• Zweihanherz: Rising Sun
    Fandom Zweihanherz
    Categoría Aventura
    ​Nuestra historia comienza en una humilde morada de Alexandria, Egipto en el año 2105, en ese hogar, el dolor ya había dejado su marca; años atrás, la familia había perdido a un hijo. La madre, con el corazón roto, se enfrentaba a un nuevo embarazo lleno de incertidumbre, pues parecía que su bebé tendría el mismo destino. Fue entonces cuando su padre, un hombre de profunda fe, se arrodilló para orar. Le prometió a los dioses antiguos que daría y haría todo con tal de que su esposa diera a luz a su primogénita. Días después de ayuno, su ruego fue concedido, y su esposa dio a luz a una bebé con una particularidad única: la piel tan oscura como un abismo sin fondo y un par de marcas doradas sobre los brazos y la espalda. Sumando un par de marcas doradas sobre los brazos y espalda, pero menor fue su importancia, pues todo lo que sentían fue la alegría de tener por fin, a un bebé. Se dice que esa misma noche, una sombra misteriosa le hizo una visita a la bebé, pero ella, durmiendo en paz, no se percató de la presencia de esa visita misteriosa.
    ​Con el tiempo, ella creció. Aceptó que era diferente a los demás, lo que le ganó burlas e incesante acoso de los demás niños y de su comunidad. Lo que hizo que se aislara en su habitación. Y, en su soledad, se enamoró de la literatura; su padre le leía cuento tras cuento cada noche. Ahora, con 17 años, su amor por las letras se había convertido en un ardiente deseo de conocer el mundo por sus propios ojos. Por ello, con mochila en mano y con su corazón cuan brújula, se embarcó en su viaje hacia Jerusalén, por orden de su padre.
    ​Nenet es una chica de complexión delgada, con cabello corte bob mediano color negro. Sus ojos se delinean con una sutil curva atractiva que atrapa con solo la mirada, y sus labios, que también se colorean de ese mismo tono, hacen brillar cada sonrisa que entrega. De carácter sonriente y amigable, con ganas de descubrir el mundo. Su vestimenta consta de un corset de batalla de cuero negro, que deja ver sus hombros, brazos y abdomen. En sus brazos y espalda, se pueden ver unos intrincados tatuajes dorados, pero nadie, hasta ahora, ha sabido su origen o su significado. En su cuello, se erige un collarín que eleva su cuello un poco. Un pantalón de tela con un encaje de fuego que sobresale desde el talón hasta la cintura. Por último, un par de sandalias. Siendo una guerrera, tiene muy arraigada la disciplina de combate con un temple indomable. Pero fuera de todo eso, es una chica amable, dulce y caritativa, que no duda en salir al peligro para ayudar a quienes lo necesiten.
    ​En la ciudad del Cairo, el calor era incesante. Los edificios se alzaban en una fila desigual, casi surrealista. Asombrandose por el caos citadino cuan niña que va conociendo el mundo por primera vez, ella iba caminando por las aceras con mochila al hombro a la espera de descubrir algo nuevo. En la esquina de la acera se detuvo para dar paso a los vehículos, mientras esperaba, notó las curiosas miradas de los transeúntes. Tanta era la gente que, al dar el tercer paso, fue empujada casi hasta caer pero el tráfico hizo que su mochila cayera perdiéndose entre la muchedumbre. En ese instante, su corazón se detuvo. No se podía dar el lujo de perderla, pues ahí tenía su bitácora, sus cosas de uso personal, su dinero, su pasaporte, y su identificación. De perderlo se quedaría literal en las calles. Un grupo de niños que se reían a carcajadas comenzaron a correr por entre los angostos callejones, alardeando sobre tener sus pertenencias. Nenet, molesta por la situación, solo esperó a que la luz del tráfico se pusiera en rojo para poder darles caza. "¡Oigan, eso es mío!", gritó con ahínco al otro lado de la acera, alzando las manos para que la vieran, pero estos se perdieron entre los callejones.
    ​La guerrera que habitaba en Nenet salió a flote. Con una agilidad felina, agudizó sus sentidos, logrando percibir el aroma de los niños y las calles que habían tomado. Se adentró en un callejón oscuro y estrecho, llegando a una casa abandonada. Sucia y empolvada, se adentró con pasos sigilosos, atenta a cualquier sonido que pudiera escuchar. De pronto, un barullo en un patio llamó su atención. A través de una manchada ventana, los encontró pensando en cómo darles un buen susto por haberle robado sus pertenencias. Para salir al patio, abrió una puerta vieja de madera que chirrió con un sonido que alertó a los niños. Del otro lado, no había nadie. Nenet, al ver que estaban distraídos, saltó de repente, con una mirada macabra en sus ojos que los hizo huir despavoridos. Al final, los niños huyeron dejando todo regado. Ella, con un suspiro de alivio, se cubrió los ojos y susurró para sí misma: "Debo dejar de ser tan distraída. No puedo quedarme así de nuevo". Acomodó todo en su lugar, cargó su mochila al hombro y retomó el camino hacia Jerusalén, con la convicción de que sería más precavida en lo que quedaba de su viaje.
    ​Nuestra historia comienza en una humilde morada de Alexandria, Egipto en el año 2105, en ese hogar, el dolor ya había dejado su marca; años atrás, la familia había perdido a un hijo. La madre, con el corazón roto, se enfrentaba a un nuevo embarazo lleno de incertidumbre, pues parecía que su bebé tendría el mismo destino. Fue entonces cuando su padre, un hombre de profunda fe, se arrodilló para orar. Le prometió a los dioses antiguos que daría y haría todo con tal de que su esposa diera a luz a su primogénita. Días después de ayuno, su ruego fue concedido, y su esposa dio a luz a una bebé con una particularidad única: la piel tan oscura como un abismo sin fondo y un par de marcas doradas sobre los brazos y la espalda. Sumando un par de marcas doradas sobre los brazos y espalda, pero menor fue su importancia, pues todo lo que sentían fue la alegría de tener por fin, a un bebé. Se dice que esa misma noche, una sombra misteriosa le hizo una visita a la bebé, pero ella, durmiendo en paz, no se percató de la presencia de esa visita misteriosa. ​Con el tiempo, ella creció. Aceptó que era diferente a los demás, lo que le ganó burlas e incesante acoso de los demás niños y de su comunidad. Lo que hizo que se aislara en su habitación. Y, en su soledad, se enamoró de la literatura; su padre le leía cuento tras cuento cada noche. Ahora, con 17 años, su amor por las letras se había convertido en un ardiente deseo de conocer el mundo por sus propios ojos. Por ello, con mochila en mano y con su corazón cuan brújula, se embarcó en su viaje hacia Jerusalén, por orden de su padre. ​Nenet es una chica de complexión delgada, con cabello corte bob mediano color negro. Sus ojos se delinean con una sutil curva atractiva que atrapa con solo la mirada, y sus labios, que también se colorean de ese mismo tono, hacen brillar cada sonrisa que entrega. De carácter sonriente y amigable, con ganas de descubrir el mundo. Su vestimenta consta de un corset de batalla de cuero negro, que deja ver sus hombros, brazos y abdomen. En sus brazos y espalda, se pueden ver unos intrincados tatuajes dorados, pero nadie, hasta ahora, ha sabido su origen o su significado. En su cuello, se erige un collarín que eleva su cuello un poco. Un pantalón de tela con un encaje de fuego que sobresale desde el talón hasta la cintura. Por último, un par de sandalias. Siendo una guerrera, tiene muy arraigada la disciplina de combate con un temple indomable. Pero fuera de todo eso, es una chica amable, dulce y caritativa, que no duda en salir al peligro para ayudar a quienes lo necesiten. ​En la ciudad del Cairo, el calor era incesante. Los edificios se alzaban en una fila desigual, casi surrealista. Asombrandose por el caos citadino cuan niña que va conociendo el mundo por primera vez, ella iba caminando por las aceras con mochila al hombro a la espera de descubrir algo nuevo. En la esquina de la acera se detuvo para dar paso a los vehículos, mientras esperaba, notó las curiosas miradas de los transeúntes. Tanta era la gente que, al dar el tercer paso, fue empujada casi hasta caer pero el tráfico hizo que su mochila cayera perdiéndose entre la muchedumbre. En ese instante, su corazón se detuvo. No se podía dar el lujo de perderla, pues ahí tenía su bitácora, sus cosas de uso personal, su dinero, su pasaporte, y su identificación. De perderlo se quedaría literal en las calles. Un grupo de niños que se reían a carcajadas comenzaron a correr por entre los angostos callejones, alardeando sobre tener sus pertenencias. Nenet, molesta por la situación, solo esperó a que la luz del tráfico se pusiera en rojo para poder darles caza. "¡Oigan, eso es mío!", gritó con ahínco al otro lado de la acera, alzando las manos para que la vieran, pero estos se perdieron entre los callejones. ​La guerrera que habitaba en Nenet salió a flote. Con una agilidad felina, agudizó sus sentidos, logrando percibir el aroma de los niños y las calles que habían tomado. Se adentró en un callejón oscuro y estrecho, llegando a una casa abandonada. Sucia y empolvada, se adentró con pasos sigilosos, atenta a cualquier sonido que pudiera escuchar. De pronto, un barullo en un patio llamó su atención. A través de una manchada ventana, los encontró pensando en cómo darles un buen susto por haberle robado sus pertenencias. Para salir al patio, abrió una puerta vieja de madera que chirrió con un sonido que alertó a los niños. Del otro lado, no había nadie. Nenet, al ver que estaban distraídos, saltó de repente, con una mirada macabra en sus ojos que los hizo huir despavoridos. Al final, los niños huyeron dejando todo regado. Ella, con un suspiro de alivio, se cubrió los ojos y susurró para sí misma: "Debo dejar de ser tan distraída. No puedo quedarme así de nuevo". Acomodó todo en su lugar, cargó su mochila al hombro y retomó el camino hacia Jerusalén, con la convicción de que sería más precavida en lo que quedaba de su viaje.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me enjaja
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • Horizonte
    Fandom Los Bridgerton
    Categoría Original
    Lady Abernathy AU Rosamund Gunningworth


