• - sentada en la ventana la luna afuera , como si la estaba viendola
    Habían pasado tiempo Pero su pensamiento, estaban confundiendo mientras miraba aquel anillo que sotenia en su mano .-

    > Olvidar quien soy , solo quiero olvidarme de el? <
    - sentada en la ventana la luna afuera , como si la estaba viendola Habían pasado tiempo Pero su pensamiento, estaban confundiendo mientras miraba aquel anillo que sotenia en su mano .- > Olvidar quien soy , solo quiero olvidarme de el? <
    Me entristece
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • Aquel día había quedado de acuerdo con Eren para ir a pasear por la ciudad.
    Volver a recorrer el infierno, reconocer su reino y cada uno de los anillos tras años de ausencia, sin duda sería el comienzo para forjar un cambio, no sólo con el sueño que su hija parecía haber abandonado de un momento a otro, si no por su propio interés de ver algo mejor.

    Terminado de arreglarse, se miró al espejo un momento, considerando si debería o no cortar su cabello a esas alturas, ya bastantes días pasó en esa nueva apariencia.

    —Uhm...
    Aquel día había quedado de acuerdo con Eren para ir a pasear por la ciudad. Volver a recorrer el infierno, reconocer su reino y cada uno de los anillos tras años de ausencia, sin duda sería el comienzo para forjar un cambio, no sólo con el sueño que su hija parecía haber abandonado de un momento a otro, si no por su propio interés de ver algo mejor. Terminado de arreglarse, se miró al espejo un momento, considerando si debería o no cortar su cabello a esas alturas, ya bastantes días pasó en esa nueva apariencia. —Uhm...
    Me gusta
    Me encocora
    4
    7 turnos 0 maullidos
  • -Hago una transmisión en todos los anillos del infierno-

    DAMAS Y CABALLEROS BUENOS DÍAS TARDES Y NOCHES ESTO WS IN COMUNICADO ANUNCIANDO LA CELEBRACION DE MI HIJO ANGELO APARDA. SEAN BIENVENIDOS TODOS USTEDES AL HAZBIN HOTEL

    cuento con sus honorables presencia y degustarán a sus anchas bocadillos muy especiales jxjxjxjx los espero
    -Hago una transmisión en todos los anillos del infierno- 🎙️DAMAS Y CABALLEROS BUENOS DÍAS TARDES Y NOCHES ESTO WS IN COMUNICADO ANUNCIANDO LA CELEBRACION DE MI HIJO ANGELO APARDA. SEAN BIENVENIDOS TODOS USTEDES AL HAZBIN HOTEL 🎙️ 🎙️cuento con sus honorables presencia y degustarán a sus anchas bocadillos muy especiales jxjxjxjx los espero 🎶🎶🎶🎶🎙️
    Me gusta
    Me encocora
    4
    2 turnos 0 maullidos
  • Tenía una sorpresa en la cena, supe que no le iba a agradar pero tenía que hacerlo mejor que imponerlo, quería hacer las cosas bien. En un coulant de chocolate iba el anillo de compromiso, no hubo respuesta, ella se fue y me quedé con el orgullo pisoteado.

    Aceptó aquella apuesta absurda de dormir conmigo, no sé si por curiosidad, por desafío o por simple necesidad de probarme, pero lo cierto es que lo hizo, y con ello abrió una puerta que ni ella ni yo esperábamos. No hubo ternura, tampoco hubo deseo, solo la prueba silenciosa de ver quién cedía primero, quién mostraba la grieta en su coraza.

    Ella aceptó la petición de matrimonio, la calma duró poco, porque todo terminó con una lámpara rota y mi orgullo hecho pedazos. El golpe me arrebató la vista, me dejó ciego, al golpearme en la cabeza y cristales saltaron a mis ojos. Me sentí indefenso, como nunca me había permitido estar. Yo, que siempre controlo, que nunca me dejo vencer, terminé reducido a la oscuridad, obligado a soportar la humillación de depender de otros. Y lo peor, dependiente de ella.

    Desde entonces no hay más que silencio. No puedo leer, no puedo entrenar, no puedo perderme en la rutina que me sostiene. Apenas me aferro a mi dieta para mantener al lobo quieto, mientras el resto de mí se consume de impotencia. El médico entra y sale, y cada vez que escucho el helicóptero alejarse siento más rabia que alivio.

