• -desliza los dedos acariciando las cuerdas de una guitarra soltando una que otra nota mientras observa desde la lejanía al hombre para el que fue creada junto a la verdadera mujer que debería estar con el "Lilith" mientras ella es acompañada por dos animales que la siguieron pese a ser expulsada del Edén-

    Pato- Que es lo que tiene esa malcriada que tu no lo tengas.

    Loba-Lo bello de tu risa no se puede
    comparar.

    Eva- (Pero es igual a el),
    Pato- Valorado sin
    razón.
    Loba-Excesivo.
    Pato- Sin Valor.

    Ambos- Si él pudiera conocerte mejor ~

    Loba- Y el anillo no lo lleva donde
    debería estar.

    Pato- Ni siquiera toca piano,
    mucho menos cantar, no se puede
    comparar ...

    Eva (Y qué sigue siendo su destinada).

    -es jalada por el par de animales que la sientan sobre un trono de flores y ramas similar a un nido -

    Ambos- ¿Y qué?
    Pato- Lo importante.
    Excesivo. Sin Valor.

    Ambos- Si solo viera lo
    especial que puede ser.

    Si él pudiera conocerte mejor ... ~

    -eva suspiro sin poder evitar observar a aquella pareja sabiendo que solo existe por un capricho y que realmente no debería de existir. Jamás fue planeada y los angeles de Dios se encargan de hacerle recordar que no vale nada si no fuera por Adán ... Bueno sepa Dios que sería de ella -

    Eva- no soy como ellos, soy solo un error, con un cuerpo tan frágil solo traigo dolor ...

    Y su corazón palpita y yo muerta se que estoy
    y el dolor que siento en mí,
    anda y dime no es real.

    Pero aún tengo una lágrima ... que dar.

    -lleva la mano a su corazón, se pone de pie dándole la espalda a aquella imagen de Adán y Lilith-

    Pato- Lo único exclusivo que tiene algún sentido es que es idéntica a él.
    Loba- Excesivo.
    Pato- Sin valor.

    Loba- Pasajero es ese estado todos
    sabemos muy bien y tú no te comparas con el error de aquella mujer

    Pato-¿Y qué?. Lo importante.
    Loba- Excesivo.
    Pato-Sin valor.
    Loba- Si solo viera lo
    especial que puedes ser.

    Ambos- Si él pudiera conocerte mejor... ~

    -suspiro caminando entre los arbustos acariciando el follaje verde de aquellos -

    no soy como ellos, soy solo un error, con un cuerpo tan frágil solo traigo dolor ...

    Y mi corazón me duele, aunque no palpite siempre
    y el dolor que tengo aquí,
    anda y dime no es real.

    Y yo muerta se que estoy
    pero aún tengo una lágrima
    que dar.

    -cerro las manos en puños destrozando los arbustos y aunque se acababa de enterrar astillas y ramas en las manos no podía dejar de ver a Lilith con un nuevo sentimiento que sentía por primera vez en su existencia "envidia" -


