• En Mondstadt conocían a Razor como "El Chico Lobo", generalmente era bien tratado que hasta los puestos le regalaban ropa o comida.
    Conocido por su inocencia pues, no sabía de las mentiras y tampoco tenía filtros en su hablar por lo que siempre decía lo que pensaba, metiéndose en problemas más de una vez con los viajeros con los que llegaba a toparse por no lo conocían.

    "Acepta lo que te regalen pues te lo están dando de corazón, de lo contrario ofenderás y siempre da las gracias ¿Ok?~<3" Sonaba en su cabeza una de las tantas cosas que le enseñaba su maestra Lisa, la bibliotecaria de Mondstadt.

    -...Gracias.. Gustarme mucho...bolas de arroz...

    Le dijo al guardia de la entrada de Mondstadt quien había parado al albino al verlo saliendo para regalarle la comida, con amable gesto lo despidió. Razor por su parte se despidió del guardia comiendo una de los onigiris que le había dado.

    La mayor parte del tiempo parecía ser un joven calmado, tranquilo, inocente y hasta dulce, sin embargo todo ello cambiaba al verse involucrado en alguna batalla, protector y fiero como un lobo eran solo unas de sus características en combate.
    En Mondstadt conocían a Razor como "El Chico Lobo", generalmente era bien tratado que hasta los puestos le regalaban ropa o comida. Conocido por su inocencia pues, no sabía de las mentiras y tampoco tenía filtros en su hablar por lo que siempre decía lo que pensaba, metiéndose en problemas más de una vez con los viajeros con los que llegaba a toparse por no lo conocían. "Acepta lo que te regalen pues te lo están dando de corazón, de lo contrario ofenderás y siempre da las gracias ¿Ok?~<3" Sonaba en su cabeza una de las tantas cosas que le enseñaba su maestra Lisa, la bibliotecaria de Mondstadt. -...Gracias.. Gustarme mucho...bolas de arroz... Le dijo al guardia de la entrada de Mondstadt quien había parado al albino al verlo saliendo para regalarle la comida, con amable gesto lo despidió. Razor por su parte se despidió del guardia comiendo una de los onigiris que le había dado. La mayor parte del tiempo parecía ser un joven calmado, tranquilo, inocente y hasta dulce, sin embargo todo ello cambiaba al verse involucrado en alguna batalla, protector y fiero como un lobo eran solo unas de sus características en combate.
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  • "Dormido entre rosas"

    Hay algo fascinante en observarlo mientras duerme, perdido en ese rincón de su mente que he mantenido floreciendo para él. Allí reposa Heinrich, rodeado de esas majestuosas rosas rojas que parecen florecer solo para enmarcar su figura.

    No puedo evitar admirarlo. Incluso en su letargo, hay una gracia innata en la forma en que descansa, con el semblante sereno y una quietud que contradice las tormentas que alguna vez lo atormentaron. Es como si las flores mismas entendieran su esencia, abrazándolo con pétalos que casi rozan su piel.

    ¿Y cómo no detenerme a mirarlo? Él, que siempre ha sido tan reservado, ahora yace tan expuesto y a la vez tan protegido por este espacio que compartimos. Tal vez me regodeo en esta oportunidad de contemplarlo, de ver la belleza que posee sin filtros ni máscaras.

    Sé que pronto despertará, y este momento será solo un recuerdo para mí, pero por ahora, me permito el lujo de admirarlo. Como un espectador ante una obra de arte
    "Dormido entre rosas" Hay algo fascinante en observarlo mientras duerme, perdido en ese rincón de su mente que he mantenido floreciendo para él. Allí reposa Heinrich, rodeado de esas majestuosas rosas rojas que parecen florecer solo para enmarcar su figura. No puedo evitar admirarlo. Incluso en su letargo, hay una gracia innata en la forma en que descansa, con el semblante sereno y una quietud que contradice las tormentas que alguna vez lo atormentaron. Es como si las flores mismas entendieran su esencia, abrazándolo con pétalos que casi rozan su piel. ¿Y cómo no detenerme a mirarlo? Él, que siempre ha sido tan reservado, ahora yace tan expuesto y a la vez tan protegido por este espacio que compartimos. Tal vez me regodeo en esta oportunidad de contemplarlo, de ver la belleza que posee sin filtros ni máscaras. Sé que pronto despertará, y este momento será solo un recuerdo para mí, pero por ahora, me permito el lujo de admirarlo. Como un espectador ante una obra de arte
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Mie#@ no es broma lo del rubiecito .... ¿Quien es el que hace los filtros para que en la familia entre tanto pendejo?
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  • — ¿Otra vez me estás poniendo filtros? 𝑌𝑎𝑚𝑒𝑡𝑒... ¡Me desconcentras! —
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  • ༄ 🇸​🇹​🇦​🇷​🇹​🇪​🇷​ 🇹​🇴​...
    ㅤㅤ⤹ DEAN WINCHESTER

    ❛❛ ¿𝟻𝟶 𝒶𝓃̃𝑜𝓈? 𝐸𝓂𝓅𝑒𝒸𝑒𝓂𝑜𝓈 𝓅𝑜𝓇 𝒽𝑜𝓎.
    𝐸𝓁 𝓅𝓇𝒾𝓂𝑒𝓇 𝒹𝒾́𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝓇𝑒𝓈𝓉𝑜 𝒹𝑒 𝓃𝓊𝑒𝓈𝓉𝓇𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶. ❜❜

    ㅤㅤㅤ Casi había pasado un mes desde su “secuestro”, desde el ataque del genio, desde aquel buffet libre de pesadillas que le había regalado aquella desinteresada y altruista criatura. Casi un mes desde que, en un dormitorio o en otro, (casi siempre en el de Dean, porque “𝑡𝑎𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑏𝑎𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑐𝑎𝑢𝑠𝑎𝑟𝑙𝑒 𝑗𝑎𝑞𝑢𝑒𝑐𝑎”) la pareja dormía junta prácticamente todas las noches. Convirtiéndose el uno en el muro de contención de las pesadillas del otro.
    Casi un mes desde que Dean había descubierto su verdadero nombre y no se lo había revelado a absolutamente nadie.
    Hecho que Poppy le agradecía de corazón, primero porque no se sentía cómoda con que la gente lo supiera, y segundo porque en el fondo le gustaba que fuera algo entre ellos.

    Aquella noche en la que la habían llevado de vuelta al bunker se había prometido a si misma hablar con Sam, agradecerle su parte de implicación en aquel rescate, y la gestión de todo lo que había venido después, liberándola así a ella misma y a Dean de esa carga.
    Esa promesa, aún estaba pendiente. Pero no tenía intención de posponerla mucho más tiempo.
    Sabía dónde estaba Sam.
    Sabía que estaban solos en el bunker.
    Castiel estaba buscando a Jack.
    Y Dean habían salido al pueblo con la importante misión de llenar la nevera y la despensa.

    Así, Poppy aparece en la biblioteca, donde Sam estaba sentado en la misma silla que siempre usaba, con su inseparable portátil, con una enorme bandeja en las manos, llena de una taza de té. un café, uno de aquellos smoothies verdes que tanto le gustaban, y que hasta a ella le parecían algo repugnante, un plato con huevos revueltos, varias tostadas, algo de fruta fresca y zumo de naranja recién exprimido.

    Tras dejar la bandeja justo frente a él, la británica toma asiento al otro lado de la mesa. Coge la taza de té y bebe un primer trago tomándose su tiempo, mientras soportaba la mirada interrogativa de Sam, con una sonrisa.

    — ¿A que debo este despliegue, Poppy? Tengo la sensación de que es una encerrona…

    — ¿Tan mal concepto tienes aún de mí? Siempre he pensado que Dean era el más duro de pelar en cuanto a confianza se refiera…

    — Tengo claro que esa barrera ya la has sobrepasado con creces, pelirroja.

    — No he venido para hablar sobre mi relación con Dean… Bueno, no del todo al menos. Quería darte las gracias Sam. Por venir a salvarme el pellejo. Por aceptar arriesgarte por mí. — Poco sabia la pelirroja que Dean no hubiera aceptado un no por respuesta en lo que se refería a su rescate, y tampoco le importaba, no le importaban los “peros” que pudiera haber llegado a poner Sam, (si es que había puesto alguno) lo que importaba era que al final, había acudido. — No me importa si lo hiciste por tu hermano y no por mí, estabas ahí y eso es suficiente. De modo que esto es un pequeño gesto de agradecimiento. —

    Mientras dice aquellas últimas palabras empuja con su mano derecha la bandeja algo más hacia Sam, el cual termina por sonreír cuando se hace con el smoothie

    — Lo cierto es que Dean estaba seguro de que no podías haberte ido, que no nos… que no le, habías abandonado…

    — Tu tenías tus dudas, ¿cierto?

    — Las tenía, en pasado. Jamás volverá a ser así, ahora eres una más Pops, bienvenida a la familia.

    Aquellas palabras serian ese tipo de conversación que siempre recordaría, sabía que cuando hubiera pasado el tiempo, sería capaz de rememorar aquella conversación con todo lujo de detalles.
    Conversación que continua, conversación que sería uno de los primeros ladrillos en los cimientos de la relación entre la pelirroja y el menor de los Winchester. Conversación de la cual Poppy Davies saca su siguiente plan.

    Dean había llegado y les había sorprendido en su desayuno de hermandad, pero por suerte para ella no estaban tratando ese tema cuando él llega. En su mente ya estaba el plan trazado por completo y al milímetro. Tan solo necesitaba un día o día y medio para ponerlo en marcha.
    En cuanto tiene medio segundo a solas con un ordenador, busca alquilar la casa perfecta, completamente equipada, en la única playa que había pasado el corte de todos sus filtros.
    Que estuviera cerca, que fuera tranquila, poco concurrido, con arena fina y vegetación alrededor.

    El siguiente paso, es el que más disfruta. Se ausente toda una tarde fuera del bunker, y se dedica a comprar todo cuanto sabía que Dean no tenia y que iba a necesitar, además de otros caprichos que no puede evitar añadir a su compra.
    A la vuelta a casa, aprovechando que Dean está en la ducha, se cuela en su cuarto, con su enorme maleta de color rosa empolvado ya llena de prácticamente todo cuanto necesitaban, y la termina con la ropa que el cazador iba a necesitar.

    Una vez la maleta está en el Impala, Poppy cierra el maletero, se sienta en el asiento del conductor y saca su teléfono.

    ✉ “𝖣𝖾𝖺𝗇 𝗋𝖾𝗎́𝗇𝖾𝗍𝖾 𝖼𝗈𝗇𝗆𝗂𝗀𝗈 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝗀𝖺𝗋𝖺𝗃𝖾, 𝗉𝗈𝗋 𝖿𝖺𝗏𝗈𝗋, 𝖾𝗌 𝗎𝗋𝗀𝖾𝗇𝗍𝖾.”

    Iba a disfrutar aquel viaje, lo sabía. Pero lo mejor de todo aquello era que la británica también disfrutaba todo lo relacionado con la preparación, y la anticipación. Ahora tan solo le quedaba el escollo, de conseguir que Dean le cediera las llaves del coche, porque no pensaba revelar el destino del viaje. No iba a destripar la sorpresa.

    ༄ 🇸​🇹​🇦​🇷​🇹​🇪​🇷​ 🇹​🇴​... ㅤㅤ⤹ [thxsoldier] ❛❛ ¿𝟻𝟶 𝒶𝓃̃𝑜𝓈? 𝐸𝓂𝓅𝑒𝒸𝑒𝓂𝑜𝓈 𝓅𝑜𝓇 𝒽𝑜𝓎. 𝐸𝓁 𝓅𝓇𝒾𝓂𝑒𝓇 𝒹𝒾́𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝓇𝑒𝓈𝓉𝑜 𝒹𝑒 𝓃𝓊𝑒𝓈𝓉𝓇𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶. ❜❜ ㅤㅤㅤ Casi había pasado un mes desde su “secuestro”, desde el ataque del genio, desde aquel buffet libre de pesadillas que le había regalado aquella desinteresada y altruista criatura. Casi un mes desde que, en un dormitorio o en otro, (casi siempre en el de Dean, porque “𝑡𝑎𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑏𝑎𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑐𝑎𝑢𝑠𝑎𝑟𝑙𝑒 𝑗𝑎𝑞𝑢𝑒𝑐𝑎”) la pareja dormía junta prácticamente todas las noches. Convirtiéndose el uno en el muro de contención de las pesadillas del otro. Casi un mes desde que Dean había descubierto su verdadero nombre y no se lo había revelado a absolutamente nadie. Hecho que Poppy le agradecía de corazón, primero porque no se sentía cómoda con que la gente lo supiera, y segundo porque en el fondo le gustaba que fuera algo entre ellos. Aquella noche en la que la habían llevado de vuelta al bunker se había prometido a si misma hablar con Sam, agradecerle su parte de implicación en aquel rescate, y la gestión de todo lo que había venido después, liberándola así a ella misma y a Dean de esa carga. Esa promesa, aún estaba pendiente. Pero no tenía intención de posponerla mucho más tiempo. Sabía dónde estaba Sam. Sabía que estaban solos en el bunker. Castiel estaba buscando a Jack. Y Dean habían salido al pueblo con la importante misión de llenar la nevera y la despensa. Así, Poppy aparece en la biblioteca, donde Sam estaba sentado en la misma silla que siempre usaba, con su inseparable portátil, con una enorme bandeja en las manos, llena de una taza de té. un café, uno de aquellos smoothies verdes que tanto le gustaban, y que hasta a ella le parecían algo repugnante, un plato con huevos revueltos, varias tostadas, algo de fruta fresca y zumo de naranja recién exprimido. Tras dejar la bandeja justo frente a él, la británica toma asiento al otro lado de la mesa. Coge la taza de té y bebe un primer trago tomándose su tiempo, mientras soportaba la mirada interrogativa de Sam, con una sonrisa. — ¿A que debo este despliegue, Poppy? Tengo la sensación de que es una encerrona… — ¿Tan mal concepto tienes aún de mí? Siempre he pensado que Dean era el más duro de pelar en cuanto a confianza se refiera… — Tengo claro que esa barrera ya la has sobrepasado con creces, pelirroja. — No he venido para hablar sobre mi relación con Dean… Bueno, no del todo al menos. Quería darte las gracias Sam. Por venir a salvarme el pellejo. Por aceptar arriesgarte por mí. — Poco sabia la pelirroja que Dean no hubiera aceptado un no por respuesta en lo que se refería a su rescate, y tampoco le importaba, no le importaban los “peros” que pudiera haber llegado a poner Sam, (si es que había puesto alguno) lo que importaba era que al final, había acudido. — No me importa si lo hiciste por tu hermano y no por mí, estabas ahí y eso es suficiente. De modo que esto es un pequeño gesto de agradecimiento. — Mientras dice aquellas últimas palabras empuja con su mano derecha la bandeja algo más hacia Sam, el cual termina por sonreír cuando se hace con el smoothie — Lo cierto es que Dean estaba seguro de que no podías haberte ido, que no nos… que no le, habías abandonado… — Tu tenías tus dudas, ¿cierto? — Las tenía, en pasado. Jamás volverá a ser así, ahora eres una más Pops, bienvenida a la familia. Aquellas palabras serian ese tipo de conversación que siempre recordaría, sabía que cuando hubiera pasado el tiempo, sería capaz de rememorar aquella conversación con todo lujo de detalles. Conversación que continua, conversación que sería uno de los primeros ladrillos en los cimientos de la relación entre la pelirroja y el menor de los Winchester. Conversación de la cual Poppy Davies saca su siguiente plan. Dean había llegado y les había sorprendido en su desayuno de hermandad, pero por suerte para ella no estaban tratando ese tema cuando él llega. En su mente ya estaba el plan trazado por completo y al milímetro. Tan solo necesitaba un día o día y medio para ponerlo en marcha. En cuanto tiene medio segundo a solas con un ordenador, busca alquilar la casa perfecta, completamente equipada, en la única playa que había pasado el corte de todos sus filtros. Que estuviera cerca, que fuera tranquila, poco concurrido, con arena fina y vegetación alrededor. El siguiente paso, es el que más disfruta. Se ausente toda una tarde fuera del bunker, y se dedica a comprar todo cuanto sabía que Dean no tenia y que iba a necesitar, además de otros caprichos que no puede evitar añadir a su compra. A la vuelta a casa, aprovechando que Dean está en la ducha, se cuela en su cuarto, con su enorme maleta de color rosa empolvado ya llena de prácticamente todo cuanto necesitaban, y la termina con la ropa que el cazador iba a necesitar. Una vez la maleta está en el Impala, Poppy cierra el maletero, se sienta en el asiento del conductor y saca su teléfono. ✉ “𝖣𝖾𝖺𝗇 𝗋𝖾𝗎́𝗇𝖾𝗍𝖾 𝖼𝗈𝗇𝗆𝗂𝗀𝗈 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝗀𝖺𝗋𝖺𝗃𝖾, 𝗉𝗈𝗋 𝖿𝖺𝗏𝗈𝗋, 𝖾𝗌 𝗎𝗋𝗀𝖾𝗇𝗍𝖾.” Iba a disfrutar aquel viaje, lo sabía. Pero lo mejor de todo aquello era que la británica también disfrutaba todo lo relacionado con la preparación, y la anticipación. Ahora tan solo le quedaba el escollo, de conseguir que Dean le cediera las llaves del coche, porque no pensaba revelar el destino del viaje. No iba a destripar la sorpresa.
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  • Aw me gusta como quedaron estos filtros no se cual me gusta mas
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  • Esto de los filtros es muy divertido. A ver que mas puedo agregar
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  • Ezequiel, puso la radio y se metió debajo de la autocaravana, debía hacer el mantenimiento y quitar toda la arena que se había metido dentro de los filtros, era hora de ponerse manos a la obra, el viaje aun era largo.

    ( https://youtu.be/uAC-BxTtfLk?si=NwgFTE_OiUa-mkb5 )
    Ezequiel, puso la radio y se metió debajo de la autocaravana, debía hacer el mantenimiento y quitar toda la arena que se había metido dentro de los filtros, era hora de ponerse manos a la obra, el viaje aun era largo. ( https://youtu.be/uAC-BxTtfLk?si=NwgFTE_OiUa-mkb5 )
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  • Los filtros son muy divertidos ฅ⁠^⁠•⁠ﻌ⁠•⁠^⁠ฅ
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  • Tengo ganas de editar mi perfil y saturarlo de filtros hasta que se vea Celeste. Estoy conteniendome.
    Tengo ganas de editar mi perfil y saturarlo de filtros hasta que se vea Celeste. Estoy conteniendome.
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