    Ella carga con la culpa, lo sé por su voz, por la forma en que me llama con cautela, como quien toca una herida que aún sangra. Tardé en dejarla entrar a mi habitación, no quería verla, no quería su compasión, pero lo hizo con un plato de fruta en las manos, como si eso pudiera equilibrar lo que sucedió.

    Olí la sandía y por un instante casi olvidé mi orgullo. Me cedió el plato y yo le cedí las fresas, porque sé que le gustan más. Me escuché bromear con ella, con el poco ánimo que me quedaba, y ahí comprendí que aunque me pese, aunque no quiera admitirlo, su presencia me calma más de lo que me altera. Estaba más suave, me preguntaba si me ayudaba a comer, bromeè para romper un poco esa tensión. " Vía Wi-Fi no se puede comer." Ella prudente preguntaba todos los pasos que iba a dar.

    Me duele reconocerlo, pero en medio de esta oscuridad ella es lo único que no me hace sentir completamente perdido.
    [ripple_platinum_crow_772]
    /Ilustraciones creadas por IA para ser más fiel a la trama./
    Tenía una sorpresa en la cena, supe que no le iba a agradar pero tenía que hacerlo mejor que imponerlo, quería hacer las cosas bien. En un coulant de chocolate iba el anillo de compromiso, no hubo respuesta, ella se fue y me quedé con el orgullo pisoteado. Aceptó aquella apuesta absurda de dormir conmigo, no sé si por curiosidad, por desafío o por simple necesidad de probarme, pero lo cierto es que lo hizo, y con ello abrió una puerta que ni ella ni yo esperábamos. No hubo ternura, tampoco hubo deseo, solo la prueba silenciosa de ver quién cedía primero, quién mostraba la grieta en su coraza. Ella aceptó la petición de matrimonio, la calma duró poco, porque todo terminó con una lámpara rota y mi orgullo hecho pedazos. El golpe me arrebató la vista, me dejó ciego, al golpearme en la cabeza y cristales saltaron a mis ojos. Me sentí indefenso, como nunca me había permitido estar. Yo, que siempre controlo, que nunca me dejo vencer, terminé reducido a la oscuridad, obligado a soportar la humillación de depender de otros. Y lo peor, dependiente de ella. Desde entonces no hay más que silencio. No puedo leer, no puedo entrenar, no puedo perderme en la rutina que me sostiene. Apenas me aferro a mi dieta para mantener al lobo quieto, mientras el resto de mí se consume de impotencia. El médico entra y sale, y cada vez que escucho el helicóptero alejarse siento más rabia que alivio. Ella carga con la culpa, lo sé por su voz, por la forma en que me llama con cautela, como quien toca una herida que aún sangra. Tardé en dejarla entrar a mi habitación, no quería verla, no quería su compasión, pero lo hizo con un plato de fruta en las manos, como si eso pudiera equilibrar lo que sucedió. Olí la sandía y por un instante casi olvidé mi orgullo. Me cedió el plato y yo le cedí las fresas, porque sé que le gustan más. Me escuché bromear con ella, con el poco ánimo que me quedaba, y ahí comprendí que aunque me pese, aunque no quiera admitirlo, su presencia me calma más de lo que me altera. Estaba más suave, me preguntaba si me ayudaba a comer, bromeè para romper un poco esa tensión. " Vía Wi-Fi no se puede comer." Ella prudente preguntaba todos los pasos que iba a dar. Me duele reconocerlo, pero en medio de esta oscuridad ella es lo único que no me hace sentir completamente perdido. [ripple_platinum_crow_772] /Ilustraciones creadas por IA para ser más fiel a la trama./
    Me gusta
    Me encocora
    6
    0 turnos 0 maullidos
  • - Dejando todo el papeleo para Charlie, antes de irme, paso por mi estudio para estar al aire. Mis sombras salen de mi cuerpo formando un coro. Mi cuerpo es envuelto por mis sombras para luego aparecer con un atuendo de monja. Sonriente, camino hacia el micrófono elevando la voz mientras el órgano tubular empezaba a sonar. -

    -La transmisión empezó a sonar por todos los anillos del infierno y objetos musicales malditos creados por mí. -

    Como Una Oración
    Like a Prayer

    La vida es un misterio
    Todos debemos enfrentarla solos
    Te escucho decir mi nombre
    Y parece que estoy en casa


    Cuando dices mi nombre
    Es como una pequeña oración
    Estoy de rodillas
    Quiero llevarte allí
    A medianoche
    Puedo sentir tu poder
    Como una oración
    Sabes que te llevaré allí