    //No es el origen del pecado de la envidia pero es el motivo por el que consideraron a Eva para volverla el pecado de la envidia
    -desliza los dedos acariciando las cuerdas de una guitarra soltando una que otra nota mientras observa desde la lejanía al hombre para el que fue creada junto a la verdadera mujer que debería estar con el "Lilith" mientras ella es acompañada por dos animales que la siguieron pese a ser expulsada del Edén- Pato- Que es lo que tiene esa malcriada que tu no lo tengas. Loba-Lo bello de tu risa no se puede comparar. Eva- (Pero es igual a el), Pato- Valorado sin razón. Loba-Excesivo. Pato- Sin Valor. Ambos- Si él pudiera conocerte mejor ~ Loba- Y el anillo no lo lleva donde debería estar. Pato- Ni siquiera toca piano, mucho menos cantar, no se puede comparar ... Eva (Y qué sigue siendo su destinada). -es jalada por el par de animales que la sientan sobre un trono de flores y ramas similar a un nido - Ambos- ¿Y qué? Pato- Lo importante. Excesivo. Sin Valor. Ambos- Si solo viera lo especial que puede ser. Si él pudiera conocerte mejor ... ~ -eva suspiro sin poder evitar observar a aquella pareja sabiendo que solo existe por un capricho y que realmente no debería de existir. Jamás fue planeada y los angeles de Dios se encargan de hacerle recordar que no vale nada si no fuera por Adán ... Bueno sepa Dios que sería de ella - Eva- no soy como ellos, soy solo un error, con un cuerpo tan frágil solo traigo dolor ... Y su corazón palpita y yo muerta se que estoy y el dolor que siento en mí, anda y dime no es real. Pero aún tengo una lágrima ... que dar. -lleva la mano a su corazón, se pone de pie dándole la espalda a aquella imagen de Adán y Lilith- Pato- Lo único exclusivo que tiene algún sentido es que es idéntica a él. Loba- Excesivo. Pato- Sin valor. Loba- Pasajero es ese estado todos sabemos muy bien y tú no te comparas con el error de aquella mujer Pato-¿Y qué?. Lo importante. Loba- Excesivo. Pato-Sin valor. Loba- Si solo viera lo especial que puedes ser. Ambos- Si él pudiera conocerte mejor... ~ -suspiro caminando entre los arbustos acariciando el follaje verde de aquellos - no soy como ellos, soy solo un error, con un cuerpo tan frágil solo traigo dolor ... Y mi corazón me duele, aunque no palpite siempre y el dolor que tengo aquí, anda y dime no es real. Y yo muerta se que estoy pero aún tengo una lágrima que dar. -cerro las manos en puños destrozando los arbustos y aunque se acababa de enterrar astillas y ramas en las manos no podía dejar de ver a Lilith con un nuevo sentimiento que sentía por primera vez en su existencia "envidia" - //No es el origen del pecado de la envidia pero es el motivo por el que consideraron a Eva para volverla el pecado de la envidia
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ♛ Proximamente Compartire informacion sobre mis origenes historias y clasificacion dentro de Tnebra
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  • Valer Moon, un hombre que por su apariencia llego a ser alavado como un dios humano, a cambio de esto protegio a este grupo por milenios, su forma origen da hogar a multiples universos y dimensiones, un sauce humano en cuyas hojas esta el propio mundo y cuyos frutos son las historias del universo nuevo mientras en sus raices descansan los universos que fueron y no volvieron, de rostro intimidante pero ojos dulces, sin embargo aquella voz hace returmbar las fragiles telas del propio universo
    Valer Moon, un hombre que por su apariencia llego a ser alavado como un dios humano, a cambio de esto protegio a este grupo por milenios, su forma origen da hogar a multiples universos y dimensiones, un sauce humano en cuyas hojas esta el propio mundo y cuyos frutos son las historias del universo nuevo mientras en sus raices descansan los universos que fueron y no volvieron, de rostro intimidante pero ojos dulces, sin embargo aquella voz hace returmbar las fragiles telas del propio universo
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  • Rosalina Moon, una vieja joven bruja, apesar de tener mas años que la propia humanidad tiene de existencia se mantiene joven como ninguna, muchos la conocen por su forma origen, un ave de plumaje negro con ojos brillantes en cada pluma, a diferencia de su hijo esta dama obtiene su magia de las mentiras y el peligro, su sola prescencia causa calamidades, se dise que esta bruja a causado la desaparicion de multiples universos, siendo sus historias aprisionadas en cada ojo que ella porta con auqella mirada que congela hasta los omnicientes
    Rosalina Moon, una vieja joven bruja, apesar de tener mas años que la propia humanidad tiene de existencia se mantiene joven como ninguna, muchos la conocen por su forma origen, un ave de plumaje negro con ojos brillantes en cada pluma, a diferencia de su hijo esta dama obtiene su magia de las mentiras y el peligro, su sola prescencia causa calamidades, se dise que esta bruja a causado la desaparicion de multiples universos, siendo sus historias aprisionadas en cada ojo que ella porta con auqella mirada que congela hasta los omnicientes
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  • En una noche particularmente silenciosa, Shoko Ieiri se encontraba sola en la sala de descanso de la escuela técnica, con una taza de café humeante entre las manos. El frío de la madrugada se colaba por las ventanas, cubriéndolo todo con una capa de calma gélida, ideal para sumergirse en pensamientos que no siempre tenía tiempo de abordar.

    La pregunta del origen de las maldiciones flotaba en su mente como el vapor de su café, difuso pero constante. Había visto de todo: maldiciones originadas de emociones brutales, de miedos profundos y odios silenciosos. Sabía que las maldiciones no eran otra cosa que el reflejo más oscuro de la humanidad, pero a veces se preguntaba si había algo más allá de eso. Algo que estuviera ahí desde el inicio, algo que existía incluso antes de que la humanidad se diera cuenta de su propio sufrimiento.

    Apoyó la cabeza en una mano, perdida en sus pensamientos, mientras observaba cómo el líquido oscuro en su taza se movía con cada mínimo movimiento. "Las maldiciones no son solo el producto de emociones", pensó, "son recuerdos, fragmentos de algo que intentamos enterrar y que siempre encuentra una forma de regresar". Para alguien como ella, acostumbrada a tratar con la vida y la muerte de una forma pragmática, este tipo de cuestionamientos eran como espinas que se clavaban de vez en cuando, inquietándola en silencio.

    Le vino a la mente una conversación que tuvo años atrás con Geto. Él, con su obsesión por proteger a los hechiceros de las maldiciones, defendía que estas eran simplemente "parásitos", un subproducto de la naturaleza humana que debía ser erradicado. Pero Shoko no estaba tan segura de eso. Para ella, una maldición era tan natural como cualquier otro ser vivo, una existencia extraña pero, en cierto modo, genuina. ¿No eran también las maldiciones una manifestación de lo humano? ¿Y si, en el fondo, eran el precio que pagaban por existir en un mundo lleno de contradicciones?

    Suspiró, tomando un sorbo de café, y un ligero sabor amargo la hizo volver al presente. Sentía que nunca tendría una respuesta clara, y tal vez nunca la necesitaba. Quizás solo era su propia mente jugando, tratando de encontrar un sentido en un mundo donde las cosas simplemente eran como eran.
    En una noche particularmente silenciosa, Shoko Ieiri se encontraba sola en la sala de descanso de la escuela técnica, con una taza de café humeante entre las manos. El frío de la madrugada se colaba por las ventanas, cubriéndolo todo con una capa de calma gélida, ideal para sumergirse en pensamientos que no siempre tenía tiempo de abordar. La pregunta del origen de las maldiciones flotaba en su mente como el vapor de su café, difuso pero constante. Había visto de todo: maldiciones originadas de emociones brutales, de miedos profundos y odios silenciosos. Sabía que las maldiciones no eran otra cosa que el reflejo más oscuro de la humanidad, pero a veces se preguntaba si había algo más allá de eso. Algo que estuviera ahí desde el inicio, algo que existía incluso antes de que la humanidad se diera cuenta de su propio sufrimiento. Apoyó la cabeza en una mano, perdida en sus pensamientos, mientras observaba cómo el líquido oscuro en su taza se movía con cada mínimo movimiento. "Las maldiciones no son solo el producto de emociones", pensó, "son recuerdos, fragmentos de algo que intentamos enterrar y que siempre encuentra una forma de regresar". Para alguien como ella, acostumbrada a tratar con la vida y la muerte de una forma pragmática, este tipo de cuestionamientos eran como espinas que se clavaban de vez en cuando, inquietándola en silencio. Le vino a la mente una conversación que tuvo años atrás con Geto. Él, con su obsesión por proteger a los hechiceros de las maldiciones, defendía que estas eran simplemente "parásitos", un subproducto de la naturaleza humana que debía ser erradicado. Pero Shoko no estaba tan segura de eso. Para ella, una maldición era tan natural como cualquier otro ser vivo, una existencia extraña pero, en cierto modo, genuina. ¿No eran también las maldiciones una manifestación de lo humano? ¿Y si, en el fondo, eran el precio que pagaban por existir en un mundo lleno de contradicciones? Suspiró, tomando un sorbo de café, y un ligero sabor amargo la hizo volver al presente. Sentía que nunca tendría una respuesta clara, y tal vez nunca la necesitaba. Quizás solo era su propia mente jugando, tratando de encontrar un sentido en un mundo donde las cosas simplemente eran como eran.
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  • Exhala su aliento espectral de fuego para encender una fogata para poder pasar una agradable noche en el exterior, en un sitio alejado de la civilización y de cualquier frente en conflicto en el sistema origen.

    Toma asiento sobre un tronco caído para contemplar el fuego, en silencio y solo reflexionar sobre algunos eventos.
    Exhala su aliento espectral de fuego para encender una fogata para poder pasar una agradable noche en el exterior, en un sitio alejado de la civilización y de cualquier frente en conflicto en el sistema origen. Toma asiento sobre un tronco caído para contemplar el fuego, en silencio y solo reflexionar sobre algunos eventos.
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  • Bailaba un vals con Dark Demon cantando aquella canción tomando su forma origen mostrando aquel lado menos "lindo" del el -he's My man~- soltó una risita Burlona

    https://vm.tiktok.com/ZMhm3UmQG/
    Bailaba un vals con [Dark_Demon] cantando aquella canción tomando su forma origen mostrando aquel lado menos "lindo" del el -he's My man~- soltó una risita Burlona https://vm.tiktok.com/ZMhm3UmQG/
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  • al enterarse que Junior Phantomhive habia cumplido la mision fue en su busqueda, al encontrarlo mal herido y aun atorado en su forma origen se arrodillo y coloco su cabeza en su regazo -lo hiciste increible mi niño- acaricio sus plumas y lo regreso a su forma humana mientras cantaba una cancion de cuna que curaba sus heridas -mereces un descanso-

    https://youtu.be/_yQpU_73Dv0?si=0YejcNMGLzRvxrc-
    al enterarse que [littl3gr3y] habia cumplido la mision fue en su busqueda, al encontrarlo mal herido y aun atorado en su forma origen se arrodillo y coloco su cabeza en su regazo -lo hiciste increible mi niño- acaricio sus plumas y lo regreso a su forma humana mientras cantaba una cancion de cuna que curaba sus heridas -mereces un descanso- https://youtu.be/_yQpU_73Dv0?si=0YejcNMGLzRvxrc-
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  • Retorno
    Fandom Crossover
    Categoría Otros
    —Voló, voló muy lejos. Esta vez no a una cueva cercana o al hogar que compartió una vez con Adán y Lute. Alduin sabía cuando alejarse pese a ser un inepto en cuanto a relaciones se refería.

    Y se alejó. Vaya si lo hizo.

    — Wundun lein hofkiin (viajar mundo hogar)— fue el thu’um con el que Alduin abrió un portal a su dimensión, apareciendo en el cielo de Nirn, tan alto que parecía que el dragón estaba justo entre Masser y Secunda, las lunas que rodeaban su mundo, acompañado por las mismas, mientras los ocho planetas, uno por Aedra lo juzgaban por su traición. Miró a la tierra baldía y ahora muerta a sus pies. Ninguno de sus continentes y océanos, se salvó de su hambre cuando decidió romper sus cadenas, y volverse contra su creador. Cuando decidió ser libre.

    Sintió un nudo en el estómago frente a aquel vacío por primera vez, siendo consciente de toda la destrucción y muerte de la que fue portador, esta vez únicamente por complacencia propia, por satisfacer su rabia. Pues podría haber huido sin más en lugar de dejar aquel mundo sin un debido reinicio. Ahora no reconocía aquellas tierras. Y allí permaneció inerte en el aire, pensando en muchas cosas pero sobretodo en Adán en la noche en que le mostró su reino, y donde lo único que el primer hombre pudo ver fueron tierra, nieve, nada de vegetación, aguas putrefactas y los cascarones vacíos de toda la humanidad moviéndose sin alma, cayéndose en pedazos en forma de atormentados draugr.

    Apretó la mandíbula y apartó la mirada, deseando que el aire gélido de Skyrim se llevase su tristeza, esperando a la par una respuesta para saber que hacer. Por más que una parte de su nombre, de su ser fuer sabiduría, lo cierto es que el primer dragón nunca imaginó que llegaría un momento en el que no sabría que hacer. Finalmente un rugido de rabia que resonó como un trueno recorrió el territorio, justo en el momento en que a sus espaldas, el sol comenzó a salir en el horizonte. Alduin se volteó, mirando fijamente a Magnus, el sol. El reflejo de Akatosh, su creador el cual a su vez se reflejó como en un espejo en sus ojos rojos como la sangre. Y arrepentido por tanta destrucción y devastado por la profunda tristeza que sentía, supo lo que tenía que hacer. Otro portal se abrió esta vez hacia Aeterio. El mundo donde residía toda la magia, hogar de los Dioses de Nirn, llamados Aedra o los nueve divinos. Donde el más poderoso de todos ellos, Akatosh le creó. Sobrevoló cada uno de los territorios de aquel lugar donde los Aedra residían y donde las almas de las diferentes criaturas se dividían hacia su lugar de descanso dependiendo de su raza. En todos ellos, recordó el temor que su sombra inspiraba a las almas, pues estas era. Su alimento y ahora… De nuevo se encontró la paz y la frialdad de la nada. Terminó aterrizando en Sovengarde, el lugar en el que acababan los nórdicos que morían con valor y también la zona en la que, efectivamente fue creado. Pues de tener nacionalidad, Alduin sería de Skyrim. El lugar donde vivían los favoritos de Akatosh.

    Por mera costumbre, tomó la forma de angel y caminó en plena soledad llegando al gran palacio, donde las almas de los muertos daban grandes banquetes junto a los grandes héroes a través de los tiempos, recordando cómo Tiberio Séptim y su padre si es que así podía llamarlo, en ocasiones también acudían. Miró una a una las cristaleras que de forma colorida representaban puntos concretos de la historia y en muchos, podía verse a sí mismo.

    Empezando por su propio “nacimiento” y su reinado sobre otros dragones, recordando con orgullo lo amado que fue entonces y como solía pensar en esos tiempo que, no había en Nirn un ser más querido y poderoso que él. Continuó avanzando por los pasillos viéndose envuelto en grandes acontecimientos históricos en los que, el dragón negro era presente, a veces siendo venerado por humanos y dragones, otras como una entidad terrible a la que el dovahkiin debía derrotar. Recordó sus días de grandeza y cuanto odiaba dejarse ganar en un intento de que, la humanidad comprendiera que, solo el valor y la unión entre ellos podrían evitar la caída del mundo entero. Escena que se repetía en muchas ocasiones e incluso en las representaciones de vidrio se podía ver como Alduin iba paulatinamente amargándose, dejándose tragar por la sombra de tener que ser siempre la bestia y el deseo de, pese a ser consciente de la importancia de su trabajo, volver a ser admirado y respetado. Ya que los ventanales no solo reflejaban su infelicidad, si no como incluso sus propios compañeros le daban la espalda, dejando de verlo como a un ejemplo, un maestro, un líder. Para verlo solo como su rey. Una figura de autoridad a la que obedecer o morir, ya no había admiración, solo temor.

    —Til los ni Dovah ahst fin lein ravel elm ahrk ten zu’u— se lamentó al ver como se repetía una y otra vez, hasta el último ventanal donde se veía la última escena.

    El asesinato de los nueve divinos y cómo absorbió sus almas. Y no se reconoció. Si, era el portador de la destrucción, pero también de la creación, de un nuevo inicio. Y esta vez no llegó sin él, el mundo sencillamente acabó destruido. Golpeó aquel cristal con el puño y finalmente entró en una última sala, en la que quedaban los restos de todos. Absolutamente todos los nueve divinos. Los Aedra, donde orgulloso había probado que la muerte llegaba a todos, incluso a los dioses. Para luego, devorar sus almas y con esto su poder. Cerró los ojos y mientras los rayos de sol se filtraban por los ventanales evocando una gran cantidad de colores en la sala, sintió por última vez la calidez del poder de Akatosh y frente a los restos sin vida de aquellas deidades, Alduin pronunció el conjuro de resurrección. Abrazándose a sí mismo al notar aquella gran cantidad de poder abandonar su ser dolorosamente, quemándole las entrañas y las venas, saliendo por cada uno de los poros de su piel como si de agujas cuyo tamaño era infinito se clavasen, como su propia alma se hacía pedazos a separara aquella gran parte para devolverla a su origen. Agonizó hasta que la corriente de energía finalmente terminó de abandonarlo, haciendo que acabase cayendo de rodillas en el suelo. Sintiéndose tan débil que ni si quiera era capaz de sostener su propio peso. Respiró con dificultad, sintiendo que se se ahogaba, hasta que unos pasos comenzaron a acercarse a ėl. Lentamente alzó la mirada y se encontró con la severa de su creador, quien decepcionado y furioso, cuyas primeras palabras fueron el nombre de quien alguna vez fue su creación mas amada.

    —¿Que has hecho?—fue lo que sentenció Akatosh. Por supuesto que con solo mirarle la deidad del tiempo, pudo ver perfectamente todo lo que pasó desde su asesinato hasta llegar a ese momento, aún si todo sucedió en otro mundo. El falso angel no dijo nada, tan solo apartó la mirada con arrepentimiento, estaba dispuesto a aceptar su castigo. En realidad, no había nada que perder.

    El Dios del tiempo, tan solo hizo un gesto con la mano, y Alduin fue apresado y encerrado mientras los nueve divinos decidían que hacer con él. —
    —Voló, voló muy lejos. Esta vez no a una cueva cercana o al hogar que compartió una vez con Adán y Lute. Alduin sabía cuando alejarse pese a ser un inepto en cuanto a relaciones se refería. Y se alejó. Vaya si lo hizo. — Wundun lein hofkiin (viajar mundo hogar)— fue el thu’um con el que Alduin abrió un portal a su dimensión, apareciendo en el cielo de Nirn, tan alto que parecía que el dragón estaba justo entre Masser y Secunda, las lunas que rodeaban su mundo, acompañado por las mismas, mientras los ocho planetas, uno por Aedra lo juzgaban por su traición. Miró a la tierra baldía y ahora muerta a sus pies. Ninguno de sus continentes y océanos, se salvó de su hambre cuando decidió romper sus cadenas, y volverse contra su creador. Cuando decidió ser libre. Sintió un nudo en el estómago frente a aquel vacío por primera vez, siendo consciente de toda la destrucción y muerte de la que fue portador, esta vez únicamente por complacencia propia, por satisfacer su rabia. Pues podría haber huido sin más en lugar de dejar aquel mundo sin un debido reinicio. Ahora no reconocía aquellas tierras. Y allí permaneció inerte en el aire, pensando en muchas cosas pero sobretodo en Adán en la noche en que le mostró su reino, y donde lo único que el primer hombre pudo ver fueron tierra, nieve, nada de vegetación, aguas putrefactas y los cascarones vacíos de toda la humanidad moviéndose sin alma, cayéndose en pedazos en forma de atormentados draugr. Apretó la mandíbula y apartó la mirada, deseando que el aire gélido de Skyrim se llevase su tristeza, esperando a la par una respuesta para saber que hacer. Por más que una parte de su nombre, de su ser fuer sabiduría, lo cierto es que el primer dragón nunca imaginó que llegaría un momento en el que no sabría que hacer. Finalmente un rugido de rabia que resonó como un trueno recorrió el territorio, justo en el momento en que a sus espaldas, el sol comenzó a salir en el horizonte. Alduin se volteó, mirando fijamente a Magnus, el sol. El reflejo de Akatosh, su creador el cual a su vez se reflejó como en un espejo en sus ojos rojos como la sangre. Y arrepentido por tanta destrucción y devastado por la profunda tristeza que sentía, supo lo que tenía que hacer. Otro portal se abrió esta vez hacia Aeterio. El mundo donde residía toda la magia, hogar de los Dioses de Nirn, llamados Aedra o los nueve divinos. Donde el más poderoso de todos ellos, Akatosh le creó. Sobrevoló cada uno de los territorios de aquel lugar donde los Aedra residían y donde las almas de las diferentes criaturas se dividían hacia su lugar de descanso dependiendo de su raza. En todos ellos, recordó el temor que su sombra inspiraba a las almas, pues estas era. Su alimento y ahora… De nuevo se encontró la paz y la frialdad de la nada. Terminó aterrizando en Sovengarde, el lugar en el que acababan los nórdicos que morían con valor y también la zona en la que, efectivamente fue creado. Pues de tener nacionalidad, Alduin sería de Skyrim. El lugar donde vivían los favoritos de Akatosh. Por mera costumbre, tomó la forma de angel y caminó en plena soledad llegando al gran palacio, donde las almas de los muertos daban grandes banquetes junto a los grandes héroes a través de los tiempos, recordando cómo Tiberio Séptim y su padre si es que así podía llamarlo, en ocasiones también acudían. Miró una a una las cristaleras que de forma colorida representaban puntos concretos de la historia y en muchos, podía verse a sí mismo. Empezando por su propio “nacimiento” y su reinado sobre otros dragones, recordando con orgullo lo amado que fue entonces y como solía pensar en esos tiempo que, no había en Nirn un ser más querido y poderoso que él. Continuó avanzando por los pasillos viéndose envuelto en grandes acontecimientos históricos en los que, el dragón negro era presente, a veces siendo venerado por humanos y dragones, otras como una entidad terrible a la que el dovahkiin debía derrotar. Recordó sus días de grandeza y cuanto odiaba dejarse ganar en un intento de que, la humanidad comprendiera que, solo el valor y la unión entre ellos podrían evitar la caída del mundo entero. Escena que se repetía en muchas ocasiones e incluso en las representaciones de vidrio se podía ver como Alduin iba paulatinamente amargándose, dejándose tragar por la sombra de tener que ser siempre la bestia y el deseo de, pese a ser consciente de la importancia de su trabajo, volver a ser admirado y respetado. Ya que los ventanales no solo reflejaban su infelicidad, si no como incluso sus propios compañeros le daban la espalda, dejando de verlo como a un ejemplo, un maestro, un líder. Para verlo solo como su rey. Una figura de autoridad a la que obedecer o morir, ya no había admiración, solo temor. —Til los ni Dovah ahst fin lein ravel elm ahrk ten zu’u— se lamentó al ver como se repetía una y otra vez, hasta el último ventanal donde se veía la última escena. El asesinato de los nueve divinos y cómo absorbió sus almas. Y no se reconoció. Si, era el portador de la destrucción, pero también de la creación, de un nuevo inicio. Y esta vez no llegó sin él, el mundo sencillamente acabó destruido. Golpeó aquel cristal con el puño y finalmente entró en una última sala, en la que quedaban los restos de todos. Absolutamente todos los nueve divinos. Los Aedra, donde orgulloso había probado que la muerte llegaba a todos, incluso a los dioses. Para luego, devorar sus almas y con esto su poder. Cerró los ojos y mientras los rayos de sol se filtraban por los ventanales evocando una gran cantidad de colores en la sala, sintió por última vez la calidez del poder de Akatosh y frente a los restos sin vida de aquellas deidades, Alduin pronunció el conjuro de resurrección. Abrazándose a sí mismo al notar aquella gran cantidad de poder abandonar su ser dolorosamente, quemándole las entrañas y las venas, saliendo por cada uno de los poros de su piel como si de agujas cuyo tamaño era infinito se clavasen, como su propia alma se hacía pedazos a separara aquella gran parte para devolverla a su origen. Agonizó hasta que la corriente de energía finalmente terminó de abandonarlo, haciendo que acabase cayendo de rodillas en el suelo. Sintiéndose tan débil que ni si quiera era capaz de sostener su propio peso. Respiró con dificultad, sintiendo que se se ahogaba, hasta que unos pasos comenzaron a acercarse a ėl. Lentamente alzó la mirada y se encontró con la severa de su creador, quien decepcionado y furioso, cuyas primeras palabras fueron el nombre de quien alguna vez fue su creación mas amada. —¿Que has hecho?—fue lo que sentenció Akatosh. Por supuesto que con solo mirarle la deidad del tiempo, pudo ver perfectamente todo lo que pasó desde su asesinato hasta llegar a ese momento, aún si todo sucedió en otro mundo. El falso angel no dijo nada, tan solo apartó la mirada con arrepentimiento, estaba dispuesto a aceptar su castigo. En realidad, no había nada que perder. El Dios del tiempo, tan solo hizo un gesto con la mano, y Alduin fue apresado y encerrado mientras los nueve divinos decidían que hacer con él. —
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  • -muy bien Junior Phantomhive, toma tu forma origen cuando estés listo, recuerda, el orfanato no es un edificio común, es un ser vivo, un ser conciente, un ente hecho por y para las brujas, tu meta es mantener tu forma origen atra vez del laberinto y llegar al corazón del orfanato y activarlo con tu mana, confío en ti- le dió un beso en la frente al pequeño y abrió la puerta mostrando un pasillo que se extendía y retorcía más allá de las leyes de la fisica
    -muy bien [littl3gr3y], toma tu forma origen cuando estés listo, recuerda, el orfanato no es un edificio común, es un ser vivo, un ser conciente, un ente hecho por y para las brujas, tu meta es mantener tu forma origen atra vez del laberinto y llegar al corazón del orfanato y activarlo con tu mana, confío en ti- le dió un beso en la frente al pequeño y abrió la puerta mostrando un pasillo que se extendía y retorcía más allá de las leyes de la fisica
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