• //Forest Gump logro dos cosas que ninguna otra pelicula logro desde hace tiempo;Hacerme llorar y
    hacerme sentir empatia por un personaje ficticio
    //Forest Gump logro dos cosas que ninguna otra pelicula logro desde hace tiempo;Hacerme llorar y hacerme sentir empatia por un personaje ficticio
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  • —Hank estuvo durante dias siguiendo los rastros de el niño,todo lo hacia en extremo secreto,una vez que lo ubico,el mismo fue a buscarlo,no creia que la presencia de sus soldados sea de su comodidad,ademas que era sumamente personal,El niño estaba custodiado en una pequeña casa en la cual habian varios hombres y mujeres que se encargaban de cuidarlo,Hank sin medirlo ni pensarlo,desenfundo su espada y se abrio paso por las habitaciones de la casa,no habian soldados armados dentro de la propiedad,solo estaban afuera,dentro habian personas totalmente pacificas,al entrar,Hank los encontró a todos con las manos arriba y arrodillados—



    "S-Solo nos p-pagan para cuidarlo,no somos c-como ellos.."


    —¿En donde esta?....


    "Por el pasillo,ultima puerta a la derecha..."


    —Hank volvio a enfundar su espada y se acerco a ellos—


    —Traten de engañarme y colgare sus cuerpos donde todo el mundo puedan verlos...


    —Hank camino por el pasillo hasta la puerta indicada,al abrirla se encontro una habitación hecha para el bebe,este entro en silencio,pateando sin querer un pequeño juguete,Hank se acerco a la cuna y entonces lo vio,estaba sentado en la cuna mientras lo veia algo confundido,Hank se veia algo amenzante con la mascara puesta,por lo que se la quito y la dejo en el suelo,Hank extendio sus brazos hasta el y lo alzo para luego abrazarlo—


    —Hank no queria decir nada,sentia como su corazon se ponia calido con solo tenerlo en brazos,a pesar de haberse enterado de su existencia hace varios dias,no podia evitar sentir esa empatia y amor por el,Hank se arrodillo con el pequeño en brazos y lo tapo con su tunica,abrigandolo un poco—
    —Hank estuvo durante dias siguiendo los rastros de el niño,todo lo hacia en extremo secreto,una vez que lo ubico,el mismo fue a buscarlo,no creia que la presencia de sus soldados sea de su comodidad,ademas que era sumamente personal,El niño estaba custodiado en una pequeña casa en la cual habian varios hombres y mujeres que se encargaban de cuidarlo,Hank sin medirlo ni pensarlo,desenfundo su espada y se abrio paso por las habitaciones de la casa,no habian soldados armados dentro de la propiedad,solo estaban afuera,dentro habian personas totalmente pacificas,al entrar,Hank los encontró a todos con las manos arriba y arrodillados— "S-Solo nos p-pagan para cuidarlo,no somos c-como ellos.." —¿En donde esta?.... "Por el pasillo,ultima puerta a la derecha..." —Hank volvio a enfundar su espada y se acerco a ellos— —Traten de engañarme y colgare sus cuerpos donde todo el mundo puedan verlos... —Hank camino por el pasillo hasta la puerta indicada,al abrirla se encontro una habitación hecha para el bebe,este entro en silencio,pateando sin querer un pequeño juguete,Hank se acerco a la cuna y entonces lo vio,estaba sentado en la cuna mientras lo veia algo confundido,Hank se veia algo amenzante con la mascara puesta,por lo que se la quito y la dejo en el suelo,Hank extendio sus brazos hasta el y lo alzo para luego abrazarlo— —Hank no queria decir nada,sentia como su corazon se ponia calido con solo tenerlo en brazos,a pesar de haberse enterado de su existencia hace varios dias,no podia evitar sentir esa empatia y amor por el,Hank se arrodillo con el pequeño en brazos y lo tapo con su tunica,abrigandolo un poco—
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  • ── ¡Oye enana! ¿Donde estas? es hora de comer. Hmp. ──

    Era la tarde en la residencia de aquel clan, aquel hombre de cabellos claros le tocaba cuidar a la pequeña, aun que para Chisaki, era su herramienta importante para sus planes, llevaría consigo un plato con onigiris relleno de queso que había calentado con anterioridad.

