• Sin siquiera pensarlo, me encontré cumpliendo los deseos de Shiori Novella . Sentada en un restaurante repleto de mundanos corrientes, observaba cómo algunos comían solos, devorados por sus propios pensamientos, mientras otros se agrupaban siguiendo ese torpe instinto de manada: intentando encajar, aunque la incomodidad los carcomiera desde dentro.

    Mis ojos, vacíos de toda emoción, se desplazaban de un extremo al otro del lugar mientras comía con calma. Había algo fascinante en su ruido, en su necesidad de llenar el silencio con banalidades. Por un instante, comprendí que quizá no era tan terrible que Graveshollow se hubiera convertido en una ciudad muerta… sus habitantes, al menos, eran menos escandalosos.

    —Son muy ruidosos... Pero la comida, al menos, está deliciosa.
    Sin siquiera pensarlo, me encontré cumpliendo los deseos de [specter_copper_horse_768] . Sentada en un restaurante repleto de mundanos corrientes, observaba cómo algunos comían solos, devorados por sus propios pensamientos, mientras otros se agrupaban siguiendo ese torpe instinto de manada: intentando encajar, aunque la incomodidad los carcomiera desde dentro. Mis ojos, vacíos de toda emoción, se desplazaban de un extremo al otro del lugar mientras comía con calma. Había algo fascinante en su ruido, en su necesidad de llenar el silencio con banalidades. Por un instante, comprendí que quizá no era tan terrible que Graveshollow se hubiera convertido en una ciudad muerta… sus habitantes, al menos, eran menos escandalosos. —Son muy ruidosos... Pero la comida, al menos, está deliciosa.
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  • Me tomé unas fotos después de salir de la jornada laboral de hoy. Fue un día pesado en el trabajo. Sobretodo porque no tuve un buen almuerzo, por eso casi nunca me gusta comer en cualquier restaurante, ojalá aunque sea me hubieran devuelto el dinero.

    Aún así sigo viéndome bien, ¿cierto?
    Me tomé unas fotos después de salir de la jornada laboral de hoy. Fue un día pesado en el trabajo. Sobretodo porque no tuve un buen almuerzo, por eso casi nunca me gusta comer en cualquier restaurante, ojalá aunque sea me hubieran devuelto el dinero. Aún así sigo viéndome bien, ¿cierto?
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    Sesión de Modelaje – Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour

    ▴Modelo: Lisesharte Freya Ishtar
    ▴Título de la Sesión: “Chrome Seduction: La Reina del Asfalto”
    ▴Estilo: High-Fashion Dark Motor Glam / Fetish Luxurious
    ▴Locación: Jardines urbanos de la Academia Imperial de Vahlkir, bajo la producción de Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour

    Descripción Artística:
    Lisesharte Freya Ishtar irrumpe con su presencia imponente, fusionando el magnetismo gélido de una diosa nórdica con la rebeldía de una reina del asfalto. Vestida con un traje de cuero negro ajustado, la modelo encarna la estética “Infernal Glamour” en su máxima expresión: elegancia, peligro y deseo.

    El contraste entre su figura esculpida y la moto de acero cromado representa el equilibrio entre el poder femenino y la maquinaria moderna — un símbolo recurrente en la línea visual de la agencia. Su cabello dorado fluye como fuego celestial, mientras su mirada, oculta tras gafas oscuras, proyecta control absoluto sobre la escena.


    Concepto Visual:
    ● Temática central: Dominio, libertad y lujo infernal.
    ● Iluminación: Reflejos cálidos sobre el cuero brillante, con haces de sol que subrayan el contraste entre luz divina y tentación terrenal.
    ● Paleta de colores: Negros metálicos, dorados luminosos y tonos ámbar crepusculares.
    ● Actitud: Firme, provocadora, pero con una sutileza de realeza silenciosa.

    Nota de Producción:
    Esta sesión celebra el lado “Déesse du Contrôle” de Lisesharte, destacando su papel como musa de la línea Infernal Mechanica — una colección exclusiva de la agencia Ishtar’s para campañas de lujo, motocicletas y moda vanguardista.

    Cada toma captura la esencia de una mujer Ishtar: belleza divina, mente estratégica y un aura capaz de doblar la realidad a su encanto.

    📸 Sesión de Modelaje – Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour ▴Modelo: Lisesharte Freya Ishtar ▴Título de la Sesión: “Chrome Seduction: La Reina del Asfalto” ▴Estilo: High-Fashion Dark Motor Glam / Fetish Luxurious ▴Locación: Jardines urbanos de la Academia Imperial de Vahlkir, bajo la producción de Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour 🖤 Descripción Artística: Lisesharte Freya Ishtar irrumpe con su presencia imponente, fusionando el magnetismo gélido de una diosa nórdica con la rebeldía de una reina del asfalto. Vestida con un traje de cuero negro ajustado, la modelo encarna la estética “Infernal Glamour” en su máxima expresión: elegancia, peligro y deseo. El contraste entre su figura esculpida y la moto de acero cromado representa el equilibrio entre el poder femenino y la maquinaria moderna — un símbolo recurrente en la línea visual de la agencia. Su cabello dorado fluye como fuego celestial, mientras su mirada, oculta tras gafas oscuras, proyecta control absoluto sobre la escena. ⚙️ Concepto Visual: ● Temática central: Dominio, libertad y lujo infernal. ● Iluminación: Reflejos cálidos sobre el cuero brillante, con haces de sol que subrayan el contraste entre luz divina y tentación terrenal. ● Paleta de colores: Negros metálicos, dorados luminosos y tonos ámbar crepusculares. ● Actitud: Firme, provocadora, pero con una sutileza de realeza silenciosa. 💋 Nota de Producción: Esta sesión celebra el lado “Déesse du Contrôle” de Lisesharte, destacando su papel como musa de la línea Infernal Mechanica — una colección exclusiva de la agencia Ishtar’s para campañas de lujo, motocicletas y moda vanguardista. Cada toma captura la esencia de una mujer Ishtar: belleza divina, mente estratégica y un aura capaz de doblar la realidad a su encanto.
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  • Este amanecer se siente más fresco, más frío.
    Se acabó la temporada agradable, ya está aquí el otoño .....o tal vez hasta el invierno.

    Será mejor ir al restaurante, con tantos proyectos he descuidado el local, ... ¿"él" estará bien?
    Este amanecer se siente más fresco, más frío. Se acabó la temporada agradable, ya está aquí el otoño .....o tal vez hasta el invierno. Será mejor ir al restaurante, con tantos proyectos he descuidado el local, ... ¿"él" estará bien?
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  • Mycology Psychology
    Fandom OC
    Categoría Slice of Life
    Ahhh, nuestras fungi-invitadas están aquí. Ahem, ahem.

    ** Se pone de pie y aclara su garganta, despues acomoda el sombrero que ni siquiera le dijeron que usara pero lo hace de todos modos. **

    ¡Bienvenidas, señoritas, al Refugio Fúngico Del Sol! Estaba esperándolas, gracias por reservar y no aparecerse de la nada... odio cuando hacen eso...

    ** Sus ojos brillan con un fulgor profundo y hostil por un momento y un aura como la de una seta venenosa emana de ella... **

    Debería cavar un agujero para esa gente y... ahh... ¿en qué estaba? ¡Ah sí! Nuestras tres visitantes. Díganme, ¿qué puedo hacer por ustedes?

    Irene Graves
    𝐑𝐀𝐃𝐄𝐍
    Vivianne Kaczmarek
    Ahhh, nuestras fungi-invitadas están aquí. Ahem, ahem. ** Se pone de pie y aclara su garganta, despues acomoda el sombrero que ni siquiera le dijeron que usara pero lo hace de todos modos. ** ¡Bienvenidas, señoritas, al Refugio Fúngico Del Sol! Estaba esperándolas, gracias por reservar y no aparecerse de la nada... odio cuando hacen eso... ** Sus ojos brillan con un fulgor profundo y hostil por un momento y un aura como la de una seta venenosa emana de ella... ** Debería cavar un agujero para esa gente y... ahh... ¿en qué estaba? ¡Ah sí! Nuestras tres visitantes. Díganme, ¿qué puedo hacer por ustedes? [crimson.feathers] [Darl1ngimCursed] [sapphire.butterflies]
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  • Crónicas del Olvido — Capítulo V: El Camino del Sacrificio

    Tras la restauración del Templo del Bosque, el grupo regresa al Templo de la Luz Silente, donde el Amuleto del Destino comienza a reconstruirse. Kael, ahora más conectado con la magia de origen, guía el proceso. Pero cada fragmento restaurado libera una onda que despierta enemigos ocultos: los Heraldos del Vacío, antiguos guardianes corrompidos por el Señor de las Sombras.

    El mundo comienza a cambiar. Las zonas purificadas se expanden lentamente. Aldeas olvidadas ven la luz por primera vez en años. Criaturas mágicas regresan. Pero con cada paso, el Cuarteto se enfrenta a enemigos más fuertes, más inteligentes, más crueles.

    Los Heraldos no son simples monstruos. Son estrategas. Algunos manipulan el tiempo, otros distorsionan la gravedad, y otros atacan directamente los vínculos emocionales del grupo.

    El grupo es dividido en planos temporales divergentes. No solo están separados físicamente, sino emocionalmente: cada uno vive una versión alternativa de su historia.

    Kael, atrapado en un bucle donde Yukine muere una y otra vez, comienza a perder noción del presente. En cada intento de salvarlo, el resultado es el mismo: fracaso.

    Kael (susurrando): “¿Cuántas veces debo fallar para entender que no todo puede salvarse?”

    Kael comienza a escribir runas en el aire, cada una representando una emoción: culpa, esperanza, fe. Solo la runa de “memoria” permanece. Con ella, Kael ancla su conciencia y rompe el bucle.
    Sira enfrenta versiones de sí misma: una que se rindió, otra que se volvió cruel, otra que nunca conoció a Lidica.

    Sira (gritando): “¡No soy lo que el dolor hizo de mí! Soy lo que elegí ser… por ella.”

    Al aceptar su vulnerabilidad, el plano se colapsa y Sira regresa.

    Tharos ve un mundo donde nunca se liberó. Su fuego es negro, su alma hueca. Pero al recordar el rostro de Elen, una chispa pura emerge.

    Tharos: “Si el fuego puede destruir… también puede iluminar.”

    Elen, atrapada en un tiempo donde el bosque nunca floreció, canaliza una semilla que crece a través de las eras. La raíz rompe el plano y la devuelve.

    El Heraldo de la Fractura se disuelve, no por fuerza, sino por sincronía emocional. El grupo se reúne, pero Kael comienza a escuchar ecos de futuros que aún no existen.

    Heraldo del Eco – Aeloria: El Reflejo que Miente

    El Heraldo del Eco no solo copia habilidades. Copia heridas. Cada réplica es una versión corrompida del alma.
    Kael ve una versión de sí mismo que usó el Amuleto como arma y destruyó el mundo.

    Kael (al reflejo): “No eres mi sombra. Eres mi advertencia. Y yo… ya elegí.”

    Kael conjura un sello de contención que no destruye al reflejo, lo encierra en una runa de propósito.

    Sira enfrenta una copia que manipula el viento con precisión quirúrgica. Cada ráfaga es perfecta. Pero sin alma.
    Sira: “El viento no se domina. Se escucha.”

    Sira deja de atacar. Se queda quieta. El viento real la envuelve, y la réplica se desvanece.

    Tharos ve una versión que abraza la ira como virtud. Lucha sin magia. Solo con voluntad.

    Tharos: “La furia me dio fuerza. Pero el perdón… me dio control.”

    Elen enfrenta una réplica que cura sin alma. Al canalizar su vínculo con las raíces vivas, purifica la réplica desde dentro.
    El Heraldo del Eco se disuelve, dejando una advertencia:
    “Toda luz genera sombra. Y ustedes… ya tienen demasiadas.”

    Heraldo de la Marea – Nymar: El Agua que Recuerda

    El agua se convierte en veneno emocional. Cada gota muestra un recuerdo feliz… corrompido.

    Kael ve a Yukine sonriendo, pero la sonrisa se convierte en grito.

    Kael: “No quiero cambiar el pasado. Solo honrarlo.”

    Kael conjura una barrera de aceptación. No repele el agua. La transforma.

    Sira ve a Lidica bailando en el viento, pero el viento se vuelve cuchilla.

    Sira: “Si el viento la llevó… que me lleve a mí también.”

    Sira canaliza su vínculo real y purifica la corriente.

    Tharos ve a su familia viva, luego ardiendo. Se sumerge en el lago, dejando que el fuego se apague. Emerge con una nueva llama: la llama del perdón.

    Elen ve a su madre cantando, pero la canción se distorsiona. Canta de nuevo, con voz temblorosa. El lago responde con luz.

    El Heraldo de la Marea se disuelve, pero deja una última frase:
    “La culpa no se vence. Se aprende a convivir con ella.”

    Después del Asedio

    El grupo no celebra. No hay victoria. Solo marcas.

    • Tharos pierde parte de su sensibilidad mágica.
    • Elen envejece físicamente por el uso excesivo de magia de raíz.
    • Sira comienza a perder la capacidad de distinguir sus propios recuerdos de los de Lidica.
    • Kael guarda silencio. Porque sabe que el Amuleto está casi completo… y que cuando lo esté, él será el canal.

    Kael (en voz baja): “No somos los héroes que el mundo esperaba. Somos los que eligieron no rendirse.”

    El grupo no habla de lo que pierde. Pero lo siente.

    • Tharos se aleja por momentos, temiendo que su fuego vuelva a corromperlo.
    • Elen comienza a escribir sus memorias, por si su mente se fragmenta.
    • Sira entrena sola, intentando recuperar el control de su percepción.
    • Kael solo observa a lo lejos.

    A pesar de todo, el mundo comienza a respirar.

    • En Khar-Dun, los monumentos a los caídos se iluminan por primera vez.
    • En Nymar, los niños juegan en lagos purificados.
    • En Tharion, los sabios regresan a enseñar.
    • En Aeloria, los campos florecen con flores que solo nacen tras la purificación.

    El Cuarteto no es celebrado. No busca gloria. Pero en cada pueblo, en cada rincón, se murmura:

    “El legado de los Heroes aun vive.”

    Con el Amuleto casi completo, el grupo se dirige al Corazón del Vacío, una región donde la oscuridad es tan densa que la luz no entra. Allí, el Señor de las Sombras ha comenzado a manifestarse físicamente. No como una figura… sino como un entorno. El mundo mismo se pliega a su voluntad.

    Antes de partir, el grupo se reúne en silencio.

    • Kael entrega sus notas a Elen, por si no regresa.
    • Sira deja sus dagas en el Templo, llevando solo una.
    • Tharos apaga su fuego voluntariamente, para no perder el control.
    • Elen planta una semilla en cada templo, como promesa de regreso.

    No saben si sobrevivirán. Pero saben que deben hacerlo.




    Crónicas del Olvido — Capítulo V: El Camino del Sacrificio Tras la restauración del Templo del Bosque, el grupo regresa al Templo de la Luz Silente, donde el Amuleto del Destino comienza a reconstruirse. Kael, ahora más conectado con la magia de origen, guía el proceso. Pero cada fragmento restaurado libera una onda que despierta enemigos ocultos: los Heraldos del Vacío, antiguos guardianes corrompidos por el Señor de las Sombras. El mundo comienza a cambiar. Las zonas purificadas se expanden lentamente. Aldeas olvidadas ven la luz por primera vez en años. Criaturas mágicas regresan. Pero con cada paso, el Cuarteto se enfrenta a enemigos más fuertes, más inteligentes, más crueles. Los Heraldos no son simples monstruos. Son estrategas. Algunos manipulan el tiempo, otros distorsionan la gravedad, y otros atacan directamente los vínculos emocionales del grupo. El grupo es dividido en planos temporales divergentes. No solo están separados físicamente, sino emocionalmente: cada uno vive una versión alternativa de su historia. Kael, atrapado en un bucle donde Yukine muere una y otra vez, comienza a perder noción del presente. En cada intento de salvarlo, el resultado es el mismo: fracaso. Kael (susurrando): “¿Cuántas veces debo fallar para entender que no todo puede salvarse?” Kael comienza a escribir runas en el aire, cada una representando una emoción: culpa, esperanza, fe. Solo la runa de “memoria” permanece. Con ella, Kael ancla su conciencia y rompe el bucle. Sira enfrenta versiones de sí misma: una que se rindió, otra que se volvió cruel, otra que nunca conoció a Lidica. Sira (gritando): “¡No soy lo que el dolor hizo de mí! Soy lo que elegí ser… por ella.” Al aceptar su vulnerabilidad, el plano se colapsa y Sira regresa. Tharos ve un mundo donde nunca se liberó. Su fuego es negro, su alma hueca. Pero al recordar el rostro de Elen, una chispa pura emerge. Tharos: “Si el fuego puede destruir… también puede iluminar.” Elen, atrapada en un tiempo donde el bosque nunca floreció, canaliza una semilla que crece a través de las eras. La raíz rompe el plano y la devuelve. El Heraldo de la Fractura se disuelve, no por fuerza, sino por sincronía emocional. El grupo se reúne, pero Kael comienza a escuchar ecos de futuros que aún no existen. Heraldo del Eco – Aeloria: El Reflejo que Miente El Heraldo del Eco no solo copia habilidades. Copia heridas. Cada réplica es una versión corrompida del alma. Kael ve una versión de sí mismo que usó el Amuleto como arma y destruyó el mundo. Kael (al reflejo): “No eres mi sombra. Eres mi advertencia. Y yo… ya elegí.” Kael conjura un sello de contención que no destruye al reflejo, lo encierra en una runa de propósito. Sira enfrenta una copia que manipula el viento con precisión quirúrgica. Cada ráfaga es perfecta. Pero sin alma. Sira: “El viento no se domina. Se escucha.” Sira deja de atacar. Se queda quieta. El viento real la envuelve, y la réplica se desvanece. Tharos ve una versión que abraza la ira como virtud. Lucha sin magia. Solo con voluntad. Tharos: “La furia me dio fuerza. Pero el perdón… me dio control.” Elen enfrenta una réplica que cura sin alma. Al canalizar su vínculo con las raíces vivas, purifica la réplica desde dentro. El Heraldo del Eco se disuelve, dejando una advertencia: “Toda luz genera sombra. Y ustedes… ya tienen demasiadas.” Heraldo de la Marea – Nymar: El Agua que Recuerda El agua se convierte en veneno emocional. Cada gota muestra un recuerdo feliz… corrompido. Kael ve a Yukine sonriendo, pero la sonrisa se convierte en grito. Kael: “No quiero cambiar el pasado. Solo honrarlo.” Kael conjura una barrera de aceptación. No repele el agua. La transforma. Sira ve a Lidica bailando en el viento, pero el viento se vuelve cuchilla. Sira: “Si el viento la llevó… que me lleve a mí también.” Sira canaliza su vínculo real y purifica la corriente. Tharos ve a su familia viva, luego ardiendo. Se sumerge en el lago, dejando que el fuego se apague. Emerge con una nueva llama: la llama del perdón. Elen ve a su madre cantando, pero la canción se distorsiona. Canta de nuevo, con voz temblorosa. El lago responde con luz. El Heraldo de la Marea se disuelve, pero deja una última frase: “La culpa no se vence. Se aprende a convivir con ella.” Después del Asedio El grupo no celebra. No hay victoria. Solo marcas. • Tharos pierde parte de su sensibilidad mágica. • Elen envejece físicamente por el uso excesivo de magia de raíz. • Sira comienza a perder la capacidad de distinguir sus propios recuerdos de los de Lidica. • Kael guarda silencio. Porque sabe que el Amuleto está casi completo… y que cuando lo esté, él será el canal. Kael (en voz baja): “No somos los héroes que el mundo esperaba. Somos los que eligieron no rendirse.” El grupo no habla de lo que pierde. Pero lo siente. • Tharos se aleja por momentos, temiendo que su fuego vuelva a corromperlo. • Elen comienza a escribir sus memorias, por si su mente se fragmenta. • Sira entrena sola, intentando recuperar el control de su percepción. • Kael solo observa a lo lejos. A pesar de todo, el mundo comienza a respirar. • En Khar-Dun, los monumentos a los caídos se iluminan por primera vez. • En Nymar, los niños juegan en lagos purificados. • En Tharion, los sabios regresan a enseñar. • En Aeloria, los campos florecen con flores que solo nacen tras la purificación. El Cuarteto no es celebrado. No busca gloria. Pero en cada pueblo, en cada rincón, se murmura: “El legado de los Heroes aun vive.” Con el Amuleto casi completo, el grupo se dirige al Corazón del Vacío, una región donde la oscuridad es tan densa que la luz no entra. Allí, el Señor de las Sombras ha comenzado a manifestarse físicamente. No como una figura… sino como un entorno. El mundo mismo se pliega a su voluntad. Antes de partir, el grupo se reúne en silencio. • Kael entrega sus notas a Elen, por si no regresa. • Sira deja sus dagas en el Templo, llevando solo una. • Tharos apaga su fuego voluntariamente, para no perder el control. • Elen planta una semilla en cada templo, como promesa de regreso. No saben si sobrevivirán. Pero saben que deben hacerlo.
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  • Miren como farmeo Aura en modo bestia divina!!
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  • Cita Nocturna
    Fandom Free rol
    Categoría Romance
    Esta noche voy a llevar a cenar a mi Regazza Diabólica a cenar al edificio más alto de todo el pueblo, he alquilado la última planta que es donde tienen la zona del restaurante y discoteca para los dos.
    Mientras Laura Black se esta maquillando, yo sigo arreglándome en uno de los baños de invitados.
    Llevamos una temporada que solo salimos por la noche para cazar, aparte tengo preparado una sorpresa que la va hacer muy feliz.
    Cada día que paso a su lado es un regalo ella ha sido la única que ha logrado sacarme del pozo oscuro donde llevo todos estos siglos encerrado.
    Quiero ser el hombre perfecto para la mujer perfecta .
    Esta noche voy a llevar a cenar a mi Regazza Diabólica a cenar al edificio más alto de todo el pueblo, he alquilado la última planta que es donde tienen la zona del restaurante y discoteca para los dos. Mientras [eclipse_7] se esta maquillando, yo sigo arreglándome en uno de los baños de invitados. Llevamos una temporada que solo salimos por la noche para cazar, aparte tengo preparado una sorpresa que la va hacer muy feliz. Cada día que paso a su lado es un regalo ella ha sido la única que ha logrado sacarme del pozo oscuro donde llevo todos estos siglos encerrado. Quiero ser el hombre perfecto para la mujer perfecta .
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  • *Estaba caminando en el medio de la nada, con un aura cósmica y una sonrisa cálida, me acomodaba suavemente mientras el pequeño conejo en su hombro se mueve curioso.*

    -Hehe~ ¿Sabías que incluso los planetas se sienten solitarios a veces? Por eso me gusta venir aquí y sentarme un rato… sentir cómo gira todo, tan despacio, tan inmenso.

    *Sus ojos dorados brillan como soles lejanos mientras observa al pequeño cangrejo junto a ella.*

    -Aunque… no estoy tan sola después de todo, ¿verdad?. Tengo a mis pequeños compañeros… y a ti también supongo.

    *Inclina un poco la cabeza con ternura.*

    -Ven, cuéntame, ¿qué te trajo hasta este rinconcito del universo?


    *Estaba caminando en el medio de la nada, con un aura cósmica y una sonrisa cálida, me acomodaba suavemente mientras el pequeño conejo en su hombro se mueve curioso.* -Hehe~ ¿Sabías que incluso los planetas se sienten solitarios a veces? Por eso me gusta venir aquí y sentarme un rato… sentir cómo gira todo, tan despacio, tan inmenso. *Sus ojos dorados brillan como soles lejanos mientras observa al pequeño cangrejo junto a ella.* -Aunque… no estoy tan sola después de todo, ¿verdad?. Tengo a mis pequeños compañeros… y a ti también supongo. *Inclina un poco la cabeza con ternura.* -Ven, cuéntame, ¿qué te trajo hasta este rinconcito del universo?
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  • La soledad era la mejor amante de todas.

    La época, el clima, las festividades.
    Todo parece diseñado para compartirse.
    El aire huele a café, a pan caliente, a conversaciones ajenas.
    Las luces titilan sobre las calles, los escaparates se llenan de adornos,
    y la ciudad se disfraza de alegría para no revelar lo cansada que está.

    Antes, yo también formaba parte de esa ilusión.
    Recuerdo haber caminado de su mano, buscando algún lugar tranquilo donde el silencio no pesara.
    Me gustaba observarla elegir el postre, discutir sobre trivialidades,
    esas pequeñas costumbres que uno solo entiende cuando ya no las tiene.

    Ahora camino solo.
    No porque me haya propuesto ser libre, sino porque ya no queda nadie que camine conmigo.
    Los restaurantes siguen abiertos, las calles siguen siendo las mismas,
    pero la comida ha perdido su gusto, y las luces me parecen demasiado brillantes.
    Aun así, no me quejo.
    El mundo nunca prometió compañía, y la soledad, con el tiempo, aprendió a ser suficiente.

    He descubierto que la soledad es una amante precisa:
    no exige nada, no pregunta, no reprocha.
    Se sienta junto a mí cuando escribo, respira despacio,
    me observa sin juzgar y espera a que termine cada párrafo para recordarme que sigo aquí,
    aunque no haya nadie más.

    A veces pienso en salir, en comprar boletos para algún evento,
    pero al final los regalo.
    No porque desprecie la vida afuera, sino porque hay algo honestamente bello en no fingir interés.
    La soledad tiene esa virtud: te enseña a dejar de mentirle al mundo.

    Y quizás eso sea lo más cercano al amor verdadero que me queda.
    Un silencio compartido conmigo mismo,
    sin promesas, sin expectativas, sin necesidad de entender nada.
    Solo la certeza de que, después de todo,
    nadie me ha conocido tan bien como ella.
    La soledad era la mejor amante de todas. La época, el clima, las festividades. Todo parece diseñado para compartirse. El aire huele a café, a pan caliente, a conversaciones ajenas. Las luces titilan sobre las calles, los escaparates se llenan de adornos, y la ciudad se disfraza de alegría para no revelar lo cansada que está. Antes, yo también formaba parte de esa ilusión. Recuerdo haber caminado de su mano, buscando algún lugar tranquilo donde el silencio no pesara. Me gustaba observarla elegir el postre, discutir sobre trivialidades, esas pequeñas costumbres que uno solo entiende cuando ya no las tiene. Ahora camino solo. No porque me haya propuesto ser libre, sino porque ya no queda nadie que camine conmigo. Los restaurantes siguen abiertos, las calles siguen siendo las mismas, pero la comida ha perdido su gusto, y las luces me parecen demasiado brillantes. Aun así, no me quejo. El mundo nunca prometió compañía, y la soledad, con el tiempo, aprendió a ser suficiente. He descubierto que la soledad es una amante precisa: no exige nada, no pregunta, no reprocha. Se sienta junto a mí cuando escribo, respira despacio, me observa sin juzgar y espera a que termine cada párrafo para recordarme que sigo aquí, aunque no haya nadie más. A veces pienso en salir, en comprar boletos para algún evento, pero al final los regalo. No porque desprecie la vida afuera, sino porque hay algo honestamente bello en no fingir interés. La soledad tiene esa virtud: te enseña a dejar de mentirle al mundo. Y quizás eso sea lo más cercano al amor verdadero que me queda. Un silencio compartido conmigo mismo, sin promesas, sin expectativas, sin necesidad de entender nada. Solo la certeza de que, después de todo, nadie me ha conocido tan bien como ella.
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