• —Calma, venadín, sé que no disfrutas asistir a ciertos anillos. Aquí no tienes voz ni opinión, y tenemos innumerables entrevistas que realizar. ¿Por qué estoy haciendo esto, preguntas? Fácil, porque tengo ganas de hacerlo y lo disfrutaré.—


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    —Calma, venadín, sé que no disfrutas asistir a ciertos anillos. Aquí no tienes voz ni opinión, y tenemos innumerables entrevistas que realizar. ¿Por qué estoy haciendo esto, preguntas? Fácil, porque tengo ganas de hacerlo y lo disfrutaré.— [Alastor_rabbit]
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  • ╭───────────────·•◦ ⚜ ◦•·───────────────╮ “El eco de Woodsboro”
    Fandom Scream + Criminal minds + Original
    Categoría Original
    Ubicación: Café del campus – sala privada para entrevistas académicas.
    Hora: 19:07 p.m.*
    Participantes: Sadie Macher & Santiago Durand
    Modo: Novela / Extenso.
    Notas: Primer encuentro; reportaje sobre el legado Macher–Loomis.
    ╰───────────────·•◦ ⚜ ◦•·───────────────╯

    La lluvia afuera caía con la cadencia de un metrónomo. Golpeaba los ventanales del café, llenando el silencio con un ritmo sereno que contrastaba con la tensión que se respiraba dentro.

    Sadie había llegado antes, como siempre. No por cortesía, sino porque prefería observar antes de ser observada. Frente a ella, una taza de café apenas tocada y un cuaderno cerrado, sin una sola nota. Cada detalle —la luz del ventanal, el ángulo de su asiento, la distancia con la puerta— había sido calculado. No existían los accidentes en su mundo.

    No le agradaban los periodistas. Pero éste... había insistido con una calma que despertaba curiosidad. Ninguna amenaza, ninguna súplica. Solo precisión. Y eso bastaba para llamar su atención.

    El sonido de la puerta interrumpió sus pensamientos. Lo vio entrar: postura recta, mirada cansada, gesto profesional. Lo reconoció antes de que él la viera. Sadie no sonrió; apenas inclinó la cabeza, un gesto sutil que fue más invitación que cortesía.

    —No imaginé que insistirías tanto. —Su tono era tranquilo, sin emoción aparente. Podía ser una broma o una advertencia.

    El camarero desapareció tan rápido como llegó, dejando un segundo café sobre la mesa. Sadie bajó la mirada hacia el grabador, rozándolo apenas con la yema de los dedos.

    —¿Está encendido ya? —preguntó sin apartar la vista del aparato.
    Podría recibir una respuesta, o solo silencio. Ambas le servirían.

    —No me preocupa ser grabada —continuó con un deje distraído—. Solo me interesa quién escucha.

    Un trueno lejano hizo vibrar los cristales. Sadie alzó la vista, la mirada fija, analítica, casi quirúrgica.

    —Entonces… el famoso reportaje sobre Woodsboro. —Pronunció el nombre con un dejo de ironía elegante.— Espero que no busques convertir el apellido Macher en otro titular vacío. Hay suficientes cadáveres periodísticos rondando ese legado.

    Dejó que el silencio hablara. Y, por primera vez, dejó ver lo que realmente había detrás: curiosidad.

    Tomó un sorbo de su café, volvió a dejar la taza en su sitio y lo miró directamente.

    —Dime, —su voz bajó apenas un tono— ¿qué te hace pensar que puedes escribir sobre mí sin terminar formando parte de la historia?

    No sonrió, pero el destello en sus ojos bastaba para encender el aire entre ambos. La partida recién comenzaba.
    Ubicación: Café del campus – sala privada para entrevistas académicas. Hora: 19:07 p.m.* Participantes: Sadie Macher & Santiago Durand Modo: Novela / Extenso. Notas: Primer encuentro; reportaje sobre el legado Macher–Loomis. ╰───────────────·•◦ ⚜ ◦•·───────────────╯ La lluvia afuera caía con la cadencia de un metrónomo. Golpeaba los ventanales del café, llenando el silencio con un ritmo sereno que contrastaba con la tensión que se respiraba dentro. Sadie había llegado antes, como siempre. No por cortesía, sino porque prefería observar antes de ser observada. Frente a ella, una taza de café apenas tocada y un cuaderno cerrado, sin una sola nota. Cada detalle —la luz del ventanal, el ángulo de su asiento, la distancia con la puerta— había sido calculado. No existían los accidentes en su mundo. No le agradaban los periodistas. Pero éste... había insistido con una calma que despertaba curiosidad. Ninguna amenaza, ninguna súplica. Solo precisión. Y eso bastaba para llamar su atención. El sonido de la puerta interrumpió sus pensamientos. Lo vio entrar: postura recta, mirada cansada, gesto profesional. Lo reconoció antes de que él la viera. Sadie no sonrió; apenas inclinó la cabeza, un gesto sutil que fue más invitación que cortesía. —No imaginé que insistirías tanto. —Su tono era tranquilo, sin emoción aparente. Podía ser una broma o una advertencia. El camarero desapareció tan rápido como llegó, dejando un segundo café sobre la mesa. Sadie bajó la mirada hacia el grabador, rozándolo apenas con la yema de los dedos. —¿Está encendido ya? —preguntó sin apartar la vista del aparato. Podría recibir una respuesta, o solo silencio. Ambas le servirían. —No me preocupa ser grabada —continuó con un deje distraído—. Solo me interesa quién escucha. Un trueno lejano hizo vibrar los cristales. Sadie alzó la vista, la mirada fija, analítica, casi quirúrgica. —Entonces… el famoso reportaje sobre Woodsboro. —Pronunció el nombre con un dejo de ironía elegante.— Espero que no busques convertir el apellido Macher en otro titular vacío. Hay suficientes cadáveres periodísticos rondando ese legado. Dejó que el silencio hablara. Y, por primera vez, dejó ver lo que realmente había detrás: curiosidad. Tomó un sorbo de su café, volvió a dejar la taza en su sitio y lo miró directamente. —Dime, —su voz bajó apenas un tono— ¿qué te hace pensar que puedes escribir sobre mí sin terminar formando parte de la historia? No sonrió, pero el destello en sus ojos bastaba para encender el aire entre ambos. La partida recién comenzaba.
    Tipo
    Individual
    Líneas
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    Estado
    Disponible
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  • Recientemente le hicieron una entrevista a una de las CEO más jóvenes del mundo.

    Ella es Moon Jung, sus cosméticos son conocidos por no ser tan caros y cumplen con todos los estándares de salud además de no utilizarse en animales para su experimentación o creación, colaborando así al cuidado del ecosistema de la tierra.
    Recientemente le hicieron una entrevista a una de las CEO más jóvenes del mundo. Ella es Moon Jung, sus cosméticos son conocidos por no ser tan caros y cumplen con todos los estándares de salud además de no utilizarse en animales para su experimentación o creación, colaborando así al cuidado del ecosistema de la tierra.
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  • Estoy trabajando en mi primer artículo en donde voy hacerla una entrevista más personal a mi amiga Kirijo, aún no las he pensado antes de ponerme a escribir
    un guión donde englosar todo lo que voy a contar.
    El regreso de mi chico me ha evadido por completo algo lógico y comprensible ya que hemos estado separados casi seis semanas.
    Desde que me lance a la piscina y abrí mi propia revista digítal me he adentrado en una nueva aventura, aún tengo bastantes ahorros con los que voy sobreviviendo,
    me he propuesto empezar a publicar un nuevo número un día a la semana, estoy entre los lunes o los viernes.
    Estoy trabajando en mi primer artículo en donde voy hacerla una entrevista más personal a mi amiga Kirijo, aún no las he pensado antes de ponerme a escribir un guión donde englosar todo lo que voy a contar. El regreso de mi chico me ha evadido por completo algo lógico y comprensible ya que hemos estado separados casi seis semanas. Desde que me lance a la piscina y abrí mi propia revista digítal me he adentrado en una nueva aventura, aún tengo bastantes ahorros con los que voy sobreviviendo, me he propuesto empezar a publicar un nuevo número un día a la semana, estoy entre los lunes o los viernes.
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  • --Llegó temprano a su oficina y se encontró con unas cámaras y un reportero, lo cual la mujer simplemente cerró la puerta de su oficina dejando al reportero en la habitación solo, se giro hacia los enfermos quien intentaron esconderse-

    ¿Alguien sabe por qué en mi oficina hay un desconocido?... Que hable ahora, o le daré solo 5 minutos de aire antes de que muera está noche.

    Director: yo autorice que te entrevistarán.

    ¿Con el permiso de quien, anciano?

    -La mujer sin miedo al director dió un paso al frente del director mirándolo desafiante, el hombre de edad avanzada mantenía su mirada a la mujer-

    Director: con el mío, soy dueño de este hospital y trabajas para mí Angie..

    Pero soy la accionista del 45% de las acciones..

    -El hombre cerró los ojos suspirando-

    Director: solo te preguntarán por ser la cirujana más joven del hospital y la más solicitada, además de como tienes conexión con otras empresas, nada personal.

    ¿Quieres que diga la verdad o quieres que mienta?

    -El director miró hacia los enfermeros y luego a la mujer-

    Director: Lo dejo a tu criterio Angie, si ves que algo no te guste estás en el derecho de no contestar

    -La mujer no dijo más dando la media vuelta y caminó a su oficina abriendo la puerta de par en par-

    Tu!.. solo una cámara las demás de van
    -Dijo la mujer apuntando al reportero quien estaba a punto de protestar pero por la actitud de la mujer hizo lo que pidió y dejó solo una cámara -

    Te daré condiciones.
    1.- No hablaré de mi pasado.
    2.- No hablaré nada personal.
    3.- Puedes preguntar lo que estimes conveniente relacionado al trabajo.
    4.- Si una pregunta no me gusta me retiro sin explicación.
    Do you understand?

    -El reportero asintió , había escuchado que la jefa de cirugía más solicitada tenía un carácter de temer pero no sabía que era tan asi-

    --Llegó temprano a su oficina y se encontró con unas cámaras y un reportero, lo cual la mujer simplemente cerró la puerta de su oficina dejando al reportero en la habitación solo, se giro hacia los enfermos quien intentaron esconderse- ¿Alguien sabe por qué en mi oficina hay un desconocido?... Que hable ahora, o le daré solo 5 minutos de aire antes de que muera está noche. Director: yo autorice que te entrevistarán. ¿Con el permiso de quien, anciano? -La mujer sin miedo al director dió un paso al frente del director mirándolo desafiante, el hombre de edad avanzada mantenía su mirada a la mujer- Director: con el mío, soy dueño de este hospital y trabajas para mí Angie.. Pero soy la accionista del 45% de las acciones.. -El hombre cerró los ojos suspirando- Director: solo te preguntarán por ser la cirujana más joven del hospital y la más solicitada, además de como tienes conexión con otras empresas, nada personal. ¿Quieres que diga la verdad o quieres que mienta? -El director miró hacia los enfermeros y luego a la mujer- Director: Lo dejo a tu criterio Angie, si ves que algo no te guste estás en el derecho de no contestar -La mujer no dijo más dando la media vuelta y caminó a su oficina abriendo la puerta de par en par- Tu!.. solo una cámara las demás de van -Dijo la mujer apuntando al reportero quien estaba a punto de protestar pero por la actitud de la mujer hizo lo que pidió y dejó solo una cámara - Te daré condiciones. 1.- No hablaré de mi pasado. 2.- No hablaré nada personal. 3.- Puedes preguntar lo que estimes conveniente relacionado al trabajo. 4.- Si una pregunta no me gusta me retiro sin explicación. Do you understand? -El reportero asintió , había escuchado que la jefa de cirugía más solicitada tenía un carácter de temer pero no sabía que era tan asi-
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  • El regreso de la Luna”
    ---

    El cielo se encontraba encapotado, como si incluso las nubes contuvieran el aliento ante lo que estaba por suceder.
    Durante años, Luna Aurelian Reis había desaparecido del ojo público. Ni apariciones, ni entrevistas, ni conferencias. Solo su sombra y los rumores que se tejían sobre ella, sobre su caída, sus pérdidas, y su vida entre cenizas.

    Pero esa noche...
    Esa noche, volvió.

    El destello de los flashes casi cegó la entrada del museo cuando la puerta del auto negro se abrió lentamente.
    Una figura descendió con elegancia calculada: cabello rubio platino movido por el viento, labios carmesí, un vestido negro de corte sobrio con detalles plateados que brillaban como fragmentos de estrellas.
    La multitud se contuvo.
    Los reporteros no sabían si gritar su nombre o guardar silencio ante la magnitud del momento.

    —“¿Es ella? ¿Luna Reis?” —susurró uno, ajustando su cámara.
    —“Dioses… no puede ser. Pensé que no volvería a pisar un evento público.”

    Ella avanzó con paso tranquilo, sin prisa, pero con la firmeza de quien había sobrevivido a sus propios infiernos.
    El emblema de REI-TECH TECHNOLOGY brillaba discretamente en el broche que adornaba su cuello.
    El mundo lo sabía: su empresa, dada por muerta años atrás, había resurgido. No solo eso —ahora era la número uno del globo, superando incluso a sus antiguos competidores.

    Los flashes siguieron su avance como un río de luces.
    Luna alzó ligeramente la mirada; por un segundo, su rostro se reflejó en los lentes y pantallas frente a ella:
    serena, inalcanzable, pero con un dejo de melancolía en los ojos.

    Dentro del museo, el murmullo de la alta sociedad se convirtió en un coro expectante.
    Algunos la observaban con admiración, otros con recelo.
    Ella lo sabía… y no le importaba.

    Cuando uno de los periodistas logró acercarse lo suficiente, preguntó, casi con miedo:
    —“Señora Reis, ¿cómo se siente al volver después de tanto tiempo?”

    Luna sonrió apenas, un gesto sutil, pero suficiente para silenciar el aire.
    —“El tiempo no me hizo volver…”, respondió con voz tranquila.
    “Solo me recordó quién soy.”

    El eco de sus palabras se perdió entre el murmullo y el golpeteo de la lluvia en los cristales del museo.
    Ella siguió su camino hacia el interior, dejando atrás el ruido, los flashes y las sombras del pasado.
    Era su regreso…
    pero también, su renacimiento.
    El regreso de la Luna” --- El cielo se encontraba encapotado, como si incluso las nubes contuvieran el aliento ante lo que estaba por suceder. Durante años, Luna Aurelian Reis había desaparecido del ojo público. Ni apariciones, ni entrevistas, ni conferencias. Solo su sombra y los rumores que se tejían sobre ella, sobre su caída, sus pérdidas, y su vida entre cenizas. Pero esa noche... Esa noche, volvió. El destello de los flashes casi cegó la entrada del museo cuando la puerta del auto negro se abrió lentamente. Una figura descendió con elegancia calculada: cabello rubio platino movido por el viento, labios carmesí, un vestido negro de corte sobrio con detalles plateados que brillaban como fragmentos de estrellas. La multitud se contuvo. Los reporteros no sabían si gritar su nombre o guardar silencio ante la magnitud del momento. —“¿Es ella? ¿Luna Reis?” —susurró uno, ajustando su cámara. —“Dioses… no puede ser. Pensé que no volvería a pisar un evento público.” Ella avanzó con paso tranquilo, sin prisa, pero con la firmeza de quien había sobrevivido a sus propios infiernos. El emblema de REI-TECH TECHNOLOGY brillaba discretamente en el broche que adornaba su cuello. El mundo lo sabía: su empresa, dada por muerta años atrás, había resurgido. No solo eso —ahora era la número uno del globo, superando incluso a sus antiguos competidores. Los flashes siguieron su avance como un río de luces. Luna alzó ligeramente la mirada; por un segundo, su rostro se reflejó en los lentes y pantallas frente a ella: serena, inalcanzable, pero con un dejo de melancolía en los ojos. Dentro del museo, el murmullo de la alta sociedad se convirtió en un coro expectante. Algunos la observaban con admiración, otros con recelo. Ella lo sabía… y no le importaba. Cuando uno de los periodistas logró acercarse lo suficiente, preguntó, casi con miedo: —“Señora Reis, ¿cómo se siente al volver después de tanto tiempo?” Luna sonrió apenas, un gesto sutil, pero suficiente para silenciar el aire. —“El tiempo no me hizo volver…”, respondió con voz tranquila. “Solo me recordó quién soy.” El eco de sus palabras se perdió entre el murmullo y el golpeteo de la lluvia en los cristales del museo. Ella siguió su camino hacia el interior, dejando atrás el ruido, los flashes y las sombras del pasado. Era su regreso… pero también, su renacimiento.
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  • Saturado de labores, con más peso del que su alma podía sostener, y apenas tres horas de sueño que no alcanzaban a mitigar el desvelo del corazón.

    El trabajo se volvió su refugio, su escudo contra el pensamiento, la única disciplina que lo mantenía erguido, severo, profesional, como un faro que resiste la tormenta sin mirar atrás.

    El departamento que alguna vez compartió con ella permanecía intacto, como un santuario abandonado, solo la comida fue retirada, no por olvido, sino por necesidad.

    Con lo que le quedaba, se mudó a Roppongi,
    a un rincón donde la ciudad no podía alcanzarlo del todo.

    Su rostro envejeció antes de tiempo,
    marcado por la depresión, esa amante silenciosa que lo sedujo con la promesa de una soledad absoluta.

    Él era la encarnación de la eficiencia, la eficacia y la efectividad, atento a cada entrevista, cada firma de libros, y hasta las regalías de una película por venir, un dorama que quizás contaría su historia sin decir su nombre con generos y épocas diferentes.

    Su manager lamentaba su tragedia íntima,
    pero en el escenario público, Kagehiro era ya una eminencia. Sus libros para adultos, cargados de pasión, habían dado paso a narrativas más crudas, más contemporáneas, historias que dolían por lo cercanas, por lo reales.

    Haruki Murakami tenía ahora un rival,
    pero también un amigo entrañable,
    un espejo en el que la literatura japonesa se miraba con nuevos ojos.
    Saturado de labores, con más peso del que su alma podía sostener, y apenas tres horas de sueño que no alcanzaban a mitigar el desvelo del corazón. El trabajo se volvió su refugio, su escudo contra el pensamiento, la única disciplina que lo mantenía erguido, severo, profesional, como un faro que resiste la tormenta sin mirar atrás. El departamento que alguna vez compartió con ella permanecía intacto, como un santuario abandonado, solo la comida fue retirada, no por olvido, sino por necesidad. Con lo que le quedaba, se mudó a Roppongi, a un rincón donde la ciudad no podía alcanzarlo del todo. Su rostro envejeció antes de tiempo, marcado por la depresión, esa amante silenciosa que lo sedujo con la promesa de una soledad absoluta. Él era la encarnación de la eficiencia, la eficacia y la efectividad, atento a cada entrevista, cada firma de libros, y hasta las regalías de una película por venir, un dorama que quizás contaría su historia sin decir su nombre con generos y épocas diferentes. Su manager lamentaba su tragedia íntima, pero en el escenario público, Kagehiro era ya una eminencia. Sus libros para adultos, cargados de pasión, habían dado paso a narrativas más crudas, más contemporáneas, historias que dolían por lo cercanas, por lo reales. Haruki Murakami tenía ahora un rival, pero también un amigo entrañable, un espejo en el que la literatura japonesa se miraba con nuevos ojos.
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  • [Lewd Insinuation]

    Tu mejor amiga te recomendó ese trabajo. No es muy exigente, la paga podía cubrir al menos 3 meses de cuentas, y desde que empezó a trabajar ahí luce mucho más feliz... Incluso últimamente pasea joyas nuevas.

    Antes de entrar, la puerta se abre. Saliendo, con una sonrisa de oreja a oreja y... ¿Un lunar? No... ¿Un tatuaje de una pica? Se detiene a desearte suerte en tu entrevista, antes de ir de regreso a la casa de su novio.~

    ¿Quizás... Esto no sea una buena idea...?

    [Lewd Insinuation]
    [Lewd Insinuation] Tu mejor amiga te recomendó ese trabajo. No es muy exigente, la paga podía cubrir al menos 3 meses de cuentas, y desde que empezó a trabajar ahí luce mucho más feliz... Incluso últimamente pasea joyas nuevas. Antes de entrar, la puerta se abre. Saliendo, con una sonrisa de oreja a oreja y... ¿Un lunar? No... ¿Un tatuaje de una pica? Se detiene a desearte suerte en tu entrevista, antes de ir de regreso a la casa de su novio.~ ¿Quizás... Esto no sea una buena idea...? [Lewd Insinuation]
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  • -Durante una entrevista publicitaria, se generaron discusiones, sugerencias y preguntas ingeniosas mientras las cámaras capturaban distintos ángulos del evento.-

    Anfitrión: Bueno, señor Alastor, parece que los años no le afectan. ¡Jajaja! ¿Hay algún secreto que desee compartir con quienes seguimos su camino?

    A: Jajaja, pues no hago nada especial o algo diferente. Siento no poder ofrecerles una solución mágica.

    -siendo humorista mientras la audiencia se divierte con la broma ligera -

    A: Solamente realizo lo que sé hacer con excelencia, que es sonreír, esa sonrisa que cada uno de ustedes genera en mí cuando recibo sus cartas, sus saludos y, por supuesto, sus solicitudes musicales para que las interprete, ya que son ustedes los auténticos artistas en mi vida. Yo únicamente soy quien hace los toques finales.

    -La cámara se acerca a mí; al mismo tiempo, me doy cuenta de esto y mi expresión alegre se transforma en una seductora, mirando directamente a la lente.-

    Porque yo les pertenezco y ustedes me pertenecen por sienpre hasta el fin de los tiempos.

    -Los clamores de las admiradoras resonaron, entusiastas, repitiendo mi nombre con palabras de apoyo.-

    Anfitrión: ¡Increíble, realmente dejaste al público impresionado, Alastor! ¡Jajajaja!

    -El Anfitrion Refrescaba un poco su rostro,Abanicandose con su mano porque se sintió algo acalorado -

    Anfitrion: Me gustaría, o perdón quiero decir tus oyentes desearían oírte interpretar una canción. ¿Podrías ofrecernos uno?

    A: Por supuesto, ¿por qué no? Por esta razón me encuentro aquí, para satisfacer a quienes me escuchan.

    Me pongo de pie del sofá, sosteniendo mi micrófono, ascendiendo al escenario mientras los asistentes permanecen en silencio ante mi actuación.

    https://youtu.be/ZOpJmpVVoxk?si=-2Q_prvl_9qCoGkf
    -Durante una entrevista publicitaria, se generaron discusiones, sugerencias y preguntas ingeniosas mientras las cámaras capturaban distintos ángulos del evento.- Anfitrión: Bueno, señor Alastor, parece que los años no le afectan. ¡Jajaja! ¿Hay algún secreto que desee compartir con quienes seguimos su camino? A: Jajaja, pues no hago nada especial o algo diferente. Siento no poder ofrecerles una solución mágica. -siendo humorista mientras la audiencia se divierte con la broma ligera - A: Solamente realizo lo que sé hacer con excelencia, que es sonreír, esa sonrisa que cada uno de ustedes genera en mí cuando recibo sus cartas, sus saludos y, por supuesto, sus solicitudes musicales para que las interprete, ya que son ustedes los auténticos artistas en mi vida. Yo únicamente soy quien hace los toques finales. -La cámara se acerca a mí; al mismo tiempo, me doy cuenta de esto y mi expresión alegre se transforma en una seductora, mirando directamente a la lente.- Porque yo les pertenezco y ustedes me pertenecen por sienpre hasta el fin de los tiempos. -Los clamores de las admiradoras resonaron, entusiastas, repitiendo mi nombre con palabras de apoyo.- Anfitrión: ¡Increíble, realmente dejaste al público impresionado, Alastor! ¡Jajajaja! -El Anfitrion Refrescaba un poco su rostro,Abanicandose con su mano porque se sintió algo acalorado - Anfitrion: Me gustaría, o perdón quiero decir tus oyentes desearían oírte interpretar una canción. ¿Podrías ofrecernos uno? A: Por supuesto, ¿por qué no? Por esta razón me encuentro aquí, para satisfacer a quienes me escuchan. Me pongo de pie del sofá, sosteniendo mi micrófono, ascendiendo al escenario mientras los asistentes permanecen en silencio ante mi actuación. https://youtu.be/ZOpJmpVVoxk?si=-2Q_prvl_9qCoGkf
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  • |NOTICIAS DE ULTIMA HORA

    •estamos en la presentación del Ceo Aurelian Reis que nos presentara los prototipos de sus nuevos productos, de motocicletas

    -la periodista hizo señas para que la camara me apuntará a mi, mientras estaba en el escenario acomodandome el audífono y el micrófono, mirando al público -

    Sean todos bienvenidos, hoy les vengo a presentar mis nuevos prototipos de las motocicletas y productos de la empresa Reis-tech, como también tenemos una inversionista que hace parte de la firma, la señorita Angela Di Trapiani, la conocerán como una gran ceo.

    Ella fue parte fundamental para la creación y aumento de calidad ñ, de este producto ella no pudo asistir, pero desde aquí le digo que muchas gracias por su aportación, y que nuestro producto crezca más y más

    -dije mostrando la imagen de la motocicleta a la gente, para después siendo entrevistado por varios periodistas, y posando para fotos-

    •señor, Reis es cierto que ya no tiene una pareja?, volvió a ser el soltero más cotizado

    -al escuchar eso, me acerque y dije-

    No me interesa volver a entablar, relaciones interpersonales es una perdida de tiempo para mí

    -Despues de decir eso, me fui atrás de escenario sacándome el audífono -
    |NOTICIAS DE ULTIMA HORA •estamos en la presentación del Ceo Aurelian Reis que nos presentara los prototipos de sus nuevos productos, de motocicletas -la periodista hizo señas para que la camara me apuntará a mi, mientras estaba en el escenario acomodandome el audífono y el micrófono, mirando al público - Sean todos bienvenidos, hoy les vengo a presentar mis nuevos prototipos de las motocicletas y productos de la empresa Reis-tech, como también tenemos una inversionista que hace parte de la firma, la señorita Angela Di Trapiani, la conocerán como una gran ceo. Ella fue parte fundamental para la creación y aumento de calidad ñ, de este producto ella no pudo asistir, pero desde aquí le digo que muchas gracias por su aportación, y que nuestro producto crezca más y más -dije mostrando la imagen de la motocicleta a la gente, para después siendo entrevistado por varios periodistas, y posando para fotos- •señor, Reis es cierto que ya no tiene una pareja?, volvió a ser el soltero más cotizado -al escuchar eso, me acerque y dije- No me interesa volver a entablar, relaciones interpersonales es una perdida de tiempo para mí -Despues de decir eso, me fui atrás de escenario sacándome el audífono -
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