    Oigo tu voz
    Es como un ángel suspirando
    No tengo elección, oigo tu voz
    Parece que estoy volando


    Cierro los ojos
    Ay, Dios, creo que me estoy cayendo
    Desde el cielo, cierro los ojos
    Dios santo, ayúdame

    Cuando dices mi nombre
    Es como una pequeña oración
    Estoy de rodillas
    Quiero llevarte allí
    A medianoche
    Puedo sentir tu poder
    Como una oración
    Sabes que te llevaré allí


    Como un niño
    Me susurras suavemente a mí
    Tienes el control, como un niño
    Ahora estoy bailando







    https://youtu.be/_HC_tj_zRNE?si=Z7HkgdchS7u8mSXW
    - Dejando todo el papeleo para Charlie, antes de irme, paso por mi estudio para estar al aire. Mis sombras salen de mi cuerpo formando un coro. Mi cuerpo es envuelto por mis sombras para luego aparecer con un atuendo de monja. Sonriente, camino hacia el micrófono elevando la voz mientras el órgano tubular empezaba a sonar. - -La transmisión empezó a sonar por todos los anillos del infierno y objetos musicales malditos creados por mí. - Como Una Oración Like a Prayer 🎙️La vida es un misterio Todos debemos enfrentarla solos Te escucho decir mi nombre Y parece que estoy en casa🎙️ 🎙️Cuando dices mi nombre Es como una pequeña oración Estoy de rodillas Quiero llevarte allí A medianoche Puedo sentir tu poder Como una oración Sabes que te llevaré allí🎙️ 🎙️Oigo tu voz Es como un ángel suspirando No tengo elección, oigo tu voz Parece que estoy volando🎙️ 🎙️Cierro los ojos Ay, Dios, creo que me estoy cayendo Desde el cielo, cierro los ojos Dios santo, ayúdame🎙️ 🎙️Cuando dices mi nombre Es como una pequeña oración Estoy de rodillas Quiero llevarte allí A medianoche Puedo sentir tu poder Como una oración Sabes que te llevaré allí🎙️ 🎙️Como un niño Me susurras suavemente a mí Tienes el control, como un niño Ahora estoy bailando🎙️ https://youtu.be/_HC_tj_zRNE?si=Z7HkgdchS7u8mSXW
    Me gusta
    Me encocora
    4
    4 turnos 0 maullidos
  • Promesa
    Categoría Romance
    -En aquel lugar de su palacio y reino de la lujuria, cuna de cuervos ya algunos extintos en el infierno, cielo y tierra, iluminado por candelabros de fuego azul y púrpura alumbrando Las paredes cubiertas de tapices que susurran un pasado desconocido para cualquier ser ajeno a los pecados. Sebastián, impecablemente vestido con su típico uniforme negro curiosamente similar a la de un mayordomo de alguna clase alta, se acerco al balcón donde su amado —a quien llama y reconoce como “pajarillo”— contempla la gema carmesí que cuelga sobre el castillo del pecado lujurioso (la gema no es algo al azar en aquel castillo, aquel objeto tiene más historia de lo que aparenta ser)-


    Pajarillo …
    ¿Sabias?

    -sujeto la cintura de su pareja rompiendo cualquier distancia que los pudiera separar, juntando sus cuerpos en uno solo-

    Hay pecados que se deslizan como seda entre los dedos, pecados a los que debes de tener, quizas estás ante uno de los más aterradores aún así ... Este castillo, este templo de lujuria, no es sino un espejo de lo que arde en mi pecho desde que tus ojos se posaron en mí como la brisa sobre océano.

    He servido a demonios, he pactado con almas rotas, he visto la eternidad desangrarse de mil formas… pero jamás, jamás había sentido que el tiempo se detuviera hasta que tú, con tu retrinar nocturno, me dijiste vendesiste al dedicar más que palabras de odio cuando me presenté a usurpar tu cuerpo y me diste la oportunidad de confiar ni destrozado corazón en la palma de tus manos.

    Tú, que caminas entre sombras con la gracia de un pecado que no quiere ser perdonado. Tú, que me llamas por mi nombre como si lo hubieras inventado tú mismo. Tú, que me haces desear no la sangre… sino el calor de una caricia sin lujuria de por medio.

    Pajarillo… ¿puedes oír cómo mi alma, si es que aún queda algo de ella, tiembla cuando estás cerca?
    No soy humano, quizás ni siquiera este vivo y sin embargo, contigo me siento más vivo que cualquier ser en la tierra.

    Este palacio, que ha sido testigo de mil pasiones condenadas, hoy será testigo de algo más puro que cualquier redención: mi rendición ante ti.

    -libero su cuerpo para ponerse de rodillas bajando la cabeza llevándose una mano al pecho mostrando respeto como lo haría si estuviera "haciendo un pacto a cambio de una condenada alma a la que deberá llamar amo hasta que se la puerta comer"-

    Así que escucha, y escucha bien, porque lo que voy a decir no lo repetiré ni ante el mismo Lucifer.....

    -deslizo una mano por el bolsillo interno de su abrigo sacando una pequeña caja de madera negra cuyo interior contenía un antiguo "instrumento" familiar. Una gema sin color atada a un trozo de cuerda algo malgastado por los siglos-

    Quiero que seas mío. No como un contrato, no como un amo, no como un juego.
    Quiero que seas mío como el cielo pertenece a las estrellas, como la música pertenece al silencio.

    Pajarillo…
    ¿Aceptarías este anillo, forjado al nacer de mi existencia?
    ¿Aceptarías mi mano, aunque esté manchada de siglos de servidumbre y lujuria?
    ¿Aceptarías mi eternidad, aunque esté envuelta en la promesa de que jamás te dejaré volar solo?

    Sé que es cursi. Sé que suena como un poema escrito por un ángel enamorado de su ruina.
    Pero si el amor no es cursi, entonces no es amor, solo contigo no deseo vivir en la lujuria sino del amor.

    Así que dime, pajarillo mío…
    ¿Volarías conmigo, incluso si nuestras alas fueran hechas de deseo y condena?
    ¿Serías mi esposo, mi compañero, mi única razón para desafiar el infierno y burlarme del cielo?

    Porque si tú dices que sí…
    Entonces este palacio, este pecado, este demonio… todo será tuyo.
    Y yo, Sebastián Michaelis, me arrodillaré ante ti no como sirviente… sino como amante eterno.
    -En aquel lugar de su palacio y reino de la lujuria, cuna de cuervos ya algunos extintos en el infierno, cielo y tierra, iluminado por candelabros de fuego azul y púrpura alumbrando Las paredes cubiertas de tapices que susurran un pasado desconocido para cualquier ser ajeno a los pecados. Sebastián, impecablemente vestido con su típico uniforme negro curiosamente similar a la de un mayordomo de alguna clase alta, se acerco al balcón donde su amado —a quien llama y reconoce como “pajarillo”— contempla la gema carmesí que cuelga sobre el castillo del pecado lujurioso (la gema no es algo al azar en aquel castillo, aquel objeto tiene más historia de lo que aparenta ser)- Pajarillo … ¿Sabias? -sujeto la cintura de su pareja rompiendo cualquier distancia que los pudiera separar, juntando sus cuerpos en uno solo- Hay pecados que se deslizan como seda entre los dedos, pecados a los que debes de tener, quizas estás ante uno de los más aterradores aún así ... Este castillo, este templo de lujuria, no es sino un espejo de lo que arde en mi pecho desde que tus ojos se posaron en mí como la brisa sobre océano. He servido a demonios, he pactado con almas rotas, he visto la eternidad desangrarse de mil formas… pero jamás, jamás había sentido que el tiempo se detuviera hasta que tú, con tu retrinar nocturno, me dijiste vendesiste al dedicar más que palabras de odio cuando me presenté a usurpar tu cuerpo y me diste la oportunidad de confiar ni destrozado corazón en la palma de tus manos. Tú, que caminas entre sombras con la gracia de un pecado que no quiere ser perdonado. Tú, que me llamas por mi nombre como si lo hubieras inventado tú mismo. Tú, que me haces desear no la sangre… sino el calor de una caricia sin lujuria de por medio. Pajarillo… ¿puedes oír cómo mi alma, si es que aún queda algo de ella, tiembla cuando estás cerca? No soy humano, quizás ni siquiera este vivo y sin embargo, contigo me siento más vivo que cualquier ser en la tierra. Este palacio, que ha sido testigo de mil pasiones condenadas, hoy será testigo de algo más puro que cualquier redención: mi rendición ante ti. -libero su cuerpo para ponerse de rodillas bajando la cabeza llevándose una mano al pecho mostrando respeto como lo haría si estuviera "haciendo un pacto a cambio de una condenada alma a la que deberá llamar amo hasta que se la puerta comer"- Así que escucha, y escucha bien, porque lo que voy a decir no lo repetiré ni ante el mismo Lucifer..... -deslizo una mano por el bolsillo interno de su abrigo sacando una pequeña caja de madera negra cuyo interior contenía un antiguo "instrumento" familiar. Una gema sin color atada a un trozo de cuerda algo malgastado por los siglos- Quiero que seas mío. No como un contrato, no como un amo, no como un juego. Quiero que seas mío como el cielo pertenece a las estrellas, como la música pertenece al silencio. Pajarillo… ¿Aceptarías este anillo, forjado al nacer de mi existencia? ¿Aceptarías mi mano, aunque esté manchada de siglos de servidumbre y lujuria? ¿Aceptarías mi eternidad, aunque esté envuelta en la promesa de que jamás te dejaré volar solo? Sé que es cursi. Sé que suena como un poema escrito por un ángel enamorado de su ruina. Pero si el amor no es cursi, entonces no es amor, solo contigo no deseo vivir en la lujuria sino del amor. Así que dime, pajarillo mío… ¿Volarías conmigo, incluso si nuestras alas fueran hechas de deseo y condena? ¿Serías mi esposo, mi compañero, mi única razón para desafiar el infierno y burlarme del cielo? Porque si tú dices que sí… Entonces este palacio, este pecado, este demonio… todo será tuyo. Y yo, Sebastián Michaelis, me arrodillaré ante ti no como sirviente… sino como amante eterno.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me encocora
    Me shockea
    2
    3 turnos 1 maullido
  • Doloroso recuerdo.


    Cada noche se había vuelto un tormento. Cada mañana igual.
    Las tardes se sentían solitarias, aunque en ocasiones así había sido, no había sentido el peso del silencio y la falta de compañía sino hasta ahora.
    Runaan a veces debía irse de Silvergrove por alguna misión y había tardado semanas, sino incluso más de un mes, en regresar. Pero eso jamás le había pesado.

    Jamás había llorado por un lugar vacío a su lado en la cama o lo fría que se sentía en las noches sin una compañía a su lado. Jamás había sentido abrumador el silencioso ruido de su taller solo acompañado por el sonido chispeante las llamas o del metal al chocar.
    Tampoco le había parecido solitario el comer un desayuno, un almuerzo o una cena en soledad. Ir al mercado. Pasear ... Todo se sentía distinto ahora.

    Su corazón siempre partía con cada salida de Runaan, pero siempre lo había acompañado la certeza de que siempre le sería devuelto.
    Sin embargo, esta vez, no sucedió. Días. Semanas. Meses. Finalmente se cumplió un nuevo aniversario. ¿2? ¿Tal vez 3 años? Prefería no llevar la cuenta y, honestamente, también prefería no recordar. Aún así, al mirarse en el reflejo del pequeño estanque donde su flor se hundió aquella vez, pudo ver el reflejo de los accesorios en sus cuernos. Aunque no eran simples accesorios y él lo sabía.

    Un objeto. Una promesa. Una especie de anillo que juraba amor eterno. Unos pendientes que adornaban la base de sus cuernos que jamás había podido quitarse.
    La promesa de un matrimonio cumplido que se había jurado lealtad incluso después de la muerte.
    Y allí estaba él. Solo. Su otra mitad ya perdida habiéndose llevado su corazón.
    Era en momentos como ese donde se decía ya no tenía lágrimas qué derramar. Sin embargo, se sorprendía cuando sentía la humedad correr por sus mejillas ante esos recuerdos.

    — Historia... viventem... —

    Murmuró con voz temblorosa, quebrada, mientras su mano trazaba una runa en el aire tras haber roto una piedra lunar. La runa brilló antes de desaparecer y finalmente todo se tornó en oscuridad.
    Luces y formas se formaron de la magia. Una escena. Un momento. Dos elfos. Y él observaba aquella interacción como un espectro lejano.
    En silencio. En soledad. Con su taller tan a oscuras y en silencio como parecía estarlo desde que perdió su mitad.

