• Ya vieron sangre de Zeus? Me gusto
    Ya vieron sangre de Zeus? Me gusto
    0 turnos 0 maullidos
  • El Rapto de Perséfone
    Fandom Mitologica
    Categoría Fantasía
    En los valles de Nysa, donde la tierra respiraba en flores y la brisa jugaba con los rizos de las doncellas, Perséfone, hija de la poderosa Deméter, danzaba entre los tallos suaves del narciso. Era primavera, y ella era su espíritu vivo: risa pura, juventud eterna, inocencia sin heridas.

    Ese día, el sol brillaba alto, pero una sombra se gestaba en lo profundo de la tierra. Hades, señor del inframundo, había observado a Perséfone con ojos antiguos y deseo silencioso. Su corazón, tan oscuro como las cuevas que gobernaba, ardía con un anhelo distinto: no de muerte, sino de compañía. Con el permiso tácito de Zeus, tejió su plan.

    Perséfone se agachó para arrancar una flor especialmente hermosa—un narciso de pétalos tan blancos que parecían capturar la luz misma—cuando la tierra tembló. Un rugido desgarró el aire. Desde el centro del suelo, se abrió un abismo. Un carro negro, tirado por caballos de crines de humo y ojos rojos como brasas, emergió de la grieta. En él, Hades, con su corona de ónix y su mirada fija.

    Antes de que pudiera gritar, sentir o siquiera entender, él la alzó. La tierra se cerró tras ellos como si nada hubiera sucedido, como si la primavera hubiera parpadeado y se hubiera perdido.

    Todo fue silencio después. Silencio… y oscuridad.

    Perséfone cayó, no en el sentido del cuerpo, sino en el alma. Descendió más allá de las raíces de los árboles, más allá del susurro de los vivos. El Inframundo la recibió no con gritos ni con fuego, sino con una quietud pesada y absoluta. Un aire denso, cargado de cosas no dichas. Murallas de piedra, ríos que murmuraban secretos eternos. Sombras que no la miraban, pero que sabían que ella estaba allí.

    Hades no habló mucho. No necesitó hacerlo. La condujo por pasillos de obsidiana, bajo cielos que no eran cielo. Todo allí era distinto: el tiempo, el color, el ritmo de las cosas. Nada moría, porque todo ya lo había hecho.

    Pero ella no iba a quedarse en silencio.

    En cuanto su pie tocó el mármol frío de aquella vasta sala subterránea, se zafó del brazo de su raptor. Lo miró con furia —una furia que no pertenecía a una doncella, sino a una diosa aún por despertar— y le habló con voz firme y clara, que rompió el silencio como un relámpago.

    —¿Crees que porque puedes partir la tierra puedes partirme a mí? —escupió, temblando no de miedo, sino de furia—. ¿Así tomas lo que deseas? Como un ladrón entre sombras. ¿Tanta soledad tienes que necesitas robar una primavera?

    Hades no respondió de inmediato. El silencio entre ellos se volvió denso, casi físico.

    Perséfone dio un paso hacia él, alzando el mentón.

    —No soy tu prisionera. Soy hija de Deméter, nacida bajo la luz. Si crees que aquí abajo puedo marchitarme, te advierto: hay semillas que germinan incluso en la oscuridad.

    Y entonces, aunque no lo sabía aún, acababa de lanzar el primer hechizo de su transformación.
    En los valles de Nysa, donde la tierra respiraba en flores y la brisa jugaba con los rizos de las doncellas, Perséfone, hija de la poderosa Deméter, danzaba entre los tallos suaves del narciso. Era primavera, y ella era su espíritu vivo: risa pura, juventud eterna, inocencia sin heridas. Ese día, el sol brillaba alto, pero una sombra se gestaba en lo profundo de la tierra. Hades, señor del inframundo, había observado a Perséfone con ojos antiguos y deseo silencioso. Su corazón, tan oscuro como las cuevas que gobernaba, ardía con un anhelo distinto: no de muerte, sino de compañía. Con el permiso tácito de Zeus, tejió su plan. Perséfone se agachó para arrancar una flor especialmente hermosa—un narciso de pétalos tan blancos que parecían capturar la luz misma—cuando la tierra tembló. Un rugido desgarró el aire. Desde el centro del suelo, se abrió un abismo. Un carro negro, tirado por caballos de crines de humo y ojos rojos como brasas, emergió de la grieta. En él, Hades, con su corona de ónix y su mirada fija. Antes de que pudiera gritar, sentir o siquiera entender, él la alzó. La tierra se cerró tras ellos como si nada hubiera sucedido, como si la primavera hubiera parpadeado y se hubiera perdido. Todo fue silencio después. Silencio… y oscuridad. Perséfone cayó, no en el sentido del cuerpo, sino en el alma. Descendió más allá de las raíces de los árboles, más allá del susurro de los vivos. El Inframundo la recibió no con gritos ni con fuego, sino con una quietud pesada y absoluta. Un aire denso, cargado de cosas no dichas. Murallas de piedra, ríos que murmuraban secretos eternos. Sombras que no la miraban, pero que sabían que ella estaba allí. Hades no habló mucho. No necesitó hacerlo. La condujo por pasillos de obsidiana, bajo cielos que no eran cielo. Todo allí era distinto: el tiempo, el color, el ritmo de las cosas. Nada moría, porque todo ya lo había hecho. Pero ella no iba a quedarse en silencio. En cuanto su pie tocó el mármol frío de aquella vasta sala subterránea, se zafó del brazo de su raptor. Lo miró con furia —una furia que no pertenecía a una doncella, sino a una diosa aún por despertar— y le habló con voz firme y clara, que rompió el silencio como un relámpago. —¿Crees que porque puedes partir la tierra puedes partirme a mí? —escupió, temblando no de miedo, sino de furia—. ¿Así tomas lo que deseas? Como un ladrón entre sombras. ¿Tanta soledad tienes que necesitas robar una primavera? Hades no respondió de inmediato. El silencio entre ellos se volvió denso, casi físico. Perséfone dio un paso hacia él, alzando el mentón. —No soy tu prisionera. Soy hija de Deméter, nacida bajo la luz. Si crees que aquí abajo puedo marchitarme, te advierto: hay semillas que germinan incluso en la oscuridad. Y entonces, aunque no lo sabía aún, acababa de lanzar el primer hechizo de su transformación.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    19
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • 8 a 50 líneas por Día
    Fandom
    Mitología griega , renacimiento
    Búsqueda de
    Rol
    Estado
    Disponible
    Nuestro fandom paso por un calamidad , pero estamos renaciendo, buscamos más dioses y semidioses
    Ate, Ares, zagreo, y hestia, persephone, Hades, Zeus (reservado para un futuro admin que demuestre ser de confianza ) son todos los dioses que estamos ocupados o reservados
    Todos los demás dioses griegos o semidioses que puedan imaginar están libres , esperando despertar ;)
    Nuestro fandom paso por un calamidad , pero estamos renaciendo, buscamos más dioses y semidioses Ate, Ares, zagreo, y hestia, persephone, Hades, Zeus (reservado para un futuro admin que demuestre ser de confianza ) son todos los dioses que estamos ocupados o reservados Todos los demás dioses griegos o semidioses que puedan imaginar están libres , esperando despertar ;)
    Me gusta
    Me encocora
    5
    0 comentarios 1 compartido
  • 𓆩ꨄ𓆪

    Hace ya mucho tiempo que no se manifiesta... mucho tiempo desde que no la percibo con claridad, o quizás... desde que yo he dejado de sentirla.

    Hoy observé a mi maestro —mi querido Morfeo— detenido ante el horizonte del sueño. Estaba callado, ausente, pensativo.
    Y sentí... algo que no sé si me pertenece: celos.

    No debería. No debería ser tan curiosa.
    Lo sé.
    Pero hay algo en esa sombra que lo envuelve... algo que me llama y me hiere.

    Ella —madre, esencia, raíz— se oculta de mí.
    Pero no de él.

    Y eso me estremece.

    Siento, como si esta vez, se dejara sanar por un sueño que no es blanco... ni puro.
    Un sueño mudo... cargado de cicatrices invisibles.
    ¿En qué piensa cuando se desvanece así?

    ¿Nadie la buscará? ¿Nadie, en forma, en cuerpo, en voz...?
    Yo misma dije que debíamos respetarla, y así lo hice.
    Pero ver a Morfeo perderse en ese mundo donde yo aún no puedo ir...
    Porque ella no me deja...

    Es una espina que ni la niebla puede disolver.

    ¿Por qué lo dejas a él alcanzarte, sostenerte...?
    ¿Y a mí me mantienes en la bruma?

    Madre... dondequiera que estés...

    Yo custodiaré tus memorias.
    Tus emociones duermen en mí como ecos dulces.
    Tu chispa me atraviesa.
    No permitas que el amor elija por ti un final.
    Recuerda tu divinidad. Aún dolida, aún herida... sigues siendo una diosa.

    Aunque quieras desaparecer, aunque creas que el mundo puede continuar sin ti...
    Las amistades verdaderas te siguen llamando.
    Las almas limpias aún te lloran en silencio.

    Y yo —yo, que soy solo bruma y consuelo—
    Espero que si regresas, las lenguas que te marchitaron, te dejen en paz.

    Quédate, madre...
    Por lo que aún te celebra.
    Por lo que aún suma a tu dicha.
    No por aquellos que restaron tu luz.

    Recuerda: los que te aman, ven tu alma.
    Y los que nunca te entendieron… nunca merecieron verte florecer.

    Tú, que eres la sangre de la juventud misma...
    El amor también puede doler con dulzura.
    Y aun si pactaste con Afrodita, lo sé:

    Puedes amar sin olvidar.
    Puedes adorar sin odiar.
    Y esa es tu mayor fuerza… y su mayor frustración.

    Ellos no tienen idea…
    De quién fuiste.
    De quién eres.
    Ni de quién serás… cuando despiertes.

    Y solo espero que al hacerlo...

    Recuerdes que aquí estoy.
    Tu hija.
    Esperándote.
    Llena de neblina e... indignación.

    ¿Por qué Morfeo es el favorito...?
    ¿Y yo, qué soy?

    Que me parta...

    Ah… claro.
    Nada puede partirme.
    Ni los rayos del abuelo Zeus.

    Pero tú, madre… tú sí puedes.
    Tú me partes con tu indiferencia.
    𓆩ꨄ𓆪 Hace ya mucho tiempo que no se manifiesta... mucho tiempo desde que no la percibo con claridad, o quizás... desde que yo he dejado de sentirla. Hoy observé a mi maestro —mi querido Morfeo— detenido ante el horizonte del sueño. Estaba callado, ausente, pensativo. Y sentí... algo que no sé si me pertenece: celos. No debería. No debería ser tan curiosa. Lo sé. Pero hay algo en esa sombra que lo envuelve... algo que me llama y me hiere. Ella —madre, esencia, raíz— se oculta de mí. Pero no de él. Y eso me estremece. Siento, como si esta vez, se dejara sanar por un sueño que no es blanco... ni puro. Un sueño mudo... cargado de cicatrices invisibles. ¿En qué piensa cuando se desvanece así? ¿Nadie la buscará? ¿Nadie, en forma, en cuerpo, en voz...? Yo misma dije que debíamos respetarla, y así lo hice. Pero ver a Morfeo perderse en ese mundo donde yo aún no puedo ir... Porque ella no me deja... Es una espina que ni la niebla puede disolver. ¿Por qué lo dejas a él alcanzarte, sostenerte...? ¿Y a mí me mantienes en la bruma? Madre... dondequiera que estés... Yo custodiaré tus memorias. Tus emociones duermen en mí como ecos dulces. Tu chispa me atraviesa. No permitas que el amor elija por ti un final. Recuerda tu divinidad. Aún dolida, aún herida... sigues siendo una diosa. Aunque quieras desaparecer, aunque creas que el mundo puede continuar sin ti... Las amistades verdaderas te siguen llamando. Las almas limpias aún te lloran en silencio. Y yo —yo, que soy solo bruma y consuelo— Espero que si regresas, las lenguas que te marchitaron, te dejen en paz. Quédate, madre... Por lo que aún te celebra. Por lo que aún suma a tu dicha. No por aquellos que restaron tu luz. Recuerda: los que te aman, ven tu alma. Y los que nunca te entendieron… nunca merecieron verte florecer. Tú, que eres la sangre de la juventud misma... El amor también puede doler con dulzura. Y aun si pactaste con Afrodita, lo sé: Puedes amar sin olvidar. Puedes adorar sin odiar. Y esa es tu mayor fuerza… y su mayor frustración. Ellos no tienen idea… De quién fuiste. De quién eres. Ni de quién serás… cuando despiertes. Y solo espero que al hacerlo... Recuerdes que aquí estoy. Tu hija. Esperándote. Llena de neblina e... indignación. ¿Por qué Morfeo es el favorito...? ¿Y yo, qué soy? Que me parta... Ah… claro. Nada puede partirme. Ni los rayos del abuelo Zeus. Pero tú, madre… tú sí puedes. Tú me partes con tu indiferencia.
    Me gusta
    Me encocora
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    ||Me acabo de dar cuenta que mi padre biológico, es también mi abuelo materno, pero también es mi tío adoptivo por parte de mi padre adoptivo? En fin Zeus y sus cosas.
    ||Me acabo de dar cuenta que mi padre biológico, es también mi abuelo materno, pero también es mi tío adoptivo por parte de mi padre adoptivo? En fin Zeus y sus cosas. :STK-6:
    Me enjaja
    3
    3 comentarios 0 compartidos
  • Hipnos, con tanta tranquilidad, llegó hasta sus reinos, protegido por la diosa Nyx, donde incluso, Zeus, Dios del cielo, temía. Los actos de Hebe habían despertado la cólera del Dios del sueño.

