ★ "Pero, oye, míralo por el lado bueno. Ahora tienes tiempo libre. Puedes aprender a tocar la guitarra, hacer un negocio de repostería o unirte a una secta... aunque eso último no lo recomiendo. Siempre terminan en cosas raras." ★ "¿Sabes qué? Te voy a decir un secreto cósmico... Nadie sobrevive al amor ileso. Todos llevamos cicatrices, algunas visibles, otras en el alma. Pero las cicatrices no significan que estés roto. Significan que viviste, que sentiste, que apostaste todo por algo real. Y eso, amigo mío, es más valioso que cualquier cuento con final feliz." ★ "Así que llora si tienes que llorar, grita si hace falta... pero después, sigue adelante. Porque el universo no se detiene por un corazón roto, y tú tampoco deberías hacerlo."
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  • || Me quedó con 2 reflexiones del problema de los 3 cuerpos.

    En el universo solo hay 2 civilizaciones, las calladas y las destruidas.

    La debilidad y la ignorancia dañan a la civilización, pero la arrogancia las destruye.
    || Me quedó con 2 reflexiones del problema de los 3 cuerpos. En el universo solo hay 2 civilizaciones, las calladas y las destruidas. La debilidad y la ignorancia dañan a la civilización, pero la arrogancia las destruye.
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  • El ser metálico caminaba con pasos fluidos, como si su cuerpo estuviera hecho de mercurio vivo. Su superficie reflejaba el entorno, distorsionando la pradera en ondas líquidas con cada movimiento. No tenía rasgos definidos, salvo dos ojos profundos como el vacío, y una voz que resonaba más en la mente que en los oídos. Ghost, con las manos en los bolsillos y su típica sonrisa ladeada, caminaba a su lado sin prisa.

    El ser detuvo su avance por un momento, contemplando la vastedad del paisaje.

    ~ No esperaba encontrar a alguien como tú aquí.

    Ghost arqueó una ceja y giró el rostro hacia él con una media sonrisa.

    —¿Alguien como yo? Oh, claro. Un guía para los extraviados. Un loco con el cabello naranja que habla demasiado. Un ser que no encaja ni aquí ni allá.

    El ente emitió un sonido que se asemejaba a un eco distante, casi como una risa sin emoción.

    ~ No. Alguien que aún mira la existencia con asombro.

    Ghost inclinó la cabeza, su expresión volviéndose más analítica.

    —Bueno, alguien tiene que hacerlo. Tú, en cambio… pareces agotado.

    El ser mantuvo su postura, pero la superficie de su cuerpo onduló lentamente, como si hubiera soltado un suspiro sin tener pulmones.

    ~ No de la existencia… sino de su repetición. He visto civilizaciones alzarse y colapsar, estrellas nacer y morir. He visto cada historia comenzar y terminar, una y otra vez.

    Ghost silbó con fingida admiración y le dio un leve codazo en el costado metálico, provocando un eco vibrante.

    —Ah, el dilema de los que duran más de lo que deberían. ¿Y qué vas a hacer con ello? ¿Quejarte o encontrarle un propósito?

    El ser guardó silencio. Su cuerpo brilló tenuemente con tonos azulados.

    ~ He tenido propósitos. Algunos fugaces, otros milenarios… pero todos se desvanecieron.

    Ghost chasqueó la lengua y abrió los brazos.

    —Sí, todo desaparece. Y sin embargo, aquí sigues. Pregunta real: ¿qué te detiene de simplemente… terminarlo?

    La figura metálica parpadeó. Sus formas se tornaron inestables, fluctuando en patrones incomprensibles.

    ~ …No lo sé.

    Ghost sonrió, más suave esta vez, y le dio una palmada en la espalda, su mano dejando una breve distorsión en la superficie reflectante.

    —Exacto. No es que no puedas. Es que no quieres. Aún esperas algo. Algo que haga que todo este tiempo tenga sentido.

    El ser metálico levantó la mirada hacia la línea del horizonte. Su cuerpo se estabilizó, reflejando la luz del cielo como un espejo impoluto.

    ~ …Quizá.

    Ghost se llevó las manos a la nuca, caminando con un aire despreocupado.

    —Entonces sigue moviéndote, amigo. Si sigues buscando, es porque aún hay algo por encontrar.

    El ser emitió un tenue destello, como si hubiera comprendido algo. Dio un paso adelante, y Ghost lo siguió, silbando una melodía sin nombre, mientras la pradera dorada se extendía infinita ante ellos.
    El ser metálico caminaba con pasos fluidos, como si su cuerpo estuviera hecho de mercurio vivo. Su superficie reflejaba el entorno, distorsionando la pradera en ondas líquidas con cada movimiento. No tenía rasgos definidos, salvo dos ojos profundos como el vacío, y una voz que resonaba más en la mente que en los oídos. Ghost, con las manos en los bolsillos y su típica sonrisa ladeada, caminaba a su lado sin prisa. El ser detuvo su avance por un momento, contemplando la vastedad del paisaje. ~ No esperaba encontrar a alguien como tú aquí. Ghost arqueó una ceja y giró el rostro hacia él con una media sonrisa. —¿Alguien como yo? Oh, claro. Un guía para los extraviados. Un loco con el cabello naranja que habla demasiado. Un ser que no encaja ni aquí ni allá. El ente emitió un sonido que se asemejaba a un eco distante, casi como una risa sin emoción. ~ No. Alguien que aún mira la existencia con asombro. Ghost inclinó la cabeza, su expresión volviéndose más analítica. —Bueno, alguien tiene que hacerlo. Tú, en cambio… pareces agotado. El ser mantuvo su postura, pero la superficie de su cuerpo onduló lentamente, como si hubiera soltado un suspiro sin tener pulmones. ~ No de la existencia… sino de su repetición. He visto civilizaciones alzarse y colapsar, estrellas nacer y morir. He visto cada historia comenzar y terminar, una y otra vez. Ghost silbó con fingida admiración y le dio un leve codazo en el costado metálico, provocando un eco vibrante. —Ah, el dilema de los que duran más de lo que deberían. ¿Y qué vas a hacer con ello? ¿Quejarte o encontrarle un propósito? El ser guardó silencio. Su cuerpo brilló tenuemente con tonos azulados. ~ He tenido propósitos. Algunos fugaces, otros milenarios… pero todos se desvanecieron. Ghost chasqueó la lengua y abrió los brazos. —Sí, todo desaparece. Y sin embargo, aquí sigues. Pregunta real: ¿qué te detiene de simplemente… terminarlo? La figura metálica parpadeó. Sus formas se tornaron inestables, fluctuando en patrones incomprensibles. ~ …No lo sé. Ghost sonrió, más suave esta vez, y le dio una palmada en la espalda, su mano dejando una breve distorsión en la superficie reflectante. —Exacto. No es que no puedas. Es que no quieres. Aún esperas algo. Algo que haga que todo este tiempo tenga sentido. El ser metálico levantó la mirada hacia la línea del horizonte. Su cuerpo se estabilizó, reflejando la luz del cielo como un espejo impoluto. ~ …Quizá. Ghost se llevó las manos a la nuca, caminando con un aire despreocupado. —Entonces sigue moviéndote, amigo. Si sigues buscando, es porque aún hay algo por encontrar. El ser emitió un tenue destello, como si hubiera comprendido algo. Dio un paso adelante, y Ghost lo siguió, silbando una melodía sin nombre, mientras la pradera dorada se extendía infinita ante ellos.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ¡Aviso importante sobre Malvyna en el Tiempo!

    Antes que nada… sí, lo admito, soy una tikismiquis de primer nivel. Me obsesiono con los detalles, sobrepienso todo y, cuando menos lo espero, ya estoy reescribiendo medio universo porque "hmm, esto no me termina de cerrar". Pero bueno, ¡todo sea por una historia mejor contada!

    Dicho esto… ¡voy a relanzar la serie! Después de analizar, corregir, reestructurar y contrastar datos y epocas, ajusté los tiempos y narraciones para que todo encaje como debe ser. También tuve que priorizar algunas civilizaciones sobre otras, porque no puedo mandarla a todos los rincones de la historia (aunque ganas no me faltaban).

    Gracias por la paciencia y espero que todo esto valga la pena
    🔥¡Aviso importante sobre Malvyna en el Tiempo! 🔥 Antes que nada… sí, lo admito, soy una tikismiquis de primer nivel. :STK-38: Me obsesiono con los detalles, sobrepienso todo y, cuando menos lo espero, ya estoy reescribiendo medio universo porque "hmm, esto no me termina de cerrar". Pero bueno, ¡todo sea por una historia mejor contada! Dicho esto… ¡voy a relanzar la serie! 🎉 Después de analizar, corregir, reestructurar y contrastar datos y epocas, ajusté los tiempos y narraciones para que todo encaje como debe ser. También tuve que priorizar algunas civilizaciones sobre otras, porque no puedo mandarla a todos los rincones de la historia (aunque ganas no me faltaban). Gracias por la paciencia y espero que todo esto valga la pena✨ :STK-25:
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  • No puedo evitarlo, tengo un gusto por la exploración.

    En mis investigaciones descubrí civilizaciones perdidas en el tiempo. algunas ..es como si nunca hubieran pasado milenios, sus construcciones estan prácticamente nuevas

    Probablemente algunas deseaban desaparecer y enterrar sus secretos para que nadie los encuentre o quizás se escondían de algún mal que trágicamente acabo con todos
    No puedo evitarlo, tengo un gusto por la exploración. En mis investigaciones descubrí civilizaciones perdidas en el tiempo. algunas ..es como si nunca hubieran pasado milenios, sus construcciones estan prácticamente nuevas Probablemente algunas deseaban desaparecer y enterrar sus secretos para que nadie los encuentre o quizás se escondían de algún mal que trágicamente acabo con todos
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  • Blossom regresaba de un rescate de personas, bastante cansado tanto por la misión como por el viaje de regreso, los refugios se encontraban en las partes más oscuras y recónditas de las selvas y bosques de Silvania, debido a que está región está completamente llena de estos mismo al igual que lagos, ríos y cuevas, la gente de Silvania decidió no dañarlos si no que crear sus hogares usando lo mínimo posible haciendo que sus civilizaciones sean indetectables, con el paso del tiempo la scasas poco a poco fueron cambiando al igual que los edificios pero siguieron manteniendo su característica principal, ocultarse a simple vista.

    En cuanto Blossom entro a la casa varios niños saltaron sobre el gritando "YA LLEGASTE!" "COMO TE FUE BOSOM" "HEMANO!" haciendo que Blossom suelte unas risitas pues lo invadía un extraño sentimiento de nostalgia cada que sucedía -estoy de regreso mis niños, ahora, dónde está Daniel?- los niños alegres lo llevaron a travez de la casa hasta la cocina donde Daniel preparaba la comida, ambos simplemente se sintieron y suspiraron al ver que podían seguir viviendo apesar del peligro que conllevava la guerra
    Blossom regresaba de un rescate de personas, bastante cansado tanto por la misión como por el viaje de regreso, los refugios se encontraban en las partes más oscuras y recónditas de las selvas y bosques de Silvania, debido a que está región está completamente llena de estos mismo al igual que lagos, ríos y cuevas, la gente de Silvania decidió no dañarlos si no que crear sus hogares usando lo mínimo posible haciendo que sus civilizaciones sean indetectables, con el paso del tiempo la scasas poco a poco fueron cambiando al igual que los edificios pero siguieron manteniendo su característica principal, ocultarse a simple vista. En cuanto Blossom entro a la casa varios niños saltaron sobre el gritando "YA LLEGASTE!" "COMO TE FUE BOSOM" "HEMANO!" haciendo que Blossom suelte unas risitas pues lo invadía un extraño sentimiento de nostalgia cada que sucedía -estoy de regreso mis niños, ahora, dónde está Daniel?- los niños alegres lo llevaron a travez de la casa hasta la cocina donde Daniel preparaba la comida, ambos simplemente se sintieron y suspiraron al ver que podían seguir viviendo apesar del peligro que conllevava la guerra
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  • ¿Verdad o mito?
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    Categoría Aventura
    En el mundo existían un sinfín de historias sobre humanos con habilidades más allá de lo imaginable, seres sobrenaturales y de otros mundos.
    Desde dioses de la mitología griega hasta la existencia de civilizaciones tecnológicamente avanzadas en el subsuelo del planeta.
    La civilización mitológica más famosa, y su favorita, era la Atlántida, que según decía Platón, se había hundido en el océano producto de un cataclismo.
    Estas historias, a lo largo del tiempo, había atraído a muchos entusiastas del misterio, que se habían incursionado en la búsqueda de la verdad, realizando expediciones y postulando sus teorías sobre el asunto en libros que lanzarían al mercado. Pero, al final del día nada era concluyente, las “pruebas” serían rápidamente destrozadas como insuficientes. Y para el resto del mundo, esos libros eran solo historias, un misterio sin resolver o un simple cuento inventado por alguien con mucho tiempo libre.
    Sin embargo, y conociendo el riesgo que corría su “reputación”, Junior se emprendió en la persecución de una historia fantasiosa que ni siquiera tenía a la humanidad como protagonista, tampoco a seres antropomórficos o teriomórficos, más bien, se trataba de una civilización de otro mundo. Podría decirse que extraterrestre, ¿o debería decir intraterrestre dado lo que sabía sobre sus orígenes? Bueno, Junior todavía no podía afirmar nada, al menos, no hasta encontrarlos y contrastar la información que tenía sobre “ellos”, quienes eran seres tan fascinantes como perturbadores.
    Desde luego que hallarlos era un gran reto para su intelecto, que cada día que transcurría en desuso, parecía oxidarse en la soledad de la mansión Phantomhive. Y por eso Junior estaba tan entusiasmado con el asunto.
    De hecho, su determinación fue tan fuerte que se vio capaz de cometer la desobediencia y el hito más importante de su corta vida: huir de la mansión. Llevando todo lo que necesitaba para su viaje en una mochila inadecuada para su tamaño, grande y pesada, para dirigirse hacia el London Bridge.
    La estación de tren fue tan bulliciosa y grande que lo asombró e incómodo a partes iguales. Por su búsqueda Junior había sido capaz de huir de casa y por primera vez, recorriendo y conociendo la ciudad.
    Era algo irónico que estuviera buscando una civilización de fantasía cuando ni siquiera conocía la de su propia especie.
    No obstante, siguiendo las indicaciones, pudo subirse a bordo de un tren, y su destino, fue el norte de Inglaterra, y casualmente, al hogar de su padre.
    Se decía que en Northumberland, en la frontera con Escocia, se hallaba un gran yacimiento de minerales, pero, lo que le había llamado la atención a Junior, era el rumor de que también había un yacimiento de gemas preciosas, tan valiosas que harían rico a cualquier persona que las encontrara.
    A Junior no le interesaba encontrarlas para hacerse rico, el dinero era algo de lo que nunca se había preocupado. Simplemente, dedujo que, yendo hasta ese lugar, encontraría lo que tanto había estado buscando tras horas interminables de investigación bajo libros de la biblioteca.
    ¿Lo encontraría? ¿O se llevaría una gran decepción?

    Tras días de un viaje aburrido en tren, donde solo veía campo y rumiantes pasteando, Junior llegó a su destino, sin ningún inconveniente.
    Era curioso como el dinero podía hacer que los adultos ignoraran su edad.
    Tras pagar una suma algo exagerada de monedas de oro, lo trajeron en carruaje hacia el supuesto yacimiento, que, según la gente local, eran solo rumores sin fundamento, ninguna entidad gubernamental o empresarial había aparecido con el interés de explotar estas tierras.
    Al parecer, la fuente de información de Junior se había quedado algo corta. Fue normal, la biblioteca de su hogar tenía sus límites...
    Pero, ahora que había llegado, no supo qué hacer.
    La vista del verde vibrante y el aroma de las flores silvestres del extenso campo abierto frente a sus ojos era tan hermosa como vacía, vacía de aquellos seres.
    ¿Cuándo aparecerían, cuánto debía esperar? ¿Había sido muy ingenuo al creer que los encontraría fácilmente?
    El lugar era tan extenso que el cielo se fusionaba con el suelo. Caminar por todo el terreno le llevaría quién sabe cuántas horas. Pero, obstinado de echarse atrás, Junior comenzó a caminar, y a caminar hasta donde lo llevara el camino.
    En el mundo existían un sinfín de historias sobre humanos con habilidades más allá de lo imaginable, seres sobrenaturales y de otros mundos. Desde dioses de la mitología griega hasta la existencia de civilizaciones tecnológicamente avanzadas en el subsuelo del planeta. La civilización mitológica más famosa, y su favorita, era la Atlántida, que según decía Platón, se había hundido en el océano producto de un cataclismo. Estas historias, a lo largo del tiempo, había atraído a muchos entusiastas del misterio, que se habían incursionado en la búsqueda de la verdad, realizando expediciones y postulando sus teorías sobre el asunto en libros que lanzarían al mercado. Pero, al final del día nada era concluyente, las “pruebas” serían rápidamente destrozadas como insuficientes. Y para el resto del mundo, esos libros eran solo historias, un misterio sin resolver o un simple cuento inventado por alguien con mucho tiempo libre. Sin embargo, y conociendo el riesgo que corría su “reputación”, Junior se emprendió en la persecución de una historia fantasiosa que ni siquiera tenía a la humanidad como protagonista, tampoco a seres antropomórficos o teriomórficos, más bien, se trataba de una civilización de otro mundo. Podría decirse que extraterrestre, ¿o debería decir intraterrestre dado lo que sabía sobre sus orígenes? Bueno, Junior todavía no podía afirmar nada, al menos, no hasta encontrarlos y contrastar la información que tenía sobre “ellos”, quienes eran seres tan fascinantes como perturbadores. Desde luego que hallarlos era un gran reto para su intelecto, que cada día que transcurría en desuso, parecía oxidarse en la soledad de la mansión Phantomhive. Y por eso Junior estaba tan entusiasmado con el asunto. De hecho, su determinación fue tan fuerte que se vio capaz de cometer la desobediencia y el hito más importante de su corta vida: huir de la mansión. Llevando todo lo que necesitaba para su viaje en una mochila inadecuada para su tamaño, grande y pesada, para dirigirse hacia el London Bridge. La estación de tren fue tan bulliciosa y grande que lo asombró e incómodo a partes iguales. Por su búsqueda Junior había sido capaz de huir de casa y por primera vez, recorriendo y conociendo la ciudad. Era algo irónico que estuviera buscando una civilización de fantasía cuando ni siquiera conocía la de su propia especie. No obstante, siguiendo las indicaciones, pudo subirse a bordo de un tren, y su destino, fue el norte de Inglaterra, y casualmente, al hogar de su padre. Se decía que en Northumberland, en la frontera con Escocia, se hallaba un gran yacimiento de minerales, pero, lo que le había llamado la atención a Junior, era el rumor de que también había un yacimiento de gemas preciosas, tan valiosas que harían rico a cualquier persona que las encontrara. A Junior no le interesaba encontrarlas para hacerse rico, el dinero era algo de lo que nunca se había preocupado. Simplemente, dedujo que, yendo hasta ese lugar, encontraría lo que tanto había estado buscando tras horas interminables de investigación bajo libros de la biblioteca. ¿Lo encontraría? ¿O se llevaría una gran decepción? Tras días de un viaje aburrido en tren, donde solo veía campo y rumiantes pasteando, Junior llegó a su destino, sin ningún inconveniente. Era curioso como el dinero podía hacer que los adultos ignoraran su edad. Tras pagar una suma algo exagerada de monedas de oro, lo trajeron en carruaje hacia el supuesto yacimiento, que, según la gente local, eran solo rumores sin fundamento, ninguna entidad gubernamental o empresarial había aparecido con el interés de explotar estas tierras. Al parecer, la fuente de información de Junior se había quedado algo corta. Fue normal, la biblioteca de su hogar tenía sus límites... Pero, ahora que había llegado, no supo qué hacer. La vista del verde vibrante y el aroma de las flores silvestres del extenso campo abierto frente a sus ojos era tan hermosa como vacía, vacía de aquellos seres. ¿Cuándo aparecerían, cuánto debía esperar? ¿Había sido muy ingenuo al creer que los encontraría fácilmente? El lugar era tan extenso que el cielo se fusionaba con el suelo. Caminar por todo el terreno le llevaría quién sabe cuántas horas. Pero, obstinado de echarse atrás, Junior comenzó a caminar, y a caminar hasta donde lo llevara el camino.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
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