    En su mente, como una voz casi inaudible, le deseó a su leal amado un feliz aniversario cuando el recuerdo se desvaneció terminado, mientras, una lágrima, bajó por una de sus mejillas.
    Doloroso recuerdo. Cada noche se había vuelto un tormento. Cada mañana igual. Las tardes se sentían solitarias, aunque en ocasiones así había sido, no había sentido el peso del silencio y la falta de compañía sino hasta ahora. Runaan a veces debía irse de Silvergrove por alguna misión y había tardado semanas, sino incluso más de un mes, en regresar. Pero eso jamás le había pesado. Jamás había llorado por un lugar vacío a su lado en la cama o lo fría que se sentía en las noches sin una compañía a su lado. Jamás había sentido abrumador el silencioso ruido de su taller solo acompañado por el sonido chispeante las llamas o del metal al chocar. Tampoco le había parecido solitario el comer un desayuno, un almuerzo o una cena en soledad. Ir al mercado. Pasear ... Todo se sentía distinto ahora. Su corazón siempre partía con cada salida de Runaan, pero siempre lo había acompañado la certeza de que siempre le sería devuelto. Sin embargo, esta vez, no sucedió. Días. Semanas. Meses. Finalmente se cumplió un nuevo aniversario. ¿2? ¿Tal vez 3 años? Prefería no llevar la cuenta y, honestamente, también prefería no recordar. Aún así, al mirarse en el reflejo del pequeño estanque donde su flor se hundió aquella vez, pudo ver el reflejo de los accesorios en sus cuernos. Aunque no eran simples accesorios y él lo sabía. Un objeto. Una promesa. Una especie de anillo que juraba amor eterno. Unos pendientes que adornaban la base de sus cuernos que jamás había podido quitarse. La promesa de un matrimonio cumplido que se había jurado lealtad incluso después de la muerte. Y allí estaba él. Solo. Su otra mitad ya perdida habiéndose llevado su corazón. Era en momentos como ese donde se decía ya no tenía lágrimas qué derramar. Sin embargo, se sorprendía cuando sentía la humedad correr por sus mejillas ante esos recuerdos. — Historia... viventem... — Murmuró con voz temblorosa, quebrada, mientras su mano trazaba una runa en el aire tras haber roto una piedra lunar. La runa brilló antes de desaparecer y finalmente todo se tornó en oscuridad. Luces y formas se formaron de la magia. Una escena. Un momento. Dos elfos. Y él observaba aquella interacción como un espectro lejano. En silencio. En soledad. Con su taller tan a oscuras y en silencio como parecía estarlo desde que perdió su mitad. En su mente, como una voz casi inaudible, le deseó a su leal amado un feliz aniversario cuando el recuerdo se desvaneció terminado, mientras, una lágrima, bajó por una de sus mejillas.
    Me entristece
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • —Ejem...

    ¿Cómo se supone que tome declaraciones así de ligeras de otros demonios e incluso otros seres?

    —D-Disculpen pero... estoy casado~

    Mostró su anillo, aunque la vergüenza le mantuvo el sonrojo en el rostro, sin siquiera dejarlo pensar en que le bastaría chasquear los dedos para deshacerse de ellos.
    —Ejem... ¿Cómo se supone que tome declaraciones así de ligeras de otros demonios e incluso otros seres? —D-Disculpen pero... estoy casado~ Mostró su anillo, aunque la vergüenza le mantuvo el sonrojo en el rostro, sin siquiera dejarlo pensar en que le bastaría chasquear los dedos para deshacerse de ellos.
    Me endiabla
    Me shockea
    2
    46 turnos 0 maullidos
  • - En todos los medios publicitarios y electronicos se transmitía una canción que los demonios al oírlo se quedaban imnotizados y sonrientes por el poder que unimos tanto Vox y yo en algunos anillos empezaban a rumbear otros hacer destrozos manipular sus mentes era lo nuestro -



    https://youtu.be/_3aa4-oLewo?si=pmhctPW2iGvLgEpo
    - En todos los medios publicitarios y electronicos se transmitía una canción que los demonios al oírlo se quedaban imnotizados y sonrientes por el poder que unimos tanto Vox y yo en algunos anillos empezaban a rumbear otros hacer destrozos manipular sus mentes era lo nuestro - https://youtu.be/_3aa4-oLewo?si=pmhctPW2iGvLgEpo
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    7
    4 turnos 0 maullidos
  • Llevo, horas caminando y nada me gusta

    -dije hasta que encontré un puesto, de collares, acercándome agarre uno de una cruz sonriendo un poco, comprando el colgante y un anillo a juego-

    Se ven súper.....

    -dije tranquilo, empezando a caminar de nuevo por el bazar llendo por un cafe-
    Llevo, horas caminando y nada me gusta -dije hasta que encontré un puesto, de collares, acercándome agarre uno de una cruz sonriendo un poco, comprando el colgante y un anillo a juego- Se ven súper..... -dije tranquilo, empezando a caminar de nuevo por el bazar llendo por un cafe-
    Me gusta
    Me encocora
    4
    31 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados