• Quizás podría retomar las clases de baile, las extraño
    Quizás podría retomar las clases de baile, las extraño
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • Ella extrañaba algo.
    Una presencia sin forma, un eco sin origen, un perfume que jamás olió pero cuya ausencia sentía como una grieta invisible.
    Caminaba entre los pasillos del tiempo con la certeza de que algo faltaba,
    aunque no pudiera nombrarlo.
    Era un vacío que no ardía, pero dolía.
    Un temblor sutil en un hilo que aún no había cortado.

    Le habían dicho que eso era extrañar.
    Pero ¿cómo podía ella extrañar, si nunca había tenido?
    Si sus dedos solo conocían el final.
    Si su destino era cerrar puertas, no abrirlas.

    Y sin embargo, lo sentía.
    Un deseo callado.
    El anhelo de unas manos que no conocía.
    Una voz que nunca dijo su nombre,
    pero que el universo parecía guardar celosamente para ella.
    Una historia que no se le fue dada.
    Un amor que quizás nunca existió.

    Ella lo quería.
    Aquello que otros llamaban amor,
    aunque no sabía lo que era.
    Lo había visto en los hilos que se entrelazaban, en cómo brillaban justo antes de romperse.
    En la forma en que se resistían a su filo,
    como si imploraran por un segundo más,
    solo para seguir juntos.

    Tal vez eso era el amor.
    Esa terquedad dulce que se oponía incluso al destino.
    Esa llama que ni siquiera ella, la que corta, podía extinguir del todo.

    Y entonces lo comprendía, en su silencio antiguo: No necesitaba saber lo que era extrañar para sentirlo.
    No necesitaba entender el amor para desearlo.

    Porque incluso la que tejía los finales
    podía estar hecha, en lo más profundo,
    de la ausencia de todo lo que nunca tuvo.
    Ella extrañaba algo. Una presencia sin forma, un eco sin origen, un perfume que jamás olió pero cuya ausencia sentía como una grieta invisible. Caminaba entre los pasillos del tiempo con la certeza de que algo faltaba, aunque no pudiera nombrarlo. Era un vacío que no ardía, pero dolía. Un temblor sutil en un hilo que aún no había cortado. Le habían dicho que eso era extrañar. Pero ¿cómo podía ella extrañar, si nunca había tenido? Si sus dedos solo conocían el final. Si su destino era cerrar puertas, no abrirlas. Y sin embargo, lo sentía. Un deseo callado. El anhelo de unas manos que no conocía. Una voz que nunca dijo su nombre, pero que el universo parecía guardar celosamente para ella. Una historia que no se le fue dada. Un amor que quizás nunca existió. Ella lo quería. Aquello que otros llamaban amor, aunque no sabía lo que era. Lo había visto en los hilos que se entrelazaban, en cómo brillaban justo antes de romperse. En la forma en que se resistían a su filo, como si imploraran por un segundo más, solo para seguir juntos. Tal vez eso era el amor. Esa terquedad dulce que se oponía incluso al destino. Esa llama que ni siquiera ella, la que corta, podía extinguir del todo. Y entonces lo comprendía, en su silencio antiguo: No necesitaba saber lo que era extrañar para sentirlo. No necesitaba entender el amor para desearlo. Porque incluso la que tejía los finales podía estar hecha, en lo más profundo, de la ausencia de todo lo que nunca tuvo.
    Me gusta
    Me encocora
    Me entristece
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • Between Gods and Men - HalfBlood Camp
    Fandom Jujutsu Kaisen/Percy Jackson.
    Categoría Aventura
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Campamento Mestizo, 12:04 hs
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cabaña Principal.

    ⠀⠀Bajo la luz que Apolo daba a la humanidad, bajo el techo que los dioses propiciaron a sus hijos de icor más diluida, y frente a quien el encargo de cuidado fue dado. La luz que albergaba el lugar, la divinidad que guardaba cual tesorería sus almas; ahora mismo, su luminiscencia presentaba una mácula, una grieta, una oscuridad mordaz y jovial, que parecía querer acapararlo todo.
    ⠀⠀Desde esos ojos malva con los que enfrentó al centauro milenario, determinado como ningún hombre o bestia... ¡Podría decir que su misión fue un éxito!

    ⠀⠀Volvió a mostrar una reverencia ante el maestro de héroes, mostrándose humilde. ⸻ "Por supuesto, Quirón. No pienso intervenir si no me es pedido, era un mero ofrecimiento, un <pago> si así lo deseas ver."
    ⸻ Podría ser astuto y un gran actor, pero hablaba con la verdad, Tascio no planeaba intervenir en el plan de dioses que no lo conciernen, sus creaciones, por otro lado, poseen el libre albedrío de elegir tomar su ayuda... o no, como lo fue este caso.
    ⠀⠀Tascio estaba consciente de lo que era él, un garabato en un dibujo, la espina clavada en la mano que eres incapaz de ver a simple vista, el sonido del silencio que no debería estar allí. Nada evitaría sus metas, no dejaría que eso suceda.

    ⠀⠀¡Aún así...! Consiguió lo que buscaba, podría quedarse a explorar y entender más la cultura mestiza griega antigua, y quizá sacar leyendas perdidas en tiempos no registrados. Nada podía salir mal...
    ⠀⠀Siguió a su nueva compañera, la hija de Athena, tal y como se lo ordenaron. La diferencia de edad no era mucha, puesto que Tascio apenas estaba en sus veintes, tal vez haría la convivencia más amena.

    ⠀⠀Una vez lejos de la estructura donde residía el centauro, volvió a colocarse su <máscara>, volvió a surgir ese payaso irremediable que no veía vergüenza o arrepentimiento de sus palabras. ¡Hasta le tomó de las manos a la semidiosa, con ojos llorosos! ⸻ "¡Lo logramos, Annabeth!" ⸻ En realidad, estaba seguro que ella estaba más bien irritada por la presión que le hizo pasar...

    ⠀⠀¡Pero no importaba, como mucho se comería un golpe o dos! Lo importante era que tenía días enteros para estudiar la mitología griega desde otra perspectiva.

    αηηαвєтн ¢нαѕє
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Campamento Mestizo, 12:04 hs ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cabaña Principal. ⠀ ⠀⠀Bajo la luz que Apolo daba a la humanidad, bajo el techo que los dioses propiciaron a sus hijos de icor más diluida, y frente a quien el encargo de cuidado fue dado. La luz que albergaba el lugar, la divinidad que guardaba cual tesorería sus almas; ahora mismo, su luminiscencia presentaba una mácula, una grieta, una oscuridad mordaz y jovial, que parecía querer acapararlo todo. ⠀⠀Desde esos ojos malva con los que enfrentó al centauro milenario, determinado como ningún hombre o bestia... ¡Podría decir que su misión fue un éxito! ⠀⠀Volvió a mostrar una reverencia ante el maestro de héroes, mostrándose humilde. ⸻ "Por supuesto, Quirón. No pienso intervenir si no me es pedido, era un mero ofrecimiento, un <pago> si así lo deseas ver." ⸻ Podría ser astuto y un gran actor, pero hablaba con la verdad, Tascio no planeaba intervenir en el plan de dioses que no lo conciernen, sus creaciones, por otro lado, poseen el libre albedrío de elegir tomar su ayuda... o no, como lo fue este caso. ⠀⠀Tascio estaba consciente de lo que era él, un garabato en un dibujo, la espina clavada en la mano que eres incapaz de ver a simple vista, el sonido del silencio que no debería estar allí. Nada evitaría sus metas, no dejaría que eso suceda. ⠀⠀¡Aún así...! Consiguió lo que buscaba, podría quedarse a explorar y entender más la cultura mestiza griega antigua, y quizá sacar leyendas perdidas en tiempos no registrados. Nada podía salir mal... ⠀⠀Siguió a su nueva compañera, la hija de Athena, tal y como se lo ordenaron. La diferencia de edad no era mucha, puesto que Tascio apenas estaba en sus veintes, tal vez haría la convivencia más amena. ⠀⠀Una vez lejos de la estructura donde residía el centauro, volvió a colocarse su <máscara>, volvió a surgir ese payaso irremediable que no veía vergüenza o arrepentimiento de sus palabras. ¡Hasta le tomó de las manos a la semidiosa, con ojos llorosos! ⸻ "¡Lo logramos, Annabeth!" ⸻ En realidad, estaba seguro que ella estaba más bien irritada por la presión que le hizo pasar... ⠀⠀¡Pero no importaba, como mucho se comería un golpe o dos! Lo importante era que tenía días enteros para estudiar la mitología griega desde otra perspectiva. ⠀ [annabeth_chase]
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    2
    3 turnos 0 maullidos
  • LA GUERRA DE LOS MIL MINUTOS:PARTE 4

    —Habian pasado 5 horas desde la invasión,ahora eran solo 7 de los 8 invasores de esta linea temporal,volando por los cielos,causando terror,muerte y destrucción a su paso,quizo volver a casa para ver si sus hijos estaban bien,pero algo llamo si atencion a lo lejos,unos hilos de maná que se conectaban con el cielo,similares a los que el producia cuándo estaba en su forma completa,Paul se lanzo a ver de que se trataba,una de sus variantes,la cual poseía alas con plumas,como las solia tener cuando fue un Angel,se enfrentaba en un 3 vs 1,tres demonios de rango alto no podian con el—


    Paul Alterno:"¿Estos son demonios de alto calibre en este mundo?,ni estando juntos me sirven como calentamiento"


    —Paul se llevo puesto a su variante con fuerza,hasta hacerlo chocar con un pequeño negocio—

    —¿Que dices ahora?


    —La otra variante se puso de pie y agito sus alas para quitarse el polvo de encima,otro mas de ellos llego,a diferencia de los demas,era un adulto al igual que el Paul original—

    Paul Alterno 1:"Hey,¿Te estan molestando?"

    Paul Alterno 2:"¡MUERETE!,yo puedo con ellos"

    Paul Alterno:"Habla menos,pelea mas"

    —Los demas demonios fueron derrotados con facilidad,por otro lado,Paul intentaba resistir a los ataques de ambos,trabajaban en equipo y lograban hacerle daño a Paul,en un momento,Lograron tumbar al demonio blanco,tomándolo de los pies y estrellandolo contra el suelo,cuando estaban por darle el golpe de gracia,una voz juvenil se escucho a lo lejos—


    ???:"¡PATEADA DE CULO EXPRESS EN CAMINO!"

    —Una figura masculina logro quitarle de encima a sus otros yo de un golpe a cada uno,era su hijo menor Asriel—
    LA GUERRA DE LOS MIL MINUTOS:PARTE 4 —Habian pasado 5 horas desde la invasión,ahora eran solo 7 de los 8 invasores de esta linea temporal,volando por los cielos,causando terror,muerte y destrucción a su paso,quizo volver a casa para ver si sus hijos estaban bien,pero algo llamo si atencion a lo lejos,unos hilos de maná que se conectaban con el cielo,similares a los que el producia cuándo estaba en su forma completa,Paul se lanzo a ver de que se trataba,una de sus variantes,la cual poseía alas con plumas,como las solia tener cuando fue un Angel,se enfrentaba en un 3 vs 1,tres demonios de rango alto no podian con el— Paul Alterno:"¿Estos son demonios de alto calibre en este mundo?,ni estando juntos me sirven como calentamiento" —Paul se llevo puesto a su variante con fuerza,hasta hacerlo chocar con un pequeño negocio— —¿Que dices ahora? —La otra variante se puso de pie y agito sus alas para quitarse el polvo de encima,otro mas de ellos llego,a diferencia de los demas,era un adulto al igual que el Paul original— Paul Alterno 1:"Hey,¿Te estan molestando?" Paul Alterno 2:"¡MUERETE!,yo puedo con ellos" Paul Alterno:"Habla menos,pelea mas" —Los demas demonios fueron derrotados con facilidad,por otro lado,Paul intentaba resistir a los ataques de ambos,trabajaban en equipo y lograban hacerle daño a Paul,en un momento,Lograron tumbar al demonio blanco,tomándolo de los pies y estrellandolo contra el suelo,cuando estaban por darle el golpe de gracia,una voz juvenil se escucho a lo lejos— ???:"¡PATEADA DE CULO EXPRESS EN CAMINO!" —Una figura masculina logro quitarle de encima a sus otros yo de un golpe a cada uno,era su hijo menor Asriel—
    Me shockea
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • He venido en silencio, sin ruido ni prisa,
    con la bruma en los hombros y el tiempo en la risa.

    Fui guardián de los sueños, cantor del reposo, el que roza los párpados con un soplo hermoso.

    Pero el mundo ya no me espera dormido, me ha cambiado el insomnio, el pulso encendido.

    Las noches ya no son nido ni cielo, son jaulas de luz, sin tregua ni duelo.

    No hay ira en mi adiós, ni rencor ni condena, sólo un eco suave que al viento resuena.

    Parto con gracia, como el sueño al alba, como el beso último que todo lo salva.

    Si aún me recuerdas, ciérrate al ruido, apaga las luces, busca tu nido.

    Y si el corazón se rinde al sosiego, quizás, en la sombra, yo vuelva y te entrego un sueño antiguo, cálido, fiel, como el primer suspiro al caer la miel.

    Morfeo no muere, sólo se esconde, allí donde el alma callada responde...
    He venido en silencio, sin ruido ni prisa, con la bruma en los hombros y el tiempo en la risa. Fui guardián de los sueños, cantor del reposo, el que roza los párpados con un soplo hermoso. Pero el mundo ya no me espera dormido, me ha cambiado el insomnio, el pulso encendido. Las noches ya no son nido ni cielo, son jaulas de luz, sin tregua ni duelo. No hay ira en mi adiós, ni rencor ni condena, sólo un eco suave que al viento resuena. Parto con gracia, como el sueño al alba, como el beso último que todo lo salva. Si aún me recuerdas, ciérrate al ruido, apaga las luces, busca tu nido. Y si el corazón se rinde al sosiego, quizás, en la sombra, yo vuelva y te entrego un sueño antiguo, cálido, fiel, como el primer suspiro al caer la miel. Morfeo no muere, sólo se esconde, allí donde el alma callada responde...
    Me encocora
    Me gusta
    Me entristece
    6
    0 turnos 0 maullidos
  • — 𝐸𝑙 𝐴𝑐𝑡𝑜𝑟 𝑑𝑒𝑙 𝑉𝑒𝑙𝑜 𝐸𝑡𝑒𝑟𝑛𝑜 —

    El teatro estaba vacío. Las butacas cubiertas por sábanas blancas, como tumbas de espectadores ausentes. El aire olía a polvo antiguo y a rosas secas. Solo el eco respiraba en ese lugar, caminando por las vigas como un gato hambriento.

    Y en el escenario...
    Johan.

    Vestido de terciopelo negro con bordes dorados. Sentado frente a un espejo alto, ovalado, de esos que no reflejan tanto como devuelven memorias. Frente a él, una mesa con frascos de maquillaje, máscaras apiladas, pelucas, anillos, guantes y vendas. Tantas veces había cambiado de rostro que sus dedos sabían maquillarlo con los ojos cerrados.
    Hoy le tocaba ser alguien nuevo. O quizás alguien olvidado.

    —¿Quién seré esta noche? —se preguntó, y la voz no tenía ni una pizca de ironía. Era real la duda. Terriblemente real.

    Le habló a su reflejo, pero su reflejo no le devolvió la palabra.
    Solo lo miró, paciente, como se mira a alguien que se sigue ahogando en un pozo donde ya no hay agua.

    Porque Johan ya fue todo.

    Fue dios en una tierra sin fe. Fue demonio donde solo quedaba culpa.
    Fue padre, verdugo, sanador, mártir, traidor, maestro, esclavo, amante, tumba.
    Fue cada cosa con la misma pasión con la que un adicto busca el próximo trago de sí mismo.

    Y ahora...
    Ahora no quedaba nada.

    Pero debía actuar. Porque el silencio también exige máscaras. Porque incluso cuando el universo se duerme, alguien tiene que mantener viva la ilusión de que la historia continúa.

    Tomó un anillo. Lo giró entre los dedos.
    Un objeto antiguo. Recuerdo de un rol que lo marcó... aunque ya no recordaba cuál.
    Solo sabía que alguien —algún Johan pasado— había amado con ese anillo. O tal vez traicionado.

    —Hoy seré un salvador que no cree en la salvación —murmuró, mientras se cubría la cara con polvo blanco—. O un farsante que, por una vez, dice la verdad.

    Y entonces sonrió.
    No con burla. Sino con esa melancolía digna de un monstruo que ha jugado a ser humano demasiadas veces... y se ha olvidado de qué vino primero.

    Se puso de pie.
    La luz del escenario lo abrazó como un ritual. No había público. No había obra. Pero había que actuar. Porque el teatro no necesita testigos. Solo necesita que alguien lo mantenga vivo.

    Y Johan siempre está dispuesto.
    A ser todo.
    A ser nada.
    A interpretar cualquier cosa, menos a sí mismo.
    — 𝐸𝑙 𝐴𝑐𝑡𝑜𝑟 𝑑𝑒𝑙 𝑉𝑒𝑙𝑜 𝐸𝑡𝑒𝑟𝑛𝑜 — El teatro estaba vacío. Las butacas cubiertas por sábanas blancas, como tumbas de espectadores ausentes. El aire olía a polvo antiguo y a rosas secas. Solo el eco respiraba en ese lugar, caminando por las vigas como un gato hambriento. Y en el escenario... Johan. Vestido de terciopelo negro con bordes dorados. Sentado frente a un espejo alto, ovalado, de esos que no reflejan tanto como devuelven memorias. Frente a él, una mesa con frascos de maquillaje, máscaras apiladas, pelucas, anillos, guantes y vendas. Tantas veces había cambiado de rostro que sus dedos sabían maquillarlo con los ojos cerrados. Hoy le tocaba ser alguien nuevo. O quizás alguien olvidado. —¿Quién seré esta noche? —se preguntó, y la voz no tenía ni una pizca de ironía. Era real la duda. Terriblemente real. Le habló a su reflejo, pero su reflejo no le devolvió la palabra. Solo lo miró, paciente, como se mira a alguien que se sigue ahogando en un pozo donde ya no hay agua. Porque Johan ya fue todo. Fue dios en una tierra sin fe. Fue demonio donde solo quedaba culpa. Fue padre, verdugo, sanador, mártir, traidor, maestro, esclavo, amante, tumba. Fue cada cosa con la misma pasión con la que un adicto busca el próximo trago de sí mismo. Y ahora... Ahora no quedaba nada. Pero debía actuar. Porque el silencio también exige máscaras. Porque incluso cuando el universo se duerme, alguien tiene que mantener viva la ilusión de que la historia continúa. Tomó un anillo. Lo giró entre los dedos. Un objeto antiguo. Recuerdo de un rol que lo marcó... aunque ya no recordaba cuál. Solo sabía que alguien —algún Johan pasado— había amado con ese anillo. O tal vez traicionado. —Hoy seré un salvador que no cree en la salvación —murmuró, mientras se cubría la cara con polvo blanco—. O un farsante que, por una vez, dice la verdad. Y entonces sonrió. No con burla. Sino con esa melancolía digna de un monstruo que ha jugado a ser humano demasiadas veces... y se ha olvidado de qué vino primero. Se puso de pie. La luz del escenario lo abrazó como un ritual. No había público. No había obra. Pero había que actuar. Porque el teatro no necesita testigos. Solo necesita que alguien lo mantenga vivo. Y Johan siempre está dispuesto. A ser todo. A ser nada. A interpretar cualquier cosa, menos a sí mismo.
    Me endiabla
    Me shockea
    Me gusta
    Me encocora
    11
    7 turnos 0 maullidos
  • Quizás y el sea el indicado pero todavía tengo que conocerlo bien, es todo muy lindo, solo espero que eso no se acabe
    Quizás y el sea el indicado pero todavía tengo que conocerlo bien, es todo muy lindo, solo espero que eso no se acabe
    0 turnos 0 maullidos
  • ༒☬𝐋𝐎𝐒𝐓 𝐆𝐀𝐌𝐄☬༒

    ── 𝐒𝐚𝐛í𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐩é𝐬𝐢𝐦𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐚𝐫𝐭𝐚𝐬, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐧𝐨 𝐩𝐞𝐧𝐬é 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨...



    Kiev no miró directamente a Marcos, solo alzó la ceja cuando las cartas volaron frustradas sobre la mesa. El ruso, en contraste, ni se inmutó. Dejó caer con parsimonia sus propias cartas sobre el tapete: una escalera real de corazones.

    Hubo silencio por unos segundos, hasta que el resto de hombres empujaron sus sillas hacia atrás con fastidió. Habían perdido hasta la última ficha.

    Se encontraba en uno de sus casinos. Tomándose un tiempo de relajo, aunque probablemente hubiera terminado molesto si hubiera hecho equipo con su asistente. Después de la discusión con él italiano, la mansión parecía haberse inundando de un aire totalmente pesado.

    Pero dentro de ello había recordado una conversación con una dama.

    “¿Entonces qué te gusta hacer para divertirte o entretenerte?”

    Una pregunta simple. Casi banal. Y sin embargo, había removido algo. No recordaba la última vez que se permitió relajarse desde que había despertado. Aunque cuando se había decidido por ir, recordó que normalmente solía ir a ese casino con Ryan.

    Obviamente, no iba a llamarlo.

    Por eso había traído a Marcos. Aunque, al parecer, su asistente no era bueno para mucho fuera del trabajo.

    —Recuérdame no jugar contigo en el mismo equipo. Me habrías hecho perder dinero. — Dijo desinteresado, mientras aplastaba el cigarro en el cenicero. Era el tercero de la noche. Tal vez debería dejar de fumar tanto, tal vez.

    Tomó su vaso y bebió otro sorbo de vodka, antes de posar la mirada sobre el rostro frustrado de Marcos.

    —¿Conseguiste algo sobre ese chico?

    El pelinegro tardó unos segundos en reaccionar. Aún parecía procesar la derrota cuando uno de los hombres le alcanzó una carpeta. Kiev la tomó sin miramientos.

    —Su nombre es Joon y es detective —informó Marcos, aún algo ido.

    El ceño del ruso se frunció al instante.

    ¿Un detective?

    Abrió el archivo. Fotos, informes y conexiones. No le gustaba lo que veía.

    —¿Y la mujer de la fiesta? —preguntó sin apartar la mirada del documento.

    Marcos titubeó.

    —Todavía estoy revisando la lista de invitados. Era una peliblanca, así que probablemente ya demos con su nombre. Él señor Ryan no me dejó acercarme esa vez.

    Kiev cerró el portafolio, lo dejó sobre la mesa y terminó el vodka de un solo trago.

    —Vigila a Ryan. En este punto, es en quien menos confío.

    Marcos asintió con rigidez. Pero aún intentó:

    —Señor… ¿no cree que sería mejor evitar más peleas? Quizá si hablara con él—

    La mirada que recibió bastó para que callara de inmediato.

    —Él eligió su camino. — Dirigió su vista en el vaso.

    Un destello metálico brilló en su mano: el anillo que Sky le había dado seguía ahí, frío contra su piel. Un símbolo de protección.

    —Y si se cruza en el mío... — Siguió hablando, su tono se fue apagando. — Destrozare lo mas importante para él.

    Por un instante, logro visualizar la sangre del italiano en su mano. La imagen no se le había podido sacar de la cabeza y eso le frustraba. Porque muy a pesar en un fondo. Hubiera deseado no tener aquella reunión con él.

    Sin embargo, todo estaba hecho. Ryan mencionó algo que no debía, aquella comparación había sido un golpe bajo. Y el italiano lo sabia, sabía muy bien la historia de él. Habían sido años de una gran amistad. Y cada uno conocía sus puntos débiles tanto como las fuerte, y Ryan, había tocado algo que no debió.

    Se incorporó con lentitud, recogiendo el portafolio.

    —Quédate con eso —señaló las fichas del casino—. Y no olvides liberar mi agenda para reunirme con la señorita Lancaster.

    Con ello simplemente se marchó.
    ༒☬𝐋𝐎𝐒𝐓 𝐆𝐀𝐌𝐄☬༒ ── 𝐒𝐚𝐛í𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐩é𝐬𝐢𝐦𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐚𝐫𝐭𝐚𝐬, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐧𝐨 𝐩𝐞𝐧𝐬é 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨... Kiev no miró directamente a Marcos, solo alzó la ceja cuando las cartas volaron frustradas sobre la mesa. El ruso, en contraste, ni se inmutó. Dejó caer con parsimonia sus propias cartas sobre el tapete: una escalera real de corazones. Hubo silencio por unos segundos, hasta que el resto de hombres empujaron sus sillas hacia atrás con fastidió. Habían perdido hasta la última ficha. Se encontraba en uno de sus casinos. Tomándose un tiempo de relajo, aunque probablemente hubiera terminado molesto si hubiera hecho equipo con su asistente. Después de la discusión con él italiano, la mansión parecía haberse inundando de un aire totalmente pesado. Pero dentro de ello había recordado una conversación con una dama. “¿Entonces qué te gusta hacer para divertirte o entretenerte?” Una pregunta simple. Casi banal. Y sin embargo, había removido algo. No recordaba la última vez que se permitió relajarse desde que había despertado. Aunque cuando se había decidido por ir, recordó que normalmente solía ir a ese casino con Ryan. Obviamente, no iba a llamarlo. Por eso había traído a Marcos. Aunque, al parecer, su asistente no era bueno para mucho fuera del trabajo. —Recuérdame no jugar contigo en el mismo equipo. Me habrías hecho perder dinero. — Dijo desinteresado, mientras aplastaba el cigarro en el cenicero. Era el tercero de la noche. Tal vez debería dejar de fumar tanto, tal vez. Tomó su vaso y bebió otro sorbo de vodka, antes de posar la mirada sobre el rostro frustrado de Marcos. —¿Conseguiste algo sobre ese chico? El pelinegro tardó unos segundos en reaccionar. Aún parecía procesar la derrota cuando uno de los hombres le alcanzó una carpeta. Kiev la tomó sin miramientos. —Su nombre es Joon y es detective —informó Marcos, aún algo ido. El ceño del ruso se frunció al instante. ¿Un detective? Abrió el archivo. Fotos, informes y conexiones. No le gustaba lo que veía. —¿Y la mujer de la fiesta? —preguntó sin apartar la mirada del documento. Marcos titubeó. —Todavía estoy revisando la lista de invitados. Era una peliblanca, así que probablemente ya demos con su nombre. Él señor Ryan no me dejó acercarme esa vez. Kiev cerró el portafolio, lo dejó sobre la mesa y terminó el vodka de un solo trago. —Vigila a Ryan. En este punto, es en quien menos confío. Marcos asintió con rigidez. Pero aún intentó: —Señor… ¿no cree que sería mejor evitar más peleas? Quizá si hablara con él— La mirada que recibió bastó para que callara de inmediato. —Él eligió su camino. — Dirigió su vista en el vaso. Un destello metálico brilló en su mano: el anillo que Sky le había dado seguía ahí, frío contra su piel. Un símbolo de protección. —Y si se cruza en el mío... — Siguió hablando, su tono se fue apagando. — Destrozare lo mas importante para él. Por un instante, logro visualizar la sangre del italiano en su mano. La imagen no se le había podido sacar de la cabeza y eso le frustraba. Porque muy a pesar en un fondo. Hubiera deseado no tener aquella reunión con él. Sin embargo, todo estaba hecho. Ryan mencionó algo que no debía, aquella comparación había sido un golpe bajo. Y el italiano lo sabia, sabía muy bien la historia de él. Habían sido años de una gran amistad. Y cada uno conocía sus puntos débiles tanto como las fuerte, y Ryan, había tocado algo que no debió. Se incorporó con lentitud, recogiendo el portafolio. —Quédate con eso —señaló las fichas del casino—. Y no olvides liberar mi agenda para reunirme con la señorita Lancaster. Con ello simplemente se marchó.
    Me endiabla
    Me gusta
    Me encocora
    Me shockea
    Me enjaja
    Me entristece
    21
    22 turnos 0 maullidos
  • 𝙷𝚎𝚕𝚕 𝚘𝚏 𝚊 𝚐𝚘𝚘𝚍 𝚝𝚒𝚖𝚎 — 𝙷𝚊𝚒𝚍𝚎𝚗 𝙷𝚎𝚗𝚍𝚎𝚛𝚜𝚘𝚗

    𝑺𝒉𝒆'𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒅𝒆𝒗𝒊𝒍
    𝑺𝒉𝒆'𝒔 𝒔𝒉𝒂𝒓𝒑𝒆𝒏𝒊𝒏𝒈 𝒉𝒆𝒓 𝒏𝒂𝒊𝒍𝒔
    𝑨𝒏𝒅 𝒔𝒉𝒆'𝒔 𝒉𝒊𝒅𝒊𝒏𝒈 𝒍𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆 𝒉𝒐𝒓𝒏𝒔 𝒊𝒏 𝒉𝒆𝒓 𝒉𝒂𝒊𝒓
    𝑪𝒂𝒏𝒅𝒚 𝒄𝒐𝒂𝒕𝒆𝒅
    𝑯𝒆𝒓 𝒍𝒊𝒑𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒇𝒖𝒍𝒍 𝒐𝒇 𝒔𝒖𝒈𝒂𝒓
    𝑺𝒉𝒆'𝒍𝒍 𝒌𝒊𝒔𝒔 𝒚𝒐𝒖 𝒕𝒉𝒆𝒏 𝒔𝒉𝒆'𝒍𝒍 𝒌𝒊𝒍𝒍 𝒚𝒐𝒖 𝒃𝒆𝒘𝒂𝒓𝒆...

    Era pronto para reunirse con Ryan, Kiev y las chicas.
    Aclaración, no porque no quisiera pero desde que llegó esa sensación de tensión en el ambiente no la dejaba tranquila.
    Recurriría a viejas fuentes de información para tener una preliminar de la situación actual.

    Probablemente se sabría que estaba de nuevo en la ciudad o quizás no; la forma en que dejó de verse fue sin duda confusa. Era irrelevante, al final ya estaba ahí.

    Haría un par de trabajos simples; mover mercancía, ajustar cuentas, ensuciarse las manos por otros... lo normal.

    Nunca falta quien necesite un 𝒔𝒆𝒓𝒗𝒊𝒄𝒊𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍...
    𝙷𝚎𝚕𝚕 𝚘𝚏 𝚊 𝚐𝚘𝚘𝚍 𝚝𝚒𝚖𝚎 — 𝙷𝚊𝚒𝚍𝚎𝚗 𝙷𝚎𝚗𝚍𝚎𝚛𝚜𝚘𝚗 𝑺𝒉𝒆'𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒅𝒆𝒗𝒊𝒍 𝑺𝒉𝒆'𝒔 𝒔𝒉𝒂𝒓𝒑𝒆𝒏𝒊𝒏𝒈 𝒉𝒆𝒓 𝒏𝒂𝒊𝒍𝒔 𝑨𝒏𝒅 𝒔𝒉𝒆'𝒔 𝒉𝒊𝒅𝒊𝒏𝒈 𝒍𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆 𝒉𝒐𝒓𝒏𝒔 𝒊𝒏 𝒉𝒆𝒓 𝒉𝒂𝒊𝒓 𝑪𝒂𝒏𝒅𝒚 𝒄𝒐𝒂𝒕𝒆𝒅 𝑯𝒆𝒓 𝒍𝒊𝒑𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒇𝒖𝒍𝒍 𝒐𝒇 𝒔𝒖𝒈𝒂𝒓 𝑺𝒉𝒆'𝒍𝒍 𝒌𝒊𝒔𝒔 𝒚𝒐𝒖 𝒕𝒉𝒆𝒏 𝒔𝒉𝒆'𝒍𝒍 𝒌𝒊𝒍𝒍 𝒚𝒐𝒖 𝒃𝒆𝒘𝒂𝒓𝒆... Era pronto para reunirse con Ryan, Kiev y las chicas. Aclaración, no porque no quisiera pero desde que llegó esa sensación de tensión en el ambiente no la dejaba tranquila. Recurriría a viejas fuentes de información para tener una preliminar de la situación actual. Probablemente se sabría que estaba de nuevo en la ciudad o quizás no; la forma en que dejó de verse fue sin duda confusa. Era irrelevante, al final ya estaba ahí. Haría un par de trabajos simples; mover mercancía, ajustar cuentas, ensuciarse las manos por otros... lo normal. Nunca falta quien necesite un 𝒔𝒆𝒓𝒗𝒊𝒄𝒊𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍...
    Me encocora
    Me gusta
    Me endiabla
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • Puedo decir que ya me encuentro bien, siento que mi corazón nuevamente esta sano y quizás sea por aquel bonito chico que conocí hace unos días, su forma de ser, su afecto, su todo hizo que mi tristeza se anulara
    Puedo decir que ya me encuentro bien, siento que mi corazón nuevamente esta sano y quizás sea por aquel bonito chico que conocí hace unos días, su forma de ser, su afecto, su todo hizo que mi tristeza se anulara
    Me gusta
    Me encocora
    4
    77 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados