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    Quién lo observa no ve un hombre... Ve un vértigo de carne y tinta azabachada. Cada tatuaje es un versículo oscuro, una palabra de Poe que el ángel grababa.

    Se ríe. El espectador tiembla. Algo en esa risa tiene filo de espada rota, algo que le dice.

    Esto no es decadencia…Esto es lo que queda cuando Dios se da vuelta.
    Quién lo observa no ve un hombre... Ve un vértigo de carne y tinta azabachada. Cada tatuaje es un versículo oscuro, una palabra de Poe que el ángel grababa. Se ríe. El espectador tiembla. Algo en esa risa tiene filo de espada rota, algo que le dice. Esto no es decadencia…Esto es lo que queda cuando Dios se da vuelta.
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    AHHHHHH AL FIN. !! VAGACIONES DE SEMANA SANTA

    Se quita los pantalones el saco y la corbata quedándose con solo la camisa y se pone unos lentes oscuros prende la radio
    https://youtu.be/NzE4Rv0qT1Q?si=pnus0MJC6O4VzyAx
    Es por eso que no deben dejarme solo ya que pongo todo patas arriba jxjxjx
    AHHHHHH AL FIN. !! VAGACIONES DE SEMANA SANTA Se quita los pantalones el saco y la corbata quedándose con solo la camisa y se pone unos lentes oscuros prende la radio https://youtu.be/NzE4Rv0qT1Q?si=pnus0MJC6O4VzyAx Es por eso que no deben dejarme solo ya que pongo todo patas arriba jxjxjx
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  • ● 𝗔𝗕𝗢𝗨𝗧 𝗠𝗘 ●
    ᴏᴄ | ᴜɴɪꜱʜɪᴘ ᴀᴄᴄᴏᴜɴᴛ | +21

    ╭──────༺†༻──────╮
    ───── ❝ El alma humana es un laberinto. Yo solo soy el minotauro que espera en el centro. ❞
    ╰──────༺†༻──────╯

    『•』𝗡𝗼𝗺𝗯𝗿𝗲 | 𝘍𝘦𝘭𝘪𝘹 𝘈𝘭𝘢𝘴𝘵𝘢𝘪𝘳
    『•』𝗘𝘀𝘁𝗮𝘁𝘂𝗿𝗮 | 𝟭.97 𝗺
    『•』𝗥𝗮𝘇𝗮 | 𝗛𝘂𝗺𝗮𝗻𝗼 (¿o acaso no del todo?)
    『•』𝗘𝗱𝗮𝗱 | 39 𝗮𝗻̃𝗼𝘀
    『•』𝗢𝗰𝘂𝗽𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 | 𝘗𝘴𝘪𝘤𝘰𝘵𝘦𝘳𝘢𝘱𝘦𝘶𝘵𝘢 𝘧𝘰𝘳𝘦𝘯𝘴𝘦 / 𝘌𝘴𝘤𝘳𝘪𝘵𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘢𝘯𝘢́𝘭𝘪𝘴𝘪𝘴 𝘱𝘴𝘪𝘤𝘰𝘭𝘰́𝘨𝘪𝘤𝘰 𝘥𝘦 𝘤𝘳𝘪𝘮𝘦𝘯𝘦𝘴
    『•』𝗣𝗿𝗼𝗰𝗲𝗱𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 | 𝘙𝘢í𝘤𝘦𝘴 𝘦𝘯 𝘌𝘥𝘪𝘯𝘣𝘶𝘳𝘨𝘰, 𝘷𝘪𝘷𝘦 𝘢𝘤𝘵𝘶𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯 𝘓𝘰𝘯𝘥𝘳𝘦𝘴


    ╭──────༺†༻──────╮
    𝗣𝗘𝗥𝗦𝗢𝗡𝗔𝗟𝗜𝗗𝗔𝗗
    ╰──────༺†༻──────╯

    Felix es la mezcla letal entre brillantez e intimidación. De verbo afilado, mirada que desnuda y un tono de voz que acaricia o hiere según el momento. Elegante, metódico, exigente, con un sentido del humor ácido y controlado que rara vez se permite. Domina cada sala que pisa sin necesidad de alzar la voz, con un poder suave pero absoluto. Es ENTJ en toda su expresión: líder nato, estratega, imposible de manipular. Posee una coquetería discreta, afilada y elegante. No busca atención: la atrae. Suele mostrarse distante… hasta que decide devorarte con su atención.

    Detrás del profesional exitoso yace un hombre fracturado: los horrores que escucha cada día, los monstruos que atiende, lo han llevado a desarrollar una segunda personalidad… Una sombra que lo observa, que a veces toma el control. Que conoce el dolor desde dentro.

    ╭──────༺†༻──────╮
    ───── ❝ La oscuridad no me asusta. Me preocupa lo que la gente hace cuando creen que nadie los ve. ❞
    ╰──────༺†༻──────╯

    ╭──────༺†༻──────╮
    𝗚𝗨𝗦𝗧𝗢𝗦
    ╰──────༺†༻──────╯

    • Ópera, música barroca, jazz oscuro. • El olor de los libros antiguos.
    • El vino tinto, muy añejo. • Los relojes de bolsillo.
    • La precisión quirúrgica de una mente bien entrenada.
    • Conversaciones profundas y debates intensos.
    • Juegos mentales.
    • Perfumes con notas de oud y cuero.

    ╭──────༺†༻──────╮
    𝗗𝗜𝗦𝗚𝗨𝗦𝗧𝗢𝗦
    ╰──────༺†༻──────╯

    • La incompetencia disfrazada de humildad.
    • Las emociones desbordadas sin control. • El sentimentalismo barato.
    • Ser interrumpido.
    • La mediocridad.
    • Las preguntas mal formuladas.
    • Los espacios sucios o desordenados.

    ╭──────༺†༻──────╮
    ───── ❝ No me atrae el caos, pero confieso que lo entiendo íntimamente. ❞
    ╰──────༺†༻──────╯

    ╭──────༺†༻──────╮
    𝗢𝗧𝗥𝗢𝗦
    ╰──────༺†༻──────╯

    • Abiertamente gay, pero reservado con su vida personal.
    • Domina el francés, latín, alemán y algo de ruso.
    • Colecciona máscaras venecianas y cuchillos antiguos.
    • Tiene una biblioteca privada insonorizada donde suele "desaparecer". • Padece insomnio crónico.
    • Su alter ego ha empezado a escribir notas en su propia caligrafía... y él ya no recuerda haberlas escrito.

    ╭──────༺†༻──────╮
    ───── ❝ Escucho monstruos por profesión. Me llevo parte de ellos a casa por costumbre. ❞
    ╰──────༺†༻──────╯


    ╭──────༺†༻──────╮
    𝗜𝗡𝗦𝗣𝗜𝗥𝗔𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦 𝗠𝗨𝗦𝗜𝗖𝗔𝗟𝗘𝗦
    ╰──────༺†༻──────╯

    1. "Lux Aeterna" - Clint Mansell
    2. "The Host of Seraphim" - Dead Can Dance
    3. "Dance with the Devil" - Breaking Benjamin
    4. "No One Knows" - Queens of the Stone Age
    5. "Delicate" - Damien Rice
    6. "In the Air Tonight" - Phil Collins
    7. "The Sound of Silence" - Simon & Garfunkel
    8. "Unfinished Sympathy" - Massive Attack
    9. "Strange Mercy" - St. Vincent
    10. "Sober" - Tool

    ╭──────༺†༻──────╮
    ───── ❝ Me he sentado frente a asesinos... y ninguno fue tan fascinante como un ser humano común con el alma podrida. ❞
    ╰──────༺†༻──────
    ● 𝗔𝗕𝗢𝗨𝗧 𝗠𝗘 ● ᴏᴄ | ᴜɴɪꜱʜɪᴘ ᴀᴄᴄᴏᴜɴᴛ | +21 ╭──────༺†༻──────╮ ───── ❝ El alma humana es un laberinto. Yo solo soy el minotauro que espera en el centro. ❞ ╰──────༺†༻──────╯ 『•』𝗡𝗼𝗺𝗯𝗿𝗲 | 𝘍𝘦𝘭𝘪𝘹 𝘈𝘭𝘢𝘴𝘵𝘢𝘪𝘳 『•』𝗘𝘀𝘁𝗮𝘁𝘂𝗿𝗮 | 𝟭.97 𝗺 『•』𝗥𝗮𝘇𝗮 | 𝗛𝘂𝗺𝗮𝗻𝗼 (¿o acaso no del todo?) 『•』𝗘𝗱𝗮𝗱 | 39 𝗮𝗻̃𝗼𝘀 『•』𝗢𝗰𝘂𝗽𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 | 𝘗𝘴𝘪𝘤𝘰𝘵𝘦𝘳𝘢𝘱𝘦𝘶𝘵𝘢 𝘧𝘰𝘳𝘦𝘯𝘴𝘦 / 𝘌𝘴𝘤𝘳𝘪𝘵𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘢𝘯𝘢́𝘭𝘪𝘴𝘪𝘴 𝘱𝘴𝘪𝘤𝘰𝘭𝘰́𝘨𝘪𝘤𝘰 𝘥𝘦 𝘤𝘳𝘪𝘮𝘦𝘯𝘦𝘴 『•』𝗣𝗿𝗼𝗰𝗲𝗱𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 | 𝘙𝘢í𝘤𝘦𝘴 𝘦𝘯 𝘌𝘥𝘪𝘯𝘣𝘶𝘳𝘨𝘰, 𝘷𝘪𝘷𝘦 𝘢𝘤𝘵𝘶𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘯 𝘓𝘰𝘯𝘥𝘳𝘦𝘴 ╭──────༺†༻──────╮ 𝗣𝗘𝗥𝗦𝗢𝗡𝗔𝗟𝗜𝗗𝗔𝗗 ╰──────༺†༻──────╯ Felix es la mezcla letal entre brillantez e intimidación. De verbo afilado, mirada que desnuda y un tono de voz que acaricia o hiere según el momento. Elegante, metódico, exigente, con un sentido del humor ácido y controlado que rara vez se permite. Domina cada sala que pisa sin necesidad de alzar la voz, con un poder suave pero absoluto. Es ENTJ en toda su expresión: líder nato, estratega, imposible de manipular. Posee una coquetería discreta, afilada y elegante. No busca atención: la atrae. Suele mostrarse distante… hasta que decide devorarte con su atención. Detrás del profesional exitoso yace un hombre fracturado: los horrores que escucha cada día, los monstruos que atiende, lo han llevado a desarrollar una segunda personalidad… Una sombra que lo observa, que a veces toma el control. Que conoce el dolor desde dentro. ╭──────༺†༻──────╮ ───── ❝ La oscuridad no me asusta. Me preocupa lo que la gente hace cuando creen que nadie los ve. ❞ ╰──────༺†༻──────╯ ╭──────༺†༻──────╮ 𝗚𝗨𝗦𝗧𝗢𝗦 ╰──────༺†༻──────╯ • Ópera, música barroca, jazz oscuro. • El olor de los libros antiguos. • El vino tinto, muy añejo. • Los relojes de bolsillo. • La precisión quirúrgica de una mente bien entrenada. • Conversaciones profundas y debates intensos. • Juegos mentales. • Perfumes con notas de oud y cuero. ╭──────༺†༻──────╮ 𝗗𝗜𝗦𝗚𝗨𝗦𝗧𝗢𝗦 ╰──────༺†༻──────╯ • La incompetencia disfrazada de humildad. • Las emociones desbordadas sin control. • El sentimentalismo barato. • Ser interrumpido. • La mediocridad. • Las preguntas mal formuladas. • Los espacios sucios o desordenados. ╭──────༺†༻──────╮ ───── ❝ No me atrae el caos, pero confieso que lo entiendo íntimamente. ❞ ╰──────༺†༻──────╯ ╭──────༺†༻──────╮ 𝗢𝗧𝗥𝗢𝗦 ╰──────༺†༻──────╯ • Abiertamente gay, pero reservado con su vida personal. • Domina el francés, latín, alemán y algo de ruso. • Colecciona máscaras venecianas y cuchillos antiguos. • Tiene una biblioteca privada insonorizada donde suele "desaparecer". • Padece insomnio crónico. • Su alter ego ha empezado a escribir notas en su propia caligrafía... y él ya no recuerda haberlas escrito. ╭──────༺†༻──────╮ ───── ❝ Escucho monstruos por profesión. Me llevo parte de ellos a casa por costumbre. ❞ ╰──────༺†༻──────╯ ╭──────༺†༻──────╮ 𝗜𝗡𝗦𝗣𝗜𝗥𝗔𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦 𝗠𝗨𝗦𝗜𝗖𝗔𝗟𝗘𝗦 ╰──────༺†༻──────╯ 1. "Lux Aeterna" - Clint Mansell 2. "The Host of Seraphim" - Dead Can Dance 3. "Dance with the Devil" - Breaking Benjamin 4. "No One Knows" - Queens of the Stone Age 5. "Delicate" - Damien Rice 6. "In the Air Tonight" - Phil Collins 7. "The Sound of Silence" - Simon & Garfunkel 8. "Unfinished Sympathy" - Massive Attack 9. "Strange Mercy" - St. Vincent 10. "Sober" - Tool ╭──────༺†༻──────╮ ───── ❝ Me he sentado frente a asesinos... y ninguno fue tan fascinante como un ser humano común con el alma podrida. ❞ ╰──────༺†༻──────
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  • El bosque respiraba a su alrededor. No con la alegría de siempre, no con ese susurro juguetón que solía acariciar su cabello como un niño que pedía atención. Fauna caminaba descalza sobre la tierra húmeda, sintiendo cada grieta, cada herida abierta en el suelo. Era como si el mundo llorara a través de aquel bosque. Sus dedos se cerraron alrededor de su manzana dorada, pero hoy no brillaba. Hoy pesaba como un pecado.

    "¿Cuántas veces hemos muerto ya?"

    La pregunta flotó en su mente, como respuesta a las visiones que Aika le había mostrado hace unos días. Líneas de tiempo como cicatrices.

    Un estremecimiento recorrió su espalda. Las flores a sus pies se cerraron al contacto con sus lágrimas. Veneno. Ella, que solo sabía sanar, ahora goteaba amargura.

    — ¡No debería doler tanto! —golpeó el tronco de un roble, y al instante, la corteza se agrietó bajo sus nudillos.

    Retrocedió al instante, horrorizada. Ese no era su poder. El roble murió en segundos, sus hojas volviéndose polvo entre sus dedos.

    Algo crecía dentro de ella.

    No era solo la furia de la naturaleza, no era el vendaval que solía invocar cuando defendia a los suyos. Era algo más profundo, más oscuro. Como esos sucesos que Aika le mostró en un futuro dónde todo se perdía: raíces negras, retorciéndose en su pecho, ahogando su luz.

    — ¿Que debo hacer? ¿Matar? ¿Convertirme en tormenta hasta que nadie se atreva a alzar la voz? —se hundió de rodillas, y la tierra gritó a su alrededor. Los pájaros callaron. Las lágrimas no paraban de salir.

    Entonces lo vio: Un brote verde, frágil, abriéndose paso entre la tierra agrietada. Vida. Aún aquí. Aún a pesar de todo. Contuvo el aliento, y algo se quebró dentro de su pecho.

    Volvió a alzar la manzana dorado, y por primera vez tras varios días, un destello bailó en la superficie. No era la paz ingenua de antes. No era la furia ciega de la naturaleza herida. Era elección.

    — Si debo ser un huracán... al menos debería ser uno que siembre semillas en la destrucción...

    Cuando se levantó, el bosque retumbó con ella. Cerró los ojos, dejando que la brisa jugará con su cabello una vez más, como si las memorias de los caídos pudieran trenzarse entre sus hebras verdes y azules.

    — ¿De que servirán las líneas del tiempo si todas se tiñen igual?

    No importaba quien alzaba la espada primero, ni quien gritaba más fuerte. Al final, en todas las líneas de tiempo, el suelo siempre quedaba salpicado de lo mismo: Lágrimas. Dolor. Pérdida. Arrepentímiento.

    — Tal vez... el error está en creer que alguien tiene que ganar...
    El bosque respiraba a su alrededor. No con la alegría de siempre, no con ese susurro juguetón que solía acariciar su cabello como un niño que pedía atención. Fauna caminaba descalza sobre la tierra húmeda, sintiendo cada grieta, cada herida abierta en el suelo. Era como si el mundo llorara a través de aquel bosque. Sus dedos se cerraron alrededor de su manzana dorada, pero hoy no brillaba. Hoy pesaba como un pecado. "¿Cuántas veces hemos muerto ya?" La pregunta flotó en su mente, como respuesta a las visiones que Aika le había mostrado hace unos días. Líneas de tiempo como cicatrices. Un estremecimiento recorrió su espalda. Las flores a sus pies se cerraron al contacto con sus lágrimas. Veneno. Ella, que solo sabía sanar, ahora goteaba amargura. — ¡No debería doler tanto! —golpeó el tronco de un roble, y al instante, la corteza se agrietó bajo sus nudillos. Retrocedió al instante, horrorizada. Ese no era su poder. El roble murió en segundos, sus hojas volviéndose polvo entre sus dedos. Algo crecía dentro de ella. No era solo la furia de la naturaleza, no era el vendaval que solía invocar cuando defendia a los suyos. Era algo más profundo, más oscuro. Como esos sucesos que Aika le mostró en un futuro dónde todo se perdía: raíces negras, retorciéndose en su pecho, ahogando su luz. — ¿Que debo hacer? ¿Matar? ¿Convertirme en tormenta hasta que nadie se atreva a alzar la voz? —se hundió de rodillas, y la tierra gritó a su alrededor. Los pájaros callaron. Las lágrimas no paraban de salir. Entonces lo vio: Un brote verde, frágil, abriéndose paso entre la tierra agrietada. Vida. Aún aquí. Aún a pesar de todo. Contuvo el aliento, y algo se quebró dentro de su pecho. Volvió a alzar la manzana dorado, y por primera vez tras varios días, un destello bailó en la superficie. No era la paz ingenua de antes. No era la furia ciega de la naturaleza herida. Era elección. — Si debo ser un huracán... al menos debería ser uno que siembre semillas en la destrucción... Cuando se levantó, el bosque retumbó con ella. Cerró los ojos, dejando que la brisa jugará con su cabello una vez más, como si las memorias de los caídos pudieran trenzarse entre sus hebras verdes y azules. — ¿De que servirán las líneas del tiempo si todas se tiñen igual? No importaba quien alzaba la espada primero, ni quien gritaba más fuerte. Al final, en todas las líneas de tiempo, el suelo siempre quedaba salpicado de lo mismo: Lágrimas. Dolor. Pérdida. Arrepentímiento. — Tal vez... el error está en creer que alguien tiene que ganar...
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  • El Demonio ha llegado.
    Categoría Otros
    <Rol para: Joon Bokkel >

    De entre tantos problemas, tantos dolores de cabeza, había uno en particular que estuvo jodiendo mucho a la CIA, no solo porque era uno de los asesinos a sueldo más buscado, sino porque parecía conseguir cualquier tipo de información también, rompiendo cualquier tipo de seguridad. No sabían si eran por contactos o por cuenta propia, pero el Demonio Azul no iba con juegos. Además, no dejaba nada a descuido, solo lo que quería que otros vieran. Eso lo hacía aún más molesto.

    Los asesinatos comenzaron en una nueva ciudad. Al principio se creyó que solo era alguna pelea entre pandillas o mafias, enviando mensajes y advertencias. Sin embargo, los asesinatos tenían una firma en particular. Un modus operandi que no dejaba dudas.

    Primero, los cuerpos encontrados estaban en lugares públicos, dispuestos de manera que pareciera que estaban sentados esperando o similar, al inicio nadie se daba cuenta que eran cadáveres, hasta que se fijaban mejor en la ropa, completamente teñida de un color carmesí oscuro, como si hubieran sido sumergidas en la sangre de las víctimas para dar un acabado uniforme. Luego, más a detalle, el hecho que sus cuellos estaban cortados desde la nuca, pero dejando apenas una capa de piel y carne que más o menos lograba sostener la cabeza en lugar. Hasta los huesos de la cervical tenían un corte limpio, justo en la unión de la segunda y tercer vértebra.

    Aunque todos se veían con ojos cerrados, al abrirlos se podían ver que los globos oculares estaban completamente en blanco, pero no de forma que uno podría dejarlos a voluntad, no. Era notorio que primero eran arrancados para luego ser colocados de nuevo, al revés. Lo que siempre faltaba eran los nervios oculares.

    Finalmente, en la espalda, la zona lumbar, una marca de una cara sonriente.

    Y los asesinatos fueron progresivos, primero uno a la semana, luego dos, hasta que llegaron tres e incluso con más de dos víctimas en ocasiones. Los últimos dos fueron encontrados en una estación de metro.

    Finalmente, terminaron por enviar a Felix. Él sabía absolutamente todo lo que se podía de ese asesino, tanto detalle como pudo encontrar. Y es que parecía guiarlo una rabia profunda cada vez que se trataba del Demonio Azul. Nadie quería dar con la persona más que él. Y a saber, quizás hasta ni lo quería tras las rejas, si no que muerto.

    Llegó a la escena de la estación un miércoles por la mañana, con su mochila colgando sobre sus hombros. Un aspecto algo descuidado (las ojeras en su rostro decían que no durmió en semanas) y su cabello algo alborotado. Ciertamente, no era alguien que le importaban mucho las apariencias.

    Se acercó con pasos silenciosos, mostrando la credencial que colgaba de su cuello, hasta llegar a donde estaban los cuerpos, sentados al lado del otro. Aunque apenas parecía mostrar emoción, el resto de su cuerpo estaba rígido y el fuego en sus ojos grises era intenso.
    <Rol para: [nightfall_boy] > De entre tantos problemas, tantos dolores de cabeza, había uno en particular que estuvo jodiendo mucho a la CIA, no solo porque era uno de los asesinos a sueldo más buscado, sino porque parecía conseguir cualquier tipo de información también, rompiendo cualquier tipo de seguridad. No sabían si eran por contactos o por cuenta propia, pero el Demonio Azul no iba con juegos. Además, no dejaba nada a descuido, solo lo que quería que otros vieran. Eso lo hacía aún más molesto. Los asesinatos comenzaron en una nueva ciudad. Al principio se creyó que solo era alguna pelea entre pandillas o mafias, enviando mensajes y advertencias. Sin embargo, los asesinatos tenían una firma en particular. Un modus operandi que no dejaba dudas. Primero, los cuerpos encontrados estaban en lugares públicos, dispuestos de manera que pareciera que estaban sentados esperando o similar, al inicio nadie se daba cuenta que eran cadáveres, hasta que se fijaban mejor en la ropa, completamente teñida de un color carmesí oscuro, como si hubieran sido sumergidas en la sangre de las víctimas para dar un acabado uniforme. Luego, más a detalle, el hecho que sus cuellos estaban cortados desde la nuca, pero dejando apenas una capa de piel y carne que más o menos lograba sostener la cabeza en lugar. Hasta los huesos de la cervical tenían un corte limpio, justo en la unión de la segunda y tercer vértebra. Aunque todos se veían con ojos cerrados, al abrirlos se podían ver que los globos oculares estaban completamente en blanco, pero no de forma que uno podría dejarlos a voluntad, no. Era notorio que primero eran arrancados para luego ser colocados de nuevo, al revés. Lo que siempre faltaba eran los nervios oculares. Finalmente, en la espalda, la zona lumbar, una marca de una cara sonriente. Y los asesinatos fueron progresivos, primero uno a la semana, luego dos, hasta que llegaron tres e incluso con más de dos víctimas en ocasiones. Los últimos dos fueron encontrados en una estación de metro. Finalmente, terminaron por enviar a Felix. Él sabía absolutamente todo lo que se podía de ese asesino, tanto detalle como pudo encontrar. Y es que parecía guiarlo una rabia profunda cada vez que se trataba del Demonio Azul. Nadie quería dar con la persona más que él. Y a saber, quizás hasta ni lo quería tras las rejas, si no que muerto. Llegó a la escena de la estación un miércoles por la mañana, con su mochila colgando sobre sus hombros. Un aspecto algo descuidado (las ojeras en su rostro decían que no durmió en semanas) y su cabello algo alborotado. Ciertamente, no era alguien que le importaban mucho las apariencias. Se acercó con pasos silenciosos, mostrando la credencial que colgaba de su cuello, hasta llegar a donde estaban los cuerpos, sentados al lado del otro. Aunque apenas parecía mostrar emoción, el resto de su cuerpo estaba rígido y el fuego en sus ojos grises era intenso.
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  • [] :
    -Para Aria, el sonido de sus pasos no parecía real. Eran ecos distorsionados que rebotaban por pasillos infinitos, donde las paredes respiraban con un ritmo que no era humano. Era otra pesadilla, de las mismas que la habían estado atormentando todas estas noches sin descanso alguno. Otra vez se veía de pie, descalza, en medio de la academia, o mejor dicho, lo que quedaba de ella. El lugar era el mismo y, al mismo tiempo, no lo era. Todo parecía derretirse en los bordes, como tinta cayendo al agua-

    -Su cuerpo estaba tenso y paralizado. Frente a ella, una sombra huía. No tenía rostro, pero Aria sabía quién era. Lo sentía en lo más profundo de sus entrañas. La traición no necesitaba ojos para herirla. Cada paso que daba esa figura hacia la oscuridad dejaba una marca de tinta negra en el suelo. A su alrededor, siluetas sin rasgos se formaban de la nada. Flotaban. La miraban. Y aunque no tenían ojos, la juzgaban; y aunque no tenían boca, la condenaban-

    -"Tú fuiste la causa" Le decían. "Tú dejaste entrar al lobo". Quería gritar al igual que quería correr. Pero su cuerpo no respondía. Sentía el peso de cada mirada como fuego calcinándole la espalda lentamente. Entonces, todo se volvió más oscuro. Las luces se apagaron una por una, y solo quedó ella, de espaldas al mundo... sola. La figura que huía se desvanecía a lo lejos, llevándose consigo lo poco que quedaba de su antiguo yo. Al despertar, escuchó su propia voz, temblorosa, susurrando-

    Ya no más...

    -Pero ella sabía que esa sombra volvería a acecharla en sueños. Lo hacía cada noche, sin falta-
    [🐺] : -Para Aria, el sonido de sus pasos no parecía real. Eran ecos distorsionados que rebotaban por pasillos infinitos, donde las paredes respiraban con un ritmo que no era humano. Era otra pesadilla, de las mismas que la habían estado atormentando todas estas noches sin descanso alguno. Otra vez se veía de pie, descalza, en medio de la academia, o mejor dicho, lo que quedaba de ella. El lugar era el mismo y, al mismo tiempo, no lo era. Todo parecía derretirse en los bordes, como tinta cayendo al agua- -Su cuerpo estaba tenso y paralizado. Frente a ella, una sombra huía. No tenía rostro, pero Aria sabía quién era. Lo sentía en lo más profundo de sus entrañas. La traición no necesitaba ojos para herirla. Cada paso que daba esa figura hacia la oscuridad dejaba una marca de tinta negra en el suelo. A su alrededor, siluetas sin rasgos se formaban de la nada. Flotaban. La miraban. Y aunque no tenían ojos, la juzgaban; y aunque no tenían boca, la condenaban- -"Tú fuiste la causa" Le decían. "Tú dejaste entrar al lobo". Quería gritar al igual que quería correr. Pero su cuerpo no respondía. Sentía el peso de cada mirada como fuego calcinándole la espalda lentamente. Entonces, todo se volvió más oscuro. Las luces se apagaron una por una, y solo quedó ella, de espaldas al mundo... sola. La figura que huía se desvanecía a lo lejos, llevándose consigo lo poco que quedaba de su antiguo yo. Al despertar, escuchó su propia voz, temblorosa, susurrando- Ya no más... -Pero ella sabía que esa sombra volvería a acecharla en sueños. Lo hacía cada noche, sin falta-
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  • !Hola! Soy Miky, una elfa del bosque encantado, amante de los misterios, la luna y los tesoros ocultos.
    Con un corazón curioso, recorro mundos entre libros, arte y estrellas.
    Siempre lista para hechizar con estilo y compartir un poco de brillo oscuro y dulce.
    ¡Bienvenidos a mi rincón mágico!☆ ヾ(=`ω´=)ノ”
    !Hola! Soy Miky, una elfa del bosque encantado, amante de los misterios, la luna y los tesoros ocultos. Con un corazón curioso, recorro mundos entre libros, arte y estrellas. Siempre lista para hechizar con estilo y compartir un poco de brillo oscuro y dulce. ¡Bienvenidos a mi rincón mágico!☆ ヾ(=`ω´=)ノ”
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  • Siegfried estaba haciendo furor en la ciudad, era un hombre peculiarmente gallardo, elegante y alto, uno que buscaba ocultar aquel penetrante olor de las sustancias para embalsamar con perfumes y aromas a flores.

    Los mismo habitantes le pedían tener cuidado, lo llenaban de amuletos, oraciones, plegarias, precauciones y apoyo para que nada le pasara.
    Pero después de todo, todos eran ignorantes, puesto que Siegfried no era más que un nombre falso, una fachada falsa y no se diga un rostro robado.

    Debajo que aquella imagen, se encontraba un monstruo que había sido mandado con un solo propósito: Conseguir un nuevo cadaver para su empleador, un receptáculo.

    Pero no podía ser un cadaver cualquiera, tenía que tener afinidad a aquellas artes oscuras, alguien que pudiera caminar en ambos mundos sin necesidad de depender de la noche, un cetro o varita o...un sacrificio.

    Sus viajes le llevaron a aquella ciudad, rápidamente disponiendo al viejo sepulturero y tomando su lugar.

    Y ahi, en aquel mausoleo, fue dónde encontró su cadaver perfecto.

    Aquella era una noche perfecta para hacer un ritual oscuro sin miedo a ser atrapado.
    Siegfried estaba haciendo furor en la ciudad, era un hombre peculiarmente gallardo, elegante y alto, uno que buscaba ocultar aquel penetrante olor de las sustancias para embalsamar con perfumes y aromas a flores. Los mismo habitantes le pedían tener cuidado, lo llenaban de amuletos, oraciones, plegarias, precauciones y apoyo para que nada le pasara. Pero después de todo, todos eran ignorantes, puesto que Siegfried no era más que un nombre falso, una fachada falsa y no se diga un rostro robado. Debajo que aquella imagen, se encontraba un monstruo que había sido mandado con un solo propósito: Conseguir un nuevo cadaver para su empleador, un receptáculo. Pero no podía ser un cadaver cualquiera, tenía que tener afinidad a aquellas artes oscuras, alguien que pudiera caminar en ambos mundos sin necesidad de depender de la noche, un cetro o varita o...un sacrificio. Sus viajes le llevaron a aquella ciudad, rápidamente disponiendo al viejo sepulturero y tomando su lugar. Y ahi, en aquel mausoleo, fue dónde encontró su cadaver perfecto. Aquella era una noche perfecta para hacer un ritual oscuro sin miedo a ser atrapado.
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  • —Esta a-algo oscuro...¿dónde están los demás?
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  • Pesadilla en la Iglesia.
    Fandom OC.
    Categoría Slice of Life
    𝕬𝒓𝒚𝒂 𝕮𝒓𝒂𝒘𝒇𝒐𝒓𝒅

    ⠀⠀Era una tarde particularmente gris en España. El antiguo convento se alzaba como un testigo mudo, tallado sobre ruinas que nunca terminaron de morir. Los muros, oscurecidos por la humedad y el tiempo, respiraban el aliento agrio de un pasado más antiguo que el cristianismo mismo. Sobre su portón romano aún se podía distinguir, casi borrado, el perfil de una historia de mármol, susurros recorrían sus oídos al tocarlo.

    ⠀⠀El antiguo monasterio de Poblet, brindaba una especie de confort al transeúnte, probablemente por el tipo de estructura que fue y lo grande que es. Tocó el mármol una vez más, viejo y repleto de polvo, cuántas historias habrían ocurrido aquí.
    ⠀⠀Pero algo ocurría aquí, una extraña sensación, de la que no podía quitarse ese sabor amargo, no como un café o vino añejo, más bien como una flema que no podías escupir. Observó detrás de sí, dos hermanas, una anciana y otra joven.

    ⠀⠀⸻ "Señor Cipriano, un gusto. Soy la hermana Eunice. Ella es la hermana Dakota, recién ingresada." ⸻ La más anciana habló, la joven respondió con una reverencia. Ahora mismo, el santo lucía como apenas un mocoso de unos veinte y cinco años, pero era por siglos mucho más mayor que ellas.
    ⠀⠀Silencioso y cortante, dedicó una miada fría y se acercó a las mismas, también le daban una sensación extraña, ocultaban algo, pero no musitó palabras, su lenguaje corporal fue más que suficiente, pasando de largo. ⸻ "Prepárenme una habitación, dormiré temprano." ⸻ Susurró en un perfecto español. Para luego ingresar nuevamente a la estructura. La hermana más joven quedó atónita, incluso a punto de decirle algo, pero la más anciana simplemente la detuvo, no era bueno provocar la ira de un santo.

    ⠀⠀En su camino por los antiguos pasillos del monasterio, se quedó en silencio, parecía que nadie recorría esta área. A su derecha, la fuente del patio central, a la izquierda, un pasillo oscuro, parecía tallado a mano desnuda, como si no perteneciera a la estructura en sí, la curiosidad ganó más que su interés por dormir. Se acercó rápidamente, sin miedo, sin vacilar, su fe y habilidades eran más grandes que cualquier desafío.
    ⠀⠀Solo para toparse con una puerta, una que no recordaba de aquellos planos. Miró a ambos lados, ninguna de las hermanas estaba cerca, de hecho... nadie, parecía que todo el patio se vació repentinamente.

    ⠀⠀Finalmente, tocó la puerta.
    [Vesse1] ⠀ ⠀⠀Era una tarde particularmente gris en España. El antiguo convento se alzaba como un testigo mudo, tallado sobre ruinas que nunca terminaron de morir. Los muros, oscurecidos por la humedad y el tiempo, respiraban el aliento agrio de un pasado más antiguo que el cristianismo mismo. Sobre su portón romano aún se podía distinguir, casi borrado, el perfil de una historia de mármol, susurros recorrían sus oídos al tocarlo. ⠀⠀El antiguo monasterio de Poblet, brindaba una especie de confort al transeúnte, probablemente por el tipo de estructura que fue y lo grande que es. Tocó el mármol una vez más, viejo y repleto de polvo, cuántas historias habrían ocurrido aquí. ⠀⠀Pero algo ocurría aquí, una extraña sensación, de la que no podía quitarse ese sabor amargo, no como un café o vino añejo, más bien como una flema que no podías escupir. Observó detrás de sí, dos hermanas, una anciana y otra joven. ⠀⠀⸻ "Señor Cipriano, un gusto. Soy la hermana Eunice. Ella es la hermana Dakota, recién ingresada." ⸻ La más anciana habló, la joven respondió con una reverencia. Ahora mismo, el santo lucía como apenas un mocoso de unos veinte y cinco años, pero era por siglos mucho más mayor que ellas. ⠀⠀Silencioso y cortante, dedicó una miada fría y se acercó a las mismas, también le daban una sensación extraña, ocultaban algo, pero no musitó palabras, su lenguaje corporal fue más que suficiente, pasando de largo. ⸻ "Prepárenme una habitación, dormiré temprano." ⸻ Susurró en un perfecto español. Para luego ingresar nuevamente a la estructura. La hermana más joven quedó atónita, incluso a punto de decirle algo, pero la más anciana simplemente la detuvo, no era bueno provocar la ira de un santo. ⠀⠀En su camino por los antiguos pasillos del monasterio, se quedó en silencio, parecía que nadie recorría esta área. A su derecha, la fuente del patio central, a la izquierda, un pasillo oscuro, parecía tallado a mano desnuda, como si no perteneciera a la estructura en sí, la curiosidad ganó más que su interés por dormir. Se acercó rápidamente, sin miedo, sin vacilar, su fe y habilidades eran más grandes que cualquier desafío. ⠀⠀Solo para toparse con una puerta, una que no recordaba de aquellos planos. Miró a ambos lados, ninguna de las hermanas estaba cerca, de hecho... nadie, parecía que todo el patio se vació repentinamente. ⠀⠀Finalmente, tocó la puerta. ⠀
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