• Oh, Dios cuantas cartas de amor..
    ¿Ehh? ¿Hermano?
    Espera no hagas nada loco, solo son cartas..
    Oh, Dios cuantas cartas de amor.. ¿Ehh? ¿Hermano? Espera no hagas nada loco, solo son cartas..
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos 140 vistas
  • — Lev. —La voz de Irisha, firme como siempre, captó su atención al punto en que se vio obligado a bajar la revista que leía para mirarla. La gemela le sonrió, cómplice, mientras que se arrodillaba frente al sofá y se apoyaba contra el descansa brazos. Por otro lado, Irina se quedó de pie, detrás del sofá, y terminó inclinando el cuerpo hacia el frente para mirar por sobre el hombro de su hermano a su gemela. Casi parecía que, por primera vez, ninguna entendía lo que pasaba por la cabeza de la otra.—¿Recuerdas la última vez que fuiste feliz?

    Ese era un buen anzuelo. Irina solía ser así cuando tenía curiosidad o cuando algo la abrumaba; siempre hacía preguntas de manera sutil, aunque las sacara de la nada, pero siempre le seguía una explicación bien justificada de sus abruptas preguntas. Sólo que en esta ocasión no hubo ningún intento de justificación y, al mirar en sus ojos, pudo notar que su pregunta era seria. No era algo que se podía tomar a la ligera, tampoco algo que ignorar tan fácilmente o para lo que tuviese el corazón de cortar de tajo sus dudas.

    Nikolay se llevó la mano a la boca, pensativo, y detrás de aquel gesto maldijo en silencio cuando frunció los labios. Odiaba tocar el tema de la felicidad que no sentía y, también, odiaba que se hiciera presente el pasado. Cerró los ojos, y en sus adentros se repitió que ellas no eran culpables, que no lo hacían con malas intenciones y tampoco era un intento de sus otros familiares para sacarle algo de información. Luego de pensárselo, como por dos minutos, negó con lentitud. Incluso su mano izquierda se movió para decir que no con señas. Irina pareció molesta, se le notaba en la cara con ese ceño fruncido y esos ojos furiosos que no iba a aceptar esa respuesta.

    — ¿Cómo que no? Debe existir algo. La última vez que sentía felicidad fue durante nuestras vacaciones en Seúl. La cantidad de skin care y maquillaje que compré con el dinero de papá me hizo feliz. Ya sabes que él nunca quiere gastar dinero en esas cosas porque es una pérdida de tiempo y estoy muy joven. Pero fue un buen momento. ¿Cuál fue el tuyo, Irisha?

    Tanto Lev como Irina miraron a la menor de las gemelas. La rubia no pudo hacer nada más que sobresaltarse, detestaba cada vez que su hermana la arrastraba en sus planes sin decírselo, pero, en el fondo, también quería saber más sobre su hermano. Las manos de la chiquilla se aferraron al cuero del sofá mientras que pensaba. Cada instante las miradas de sus hermanos eran más y más insistentes, haciendo que con ello sus mejillas se pusieran más y más rojas por la vergüenza de ser el centro de atención. No había duda que esas dos, aunque parecían idénticas, se trataba de polos opuestos.

    — Fue... Fue durante el concierto sinfónico de hace unos meses. ¿Recuerdan?

    Aunque el rostro de Irisha demostraba que no. Lev hizo un puño su mano y movió de arriba bajo para decir que sí. Lo recordaba bien, su hermana participaba en el violín, justo en la orilla de la segunda fila, había elegido un vestido negro con mangas largas y una falda amplia, llevaba botas negras que habían hecho rabiar a su madre durante todo el trayecto porque "no era adecuado vestir algo así" en un día tan importante. Entonces se sonrió, conteniéndose una risa pequeña y la incitó a que continuara hablando con un pequeño movimiento de su mano donde la invitó a sentarse en el asiento vacío a su lado. Su hermana asintió, y se apresuró a sentarse antes de volver a hablar con calma.

    — Ese día, desde el escenario, parecían una familia feliz. Podía ver cómo mamá tomaba la mano de papá y se le notaba el amor a ambos. Aleksandr no se veía tan molesto y parecía no importarle estar sentado junto a Niko y... Tú también te veías muy feliz. —Habló, una sonrisa tímida y divertida se asomó en sus labios cuando observó a su hermano. Sus miradas se cruzaron: Una estaba llena de alegría y la otra de confusión.— Aunque fue solo un poco, me dio mucha alegría verlos a todos juntos. Me sentí muy feliz... Y guardo ese recuerdo con mucho amor. —Con ambas manos en el pecho, Irina suspiró antes de tomar valor. Relamió sus labios, nerviosa, y dirigió la mirada a su hermano.— ¿Y tú? Como dijo Irisha. Debes tener alguno. Y nuestro nacimiento no cuenta, Lev, tampoco las tonterías que hacíamos de niñas. Debes tener algo. Lo que sea, no puedes estar triste todo el tiempo... En algún momento debes sentir algo más.

    « Dolor. » Lev no habló, pero sí lo pensó y se le notó en el rostro que no estaba dispuesto en hablar. Siempre había sentido dolor desde que Sasha muriera, desde que lo señalaran como el único culpable y... Desde que se había sentido abandonado por las únicas personas que debían procurarlo. No era su culpa, estaba seguro de que él no había tenido nada que ver con el accidente y que las cosas, desafortunadamente, solo habían sucedido. Sasha había dejado de respirar y... Ya, eso era todo lo que sucediera. Luego todo era borroso y difuso para él. Sin embargo, dentro de esa nube gris de pensamientos, se asomó un momento que brilló con fuerza sobre los demás. Era trivial, algo tonto para muchos, pero de gran valor para él. « Perro. » Movió sus manos con cuidado, poco después buscó su teléfono celular, el cual sacó del bolsillo, y comenzó a escribir un montón de cosas. Probablemente le tomó algunos minutos, pero cuando finalmente acabó, presionó el botón para reproducir el audio con esa voz robotizada del traductor.

    "Fue cuando llegó Boris. Nuestro perro. Fue hace dos años. Aún no puedo creer que Aleksandr aceptara que se quedara, especialmente por ser un perro tan peludo cuando odia que suelten pelo. Cuando Boris llegó a casa, me sentí muy feliz. Siempre había querido tener un perro, pero Aleksandr no quería y Sasha era alérgico."

    Ah, Boris, el adorable golden retriever de la familia. La única razón por la que valía la pena levantarse cada mañana con la intención de acicalarlo y verle traer las pelotas de tenis en el hocico, todo el día, de un lado a otro de la casa. Lev se rió solo de recordarlo, fue una risa extraña, porque movía los labios y los sonidos que emitía eran raros. No parecían risas, pues solo era su nariz resoplando una y otra vez al intentar contenerse mientras que escribía de nuevo.

    " Recuerdo que ese día le destrozó la billetera a Aleksandr. Se puso furioso, amenazó con echar al perro, lo maldijo hasta el cansancio, y al final mamá dijo que iba a quedarse porque yo lo necesitaba".

    Porque lo necesitaba. Aquellas palabras se repitieron una y otra vez en su cabeza, ¿realmente necesitaba del perro? Sí, pero no tanto como de sus padres. Suspiró, luego levantó los hombros para restarle interés al asunto y en su lugar encendió el televisor.

    — Oye, no es justo, yo quería continuar mi serie de ayer. Ese k-drama se quedó buenísimo, ¿por qué tenemos que ver otra vez Los Aristogatos? —Replicó Irisha mientras que se sentaba entre sus hermanos, obligándoles a hacerle espacio.— Es la tercera vez esta semana, ya estoy harta.

    « Porque soy el mayor, y porque yo pago. Ya elegirás cuando seas grande. Además, a nosotros dos no nos gusta Love Alarm. Es aburrida. »
    — Lev. —La voz de Irisha, firme como siempre, captó su atención al punto en que se vio obligado a bajar la revista que leía para mirarla. La gemela le sonrió, cómplice, mientras que se arrodillaba frente al sofá y se apoyaba contra el descansa brazos. Por otro lado, Irina se quedó de pie, detrás del sofá, y terminó inclinando el cuerpo hacia el frente para mirar por sobre el hombro de su hermano a su gemela. Casi parecía que, por primera vez, ninguna entendía lo que pasaba por la cabeza de la otra.—¿Recuerdas la última vez que fuiste feliz? Ese era un buen anzuelo. Irina solía ser así cuando tenía curiosidad o cuando algo la abrumaba; siempre hacía preguntas de manera sutil, aunque las sacara de la nada, pero siempre le seguía una explicación bien justificada de sus abruptas preguntas. Sólo que en esta ocasión no hubo ningún intento de justificación y, al mirar en sus ojos, pudo notar que su pregunta era seria. No era algo que se podía tomar a la ligera, tampoco algo que ignorar tan fácilmente o para lo que tuviese el corazón de cortar de tajo sus dudas. Nikolay se llevó la mano a la boca, pensativo, y detrás de aquel gesto maldijo en silencio cuando frunció los labios. Odiaba tocar el tema de la felicidad que no sentía y, también, odiaba que se hiciera presente el pasado. Cerró los ojos, y en sus adentros se repitió que ellas no eran culpables, que no lo hacían con malas intenciones y tampoco era un intento de sus otros familiares para sacarle algo de información. Luego de pensárselo, como por dos minutos, negó con lentitud. Incluso su mano izquierda se movió para decir que no con señas. Irina pareció molesta, se le notaba en la cara con ese ceño fruncido y esos ojos furiosos que no iba a aceptar esa respuesta. — ¿Cómo que no? Debe existir algo. La última vez que sentía felicidad fue durante nuestras vacaciones en Seúl. La cantidad de skin care y maquillaje que compré con el dinero de papá me hizo feliz. Ya sabes que él nunca quiere gastar dinero en esas cosas porque es una pérdida de tiempo y estoy muy joven. Pero fue un buen momento. ¿Cuál fue el tuyo, Irisha? Tanto Lev como Irina miraron a la menor de las gemelas. La rubia no pudo hacer nada más que sobresaltarse, detestaba cada vez que su hermana la arrastraba en sus planes sin decírselo, pero, en el fondo, también quería saber más sobre su hermano. Las manos de la chiquilla se aferraron al cuero del sofá mientras que pensaba. Cada instante las miradas de sus hermanos eran más y más insistentes, haciendo que con ello sus mejillas se pusieran más y más rojas por la vergüenza de ser el centro de atención. No había duda que esas dos, aunque parecían idénticas, se trataba de polos opuestos. — Fue... Fue durante el concierto sinfónico de hace unos meses. ¿Recuerdan? Aunque el rostro de Irisha demostraba que no. Lev hizo un puño su mano y movió de arriba bajo para decir que sí. Lo recordaba bien, su hermana participaba en el violín, justo en la orilla de la segunda fila, había elegido un vestido negro con mangas largas y una falda amplia, llevaba botas negras que habían hecho rabiar a su madre durante todo el trayecto porque "no era adecuado vestir algo así" en un día tan importante. Entonces se sonrió, conteniéndose una risa pequeña y la incitó a que continuara hablando con un pequeño movimiento de su mano donde la invitó a sentarse en el asiento vacío a su lado. Su hermana asintió, y se apresuró a sentarse antes de volver a hablar con calma. — Ese día, desde el escenario, parecían una familia feliz. Podía ver cómo mamá tomaba la mano de papá y se le notaba el amor a ambos. Aleksandr no se veía tan molesto y parecía no importarle estar sentado junto a Niko y... Tú también te veías muy feliz. —Habló, una sonrisa tímida y divertida se asomó en sus labios cuando observó a su hermano. Sus miradas se cruzaron: Una estaba llena de alegría y la otra de confusión.— Aunque fue solo un poco, me dio mucha alegría verlos a todos juntos. Me sentí muy feliz... Y guardo ese recuerdo con mucho amor. —Con ambas manos en el pecho, Irina suspiró antes de tomar valor. Relamió sus labios, nerviosa, y dirigió la mirada a su hermano.— ¿Y tú? Como dijo Irisha. Debes tener alguno. Y nuestro nacimiento no cuenta, Lev, tampoco las tonterías que hacíamos de niñas. Debes tener algo. Lo que sea, no puedes estar triste todo el tiempo... En algún momento debes sentir algo más. « Dolor. » Lev no habló, pero sí lo pensó y se le notó en el rostro que no estaba dispuesto en hablar. Siempre había sentido dolor desde que Sasha muriera, desde que lo señalaran como el único culpable y... Desde que se había sentido abandonado por las únicas personas que debían procurarlo. No era su culpa, estaba seguro de que él no había tenido nada que ver con el accidente y que las cosas, desafortunadamente, solo habían sucedido. Sasha había dejado de respirar y... Ya, eso era todo lo que sucediera. Luego todo era borroso y difuso para él. Sin embargo, dentro de esa nube gris de pensamientos, se asomó un momento que brilló con fuerza sobre los demás. Era trivial, algo tonto para muchos, pero de gran valor para él. « Perro. » Movió sus manos con cuidado, poco después buscó su teléfono celular, el cual sacó del bolsillo, y comenzó a escribir un montón de cosas. Probablemente le tomó algunos minutos, pero cuando finalmente acabó, presionó el botón para reproducir el audio con esa voz robotizada del traductor. "Fue cuando llegó Boris. Nuestro perro. Fue hace dos años. Aún no puedo creer que Aleksandr aceptara que se quedara, especialmente por ser un perro tan peludo cuando odia que suelten pelo. Cuando Boris llegó a casa, me sentí muy feliz. Siempre había querido tener un perro, pero Aleksandr no quería y Sasha era alérgico." Ah, Boris, el adorable golden retriever de la familia. La única razón por la que valía la pena levantarse cada mañana con la intención de acicalarlo y verle traer las pelotas de tenis en el hocico, todo el día, de un lado a otro de la casa. Lev se rió solo de recordarlo, fue una risa extraña, porque movía los labios y los sonidos que emitía eran raros. No parecían risas, pues solo era su nariz resoplando una y otra vez al intentar contenerse mientras que escribía de nuevo. " Recuerdo que ese día le destrozó la billetera a Aleksandr. Se puso furioso, amenazó con echar al perro, lo maldijo hasta el cansancio, y al final mamá dijo que iba a quedarse porque yo lo necesitaba". Porque lo necesitaba. Aquellas palabras se repitieron una y otra vez en su cabeza, ¿realmente necesitaba del perro? Sí, pero no tanto como de sus padres. Suspiró, luego levantó los hombros para restarle interés al asunto y en su lugar encendió el televisor. — Oye, no es justo, yo quería continuar mi serie de ayer. Ese k-drama se quedó buenísimo, ¿por qué tenemos que ver otra vez Los Aristogatos? —Replicó Irisha mientras que se sentaba entre sus hermanos, obligándoles a hacerle espacio.— Es la tercera vez esta semana, ya estoy harta. « Porque soy el mayor, y porque yo pago. Ya elegirás cuando seas grande. Además, a nosotros dos no nos gusta Love Alarm. Es aburrida. »
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 137 vistas
  • Stolas Goetia en lo que llega el amor a nuestras vidas, tomemos juntos algo de te.
    [ember_white_bull_477] en lo que llega el amor a nuestras vidas, tomemos juntos algo de te.
    Me encocora
    1
    4 turnos 0 maullidos 194 vistas
  • El arte es una hermosa forma de demostrar amor sin palabras. ❤
    El arte es una hermosa forma de demostrar amor sin palabras. ❤
    Me encocora
    Me gusta
    Me endiabla
    8
    0 turnos 0 maullidos 499 vistas

  • Y ahora quiero que vuelvas como un niño los finde' Desde que te has ido no hacen gracia los chiste' Me he cortado el pelo, me he comprado otro tinte ,Buscando a ver si encuentro alguna como tú en Tinder
    Mi niña, eres la prote' de mis canciones tristes No puedo cerrar los ojos mientras te me desvistes ,Tú dile a las demás que no me quedan más chicles ,Solo te doy a ti el amor, es así de simple ❤
    Y ahora quiero que vuelvas como un niño los finde' Desde que te has ido no hacen gracia los chiste' Me he cortado el pelo, me he comprado otro tinte ,Buscando a ver si encuentro alguna como tú en Tinder Mi niña, eres la prote' de mis canciones tristes No puedo cerrar los ojos mientras te me desvistes ,Tú dile a las demás que no me quedan más chicles ,Solo te doy a ti el amor, es así de simple ❤
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    Me shockea
    Me entristece
    7
    0 turnos 0 maullidos 368 vistas
  • Pero quiero intentar un mal amor poder salvar...ya mirame....ya mirameee...
    Pero quiero intentar un mal amor poder salvar...ya mirame....ya mirameee...
    Me gusta
    Me encocora
    Me entristece
    3
    0 turnos 0 maullidos 573 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    //Hola amores! Se que estoy tardando demasiado en responder pero estoy algo desanimada, que me esguince el pié y no puedo jugar ni competir esta semana, cuando este mejor prometo responder a todos a la velocidad de una ola <3
    //Hola amores! Se que estoy tardando demasiado en responder pero estoy algo desanimada, que me esguince el pié y no puedo jugar ni competir esta semana, cuando este mejor prometo responder a todos a la velocidad de una ola <3
    Me encocora
    6
    1 comentario 0 compartidos 288 vistas
  • Una oportunidad,
    Es todo lo que pido para arreglar esto.
    Solo necesito una oportunidad de verter todo el amor que siento por ti.
    Y si después de ello, sigues rechazándome, prometo jamás volver a pisar el mismo lugar en el que tu te encuentres.

    Solo por favor, voltea tus ojos hacia mi una vez más, solo dime de frente que me odias.

    Y jamás volveré.
    Lo prometo.
    Una oportunidad, Es todo lo que pido para arreglar esto. Solo necesito una oportunidad de verter todo el amor que siento por ti. Y si después de ello, sigues rechazándome, prometo jamás volver a pisar el mismo lugar en el que tu te encuentres. Solo por favor, voltea tus ojos hacia mi una vez más, solo dime de frente que me odias. Y jamás volveré. Lo prometo.
    Me shockea
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos 87 vistas
  • [Oda a Afrodita, Madre del Amor]

    Madre, en tus ojos se esconde el brillo
    de los cielos que jamás alcanzan sombra,
    y en tu risa, el susurro suave y sencillo
    del viento que acaricia el mar y lo nombra.

    Tus manos, como olas, tejen encantos
    que en cada rincón del mundo se despiertan,
    y tus labios, con sus murmullos tantos,
    son el dulce cantar que en mí se inserta.

    Bajo tu toque, el caos se convierte
    en danza que en la piel se vuelve fuego;
    y el amor, que en tu pecho se vierte,
    es la vida misma, sin final ni ruego.

    En tus ojos, madre, veo mis alas,
    en tu voz, mi arco y mi flecha incansable,
    pues todo lo que soy, de ti se embalsa,
    y en tu fuerza, la vida es invulnerable.

    Así te venero, diosa del misterio,
    con humildad de hijo, pero pleno en su gloria,
    y en mi pecho arde siempre, en un imperio,
    el amor que me has dado como historia.


    [ Por cierto, busco quién desee interpretarla para llenarle de amor, atenciones y detalles]
    [Oda a Afrodita, Madre del Amor] Madre, en tus ojos se esconde el brillo de los cielos que jamás alcanzan sombra, y en tu risa, el susurro suave y sencillo del viento que acaricia el mar y lo nombra. Tus manos, como olas, tejen encantos que en cada rincón del mundo se despiertan, y tus labios, con sus murmullos tantos, son el dulce cantar que en mí se inserta. Bajo tu toque, el caos se convierte en danza que en la piel se vuelve fuego; y el amor, que en tu pecho se vierte, es la vida misma, sin final ni ruego. En tus ojos, madre, veo mis alas, en tu voz, mi arco y mi flecha incansable, pues todo lo que soy, de ti se embalsa, y en tu fuerza, la vida es invulnerable. Así te venero, diosa del misterio, con humildad de hijo, pero pleno en su gloria, y en mi pecho arde siempre, en un imperio, el amor que me has dado como historia. [ Por cierto, busco quién desee interpretarla para llenarle de amor, atenciones y detalles]
    Me encocora
    Me gusta
    5
    0 turnos 1 maullido 485 vistas
  • Bueno, presentaciones. Sí.

    Soy Eros, dios griego del amor, el deseo sexual, la fertilidad y el sexo.
    Soy hijo de Afrodita, la diosa del amor y la belleza, y de Ares, el dios de la guerra.
    No lo olvides, el poder del amor, puede y será destructivo. Y sobre todo, no me jodas mucho, haré que te enamores de tu enemigo, que causes guerras y termines teniendo muchos hijos.
    Asi que cuidado con mis flechas (?)
    Bueno, presentaciones. Sí. Soy Eros, dios griego del amor, el deseo sexual, la fertilidad y el sexo. Soy hijo de Afrodita, la diosa del amor y la belleza, y de Ares, el dios de la guerra. No lo olvides, el poder del amor, puede y será destructivo. Y sobre todo, no me jodas mucho, haré que te enamores de tu enemigo, que causes guerras y termines teniendo muchos hijos. Asi que cuidado con mis flechas (?)
    Me gusta
    Me endiabla
    9
    0 turnos 0 maullidos 261 vistas
Ver más resultados
Patrocinados