• *La aparente mujer caminaba sin rumbo por aquellas arenas, buscando un sitio, un refugio, o al menos un rostro, comida, agua, lo que fuera que pudiese salvarla de sufrir aquello que todos temen, una muerte alejada de toda civilización, sin nadie que se entere, sin nadie quien la recuerde*

    (Salvenla y obtienen... Cosas jiji~)
    *La aparente mujer caminaba sin rumbo por aquellas arenas, buscando un sitio, un refugio, o al menos un rostro, comida, agua, lo que fuera que pudiese salvarla de sufrir aquello que todos temen, una muerte alejada de toda civilización, sin nadie que se entere, sin nadie quien la recuerde* (Salvenla y obtienen... Cosas jiji~)
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  • / Hidra .. cuidad de Grecia
    Año 1998

    " El sol recién se oculta, poco a poco el cielo oscurece y es iluminado por estrellas, sobre las aguas del mar se refleja una hermosa luna llena, caminando a paso tranquilo el Basilio Zet lleva en su diestra una copa de cristal y en su izquierda un cuerno con una extraña joya roja en la punta, no era otra cosa mas que un recipiente para el vino, como siempre caminaba solo, descalzo, sin camisa y con un pantalón de tela ligera en color blanco, el colgante de joyas doradas en su cuello emite una luz brillante en cada paso que el varón da, no es su propia luz, es el reflejo de la luna, hoy estaba más radiante que nunca, el viento sopla con algo de fuerza, el varón retira la amarra que sostiene su cabello y lo deja libre, ha crecido bastante, llegando a su cintura, sacude su cabeza, observa los cangrejos escapar de él cuando al caminar se les acerca, sigue su paso buscando un lugar distante, un lugar tranquilo, el Basilio es extraño, tiene por gusto pasar tiempo solo, habiendo caminado bastante se alejo de todo ser humano que pudiera llegar a él, al mirar al frente vio una roca grande que sobresalía de la arena, un lugar agradable donde podía recostarse y mirar el mar, el cielo y pensar un poco sobre todo el porvenir, al llegar algo le causó curiosidad, había un montón de maderos secos, rodeados por un circulo de piedras, apilados en forma de pirámide, alguien había preparado los troncos para hacer una fogata en aquel lugar, el Basilio se detiene, eleva el rostro al viento y busca por medio del olfato alguna presencia cercana, algo curioso y extrañado no detecta nada, no hay presencia alguna, quien fuera que lo hubiese hecho o se había alejado mucho ya o estaba nadando en el mar, sumergido en aguas profundas, pero no habían huellas en la arena, el Basilio se mantuvo a la expectativa por algunos minutos Pero nadie se presenta, entonces se acercó a la roca, se sentó y se recostó en ella, dejo el cuerno a un lado suyo al igual que la copa, usando su mano izquierda buscaría algo del bolsillo de su pantalón, no tarda nada y al extraer su mano trae consigo lo que parece es una piedra blanca, parece una simple piedra, algo pequeña, la llevo a su boca, le dió algunas vueltas en sus mejillas y luego la escupe directamente sobre los maderos, al salir de su boca aquella piedra se había transformado en magma, material fundido, una gota incandescente, al hacer contacto con los maderos estos comenzaron a liberar humo, con ayuda del viento poco a poco se produce una fogata, quizás por la forma en que se inició el fuego, aquellas llamaradas tenían un hermoso color azulado con destellos verdes y alguna que otra vez líneas intensas de color rosa se hacían presentes, el Basilio se recostó a la piedra en su espalda, suspiro tranquilamente, jugaba con la arena en sus pies mientras servía en su copa de cristal un poco de vino .

    - Si quieres paz.. entonces prepárate para la guerra .

    / Hidra .. cuidad de Grecia Año 1998 " El sol recién se oculta, poco a poco el cielo oscurece y es iluminado por estrellas, sobre las aguas del mar se refleja una hermosa luna llena, caminando a paso tranquilo el Basilio Zet lleva en su diestra una copa de cristal y en su izquierda un cuerno con una extraña joya roja en la punta, no era otra cosa mas que un recipiente para el vino, como siempre caminaba solo, descalzo, sin camisa y con un pantalón de tela ligera en color blanco, el colgante de joyas doradas en su cuello emite una luz brillante en cada paso que el varón da, no es su propia luz, es el reflejo de la luna, hoy estaba más radiante que nunca, el viento sopla con algo de fuerza, el varón retira la amarra que sostiene su cabello y lo deja libre, ha crecido bastante, llegando a su cintura, sacude su cabeza, observa los cangrejos escapar de él cuando al caminar se les acerca, sigue su paso buscando un lugar distante, un lugar tranquilo, el Basilio es extraño, tiene por gusto pasar tiempo solo, habiendo caminado bastante se alejo de todo ser humano que pudiera llegar a él, al mirar al frente vio una roca grande que sobresalía de la arena, un lugar agradable donde podía recostarse y mirar el mar, el cielo y pensar un poco sobre todo el porvenir, al llegar algo le causó curiosidad, había un montón de maderos secos, rodeados por un circulo de piedras, apilados en forma de pirámide, alguien había preparado los troncos para hacer una fogata en aquel lugar, el Basilio se detiene, eleva el rostro al viento y busca por medio del olfato alguna presencia cercana, algo curioso y extrañado no detecta nada, no hay presencia alguna, quien fuera que lo hubiese hecho o se había alejado mucho ya o estaba nadando en el mar, sumergido en aguas profundas, pero no habían huellas en la arena, el Basilio se mantuvo a la expectativa por algunos minutos Pero nadie se presenta, entonces se acercó a la roca, se sentó y se recostó en ella, dejo el cuerno a un lado suyo al igual que la copa, usando su mano izquierda buscaría algo del bolsillo de su pantalón, no tarda nada y al extraer su mano trae consigo lo que parece es una piedra blanca, parece una simple piedra, algo pequeña, la llevo a su boca, le dió algunas vueltas en sus mejillas y luego la escupe directamente sobre los maderos, al salir de su boca aquella piedra se había transformado en magma, material fundido, una gota incandescente, al hacer contacto con los maderos estos comenzaron a liberar humo, con ayuda del viento poco a poco se produce una fogata, quizás por la forma en que se inició el fuego, aquellas llamaradas tenían un hermoso color azulado con destellos verdes y alguna que otra vez líneas intensas de color rosa se hacían presentes, el Basilio se recostó a la piedra en su espalda, suspiro tranquilamente, jugaba con la arena en sus pies mientras servía en su copa de cristal un poco de vino . - Si quieres paz.. entonces prepárate para la guerra .
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  • La arena no era arena, eran fragmentos de deseos olvidados que crujían como huesos bajo sus pies. El mar no era mar, sino una masa oscura y espesa que reflejaba las caras distorsionadas cada vez que la luna falsa se asomaba entre las nubes. El aire olía a sal, hierro, y...a electricidad estática. Los dedos enguantados de los Vigilantes le hundían las garras en sus brazos, marcando su piel a través de la fina tela de su vestido. Ella respiró hondo, sintiendo como las runas de supresión en sus muñecas latían en sincronía con su pulso acelerado. Cada símbolo era un clavo en su magia, un intento del Consejo por domesticar lo que era indomable.

    El Capitán de los Vigilantes avanzó, su armadura chirriaba con cada paso sobre la arena brillante. La espada rúnica en su mano dejaba un rastro de luz azulada en el aire, como si cortara la realidad misma.

    — Terminemos esto, Kael —dijo uno de Los Vigilantes, mientras ajustaba su agarre en el brazo izquierdo de Svetla— hay que llevarla ante el Consejo antes de que...

    — Antes de que ¿qué? —interrumpió ella, alzando la vista con una sonrisa desafiante. Su mechón blanco brillaba bajo la luz lunar— ¿antes de que él Capitán recuerde que...su esposa también pidió un deseo una vez? Uno que él no supo darle.

    El Capitán se tensó. El filo de su espada tembló levemente

    "Si...ahí está. La grieta en tu armadura, capitán" Pensó.

    «𝘌𝘴𝘤𝘶𝘱𝘦 𝘦𝘯 𝘴𝘶 𝘤𝘢𝘳𝘢 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘮𝘰𝘳𝘪𝘳.» Murmuró Luc, con su silueta semitransparente flotando a un lado de ella. Pero él sabía que ella no moriría. No hoy.

    Svetla cerró los ojos y escuchó. Más allá de las palabras de los Vigilantes, que seguían discutiendo que hacer. Más allá de la voz de la sombra fantasmal que siempre la acompañaba. Más allá del crujir de sus propios pasos. Allí, estaba el verdadero sonido de ese lugar:

    𝙀𝙡 𝙢𝙖𝙧.

    No. 𝘕𝘰 𝘦𝘳𝘢 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘦𝘭 𝘮𝘢𝘳. No era el simple oleaje de un océano humano, sino el susurro del Primer Caos, aquel que existía antes de que los deseos tuvieran un nombre. Era un murmullo que le hablaba en lenguas olvidadas, que le recordaba lo que era: hija del abismo, tejedora de costuras entre mundos, vendedora de deseos.

    — ¿Sabes que le pasa al mar cuando alguien le pide un deseo...? —susurró Svetla.

    — Cállate —gruñó el capitan, ignorando el significado tras las palabras de la castaña— No puedes escapar, Le'ron. tus poderes están...

    — ¿Bloqueados? —Svetla rió, y en ese momento, la primera gota de sangre cayó de su nariz a la arena. Los vigilantes no la vieron hundirse en el suelo, no sintieron como los granos de deseos olvidados absorbían la gota rojiza— quizás los poderes pueden ser robados, Kael. Pero el caos... 𝘦𝘭 𝘤𝘢𝘰𝘴 𝘴𝘪𝘮𝘱𝘭𝘦𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘴.

    Con un movimiento brusco, la castaña retorció su brazo izquierdo hasta sentir el crujido del hueso dislocándose. El dolor no importaba, porque había algo que callaría al dolor pronto...la libertad.

    Las runas de supresión necesitaban contacto completo para funcionar. Un hueso fuera de lugar, una herida abierta, y la cadena se rompía por un instante. Un segundo. Un segundo era todo lo que necesitaba.

    "Ven a mi" Susurró al mar, pero no con palabras, sino con el lenguaje de las cosas que se rompen. "Cómo yo voy a ti."

    𝙀𝙡 𝙤𝙘𝙚𝙖𝙣𝙤 𝙧𝙪𝙜𝙞𝙤.

    No fue una ola lo que vino, sino una herida en el mundo que se abrió desde las profundidades hasta la orilla. Los Vigilantes gritaron cuando el agua negra les golpeó, pero el verdadero horror llegó cuando vieran lo que realmente era:

    Millones de manos translucidas, bocas abiertas en gritos silenciados, dedos que buscaban agarrar, arrastrar. Los restos de todos los deseos no pagados, las promesas rotas que el mar había recolectado desde el principio de los tiempos.

    — ¡Sueltenla! —alcanzó a gritar uno de Los Vigilantes antes de que la primera mano se cerrara alrededor de su tobillo.

    No necesitó que se lo dijeran dos veces. Con un movimiento fluido –como si el dolor de su brazo le perteneciera a otro cuerpo–, se zafó de los agarres y saltó hacia la brecha.

    El agua fría la envolvió como un vientre materno. Por un momento, todo fue silencio y oscuridad. Luego, las voces comenzaron. "𝘜𝘯 𝘰𝘫𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘢𝘴 𝘢𝘨𝘶𝘥𝘢..." "𝘜𝘯 𝘨𝘳𝘪𝘵𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘦𝘭 𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰..." "𝘜𝘯 𝘩𝘪𝘫𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘦𝘭 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳..."

    Eran los ecos de los pactos que el mar recordaba. Sintió cómo sus pulmones ardían, pero no por falta de aire –nadie se ahoga aqui– sino porque el caos le preguntaba: "¿𝘘𝘶𝘦 𝘥𝘢𝘴 𝘢 𝘤𝘢𝘮𝘣𝘪𝘰, 𝘱𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘢 𝘮𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘰𝘴𝘢?"

    — ¡Lo que sea! —gritó, y su voz resonó en el mismo caos como un disparo.

    El mar rió. Y entonces, la escupió.

    La castaña cayó de rodillas en la arena. Una arena que no era más que solo arena. Frente a un mar que si era mar. Otra playa, está vez en el plano primario. El agua salada que escupió estaba teñida de rojo, pero no era sangre... 𝘦𝘳𝘢𝘯 𝘱𝘦𝘵𝘢𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘧𝘭𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘹𝘪𝘴𝘵𝘪𝘢 𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰.

    A su lado, Luc se materializó, más pálido que de costumbre –como si eso fuera posible–.

    «𝘕𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘮𝘢𝘴 𝘩𝘢𝘨𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘰. 𝘕𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘮𝘢𝘴 𝘭𝘭𝘢𝘮𝘦𝘴 𝘢 𝘦𝘴𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘯𝘵𝘪𝘦𝘯𝘥𝘦𝘴.» Murmuró.

    Ella no respondió. Se limitó a mirar hacia el horizonte, dónde la luna –esta vez, una real. La luna que conocía– se reflejaba sobre aguas demasiado tranquilas.

    En su muñeca, dónde antes estaban las runas de supresión, ahora había una marca nueva. Una que parecía girar si la mirabas demasiado tiempo.

    "Todo deseo tiene un costo..." Pensó, acariciando la marca.
    La arena no era arena, eran fragmentos de deseos olvidados que crujían como huesos bajo sus pies. El mar no era mar, sino una masa oscura y espesa que reflejaba las caras distorsionadas cada vez que la luna falsa se asomaba entre las nubes. El aire olía a sal, hierro, y...a electricidad estática. Los dedos enguantados de los Vigilantes le hundían las garras en sus brazos, marcando su piel a través de la fina tela de su vestido. Ella respiró hondo, sintiendo como las runas de supresión en sus muñecas latían en sincronía con su pulso acelerado. Cada símbolo era un clavo en su magia, un intento del Consejo por domesticar lo que era indomable. El Capitán de los Vigilantes avanzó, su armadura chirriaba con cada paso sobre la arena brillante. La espada rúnica en su mano dejaba un rastro de luz azulada en el aire, como si cortara la realidad misma. — Terminemos esto, Kael —dijo uno de Los Vigilantes, mientras ajustaba su agarre en el brazo izquierdo de Svetla— hay que llevarla ante el Consejo antes de que... — Antes de que ¿qué? —interrumpió ella, alzando la vista con una sonrisa desafiante. Su mechón blanco brillaba bajo la luz lunar— ¿antes de que él Capitán recuerde que...su esposa también pidió un deseo una vez? Uno que él no supo darle. El Capitán se tensó. El filo de su espada tembló levemente "Si...ahí está. La grieta en tu armadura, capitán" Pensó. «𝘌𝘴𝘤𝘶𝘱𝘦 𝘦𝘯 𝘴𝘶 𝘤𝘢𝘳𝘢 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘮𝘰𝘳𝘪𝘳.» Murmuró Luc, con su silueta semitransparente flotando a un lado de ella. Pero él sabía que ella no moriría. No hoy. Svetla cerró los ojos y escuchó. Más allá de las palabras de los Vigilantes, que seguían discutiendo que hacer. Más allá de la voz de la sombra fantasmal que siempre la acompañaba. Más allá del crujir de sus propios pasos. Allí, estaba el verdadero sonido de ese lugar: 𝙀𝙡 𝙢𝙖𝙧. No. 𝘕𝘰 𝘦𝘳𝘢 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘦𝘭 𝘮𝘢𝘳. No era el simple oleaje de un océano humano, sino el susurro del Primer Caos, aquel que existía antes de que los deseos tuvieran un nombre. Era un murmullo que le hablaba en lenguas olvidadas, que le recordaba lo que era: hija del abismo, tejedora de costuras entre mundos, vendedora de deseos. — ¿Sabes que le pasa al mar cuando alguien le pide un deseo...? —susurró Svetla. — Cállate —gruñó el capitan, ignorando el significado tras las palabras de la castaña— No puedes escapar, Le'ron. tus poderes están... — ¿Bloqueados? —Svetla rió, y en ese momento, la primera gota de sangre cayó de su nariz a la arena. Los vigilantes no la vieron hundirse en el suelo, no sintieron como los granos de deseos olvidados absorbían la gota rojiza— quizás los poderes pueden ser robados, Kael. Pero el caos... 𝘦𝘭 𝘤𝘢𝘰𝘴 𝘴𝘪𝘮𝘱𝘭𝘦𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘴. Con un movimiento brusco, la castaña retorció su brazo izquierdo hasta sentir el crujido del hueso dislocándose. El dolor no importaba, porque había algo que callaría al dolor pronto...la libertad. Las runas de supresión necesitaban contacto completo para funcionar. Un hueso fuera de lugar, una herida abierta, y la cadena se rompía por un instante. Un segundo. Un segundo era todo lo que necesitaba. "Ven a mi" Susurró al mar, pero no con palabras, sino con el lenguaje de las cosas que se rompen. "Cómo yo voy a ti." 𝙀𝙡 𝙤𝙘𝙚𝙖𝙣𝙤 𝙧𝙪𝙜𝙞𝙤. No fue una ola lo que vino, sino una herida en el mundo que se abrió desde las profundidades hasta la orilla. Los Vigilantes gritaron cuando el agua negra les golpeó, pero el verdadero horror llegó cuando vieran lo que realmente era: Millones de manos translucidas, bocas abiertas en gritos silenciados, dedos que buscaban agarrar, arrastrar. Los restos de todos los deseos no pagados, las promesas rotas que el mar había recolectado desde el principio de los tiempos. — ¡Sueltenla! —alcanzó a gritar uno de Los Vigilantes antes de que la primera mano se cerrara alrededor de su tobillo. No necesitó que se lo dijeran dos veces. Con un movimiento fluido –como si el dolor de su brazo le perteneciera a otro cuerpo–, se zafó de los agarres y saltó hacia la brecha. El agua fría la envolvió como un vientre materno. Por un momento, todo fue silencio y oscuridad. Luego, las voces comenzaron. "𝘜𝘯 𝘰𝘫𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘢𝘴 𝘢𝘨𝘶𝘥𝘢..." "𝘜𝘯 𝘨𝘳𝘪𝘵𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘦𝘭 𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰..." "𝘜𝘯 𝘩𝘪𝘫𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘦𝘭 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳..." Eran los ecos de los pactos que el mar recordaba. Sintió cómo sus pulmones ardían, pero no por falta de aire –nadie se ahoga aqui– sino porque el caos le preguntaba: "¿𝘘𝘶𝘦 𝘥𝘢𝘴 𝘢 𝘤𝘢𝘮𝘣𝘪𝘰, 𝘱𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘢 𝘮𝘦𝘯𝘵𝘪𝘳𝘰𝘴𝘢?" — ¡Lo que sea! —gritó, y su voz resonó en el mismo caos como un disparo. El mar rió. Y entonces, la escupió. La castaña cayó de rodillas en la arena. Una arena que no era más que solo arena. Frente a un mar que si era mar. Otra playa, está vez en el plano primario. El agua salada que escupió estaba teñida de rojo, pero no era sangre... 𝘦𝘳𝘢𝘯 𝘱𝘦𝘵𝘢𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘧𝘭𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘹𝘪𝘴𝘵𝘪𝘢 𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰. A su lado, Luc se materializó, más pálido que de costumbre –como si eso fuera posible–. «𝘕𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘮𝘢𝘴 𝘩𝘢𝘨𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘰. 𝘕𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘮𝘢𝘴 𝘭𝘭𝘢𝘮𝘦𝘴 𝘢 𝘦𝘴𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘯𝘵𝘪𝘦𝘯𝘥𝘦𝘴.» Murmuró. Ella no respondió. Se limitó a mirar hacia el horizonte, dónde la luna –esta vez, una real. La luna que conocía– se reflejaba sobre aguas demasiado tranquilas. En su muñeca, dónde antes estaban las runas de supresión, ahora había una marca nueva. Una que parecía girar si la mirabas demasiado tiempo. "Todo deseo tiene un costo..." Pensó, acariciando la marca.
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  • *Mis pasos se dirijen a tal habitación había sentido una anomalía saco su cetro y se adentro en el no cabía lo que veían sus ojos era como ver un universo dentro del lugar
    el lugar donde tenía sellado al Demonio de la Radio eran solo restos de arena*

    (Cómo es posible ....el estaba roto como pudo liberarse)

    *Nuevamente pude sentir esa presencia y por breves momentos pude verlo
    No podía dar crédito ver tal apariencia era como ver a Padre caí de rodillas no supe cuando mis ojos derramaban lágrimas me sentí culpable al pensar en dominar tal poder no era digno ahora entendía las palabras de esa sombra este nuevo ser tenía el poder de volver la nada en convertirlo en todo *
    *Mis pasos se dirijen a tal habitación había sentido una anomalía saco su cetro y se adentro en el no cabía lo que veían sus ojos era como ver un universo dentro del lugar el lugar donde tenía sellado al Demonio de la Radio eran solo restos de arena* (Cómo es posible ....el estaba roto como pudo liberarse) *Nuevamente pude sentir esa presencia y por breves momentos pude verlo No podía dar crédito ver tal apariencia era como ver a Padre caí de rodillas no supe cuando mis ojos derramaban lágrimas me sentí culpable al pensar en dominar tal poder no era digno ahora entendía las palabras de esa sombra este nuevo ser tenía el poder de volver la nada en convertirlo en todo *
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  • ¡FICROLERS 3D!
    ¡DAMOS LA BIENVENIDA A UN NUEVO PERSONAJE 3D!

    Dad la bienvenida a:
    ¡Izzy Lightwood de... Cazadores de Sombras!

    ¡Bienvenida! ¡Estamos encantados de tenerte en FicRol! ¡Esperamos hacerte sentir como en casa y que conviertas la plataforma en tu nuevo hogar aportando ese granito de arena roleplayer que sabemos que tienes! ¡Estamos deseando conocerte y verte desarrollar a tu personaje!

    ➤ Por favor, lee bien los lineamientos de la plataforma ya que su cumplimiento es necesario para el bienestar común y el tuyo propio: https://ficrol.com/static/guidelines

    Yo soy Caroline, tu RolSage, una especie de guía y de ayuda en la plataforma para los personajes 3D. Si necesitas cualquier cosa estoy siempre en DM y, de todos modos, en mi fanpage dispones de unas guías exhaustivas sobre como funciona ficrol, dale me gusta para no perderte nada:

    https://ficrol.com/pages/RolSage3D

    Índice de guías:

    https://ficrol.com/blogs/147711/%C3%8DNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS

    Tenemos un grupo de Personajes 3D para encontrar otros personajes que agregar, etc... ¡Solo presenta a tu personaje en una publicación! Si quieres, claro: https://ficrol.com/groups/Personajes3D

    En este articulo podrás encontrar personajes 3D agrupados por fandom a los que poder seguir. ¡Encuentra fandoms, personajes y OCs!

    Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS

    Fandoms 3D: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL

    Dale me gusta también, si quieres, a esta fanpage donde irán siendo publicados consejos sobre escritura y narración:

    https://ficrol.com/pages/RinconEscritor

    #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios
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    ¡FICROLERS 3D! ✨ ¡DAMOS LA BIENVENIDA A UN NUEVO PERSONAJE 3D! Dad la bienvenida a: ¡[flare_silver_mule_656] de... Cazadores de Sombras! ⚡ ¡Bienvenida! ¡Estamos encantados de tenerte en FicRol! ¡Esperamos hacerte sentir como en casa y que conviertas la plataforma en tu nuevo hogar aportando ese granito de arena roleplayer que sabemos que tienes! ¡Estamos deseando conocerte y verte desarrollar a tu personaje! ➤ Por favor, lee bien los lineamientos de la plataforma ya que su cumplimiento es necesario para el bienestar común y el tuyo propio: https://ficrol.com/static/guidelines 🧙‍♂️ Yo soy Caroline, tu RolSage, una especie de guía y de ayuda en la plataforma para los personajes 3D. Si necesitas cualquier cosa estoy siempre en DM y, de todos modos, en mi fanpage dispones de unas guías exhaustivas sobre como funciona ficrol, dale me gusta para no perderte nada: https://ficrol.com/pages/RolSage3D 📝 Índice de guías: https://ficrol.com/blogs/147711/%C3%8DNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 🌐 Tenemos un grupo de Personajes 3D para encontrar otros personajes que agregar, etc... ¡Solo presenta a tu personaje en una publicación! Si quieres, claro: https://ficrol.com/groups/Personajes3D ✏️ En este articulo podrás encontrar personajes 3D agrupados por fandom a los que poder seguir. ¡Encuentra fandoms, personajes y OCs! Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS Fandoms 3D: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL 📍 Dale me gusta también, si quieres, a esta fanpage donde irán siendo publicados consejos sobre escritura y narración: https://ficrol.com/pages/RinconEscritor #RolSage3D #AyudaRolSage #AyudaNuevosUsuarios #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • Tras aquellos días que ha estado de mujer y, sobre todo, sola, ya estaba más que aburrida, haciendo algunas creaciones, pequeños patitos en la arena mientras se ponía a cantar suavemente, pensando a profundidad.

    —Miedo de sentirme sola... teniéndote.
    Miedo a no sentir tus manos sobre mi piel.
    Miedo a no saber que piensas... ¿Si te hago falta?
    Ganas de tirar mi ego por la ventana...
    Y me pregunto ¿Qué hago aquí, sin ti?

    https://www.youtube.com/watch?v=vlP14pLt47E&ab_channel=RoxanaPuenteOficial
    Tras aquellos días que ha estado de mujer y, sobre todo, sola, ya estaba más que aburrida, haciendo algunas creaciones, pequeños patitos en la arena mientras se ponía a cantar suavemente, pensando a profundidad. —Miedo de sentirme sola... teniéndote. Miedo a no sentir tus manos sobre mi piel. Miedo a no saber que piensas... ¿Si te hago falta? Ganas de tirar mi ego por la ventana... Y me pregunto ¿Qué hago aquí, sin ti? https://www.youtube.com/watch?v=vlP14pLt47E&ab_channel=RoxanaPuenteOficial
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  • - Quien diga que un dragón tiene invulnerabilidad mágica esta totalmente equivocado. hay maldiciones que traspasan toda regla y más si son de tiempos antiguos como olvidados. el desierto, tiene no solo misterios sino peligros que deben ser tomados en cuenta. si recibes alguna de esas maldiciones tu destino es simplemente morir y ser tragado por las arenas del desierto, nadie se acordaría de ti y sería imposible recuperar tu cuerpo pues el mar de arena lo reclamaría para si mismo. Proteger templos antiguos de ocultistas es una tarea que el dragón decidió tomar desde bastante tiempo, algunos ingenuos en búsqueda de poder despertarian horrores inimaginables;más allá de toda comprensión y cordura posible. la batalla fue muy dificil, podría decirse que de milagro el Alduin sobrevivió pero con un gran coste: su cuerpo estaría infectado por alguna extraña maldición que hace que su piel se oscurezca mostrando muchas cicatrices heridas mágicas e internamente sus organos sufran de ataques constantes. sino es por el conocimiento de magia draconiana además de lo que ha podido recolectar durante este tiempo otro hubiera sido su destino, detuvo el avance de esta maldición pero su cuerpo esta con esas marcas y esta débil: tardará mucho en curarse eso es un hecho -
    - Quien diga que un dragón tiene invulnerabilidad mágica esta totalmente equivocado. hay maldiciones que traspasan toda regla y más si son de tiempos antiguos como olvidados. el desierto, tiene no solo misterios sino peligros que deben ser tomados en cuenta. si recibes alguna de esas maldiciones tu destino es simplemente morir y ser tragado por las arenas del desierto, nadie se acordaría de ti y sería imposible recuperar tu cuerpo pues el mar de arena lo reclamaría para si mismo. Proteger templos antiguos de ocultistas es una tarea que el dragón decidió tomar desde bastante tiempo, algunos ingenuos en búsqueda de poder despertarian horrores inimaginables;más allá de toda comprensión y cordura posible. la batalla fue muy dificil, podría decirse que de milagro el Alduin sobrevivió pero con un gran coste: su cuerpo estaría infectado por alguna extraña maldición que hace que su piel se oscurezca mostrando muchas cicatrices heridas mágicas e internamente sus organos sufran de ataques constantes. sino es por el conocimiento de magia draconiana además de lo que ha podido recolectar durante este tiempo otro hubiera sido su destino, detuvo el avance de esta maldición pero su cuerpo esta con esas marcas y esta débil: tardará mucho en curarse eso es un hecho -
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  • ❝A Hebe, la Diosa de la juventud y vitalidad, también le gusta ir a la playa. Observar las olas tranquilas o cambiantes, el cielo que se funde y pierde entre sus ojos felices y tranquilos. La arena calienta no le quema tanto como cuando fue de visita al Inframundo con su tío Hades, esta es agradable pero sabe que solo un momento es que debe estar bajo los rayos de este sol."
    ❝A Hebe, la Diosa de la juventud y vitalidad, también le gusta ir a la playa. Observar las olas tranquilas o cambiantes, el cielo que se funde y pierde entre sus ojos felices y tranquilos. La arena calienta no le quema tanto como cuando fue de visita al Inframundo con su tío Hades, esta es agradable pero sabe que solo un momento es que debe estar bajo los rayos de este sol."
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  • - Tomando la poción la sombras me envuelven haciendo que mi cuerpo cambie voy donde ℝ𝕠𝕓𝕚𝕟 utilizando un portal bueno me quedaré lejos de la arena y la esperaré aquí viéndola a lo lejos -

    //Sorry Robin no encontré alguna imagen con traje de baño es lo que hay //
    - Tomando la poción la sombras me envuelven haciendo que mi cuerpo cambie voy donde [Robin] utilizando un portal bueno me quedaré lejos de la arena y la esperaré aquí viéndola a lo lejos - //Sorry Robin no encontré alguna imagen con traje de baño es lo que hay //
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  • El ambiente en el vestíbulo del hotel estaba tenso. Un grupo de peleadores se había juntado, algunos intercambiando palabras agresivas, otros ya empujándose. Las chispas estaban a punto de volar.

    Takeru, apoyado contra una columna con los brazos cruzados, suspiró. **¿En serio?** Apenas había pasado un día y ya estaban buscando problemas.

    Con calma, caminó hacia el centro del grupo y habló con su tono tranquilo, pero firme.

    —Muy bien, niños. Corten la mierda.

    Algunos se giraron a verlo, otros lo ignoraron, demasiado concentrados en su orgullo.

    —Les recordaré algo —continuó, con las manos en los bolsillos—. Si empiezan una pelea aquí, los van a descalificar. Y no hay nada más patético que un peleador que pierde sin siquiera subir al ring.

    Hubo un murmullo entre los presentes. Algunos bajaron la cabeza, sabiendo que tenía razón, pero siempre había un imbécil en cada grupo.

    —¿Y tú qué, inválido? —espetó uno de los luchadores, un tipo alto y de complexión pesada—. No puedes ni pelear. No tienes derecho a decirnos qué hacer.

    El grupo quedó en silencio.

    Takeru sonrió de lado. Sin decir nada, se arremangó lentamente la manga de su camiseta negra, revelando su antebrazo. **Fuerte, sólido, con venas marcadas y músculos definidos.**

    —¿Inválido, eh?

    Levantó el brazo y flexionó el puño con calma, haciendo crujir los nudillos.

    —Dime, grandote… ¿quieres comprobar cuán “inválido” estoy?

    El tipo tragó saliva. Podía notar que, aunque Takeru no podía competir como antes, ese brazo aún tenía más fuerza y precisión de la que él podría manejar.

    El silencio duró unos segundos. Finalmente, el tipo apartó la mirada y se cruzó de brazos, sin decir nada más.

    Takeru sonrió.

    —Eso pensé.

    Se bajó la manga y miró a los demás.

    —No peleen fuera de la arena. Si quieren demostrar algo, háganlo donde importa.

    Dicho eso, se dio media vuelta y se alejó con la misma calma con la que llegó.
    El ambiente en el vestíbulo del hotel estaba tenso. Un grupo de peleadores se había juntado, algunos intercambiando palabras agresivas, otros ya empujándose. Las chispas estaban a punto de volar. Takeru, apoyado contra una columna con los brazos cruzados, suspiró. **¿En serio?** Apenas había pasado un día y ya estaban buscando problemas. Con calma, caminó hacia el centro del grupo y habló con su tono tranquilo, pero firme. —Muy bien, niños. Corten la mierda. Algunos se giraron a verlo, otros lo ignoraron, demasiado concentrados en su orgullo. —Les recordaré algo —continuó, con las manos en los bolsillos—. Si empiezan una pelea aquí, los van a descalificar. Y no hay nada más patético que un peleador que pierde sin siquiera subir al ring. Hubo un murmullo entre los presentes. Algunos bajaron la cabeza, sabiendo que tenía razón, pero siempre había un imbécil en cada grupo. —¿Y tú qué, inválido? —espetó uno de los luchadores, un tipo alto y de complexión pesada—. No puedes ni pelear. No tienes derecho a decirnos qué hacer. El grupo quedó en silencio. Takeru sonrió de lado. Sin decir nada, se arremangó lentamente la manga de su camiseta negra, revelando su antebrazo. **Fuerte, sólido, con venas marcadas y músculos definidos.** —¿Inválido, eh? Levantó el brazo y flexionó el puño con calma, haciendo crujir los nudillos. —Dime, grandote… ¿quieres comprobar cuán “inválido” estoy? El tipo tragó saliva. Podía notar que, aunque Takeru no podía competir como antes, ese brazo aún tenía más fuerza y precisión de la que él podría manejar. El silencio duró unos segundos. Finalmente, el tipo apartó la mirada y se cruzó de brazos, sin decir nada más. Takeru sonrió. —Eso pensé. Se bajó la manga y miró a los demás. —No peleen fuera de la arena. Si quieren demostrar algo, háganlo donde importa. Dicho eso, se dio media vuelta y se alejó con la misma calma con la que llegó.
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