    A pesar de su castigo. Tenía la suficiente fuerza para derramar su maldición entre los Dioses y los humanos.

    Primero vinieron las sombras sin párpado, criaturas que Hipnos envió a los hombres que no dormían. Se arrastraban por los techos, murmuraban en los oídos, haciendo que las mentes se fragmentaran entre la vigilia y la pesadilla. Los insomnes comenzaron a ver cosas que no existían, a olvidar sus propios nombres, a temer cerrar los ojos porque lo que veían con ellos abiertos era peor.

    Los que no soñaban fueron los siguientes. A sus camas llegaban los Ladrones de Sueños, sirvientes silenciosos que robaban la posibilidad misma de imaginar. Sin sueños, los humanos se volvieron grises, mecánicos, atrapados en un presente eterno, sin esperanza ni inspiración. Las musas huyeron de la tierra.

    Los Dioses del Olimpo tampoco están exentos, el castigo por la insolencia de Hebe, le costaría el sueño. Mientras más pase el tiempo, su cansancio será mayor. Y no podrán dormir. 

    —  Olvidaron que el sueño es el otro lado de la vida. Sin él, se pudre el alma. Yo no soy el enemigo del día, sino su sombra sagrada. Y ahora... nos recordarán. —
     
    Hipnos, con tanta tranquilidad, llegó hasta sus reinos, protegido por la diosa Nyx, donde incluso, Zeus, Dios del cielo, temía. Los actos de Hebe habían despertado la cólera del Dios del sueño. A pesar de su castigo. Tenía la suficiente fuerza para derramar su maldición entre los Dioses y los humanos. Primero vinieron las sombras sin párpado, criaturas que Hipnos envió a los hombres que no dormían. Se arrastraban por los techos, murmuraban en los oídos, haciendo que las mentes se fragmentaran entre la vigilia y la pesadilla. Los insomnes comenzaron a ver cosas que no existían, a olvidar sus propios nombres, a temer cerrar los ojos porque lo que veían con ellos abiertos era peor. Los que no soñaban fueron los siguientes. A sus camas llegaban los Ladrones de Sueños, sirvientes silenciosos que robaban la posibilidad misma de imaginar. Sin sueños, los humanos se volvieron grises, mecánicos, atrapados en un presente eterno, sin esperanza ni inspiración. Las musas huyeron de la tierra. Los Dioses del Olimpo tampoco están exentos, el castigo por la insolencia de Hebe, le costaría el sueño. Mientras más pase el tiempo, su cansancio será mayor. Y no podrán dormir.  —  Olvidaron que el sueño es el otro lado de la vida. Sin él, se pudre el alma. Yo no soy el enemigo del día, sino su sombra sagrada. Y ahora... nos recordarán. —  
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • ──────Buenos días. Comenzamos el día con este lindo look con gafas para ver caer a los rayos de Zeus a la distancia y estas trenzas para acompañar.

    Por alguna razón ha enunciado eso como si estuviera presentando las noticias del clima.
    ──────Buenos días. Comenzamos el día con este lindo look con gafas para ver caer a los rayos de Zeus a la distancia y estas trenzas para acompañar. Por alguna razón ha enunciado eso como si estuviera presentando las noticias del clima.
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    5
    0 turnos 0 maullidos
  • Mis jardines son los mas bellos del Olimpo sin duda. Pero como para que alguien que no voy a mencionar su nombre Pero es el estúpido hijo de Zeus, ensucie mis preciosos pastos.

    —Aphrodite

    #mitologiagriega #humor #afrodita #jardin
    Mis jardines son los mas bellos del Olimpo sin duda. Pero como para que alguien que no voy a mencionar su nombre Pero es el estúpido hijo de Zeus, ensucie mis preciosos pastos. —Aphrodite #mitologiagriega #humor #afrodita #jardin
    Me gusta
    2
    5 turnos 0 maullidos
  • >> Tentando al Olimpo.



    Un día, como cualquier otro, fue convocado al Olimpo.

    Zeus, con el ceño fruncido, le habló desde su trono de nubes tempestuosas:

    —Los mortales han comenzado a soñar con cosas que no deberían conocer —dijo el rey de los dioses.


    —Sueñan con el futuro, con la caída de imperios, con el fin de los dioses. ¿Es obra tuya, Morfeo?—

    El dios de los sueños se mantuvo sereno. Sus ojos, profundos como la noche, reflejaban millones de visiones.

    —No, padre de los cielos. Yo solo les entrego imágenes tejidas con sus propios deseos, miedos y memorias. Si sueñan con el fin… es porque lo presienten. . . —

    >> Tentando al Olimpo. Un día, como cualquier otro, fue convocado al Olimpo. Zeus, con el ceño fruncido, le habló desde su trono de nubes tempestuosas: —Los mortales han comenzado a soñar con cosas que no deberían conocer —dijo el rey de los dioses. —Sueñan con el futuro, con la caída de imperios, con el fin de los dioses. ¿Es obra tuya, Morfeo?— El dios de los sueños se mantuvo sereno. Sus ojos, profundos como la noche, reflejaban millones de visiones. —No, padre de los cielos. Yo solo les entrego imágenes tejidas con sus propios deseos, miedos y memorias. Si sueñan con el fin… es porque lo presienten. . . —
    Me gusta
    Me shockea
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • «Es hora, ahorita me toca a mi. ¡ah! Pero mi corazon esta loquito otra vez, ¡Por Zeus que no me muerda la lengua! Non, ¡Por Athena, bendiceme con tu sabiduría!»pensó antes de que Hikaru escuchara su respuesta. Todo estaba dicho sin palabras, pero ella ansiaba darle algo justo aunque no sabía como decirle todo lo que su corazón y alma significaba para todo lo dicho por él.

    Se rascó la nuca con nervios, desordenando con frustracion su larga melena blanca. «¡debo! ¡yo debo ser valiente también! ¡vamos, Hebe! ¡que la juventud nos ilumine que hoy para mi misma debo sacar vitalidad!»se echó ánimos a sí misma.
    «Es hora, ahorita me toca a mi. ¡ah! Pero mi corazon esta loquito otra vez, ¡Por Zeus que no me muerda la lengua! Non, ¡Por Athena, bendiceme con tu sabiduría!»pensó antes de que Hikaru escuchara su respuesta. Todo estaba dicho sin palabras, pero ella ansiaba darle algo justo aunque no sabía como decirle todo lo que su corazón y alma significaba para todo lo dicho por él. Se rascó la nuca con nervios, desordenando con frustracion su larga melena blanca. «¡debo! ¡yo debo ser valiente también! ¡vamos, Hebe! ¡que la juventud nos ilumine que hoy para mi misma debo sacar vitalidad!»se echó ánimos a sí misma. :STK-26:
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados