• —Uggghh, mierda... Ina y Belial atrapados no sé en dónde, el templo vacío, y ahora Laplus se está ganando el odio de medio mundo incluídos dioses... ¿qué hago ahora?
    —Uggghh, mierda... Ina y Belial atrapados no sé en dónde, el templo vacío, y ahora Laplus se está ganando el odio de medio mundo incluídos dioses... ¿qué hago ahora?
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  • ──────Hace mucho que no veo un conflicto así desde la gigantomaquia. Me ha traído recuerdos.

    Sus iris rosas se elevaron al cielo, en una contemplación meditativa. Recordó viejas épocas en las que los dioses habían peleado contra los últimos descendientes de Gaia. Agitó su copa de vino de forma perezosa, antes de darle un pequeño sorbo.
    ──────Hace mucho que no veo un conflicto así desde la gigantomaquia. Me ha traído recuerdos. Sus iris rosas se elevaron al cielo, en una contemplación meditativa. Recordó viejas épocas en las que los dioses habían peleado contra los últimos descendientes de Gaia. Agitó su copa de vino de forma perezosa, antes de darle un pequeño sorbo.
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  • Por los Dioses, denme paciencia, por que si me dan fuerza les juro que lo tiro de un puenteeeeeee. AHHHHHHHHHHHHHHHB
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  • Al parecer los auto proclamados dioses benevolentes o malévolos han desaparecido. Solo quedan vestigios de aquellos que solían gobernar sus propias burbujas que representaban sus ambiciones. Que tragedia para sus seguidores.
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  • ── No te atrevas a hablar de la grandeza y perfección de los Dioses, cuando ellos no están exentos de ser unas malditos que violaban y manipulaban a las mujeres mortales a su capricho.
    Claro que puedo hablar de ello con la libertad que desee, mi madre pasó años llorando por una miserable visita de mi padre y él ni recordaba su nombre.

    Cuando ella falleció, él ni siquiera vino a visitar su tumba pues estaba muy ocupado ocultándose de sus otros amoríos.

    ── No te atrevas a hablar de la grandeza y perfección de los Dioses, cuando ellos no están exentos de ser unas malditos que violaban y manipulaban a las mujeres mortales a su capricho. Claro que puedo hablar de ello con la libertad que desee, mi madre pasó años llorando por una miserable visita de mi padre y él ni recordaba su nombre. Cuando ella falleció, él ni siquiera vino a visitar su tumba pues estaba muy ocupado ocultándose de sus otros amoríos.
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  • Las aves orbitaton a su alrededor, como pequeñas sombras guardianas a quienes se les dio la labor de custodiar aquel momento. Las olas del mar rompian contra la playa, se fracturaron en una galaxia de cristales de agua al impactar contra las rocas. El atardecer se dejaba ver a través de las nubes grises, nubes que traían la promesa de la lluvia y por las cuales, los restos de los rayos de sol que se ocultaba en el horizonte se dejaron ver, como si iluminaran el camino a través de la tempestad. Los dedos de Aphro se movieron entre las cuerdas del violín y el arco que sostenía en la otra mano daba forma a las notas que buscaba materializar en el sonido. Una canalización en la cual ella se había convertido en su instrumento para manifestarse en el mundo por medio de su melodía: el amor divino de los dioses.

    https://youtu.be/2BS4NgC-RUc?si=hRdoYoyXJcliRj8l
    Las aves orbitaton a su alrededor, como pequeñas sombras guardianas a quienes se les dio la labor de custodiar aquel momento. Las olas del mar rompian contra la playa, se fracturaron en una galaxia de cristales de agua al impactar contra las rocas. El atardecer se dejaba ver a través de las nubes grises, nubes que traían la promesa de la lluvia y por las cuales, los restos de los rayos de sol que se ocultaba en el horizonte se dejaron ver, como si iluminaran el camino a través de la tempestad. Los dedos de Aphro se movieron entre las cuerdas del violín y el arco que sostenía en la otra mano daba forma a las notas que buscaba materializar en el sonido. Una canalización en la cual ella se había convertido en su instrumento para manifestarse en el mundo por medio de su melodía: el amor divino de los dioses. https://youtu.be/2BS4NgC-RUc?si=hRdoYoyXJcliRj8l
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  • ❝Las casualidades no funcionan para restablecer un punto de inicio. Esta u otra vida, no son las mismas, por ahora son otras vidas. Y aunque el amor no va ni se olvida en un día, el dolor persiste. El rencor crecer y la paz se amerita para el alma que solo deseó la paz y el amor más puro, sin buscarlo en un principio.

    Si deseas crear un final alterno, no soy yo, quien te ayudará. Existen Dioses mortales, sabios, y ella es una de esos que viven poco. Ella no es divina, ella es respetada por el sol... Si te gusta ser dramático y amar así, ve con esa vida pequeño ser vivo, luz entre oscuridad."
    ❝Las casualidades no funcionan para restablecer un punto de inicio. Esta u otra vida, no son las mismas, por ahora son otras vidas. Y aunque el amor no va ni se olvida en un día, el dolor persiste. El rencor crecer y la paz se amerita para el alma que solo deseó la paz y el amor más puro, sin buscarlo en un principio. Si deseas crear un final alterno, no soy yo, quien te ayudará. Existen Dioses mortales, sabios, y ella es una de esos que viven poco. Ella no es divina, ella es respetada por el sol... Si te gusta ser dramático y amar así, ve con esa vida pequeño ser vivo, luz entre oscuridad."
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  • Por mucho que mi misión sea ser "amable" y lograr algo positivo en el mundo, a veces no puedo evitar...querer volver a ese tiempo, dónde causaba falta de cordura a todo aquel que me escuchará cantar...
    Malditos dioses...maldita promesa.
    Por mucho que mi misión sea ser "amable" y lograr algo positivo en el mundo, a veces no puedo evitar...querer volver a ese tiempo, dónde causaba falta de cordura a todo aquel que me escuchará cantar... Malditos dioses...maldita promesa.
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  • El sol acariciaba el cielo cuando ella descendió del Olimpo, con una ultima misión. Su risa aún tenía la inocencia de los siglos, pero sus ojos… sus ojos hablaban de experiencias que antes no conocía. Había cambiado. Ya no era solo la diosa de la juventud: era el resultado de haber sido herida… y haber renacido.

    Caminaba descalza sobre la hierba, y a cada paso, pequeñas flores brotaban bajo sus pies. Su cabello, largo y blanco como la paz eterna, flotaba con cada brisa, brillante, fuerte, indomable.

    —Antes creía que la juventud era eterna sólo por serlo —susurró, alzando un mechón entre sus dedos—. Pero aprendí que incluso la luz necesita cuidados para no apagarse.

    Se detuvo frente a un espejo de agua. Su reflejo era más que belleza: era resiliencia.

    —Me rompieron, sí… —dijo, sin bajar la mirada—. Pero me recompongo más fuerte. Y ahora, no hay sombra que me apague.

    A su lado, un frasco blanco con dorado del shampoo: Pantene, descansaba como un tesoro celestial. Ella lo alzó entre sus manos con la misma reverencia con la que brindaba néctar a los dioses.

    —Esto no es un simple shampoo. Es un escudo, un bálsamo, un recordatorio de que incluso las diosas necesitan cuidarse. Mi cabello no solo brilla… resiste. Vive. Habla de mí.

    Y con una sonrisa traviesa, pero decidida, se giró al espectador invisible que la miraba desde el mundo terrenal.

    —Si quieres sentirte radiante, viva… y fuerte, como yo… Elige bien. Pantene. Brilla con fuerza. Como una diosa.

    #momentopeloteo #desafiodivino
    El sol acariciaba el cielo cuando ella descendió del Olimpo, con una ultima misión. Su risa aún tenía la inocencia de los siglos, pero sus ojos… sus ojos hablaban de experiencias que antes no conocía. Había cambiado. Ya no era solo la diosa de la juventud: era el resultado de haber sido herida… y haber renacido. Caminaba descalza sobre la hierba, y a cada paso, pequeñas flores brotaban bajo sus pies. Su cabello, largo y blanco como la paz eterna, flotaba con cada brisa, brillante, fuerte, indomable. —Antes creía que la juventud era eterna sólo por serlo —susurró, alzando un mechón entre sus dedos—. Pero aprendí que incluso la luz necesita cuidados para no apagarse. Se detuvo frente a un espejo de agua. Su reflejo era más que belleza: era resiliencia. —Me rompieron, sí… —dijo, sin bajar la mirada—. Pero me recompongo más fuerte. Y ahora, no hay sombra que me apague. A su lado, un frasco blanco con dorado del shampoo: Pantene, descansaba como un tesoro celestial. Ella lo alzó entre sus manos con la misma reverencia con la que brindaba néctar a los dioses. —Esto no es un simple shampoo. Es un escudo, un bálsamo, un recordatorio de que incluso las diosas necesitan cuidarse. Mi cabello no solo brilla… resiste. Vive. Habla de mí. Y con una sonrisa traviesa, pero decidida, se giró al espectador invisible que la miraba desde el mundo terrenal. —Si quieres sentirte radiante, viva… y fuerte, como yo… Elige bien. Pantene. Brilla con fuerza. Como una diosa. #momentopeloteo #desafiodivino
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  • « Las buenas costumbres se aprenden, las malas nunca se olvidan. »

    Quizá su abuela tenía razón. Quizá se veía a sí mismo como un perro viejo que no era capaz de aprender nuevos trucos, pero creía que siempre había sido así desde que pasara al último plano de intereses para sus padres. Era como si de pronto, cuando perdiera la voz, todos sus privilegios se hubiesen desvanecido junto con él. ¿A eso se referían los adultos cuando decían que al si no se habla, los dioses no escuchan plegarias? Era ridículo, pero más ridículo era que le estuviese dando tantas vueltas al asunto.

    Al igual que cuando chiquillo, Nikolay miraba a ningún punto fijo de aquella cafetería mientras masticaba la pajilla plástica de su café. Quizá se podría decir que su mirada era penetrante e insistente, que observaba con atención algo en concreto, pero ni él mismo sabía qué había captado su atención en ese extremo para lograr disociar por completo. Si alguien le preguntara por los detalles de esa ventana o de la profundidad en la conversación, no sabría qué responder. Incluso las voces de sus amigos, que charlaban amenamente sobre temas de la universidad, parecían tan lejanas como su cerebro mismo. Apenas los escuchaba reír y se preguntaba la clase de chiste absurdo que habían soltado, uno malisimo y absurdo, de esos que dan pena y que solo causan gracia por compromiso.

    Suspiró, cuando pareció que su cabeza y su cuerpo volvieron a conectar, para demostrar lo aburrido que se sentía de ese mundo. Si todos fueran como él, imposibilitados del habla, ¿verían ese mundo con los mismos ojos? ¿podrían soportar quedarse callados mientras los demás llenaban la conversación de cosas sin sentido y tonterías? Probablemente no, por ello, suspiró de nuevo para demostrar su hartazgo en la vida.

    « Debí quedarme en casa. Mi cama estaba más confortable que este lugar.»
    « Las buenas costumbres se aprenden, las malas nunca se olvidan. » Quizá su abuela tenía razón. Quizá se veía a sí mismo como un perro viejo que no era capaz de aprender nuevos trucos, pero creía que siempre había sido así desde que pasara al último plano de intereses para sus padres. Era como si de pronto, cuando perdiera la voz, todos sus privilegios se hubiesen desvanecido junto con él. ¿A eso se referían los adultos cuando decían que al si no se habla, los dioses no escuchan plegarias? Era ridículo, pero más ridículo era que le estuviese dando tantas vueltas al asunto. Al igual que cuando chiquillo, Nikolay miraba a ningún punto fijo de aquella cafetería mientras masticaba la pajilla plástica de su café. Quizá se podría decir que su mirada era penetrante e insistente, que observaba con atención algo en concreto, pero ni él mismo sabía qué había captado su atención en ese extremo para lograr disociar por completo. Si alguien le preguntara por los detalles de esa ventana o de la profundidad en la conversación, no sabría qué responder. Incluso las voces de sus amigos, que charlaban amenamente sobre temas de la universidad, parecían tan lejanas como su cerebro mismo. Apenas los escuchaba reír y se preguntaba la clase de chiste absurdo que habían soltado, uno malisimo y absurdo, de esos que dan pena y que solo causan gracia por compromiso. Suspiró, cuando pareció que su cabeza y su cuerpo volvieron a conectar, para demostrar lo aburrido que se sentía de ese mundo. Si todos fueran como él, imposibilitados del habla, ¿verían ese mundo con los mismos ojos? ¿podrían soportar quedarse callados mientras los demás llenaban la conversación de cosas sin sentido y tonterías? Probablemente no, por ello, suspiró de nuevo para demostrar su hartazgo en la vida. « Debí quedarme en casa. Mi cama estaba más confortable que este lugar.»
    Me entristece
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