    Impido a la sirvienta que entre en mi habitación para ayudarme a cambiarme, pedí que me subieran el desayuno a la habitación.
    Los Rockesby pronto van a hacernos una visita, a lo cual no estaba enterrada.
    Es cierto que esta Villa hace mucho tiempo que no es mi hogar, incluso cuando era joven y nuestros padres seguían con vida.
    Nunca pude llegar a sentir que es mi hogar, lo que más soportó es no enterrarme de lo que sucede a mi alrededor.
    Además me di cuenta enseguida de que mi cuñada y mi hija no paraban de cruzarse miradas.
    Ellas pensaban que nadie las había visto, conociendo a mi cuñada sabía que las veía y lo hacía a propósito.

    Mientras desayuno a la vez calificó mi correspondencia, no tengo tanta como antes pero siempre me ha gustado tener mis cosas bien organizadas.
    Lady Abernathy AU [Th_Gunningworth] Impido a la sirvienta que entre en mi habitación para ayudarme a cambiarme, pedí que me subieran el desayuno a la habitación. Los Rockesby pronto van a hacernos una visita, a lo cual no estaba enterrada. Es cierto que esta Villa hace mucho tiempo que no es mi hogar, incluso cuando era joven y nuestros padres seguían con vida. Nunca pude llegar a sentir que es mi hogar, lo que más soportó es no enterrarme de lo que sucede a mi alrededor. Además me di cuenta enseguida de que mi cuñada y mi hija no paraban de cruzarse miradas. Ellas pensaban que nadie las había visto, conociendo a mi cuñada sabía que las veía y lo hacía a propósito. Mientras desayuno a la vez calificó mi correspondencia, no tengo tanta como antes pero siempre me ha gustado tener mis cosas bien organizadas.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
    29 turnos 0 maullidos
  • Bueno tal parece que debo mezclar me con los humanos de hoy en adelante , mientras protegere su bienestar desde las sombras

    ✟Me acomodo el saco pues sería su primer día conociendo lo moderno que se volvió el mundo ✟
    Bueno tal parece que debo mezclar me con los humanos de hoy en adelante , mientras protegere su bienestar desde las sombras ✟Me acomodo el saco pues sería su primer día conociendo lo moderno que se volvió el mundo ✟
    2 turnos 0 maullidos
  • "Este mundo se ve como un buen lugar para establecerse. Poco a poco iré conociendo sus mares y probar el sabor de sus aguas."
    "Este mundo se ve como un buen lugar para establecerse. Poco a poco iré conociendo sus mares y probar el sabor de sus aguas."
    Me gusta
    Me encocora
    5
    0 turnos 0 maullidos
  • Faces of the night.

    La noche apenas empezaba. Quizás algunos ya estaban en su cuarto sueño, pero para Alexander era muy valiosa como para desperdiciarla de forma inconsciente, prefería hacerlo viviéndola y conociendo cada una de sus facetas.

    En las calles solitarias de Londres que había recorrido más de una vez, visitó varios lugares nocturnos, uno de ellos y su favorito era un parque de skateboard. A esas horas, habían varios chicos mostrando sus habilidades y alguno que otro aprendiz. A él solamente le gustaba observar el hobby de otros mientras se tomaba un frappé. Podría ser una acción simple, pero era más que todo un tipo de estudio por sí mismo.

    #Libre
    Faces of the night. La noche apenas empezaba. Quizás algunos ya estaban en su cuarto sueño, pero para Alexander era muy valiosa como para desperdiciarla de forma inconsciente, prefería hacerlo viviéndola y conociendo cada una de sus facetas. En las calles solitarias de Londres que había recorrido más de una vez, visitó varios lugares nocturnos, uno de ellos y su favorito era un parque de skateboard. A esas horas, habían varios chicos mostrando sus habilidades y alguno que otro aprendiz. A él solamente le gustaba observar el hobby de otros mientras se tomaba un frappé. Podría ser una acción simple, pero era más que todo un tipo de estudio por sí mismo. #Libre
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • ROL ABIERTO, BUENA ORTOGRAFIA]

    China, cercanias de Qinghe.- Aproximadamente 6 años atrás, un joven taoista, conocido en ese mundo del cuultivo como la" suave brisa, brillante luna" se estaba haciendo conocido por su gran manejo de su espada, la cual poseia una tecnica especial, ganando asi el primer lugar en un torneo donde varias sectas o clanes participaban. El siendo de un lugar lejano, dejó sorprendidos a algunos de los presentes al saber que era discipulo de la gran maestra inmortal Baoshan Sanren y que aunque muchos buscabanm nadie lograba saber donde residía pues la "montaña celestial" como le llamaba era un lugar cerrado protegida por un campo de energia para guardar celosamente sus secretos; ademas de que ella no le gustaba estar en contacto con ese mundo.

    Asi fue que despues de su primer torneo deambulo por la ciudad conociendo un poco mas lo que sucedia fuera de aquella montaña, su nombre Daozhang Xiao Xingchen.
    ROL ABIERTO, BUENA ORTOGRAFIA] China, cercanias de Qinghe.- Aproximadamente 6 años atrás, un joven taoista, conocido en ese mundo del cuultivo como la" suave brisa, brillante luna" se estaba haciendo conocido por su gran manejo de su espada, la cual poseia una tecnica especial, ganando asi el primer lugar en un torneo donde varias sectas o clanes participaban. El siendo de un lugar lejano, dejó sorprendidos a algunos de los presentes al saber que era discipulo de la gran maestra inmortal Baoshan Sanren y que aunque muchos buscabanm nadie lograba saber donde residía pues la "montaña celestial" como le llamaba era un lugar cerrado protegida por un campo de energia para guardar celosamente sus secretos; ademas de que ella no le gustaba estar en contacto con ese mundo. Asi fue que despues de su primer torneo deambulo por la ciudad conociendo un poco mas lo que sucedia fuera de aquella montaña, su nombre Daozhang Xiao Xingchen.
    Me gusta
    3
    10 turnos 0 maullidos
  • -Ya más tranquilo paseaba por los jardines detrás de mi unos sirvientes me seguían a cierta distancia en mi mente yo seguía en mi mundo desconociendo todo lo que pasaba en el infierno y en el cielo -
    -Ya más tranquilo paseaba por los jardines detrás de mi unos sirvientes me seguían a cierta distancia en mi mente yo seguía en mi mundo desconociendo todo lo que pasaba en el infierno y en el cielo -
    Me encocora
    Me gusta
    Me shockea
    5
    11 turnos 0 maullidos
  • El insensato, reconociendo que lo es, es en verdad un sabio; pero el insensato que se cree sabio, ese sí es un verdadero insensato.
    El insensato, reconociendo que lo es, es en verdad un sabio; pero el insensato que se cree sabio, ese sí es un verdadero insensato.
    0 turnos 0 maullidos
  • ✦ 𝐒𝐈𝐑𝐈𝐔𝐒 ✦

    —¿Vienes a ver a Jean?

    Sentado en el sofá del salón, descruzó sus piernas, disponiéndose a levantarse.

    —Llegas justo a tiempo —sonrió—, Sebastián ha hecho los preparativos para tener el té de la tarde en el jardín.

    Conociendo el apetito del conde Grey, seguramente, lo que había preparado su mayordomo no sería suficiente... Por lo que, dirigiéndole una mirada, asintió. Como diciéndole de manera no verbal que preparara más comida.

    —Vamos —señaló con la mano—, esperémoslo afuera.

    Con paso parsimonioso y al son de su bastón, lideró el camino.

    ---
    Charles Grey
    ✦ 𝐒𝐈𝐑𝐈𝐔𝐒 ✦ —¿Vienes a ver a Jean? Sentado en el sofá del salón, descruzó sus piernas, disponiéndose a levantarse. —Llegas justo a tiempo —sonrió—, Sebastián ha hecho los preparativos para tener el té de la tarde en el jardín. Conociendo el apetito del conde Grey, seguramente, lo que había preparado su mayordomo no sería suficiente... Por lo que, dirigiéndole una mirada, asintió. Como diciéndole de manera no verbal que preparara más comida. —Vamos —señaló con la mano—, esperémoslo afuera. Con paso parsimonioso y al son de su bastón, lideró el camino. --- [EarlGrey]
    Me encocora
    5
    11 turnos 0 maullidos
  • 𝑰𝒏𝒎𝒐𝒓𝒕𝒂𝒍𝒆𝒔 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒐𝒓𝒕𝒂𝒍𝒆𝒔
    Fandom fantasyverse
    Categoría Otros
    𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝒞𝑜𝓊𝓃𝓉 𝑜𝒻 𝒮𝒶𝒾𝓃𝓉 𝒢𝑒𝓇𝓂𝒶𝒾𝓃 ⚜️

    No era raro para Anraste cruzar planos, y mucho menos era raro adaptarse a ellos a medida que los iba conociendo, lo raro era que un plano terminase por fascinarle tanto como ocurría cada vez que visitaba aquel lugar.

    Bajo 𝘕𝘰𝘵𝘳𝘦 𝘋𝘢𝘮𝘦 un portal se abrió, dejando pasar a una dama de cabellos color otoño, un aura como el fuego mismo y sin duda unos ojos que habían visto miles de guerras a lo largo de las eras.

    Era una dama que rozaba su treintena, tal vez unos veintilargos años, era esa clase de dama que hacía que las miradas se posasen en ella con su presencia, su energía era contraria a los mitos de aquellas damas llamadas 𝘥𝘢𝘮𝘦 𝘣𝘭𝘢𝘯𝘤𝘩𝘦 que se dedicaban a sanar y ayudar a los demás, la energía que irradiaba aquella mujer era caótica y mística, como la guerra misma.

    Sus ropajes cambiaron, ya no eran los mismos que empleaba en su plano, un vestido largo, negro, de satén, con las mangas transparentes y un escote mostrando una ilustración hecha de hilo, le daban aquel aspecto parisino que demasiadas pocas veces había tenido, sus manos cubiertas por guantes de cuero y sus pies adornados con unos zapatos de tacón harto incómodos completaron el look. Su cabello había acabado recogido, a la moda de la época, y sus picudas orejas se disimulaban con parte del recogido que portaba. No había más joyas que en sus orejas, unos pendientes en forma de lágrima que brillaban como los ojos de algún dios olvidado.

    Su paso fue lento para salir por uno de los pasadizos subterráneos que daba al 𝘏𝘰̂𝘵𝘦𝘭 𝘋𝘪𝘦𝘶, era como si conociera perfectamente aquel lugar, como si ya hubiera recorrido aquellas intrincadas callejuelas subterráneas.

    Una vez fuera, se quitó el polvo de las faldas atusándolas, y haciendo volar aquellas partículas por el aire. Suspiró pesadamente, tenía una misión, encontrar el artefacto, estuviera en el plano que estuviera, así... que una vez más tendría que mezclarse con la alta sociedad mortal para encontrar alguna pista.

    ¿Qué mejor lugar que el 𝘗𝘢𝘭𝘢𝘪𝘴 𝘥𝘦 𝘑𝘶𝘴𝘵𝘪𝘤𝘦 para ver cuánto habían avanzado aquellos mortales?
    𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐏𝐀𝐑𝐀 [SaintG02] No era raro para Anraste cruzar planos, y mucho menos era raro adaptarse a ellos a medida que los iba conociendo, lo raro era que un plano terminase por fascinarle tanto como ocurría cada vez que visitaba aquel lugar. Bajo 𝘕𝘰𝘵𝘳𝘦 𝘋𝘢𝘮𝘦 un portal se abrió, dejando pasar a una dama de cabellos color otoño, un aura como el fuego mismo y sin duda unos ojos que habían visto miles de guerras a lo largo de las eras. Era una dama que rozaba su treintena, tal vez unos veintilargos años, era esa clase de dama que hacía que las miradas se posasen en ella con su presencia, su energía era contraria a los mitos de aquellas damas llamadas 𝘥𝘢𝘮𝘦 𝘣𝘭𝘢𝘯𝘤𝘩𝘦 que se dedicaban a sanar y ayudar a los demás, la energía que irradiaba aquella mujer era caótica y mística, como la guerra misma. Sus ropajes cambiaron, ya no eran los mismos que empleaba en su plano, un vestido largo, negro, de satén, con las mangas transparentes y un escote mostrando una ilustración hecha de hilo, le daban aquel aspecto parisino que demasiadas pocas veces había tenido, sus manos cubiertas por guantes de cuero y sus pies adornados con unos zapatos de tacón harto incómodos completaron el look. Su cabello había acabado recogido, a la moda de la época, y sus picudas orejas se disimulaban con parte del recogido que portaba. No había más joyas que en sus orejas, unos pendientes en forma de lágrima que brillaban como los ojos de algún dios olvidado. Su paso fue lento para salir por uno de los pasadizos subterráneos que daba al 𝘏𝘰̂𝘵𝘦𝘭 𝘋𝘪𝘦𝘶, era como si conociera perfectamente aquel lugar, como si ya hubiera recorrido aquellas intrincadas callejuelas subterráneas. Una vez fuera, se quitó el polvo de las faldas atusándolas, y haciendo volar aquellas partículas por el aire. Suspiró pesadamente, tenía una misión, encontrar el artefacto, estuviera en el plano que estuviera, así... que una vez más tendría que mezclarse con la alta sociedad mortal para encontrar alguna pista. ¿Qué mejor lugar que el 𝘗𝘢𝘭𝘢𝘪𝘴 𝘥𝘦 𝘑𝘶𝘴𝘵𝘪𝘤𝘦 para ver cuánto habían avanzado aquellos mortales?
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    2
    7 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados