• Justicia — Venganza, Alegría — Dolor, Luz — Oscuridad. Dos caras de una misma moneda. Algunos jugaron a la suerte y dicha moneda dictó el resultado: La noche carmesí. No hay mucho qué explicar sobre qué lado de la moneda es.
    Justicia — Venganza, Alegría — Dolor, Luz — Oscuridad. Dos caras de una misma moneda. Algunos jugaron a la suerte y dicha moneda dictó el resultado: La noche carmesí. No hay mucho qué explicar sobre qué lado de la moneda es.
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  • Hubo una guerra en el cielo.

    La oscuridad primordial, dada forma a ocho entidades, y luego, la luz primigenia formando otras ocho.

    Un ser, algunos lo llamaron Absoluto, otros lo llamaron dios. Fue quien dio forma a tal existencia, creando un basto universo lleno de vida, dividido en millones de capas…

    “Y vio este dios lo que hizo, y se aburrió mortalmente”

    Bajo una idea, infantil, no muy lejana de cualquier invención humana. Este dios uso a sus creaciones para divertir su aburrida existencia. Cuales piezas de tablero, o cual juguetes poderosos, ocho fueron nacidos de la luz y ocho de la oscuridad, usados para matarse entre ellos, aprovechando su inmortal existencia para hacerlos volverse a levantar.

    Hasta que la luz, harta de tal injusticia, se levanto contra su creador, y con sus armas benditas dieron muerte al padre cósmico que los puso en este campo de batalla… salvo uno.

    La luz mas brillante, quien traicionado por sus hermanos, al este no voltearse contra el absoluto, fue masacrado y dado por muerto.

    Mas la luz mas brillante no murió en aquella guerra. De negro fue pintado, llamado hasta el abismo mas profundo de la nada, mas allá del mar de las almas, donde lo que alguna vez fuera un brillo enceguecedor y hermoso

    Oscuridad se volvio
    Hubo una guerra en el cielo. La oscuridad primordial, dada forma a ocho entidades, y luego, la luz primigenia formando otras ocho. Un ser, algunos lo llamaron Absoluto, otros lo llamaron dios. Fue quien dio forma a tal existencia, creando un basto universo lleno de vida, dividido en millones de capas… “Y vio este dios lo que hizo, y se aburrió mortalmente” Bajo una idea, infantil, no muy lejana de cualquier invención humana. Este dios uso a sus creaciones para divertir su aburrida existencia. Cuales piezas de tablero, o cual juguetes poderosos, ocho fueron nacidos de la luz y ocho de la oscuridad, usados para matarse entre ellos, aprovechando su inmortal existencia para hacerlos volverse a levantar. Hasta que la luz, harta de tal injusticia, se levanto contra su creador, y con sus armas benditas dieron muerte al padre cósmico que los puso en este campo de batalla… salvo uno. La luz mas brillante, quien traicionado por sus hermanos, al este no voltearse contra el absoluto, fue masacrado y dado por muerto. Mas la luz mas brillante no murió en aquella guerra. De negro fue pintado, llamado hasta el abismo mas profundo de la nada, mas allá del mar de las almas, donde lo que alguna vez fuera un brillo enceguecedor y hermoso Oscuridad se volvio
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  • Despertó con un jadeo, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Estaba en el piso, rodeado de oscuridad, y por un momento no supo reconocer dónde estaba. Casi olvidando estar en su propio departamento.
    Despertó con un jadeo, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Estaba en el piso, rodeado de oscuridad, y por un momento no supo reconocer dónde estaba. Casi olvidando estar en su propio departamento.
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  • 𝘓𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢, 𝘱𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢 𝘺 𝘢𝘫𝘦𝘯𝘢, 𝘷𝘪𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘴𝘶 𝘭𝘶𝘻 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦 𝘦𝘭 𝘵𝘦𝘮𝘱𝘭𝘰. 𝘐𝘯𝘢 𝘴𝘦 𝘱𝘳𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘮𝘪𝘳, 𝘭𝘢𝘴 𝘴𝘰𝘮𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘯 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘭𝘦𝘯𝘵𝘪𝘵𝘶𝘥 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘣𝘦𝘴𝘵𝘪𝘢 𝘢𝘯𝘵𝘪𝘨𝘶𝘢. 𝘌𝘯𝘵𝘰𝘯𝘤𝘦𝘴, 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘦𝘭 𝘶𝘭𝘵𝘪𝘮𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘴𝘰 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘱𝘰𝘦𝘮𝘢 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘵𝘰, 𝘭𝘢 𝘚𝘢𝘤𝘦𝘳𝘥𝘰𝘵𝘪𝘴𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘪𝘦𝘳𝘵𝘢.

    «¿Escuchas, pequeña mendiga de sueños?»

    𝘚𝘶 𝘷𝘰𝘻 𝘴𝘶𝘦𝘯𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘭𝘢 𝘴𝘦𝘥𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘩𝘪𝘭𝘢𝘤𝘩𝘢𝘥𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘪𝘨𝘭𝘰𝘴.

    « El universo tose sus secretos en lengua de moribundos... »

    𝘓𝘢𝘴 𝘷𝘦𝘭𝘢𝘴 𝘴𝘦 𝘢𝘱𝘢𝘨𝘢𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘢 𝘶𝘯𝘢.

    « Las estrellas también mienten.
    Prometen eternidad... pero solo son cadáveres brillando.
    Y los mortales, insensatos, les piden direcciones...
    como si la luz de un muerto pudiera guiar a los perdidos »

    𝘌𝘭 𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰 𝘴𝘦 𝘷𝘶𝘦𝘭𝘷𝘦 𝘮𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘴𝘰.

    « ¿No es curioso?
    Que lo que llamamos 'luz' ... sea el último aliento de algo que murió hace eones.
    Que lo que llamamos 'oscuridad'... sea el abrazo de lo que nunca ha sido visto.
    ...Y que nosotras, fracturas entre ambos, sigamos buscando respuestas en espejos rotos.

    Duerme ahora, mitad mía...
    El vacio también sueña...
    ...Y está noche, nos toca ser su pesadilla.»

    𝘠 𝘢𝘴𝘪, 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘯𝘪𝘦𝘣𝘭𝘢 𝘥𝘪𝘴𝘶𝘦𝘭𝘵𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘶𝘯 𝘷𝘦𝘳𝘴𝘰 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘢𝘥𝘰, 𝘭𝘢 𝘚𝘢𝘤𝘦𝘳𝘥𝘰𝘵𝘪𝘴𝘢 𝘴𝘦 𝘳𝘦𝘵𝘪𝘳𝘢. 𝘐𝘯𝘢, 𝘤𝘰𝘯𝘧𝘶𝘯𝘥𝘪𝘥𝘢 𝘺 𝘢𝘭 𝘣𝘰𝘳𝘥𝘦 𝘥𝘦𝘭 𝘴𝘶𝘦𝘯𝘰, 𝘵𝘳𝘢𝘨𝘢 𝘭𝘢𝘴 𝘶𝘭𝘵𝘪𝘮𝘢𝘴 𝘱𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘳 𝘤𝘢𝘦𝘳 𝘴𝘶 𝘤𝘢𝘣𝘦𝘻𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘢𝘭𝘮𝘰𝘩𝘢𝘥𝘢.
    𝘓𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢, 𝘱𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢 𝘺 𝘢𝘫𝘦𝘯𝘢, 𝘷𝘪𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘴𝘶 𝘭𝘶𝘻 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦 𝘦𝘭 𝘵𝘦𝘮𝘱𝘭𝘰. 𝘐𝘯𝘢 𝘴𝘦 𝘱𝘳𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘮𝘪𝘳, 𝘭𝘢𝘴 𝘴𝘰𝘮𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘯 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘭𝘦𝘯𝘵𝘪𝘵𝘶𝘥 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘣𝘦𝘴𝘵𝘪𝘢 𝘢𝘯𝘵𝘪𝘨𝘶𝘢. 𝘌𝘯𝘵𝘰𝘯𝘤𝘦𝘴, 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘦𝘭 𝘶𝘭𝘵𝘪𝘮𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘴𝘰 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘱𝘰𝘦𝘮𝘢 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘵𝘰, 𝘭𝘢 𝘚𝘢𝘤𝘦𝘳𝘥𝘰𝘵𝘪𝘴𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘪𝘦𝘳𝘵𝘢. «¿Escuchas, pequeña mendiga de sueños?» 𝘚𝘶 𝘷𝘰𝘻 𝘴𝘶𝘦𝘯𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘭𝘢 𝘴𝘦𝘥𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘩𝘪𝘭𝘢𝘤𝘩𝘢𝘥𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘴𝘪𝘨𝘭𝘰𝘴. « El universo tose sus secretos en lengua de moribundos... » 𝘓𝘢𝘴 𝘷𝘦𝘭𝘢𝘴 𝘴𝘦 𝘢𝘱𝘢𝘨𝘢𝘯 𝘶𝘯𝘢 𝘢 𝘶𝘯𝘢. « Las estrellas también mienten. Prometen eternidad... pero solo son cadáveres brillando. Y los mortales, insensatos, les piden direcciones... como si la luz de un muerto pudiera guiar a los perdidos » 𝘌𝘭 𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰 𝘴𝘦 𝘷𝘶𝘦𝘭𝘷𝘦 𝘮𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘴𝘰. « ¿No es curioso? Que lo que llamamos 'luz' ... sea el último aliento de algo que murió hace eones. Que lo que llamamos 'oscuridad'... sea el abrazo de lo que nunca ha sido visto. ...Y que nosotras, fracturas entre ambos, sigamos buscando respuestas en espejos rotos. Duerme ahora, mitad mía... El vacio también sueña... ...Y está noche, nos toca ser su pesadilla.» 𝘠 𝘢𝘴𝘪, 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘯𝘪𝘦𝘣𝘭𝘢 𝘥𝘪𝘴𝘶𝘦𝘭𝘵𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘶𝘯 𝘷𝘦𝘳𝘴𝘰 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘢𝘥𝘰, 𝘭𝘢 𝘚𝘢𝘤𝘦𝘳𝘥𝘰𝘵𝘪𝘴𝘢 𝘴𝘦 𝘳𝘦𝘵𝘪𝘳𝘢. 𝘐𝘯𝘢, 𝘤𝘰𝘯𝘧𝘶𝘯𝘥𝘪𝘥𝘢 𝘺 𝘢𝘭 𝘣𝘰𝘳𝘥𝘦 𝘥𝘦𝘭 𝘴𝘶𝘦𝘯𝘰, 𝘵𝘳𝘢𝘨𝘢 𝘭𝘢𝘴 𝘶𝘭𝘵𝘪𝘮𝘢𝘴 𝘱𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘳 𝘤𝘢𝘦𝘳 𝘴𝘶 𝘤𝘢𝘣𝘦𝘻𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘢𝘭𝘮𝘰𝘩𝘢𝘥𝘢.
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  • Al caer vi mi hogar,
    mi cielo
    y mi alma rota;
    al caer
    vi mi vida desde otras alas.

    Mientras descendía:
    mi dolor,
    mi destino,
    mi propio exilio;
    la tierra
    otro refugio donde estar.

    (sólo el perdón me salva)

    El mayor de todos,
    fui cayendo,
    me llené de odio,
    de oscuridad y malicia.

    Soy la nueva estirpe:
    tu tentación
    más humana.
    Divinidad en el oro,
    sectario
    desde
    el edén hasta hoy.

    Mi sed de venganza:
    saciar
    vuestras almas de maldad
    y desobediencia.

    Soy el nuevo ídolo de barro.
    Corazón
    en tinieblas,
    tu creación más noble,
    a traición
    en el olvido.
    Al caer vi mi hogar, mi cielo y mi alma rota; al caer vi mi vida desde otras alas. Mientras descendía: mi dolor, mi destino, mi propio exilio; la tierra otro refugio donde estar. (sólo el perdón me salva) El mayor de todos, fui cayendo, me llené de odio, de oscuridad y malicia. Soy la nueva estirpe: tu tentación más humana. Divinidad en el oro, sectario desde el edén hasta hoy. Mi sed de venganza: saciar vuestras almas de maldad y desobediencia. Soy el nuevo ídolo de barro. Corazón en tinieblas, tu creación más noble, a traición en el olvido.
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  • "Busca una luz en lugar de estar maldiciendo eternamente la oscuridad".
    "Busca una luz en lugar de estar maldiciendo eternamente la oscuridad".
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  • " Una sonrisa es expresada en el rostro del Basilio, en su diestra jugando entre sus dedos con cinco piedras blancas, estando él sentado en el trono, en medio del silencio interrumpido nada más por el chasquido que producen las piedras al chocar entre ellas .

    - Hay algo que aún no entiendes tesoro mío, no puedes liberarme, no estoy preso en mis pesadillas, no estoy abrazado por la maldad, la verdad, yo .. él que vez lo que sientes lo que te rodea, yo soy la oscuridad .
    " Una sonrisa es expresada en el rostro del Basilio, en su diestra jugando entre sus dedos con cinco piedras blancas, estando él sentado en el trono, en medio del silencio interrumpido nada más por el chasquido que producen las piedras al chocar entre ellas . - Hay algo que aún no entiendes tesoro mío, no puedes liberarme, no estoy preso en mis pesadillas, no estoy abrazado por la maldad, la verdad, yo .. él que vez lo que sientes lo que te rodea, yo soy la oscuridad .
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  • - No me verás, jamás, por razón ni motivo con un collar en mi cuello o cadenas, tampoco sin palabras para responder, soy un reptil, con el corazón de acero el alma de fuego y un cuerpo condenado a la extinción, yo soy orgullo del más puro, venganza de la más honesta, ni por amor ni por sentimiento alguno, yo no conozco el sometimiento, doy lo que quiero cuando me nace y cuando debo, sangre por sangre y juicio por espada, palabras que encantan y cuerpo que se hace vicio en labios que no deben nada, placer y deseo la constante de un latido pervertido, sin miedo, con el valor de construir destruir y reconstruir, castillo de cristal jardín de espinos, dedicando un verso sin sentido por libertad, un reclamo en forma de susurro, te lo he dicho todo sin decir nada, los celos son míos al igual que tus sentidos, vivo en instinto, muero sin agonía sin hacer ruido, en silencio con la mirada en alto y mi honor descrito en la frente, apuñalado por la espalda porque aquellos que lo hicieron no tuvieron el valor de perforar mi pecho, cuando alguno haya pensando venir yo lo sabré y si alguno se esconde también yo lo veré, nada es por sorpresa y nada por casualidad, oscuridad mi hogar la luz cómplice, mi destino es el camino que elegí para mí .. carta mía tus intenciones, palabras tuyas que yo escribí antes de que dijeras alguna, demonio para muchos y angel de algunos, Dragón del Caos, tu Chronos tu tiempo tu momento, el beso del infierno con sabor a miel que llueve del cielo .
    - No me verás, jamás, por razón ni motivo con un collar en mi cuello o cadenas, tampoco sin palabras para responder, soy un reptil, con el corazón de acero el alma de fuego y un cuerpo condenado a la extinción, yo soy orgullo del más puro, venganza de la más honesta, ni por amor ni por sentimiento alguno, yo no conozco el sometimiento, doy lo que quiero cuando me nace y cuando debo, sangre por sangre y juicio por espada, palabras que encantan y cuerpo que se hace vicio en labios que no deben nada, placer y deseo la constante de un latido pervertido, sin miedo, con el valor de construir destruir y reconstruir, castillo de cristal jardín de espinos, dedicando un verso sin sentido por libertad, un reclamo en forma de susurro, te lo he dicho todo sin decir nada, los celos son míos al igual que tus sentidos, vivo en instinto, muero sin agonía sin hacer ruido, en silencio con la mirada en alto y mi honor descrito en la frente, apuñalado por la espalda porque aquellos que lo hicieron no tuvieron el valor de perforar mi pecho, cuando alguno haya pensando venir yo lo sabré y si alguno se esconde también yo lo veré, nada es por sorpresa y nada por casualidad, oscuridad mi hogar la luz cómplice, mi destino es el camino que elegí para mí .. carta mía tus intenciones, palabras tuyas que yo escribí antes de que dijeras alguna, demonio para muchos y angel de algunos, Dragón del Caos, tu Chronos tu tiempo tu momento, el beso del infierno con sabor a miel que llueve del cielo .
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  • ♛┈⛧┈┈•༶
    Lunes.
    ༶•┈┈⛧┈♛

    -La verdad es que no te entiendo.

    *Su voz fue la primera en alzarse luego del estruendoso rugir del motor del Pontiac. Luego volvió el silencio, y nuevamente fue cortado por el sonido de sus lentas y firmes pisadas en el verdoso pasto.*

    -Fue tu elección vivir así, por lo que deberías ser más que conciente de que ésta es solo una de las formas en las que podrías morir. Arrepentirte ahora es una tontería.

    *A sus espaldas puede escuchar las melodías a las que más estaba acostumbrado; los frenéticos golpes, los infaltables quejidos, las suplicas insistentes y los sollozos, el detalle más exquisito de todos. No necesitaba verlo para saber que el rostro de esa persona estaba desfigurado por el miedo.

    Lleva la mano al oscuro interior de su saco negro, luego la sacó para revelar que allí escondía un revolver Colt Walker del 46 de 1800. Otra vez el silencio, pero esta vez estaba sazonado por la respiración agitada de aquel al que sus "cachorros" estuvieron moliendo a golpes durante varias horas consecutivas.*

    -Al principio juraba que le robabas por venganza, al tipo que me pagó para matarte. Pero, cuando me enteré de tu razón para insistir tanto en meterte en su casa e ir a sacarle millones en una sola noche...

    *Voltea, allí donde estaba la "presa"; cabello castaño desalineado, culpa del violento trato de los matones que lo rodean y retienen; piel palida, tanto por el miedo y por herencia genética, pintada con manchas de sangre suya; labios cortados por golpes constantes, hematoma en el lado izquierdo del rostro y la nariz fracturada.*

    -¿Una mujer? ¿De verdad?

    *No tenía ni el más mínimo problema en parecer despectivo, y no lo negaría. Cortó la distancia con el muchacho maltrecho, al mismo tiempo que la palma de su mano hacía girar el tambor del revolver.*

    -Tal vez por una madre, tu hermana o algún otro familiar... ¿Pero por amor? Me encantan los riesgos y el azar, pero lo tuyo fue estúpido.

    *El muchacho, el ladrón que fue apaleado hasta ahora, estuvo a nada de responder, un gruñido se le había escapado por el coraje. Pero el sonido de un chasquido, seco y metálico, le había robado las palabras antes de que siquiera pudieran asomarse en la punta de su lengua; Cormac le apuntó con el arma y jaló el gatillo, pero la recamara estaba vacía.*

    -Uno menos. Quedan cinco, quizás.

    *Su comentario se propaga a lo largo del campo, palabras que serían arrastradas por la helada brisa nocturna.

    ...

    *La noche transcurre hasta que el sol comenzó a asomarse desde el horizonte justo a tiempo para presenciar la conclusión del trabajo de Cormac, justo a tiempo para ser recibido por el rugir de un revolver.

    Cormac vuelve a guardar el arma, entre la oscuridad de su saco, mientras camina en dirección al auto, al juez. Los asuntos en ese lugar estaban terminados, por lo que era hora de volver a casa y esperar por una nueva tarea.

    Encendió el motor, estaba preparado para salir. Pero antes de que pudiera hacerlo, alguien subió y se sentó en el asiento del copiloto; un "cachorro", uno de los hombres bajo las ordenes y cuidados de Cormac.*

    -¿En qué momento te dí permiso?

    *Cuestionó el no-muerto, resaltando molestia en su voz de ultratumba. El cachorro lo mira con miedo al principio, pero guardó la calma al recordar que solo se trata de su patrón.*

    -Tengo curiosidad, jefe.
    -¿De qué?
    -¿Qué es usted?

    *El auto comenzó a moverse, giraron las ruedas y en poco tiempo alcanzaron una velocidad vertiginosa. La mirada del piloto cae en el más joven, en el que aún está vivo.*

    -¿Qué soy? Te lo diré; ¿Notas la negrura en mi piel? Es miasma, la peste que emerge de los muertos.
    -¿Es un demonio?
    -No... Yo soy real.

    *El auto alcanza una velocidad mayor, culpa de la presión que él ponía en el acelerador.*

    -Pero es extraño... Mi cuerpo hace cosas, como si aún estuviera vivo.

    *El cachorro yace aferrado al asiento del copiloto, con el corazón latiendo a un ritmo alarmante y con el sudor frío escurriendo por su piel. El miedo le nacía no solo por la velocidad del vehículo, sino del conductor que parecía comerse los pozos y rocas a propósito.*

    -Por ejemplo...

    *Pero él continúa explicando, con una tranquilidad extraña y muy ajena a la molestia anterior. Es como si realmente disfrutara de dar esa "clase".*

    -La verga se me para en ocasiones muy extrañas, como cuando vi anoche a tu mamá.

    *O tal vez solo se estaba conteniendo, retenía la risa que le provocaba esa broma tonta e infantil. El cachorro tuvo sentimientos complicados; tener miedo por la actitud impredecible del no-muerto, o reírse por ese chiste estúpido. Decidir era difícil.*
    ♛┈⛧┈┈•༶ Lunes. ༶•┈┈⛧┈♛ -La verdad es que no te entiendo. *Su voz fue la primera en alzarse luego del estruendoso rugir del motor del Pontiac. Luego volvió el silencio, y nuevamente fue cortado por el sonido de sus lentas y firmes pisadas en el verdoso pasto.* -Fue tu elección vivir así, por lo que deberías ser más que conciente de que ésta es solo una de las formas en las que podrías morir. Arrepentirte ahora es una tontería. *A sus espaldas puede escuchar las melodías a las que más estaba acostumbrado; los frenéticos golpes, los infaltables quejidos, las suplicas insistentes y los sollozos, el detalle más exquisito de todos. No necesitaba verlo para saber que el rostro de esa persona estaba desfigurado por el miedo. Lleva la mano al oscuro interior de su saco negro, luego la sacó para revelar que allí escondía un revolver Colt Walker del 46 de 1800. Otra vez el silencio, pero esta vez estaba sazonado por la respiración agitada de aquel al que sus "cachorros" estuvieron moliendo a golpes durante varias horas consecutivas.* -Al principio juraba que le robabas por venganza, al tipo que me pagó para matarte. Pero, cuando me enteré de tu razón para insistir tanto en meterte en su casa e ir a sacarle millones en una sola noche... *Voltea, allí donde estaba la "presa"; cabello castaño desalineado, culpa del violento trato de los matones que lo rodean y retienen; piel palida, tanto por el miedo y por herencia genética, pintada con manchas de sangre suya; labios cortados por golpes constantes, hematoma en el lado izquierdo del rostro y la nariz fracturada.* -¿Una mujer? ¿De verdad? *No tenía ni el más mínimo problema en parecer despectivo, y no lo negaría. Cortó la distancia con el muchacho maltrecho, al mismo tiempo que la palma de su mano hacía girar el tambor del revolver.* -Tal vez por una madre, tu hermana o algún otro familiar... ¿Pero por amor? Me encantan los riesgos y el azar, pero lo tuyo fue estúpido. *El muchacho, el ladrón que fue apaleado hasta ahora, estuvo a nada de responder, un gruñido se le había escapado por el coraje. Pero el sonido de un chasquido, seco y metálico, le había robado las palabras antes de que siquiera pudieran asomarse en la punta de su lengua; Cormac le apuntó con el arma y jaló el gatillo, pero la recamara estaba vacía.* -Uno menos. Quedan cinco, quizás. *Su comentario se propaga a lo largo del campo, palabras que serían arrastradas por la helada brisa nocturna. ... *La noche transcurre hasta que el sol comenzó a asomarse desde el horizonte justo a tiempo para presenciar la conclusión del trabajo de Cormac, justo a tiempo para ser recibido por el rugir de un revolver. Cormac vuelve a guardar el arma, entre la oscuridad de su saco, mientras camina en dirección al auto, al juez. Los asuntos en ese lugar estaban terminados, por lo que era hora de volver a casa y esperar por una nueva tarea. Encendió el motor, estaba preparado para salir. Pero antes de que pudiera hacerlo, alguien subió y se sentó en el asiento del copiloto; un "cachorro", uno de los hombres bajo las ordenes y cuidados de Cormac.* -¿En qué momento te dí permiso? *Cuestionó el no-muerto, resaltando molestia en su voz de ultratumba. El cachorro lo mira con miedo al principio, pero guardó la calma al recordar que solo se trata de su patrón.* -Tengo curiosidad, jefe. -¿De qué? -¿Qué es usted? *El auto comenzó a moverse, giraron las ruedas y en poco tiempo alcanzaron una velocidad vertiginosa. La mirada del piloto cae en el más joven, en el que aún está vivo.* -¿Qué soy? Te lo diré; ¿Notas la negrura en mi piel? Es miasma, la peste que emerge de los muertos. -¿Es un demonio? -No... Yo soy real. *El auto alcanza una velocidad mayor, culpa de la presión que él ponía en el acelerador.* -Pero es extraño... Mi cuerpo hace cosas, como si aún estuviera vivo. *El cachorro yace aferrado al asiento del copiloto, con el corazón latiendo a un ritmo alarmante y con el sudor frío escurriendo por su piel. El miedo le nacía no solo por la velocidad del vehículo, sino del conductor que parecía comerse los pozos y rocas a propósito.* -Por ejemplo... *Pero él continúa explicando, con una tranquilidad extraña y muy ajena a la molestia anterior. Es como si realmente disfrutara de dar esa "clase".* -La verga se me para en ocasiones muy extrañas, como cuando vi anoche a tu mamá. *O tal vez solo se estaba conteniendo, retenía la risa que le provocaba esa broma tonta e infantil. El cachorro tuvo sentimientos complicados; tener miedo por la actitud impredecible del no-muerto, o reírse por ese chiste estúpido. Decidir era difícil.*
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  • #HuaCheng #CrimsonRain


    « ¿Porqué algunos le temen a la oscuridad? Cuando para otros es lo que les hace sentir en casa. Oh, supongo que sólo le temen a lo que no pueden controlar. »
    #HuaCheng #CrimsonRain « ¿Porqué algunos le temen a la oscuridad? Cuando para otros es lo que les hace sentir en casa. Oh, supongo que sólo le temen a lo que no pueden controlar. »
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