    Deslizaba las puertas de las habitaciones y exploraba los interiores ya que no se encontraba por ningún lado, esto no hacia mas que sentirse un poco angustiante. El yakuza no odiaba a los niños, les tenia empatia, pero aun así no sabia como tratar ni mucho menos como llevar bien su compañía, especialmente con Eri.

    Fue entonces que fue a la parte trasera de aquel lugar y la encontró entre los extremos de aquellos corredores, sentada en la tibia madera, jugando con sus peluches, este se acerco con suavidad a su costado y se sentó al lado suyo, formando una cruz con sus piernas.

    ── Hola Eri. . .¿Quieres?──

    Ofreció el plato con los onigiris, como era de esperar su sonrisa fue débil pero tomo aquel arroz en forma de triangulo y empezó a comer, este sin mas empezo a comer y mirar al frente, de pronto, el espacio se hizo silencioso solo con el sonido del masticar.

    ── Estan buenas. . .¿Te gustan? yo suelo comer bastante de estas al terminar mi entrenamiento, hay que compensar bien el cuerpo luego de la rutina, aun que no me gusta con tanto queso se vuelve algo pesado. ──

    El intenta animar un poco el ambiente con cada pensamiento o idea que saliera de su cabeza.

    ── ¿Eres de andar en lugares muy específicos no? Chisaki me dijo sobre eso. Pero veo que te gusta estar por cerca del patio. ──

    Agrego en un tono tranquilo, la razón era aquel hermoso árbol adornado con hermosos pétalos de sakura, su imagen brindaba confort, cosa que podía imaginar que la pequeña buscaba pues aun que sea un bruto, era consciente de las noches y los días del tormento en el que la vida de Eri.

    ── Si bueno, me gusta tambien el color de las sakuras.
    ── ¡Oye enana! ¿Donde estas? es hora de comer. Hmp. ── Era la tarde en la residencia de aquel clan, aquel hombre de cabellos claros le tocaba cuidar a la pequeña, aun que para Chisaki, era su herramienta importante para sus planes, llevaría consigo un plato con onigiris relleno de queso que había calentado con anterioridad. Deslizaba las puertas de las habitaciones y exploraba los interiores ya que no se encontraba por ningún lado, esto no hacia mas que sentirse un poco angustiante. El yakuza no odiaba a los niños, les tenia empatia, pero aun así no sabia como tratar ni mucho menos como llevar bien su compañía, especialmente con Eri. Fue entonces que fue a la parte trasera de aquel lugar y la encontró entre los extremos de aquellos corredores, sentada en la tibia madera, jugando con sus peluches, este se acerco con suavidad a su costado y se sentó al lado suyo, formando una cruz con sus piernas. ── Hola Eri. . .¿Quieres?── Ofreció el plato con los onigiris, como era de esperar su sonrisa fue débil pero tomo aquel arroz en forma de triangulo y empezó a comer, este sin mas empezo a comer y mirar al frente, de pronto, el espacio se hizo silencioso solo con el sonido del masticar. ── Estan buenas. . .¿Te gustan? yo suelo comer bastante de estas al terminar mi entrenamiento, hay que compensar bien el cuerpo luego de la rutina, aun que no me gusta con tanto queso se vuelve algo pesado. ── El intenta animar un poco el ambiente con cada pensamiento o idea que saliera de su cabeza. ── ¿Eres de andar en lugares muy específicos no? Chisaki me dijo sobre eso. Pero veo que te gusta estar por cerca del patio. ── Agrego en un tono tranquilo, la razón era aquel hermoso árbol adornado con hermosos pétalos de sakura, su imagen brindaba confort, cosa que podía imaginar que la pequeña buscaba pues aun que sea un bruto, era consciente de las noches y los días del tormento en el que la vida de Eri. ── Si bueno, me gusta tambien el color de las sakuras.
    Me endiabla
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  • Oh, tostadas, genial

    -puede que sea una tribrida sin empatia, pero tostadas son tostadas. Hace aparecer, mediante magia, un tarro de mermelada-
    Oh, tostadas, genial -puede que sea una tribrida sin empatia, pero tostadas son tostadas. Hace aparecer, mediante magia, un tarro de mermelada-
    Me encocora
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